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En estos tiempos de abundante producci�n de alimentos en el mundo, es inaceptable que sigan padeciendo hambre m�s de 840 millones de personas. Son demasiados los ni�os que mueren antes de llegar a la adultez; demasiados los adultos que nunca alcanzan todo su potencial, demasiados los pa�ses que quedan estancados en su camino hacia el desarrollo.
Cuando se fijan metas es m�s f�cil obtener resultados. En la Cumbre Mundial sobre la Alimentaci�n de 1996 se aprob� el objetivo de reducir a la mitad, para el a�o 2015, el n�mero de personas que padecen hambre; dicho objetivo qued� tambi�n plasmado en los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Sin embargo, la lentitud con que se avanza en ese sentido es exasperante.
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El problema es la falta de voluntad pol�tica. Muchos pa�ses se han comprometido verbalmente a combatir el hambre, pero son pocos los que han hecho lo suficiente y en la medida necesaria. Los pa�ses deber�n esforzarse m�s por crear el entorno normativo, facilitar la financiaci�n necesaria y poner en pr�ctica programas que permitan a las personas superar el hambre y la pobreza. Para ello, la comunidad internacional ha decidido colaborar en una Alianza Internacional contra el Hambre.
Esta Alianza permitir� reunir en una iniciativa �nica los aspectos m�s ventajosos de distintos grupos. Abarcar� a los productores y los consumidores de alimentos, con un conocimiento directo de los problemas que enfrentan; las organizaciones internacionales, que ofrecen conocimientos t�cnicos y asesoramiento, as� como un foro de debate; las empresas agrocomerciales y el personal cient�fico y universitario, que estimulan el proceso innovador; los numerosos donantes que financian el desarrollo; los encargados de la formulaci�n de pol�ticas de los pa�ses ricos y pobres, que trazan el camino que han de seguir sus pa�ses hacia el progreso; y por �ltimo, pero sin restarles importancia, los particulares, los grupos religiosos y las organizaciones no gubernamentales (ONG), que realizan una labor de sensibilizaci�n acerca del problema del hambre.
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A medida que esta Alianza toma forma, los dirigentes de un creciente n�mero de pa�ses demuestran la audacia de asignar a la lucha contra el hambre la m�xima prioridad nacional, d�ndose cuenta de que s�lo una poblaci�n bien alimentada puede participar en el progreso econ�mico y social del pa�s. La FAO celebra tal audacia e insta a otros dirigentes a que sigan ese ejemplo.
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La Alianza Internacional contra el Hambre es el lema del D�a Mundial de la Alimentaci�n de este a�o. Es un llamamiento a la acci�n, con miras a adoptar el concepto de “asociaci�n mundial” y hacerlo realidad, mediante la colaboraci�n para reducir la pobreza y garantizar a los ciudadanos del mundo un derecho humano b�sico, el de no padecer hambre.
16 de Octubre de 2003
D�a Mundial de la Alimentaci�n
Alianza Internacional contra el Hambre: La idea de una alianza internacional fue propuesta por el Excmo. Sr. Johannes Rau, Presidente de la Rep�blica Federal de Alemania, en el D�a Mundial de la Alimentaci�n de 2001. Exhort� a que se creara una alianza a fin de contrarrestar la escasa voluntad pol�tica que imped�a a los pa�ses asignar recursos suficientes para combatir el hambre y la pobreza. El entusiasmo por la iniciativa fue en aumento y al a�o siguiente los participantes en la Cumbre Mundial sobre la Alimentaci�n: cinco a�os despu�s titularon su declaraci�n final “Alianza Internacional contra el Hambre”. Muchos conf�an en que esta Alianza obtenga cada vez mayor respaldo y lleve a conseguir una fuerte voluntad pol�tica que permita poner en pr�ctica programas para eliminar la miseria causada por el hambre y la pobreza. |
A lo largo de los a�os, millones de personas han dejado de padecer hambre. Se han celebrado importantes conferencias que han impulsado el apoyo de los gobiernos y las organizaciones internacionales y fijado objetivos claros para el camino que se ha de seguir. Hay una gran variedad de asociados en el desarrollo que emplean t�cnicas sometidas a la prueba del tiempo para mejorar la nutrici�n y los ingresos.
Sin duda alguna no se requieren nuevos mecanismos para combatir el hambre. En cambio, la Alianza fortalecer� el compromiso pol�tico respecto de las iniciativas ya existentes. Al mismo tiempo, ayudar� a los asociados a llegar a un acuerdo sobre las medidas que han de adoptarse y fomentar� la cooperaci�n entre los distintos grupos.
La Alianza ofrecer� un foro de promoci�n, fomentar� la actuaci�n conjunta de sus miembros y facilitar� el intercambio de informaci�n mediante sitios web, boletines e informes sobre la labor realizada. Los asociados en la Alianza pueden prestar asistencia en sus respectivas esferas de competencia, a saber, capacitaci�n t�cnica, asesoramiento en materia de pol�ticas y supervisi�n de los progresos en las estrategias de reducci�n de la pobreza. En conjunto, estas actividades contribuir�n a atraer un mayor volumen de fondos de instituciones financieras, el sector privado y otros donantes.
Si bien todas las partes desempe�an una funci�n en la Alianza, la principal responsabilidad de alcanzar los objetivos fijados recae en los pa�ses y su poblaci�n. Cada pa�s deber�a fijar sus propias metas nacionales por conducto de sus �rganos legislativos y sentar la base para avanzar, particularmente, en la ejecuci�n de programas destinados a quienes padecen hambre.
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Ya hay varios gobiernos, entre ellos los del Brasil y Sierra Leona, que est�n iniciando ambiciosos programas de lucha contra el hambre (v�ase “La lucha contra el hambre como m�xima prioridad”). Muchos otros pa�ses han manifestado tambi�n que est�n decididos a abordar el problema del hambre a escala nacional, entre ellos Colombia, China, Ghana, Indonesia, Kenya, Mozambique, Per�, Senegal y la Rep�blica Unida de Tanzan�a.
La FAO defiende las iniciativas que parten de la base, integr�ndose las alianzas nacionales en las actividades internacionales. La creaci�n de una alianza nacional equivale a combinar los aspectos positivos de muchos asociados comprometidos en la causa de poner fin al hambre. Los principales protagonistas en esta empresa ser�n distintos grupos de la sociedad civil, desde organizaciones de agricultores hasta grupos religiosos, institutos de investigaci�n y el sector privado. A nivel regional podr�an constituirse otras alianzas, fruto de iniciativas regionales como la Nueva Alianza para el Desarrollo de �frica (NEPAD).
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La Alianza promueve un enfoque de doble v�a, que combina medidas de lucha contra el hambre a largo y a corto plazo. Para crear una econom�a pujante que permita a la poblaci�n autosustentarse, los pa�ses deben contar con los cimientos de un crecimiento sostenible a largo plazo en particular una mejor infraestructura, una gesti�n racional de los recursos y un mayor acceso a la tierra y el cr�dito. Para ello puede ser necesaria una reforma importante de las pol�ticas.
Mientras tanto, puede ser necesaria una asistencia directa para garantizar en el presente una alimentaci�n suficiente a quienes padecen hambre. Los ni�os hambrientos y malnutridos no pueden expresar todo su potencial ni aprender; los adultos hambrientos y malnutridos no pueden ser productivos ni obtener unos ingresos aceptables. La asistencia puede consistir en comidas para escolares, programas de alimentos por trabajo y ayuda de urgencia tras las cat�strofes naturales o las guerras.
Campa�a de promoci�n popular: Mientras en los parlamentos y los �rganos rectores de las organizaciones internacionales se delibera acerca de la reducci�n de la pobreza, las asociaciones de agricultores, las poblaciones ind�genas, los pescadores artesanales, los habitantes de bosques y los pastores n�madas buscan soluciones para mejorar el acceso a los alimentos. Se necesitar�n ambos enfoques para avanzar en la lucha contra el hambre. El acuerdo cada vez mayor logrado sobre la necesidad imperiosa de acelerar el avance en ese sentido ha creado las condiciones para una cooperaci�n sin precedentes entre los grupos de la sociedad civil en asociaci�n con las organizaciones intergubernamentales como la FAO. Gracias al apoyo de las organizaciones de las Naciones Unidas con sede en Roma, varias ONG est�n creando una coalici�n para la campa�a contra el hambre. Esta coalici�n, que trabajar� de manera independiente, pero en estrecha colaboraci�n con la Alianza Internacional contra el Hambre, perseguir� un objetivo semejante: fomentar la voluntad pol�tica a fin de obtener cambios en las pol�ticas y la asignaci�n de un mayor volumen de recursos necesarios para alcanzar las metas de reducci�n del hambre. Se est�n emprendiendo tambi�n otras iniciativas regionales, por ejemplo una campa�a promovida por organizaciones de agricultores en 10 pa�ses del �frica occidental. |
En el Pacto Internacional de Derechos Econ�micos, Sociales y Culturales se reconoce que todos tenemos el derecho fundamental a no padecer hambre. Los Estados adoptar�n todas las medidas necesarias para la consecuci�n progresiva del derecho a una alimentaci�n adecuada. Los Estados respetar�n, proteger�n y har�n cumplir el derecho a una alimentaci�n adecuada e intervendr�n en el caso de que las personas no puedan autoabastecerse por razones fuera de su control.
Es mucho lo que queda por hacer para que el concepto del derecho a la alimentaci�n se convierta en una realidad. Despu�s de la Cumbre Mundial sobre la Alimentaci�n de 1996, las ONG propusieron un c�digo de conducta sobre el derecho a la alimentaci�n. Los gobiernos y diversos grupos de la sociedad civil est�n redactando ahora una serie de directrices voluntarias sobre la realizaci�n progresiva del derecho a la alimentaci�n en el contexto de la seguridad alimentaria nacional. Estas directrices podr�an servir de base para la formulaci�n de pol�ticas y la asignaci�n de responsabilidades en esferas fundamentales, como la orientaci�n hacia las personas pobres y hambrientas y la concesi�n a dichas personas del derecho al empleo, los recursos productivos y la asistencia alimentaria.
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Adem�s de instar a que se reduzca el hambre por motivos morales, la Alianza demostrar� que la garant�a de una buena alimentaci�n de la poblaci�n es una excelente inversi�n en la salud econ�mica del pa�s. Tal vez haya demasiados dirigentes que han supuesto err�neamente que el hambre desaparecer� por s� sola. No ser� as�. El hambre es resultado de la pobreza extrema, pero tambi�n perpet�a la pobreza al reducir la productividad de las personas y los pa�ses. Cuando las personas consumen suficientes alimentos nutritivos para llevar una vida activa y saludable, dejan de ser dependientes y pueden comenzar a contribuir al crecimiento y desarrollo de su pa�s.
La FAO estima que la reducci�n a la mitad del n�mero de personas que padecen hambre en el mundo generar� beneficios econ�micos por un total de 120 000 millones de d�lares EE.UU. anuales, puesto que con ello se liberar� de las cadenas del hambre a millones de personas, que comenzar�n a vivir m�s tiempo y de forma m�s productiva. Tambi�n disminuir� la mortalidad infantil, mejorar� la salud de las madres, se reducir� el riesgo de enfermedades infecciosas y se prolongar� la vida de las personas con VIH/SIDA. Asimismo, a medida que los pa�ses en desarrollo se vuelvan m�s pr�speros, obtendr�n tambi�n mayores beneficios como asociados comerciales mundiales.
La lucha contra el hambre como m�xima Elegido por su programa pol�tico basado en liberar a su pa�s del hambre, el Presidente del Brasil, Luiz In�cio Lula da Silva ha lanzado el “Proyecto Hambre Cero”, destinado a eliminar el hambre en el curso de los cuatro a�os que durar� su mandato. Aunque son pocas las personas que mueren de inanici�n en este pa�s, la pobreza generalizada provoca enfermedades, muertes prematuras y una menor productividad. En Sierra Leona, el Presidente Alhaji Dr Ahmad Tejan Kabbah est� llevando adelante a su pa�s tras una devastadora guerra civil que ha causado estragos en los medios de subsistencia rurales y los m�todos tradicionales de producci�n de alimentos. Ha prometido que al final de su mandato de cuatro a�os nadie en su pa�s pasar� hambre un solo d�a. Para reducir el hambre, ambos pa�ses adoptar�n un enfoque basado en los derechos (v�ase “Derecho a no padecer hambre”), aplicando el m�todo de la doble v�a, consistente en medidas a corto y largo plazo. Ambos pa�ses reciben asistencia de la FAO a trav�s del Programa Especial para la Seguridad Alimentaria. Este programa ayuda a las comunidades a adquirir un control mayor de su propio destino. Los m�todos participativos habilitan a los agricultores para diagnosticar los problemas con que se enfrentan y a intervenir en los procesos de adopci�n de decisiones a fin de encontrar soluciones. |
Las tres cuartas partes de las personas pobres viven en zonas rurales y obtienen su sustento de la agricultura o actividades conexas. Pese a ello, muchos gobiernos de pa�ses en desarrollo no invierten un volumen suficiente de sus recursos en la agricultura. Mientras los pa�ses preparan documentos de estrategia de lucha contra la pobreza orientados al logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la Alianza puede contribuir en gran medida a corregir ese desequilibrio.
Adem�s, si bien se han hecho importantes progresos en el aumento de la producci�n de alimentos, no se ha prestado suficiente atenci�n a los peque�os agricultores rurales, elementos fundamentales en la alimentaci�n de quienes se ven m�s aquejados de pobreza y hambre.
La Alianza tambi�n puede ayudar a los pa�ses a eliminar los obst�culos que encuentran las mujeres, que si bien representan la mayor�a de los peque�os agricultores, carecen con frecuencia de acceso a recursos esenciales como la tierra y el agua, tienen menos poder de decisi�n y menos posibilidades de obtener cr�ditos.
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La Alianza necesitar� alentar a los pa�ses desarrollados a trabajar m�s en pro de la erradicaci�n del hambre y la pobreza. Si la preocupaci�n de estos pa�ses es sincera, deber�n abrir sus mercados a las exportaciones agr�colas procedentes de los pa�ses en desarrollo, reducir las subvenciones a su sector agr�cola y compartir la tecnolog�a. Los asociados en la Alianza pueden contribuir asimismo a crear en los pa�ses pobres capacidad para mejorar la calidad e inocuidad de sus productos alimenticios, permiti�ndoles as� competir de manera m�s plena en el comercio internacional.
La generosidad de los pa�ses donantes ser� m�s importante que nunca, puesto que muchos pa�ses afectados por un hambre y una pobreza generalizadas no pueden generar internamente suficientes recursos para estimular el crecimiento o elaborar programas destinados a atender las necesidades urgentes generadas por el hambre.
Tres organismos del sistema de las Naciones Unidas con sede en Roma: En la Conferencia Internacional sobre la Financiaci�n para el Desarrollo celebrada en Monterrey (M�xico) en 2002, la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agr�cola y el Programa Mundial de Alimentos hicieron un llamamiento conjunto a fin de que se redoblaran los esfuerzos encaminados a erradicar el hambre y la pobreza. Se�alaron que los gobiernos y los asociados para el desarrollo que no hab�an traducido los compromisos contra�dos en programas concretos para conseguir un cambio duradero estaban frenando el progreso. En Monterrey, muchos pa�ses prometieron aumentar la asistencia oficial para el desarrollo (AOD). La Uni�n Europea acord� aumentar su AOD a un 0,39 por ciento de los ingresos para 2006 y los Estados Unidos de Am�rica anunciaron que incrementar�an su asistencia para el desarrollo a 5 000 millones de d�lares EE. UU., en un plazo de tres a�os. Concentrando la atenci�n en la situaci�n de quienes padecen pobreza y hambre, la Alianza Internacional contra el Hambre mantendr� la presi�n sobre los pa�ses para que cumplan con �stas y otras promesas. |
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El mundo ya produce suficientes alimentos para alimentar a todos sus habitantes. Tambi�n se cuenta con los conocimientos t�cnicos necesarios para mejorar la nutrici�n y aumentar el acceso a los alimentos. Si hemos fracasado en nuestros esfuerzos- y los 840�millones de personas que padecen hambre indican que as� ha sido-, se debe sobre todo a la falta de voluntad pol�tica. La Alianza Internacional contra el Hambre es una v�a para hacer desaparecer la apat�a y la indiferencia y entrar en una nueva era de cooperaci�n y acci�n, de modo que por fin unamos nuestras fuerzas para actuar con rapidez y conseguir reducir y en �ltima instancia eliminar el flagelo del hambre.
D�a Mundial de la Alimentaci�n |
Cumbre Mundial sobre la Alimentaci�n: cinco a�os despu�s |
Organizaci�n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci�n |