Tengo el placer de presentar al Consejo, por conducto de los Comités del Programa y de Finanzas, el Plan a Plazo Medio (PPM) propuesto para el período 2006-11.
El renovado PPM es ya una práctica muy consolidada en la Organización. Merece la pena recordar que surge de las fundamentales decisiones adoptadas por la Conferencia en su período de sesiones de noviembre de 1999, cuando refrendó un marco estratégico a largo plazo y un proceso mejorado de programa y presupuesto para la FAO.
Si bien aprovecha las dos versiones anteriores, que al parecer fueron apreciadas por los órganos rectores, este documento comprende algunas innovaciones, como la aplicación del nuevo modelo de programa a las esferas de la “cooperación técnica y no técnica”, además de a los "programas técnicos”. Por tanto, la Parte II abarca ahora la totalidad de la estructura del Programa de Labores y Presupuesto (PLP), poniendo de manifiesto que es posible aplicar a todas las actividades un planteamiento basado en los resultados. Otras innovaciones son los nuevos capítulos sobre las “Dimensiones regionales” y la “Presupuestación de capital”.
De conformidad con el deseo expresado por los órganos interesados de recibir un documento más conciso, se ha realizado un esfuerzo importante para ajustarse más estrictamente al concepto de un plan “eslabonado”. Este concepto supone, desde luego, que cada versión del plan debería centrarse fundamentalmente en los cambios con respecto a la versión anterior, evitando con ello la repetición innecesaria de detalles por lo que se refiere a la explicación de los contextos o de las actividades planeadas en relación con las entidades que no han cambiado sustancialmente. Y, de hecho, no hay pérdida de información, ya que siempre es posible para las delegaciones consultar el sitio web de la FAO para obtener más detalles si así lo desean.
Aunque la Parte II sigue la estructura programática establecida en el PLP, a la que los Miembros están acostumbrados, la Parte I muestra de qué manera se aplicarán en la práctica las estrategias institucionales y las estrategias para afrontar las cuestiones intersectoriales de la Organización (SACOI). Las esferas prioritarias para la acción interdisciplinaria (EPAI), que facilitan respuestas interdisciplinarias a problemas que no pueden resolverse con simples soluciones sectoriales, de tratan de manera análoga. Si responde a las expectativas de los Miembros, el enfoque de la Parte I del PPM se seguirá en el PLP y, por último, en el informe sobre la ejecución
del programa (PIR), como se ha tratado de hacer ya en el PIR 2002-03, que también se presenta a los Comités y al Consejo en los mismos períodos de sesiones.
Tradicionalmente, el PPM incluye proyecciones indicativas de recursos a lo largo de su período de cobertura sexenal. Cuando han de abordarse las necesidades de recursos para el futuro, no pueden separarse artificialmente de la experiencia del pasado reciente ni de la situación imperante en cada momento. Es preciso recordar de nuevo la desafortunada historia de las decisiones presupuestarias tomadas en la FAO en los últimos bienios. En noviembre de 1993, la Conferencia aprobó un nivel presupuestario para el bienio siguiente de 673,1 millones de dólares EE.UU. A esto siguió una disminución nominal hasta 650 millones de dólares EE.UU. y un período caracterizado por el llamado crecimiento nominal cero, puesto que, en tres ocasiones sucesivas, la consignación del Presupuesto Ordinario se mantuvo en 650 millones de dólares EE.UU. Un rayo de esperanza llegó en noviembre de 2001, cuando, por primera vez en muchos años, se aprobó el presupuesto sobre la base de un crecimiento real cero, aunque ello equivalía a un nivel de tan solo 651,7 millones de dólares EE.UU.
El compromiso alcanzado en la Conferencia a principios de diciembre de 2003 supuso un incremento nominal importante del presupuesto para hacer frente a parte de los incrementos de costos previstos para el actual bienio y, más significativamente, el efecto cambiario, factores ambos que están más allá del control de la Organización. Pero los Miembros no estaban en condiciones de aprobar de nuevo un presupuesto de crecimiento real cero que había exigido un aumento cercano a los 150 millones de dólares EE.UU. simplemente para mantener el poder adquisitivo. Lamentablemente, ello condujo a nuevos recortes en los programas y a reducciones de personal con el fin de responder a la reducción del presupuesto de poco más de 50 millones de dólares EE.UU. en cifras reales. En el lado positivo, se produjo una decisión paralela de adoptar un sistema de asignación de las cuotas en dos monedas, que debería eliminar en gran parte la necesidad de los debates referentes a las repercusiones de los mercados de divisas sobre las propuestas de PLP en el futuro.
Obviamente la búsqueda de recursos extrapresupuestarios complementarios continuará, al ser una preocupación importante para todas las dependencias interesadas. Sin embargo, los Miembros han subrayado repetidamente que los programas fundamentales de esta Organización, el capital de especialización y la plataforma única que ofrece para la acción concertada deben contar con los fondos adecuados con cargo a su Presupuesto Ordinario, en un momento en el que la humanidad en general se enfrenta a retos formidables, especialmente en el sector agrícola y alimentario. Teniendo en cuenta este imperativo y recordando la erosión de recursos en un 24 por ciento en cifras reales que se ha experimentado desde 1994-95, este PPM sigue defendiendo la necesidad de volver al crecimiento real.
El porcentaje propuesto de crecimiento real total es solo de un 2,2 por ciento anual. Ello es coherente con el crecimiento neto del producto interno bruto (PIB) registrado y previsto para los países de la zona del euro, seleccionados porque se preveía que sería el grupo de países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) con un crecimiento más lento. La explicación de esta tasa de crecimiento es el mantenimiento de la evolución de los recursos de la FAO en línea con el crecimiento mínimo del PIB esperado entre los principales contribuyentes al presupuesto de la Organización. ¿Es mucho pedir que una organización internacional cuyo mandato comprende un sector clave de la economía mundial y que, además, ha experimentado prolongadas restricciones presupuestarias durante tantos años, prevea un nivel de crecimiento real que simplemente evolucione en armonía con el PIB de aquellos países que son también los principales contribuyentes a su presupuesto?
Es necesario insistir en que el crecimiento real propuesto en el PPM, además de ser bastante modesto, no se aplica con carácter general. Está deliberadamente centrado en un número limitado de esferas de alta prioridad. Aunque, en un primer momento, se ha invitado a todas las dependencias de la FAO a consolidar sus planes a partir de los actuales niveles de recursos en su conjunto, posteriormente se les pidió que elaboraran un conjunto restringido de propuestas de crecimiento real. Estas se destacan en el documento a través de “recuadros” especiales bajo los programas correspondientes.
En resumen, el crecimiento real se ha aplicado de la siguiente manera:
Otras importantes inversiones o gastos no recurrentes necesarios se proponen en el marco del instrumento de presupuestación de capital establecido por la última Conferencia, según se explica en la Parte IV del documento.
Como corresponde a la formulación de un PPM, se ha hecho lo posible por reflejar en las propuestas las preocupaciones y las expectativas conocidas de los Miembros. Claramente, no se pueden incluir todas si los recursos siguen siendo tan restringidos como en la actualidad en tantos campos. Con arreglo a la práctica establecida, en los períodos de sesiones que deben celebrar en 2005 los Comités de Agricultura, Pesca y Montes tendrán también la oportunidad de expresar sus puntos de vista sobre las actividades que forman parte de sus mandatos respectivos y sus opiniones recibirán la atención debida en el proceso de preparación del presupuesto para 2006-07.
Confío en que los Comités del Programa y de Finanzas y el Consejo puedan hallar la manera de refrendar, en principio, las propuestas contenidas en este Plan de Plazo Medio 2006-11, aunque las observaciones y peticiones detalladas de ajustes serán, por supuesto, estudiadas exhaustivamente durante el proceso de preparación del PLP.
A la luz de estas consideraciones, tengo gran confianza en un resultado positivo de los debates en los Comités y en el Consejo.
Jacques Diouf
Director General