Indice Página siguiente


Desarrollo forestal

HABLANDO ante la Conferencia Regional de la FAO para Europa, en octubre último, EGON GLESINGER, Director de Montes y Productos Forestales de la FAO, se refirió al aumento de las importaciones de maderas duras tropicales en Europa durante los últimos años. Se discutían en la Conferencia las posibilidades con que cuentan los países en desarrollo del mundo para aumentar sus divisas con los beneficios de las exportaciones de productos agropecuarios hechas a Europa. Para la mayoría de los productos básicos, las perspectivas parecen ser indudablemente sombrías. Sin embargo, en el caso de los productos forestales los pronósticos pueden ser diferentes.

La FAO está llevando ahora a cabo un «Estudio de las tendencias de la madera» para determinar la situación europea a la luz de los cambios que han ocurrido desde que se publicó en 1953 el primero de estos estudios. Los resultados preliminares ponen de relieve que Europa es ya una región deficitaria en madera, excediendo las importaciones a las exportaciones en términos equivalentes de madera rolliza. Las posibilidades para una ulterior expansión de las industrias forestales son limitadas, ya que el aprovechamiento de los recursos forestales de la región es total. No obstante, continúa aumentando la demanda de maderas industriales y se estima que para 1975 la diferencia entre las necesidades industriales europeas y los suministros habrá alcanzado considerables proporciones, prescindiendo de las medidas que pueden adoptarse mientras tanto para aumentar los rendimientos forestales.

Si las tendencias han sido correctamente interpretadas, es posible que Europa tenga que importar pronto cantidades notablemente mayores de materias primas, productos elaborados, o ambas cosas. No todos estos productos pueden venir de América del Norte o de la U.R.S.S., y esta coyuntura es posible que abra oportunidades para los países en desarrollo que cuentan con recursos forestales o con condiciones vegetativas que favorecen la producción de madera.

Por otra parte, precisamente ahora se da la paradójica situación de que las industrias forestales de Europa y de América del Norte se encuentran en dificultad. La capacidad de producción es excesiva, especialmente en cuanto a celulosa y papel; las industrias papeleras atraviesan una fase difícil, ya que no tiene gran aceptación la opinión de forzar la producción haciendo caso omiso del progreso forestal de los países en desarrollo.

Sin embargo, el estudio especial que ahora realiza la FAO, suscrito por la industria, sobre las perspectivas de desarrollo de la pasta y el papel en Europa indica que esta fase será transitoria. Además, los resultados de otros estudios regionales de las tendencias de la madera realizados por la FAO, subrayan la urgencia en que se encuentran los países menos adelantados de desarrollar sus recursos y sus industrias forestales.

Parece ser, por ejemplo, que las necesidades de América Latina en cuanto a maderas industriales se triplicarán en 1975, alcanzando el orden de magnitud que existe actualmente en Europa; los programas forestales que en la actualidad se prevén en esa región son absolutamente insuficientes para satisfacer la demanda. En Asia y el Pacífico, a pesar de la radical revisión de las políticas forestales introducida por algunos gobiernos durante estos años, se espera que hacia 1975 exista un déficit de 12 millones de metros cúbicos de madera industrial. Los datos preliminares del estudio sobre Africa indican también una necesidad creciente de productos forestales elaborados a medida que progresen las campañas contra el analfabetismo y educativas, los programas de construcción de viviendas y la industrialización.

Parece, pues, la ocasión oportuna para que los países en desarrollo, mediante programas vigorosos y concertados, movilicen sus recursos forestales, efectivos o potenciales, y desarrollen sus industrias forestales con objeto de satisfacer sus necesidades esenciales durante los próximos decenios sin recurrir a desembolsos inmoderados de divisas para realizar importaciones. Se insiste en los programas concertados, a causa de las ventajas que se derivan cuando los recursos de los países vecinos son complementarios y, en ciertas ramas de la industria forestal, por las considerables economías en la escala de las operaciones, y también por superarse los obstáculos que representan los mercados nacionales inicialmente pequeños.

Rollizos para pasta de chopo apilados en los patios de una fábrica papelera de Bélgica. El mejoramiento genético del álamo en Europa ha permitido a los forestales conseguir rendimientos inconcebibles hace unos cuantos decenios. (Foto: Pulp and Paper International)

Masas artificiales de pino insigne en Nueva Zelandia. De ahora en adelante cada vez se dependerá mas de las plantaciones. (Foto: New Zealand Forest Service)


Inicìo de página Página siguiente