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ANEXO 9(continuar)

C. Inocuidad de los alimentos de venta callejera

La venta callejera de los alimentos en América Latina y el Caribe constituye un fenómeno con connotaciones socioculturales, económicas y sanitarias en la región (Costarrica y Morón 1997), manifestando un acelerado incremento causado en parte por el crecimiento urbano, una situación socioeconómica difícil y altas tasas de desempleo. Cuéllar en 1994 (citado por Costarrica y Morón, 1997) encontró que el monto de ventas representaba un ingreso mayor al salario mínimo reconocido en los países, lo que refleja la importancia económica de este tipo de actividad.

Asimismo las ventas de alimentos en las calles constituyen una alternativa viable y económica para las poblaciones de las grandes urbes, como oferta de alimentos y empleo. Por otro lado, estas ventas representan un reto para las administraciones municipales que deben desarrollar medidas para regular el uso del suelo, mecanismos de acceso a servicios de agua, sanitarios y recolección de basura para los vendedores, y sistemas de registro y control de estaactividad, estos costos asociados aún no se han cuantificado. (Costarrica, y Morón, 1997).

El crecimiento ilimitado y la falta de regulación de esta actividad, somete a una fuerte tensión los recursos de las ciudades e influye negativamente sobre la vida cotidiana, a causa de la congestión del tráfico y la acumulación de basura (Informe Reunión Técnica FAO, 1995).

En un informe presentado por la República Dominicana (2005) se indica que es necesario aplicar normativas de inocuidad y control sobre las ventas de alimentos en las vías públicas, ya que diversos aspectos socioeconómicos influyen en que cada vez más personas consuman alimentos fuera de sus hogares. Destacan la importancia de tener mayor control sobre las deficiencias de almacenamiento y las malas prácticas higiénicas de elaboración y manipulación de los alimentos.

C.1. Regulaciones Nacionales

La regulación de los alimentos vendidos en la vía pública requiere la adopción de disposiciones jurídicas de dos tipos. El primero consiste en la concesión de una licencia para ejercer la actividad y puede incluir limitaciones relativas al tipo de alimentos vendidos y al lugar de venta. El segundo se refiere a la aplicación de medidas concretas para proteger a los consumidores contra los peligros para la salud y el fraude comercial. (Informe Reunión Técnica FAO, 1995).

No cabe duda entonces, que el papel de las autoridades locales de cada país es de gran importancia, tanto a nivel de legislación, como del papel de capacitadores y reguladores. Pese a ello, muchos de los países de la región aún no cuentan con regulaciones concretas en el tema de la inocuidad de los alimentos vendidos en la vía pública (Informe Reunión Técnica FAO, 1995).

En el caso de Costa Rica, por ejemplo, dicha actividad está prohibida por la Ley General de Salud № 5395. Sin embargo, algunas municipalidades otorgan patentes para ventas en las vías públicas. Una de las condiciones exigidas para otorgar la patente es que sólo pueden venderse alimentos previamente empacados, prohibiendo la elaboración en el lugar, requisito que no siempre es cumplido por los vendedores. Esto refleja falta de claridad en la coordinación entre las autoridades sanitarias y las municipalidades. No obstante, se hacen esfuerzos para minimizar el riesgo a la salud de los consumidores y en la capital se está reubicando estas ventas callejeras en áreas donde se reúnen las condiciones básicas de salubridad y seguridad evitando la conglomeración de personas.

En octubre del 2002 se convocó a un Grupo de Trabajo de la Región del Caribe para tratar el tema de las ventas callejeras, la reunión fue atendida por 17 países en total. Los gobiernos de dicha región reconocieron que las ventas callejeras juegan un rol socioeconómico muy importante en términos alternativas de empleo, ingresos especiales para las mujeres y alimentos a precios accesibles para las personas de clase económica media y baja, y además enfrentan una serie de problemas de inocuidad por la manipulación de los alimentos. Se requiere establecer programas de monitoreo, educación y asistencia técnica para los vendedores. (Dardano, 2003).

En Panamá el Código Sanitario reglamenta la venta callejera, además mediante decreto ejecutivo se reglamenta la capacitación de manipuladores de alimentos y el Ministerio de Salud representado en el Departamento de Protección de Alimentos supervisa esta actividad (www.ingenieriadealimentos.com)

En Chile la venta callejera sólo se acepta bajo lo establecido en el Reglamento Sanitario de Alimentos. Como parte de la Vigilancia Sanitaria, las ventas informales se controlan sanitaria y policialmente (www.minsalud.cl)

C.2. Aspectos sanitarios

Las características de los puestos de venta, higiene de los vendedores y la preparación de los alimentos callejeros son factores que afectan el riesgo de contaminación de los alimentos. (Costarrica y Morón, 1997).

Los alimentos vendidos en la calle son definidos como “alimentos listos para consumir” y dado su bajo costo y buen gusto, son populares como fuente de alimentación. Para Brasil, aspectos como las características comerciales, infraestructuras pobres, características de los productos vendidos y la carencia de medidas sanitarias incrementan el riesgo de una potencial intoxicación por contaminación bacteriana de los alimentos. Varios estudios realizados en ese país por Catanozi y colaboradores en 1999, demuestran la presencia de microorganismos patógenos y altos recuentos microbiológicos en diferentes ventas callejeras realizadas en el país.

Almeida y colaboradores (1996) (citados por Hanashiro et al. 2004), reportan que en estudios similares realizados en varias ciudades de América Latina se obtuvo que la frecuencia de contaminación fecal de alimentos se encuentra entre un 9,4 por ciento y un 56,7 por ciento sobre el estándar establecido. En el caso de B. cereus la incidencia se encuentra entre un 1,7 por ciento a 8,1 por ciento de muestras en ventas callejeras sobre el límite máximo de seguridad y para S. aureus entre un 1,9por ciento a 25,2 por ciento sobre el límite (103 CFU/g). Es claro que existe un problema preocupante en las ventas callejeras, no sólo a nivel de la Región de las Américas y el Caribe sino a nivel mundial, pero sólo algunos países han establecido regulaciones específicas y prácticas para su comercio (Hanashiro A., et al. 2004).

Los alimentos de venta callejera fueron considerados en Perú en 1991, como uno de los canales de diseminación de la epidemia del cólera (Dawson y Costarrica, 1992). En ese mismo año en Argentina fueron detectados tres brotes de enfermedades transmitidas por alimentos, atribuidos a emparedados de miga expendidos en la calle (Cuellar, 1994; FAO, 1991).

La incorporación de tecnologías mejoradas en la preparación y comercialización de las comidas expendidas en la vía pública es una de las principales líneas de acción de proyectos dirigidos al control sanitario. Alternativas para la adopción de estas tecnologías mejoradas sería la sustitución de los puestos de venta o la modificación parcial de los puestos ya existentes, recomendando y facilitando soluciones para cada aspecto deficitario.

En ambos casos es indispensable el respaldo de una institución que financie a los vendedores bajo condiciones favorables y accesibles. Por ejemplo, en la ciudad de México como parte de un proyecto de FAO, se ha desarrollado un modelo de puesto de venta en acero inoxidable. En Perú igualmente, se han desarrollado dos modelos, un puesto móvil de carácter integral instalado en un triciclo y construido en hierro galvanizado y en acero. El otro modelo pero de carácter parcial denominado “módulo higiénico-sanitario” fue propuesto para resolver los problemas de abastecimiento de agua y de eliminación de residuos sólidos. De las dos soluciones propuestas el triciclo integral ha tenido más acogida por su menor costo (Palomino, 1996).

Entre 1991 y 1994 la FAO brindó una capacitación en América Latina y el Caribe para manipuladores de alimentos, como también a los jefes de control de alimentos de nivel nacional y municipal, inspectores sanitarios de alimentos y personal de laboratorio de control en temas de higiene y control de los alimentos (Costarrica y Morón, 1997).

D. Conclusiones y Recomendaciones en General

  1. Adoptar y fortalecer los sistemas de Buenas Prácticas y asegurar su cumplimiento es trascendental para lograr alimentos inocuos, que brinden seguridad a la salud de los consumidores, se produzcan con métodos amigables con el ambiente y sean económicamente rentables para los productores.

  2. Sin embargo para que estos métodos sean de aplicación generalizada en los países se requiere:

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FAO. 2003. Informe del Taller nacional de capacitación de formadores sobre aplicación de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) y Sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP) en el control de alimentos. Venezuela, 2003.

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FAO. 2002. Informe del Taller nacional de capacitación de formadores sobre aplicación de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) y Sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP) en el control de alimentos. República Dominicana, 2002.

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Información de consultas específicas vía correo electrónico a fuentes de diferentes países de la región.

1 Intervenciones de autores descritas en el anexo del documento: Ricardo Adonis, 115; Ricardo Inciarte, 119; Álvaro Barros 132; Fernando Mietto, 139; Ana C. Silvero, 141.

Tema 7 del programaAC 05/5

COOPERACION INTERNACIONAL Y REGIONAL EN LA INOCUIDADDE LOS ALIMENTOS
(Preparado por FAO; OPS/OMS1; IICA; OIRSA)

Introducción

La inocuidad de los alimentos es un tema esencial para la salud pública y la economía de todos los países. La contaminación química y microbiológica de los alimentos es una causa importante de enfermedad. Las enfermedades transmitidas por los alimentos continúan siendo un problema real mayor tanto en países desarrollados como en países en vías de desarrollo, causando gran sufrimiento humano e importantes pérdidas económicas.

Sistemas efectivos de inocuidad de los alimentos, además de mejorar la salud pública, son también vitales para el mantenimiento de la confianza del consumidor en el sistema de alimentos y para proveer una firme base reglamentaria para el comercio de alimentos doméstico e internacional, que apoya el desarrollo económico. Los recientes Acuerdos internacionales desarrollados en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC) enfatizaron la necesidad de que los reglamentos que gobiernan el comercio internacional de alimentos estén basados en principios científicos. El Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF) permite a los países adoptar medidas legítimas para proteger la vida y la salud humana, animal y vegetal, considerando que estas medidas puedan ser justificadas científicamente y no constituyan una restricción innecesaria al comercio.

Los sistemas tradicionales de inocuidad de los alimentos son inadecuados para afrontar el complejo conjunto de cuestiones sobre inocuidad de los alimentos, en persistente difusión y evolución, que existe actualmente. A los efectos de manejar y responder efectivamente al amplio espectro de desafíos en inocuidad de los alimentos que actualmente confrontan los países, se necesitan sistemas nacionales de control de alimentos2 basados en 1)datos científicos, 2)un enfoque preventivo, 3)análisis de riesgo3, 4)un enfoque de la cadena alimentaria4, y 5) participación de todos los interesados.

Por tanto, urge que gobiernos, sector público y privado, consumidores y otros interesados trabajen en forma concertada en la responsabilidad común de asegurar la inocuidad de los alimentos de la granja a la mesa. La cooperación en el ámbito nacional, subregional, regional e internacional brinda oportunidades de potenciar y maximizar beneficios para mejorar la salud humana y el desarrollo económico.

Funciones de la FAO y la OMS en asegurar la inocuidad de los alimentos

Respondiendo a estas inquietudes, la 53 Asamblea Mundial de la Salud, mediante la ResoluciónWHA53.15, solicitó a la Directora General de la OMS que estableciera una estrategia mundial para la vigilancia de las enfermedades de transmisión alimentaria y que reforzara la cooperación técnica en los países miembros en relación con la inocuidad de los alimentos y la salud. Como respuesta a eso, la OMS hoy coloca entre sus diez principales prioridades en salud la inocuidad de los alimentos; consecuentemente el programa de inocuidad de alimentos pasó a ser el Departamento de Inocuidad de Alimentos.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) como Oficina Regional de la OMS para las Américas, es un catalizador para asegurar que toda la población de las Américas goce de una óptima salud, así como contribuir al bienestar de la población. En el área de inocuidad de los alimentos, desarrolla un plan estratégico de cooperación técnica focalizado en los países que ha sido presentado y aprobado por reuniones interministeriales de salud y agricultura, así como por el Consejo Directivo de la OPS. La OPS es la única región de la OMS que tiene un grupo técnico especializado en inocuidad de alimentos, y ha venido trabajando con los países miembros en la construcción de una nueva visión y acciones para mejorar la inocuidad de los alimentos, basado en un cambio de los tradicionales servicios de inspección hacia un enfoque sistemático de toda la cadena alimentaria.

Esta estrategia considera las orientaciones de la política dadas por la Comisión Panamericana de Inocuidad de los Alimentos - COPAIA.

En respuesta a las recomendaciones de sus órganos rectores, como la Recomendación #47 de la 27a Conferencia Regional de la FAO para América Latina y el Caribe para Desarrollar capacidades técnicas a fin de enfrentar los requisitos de inocuidad de alimentos, equivalencias y otros aspectos sanitarios que inciden en la comercialización, y a las demostradas necesidades de la región, la FAO ha emprendido una serie de actividades, incluyendo la implementación de proyectos de campo, talleres y cursos de capacitación y la producción de instrumentos de utilidad para ayudar en el desarrollo de sistemas efectivos de control de los alimentos. Estas actividades están con frecuencia coordinadas con la OMS u otras organizaciones pertinentes.

La FAO es la agencia de la ONU con el mandato de elevar los niveles de nutrición, mejorar la productividad agropecuaria, mejorar las condiciones de vida de las poblaciones rurales y contribuir al crecimiento de la economía mundial. Los Gobiernos se están dando cuenta cada vez más de la importancia de reducir el riesgo de contaminación de los alimentos en su origen, el cual se encuentra frecuentemente en la granja o en el nivel de pesca. Por consiguiente, dado que las cuestiones relativas a la obtención de productos de origen animal y vegetal, como al procesamiento de los alimentos y su distribución están incluidas en el mandato de la FAO, le corresponde a la FAO asistir a los países en implementar un enfoque de inocuidad de los alimentos sobre toda la cadena alimentaria.

Para lograr este objetivo, la FAO desarrolló su estrategia para asegurar alimentos inocuos y nutritivos basada en un enfoque interdisciplinario destinado a proporcionar asesoramiento normativo, técnico y en materia de políticas para la implementación de las normas internacionales vigentes mediante una combinación de intervenciones reglamentarias y no reglamentarias, según proceda, en los puntos de la cadena alimentaria donde se obtengan mejores resultados. La implementación de estas normas internacionales permite a los países cumplir con los requisitos del Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF) y el Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio (OTC) y además asegurar la salud pública nacional. La estrategia abarca tanto la cadena alimentaria formal como la informal y permite a los países una implementación gradual de acuerdo a sus necesidades y capacidades. La aplicación de la estrategia prevé, por consiguiente, el reforzamiento de las actividades de asistencia técnica y creación de capacidad, el asesoramiento sobre políticas para atenuar el aumento de los costos, y mayores inversiones de instituciones públicas y privadas en las etapas apropiadas de la cadena alimentaria. También asigna un papel importante para los servicios de comunicación y extensión, así como el reforzamiento de la cooperación con otros organismos internacionales que trabajan en áreas equivalentes o relacionadas.

FACTORES QUE CONDUCEN HACIA UN NUEVO ENFOQUE DE LOS PROGRAMAS NACIONALES DE CONTROL DE ALIMENTOS

La inocuidad de alimentos requiere el análisis de riesgos desde la producción hasta el consumo

Los programas tradicionales de control de alimentos se enfocan en el control del producto final. Por ejemplo, programas de inspección en plantas de carnes o inspección de establecimientos transformadores de alimentos. Actualmente, para responder a la competitividad se utilizan insumos de manera inadecuada como aditivos alimentarios, micro-nutrientes, plaguicidas y medicamentos veterinarios, que deben ser controlados a lo largo de la cadena alimentaria para asegurarse que su uso sea seguro. Los últimos 10 años han demostrado que acciones tradicionales, basadas en problemas bien definidos, no siempre son suficientes para enfrentar los nuevos retos. La encefalopatía espongiforme bovina (EEB) y la aparición de contaminantes como la dioxina son ejemplos en donde el problema inició con los insumos, pero las mayores consecuencias se manifestaron a lo largo de la cadena alimentaria.

Como se expuso anteriormente, los sistemas modernos de control de los alimentos deben estar basados en análisis de riesgos y abarcar toda la cadena alimentaria. El Manual FAO/OMS de Lineamientos Generales y Marco de Referencia sobre Análisis de Riesgo relacionado con la Inocuidad de los Alimentos refuerza la aplicación del análisis de riesgo considerado como un enfoque preventivo y científicamente basado para asegurar la inocuidad de los alimentos.

Mejorar la capacidad de análisis de riesgo

Donde las metas de salud pública no son alcanzadas, el análisis de riesgo permite evaluar opciones y proponer modificaciones en la ejecución de los sistemas de control de alimentos. Hoy en día la resolución de conflictos sobre la base de un fundamento científico, establece al análisis de riesgo como referencia en la toma de decisiones y subraya la importancia de la comunicación del nivel de riesgo a todas las partes interesadas. De la misma forma, la evaluación de riesgo debe contemplar un equipo interdisciplinario. Por otro lado, el compartir información entre agencias gubernamentales, instituciones académicas y el sector privado, puede repercutir en ventajas competitivas más sólidas.

Aunque los enfoques tradicionales (mejoramiento de los sistemas de inspección y análisis) han probado ser bastante satisfactorios, el análisis de riesgo toma en consideración la susceptibilidad de las poblaciones combinada con los niveles bajos de exposición a los potenciales peligros químicos y microbiológicos. Sin embargo, se necesitan más datos sobre la ingesta alimentaria y las concentraciones de contaminantes en los alimentos, en particular en los países más pobres, para poder evaluar, gestionar y comunicar esos riesgos, incluyendo el establecimiento de normas nacionales e internacionales. Es por ello que las interacciones con organismos trabajando en inocuidad alimentaria y nutricional son muy importante, así como las interacciones en evaluación y manejo de riesgos. Por otro lado, la calidad de los diagnósticos es fundamental. Por ello, FAO y OPS han identificando y vinculando laboratorios de alimentos por medio de la Red Interamericana de Laboratorios de Análisis de Alimentos (RILAA). Del mismo modo los laboratorios clínicos se han organizado en red por medio de la PULSENET América latina y el programa Global de la OMS en Vigilancia de Salmonella (WHO-Global Salm Surv).

Según ya se ha hecho referencia, la FAO, en colaboración con la OMS, ha producido manuales sobre análisis de riesgo relacionado con la inocuidad de alimentos y sobre Biosecurity. Se organizaron cursos de capacitación y talleres basados en estos manuales y se planean realizar otros próximamente5.

Los programas modernos de control de alimentos se basan en la articulación de los sectores público y privado

El abordaje normativo vertical era la piedra angular de los programas tradicionales de inocuidad de alimentos. El sector privado era pasivo, receptor de los resultados negativos y positivos de las acciones del Estado. La expansión hacia toda la cadena alimentaria conllevo la redefinición de los papeles del Estado y del sector privado. El Estado ahora incluye los ministerios de agricultura, salud, comercio, turismo y otros. Entre sus aliados están las universidades e institutos de investigación para evaluar las nuevas tecnologías y tendencias. El sector privado, por ser dueño de los productos y procesos, es el más activo y tiene la responsabilidad de incorporarse para definir, apoyar y sostener las políticas y programas de la inocuidad de alimentos.

Asegurar la inocuidad de los alimentos a lo largo de toda la cadena alimentaria requiere colaboración y educación en todas las etapas. La capacitación es un elemento esencial para implementar sistemas que aseguren la calidad y las buenas prácticas tales como el sistema de análisis de peligros y de puntos críticos de control (APPCC), las buenas prácticas de manufactura (BPM) y las buenas prácticas de higiene (BPH), junto a todas las otras actividades ligadas a la producción de alimentos inocuos. Asimismo, todos aquellos que trabajan en la producción de alimentos deben ser cuidadosamente capacitados en sus responsabilidades. De manera particular, los responsables de la dirección y control deben ser concientes de los riesgos asociados a la producción de alimentos y tomar las medidas apropiadas para atenuar dichos riesgos. Deben ser aplicadas BPH de acuerdo con el Código de Principios Generales del Codex sobre Higiene de los Alimentos y con otras directrices del Codex para ciertos alimentos.

La salud pública y la inocuidad de alimentos

En las últimas dos décadas las autoridades de salud pública de los países en las Américas han enfrentado un aumento substancial en el número de enfermedades de origen alimentario. Además la tarea de estimar con cierto grado de precisión la aparición de ETA es realmente difícil ya que en muchos países los sistemas de vigilancia epidemiológica son inadecuados, los brotes son registrados en forma insatisfactoria y sólo una pequeña proporción se notifica a los servicios de salud, y se llevan a cabo investigaciones sobre un número aún inferior, debido principalmente a la escasez de recursos a disposición de los servicios de gestión de la inocuidad alimentaria y de inspección de alimentos.

La responsabilidad de proveer alimentos sanos es compartida desde el proveedor de insumos hasta el consumidor definiéndose un nuevo ámbito de acción de la inocuidad de alimentos. Los contaminantes biológicos como las bacterias, virus, parásitos, hongos y protozoarios pueden transmitirse a los alimentos durante las actividades de producción o cosecha por agua contaminada, el uso incorrecto de abono, malas prácticas higiénicas, o la manipulación incorrecta en la preparación o transporte. Los contaminantes químicos pueden contaminar los alimentos a lo largo de toda la cadena e incluyen entre otros las micotoxinas, dioxinas, PCBs, los residuos de plaguicidas, los residuos de los antibióticos, que pueden llevar al desarrollo de resistencia a antibióticos, residuos de medicamentos de uso veterinario y los metales pesados.

La inocuidad de los Alimentos: Una visión más amplia

La globalización del comercio alimentario plantea un desafío transnacional a las autoridades responsables de la inocuidad de los alimentos, porque los alimentos contaminados en un país pueden producir brotes de enfermedades en otro. La agricultura y las industrias alimentarias se hallan en proceso de integración y consolidación. Esta consolidación, unida a un creciente comercio mundial, significa que grandes cantidades de alimentos procedentes de un mismo origen se distribuyen ahora a puntos mucho más distantes que antes, creando la posibilidad de que se produzcan brotes de ETA más grandes y más difundidos.

Para responder a las crecientes demandas de alimentos inocuos, y de comercio internacional de los mismos, los programas de inocuidad de los alimentos deben reflejar un mandato expandido y una visión más amplia. Los servicios de inocuidad de los alimentos ya no se fundamentarán como en el pasado en la organización tradicional de salud humana dentro de los Ministerios de Salud. Una condición indispensable para las iniciativas nacionales y regionales en materia de inocuidad de los alimentos es reconocer que se trata de cuestiones intersectoriales que abarcan las esferas de la salud pública, la agricultura, la pesca, el comercio, la educación, el medio ambiente y otros sectores, y que la cooperación entre esos sectores es esencial. Se deben tomar medidas para asegurar la salud pública, como también para incrementar el comercio y la competitividad, promover la seguridad alimentaria y el turismo, y fortalecer la participación, continuidad y la responsabilidad para asuntos ambientales. Para lograr estos objetivos, los programas de inocuidad de los alimentos tendrán que incluir la totalidad de la cadena agroalimentaria, desde los insumos para la producción hasta el consumo del producto final.

ACCIONES PARA ESTABLECER PROGRAMAS DE COOPERACIÓN TÉCNICA EN INOCUIDAD DE ALIMENTOS

La FAO y la OMS han trabajado históricamente para el mejoramiento de la inocuidad de los alimentos en toda la cadena alimentaria. Un informe sobre sus actividades en creación de capacidad fue presentada en los Temas 3 y 4 del programa durante la 14a Reunión del Comité Coordinador del Codex para América Latina y el Caribe en diciembre de 20046. Las actividades de creación de capacidad y de asistencia técnica fueron llevadas a cabo mediante la colaboración entre organizaciones internacionales, gobiernos nacionales, instituciones internacionales y regionales privadas y ONGs. Las actividades realizadas abarcaron lo siguiente: 1) evaluación de las estructuras institucionales, legislación/ reglamentos, inspección y servicios de laboratorio, infraestructura y recursos humanos y gestión de sistemas, todo con respecto a control de alimentos; y 2) formulación de recomendaciones para calificación y capacitación de oficiales de control de alimentos, directivos de control de alimentos, inspectores de alimentos, y analistas de alimentos a través de seminarios, talleres y viajes de estudio. La FAO y la OMS preparan conjuntamente manuales de capacitación y directrices como las Directrices para Fortalecer Sistemas Nacionales de Control de los Alimentos (mencionado previamente), el Manual de Análisis de Riesgos en Inocuidad de los Alimentos, Material de capacitación en Codex, APPCC para Empresas Pequeñas y Menos Desarrolladas, etc.; proporcionan apoyo al establecimiento y fortalecimiento de los Comités Nacionales del Codex; y proporcionan asesoramiento sobre políticas y asistencia en el desarrollo de marcos reglamentarios. La FAO y la OMS trabajan conjuntamente también proporcionando asistencia técnica a los estados miembros en la preparación de proyectos a ser presentados al Fondo fiduciario del Codex.

La FAO y la OMS trabajan en forma complementaria para asegurar una efectiva utilización de los recursos. En conjunto, celebraron con éxito los dos Foros Mundiales de Autoridades de Reglamentación sobre Inocuidad de los Alimentos en Marrakech, Marruecos en 2002 y en Bangkok, Tailandia en 2004. Fueron implementadas muchas otras actividades conjuntas las que se señalan en el documento CAC/28 INF 5. Esta Conferencia Regional sobre Inocuidad de los Alimentos para las Américas y el Caribe es otro esfuerzo conjunto entre estas dos organizaciones hermanas.

Otras actividades regionales conjuntas incluyen lo siguiente: apoyo al Comité Coordinador FAO/OMS para América Latina y el Caribe (CCLAC); talleres conjuntos FAO/OPS previos a las reuniones del Comité del Codex para América Latina sobre participación nacional en la labor del Codex, sistemas nacionales de control e implementación de análisis de riesgos; y cooperación en la Red Interamericana de Laboratorios de Análisis de Alimentos (RILAA). OIRSA, IICA y otras organizaciones pertinentes están invitadas a participar de los talleres y otras actividades.

En los países en desarrollo los escasos recursos financieros se dirigen a menudo a los sectores que según los gobiernos representan las prioridades nacionales más urgentes, como por ejemplo otros problemas de salud, la educación, la vivienda, el saneamiento, la adquisición de alimentos y la defensa. Las cuestiones relacionadas con la inocuidad de alimentos no son muy apreciadas y suelen recibir escasa prioridad en los programas de salud pública dado que las ETA se consideran enfermedades leves que remiten espontáneamente. A menudo se descuida el hecho de que tienen consecuencias graves sobre la salud, así como en el comercio y la economía.

La no adecuación de los servicios de inocuidad alimentaria al entorno actual y a los nuevos desafíos está afectando la habilidad de los países de enfrentar el impacto sobre la salud pública, sacar provecho de las oportunidades de mercados emergentes, satisfacer los estándares sanitarios y fitosanitarios internacionales y cumplir con las exigencias y acuerdos internacionales. Esto ha sido más evidente en países en desarrollo, que a pesar de haber recibido y destinado recursos para mejorar los sistemas nacionales, no siempre han alcanzado las metas deseadas.

En el año 2001, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) estimó en menos de 40 por ciento, en promedio, la efectividad de los servicios nacionales en las Américas para poder cumplir con el acuerdo de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF) o beneficiarse del mismo, de igual forma el promedio de la sostenibilidad institucional estimada era de alrededor del 20por ciento7.

Del mismo modo la OPS llevó a cabo una evaluación en el 2003 usando como marco de referencia el documento FAO/OMS “Garantía de la inocuidad y calidad de los alimentos: Directrices para el fortalecimiento de los sistemas nacionales de control de los alimentos”, publicación conjunta FAO/OMS. Del estudio realizado destaca que 18 países tienen un nivel de desarrollo en sus sistemas de inocuidad de alimentos, oscilando entre 25 y 60 por ciento, con un promedio global de 44 por ciento y 48 por ciento, respectivamente. Denotando que dichos países no alcanzan ni siquiera en promedio el 50 por ciento de las condiciones del sistema propuesto. Doce países tienen un promedio global en su nivel de desarrollo que varía desde 58 por ciento a 81 por ciento. El estudio esta disponible en (http://www.panalimentos.org/evaluacion/evaluacion.sia.espaniol/index.html

En 2002 y en 2003, el Servicio de Calidad de los Alimentos y Normas Alimentarias de la FAO desarrolló, administró, y compiló cuestionarios sobre creación de capacidad en materia de inocuidad de los alimentos entre 99 participantes a cinco talleres pre-Codex, que representaban al menos 48 países de África, Asia, América Latina, el sudeste asiático, y el cercano oriente. La mayoría de los encuestados trabajaba en el gobierno y tenía acceso a Internet en el trabajo. Los talleres y seminarios fueron identificados como las actividades de capacitación más efectivas (91 por ciento de las respuestas) y los Sistemas de Aseguramiento de la Calidad/ APPCC/ BPH/ BPA resultó el área de la inocuidad de los alimentos señalada con mayor frecuencia por los encuestados como prioritaria en requisitos de reforzamiento. Los resultados completos de la encuesta está disponible en el sitio Web de la FAO en: ftp://ftp.fao.org/es/esn/food/CB_questionaire.pdf. Estas evaluaciones aportan datos complementarios que permiten mejorar la cooperación técnica en materia de inocuidad y calidad de los alimentos.

En parte esto se explica por la baja inversión de los gobiernos nacionales, los cuales normalmente destinan el 5por ciento del presupuesto de la nación a la agricultura y de este monto, solamente un 5 a 10 por ciento va a sanidad agropecuaria8. Respecto a los fondos externos, generalmente provenientes de préstamos, que se obtienen son difíciles de estimar, pero el rango varia entre 0,2 por ciento y 2 por ciento del total de fondos que estos organismos internacionales prestan para la agricultura9.

Por ende las principales herramientas de los países para promover la modernización de los servicios nacionales son la asistencia técnica y los proyectos de inversión. Tradicionalmente los proyectos de inversión se han concentrado en infraestructura como ser el establecimiento de puestos cuarentenarios, y creación de laboratorios de diagnóstico, y la adquisición de equipo.

La discusión sobre el tema de la cooperación técnica se ha dado en diferentes foros internacionales. Por un lado, los países desarrollados han expresado su preocupación por el reducido impacto que la cooperación técnica otorgada por ellos y las agencias de cooperación ha tenido en el avance de los países en desarrollo y menos adelantados. Por otro lado, y a pesar de la gran cantidad de recursos y acciones ejecutadas a la fecha, los países en desarrollo siguen clamando por mayor cooperación y por una adecuada implementación del concepto de cooperación técnica.

Para dar sostenibilidad y asegurar el éxito de las iniciativas llevadas a cabo para mejorar las capacidades propias de los servicios éstas deben basarse en la identificación, análisis y priorización de las necesidades. Por ello, puede ser de mucha utilidad para los países, contar con un instrumento para caracterizar el desempeño de las capacidades institucionales y funcionales de los servicios, de forma de monitorear continuamente el avance y definir acciones estratégicas en cooperación técnica. Existen iniciativas como el denominado instrumento Desempeño, Visión y Estrategia (DVE) para servicios veterinarios10 entre el IICA y la OIE. De igual forma entre el IICA y la Organización Panamericana para la Salud (OPS/OMS) se elaboró el DVE para servicios nacionales de inocuidad de los alimentos y de manera similar se elaboró para organismos nacionales de protección fitosanitaria.

La FAO ha desarrollado un manual sobre las Directrices para Evaluar las Necesidades de Creación de Capacidad en los Sistemas Oficiales de Control de Capacidad como instrumento para asistir a los gobiernos nacionales en la identificación de sus necesidades más apremiantes en el área de control de alimentos. El manual se encuentra en estado de prueba y tendrá amplia distribución en inglés, francés y español. La FAO también desarrolló un instrumento para la evaluación de las necesidades en materia de Biosecurity, que permite a los países evaluar sus necesidades para implementar un enfoque global a la inocuidad de los alimentos, y de la sanidad animal y vegetal. Un manual de Análisis de Riesgos en Biosecurity fue elaborado para prestar asistencia en la utilización de los análisis de riesgos en estos tres sectores. Estos dos instrumentos de Biosecurity fueron revisados conjuntamente y serán puesto a prueba en formas piloto y publicados en conjunto a comienzos de 200611.

Como parte del programa de su Proyecto de Cooperación Técnica (PCT), la FAO implementó una serie de proyectos nacionales para prestar asistencia a los países de la región para mejorar varios aspectos de sistemas de control de los alimentos. Además, fueron implementados una serie de proyectos regionales para reforzar la capacidad de los Comités nacionales del Codex en la región, que incluyen cursos de capacitación en cada uno de los países de la región. La FAO, en ocasiones conjuntamente con la OMS, condujo también numerosos talleres sobre sistemas de control de alimentos, análisis de riesgos y otros aspectos de inocuidad de los alimentos. Mediante estos talleres y proyectos de campo, la FAO prestó asistencia a los países para aplicar un análisis de las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas (FODA) de su situación en control de alimentos, obteniéndose una visión práctica y concreta de las necesidades regionales y nacionales en este ámbito12.

De esta forma se tiene un conjunto de herramientas armonizadas que facilitan a los países establecer el nivel actual de desempeño, alcanzar una visión compartida entre sectores público y privado, establecer prioridades y facilitar la planificación estratégica.

Recientemente, el OIRSA junto con los países miembros elaboró el plan estratégico regional armonizado y los planes estratégicos nacionales para la aplicación de medidas sanitarias y fitosanitarias correspondientes al período 2006–2010, los cuales integran las acciones y los recursos económicos necesarios para la armonización de las medidas agrosanitarias y de inocuidad de los alimentos. La ejecución de los planes implica la participación de los sectores productivos relacionados con las diferentes actividades, así como de otras entidades del sector público y académico.

La participación de la cooperación internacional en este tema se da en el sentido de facilitar el proceso de modernización y actualización de los servicios nacionales en los países y la región a través de varias acciones. Empezando por ofrecer a los países una guía de las competencias fundamentales que los servicios deben contemplar. Promoviendo la formación de líderes que generen y sostengan este proceso de mejora continua y de adaptación al nuevo entorno. Mostrando la complementariedad de las diferentes áreas técnicas y apoyando el proceso de conocimiento continuo de las mismas. Apoyando a los países en el conocimiento y aprovechamiento del Acuerdo MSF y ayudando a los países a reconocer que el factor económico no es una limitante. Los países por su parte deben buscar la sostenibilidad de sus servicios y de las acciones que realicen por fortalecerlos, apuntalándose para esto en alianzas público-privadas.

Fortalecer la vigilancia epidemiológica de las enfermedades de transmisión alimentaria

La vigilancia epidemiológica de las ETA es un componente clave de cualquier sistema de inocuidad de los alimentos y proporciona información esencial acerca de los tipos de alimentos involucrados en los brotes, grupos humanos en riesgo, prácticas que conducen a la contaminación, crecimiento y supervivencia de los agentes causales en los alimentos y, lugares donde los alimentos a menudo son mal manipulados. Estos datos son esenciales para el diseño de programas efectivos de gestión; permiten igualmente el monitoreo de los cambios que se produzcan en la epidemiología de las ETA y la identificación de nuevos patógenos, patrones y hábitos alimenticios, que puedan representar un riesgo para la salud pública. Un programa de vigilancia epidemiológica debe proporcionar la información que es necesaria para validar la eficacia de los controles alimentarios nacionales y de la respuesta rápida a los brotes de ETA.

La vigilancia epidemiológica es la base para formular estrategias nacionales de reducción del riesgo relacionado con la ingesta de alimentos contaminados. La detección temprana de los problemas de reciente aparición que plantean los alimentos, el conocimiento detallado y preciso de la naturaleza y el nivel de las enfermedades de transmisión alimentaria es una condición previa para adoptar medidas encaminadas a rebajar dichos niveles. Por lo tanto, la actual escasez de datos confiables, en la mayoría de los países, sobre las ETA es el mayor impedimento para llevar a cabo intervenciones de prevención fundamentadas en información.

Un sistema de vigilancia epidemiológica que integre a nivel local los servicios de epidemiología, los servicios de inspección, y los laboratorios para la vigilancia de las ETA permitirá asociarlas al consumo de alimentos contaminados. Esta línea de acción se enmarca adecuadamente en el desarrollo del concepto de vigilancia para la salud pública en donde todas las organizaciones internacionales pueden interactuar. Por ejemplo FAO, IICA, OIRSA con sus acciones a nivel de producción primaria y fortalecimiento de los sistemas de inocuidad de alimentos de los países, interaccionan con la experiencia de la OPS en fortalecer los sistemas de vigilancia epidemiológica.

Mejorar la capacidad de gestionar eficazmente los riesgos con la utilización de enfoques preventivos

En el tema de inocuidad de los alimentos las inequidades se marcan dramáticamente entre los países desarrollados que han ampliado su capacidad para proteger a la población de la exposición a microorganismos y sustancias químicas en los alimentos, con la de los países en desarrollo, que tienen muchas prioridades compitiendo en sus agendas de salud y la inocuidad de los alimentos no es reconocida como un tema vital para la salud de la población, en especial porque los consumidores no perciben la importancia de disponer de alimentos inocuos. En los países en desarrollo el consumo de alimentos producidos en forma artesanal es común, hay menos disponibilidad de alimentos procesados, hay un comercio de grandes volúmenes de alimentos frescos en los mercados tradicionales, y los alimentos consumidos fuera del hogar son típicamente preparados por los vendedores callejeros. Gran parte de la preocupación sobre la inocuidad de los alimentos está relacionada con el uso inapropiado de sustancias químicas agrícolas, conservación inadecuada, falta de inspección alimentaria, ausencia de infraestructura como agua potable y refrigeración adecuada y falta de conciencia sobre inocuidad e higiene alimentaria. Es aquí donde la agenda de cooperación técnica todos los organismos trabajando en el tema, interaccionan promoviendo la educación del consumidor (programa de las cinco claves para la inocuidad de alimentos de la OMS), la construcción de capacidades en las áreas de buenas prácticas higiénicas y análisis de peligros y puntos críticos de control (programas de capacitación de FAO, OPS, OIRSA, y IICA).

La inocuidad de alimentos en el marco regulatorio de los países

La Comisión del Codex Alimentarius, es un órgano mixto FAO/OMS cuya secretaría se encuentra en la sede de la FAO en Roma que trabaja para desarrollar normas alimentarias internacionales y textos relacionados13. El objetivo de la Comisión del Codex Alimentarius es proteger la salud de los consumidores y asegurar prácticas equitativas en el comercio de los alimentos. El Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF) que busca permitir a los países proteger la salud de sus consumidores y de los animales y las plantas asegurando que estas normas no actúen como obstáculos injustificados al comercio internacional, reconoce las normas del Codex como normas de referencia para el comercio internacional. El Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio (OTC), destinado a garantizar que los reglamentos, normas, procedimientos de evaluación y certificación para los productos no creen obstáculos innecesarios al comercio, también se refiere al uso de normas internacionales. La participación en forma individual de los países en el trabajo del Codex presenta dificultades por impedimentos de costo y capacidad. Esta mayor aceptación de las normas del Codex, junto con el establecimiento del Fondo Fiduciario FAO/OMS para aumentar la participación en el Codex, aumentó el interés de los países por las actividades de la Comisión del Codex Alimentarius. La preparación y presentación de las posiciones de los países en los temas, confrecuencia requiere gran esfuerzo. Esto condujo a la FAO y la OMS a desarrollar instrumentos de capacitación sobre el trabajo y los procedimientos seguidos por el Codex para prestar asistencia a los estados miembros. Los países de la región además de necesitar estar presentes físicamente en las reuniones del Codex, también necesitan asistencia para presentar datos pertinentes al sistema del Codex y tomar parte activa en el proceso de establecimiento de normas. Es fundamental el fortalecimiento de los esfuerzos regionales en creación de capacidad para aumentar la cohesión regional que permitirá a los países de la región tener una voz común y más efectiva. Ante el hecho de que las normas nacionales están con frecuencia dictadas por los requerimientos comerciales cuyas normas pueden ser demasiado severas, los Estados miembros podrían considerar la aplicación de normas regionales para niveles de contaminantes en alimentos.

La FAO y la OMS trabajan también en forma conjunta en los órganos de expertos como el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA), las Reuniones Conjuntas FAO/OMS sobre Residuos de Plaguicidas (JMPR), las Consultas Mixtas FAO/OMS de Expertos sobre Evaluación de Riesgos Microbiológicos (JEMRA) para proporcionar asesoramiento científico a los países miembros del Codex.

La FAO implementó proyectos de cooperación técnica en todos los países de la región de América del Sur y América Central, como también talleres para prestar asistencia a los países para aumentar el conocimiento del Codex y la participación en el mismo.

FAO, OMS-OPS, IICA y OIRSA trabajan fortaleciendo la participación de los países en la elaboración de normas, directrices y recomendaciones de la Comisión del Codex Alimentarius, apoyando la participación activa de los países en la labor de la Comisión y sus órganos subsidiarios. El Codex ha elaborado muchas normas internacionales sobre inocuidad de los alimentos, y por lo general los países las han utilizado en la legislación nacional. La elaboración de normas internacionales basadas en la salud y su adopción por parte de los países mejorará la inocuidad de los alimentos tanto en el mercado interno como a nivel mundial. En muchos países, el control efectivo de los alimentos se ve dificultado por la existencia de una legislación fragmentada, jurisdicciones múltiples y debilidades en la supervisión y la aplicación. La existencia de sistemas nacionales de control y reglamentación de los alimentos es esencial para garantizar la salud de la población del país. FAO y OPS apoyan al Comité Coordinador del Codex Alimentarius para América Latina y el Caribe (CCLAC) con la organización de talleres técnicos y apoyando el desarrollo de estrategias para estimular a los países de la Región en la participación activa en los trabajos del Codex Alimentarius. Dentro del gran marco de la inocuidad alimentaria, OPS ha creado el Sistema de Información Regional de Normativas Alimentarias - LEGALIM, a efectos de otorgar a los países de la región un sistema cuya base de datos permita almacenar y procesar los textos completos de su legislación alimentaria, actualizada y vigente. El IICA ha creado una base de datos de los organismos oficiales que certifican la exportación de los alimentos por país, de acuerdo al origen y el grado de procesado del alimento; información accesible vía el boletín informativo AGROSALUD14.

La FAO desarrolló el Portal internacional sobre inocuidad de los alimentos y sanidad animal y vegetal (www.ipfsaph.org) en colaboración con el Codex, la CIPF, la OIE, la OMS y la OMC para aportar un acceso fácil a las normas internacionales y otras informaciones oficiales de las agencias internacionales involucradas en la iniciativa. El portal también contiene una visión de la legislación nacional y textos relacionados de la UE y los EE.UU., y conjuntos menores de datos de un grupo piloto de países en desarrollo (24,000 registros en noviembre 2005). La última versión incluye información actualizada sobre los límites máximos de residuos establecidos en el Codex (MRL) para medicamentos veterinarios y plaguicidas, como también las evaluaciones del JECFA y de las JMPR sobre estas sustancias; navegación en inglés, francés y español; y un “motor de ayuda” para preguntas con relación al portal.

Un portal regional para América Latina y la región del Caribe también está en fase de desarrollo. El “Portal Regional de Inocuidad y Sanidad Agroalimentaria (PRISA)” se concentrará exclusivamente en cuestiones de inocuidad de los alimentos y sanidad animal y vegetal de la región. Este portal contendrá información nacional sobre normas, regulaciones y legislación, notificaciones, organizaciones y fuentes de contacto, como también noticias pertinentes y eventos en la región. La versión modelo del sistema será lanzada a fines del primer trimestre de 2006, y el sitio estará disponible en español, portugués e inglés.

Educación del Consumidor

Un papel particularmente importante de la industria de los alimentos en materia de asegurar la inocuidad de los alimentos es la comunicación con los consumidores. La industria utiliza en forma amplia una comunicación integral que incluye propaganda, mercadeo y promoción de los productos. El etiquetado de los productos es otro medio de comunicación que permite al consumidor tomar decisiones sobre los productos. Por tanto, las etiquetas deben evitar el uso de declaraciones falsas o equívocas. La propaganda y el etiquetado no deben ser solamente utilizados como un sistema de comunicación unidireccional sino que también debe permitir una retroalimentación informada a los productores y distribuidores.

Los gobiernos, la industria y el sector académico han de compartir la responsabilidad de concebir y aplicar sistemas de análisis de riesgos que hagan hincapié en la comunicación de riesgos. Los consumidores no tienen que ser pasivos, y es necesario alentarles a estudiar más a fondo las cuestiones de la inocuidad de los alimentos, como suelen hacer los gobiernos y las instituciones educacionales. Esto es particularmente cierto en caso de que los nuevos problemas estén relacionados con las prácticas de higiene que se adoptan en los hogares o con otras medidas que pueden desempeñar una función importante en la prevención de las ETA.

En este sentido, es fundamental promover la participación comunitaria para que esta se identifique con el problema e incorpore en su cultura de salud los comportamientos deseables que contribuyan a la inocuidad de los alimentos. Por ello se ha propuesto que la cooperación técnica en comunicación social y educación se base en la estructuración de modelos, en donde las cinco claves para la inocuidad de alimentos propuesta por la OMS es fundamental para establecer campañas como para materiales educativos, y partir de ello desarrollar un trabajo conjunto de las agencias para implementarlos en el ámbito de los países. El establecer relaciones de trabajo permite realizar piezas de comunicación con mensajes educativos que promocionen la correcta manipulación de los alimentos.

Los grupos de consumidores están invitados a participar en las actividades del Codex, en todos los talleres pertinentes de inocuidad de los alimentos, foros electrónicos de discusión, etc. En junio 2005, FAO/OMS facilitaron una reunión organizaciones no gubernamentales de consumidores en la que se desarrollaron las Directivas para las Organizaciones de Consumidores para Proveer Sistemas Nacionales de Inocuidad de Alimentos. Representantes de grupos de consumidores están invitados a participar, según corresponda, en las consultas técnicas y de expertos relacionadas con inocuidad de los alimentos.

CONCLUSIONES

Es urgente fortalecer la cooperación técnica articulada en el campo de la inocuidad de los alimentos para que se pueda apoyar a cada uno de los países de la Región y, de otras Regiones, para la generación de capacidades nacionales acordes con las exigencias antes referidas.

Al mismo tiempo los organismos internacionales deben funcionar como centros de enlace y consulta en base a la difusión de información actualizada, relevante y capacitación efectiva, para la solución de problemas, y que finalmente sean capaces de facilitar la cooperación bilateral y multilateral para viabilizar posibles acuerdos, proyectos conjuntos, misiones, en base a la movilización de recursos humanos capacitados de los países y solo de ser necesario expertos en áreas especificas. Esto en consonancia con la optimización del uso de los recursos en función de análisis costo/beneficio.

FAO, OMS-OPS, IICA y OIRSA deben apoyar a los países miembros para evitar superposiciones y duplicaciones y promover la implementación de sistemas nacionales de inocuidad de alimentos con un enfoque integral que abarque todos los alimentos a lo largo de la cadena alimentaria.

Asegurar la inocuidad de los alimentos es una responsabilidad compartida entre todos los interesados, especialmente la sociedad civil, consumidores e industria, que deben tener una visión común para lograr este objetivo. En América y el Caribe, el aseguramiento de la inocuidad de los alimentos envuelve una serie de actividades dirigidas por diversas agencias e instituciones cuyos mandatos con frecuencia no están claramente definidos. Esto dio como resultado la fragmentación del sistema de control alimentario y un uso ineficiente de los recursos. Se requiere la cooperación y la coordinación en el ámbito nacional, subregional, regional e internacional para mejorar la eficacia y en consecuentemente la protección de la salud del consumidor y las oportunidades para el comercio.

1 Nótese que los nombres de las agencies de la ONU aparecen según el orden alfabético, como se refleja en este documento.

2 FAO y OMS han desarrollado directrices para implementar sistemas nacionales de control de los alimentos, que comprenden los elementos de un sistema efectivo y moderno de control de los alimentos. Las orientaciones están disponibles en: www.fao.org/es/ESN/food/control_FCS_es.stm

3 Mayor información sobre la implementación de análisis de riesgo en sistemas modernos de control de los alimentos está disponible en FAO/OMS Manual sobre Análisis de Riesgos en Inocuidad de los Alimentos, que fue revisado y será publicado a comienzos de 2006.

4 Un documento (en inglés y español) que resume el enfoque sobre la cadena alimentaria propuesto por la FAO está disponible como CRD 26.

5 Mayor información sobre todas las actividades llevadas a cabo por la FAO orientadas a la creación de capacidad en relación con la inocuidad de los alimentos, está disponible en: http://www.fao.org/es/ESN/ food/meetings_workshops_en.stm.

6 Una presentación actualizada de las actividades de la FAO en creación de capacidad está disponible como CRD 32.

7 Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (2002) “Los roles múltiples de la Sanidad Agropecuaria”.

8 Pomareda, C. (2001) Propuesta de Programa Hemisférico de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad de Alimentos, presentada por el IICA a consideración de Organismos Internacionales de Financiamiento de Desarrollo, Agencias de Cooperación Bilateral. San José-Costa Rica.

9 Basado en una serie de información disponible en línea en la Web del Banco Mundial y del Banco Inter americano para el Desarrollo, para el periodo de 1961 a julio de 2005.

10 Versiones electrónicas del instrumento en Ingles y Español, disponibles en los sitios Web de la OIE o (www.oie.int) y del IICA (infoagro.net/salud)

11 Mayor información sobre el trabajo de la FAO en esta área de Biosecurity está disponible en la dirección www.fao.org/biosecurity/

12 Puede hallarse mayor información sobre todas estas actividades en el sitio Web de la FAO en: http://www.fao.org/es/ESN/food/capacity_en.stm.

13 Todos los textos del Codex, programas de las reuniones e informes, y otras informaciones sobre el Codex está disponible en la página Web del Codex: www.codexalimentarius.net

14 infoagro.net/salud.

Tema 8 del programaAC 05/6-Parte A

DESARROLLO DE LA CAPACIDAD EN LA REGLAMENTACIÓN Y LA EVALUACIÓN DE LA INOCUIDAD DE LOS ALIMENTOS DERIVADOS DE LA BIOTECNOLOGÍA MODERNA
- UNA PERSPECTIVA CANADIENSE

(Documento preparado por Canadá)

Introducción

1. La biotecnología moderna involucra la aplicación de técnicas que superan las barreras naturales fisiológicas, reproductivas o recombinantes y que no son técnicas utilizadas en la cruza y selección tradicionales (por ejemplo, tecnología de ADN recombinante, inyección directa de ácidos nucleicos, fusión celular). Utilizando estas técnicas, los investigadores pueden tomar un solo gen de una célula de un microorganismo, planta, o animal e insertarlo en otra célula de una célula de un microorganismo, planta, o animal para darle una característica deseada, tal como una planta resistente a una peste o enfermedad específica1.

2. Modificaciones genéticas que pueden cambiar las características agronómicas, de producción, de procesamiento, o nutricionales de microorganismos, plantas o animales son actualmente obtenidas rutinariamente utilizando las técnicas de la biotecnología moderna. Sin embargo, la gran variedad de manipulaciones posibles por medio de la modificación genética, y el potencial de introducir compuestos tóxicos, efectos secundarios inesperados y cambios en las características de toxicidad del producto alimentario, requieren que se efectúe una minuciosa evaluación de su inocuidad antes de su comercialización.

3. Varios países han establecido requisitos y procedimientos para la evaluación previa a la comercialización de organismos genéticamente modificados y de los alimentos derivados de ellos. En el contexto de la inocuidad alimentaria, tales requisitos están basados en principios científicos desarrollados por medio de consultas internacionales de expertos con agencias tales como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y, más recientemente, la Comisión Conjunta FAO/OMS del Codex Alimentarius, que elabora normas y directrices internacionales para los alimentos.

4. En julio de 2003, la Comisión del Codex Alimentarius adoptó tres documentos, desarrollados por el Grupo Intergubernamental Ad Hoc de Acción sobre Alimentos Derivados de la Biotecnología, que se refiere a los alimentos derivados de la biotecnología. El documento de Principios para el Análisis de Riesgos de Alimentos obtenidos por Medio de Métodos Biotecnológicos Modernos2 establece una estructura para implementar el análisis de riesgos respecto a la inocuidad y aspectos nutricionales de alimentos derivados de la biotecnología, y está apoyado por dos directrices que describen un enfoque detallado para conducir las evaluaciones de inocuidad para estos alimentos: 1) Directrices para la Realización de la Evaluación de la Inocuidad de los Alimentos Derivados de Plantas de ADN Recombinante1 y 2) Directrices para la Realización de la Evaluación de la Inocuidad de los Alimentos Producidos Utilizando Microorganismos de ADN Recombinante4. Estos documentos internacionalmente acordados reflejan la pericia y la experiencia de aquellos países, incluyendo Canadá, que tienen una historia de reglamentar los productos de la biotecnología. Organizaciones no gubernamentales, tales como Greenpeace y Consumers International participaron en el desarrollo de estas normas internacionales y apoyaron su adopción.

5. Respecto al desarrollo de la capacidad, es importante notar que el documento de Principios del Codex Alimentarius para el Análisis de Riesgos de Alimentos obtenidos por Medio de Métodos Biotecnológicos Modernos declara que “Se deberá hacer lo posible por mejorar la capacidad de las autoridades de reglamentación, especialmente las de los países en desarrollo, para la evaluación, gestión y comunicación de los riesgos asociados a alimentos obtenidos por medios biotecnológicos modernos, incluida la aplicación reglamentaria, o para interpretar los estudios llevados a cabo por otras autoridades u órganos de expertos reconocidos, considerando también el acceso a la tecnología analítica. Además, la creación de la capacidad de los países en desarrollo, bien mediante arreglos bilaterales o bien con la asistencia de organizaciones internacionales, debería dirigirse hacia la aplicación eficaz de estos principios.”

6. Durante los últimos años, Canadá ha liderado y participado en varias iniciativas de desarrollo de la capacidad enfocadas a compartir nuestra experiencia reglamentaria y de evaluación de inocuidad con países que han solicitado orientaciones en esta área. Se condujeron talleres de entrenamiento para proveer. a los encargados de la reglamentación en dichos países, informaciones sobre los avances más recientes en la evaluación de alimentos derivados de la biotecnología en base a las experiencias de países que han conducido evaluaciones de inocuidad para estos productos. El presente documento se enfocará sobre lo exitosas que han sido estas iniciativas de desarrollo de capacidad en proveer un enfoque reglamentario internacional armonizado para alimentos derivados de la biotecnología, y describir el trabajo futuro que se planea para avanzar nuestros esfuerzos de extensión a diferentes regiones de alrededor del mundo.

Una experiencia canadiense en el desarrollo de la capacidad

7. Recientes avances tecnológicos en el área de los alimentos derivados de la biotecnología han sido especialmente problemáticos para los países en vías de desarrollo al evaluar el impacto potencial sobre sus poblaciones. Algunos países en vías de desarrollo han demostrado un interés significativo en adquirir el conocimiento técnico y las pericias necesarias para manejar mejor la evaluación y el control reglamentario de estos alimentos. Debido a la compleja naturaleza de estas evaluaciones se pensó que el entrenamiento en talleres prácticos de trabajo, utilizando casos actuales de estudio sería altamente beneficioso para demostrar cómo se pueden aplicar en la práctica los conceptos y principios desarrollados internacionalmente para evaluar la inocuidad de los alimentos derivados de la biotecnología moderna.

8. Esto llevó a que Canadá desarrollara varios módulos de entrenamiento sobre la evaluación de inocuidad de alimentos derivados de la biotecnología moderna. Desde 1999, funcionarios canadienses han conducido talleres de trabajo para el desarrollo de la capacidad en más de veinte países proveyendo a los encargados de la reglamentación experiencias prácticas directas en la evaluación de inocuidad de alimentos derivados de organismos genéticamente modificados. Mientras que los módulos originales se basaron en las Directrices para la Evaluación de Inocuidad de Alimentos Nuevos5 del Departamento de Salud de Canadá (Health Canada), casos de estudio más recientes reflejan los principios de análisis de riesgos, y las directrices de evaluación de inocuidad que fueron recientemente endorsados por la Comisión del Codex Alimentarius.

9. El basar estos talleres de trabajo en los principios y directrices del Codex internacionalmente acordados a proporcionado a Canadá la oportunidad de conducir conjuntamente talleres de desarrollo de capacidad en colaboración con otras autoridades nacionales de inocuidad alimentaria, tales como la de Normas Alimentarias de Australia y Nueva Zelanda (FSANZ - Food Standards Australia New Zealand), la Administración de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos (USFDA - United States Food and Drug Administration), y el Consejo de Salud de Holanda. Además, la colaboración estrecha con organizaciones multilaterales tales como la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental (ASEAN), el mecanismo de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), el Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (ILSI), y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), han permitido que estos esfuerzos de desarrollo de capacidad tengan un enfoque regional al facilitar la participación de funcionarios de varios países vecinos en cualquiera de los talleres.

10. Más recientemente, FAO, en colaboración con OMS, ha invitado a Canadá y a la OCDE a trabajar en un proyecto de desarrollo de la capacidad. El objetivo del proyecto es desarrollar un paquete de entrenamiento estandarizado para ayudar a los países a implementar los principios internacionalmente aceptados de análisis de riesgos y evaluación de inocuidad para alimentos derivados de la biotecnología moderna. Este proyecto involucrará el entrenamiento de expertos regionales (es decir, entrenar al entrenador) para que ofrezcan estos talleres en sus propios países.

Conclusiones y lecciones aprendidas

11. El enfoque tomado por Canadá para la evaluación de inocuidad de alimentos Genéticamente Modificados (GM) está siendo actualmente aplicado por agencias reglamentarias de todo el mundo, en países tales como los miembros de la Unión Europea, Australia/Nueva Zelanda, Japón y los Estados Unidos. Este proceso de evaluación de inocuidad es consistente con la normal internacional para la evaluación de inocuidad de alimentos GM adoptada por la Comisión del Codex Alimentarius.

12. Los principios y criterios para la evaluación de inocuidad utilizados por los participantes en los talleres, están basados en las Directrices del Codex para la Realización de la Evaluación de la Inocuidad de los Alimentos Derivados de Plantas de ADN Recombinante. Esto promueve un enfoque armonizado e internacionalmente aceptado para la evaluación de alimentos GM.

13. Se obtuvo más éxito cuando los talleres de entrenamiento fueron facilitados en colaboración con diferentes organizaciones reglamentarias. Los talleres ofrecidos en conjunto con la FSANZ, la USFDA y las autoridades reglamentarias de la Unión Europea promovieron un enfoque internacional de evaluación más consistente y predecible.

14. Los talleres para el desarrollo de la capacidad proveen a los participantes informaciones sobre los más recientes avances en la evaluación de alimentos derivados de la biotecnología moderna en base a las experiencias de países que han conducido evaluaciones de inocuidad para estos productos. Los encargados de la reglamentación que están adecuadamente entrenados pueden incrementar la inocuidad de los alimentos y mejorar de dicha manera la salud de sus consumidores y asegurar la inocuidad de los alimentos que entran al comercio internacional.

15. Fue obvio en estos talleres que algunos países en vías de desarrollo se beneficiarían de más ayuda para establecer la capacidad técnica necesaria en conducir evaluaciones de inocuidad de productos alimenticios GM. El desarrollo por parte de la FAO de un paquete de entrenamiento estandarizado asegurará consistencia y uniformidad en la aplicación de normas internacionales y responderá a una necesidad crucial para implementar programas regionales de entrenamiento.

1 Protocolo sobre Bioseguridad de Cartagena. Disponible en el http://bch.biodiv.org/about/default.shtml.

2 Proyecto de Principios del Codex para el Análisis de Riesgos de Alimentos obtenidos por Medio de Métodos Biotecnológicos Modernos. 2003. Disponible al ftp://ftp.fao.org/es/esn/food/princ_gmfoods_es.pdf.

1 Proyecto de Directrices del Codex para la Realización de la Evaluación de la Inocuidad de los Alimentos Derivados de Plantas de ADN Recombinante. Disponible al ftp://ftp.fao.org/es/esn/food/guide_plants_es.pdf.

4 Proyecto de Directrices del Codex para la Realización de la Evaluación de la Inocuidad de los Alimentos Producidos Utilizando Microorganismos de ADN Recombinante. Disponible al ftp://ftp.fao.org/es/esn/food/guide_mos_es.pdf.

5 Health Canada. Guidelines for the Safety Assessment of Novel Foods (Directrices para la Evaluación de Alimentos Nuevos). Disponible al http://www.hc-sc.gc.ca/fn-an/gmf-agm/pol/index_e.html

Tema 9 del programaAC 05/7

EL CONSUMIDOR PARTICIPACIÓN ACTIVA EN LA COMUNICACIÓN SOBRE LA INOCUIDAD DE ALIMENTOS
(Preparado por Consumers International)

Introducción

Consumers International es una federación global de organizaciones de consumidores que promueven el ejercicio de los derechos de los consumidores en todo el mundo. La inseguridad alimentaria y el aseguramiento de la calidad e inocuidad de los alimentos, son los problemas más acuciantes en la actualidad para el movimiento de los consumidores, algunos indicadores que demandan nuestra preocupación son:

Consumers International y sus organizaciones miembros en la región han venidotrabajando por el Derecho a la Alimentación como un derecho básico de todos los consumidores y la Seguridad Alimentaria y la garantía de la Inocuidad de los Alimentos son principios básicos y fundamentales. Para el logro de sus objetivos en el área, desde hace décadas ha estado trabajando a través de diversas líneas de acción, entre las que podemos mencionar:

Todas ellas, son actividades encaminadas a asegurar que las decisiones tomadas por los gobiernos cautelen el interés de los consumidores, por tanto, dichas acciones sumadas a las de incidencia política son y han sido fundamentales en el proceso democrático en la toma de decisiones por parte de los Estados.

Es importante destacar que Consumers International reafirma, que la alimentación sana e inocua es la base fundamental para el desarrollo de las capacidades humanas, sobre la que descansa cualquier proceso de bienestar o modernización. Por ello, la oficina para América Latina y el Caribe de CI tomó como prioridades entre sus líneas de acción, la participación, representación e incidencia política en materia de inocuidad de los alimentos, trabajando activamente en la Comisión Panamericana de Inocuidad de Alimentos (COPAIA), que es un esfuerzo colectivo y hemisférico de los Estados Miembros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el Codex Alimentarius y en los programas de inocuidad de los alimentos en los países de América Latina a través de sus organizaciones miembros.

Los consumidores en la Comisión Panamericana de Inocuidad de los Alimentos (COPAIA)

El movimiento de consumidores de la región de América Latina y el Caribe se encuentra participando en las reuniones de la COPAIA y los grupos especiales de trabajo desde mayo del año 2001, fecha en la que se creó dicha Comisión. El trabajo iniciado en el marco de la COPAIA, permitió a CI fortalecer su accionar en el área de la inocuidad de los alimentos, incrementar su relacionamiento oficial y trabajar de manera más coordinada con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), según la resolución No.134.R7 de la 134 Sesión del Comité Ejecutivo en Junio del 2004. Ello se concretó, con la práctica de una serie de capacitaciones a nivel regional en temas de seguridad alimentaria e inocuidad de los alimentos, efectuadas por CI-ROLAC en República Dominicana (septiembre 2002) Quito, Ecuador (marzo 2003), Barbados (abril 2004) y Colombia (agosto 2004), actividades que fueron realizadas con la Cooperación Técnica de la OPS y FAO. Estas acciones tuvieron como propósito fortalecer la capacidad de los líderes de organizaciones de consumidores y otras organizaciones aliadas de los países de la región en el área de la alimentación con énfasis en inocuidad alimentaria con el enfoque integrado “de la granja al consumidor”, promover las 5 claves de la OMS para asegurar la inocuidad de los alimentos.

La campaña en inocuidad de alimentos iniciada por CI-ROLAC “Alimentos sanos, alimentos seguros: consumidores responsables”, cuenta con la cooperación técnica de la OPS/INPPAZ, con quienes se está trabajando de manera conjunta desde la planificación y desarrollo en los países de la región.

Una primera fase de la implementación de la campaña piloto efectuada durante el segundo semestre del año 2004, fue realizada en Uruguay, Bolivia, Ecuador, Perú y República Dominicana, en la que las organizaciones de consumidores de los diferentes países fortalecieron sus acciones haciendo hincapié al tema de las Enfermedades Transmitidas por los Alimentos, venta callejera de los alimentos y participación de los consumidores en el Codex Alimentarius.

La segunda fase de la implementación de la campaña que se encuentra en pleno proceso de implementación desde mayo de 2005 a la fecha, cuenta con la participación de organizaciones de consumidores de Bolivia, Perú, Ecuador, Nicaragua, República Dominicana y Colombia. Continuándose con actividades de capacitación e información a nivel nacional por parte de las organizaciones de consumidores dirigidas a promover las 5 claves de la Organización Mundial de la Salud para garantizar la inocuidad de los alimentos, los derechos de los consumidores en materia alimentaria, calidad e inocuidad del agua, venta callejera de los alimentos y participación de los consumidores en programas de inocuidad de los países. Cada seminario taller realizado contó con la cooperación técnica de los Ministerios de Salud, Agricultura, Organización Panamericana de la Salud, Municipios, Consumers International y la participación activa de organizaciones de la sociedad civil.

Asimismo, la construcción de la página web (http://www.panalimentos.org/consumidores/acamp.htm) el desarrollo de materiales informativos, en el marco de la campaña contó con la cooperación técnica de OPS/INPPAZ constituyéndose herramientas fundamentales para los procesos de capacitación e información a los consumidores en los países involucrados en la campaña.

Algunos logros obtenidos en el marco de la campaña:

Organizaciones del Perú y Bolivia, cumplen un rol de vigilancia ciudadana sobre la venta de productos cuestionados o prohibidos que incumplen normas sanitarias, normas Codex, presentaron denuncias ante los organismos correspondientes, en defensa de sus derechos, logrando modificaciones por parte de las empresas y retiros de productos, entre otras medidas destinadas a proteger la salud de los consumidores.

SEDECO-BOLIVIA es impulsora del desarrollo de la norma boliviana 329007 sobre “Código de prácticas de higiene para la preparación, distribución y almacenamiento de alimentos en centros hospitalarios” Así como, el desarrollo de la guía de aplicación, ambas constituyéndose obligatorias para los servicios de salud de Bolivia por Resolución del Ministerio de Salud de Bolivia.

ASPEC-PERU preside el “Programa multidisciplinario de la Promoción de la Seguridad e Inocuidad Alimentaria” conformado durante el último evento realizado en el marco de la “campaña alimentos sanos, alimentos seguros: consumidores responsables”.

FUNDECOM-REPUBLICA DOMINICANA, conforma la delegación de los consumidores ante la COPAIA, al igual que SEDECO BOLIVIA Y CUA-URUGUAY quienes participaron activamente en la reunión realizada en México durante el mes de abril de 2005.

Los consumidores en el Codex Alimentarius

El impacto potencial de las normas del Codex Alimentarius sobre los países de América Latina es grande, especialmente con relación a sus implicaciones para el comercio internacional de alimentos.

El proyecto de fortalecimiento a las organizaciones de consumidores de la región de CI para su participación en los procesos del Codex, permitió aumentar la influencia de los consumidores a nivel nacional, regional e internacional. Algunos logros que podemos destacar se refieren a un mayor fortalecimiento técnico a los líderes de organizaciones de consumidores de la región, incremento de muchas organizaciones nuevas de consumidores en participar en el proceso de Codex y ayudarlas a volverse más activas a nivel nacional e internacional.

Sin embargo, pese a los esfuerzos realizados, un estudio efectuado por CI a finales del año 2002, en 17organizaciones en 16 países de la región, refiere que 35,3por ciento de las organizaciones de consumidores encuestadas, encuentran pobre o insatisfactoria su participación en el Codex a nivel nacional, mientras que para el 29,4 por ciento de ellas, dicha participación es inexistente, lo que eleva al 64,7por ciento de los países de la región la insatisfacción con el nivel de participación de los consumidores que se les da en las actividades de Codex. Un reciente estudio realizado por el Servicio de Educación al Consumidor de Bolivia (SEDECO) y CI, publicado en agosto de 2004, demuestra que de 19 organizaciones de consumidores de América Latina que trabajan el tema de alimentos, el 90 por ciento de ellas, indican dedicarse prioritariamente al tema de los alimentos derivados de la biotecnología, seguidamente de la inocuidad de los alimentos, seguridad alimentaria, producción y consumo responsables.

El mismo estudio demuestra que en el área de la inocuidad de los alimentos, el trabajo que realizan dichas organizaciones aún no es enfocado de manera integral. Ellas priorizan su accionar en las normativas del Codex Alimentarius, haciendo énfasis en algunos comités como el de higiene de alimentos, etiquetado, residuos de plaguicidas, residuos de medicamentos veterinarios en alimentos.

Las organizaciones de consumidores de los países de la región participaron en los diversos talleres de capacitación desarrollados en el marco de los proyectos nacionales y subregionales de cooperación técnica de la FAO para fortalecer la gestión de los Puntos de Contacto y los Comités Nacionales del Codex de Brasil, Chile, Argentina y Uruguay, y más recientemente de los países de América Central, Panamá y República Dominicana http://www.rlc.fao.org/prior/comagric/codex/rla0065/0065.htm, países de la Región Andina (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela), http://www.rlc.fao.org/prior/comagric/codex/rla2904/default.htm, y Paraguay http://www.rlc.fao.org/prior/comagric/codex/par2801/default.htm. Estos proyectos permitieron una mayor participación de los consumidores organizados en los Comités Nacionales del Codex y sus Sub Comités Técnicos.

Trabajos exitosos en el Codex, son los efectuados por la organización peruana de consumidores ASPEC que fue constituida como la Secretaría Técnica del Comité de Etiquetado de Alimentos en su país. La misma, participó en reuniones internacionales como por ejemplo el Comité de Higiene de Alimentos. Las organizaciones SEDECO y CODEDCO, participan activamente en el Comité Nacional del Codex de Bolivia y en varios subcomités técnicos. Participando inclusive como parte de la delegación boliviana en las Reuniones del Comité de Nutrición y Regímenes Especiales, el Comité de Principios Generales y últimamente en el CCLAC en la reunión realizada en Buenos Aires diciembre del año 2004.

Por otra parte, el Fondo Fiduciario creado por la FAO/OMS destinado a fortalecer la participación en el Codex especialmente de los países en vías de desarrollo, fue ampliamente difundido por CI entre las organizaciones de consumidores en los países de la región, con la finalidad de incidir ante sus gobiernos y puntos focales para su oportuna participación.

Si bien se observan avances y mayor participación de los consumidores organizados en el proceso del Codex, la situación no es la misma en todos los países de la región. Aún se evidencia, que la participación de los consumidores no es equitativa y es insuficiente con relación a los demás actores de la cadena alimentaria, inclusive al interior de sus respectivos países.

Recomendaciones

Consumers International y sus organizaciones miembros, en sus documentos de posición ante la COPAIA, investigaciones, conclusiones e informes de actividades de fortalecimiento de capacidad a los líderes y eventos realizados en el marco de la Campaña “alimentos sanos, alimentos seguros: consumidores responsables” manifiestan de manera constante sus preocupaciones y recomendaciones a los gobiernos, entre las que podemos mencionar:

Por consiguiente, el diseño y/o modernización de las políticas en el área - con miras a contribuir al desarrollo y alcanzar las metas del milenio en los plazos establecidos - exige a la brevedad posible asegurar el respaldo político y participación activa de la sociedad civil, y de los consumidores. La aplicación de un enfoque técnico, dinámico, además de aspectos socioeconómicos, como la pobreza y la cultura deben evitar que se conviertan en barreras que impidan la puesta en marcha de programas que aseguren la seguridad e inocuidad alimentaria para los consumidores de América Latina y el Caribe.

1 Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) 2003. The State of Food Insecurity in the World.

2 FAO-FODEPAL, Walter Belick, Políticas de Seguridad Alimentaria y Nutrición en América Latina, Editora Hucitec, Sao Paolo, 2004.


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