El estado de los bosques del mundo 2022

Capítulo 3 Existen tres vías forestales interrelacionadas que podrían contribuir a la recuperación verde y a la transición hacia economías sostenibles

3.2 La restauración de bosques y paisajes y la agroforestería ayudan a diversificar los medios de vida y los paisajes, y aumentan la productividad de la tierra

TITULARES
  • Las actividades de restauración por plantación de árboles reportarían beneficios para grandes extensiones de tierras degradadas. De los 2 200 millones de hectáreas de tierras degradadas de todo el mundo que se podrían restaurar, 1 500 millones se ajustarían mejor a la restauración en mosaico, que consiste en combinar los bosques y los árboles con la agricultura.
  • Las actividades de restauración por plantación de árboles pueden reportar grandes beneficios ambientales y económicos. Por ejemplo, las tierras degradadas restauradas por medio de la forestación y la reforestación podrían absorber de la atmósfera entre 0,9 GtCO2e y 1,5 GtCO2e al año entre 2020 y 2050 de manera eficaz en función de los costos. La restauración de 4 millones de hectáreas de tierras degradadas en la zona del Sáhara y el Sahel ha creado más de 335 000 puestos de trabajo.
  • La demora en obtener resultados rentables frena la ampliación de las actividades agroforestales y de restauración. Por ejemplo, las prácticas agroforestales pueden aumentar la productividad de los cultivos en muchos contextos locales, pero se puede tardar hasta ocho años en obtener resultados rentables, mientras que este período se reduce a uno o dos años en el caso de los cultivos anuales.

Las Naciones Unidas han proclamado el período comprendido entre 2021 y 2030 el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas, cuyos objetivos son prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas en todos los continentes y océanos; generar impulso político, y crear un movimiento mundial y ampliar las medidas de restauración eficaces. “Evitar la degradación”, “reducir la degradación” y “restaurar las tierras degradadas” son los tres aspectos de la jerarquía de respuesta del enfoque relativo a la restauración de bosques y paisajes (RBP), también denominado enfoque de restauración del paisaje forestal204. La restauración puede resultar rentable, pero generalmente es más barato conservar los ecosistemas que permitir que se degraden y adoptar medidas de restauración posteriores205. En esta sección se examinan estrategias basadas en los árboles encaminadas a restaurar las tierras degradadas, incrementar la productividad agrícola y mantener o restaurar los servicios ecosistémicos con miras a aumentar la resiliencia tanto de los ecosistemas como de las personas.

En diversos contextos, el costo de la restauración es mucho menor —hasta 26 veces menor— que el costo de la inacción, y los beneficios ambientales pueden ser considerables

Una evaluación de 42 países africanos observó que el beneficio de la restauración y conservación de las tierras para la productividad agrícola es entre tres y 26 veces mayor que el costo de la inacción206. Mirzabaev et al. (2021) demostraron que, en los escenarios elaborados para los países de la Gran Muralla Verde, los costos de la restauración de las tierras (costos de la acción) eran inferiores a los costos de la inacción, lo que constituye una sólida justificación económica para las actividades de restauración en el Sahel207.

Restaurar los ecosistemas degradados puede mejorar la prestación de servicios ecosistémicos, como la conservación de la biodiversidad y la regulación del agua y el clima, y estimular el crecimiento económico, tanto ahora como después de la pandemia208. En un metaanálisis de 89 estudios sobre una amplia diversidad de tipos de ecosistemas de todo el mundo, incluidos los bosques, se determinó que la labor de restauración aumentaba la biodiversidad y la prestación de servicios ecosistémicos en un 44% y un 25% de media, respectivamente, en relación con los niveles de los sistemas degradados (las medidas de la biodiversidad hacían referencia a la abundancia, la riqueza de especies, la diversidad, el crecimiento y la biomasa de los organismos presentes)209.

La restauración puede mejorar servicios ecosistémicos clave como la regulación y la calidad del agua. Burek et al. (2016) estimaron que entre 4 800 millones de personas y 5 700 millones de personas podrían estar viviendo en zonas en las que hubiera escasez de agua al menos una vez al año en 2050210. Invertir en la salud de los bosques ayudaría a preservar los servicios hídricos; a este respecto, la RBP permitiría mantener la capacidad de retención de agua, así como la fertilidad y la estabilidad de los suelos, de manera rentable211.

Los efectos que la restauración podría tener a escala mundial son enormes. Van der Esch et al. (2021) calcularon que, entre 2015 y 2050, si no se adoptan medidas de restauración de las tierras (escenario de referencia), la productividad de los suelos y la biomasa resultarán perjudicadas en el 12% de la superficie mundial; las tierras de cultivo crecerán alrededor de un 20% (aproximadamente 300 millones de hectáreas) a expensas de las áreas naturales; se perderá el 6% de la biodiversidad restante debido al cambio en el uso de la tierra, la producción intensiva y el cambio climático, y el promedio de emisiones anuales de carbono derivadas del cambio en el uso de la tierra y su gestión durante el período ascenderá al 16% de las emisiones anuales actuales212. En un escenario hipotético en el que se adoptaran medidas de restauración y protección para mantener las funciones de los ecosistemas, la superficie de tierra natural aumentaría en 400 millones de hectáreas respecto del escenario de referencia, se evitaría una tercera parte de la pérdida de biodiversidad mundial prevista, y los suelos y la vegetación almacenarían 83 Gt de carbono adicionales, lo que equivale a más de siete años de las emisiones mundiales actuales. Por otra parte, si se limitara la disponibilidad de tierras para la agricultura, los alimentos se encarecerían235.

Para ser eficaces, los programas de restauración exigen un diseño, planificación y seguimiento precisos y sistemáticos, así como una combinación de múltiples medidas equilibradas sobre el terreno. Los árboles pueden desempeñar una función importante, pero la plantación de árboles en tierras degradadas (sobre todo en monocultivos) no es suficiente por sí sola y constituye una interpretación equivocada de la restauración forestal. La RBP no se limita a la creación de cubierta forestal, sino que conlleva la restauración de paisajes completos con objeto de satisfacer las necesidades actuales y futuras y ofrecer múltiples beneficios y usos de la tierra a lo largo del tiempo213.

Turberas. Se estima que las emisiones de GEI asociadas a las turberas —por ejemplo, después de drenarlas o cuando se queman— constituyen alrededor del 5% de las emisiones mundiales de CO2 causadas por actividades humanas214. Las condiciones atmosféricas secas, calurosas y ventosas, que ya son una realidad en muchas regiones215, están provocando incendios de larga duración en las turberas, incluso en el Círculo Ártico216. El descenso de las precipitaciones, el deshielo del permafrost y la disminución de las descargas de los glaciares, sumados a otros fenómenos complejos que aumentan la exposición de la turba al oxígeno, suponen una amenaza, ya que pueden invertir la función de zonas de turbera cada vez más extensas, de sumideros de GEI a fuentes de emisiones.

Los fuegos latentes de las turberas centran la atención, pero el drenaje de turberas para los cultivos, el pastoreo, la actividad forestal, la generación de energía y otros usos constituye un desafío a largo plazo. Las turberas drenadas continúan emitiendo GEI (y los servicios ecosistémicos siguen disminuyendo) hasta que se rehumidifican. Gracias a los avances en materia de evaluación y elaboración de mapas de las turberas, un número cada vez mayor de países está tomando conciencia del agotamiento de sus turberas, así como de las emisiones que siguen generando. La protección de las turberas frente al drenaje y su restauración se han convertido en prioridades para muchos de los 180 países que se estima que contienen este tipo de territorio217, y se vienen acumulando conocimientos y experiencias sobre restauración de turberas desde al menos la década de 1970218. Es necesario mejorar la gestión de las turberas no solo para salvaguardar el carbono y reducir el riesgo de incendios, sino también para proteger las zonas costeras y ribereñas frente al hundimiento, asegurar la protección contra inundaciones y mantener los servicios de filtración de agua y la biodiversidad. Probablemente, el costo de la restauración de las turberas es considerablemente inferior a los beneficios económicos estimados a escala local y regional, sobre todo en términos de salud humana debido a la reducción de la neblina219.

Los incendios representan más del 5% de las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la agricultura, el sector forestal y otros usos de la tierra. La gestión integrada de los incendios es mucho menos costosa que su extinción

Los incendios de biomasa contribuyen en gran medida a las emisiones de GEI al representar más del 5% de las emisiones totales derivadas de la agricultura, el sector forestal y otros usos de la tierra (según estimaciones recientes de la FAO sin publicar). Los nuevos cálculos, basados en los datos de FAOSTAT, indican que las emisiones de GEI causadas por los incendios de la biomasa superan las previsiones en un 30% aproximadamente220. La cantidad de dinero gastada cada año a escala mundial en la gestión de incendios, principalmente en las tareas de extinción, ha aumentado; por ejemplo, en los Estados Unidos de América, el gasto de los organismos federales en actividades de lucha contra los incendios ha aumentado de unos 240 millones de USD en 1985 a 2 270 millones de USD en 2020, es decir, casi se ha multiplicado por 10221. En el Canadá, el costo nacional anual de la protección contra incendios en tierras silvestres (a saber, el aumento real de los costos de extinción, no el costo fijo del personal encargado de la lucha contra los incendios y la gestión de programas) se ha incrementado en aproximadamente 150 millones de CAD cada decenio desde que se empezaron a recopilar datos en 1970222. Pocos países han valorado la carga económica global de los incendios forestales. Constituyen una excepción los Estados Unidos de América, donde se ha estimado que la carga económica anualizada (todos los costos y efectos) de los incendios forestales se sitúa entre 71 100 millones de USD y 348 000 millones de USD (dólares de 2016)223.

Se ha aceptado ampliamente que la gestión integrada de los incendios constituye un enfoque adecuado para asegurar que la planificación y toma de decisiones respecto de la gestión de incendios tienen en cuenta todos los aspectos pertinentes y puede limitar el gasto global que suponen los incendios, en especial al reducir la necesidad de extinguir incendios y restaurar las tierras afectadas224. En un estudio realizado recientemente en la región europea de los Alpes se estimó que el costo directo total de la lucha contra los incendios y la gestión posterior al incendio (con exclusión de las medidas de prevención) era de aproximadamente 75 millones de EUR al año; en cambio, las medidas de gestión integrada de los incendios, incluidas la prevención y extinción, costarían en torno a 10 millones de EUR anuales. La restauración de los ecosistemas es un componente importante de la gestión integrada de los incendios y puede facilitar la mitigación y la prevención de futuros incendios forestales.

La restauración puede generar beneficios económicos considerables, con rendimientos de entre 7 USD y 30 USD por cada dólar invertido; la restauración de 4 millones de hectáreas de tierras degradadas en el Sáhara y el Sahel creó más de 335 000 puestos de trabajo

La restauración requiere inversiones. Por ejemplo, se calcula que la inversión necesaria para lograr el Desafío de Bonn —es decir, restaurar 350 millones de hectáreas para 2030— supera los 36 000 millones de USD anuales; el costo estimado de lograr la neutralidad de la degradación de las tierras a escala mundial es de 318 000 millones de USD al año entre 2015 y 2030225.

A pesar de la atención que la restauración está recibiendo a nivel mundial, solo alrededor del 2,5% de los 14,6 billones de USD de gasto público anunciados por las 50 economías más importantes del mundo como parte de los planes de estímulo y las políticas de recuperación de la COVID-19 se destina a iniciativas verdes (entre las que se incluyen soluciones basadas en la naturaleza y actividades de investigación y desarrollo en las que se tienen en cuenta consideraciones ecológicas)226. Solo el 3% del gasto total en recuperación se considera positivo para el capital natural y hasta un 17% podría afectarle negativamente227. Se está desaprovechando una oportunidad: la restauración puede reportar algunos de los mayores beneficios en forma de mejoras climáticas y ambientales, empleo y crecimiento económico228 y, al mismo tiempo, aumentar la productividad de la tierra. Por ejemplo, se estima que lograr el Desafío de Bonn podría eliminar de la atmósfera entre 13 Gt y 26 Gt más de GEI229, lo que proporcionaría unos rendimientos netos de entre 0,7 billones de USD y 9 billones de USD y entre 7 USD y 30 USD por cada dólar invertido230. Roe et al. (2021) calcularon que la restauración de tierras degradadas por medio de la forestación y la reforestación podría absorber de la atmósfera entre 0,9 GtCO2e y 1,5 GtCO2e al año entre 2020 y 2050 de manera eficaz en función de los costos (véase el Cuadro 4)231.

Las inversiones en RBP pueden generar oportunidades de empleo considerables. Por ejemplo, las medidas de RBP crearon 354 000 puestos de trabajo a corto y largo plazo en cinco países —a saber, el Brasil, El Salvador, los Estados Unidos de América, México y Rwanda— en 2018232; estos cinco países se han comprometido colectivamente a restaurar 30,7 millones de hectáreas de tierras degradadas para 2030, principalmente a través de actividades relacionadas con los bosques (Figura 9)233.

FIGURA 9PROPORCIONES RELATIVAS DE DISTINTOS TIPOS DE INTERVENCIONES DE RESTAURACIÓN LLEVADAS A CABO EN EL BRASIL, EL SALVADOR, LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, MÉXICO (ESTADO DE QUINTANA ROO) Y RWANDA, 2018

FUENTE: Dave, R., Saint-Laurent, C., Murray, L., Antunes Daldegan, G., Brouwer, R., de Mattos Scaramuzza, C.A., Raes, L. et al. 2019. Second Bonn Challenge progress report – Application of the Barometer in 2018. © Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Disponible en inglés en: https://doi.org/10.2305/IUCN.CH.2019.06.en.
FUENTE: Dave, R., Saint-Laurent, C., Murray, L., Antunes Daldegan, G., Brouwer, R., de Mattos Scaramuzza, C.A., Raes, L. et al. 2019. Second Bonn Challenge progress report – Application of the Barometer in 2018. © Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Disponible en inglés en: https://doi.org/10.2305/IUCN.CH.2019.06.en.

Se ha calculado que la degradación de las tierras áridas supone entre 6,3 billones de USD y 10,6 billones de USD anuales y podría forzar el desplazamiento de 50 millones de personas en el próximo decenio234. Once países subsaharianos miembros de la Gran Muralla Verde (Burkina Faso, Chad, Djibouti, Eritrea, Etiopía, Malí, Mauritania, Níger, Nigeria, Senegal y Sudán) han llevado a cabo actividades de restauración y gestión sostenible de las tierras en el Sáhara y el Sahel con el objetivo de fomentar la adaptación y resiliencia al cambio climático y la mitigación de sus efectos, luchar contra la desertificación, conservar la biodiversidad y garantizar el desarrollo sostenible. Si se tienen en cuenta las medidas que abarcan estrictamente las zonas de intervención de la Gran Muralla Verde, se han restaurado 4 millones de hectáreas de tierras degradadas en el marco del programa, lo que ha generado aproximadamente 90 millones de USD en ingresos para la población rural entre 2007 y 2020 y ha creado más de 335 000 puestos de trabajo, sobre todo en relación con la ejecución de las actividades de restauración y la producción y venta de PFNM235.

Solo se dispone de unos pocos ejemplos de aplicación satisfactoria de la RBP en cuanto a la forma de llevar a la práctica los principios ampliamente aceptados que la conforman236. Además, no se ha sistematizado la información relativa a los costos y beneficios de la RBP237,238,239. En un examen de la bibliografía sobre el costo de la restauración forestal en países tropicales y subtropicales en el marco de diversas intervenciones de restauración se recuperaron 61 estudios pertinentes con estimaciones de los costos de restauración en determinados países240. En 23 de ellos se recogían suficientes datos sólidos como para poder calcular los costos anuales por área unitaria (Cuadro 5). Se ha puesto en marcha una acción internacional colaborativa, la Iniciativa sobre la economía de la restauración de ecosistemas, con objeto de obtener más datos para realizar análisis económicos de la restauración del paisaje que ayudarán a priorizar las inversiones en este proceso241.

CUADRO 5DATOS SOBRE LOS COSTOS EXTRAÍDOS DE LA BIBLIOGRAFÍA SOBRE RESTAURACIÓN FORESTAL EN PAÍSES TROPICALES Y SUBTROPICALES (23 ESTUDIOS)

FUENTE: Bodin, B., Garavaglia, V., Pingault, N., Ding, H., Wilson, S., Meybeck, A., Gitz, V. et al. 2021. A standard framework for assessing the costs and benefits of restoration: introducing The Economics of Ecosystem Restoration. Restoration Ecology. Disponible en inglés en: https://doi.org/10.1111/rec.13515.
FUENTE: Bodin, B., Garavaglia, V., Pingault, N., Ding, H., Wilson, S., Meybeck, A., Gitz, V. et al. 2021. A standard framework for assessing the costs and benefits of restoration: introducing The Economics of Ecosystem Restoration. Restoration Ecology. Disponible en inglés en: https://doi.org/10.1111/rec.13515.

En ausencia de datos sistematizados sólidos sobre los costos y beneficios, puede considerarse que la restauración de los ecosistemas degradados es un enfoque costoso o que no es rentable242, en lugar de una inversión que puede reportar resultados tangibles en el futuro (así como aumentar la productividad de las tierras). Además, la restauración engloba un amplio conjunto de posibles intervenciones, cuyos costos iniciales pueden variar enormemente; la restauración “activa” puede costar hasta 10 veces más que los enfoques de regeneración natural243, pero puede ser necesaria en los lugares con poca resiliencia244; en el Recuadro 10 se presenta un ejemplo de aplicación del enfoque de regeneración natural asistida que cuesta aproximadamente la mitad que un enfoque más activo como es la plantación de árboles. El enfoque de restauración más adecuado para una situación concreta depende de diversos factores económicos, sociales y ambientales. Subestimar los beneficios y costos de la restauración puede aumentar el riesgo percibido en materia de inversiones, sobre todo en los territorios muy degradados, donde los costos suelen considerarse demasiado elevados y los beneficios económicos directos no son lo suficientemente tangibles como para atraer las inversiones.

RECUADRO 10UTILIZACIÓN DE LA REGENERACIÓN NATURAL ASISTIDA PARA RESTAURAR UNA CUENCA HIDROGRÁFICA EN FILIPINAS

En el municipio de Danao de la provincia de Bohol (Filipinas) se ejecutó un proyecto de regeneración natural asistida con el objetivo de restaurar una zona de cuencas hidrográficas muy degradada y deforestada. Al principio se necesitó un esfuerzo considerable para convencer a las partes interesadas y autoridades locales para que cambiaran los enfoques convencionales de plantación de árboles, aunque el costo de la regeneración natural asistida (579 USD por hectárea) era casi la mitad del costo que supondría adoptar un enfoque convencional de plantación de árboles en la zona (1 048 USD por hectárea). El costo se corresponde con las estimaciones indicativas relativas a las actividades de regeneración natural asistida llevadas a cabo en otros lugares de los trópicos, donde los costos directos de establecimiento fueron, en promedio, de 257 USD por hectárea durante el primer año y los costos anuales de mantenimiento y seguimiento para los siguientes cinco años alcanzaron hasta 213 USD por hectárea. En Bohol, las intervenciones de regeneración natural asistida consistieron, entre otras cosas, en crear cortafuegos, encomendar a miembros de la comunidad la tarea de realizar patrullas contra incendios, marcar y proteger las plántulas y los árboles jóvenes regenerados naturalmente con rodrigones, reducir la competencia de las plantas herbáceas mediante el deshierbe y el prensado y controlar el pastoreo y la recolección de dendrocombustibles. Los agricultores plantaron cultivos alimentarios en los cortafuegos para proporcionar beneficios financieros durante la restauración. En 18 meses resultaban evidentes los cambios en la biodiversidad de los pastizales y las perspectivas relativas al turismo también mejoraron.

FUENTE: Shono, K., Chazdon, R., Bodin, B., Wilson, S. y Durst, P. 2021. Assisted natural regeneration: harnessing nature for restoration. Unasylva, 71(252): 71-81.

En un análisis de 225 estudios de casos sobre los beneficios y 94 estudios de casos sobre los costos se puso de manifiesto que, incluso en la hipótesis financiera más pesimista, invertir en restauración reportaría ganancias financieras en seis de los nueve tipos de ecosistemas evaluados (Figura 10)245. Tasas de rentabilidad interna (a) y relaciones costo-beneficio (b) de las actividades de restauración en nueve importantes biomas. En la hipótesis más optimista, la restauración generaría relaciones costo-beneficio positivas en todos los tipos de ecosistema examinados. Según el análisis, los ecosistemas de los bosques tropicales se encuentran entre los que presentan la mayor rentabilidad por las inversiones en restauración en términos absolutos (es decir, sobre la base de los valores netos actuales y con tasas de descuento sociales del 2% y el 8%). Sin embargo, se necesitan más datos para llevar a cabo una evaluación completa de los costos y beneficios de las políticas y medidas en materia de RBP, así como para poder realizar análisis de costos-beneficios y análisis costo-efectividad y, con ello, ayudar a desbloquear y asignar inversiones suficientes246; cada vez existen más herramientas que contribuyen a maximizar la rentabilidad de las intervenciones en el ámbito de la RBP (Recuadro 11).

FIGURA 10TASAS DE RENTABILIDAD INTERNA (A) Y RELACIONES COSTO-BENEFICIO (B) DE LAS ACTIVIDADES DE RESTAURACIÓN EN LOS NUEVE BIOMAS PRINCIPALES

FUENTE: De Groot, R.S., Blignaut, J., Van Der Ploeg, S., Aronson, J., Elmqvist, T. y Farley, J. 2013. Benefits of investing in ecosystem restoration. Conservation Biology, 27(6): 1286-1293. Disponible en inglés en: https://doi.org/10.1111/cobi.12158.
NOTA: Datos procedentes de 316 estudios de casos que abarcan un período de 20 años y que incluyen un componente de costos de gestión no superior al 5% de los costos de capital.
FUENTE: De Groot, R.S., Blignaut, J., Van Der Ploeg, S., Aronson, J., Elmqvist, T. y Farley, J. 2013. Benefits of investing in ecosystem restoration. Conservation Biology, 27(6): 1286-1293. Disponible en inglés en: https://doi.org/10.1111/cobi.12158.

RECUADRO 11OPTIMIZACIÓN DE LA PLANIFICACIÓN ESPACIAL PARA LA RESTAURACIÓN RENTABLE DE BOSQUES Y PAISAJES

Cada vez se dispone de más herramientas de planificación espacial que permiten maximizar los beneficios de las intervenciones de restauración y minimizar las repercusiones negativas de las decisiones sobre el uso de la tierra. La metodología de evaluación de oportunidades de restauración247, elaborada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y el Instituto de Recursos Mundiales, es un marco flexible y eficaz en función de los costos que puede emplearse para determinar las esferas prioritarias y las intervenciones de restauración en los planos nacional y subnacional. La plataforma WePlan-Forests248, creada por el Instituto Internacional para la Sostenibilidad y la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica, ayuda a los países a determinar en qué lugares las intervenciones de RBP pueden lograr los mayores beneficios en materia de biodiversidad y clima; cuantificar las compensaciones entre los múltiples objetivos de la restauración, y aprovechar todo el potencial de la regeneración natural como estrategia de restauración eficaz en función de los costos. Un estudio sobre la utilización de esta plataforma en seis países piloto integró las estimaciones espacialmente explícitas de los lugares en que la regeneración natural es posible con un modelo de los costos de establecimiento y oportunidad con miras a volver a calcular los costos de restauración forestal, y demostró que, al tener en cuenta la regeneración natural además de la regeneración activa, se podían reducir los costos de establecimiento relacionados con la restauración forestal entre un 51% y un 65% y ahorrar miles de millones de USD249.

La agroforestería aumenta la biodiversidad y el carbono de los territorios y puede incrementar los ingresos y la resiliencia de los pequeños productores, pero necesita incentivos para hacer frente a los riesgos y los costos iniciales

La agroforestería es un sistema de uso de tierras que utiliza especies leñosas perennes junto con cultivos agrícolas o ganadería en un espacio y período determinados. El 43% de todos los terrenos agrícolas a escala mundial —esto es, más de 1 000 millones de hectáreas— cuenta con al menos un 10% de cubierta arbórea250. Los componentes de la agroforestería (animales, cultivos y árboles) pueden combinarse en una gran diversidad de procesos de producción. Los tres principales tipos de sistemas agroforestales son los siguientes: 1) agrosilvícolas (árboles combinados con cultivos); 2) silvopastoriles (árboles combinados con animales), y 3) agrosilvopastoriles (árboles, animales y cultivos).

Como sistema agroalimentario integrado, la agroforestería tiene el potencial de promover la seguridad alimentaria mundial al aumentar el rendimiento y la resiliencia de los cultivos, proporcionar servicios ecosistémicos, abordar la degradación de la tierra y mejorar la resiliencia de los medios de vida251. De los 2 200 millones de hectáreas de tierras degradadas de todo el mundo que se podrían restaurar, 1 500 millones de hectáreas se ajustarían mejor a la restauración en mosaico, que consiste en combinar los bosques y los árboles con otros usos de la tierra como la agroforestería, la agricultura en pequeña escala y los asentamientos252. La colocación estratégica de árboles en tierras degradadas puede aumentar la productividad agrícola y la prestación de servicios ecosistémicos, por ejemplo, aumentando la capacidad de los suelos de retención de nutrientes y agua y mejorando la lucha contra las plagas y malas hierbas253,254.

Se estima que los sistemas agroforestales pueden contener entre el 50% y el 80% de la diversidad de los bosques naturales y pueden tener una riqueza de taxones media un 60% mayor que la de los bosques (a saber, tanto especies forestales como no forestales)255. Esta mayor biodiversidad incluye especies de flora y fauna tanto de superficie como subterráneas, y muchas de ellas (como los polinizadores, los organismos del suelo y las micorrizas) pueden aumentar la productividad agrícola. En un metaanálisis mundial se concluyó que los agroecosistemas restaurados, como los sistemas agroforestales, incrementan la diversidad de especies global de media en un 68% y la prestación de servicios ecosistémicos en un 42%256. Esto resulta especialmente importante para la salud de los suelos, como se puso de manifiesto en otro metaanálisis reciente, en el que se observó que la agroforestería contribuye a vigorizar los servicios ecosistémicos y por tanto, conlleva una reducción del 50% en la tasa de erosión del suelo, un incremento del 21% en el almacenamiento de carbono en el suelo y un aumento del 46% en la disponibilidad de nitrógeno en el suelo para los cultivos257.

La medición de la cubierta arbórea de los terrenos agrícolas puede utilizarse para estimar el alcance de la agroforestería y evaluar los beneficios de los sistemas agroforestales, sobre todo en cuanto a la fijación de carbono. En un análisis mundial, los datos de teledetección permitieron calcular que la cubierta arbórea almacenaba al menos el 75% de las 45,3 GtC de terrenos agrícolas en 2010258. La cubierta arbórea de las tierras agrícolas creció un 3,7% entre 2000 y 2010, lo que aumentó el almacenamiento del carbono en más de 2 GtC259.

Dado el potencial de la agroforestería para facilitar la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos, el 40% de los países no incluidos en el Anexo I de la CMNUCC contempla este uso de la tierra como solución en sus contribuciones determinadas a nivel nacional; esta medida se ha adoptado más ampliamente en África (en el 71% de las contribuciones determinadas a nivel nacional), seguida de las Américas (en el 34%), Asia (21%) y Oceanía (7%). El 50% de los 73 países en desarrollo que han aplicado estrategias de REDD+ considera que la agroforestería es una forma de combatir el declive forestal260. La pandemia de la COVID-19 ha recalcado aún más la importancia de contar con sistemas de producción diversificados, resilientes y localizados para mantener la salud animal, humana y ecológica.

La relación equivalente de tierra, definida como la proporción de superficie de cultivo exclusivo con respecto a la superficie de cultivo intercalado necesaria para obtener rendimientos iguales con el mismo nivel de gestión, se utiliza normalmente para comparar la productividad en términos de biomasa y otros rendimientos. Un estudio de cinco sistemas agroforestales de cinco países europeos mostró que la adopción de la agroforestería aumentó la productividad agrícola entre un 36% y un 100% (es decir, una relación equivalente de tierra de entre 1,36 y 2,00), dependiendo del tipo de cultivo, el mecanismo y la gestión del cultivo y las condiciones locales261. Kuyah (2019) analizó 126 estudios revisados por pares sobre la agroforestería en el África subsahariana y concluyó que, en promedio, los sistemas agroforestales incrementaban el rendimiento del cultivo al tiempo que mantenían la prestación de servicios ecosistémicos de regulación o conservación262.

La agroforestería es una opción posible para el mantenimiento del equilibrio ecológico y la diversificación de los medios de vida rurales (Recuadro 12)263. Sin embargo, hasta la fecha se ha promovido principalmente para fines de subsistencia y muchos de sus beneficios no se han cuantificado debidamente. Los rangos de distribución de los costos y beneficios son muy variables, incluso dentro de prácticas y sistemas concretos.

RECUADRO 12UN MODELO AGROFORESTAL DEL AMAZONAS BRASILEÑO

Los agricultores de Tomé-Açu, en la zona oriental del Amazonas brasileño, han elaborado un modelo agroforestal dirigido por agricultores, el Sistema Agroflorestal de Tomé-Açu (SAFTA), que combina sistemas agroforestales orientados al mercado con la agroindustria local, que añade valor a los productos agroforestales y promueve las exportaciones a los mercados nacionales y mundiales. El SAFTA es un sistema agroforestal de transición que incluye cultivos anuales a corto plazo, cultivos perennes a medio plazo y especies de árboles frutales y maderables a largo plazo274. En el pasado, el SAFTA recibía el apoyo de los gobiernos federal y estatales y actualmente está respaldado por los gobiernos locales (y se lo considera una forma de colocar sus productos en los mercados locales e internacionales)275. Aunque puede adoptar diversas formas, generalmente se basa en una combinación de entre uno y tres cultivos de gran valor comercial (por ejemplo, el cacao, el copoazú, la pimienta negra y el azaí) con la producción de aceites, resinas y madera276.

La agroforestería constituye una inversión a más largo plazo que la agricultura convencional y requiere planificaciones y proyecciones de ganancias que abarquen períodos más largos264,265; también puede conllevar altos costos de establecimiento y mantenimiento, lo que en ocasiones genera pérdidas netas durante los primeros años266. En promedio, con las prácticas agroforestales se obtienen resultados rentables entre tres y ocho años después de su adopción, mientras que este período suele reducirse a uno o dos años en el caso de los sistemas de cultivos anuales.

Los sistemas agroforestales son más resilientes que los sistemas agrícolas convencionales ante las perturbaciones ambientales y los efectos del cambio climático, tales como tormentas intensas, sequías e inundaciones, debido en gran parte a la diversidad de beneficios que proporcionan267. Aumentan la seguridad alimentaria y la nutrición al actuar como redes de seguridad durante dichas perturbaciones268, sobre todo cuando estas afectan a comunidades enteras en lugar de a hogares concretos269. En una zona de tierras altas de Filipinas, por ejemplo, la capacidad de generación de ingresos y la seguridad alimentaria de los pequeños agricultores que adoptaron sistemas agroforestales fueron entre un 42% y un 137% mayores que las de los agricultores que se dedicaban al monocultivo anual270.

A pesar de los amplios beneficios ambientales de la agroforestería, su asimilación y ampliación no están exentas de dificultades —muchas de ellas de carácter socioeconómico—, relacionadas, por ejemplo, con la mano de obra, el género y el tamaño de las explotaciones agrícolas271. Los elevados costos de establecimiento y los rendimientos a más largo plazo, el acceso a capitales y mercados, la gestión de los conocimientos y la capacidad y la inseguridad de la tenencia de la tierra constituyen obstáculos importantes para la adopción de sistemas agroforestales por parte de los agricultores. Los pequeños productores deben encontrar una solución de compromiso entre usos alternativos de la tierra, como el monocultivo, y necesitan evaluar la rentabilidad comparativa de una práctica concreta, así como determinar su idoneidad cultural272. Si bien numerosos estudios han puesto de manifiesto la mayor productividad de los sistemas agroforestales, muchos agricultores los consideran menos productivos y, por tanto, inviables o arriesgados desde el punto de vista financiero273.

Para fomentar la adopción de sistemas agroforestales se necesitan incentivos eficaces e inversiones estratégicas con miras a lograr los objetivos de restauración y mejora de la producción, por ejemplo, proporcionar financiación para la colocación de árboles, aumentar los conocimientos y la capacidad de los pequeños productores y los profesionales de la extensión en relación con el cultivo de árboles, e incrementar el acceso a los mercados277,278,279.

Los incentivos gubernamentales, los créditos agrícolas reformulados y los pagos por los servicios ecosistémicos pueden contrarrestar el importante obstáculo que plantea la limitada disponibilidad de flujo de efectivo a corto plazo. En el Perú, una política nacional sobre concesiones agroforestales otorga derechos de tierras a los pequeños productores que ocuparon tierras forestales antes de 2011 con la condición de que conserven y gestionen de forma sostenible los bosques y pongan en marcha sistemas agroforestales280. Con precios del carbono adecuados y apoyo institucional, los pagos por la fijación de carbono pueden incentivar aún más la adopción de prácticas agroforestales304. En un estudio realizado en Etiopía se observó que los ingresos derivados del carbono convertían la agroforestería en una práctica más rentable que el monocultivo y podían incluso superar los ingresos netos de cualquier parcela de monocultivos cuando la tasa de fijación era alta y el carbono tenía el precio más alto281.

La recuperación verde de la pandemia constituye una oportunidad para intensificar las iniciativas de restauración y, con ello, crear puestos de trabajo y propiciar el aumento a largo plazo de la productividad de la tierra

En 2020, casi dos terceras partes de los 115 000 millones de USD anuales de financiación pública que se invertían en soluciones basadas en la naturaleza se destinaban a actividades de restauración (restauración de bosques y turberas, agricultura regenerativa, conservación del agua y sistemas de control de la polución natural)282.

Para reconstruir mejor tras la pandemia de la COVID-19, no solo se requiere crecimiento económico sino que también se debe fomentar la salud de los ecosistemas productivos, es decir, se necesita una recuperación “verde”. Dado que pueden tener rendimientos económicos elevados283, los enfoques basados en el sector forestal y la naturaleza, como la RBP, la rehumidificación de las turberas y la agroforestería, pueden ser eficaces como parte de una recuperación verde. Los beneficios ambientales y socioeconómicos de la RBP y la agroforestería son enormes, tanto como los desafíos que supone planificar y lograr poner en marcha las intervenciones sobre el terreno. Por lo tanto, es necesario realizar un esfuerzo considerable para recopilar y compartir datos y conocimientos tanto sobre la RBP y la agroforestería como sobre la forma de aplicarlas de manera eficiente y con los mayores beneficios.

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