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ANEXO 7
Discurso inaugural de la Excma. Sra. María del Rocío Sáenz Madrigal
Ministra de Salud de Costa Rica

Me complace compartir el acto inaugural de la Conferencia Regional FAO/OMS sobre Inocuidad de Alimentos para las Américas y el Caribe, la cual viene a responder a las peticiones de asesoramiento sobre políticas y acciones para el fortalecimiento de la construcción de capacidad en temas relativos a la inocuidad de los alimentos de los países de la región.

La inocuidad alimentaria es fundamental para asegurar el derecho de cada individuo a tener accesos a alimentos sanos e inocuos, tal como lo establece la declaración sobre los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, ratificado en la Conferencia Internacional sobre Nutrición, Roma 1992.

Asimismo la inocuidad de alimentos se constituye en una iniciativa más para el progreso y el alcance de las metas del Desarrollo del Milenio, particularmente en la disminución del hambre y la pobreza, la reducción del impacto de la morbilidad y mortalidad infantil y el fortalecimiento de la educación y el desarrollo sostenible.

La Organización Mundial de la Salud estima que en el mundo, anualmente ocurren 1,2billones de episodios de diarreas y 2,2millones de muerte atribuibles a alimentos contaminados, de las cuales 1,8millones ocurren en niños menores de cinco años de edad.

En la región de las Américas las diarreas agudas de origen bacteriano y viral continúan siendo una de las primera causas de morbilidad en todos los grupos etarios y de mortalidad en la población de niños y niñas menores de cinco años con mayor impacto en las comunidades desprotegidas, pobres y con mal nutrición.

En América Latina y el Caribe, según información del INPPAZ de la OPS, las muertes por causa de alimentos contaminados según agente etiológico son dados en orden descendente por químicos, toxinas marinas, virus, bacterias. Se ha reportado un incremento de la susceptibilidad de grupos vulnerables tales como: adultos mayores, inmunocomprometidos, mujeres embarazadas, infantes y niños, y los que sufren de malnutrición.

Las consecuencias económicas de las enfermedades transmitidas por alimentos y contaminación de alimentos podemos resumirlas como: mayor costos médicos, disminución la productividad en el país y en las personas, mayores pérdidas de alimentos, disminución del comercio de alimentos tanto internacional como nacional, y reducción de turismo; siendo éste último de gran relevancia para CostaRica.

La inocuidad de alimentos: un desafío de Salud Pública

En Costa Rica, se reporta una importante disminución de las muertes por diarreas, de 1995 al 2004, los casos reportados pasan de 131 a 93, disminuyendo la tasa de 3,9 por ciento a 2,19 por ciento.

De las investigaciones de 17 muestras de personas que murieron por diarrea en el año 2001, se encontró que 71 por ciento se identificaron como shigella flexneri, áscaris lumbricoides, salmonella typhimurium, escherichia coli enterogénica, aeomonas hydrophila, rotavirus y microsporidium; y de los 16brotes que se estudiaron en el 2003, se encontró que 25por ciento fueron causados por contaminación de alimentos, 18,75 por ciento por el agua, y en el 56,25por ciento no se determinó. Los agentes causales fueron: shigella 37,5 por ciento, salmonella 18,75 por ciento, rotavirus 6,25 por ciento, escherichia coli 6,25 por ciento, y enteropatógenos.

Necesidad de regular y controlar las enfermedades emergentes y reemergentes transmitidas por alimentos

Preocupa cada vez más el gran número de enfermedades emergentes y reemergentes, más cuando éstas son tomadas como armas biológicas tal como en el caso del botulismo, y la necesidad de prevención de muchas de ellas, tal es el caso de la encefalopatía espongiforme nueva modalidad (enfermedad de las vacas locas), que tantos estragos económicos ha significado para los países europeos. Por lo que es importante el mejorar los conocimientos de los efectos y consecuencias para la Salud Pública de las enfermedades transmitidas por alimentos como son la meningitis, la septicemia, el aborto, la malnutrición y la muerte.

Políticas nacionales en torno a la inocuidad de alimentos

La inocuidad de alimentos es una política del Estado Costarricense dada por los diferentes sectores relacionados, destacando el Económico, el Agropecuario y el de Salud. La Política Nacional de Salud 2002–2006 establece: “Procesos integrales intersectoriales e interinstitucionales orientados a garantizar la disponibilidad, equidad, acceso y consumo de alimentos inocuos y nutritivos para prevenir enfermedades relacionadas con la alimentación”. Además la Política Nacional de Alimentación y Nutrición 2003–2006, dirigida y conducida por la Secretaría de la Política Nacional de Alimentación y Nutrición (SEPAN), establece estrategias, “la promoción del consumo de alimentos nutritivos e inocuos” y el “desarrollo de un sistema intersectorial de control de inocuidad y calidad sanitaria de alimentos, basada en evidencia científica”.

Permítanme realizar algunas recomendar, para sean tomadas en cuenta en esta importante Conferencia Regional FAO/OMS sobre inocuidad de los alimentos para las Américas y el Caribe: 1)Crear el Sistema Internacional de Inocuidad de Alimentos con los Componentes de Regulación, Vigilancia, Investigación y Transferencia Tecnológica, 2)Lograr la Cooperación Internacional para la conformación de Redes de Laboratorios y Capacitación; 3)Determinar, a nivel internacional, los laboratorios de referencia especializados en enfermedades emergentes y reemergentes con principios de equidad, transparencia y rigurosidad científica; 4)Crear un sistema de asesoría jurídica internacional para la modernización y el fortalecimiento de las normativas, ampliando Codex; y 5)Lograr la Cooperación técnica en el desarrollo de políticas en inocuidad de alimentos.

Además, compartir con ustedes la experiencia de Costa Rica de contar con una Comisión Interinstitucional de Inocuidad de Alimentos (CIIA) y con la SEPAN, encargadas en dar cumplimiento de la política nacional de inocuidad de alimentos, pudiendo ser de gran utilidad para los países participantes.

Estoy segura que las conclusiones a las que lleguen en este encuentro será un gran aporte para unificar esfuerzos y seguir mejorando los sistemas nacionales de inocuidad de alimentos de cada uno de los países participantes.

No quisiera finalizar sin antes expresar mi más sincera bienvenida a los representantes de los 35 países que nos visitan, a los expertos de la FAO y la OMS y de otros organismos internacionales, así como a los participantes nacionales que hoy nos honran con su presencia.

Les deseo muchos éxitos en este esfuerzo encomiable, en pro de una mejor calidad de vida de los pueblos de nuestra región.

Muchas gracias.


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