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Reconstrucción sostenible: antecedentes y acciones de recuperación pospandemia para Chile












​FAO. 2020. Reconstrucción sostenible: antecedentes y acciones de recuperación pospandemia para Chile. Santiago



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    Brochure, flyer, fact-sheet
    Fomento de la resiliencia de los pequeños agricultores para la recuperación: Proteger a los más vulnerables, promover la recuperación económica y mejorar las capacidades de gestión de riesgos
    Programa de la FAO de respuesta y recuperación ante la pandemia COVID-19
    2021
    La pandemia COVID-19 está teniendo impactos devastadores de corto y largo plazo en la vida y los medios de vida de personas en entornos rurales y urbanos. Además del coste de la pandemia para la salud humana y la vida cotidiana, las medidas de contención, y en especial la restricción de movimientos de personas y bienes, están provocando un incremento dramático de la pobreza, destruyendo medios de vida, y haciendo aumentar la inseguridad alimentaria. Elaborado con anterioridad a la pandemia, el último Informe mundial sobre las crisis alimentarias1 advertía del incremento en el número de personas que sufrían inseguridad alimentaria que en 2019 llegaba a los 135 millones en 55 países. Se calcula que la pandemia global podría empujar a 71 millones de personas más a la pobreza extrema en 2020, lo que supondría un aumento, por primera vez desde 1998, en la proporción de la población mundial que sobrevive con menos de 1,90 USD al día.2 La pandemia ha exacerbado las desigualdades de género existentes en cuanto a limitación en el acceso a los servicios básicos, aumento de las responsabilidades laborales y del hogar, un aumento en la violencia per motivo de género y la pérdida de oportunidades de empleo en el sector informal3 (en promedio, las mujeres representan el 43% de la mano de obra en agricultura). El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, afirmó en su Nota de orientación de abril de 2020 que “en todas las esferas –desde la salud a la economía, la seguridad a la protección social–, los impactos de COVID-19 son más severos para las mujeres y las niñas simplemente por razón de su sexo”.4 La pandemia pone en peligro los esfuerzos por alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de poner fin a la pobreza y el hambre y alcanzar la igualdad de género para 2030.
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    Brochure, flyer, fact-sheet
    Programa de la FAO de respuesta y recuperación ante la pandemia COVID-19 – Inclusión económica y protección social para aliviar la pobreza
    Respuestas en favor de las personas pobres para una recuperación económica inclusiva tras la pandemia
    2021
    La pandemia COVID-19 está afectando de manera directa e indirecta la salud y el bienestar en todo el mundo. La enfermedad y las medidas de contención están exacerbando las desventajas sociales y económicas de las personas más vulnerables de la sociedad. Estos impactos sociales y económicos podrían provocar reveses devastadores en los esfuerzos por lograr la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Las persistentes desigualdades entre poblaciones rurales y urbanas, ricos y pobres, mujeres y hombres exacerbarán estos efectos. Las personas que viven en las zonas más afectadas por el cambio climático, los conflictos, el desplazamiento forzoso y la migración se verán aún más vulnerables. Las consecuencias socioeconómicas de la pandemia COVID-19 resaltan con mayor urgencia al llamado a la erradicación de la pobreza, especialmente en las zonas rurales. Teniendo en cuenta que cerca del 80% de los 734 millones de personas en pobreza extrema viven en zonas rurales, y que casi el 70% de las metas de los ODS se refieren a zonas rurales para lograr la Agenda 2030 es preciso dedicar mayor atención en el desarrollo rural. Según estimaciones actuales del Banco Mundial, la crisis impulsada por la pandemia COVID-19 podría hacer que a hasta 100 millones de personas se encuentren en situación de pobreza extrema para finales de 2020. Las comunidades rurales están menos preparadas y tienen menor capacidad para hacer frente a las consecuencias socioeconómicas de la pandemia y, dado el carácter interconectado de la mayoría de los espacios rurales, esto conlleva repercusiones significativas para los medios de vida rurales, los sistemas alimentarios en general y la seguridad alimentaria a nivel nacional. Las zonas rurales y las poblaciones rurales son una parte integral de las cadenas de suministro de alimentos en la producción, procesamiento, comercio y transporte, y se ven directamente afectadas por perturbaciones en la demanda y cualquier restricción de movilidad de la fuerza laboral o el transporte de bienes. La mayor parte de las poblaciones rurales, en especial las personas pobres, dependen de fuentes de ingresos diversificadas para su subsistencia, incluyendo jornales agrícolas y actividades no agrícolas. La actividad económica en las zonas rurales, especialmente para mujeres y jóvenes, es mayoritariamente informal.
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    Brochure, flyer, fact-sheet
    Programa de la FAO de respuesta y recuperación ante la pandemia COVID-19 - Comercio y normas de inocuidad de alimentos
    Facilitar y acelerar el comercio alimentario y agrícola durante la pandemia COVID-19 y más allá
    2021
    La pandemia de COVID-19 tendrá un impacto sin precedentes en el comercio mundial y regional. Según la Organización Mundial del Comercio (OMC), el comercio mundial de mercancías en 2020 podría caer hasta en un 32%. La situación actual no se parece a ninguna otra crisis alimentaria o sanitaria de nuestra época, con choques paralelos de oferta y demanda de alcance global. La escasez de mano de obra por la restricción de la movilidad está afectando a todos los aspectos de las cadenas de suministro de alimentos y productos agrícolas, desde la producción hasta la elaboración y la venta al por menor, lo que conlleva riesgos tanto inmediatos como a largo plazo para la producción y la disponibilidad de alimentos. Al mismo tiempo, la enorme escala de la recesión económica, con pérdidas de empleo generalizadas y reducciones en los ingresos y las remesas, está suscitando una gran preocupación en torno al hambre y la malnutrición. Los grupos más vulnerables ya sufren de pobreza y padecen inseguridad alimentaria, especialmente en países afectados por múltiples crisis (variabilidad meteorológica extrema, plagas de langostas del desierto y enfermedades de plantas y animales), quienes están sufriendo una importante depreciación de sus divisas (sobre todo las economías que dependen de los productos básicos), y los afectados por conflictos, donde los vínculos logísticos y de distribución de la cadena de suministro ya son de por sí frágiles. Todo ello ha llevado a muchos países a adoptar distintas medidas para proteger a sus poblaciones de la crisis. Las restricciones comerciales puntuales han sido un aspecto habitual de la respuesta inmediata, tanto las restricciones a las importaciones por preocupaciones relativas a la inocuidad de los alimentos que no tienen necesariamente una base científica, como las restricciones a las exportaciones por preocupaciones relativas a la disponibilidad de alimentos en el país y la incertidumbre de los mercados. Se ha comprobado que este tipo de medidas no hacen sino exacerbar la situación y provocar perturbaciones en las cadenas de suministro. Por tanto, para mitigar los efectos de crisis como la pandemia COVID-19, en lugar de restringir el comercio, lo que en realidad haría falta sería facilitar y potenciar ese comercio, tanto dentro de las regiones como entre ellas y mejorar el acceso a los mercados.

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