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La cría de los animales de caza es una realidad

R.S. Surujbally

R.S. SURUJBALLY es veterinario investigador, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas, Chilanga, Zambia. Este artículo es la adaptación de un documento que presentó a la Cuarta Conferencia Regional de Fauna y Flora para Africa oriental y central, celebrada en Zambia, en julio de 1976.

Confiar sólo en la caza significa la extinción de las especies mejores

El hambre es endémica en nuestro planeta. La Revolución Verde no ha concluido, pero se ha estancado hasta el punto de no funcionar ya. El hambre y la malnutrición son dos aspectos del desastre alimentario mundial, y no es posible resolverlos sin afrontar los otros aspectos de la crisis planetaria: población, desarrollo, armas comerciales y recursos. Un aspecto de esta utilización de los recursos naturales, la cría de animales de caza, es el motivo de este articulo.

La producción doméstica de ganado vacuno, en la que se han puesto hasta ahora grandes esperanzas, sigue sin poder atender a la demanda existente, por no mencionar su incapacidad para hacer frente a la presión cada vez mayor del aumento demográfico. Por consiguiente, nos vemos forzados a buscar otras fuentes de alimentos para atender a nuestras necesidades nutricionales - cualquier alimento, cualquier fuente, bien sean roedores, murciélagos, osos hormigueros, monos, pájaros, reptiles, incluso las larvas del escarabajo de la palma o el caracol gigante africano, o los ungulados. No bastará buscar o utilizar estas fuentes de proteínas, ya que, sin una explotación racional adecuada, podríamos llegar a consumirlas hasta la extinción total. Por lo tanto, es necesario criar de manera sistemática y científica especies escogidas; incluso, a veces, se trata de un requisito indispensable para la perpetuación de tales especies y, en última instancia, para la perpetuación de la nuestra. Este proceso científico y sistemático de cría, la domesticación y sujeción de los animales al hombre para la mejora definitiva de éste, es la intención o el objetivo final de la cría de animales de caza.

En Zambia siempre se ha considerado a los animales de caza como una fuente de alimentos; han desempeñado una importante función en la dieta de los habitantes de muchas aldeas. Por ejemplo, se utilizó la carne del lechwe negro (Onotragus lechwe) del lago Bangweulu, cuando se construyó una carretera de aprovisionamiento durante la Primera Guerra Mundial y, de nuevo, como alimento para los equipos de obreros que trabajaron en la instalación del Copperbelt/Rhodesia Railway (ferrocarril de la zona del cobre/Rhodesia). Pero las matanzas continuas e indiscriminadas disminuyeron las posibilidades de caza. La población de lechwe negro, por ejemplo, ha disminuido en sólo 50 años, de un total calculado en más de medio millón de cabezas a una cantidad estimada en menos de 30 000 cabezas hoy en día.

Además, las leyes locales tienden a reducir la caza para la obtención de carne. En todo caso, es cada vez menor el número de personas que satisface sus necesidades nutricionales a base de la carne proveniente de la caza. Esto ocurre especialmente en Zambia; un alto porcentaje de la población vive en áreas urbanas.

Estos hechos ponen de manifiesto que es importante desarrollar sistemas rentables mediante los cuales puedan criarse estos animales. La idea no es nueva. La propuesta de domesticar rumiantes salvajes indígenas se hizo ya en 1848, cuando Methuen discutió las perspectivas, tanto para el búfalo como para el eland. Sin embargo, y a pesar de estas primeras ideas, la única especie salvaje domesticada de Africa meridional, en el sentido estricto de la palabra, ha sido el avestruz, y el único mamífero africano domesticado es el camello. Esto señala cuánto tiempo ha requerido este proceso. A los efectos de la cría de animales de caza, la domesticación total de una especie no es segura, y ni siquiera es completamente deseable, pues existe la posibilidad de que esa domesticación signifique ceder ano más a las presiones del medio ambiente. Lo que queremos aprovechar es exactamente la no susceptibilidad.

Los siguientes argumentos señalan las ventajas que entraña el empleo de tales especies para la cría de animales de caza.

En primer lugar, los ungulados salvajes se han adaptado óptimamente a su medio natural y, por lo tanto, es posible una explotación más efectiva de la vegetación existente, y existe una mayor capacidad para afrontar la temperatura ambiente. Algunos autores sostienen que el eland, por ejemplo, está mejor dotado para vivir en zonas áridas o semiáridas. También existen pruebas de que ciertos ungulados pastan o comen plantas y arbustos que el ganado doméstico no come (o no prefiere), o bien lo comen en épocas diferentes del ciclo de crecimiento de estas plantas. Es más, muchos mecanismos fisiológicos de los ungulados salvajes les garantizan la supervivencia en tales regiones marginales, donde la producción intensiva, e incluso la supervivencia del ganado doméstico, es imposible. Por ejemplo, la reducción de pérdidas de aguas fecales y renales de ciertas especies, unida a un incremento de la ingestión de los líquidos sacados de plantas y arbustos les permite, en la práctica, no beber agua durante largos períodos, lo que los hace aptos para atravesar grandes trayectos en basca de alimentos. Por lo demás, ciertas especies salvajes muestran peculiaridades de comportamiento que aumentan sus posibilidades de supervivencia en regiones áridas muy cálidas.

En segundo lugar, la eficiencia de la utilización de alimentos resulta favorable si se compara con el ganado doméstico, especialmente en relación con los tipos de alimentos ingeridos. Se ha descubierto que la ingestión de proteínas por el ganado al final de la época seca era insuficiente para su mantenimiento, mientras que, si el eland pasta en las mismas praderas, parece que puede prosperar en buenas condiciones. Las canales de ungulados salvajes contienen un porcentaje mucho mayor de carne magra que los ungulados domésticos, mientras que, al mismo tiempo, rinden los mismos porcentajes de carne faenada que el ganado doméstico de engorde. Los porcentajes globales de carne faenada se han confirmado generalmente como superiores (50-63%) al del ganado Angoni o Barotse (40-58%). La tasa de crecimiento de ciertas especies de antílopes puede compararse también con la del ganado indígena doméstico. Estudios sobre el eland efectuados en la U.R.S.S. y en Rhodesia indican que, a los tres años de edad, la hembra alcanza un peso medio de 350 kg y el macho algo menos de 500 kg. Estas cifras deben compararse con 300 y 400 kg de la hembra y el macho de los animales de Angoni de la misma edad, respectivamente.

Aunque la producción de leche de antílope es de poca importancia, debe señalarse que los experimentos efectuados en la U.R.S.S. con el eland dieron como resultado un rendimiento medio de 450,2 kg al año entre la segunda y la séptima lactación. En los estudios del eland africano, los porcentajes de grasa de la leche oscilaron entre el 9,1 y el 11%.

El tercer concepto que destaca las ventajas de la cría de animales de caza es la susceptibilidad decreciente y la excelente adaptación de los ungulados salvajes a las enfermedades. Se sabe, por ejemplo, que el búfalo es extremadamente resistente a muchas de las enfermedades del ganado, incluida la tripanosomiasis, y los arbustos infectados por la mosca tsetsé no causan al parecer efectos perjudiciales a los antílopes. Sin embargo, no debemos adoptar una actitud exclusivamente optimista en relación con el riesgo de las enfermedades. Por otra parte, seria igualmente incorrecto no reconocer las grandes ventajas que ofrecen los antílopes en el medio especial de las distintas zonas de Zambia. Si bien hay un número suficiente de publicaciones que indican que los rumiantes salvajes mueren como consecuencia de la fiebre aftosa, ántrax, peste bovina y otros muchos tipos de enfermedades, o incluso se ha demostrado que tienen índices de aglutinación de anticuerpos para diversos elementos patógenos, es un hecho que los ungulados salvajes sufren mucho menos de las enfermedades específicamente locales, que hacen la vida arriesgada para otro ganado sujeto a esas mismas condiciones. En mi opinión, el problema no consiste en determinar si, en general, los antílopes están libres de enfermedades, sino simplemente si el ganado en ciertos sectores sufre excesivamente. Las enfermedades incluyen no sólo las conocidas como la tripanosomiasis, sino también otras igualmente importantes causadas por el calor excesivo y la falta de agua, enfermedades que se manifiestan en forma de reducción de la fertilidad y disminución de la tasa de crecimiento.

la cría de animales de caza debería ser complementaria, y no competidora, con la producción doméstica de ganado vacuno

En cuarto lugar, dentro del contexto de los valores estéticos humanos frente a la posteridad tenemos la obligación de preservar todo género animal amenazado. Los jardines zoológicos, con su medio artificialmente creado, y a pesar de su éxito inicial en algunos casos, son una muestra patética de la inconveniencia de ese tipo de solución para garantizar la reproducción y la supervivencia. Realmente, las condiciones terribles en que se encuentran muchos parques zoológicos pueden incluso acelerar la eliminación de nuestros compañeros de viaje en esta nave espacial que es la Tierra. Desde este punto de vista, cabe dudar que la rentabilidad de tal empresa deba ser el primer motor de nuestra acción.

En todas estas consideraciones debe tenerse siempre en cuenta un factor: la necesidad de organizar investigaciones sobre posibles animales de caza; la necesidad de contar con información relativa al éxito de la cría de animales de caza. Sin embargo, en este caso pisamos terreno peligroso. El proceso de investigación en el campo de la fauna y flora salvajes es terriblemente lento y los gobiernos de los países en desarrollo a veces no quieren esperar demasiado tiempo para dar respuestas a los problemas apremiantes, especialmente cuando tales investigaciones necesitan inversiones de dinar o constantes e importantes. Es más, la experiencia nos indica que, cuando los países en desarrollo deben afrontar crisis financieras, las primeras reducciones se efectúan en los fondos destinados a trabajos de investigación. Sin embargo, para un plan nuevo, como es la cría de animales de caza en Zambia, se necesitará mucha información, datos que permitirán decidir no sólo la viabilidad de tales planes, sino también la rentabilidad a largo plazo. Es cierto que podemos utilizar los resultados ya obtenidos en este campo por naciones vecinas amigas, e incluso antagonistas. Pero todos los resultados no serán aplicables a Zambia, cuyas condiciones topográficas, climáticas y sociológicas son algo diferentes de las de sus vecinos. En primer lugar, debemos subrayar estas diferencias antes de elaborar una estrategia sobre investigación de la cría de animales de caza. Tendremos que responder a muchas preguntas. Por ejemplo:

· ¿La organización social típica de las especies sufrirá una influencia tan negativa como para perjudicar a dichas especies ?

· ¿Qué especies pueden vivir mejor, y dónde ?

· ¿A qué edad deberá procederse al sacrificio de estos animales?

· ¿ Resulta económicamente viable el engorde y la sobrealimentación?

· ¿Puede recogerse, multiplicarse y almacenarse el semen con el objetivo de fecundar hembras en fechas posteriores ?

· ¿Deberá procederse a la castración de animales machos para hacerlos más dóciles y lograr un aumento de peso?

· ¿Pueden introducirse animales de caza en haciendas ganaderas con miras a incrementar la concentración de la población animal?

· ¿Cabe influir en la parición y el destete?

· En Zambia 13 lucha contra las enfermedades de animales domésticos se ha realizado y mantenido mediante cuarentenas, pastoreo rotativo, inmersiones, dosis orales e inmunizaciones. ¿Pueden resolverse los problemas de transporte y aprovechamiento de animales salvajes (en relación con la lucha contra las enfermedades) con los mismos métodos?

EL ELAND Y EL GANADO VACUNO DOMÉSTICO SE CRÍAN JUNTOS EN ZAMBIA - ¿por qué no?

Estos son unos cuantos de los muchísimos problemas con que se enfrentará el personal de investigación, y habrá que encontrar las soluciones. La investigación de problemas debe aumentarse y ampliarse de manera que podamos conocer las respuestas antes de que se extinga para siempre la fuente de producción potencial de carne debido al incremento de la población humana.

Se debe subrayar la necesidad de contar en el equipo de investigación, con veterinarios y especialistas en zootecnia. Sin querer minimizar en absoluto la enorme contribución real y potencial de los zoólogos, es un hecho que, a diferencia de lo que ocurre con los graduados en producción animal, no poseen los conocimientos prácticos de agricultura requeridos que, en esencia, es el objetivo principal de la cría de animales de caza.

La cría de animales de caza es una realidad; es un medio de producir mucha más carne, producto básico sumamente necesario. Se la debe considerar complementaria (no competitiva) de la producción de ganado doméstico. Por consiguiente, deberá recibir una atención cada vez mayor y ser objeto de un estudio más detallado en la formulación de planes para el aprovechamiento de las tierras en Zambia.


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