- ➔ La inflación de los precios mundiales de los alimentos viene aumentando a un ritmo considerablemente superior al de la inflación general desde 2020, lo cual se debe al aumento de la volatilidad y a la persistencia de presiones en los mercados agrícolas y de alimentos. En enero de 2023, la inflación de los precios de los alimentos alcanzó un máximo del 13,6 %, con lo cual superó la inflación general en 5,1 puntos porcentuales (8,5 %). Aunque a mediados de 2023 ambos índices empezaban a mostrar una tendencia a la baja, su nivel siguió siendo elevado durante el resto del año. En 2024 la inflación de los precios de los alimentos había alcanzado los niveles de 2019, anteriores a la pandemia de la COVID-19.
- ➔ Los efectos de dos grandes perturbaciones (la pandemia de la COVID-19 y la guerra de Ucrania), combinadas con fenómenos meteorológicos extremos, provocaron una fuerte subida del precio de los productos básicos agrícolas a escala mundial, que alcanzó su punto máximo en marzo de 2022, espoleada también por perturbaciones simultáneas de los precios energéticos.
- ➔ La combinación de estas perturbaciones con un gasto fiscal sin precedentes y con políticas monetarias laxas crearon una tormenta perfecta y allanaron el camino a una elevada inflación de los precios de los alimentos. A diferencia de episodios anteriores de inflación alta, este estuvo motivado por factores impulsados por la demanda y posteriormente derivó en una inflación impulsada por la oferta.
- ➔ El aumento de los precios mundiales de los productos básicos agrícolas y energéticos y sus efectos conexos explican el 47 % y el 35 % de la inflación de los precios de los alimentos en su punto máximo en los Estados Unidos de América y la zona del euro, respectivamente. El resto (53 % y 65 %) se explica por otros factores, como los costos crecientes de la mano de obra, fluctuaciones de los tipos de cambio y posibles aumentos en los márgenes de beneficio a lo largo de la cadena de suministro.
- ➔ La inflación de los precios de los alimentos ha sido especialmente acusada en los países de ingresos bajos, donde los hogares dependen con frecuencia de los mercados para obtener alimentos. La inflación mediana de los precios mundiales de los alimentos aumentó considerablemente, del 2,3 % en diciembre de 2020 al 13,6 % en enero de 2023, mientras que los países de ingresos bajos registraron un aumento aún más acusado, con un índice máximo de inflación del 30 % en mayo de 2023.
- ➔ La recuperación mundial de los salarios ha sido muy desigual. En algunos países, el crecimiento de los salarios se ha mantenido al ritmo de la subida de los precios de los alimentos. Sin embargo, en muchos otros, especialmente en los afectados por conflictos, los salarios reales han seguido disminuyendo, con lo que cada vez ha resultado más difícil a los hogares costearse productos alimentarios esenciales.
- ➔ Los países de ingresos bajos, que han registrado las tasas más elevadas de inflación de los precios de los alimentos con un máximo pronunciado entre mediados de 2022 y mediados de 2023, han experimentado aumentos de la inseguridad alimentaria. La subida de los precios de los alimentos puede afectar notablemente a la seguridad alimentaria de los hogares. Un aumento de los precios de los alimentos del 10 % va ligado a un incremento de la inseguridad alimentaria moderada o grave del 3,5 % y a un aumento en la proporción de personas expuestas a inseguridad alimentaria grave del 1,8 %. Las desigualdades estructurales y de género agravan la repercusión de la inflación de los precios de los alimentos, especialmente en los países con alta desigualdad de ingresos. En su punto máximo, registrado en enero de 2023, el 65 % de los países de ingresos bajos y el 61 % de los países de ingresos medianos bajos (donde habitan más de 1 500 millones de personas) hicieron frente a una inflación de los precios de los alimentos superior al 10 %, lo cual pone de manifiesto su contribución, posiblemente generalizada, a la inseguridad alimentaria.
- ➔ El reciente episodio de inflación de los precios de los alimentos va estrechamente ligado al aumento de los índices de emaciación entre los niños menores de cinco años. Un aumento de los precios de los alimentos del 10 % va ligado a un incremento de entre el 2,7 % y el 4,3 % en la prevalencia de la emaciación y a un incremento de entre el 4,8 % y el 6,1 % en la emaciación grave de los niños menores de cinco años.
- ➔ Al parecer, los precios relativos de los diferentes tipos de alimentos (por grupo de alimentos, nivel de elaboración y perfil nutricional) se mantuvieron en promedio bastante estables entre 2011 y 2021 en todo el mundo. Los alimentos ricos en nutrientes, como las frutas y hortalizas, presentan sistemáticamente los precios más altos por kilocaloría. En cambio, por lo general, los alimentos ultraprocesados suelen tener precios inferiores por kilocaloría frente a las alternativas menos elaboradas. Los alimentos ultraprocesados están desplazando crecientemente a alternativas más ricas en nutrientes, a pesar de crecientes pruebas de sus efectos negativos en la salud.
- ➔ De 2019 a 2024 el aumento más pronunciado en todos los grupos de alimentos se registró en los precios de los alimentos básicos amiláceos y los aceites en México, Nigeria y el Pakistán. En vista de que los alimentos amiláceos conforman la base dietética de los hogares más pobres, esos aumentos pronunciados pueden socavar la seguridad alimentaria y la nutrición, pero el acceso a productos de bajo costo de otros grupos de alimentos puede contribuir a mantener la adecuación alimentaria a pesar de la inflación.
La subida de los precios de los alimentos, que lleva perfilándose como preocupación mundial desde 2022, ha captado la atención pública. Según una encuesta mundial de Ipsosg, la inflación se ha convertido en una de las principales preocupaciones en todo el mundo, por encima de los temores suscitados por los delitos, la violencia y la pobreza1. El incremento del precio de los alimentos, impulsado por una combinación de medidas fiscales relacionadas con la pandemia, políticas monetarias desequilibradas, interrupciones del suministro y conflictos geopolíticos, ha afectado negativamente a los hogares que dependen del mercado, en particular a los más vulnerables. Aunque la tasa de aumento ha disminuido recientemente, el elevado costo de los alimentos sigue siendo un problema acuciante que pone a prueba a diario los presupuestos familiares y aumenta la inseguridad alimentaria y la malnutrición. Como componente esencial del IPC general, la inflación de los precios de los alimentos también ha pasado a ser para gobiernos de todo el mundo un elemento importante a efectos de seguimiento y adopción de medidas.
En respuesta a las preocupaciones mundiales en aumento, en el presente informe se ahonda en las múltiples repercusiones del aumento de los precios de los alimentos y se examinan sus consecuencias para la seguridad alimentaria y la nutrición. En la Sección 3.1 se presenta el concepto de inflación haciendo hincapié en los precios de los alimentos y se destaca el incremento acusado de los precios de estos productos en comparación con los de otros bienes y servicios de consumo. Esta subida desproporcionada ha impuesto una carga considerable a los hogares pobres que destinan gran parte de sus ingresos a la alimentación. En la Sección 3.2 se estudian las causas subyacentes del reciente repunte de los precios de los alimentos y se establecen comparaciones con episodios inflacionarios anteriores. En la Sección 3.3 se analiza la relación entre la inflación y sus efectos en los resultados en materia de seguridad alimentaria y nutrición. Ello reviste especial importancia para los países de ingresos bajos, donde el aumento de los precios de los alimentos hace que resulte difícil a las familias permitirse alimentos suficientes, inocuos y ricos en nutrientes durante todo el año. Por último, en la Sección 3.4 se examinan las presiones inflacionarias sufridas por distintos grupos de alimentos fijando la atención en la manera en que el incremento de los precios podría afectar a la asequibilidad y accesibilidad de las dietas saludables.
3.1 Inflación de los precios de los alimentos: hechos estilizados
Desde fines de 2020, los precios al por menor de los alimentos a nivel nacional han aumentado notablemente en la mayoría de los países, lo cual plantea dificultades considerables tanto a los consumidores como a los responsables de las políticas. La inflación media interanual de los precios mundiales de los alimentos se disparó del 5,8 % en diciembre de 2020 a un impresionante 23,3 % en diciembre de 20222. En estas cifras influyen en sumo grado países que experimentaron hiperinflación, como el Líbano, Sudán del Sur, la República Bolivariana de Venezuela y Zimbabwe, donde los puntos máximos de la inflación interanual alcanzaron cotas superiores al 350 %. En consecuencia, el uso de la mediana permite reflejar de manera más correcta los niveles mundiales de inflaciónh: la inflación mediana de los precios de los alimentos aumentó de forma pronunciada desde diciembre de 2020 hasta enero de 2023, concretamente del 2,3 % al 13,6 % (véanse las definiciones en la Figura 3.1 y el Recuadro 3.1).
Figura 3.1 La inflación de los precios de los alimentos aumentó desde fines de 2020 hasta alcanzar su punto máximo en enero de 2023

FUENTE: Elaboración de los autores (FAO) a partir de FAO. 2025. FAOSTAT: Índices de precios al consumidor. [Consultado el 18 de junio de 2025]. https://www.fao.org/faostat/es/#data/CP. Licencia: CC BY 4.0.
Recuadro 3.1Definiciones y conceptos: ¿Qué es la inflación? ¿Qué es la inflación de los precios de los alimentos?
Hiperinflación: Se entiende por hiperinflación una situación en la que los precios de los bienes y servicios suben de forma descontrolada durante un período de tiempo determinado. En general, se emplea el término hiperinflación cuando la inflación aumenta a un ritmo superior al 50 % mensual13.
Índice de precios al consumidor: Un índice de precios al consumidor (IPC) mide las variaciones de los precios de los bienes y servicios consumidos por los hogares. Estas variaciones afectan al poder adquisitivo real de los ingresos de los consumidores y a su bienestar. Como los precios de los distintos bienes y servicios no varían todos al mismo ritmo, el IPC solo puede reflejar su evolución media. Suele asignarse a un IPC un valor de unidad (o 100) en un período de referencia, y con los valores del índice para otros períodos se pretende indicar la variación proporcional media (o porcentual) de los precios en relación con este período de referencia de los precios.
Índice de precios de los alimentos al consumidor e inflación de los precios de los alimentos: El IPC de los alimentos mide la variación temporal de los niveles generales de precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas que los hogares utilizan, pagan o adquieren de otro modo para su consumo. Se mide el costo al consumidor de la compra de una cesta fija de alimentos y bebidas durante un período determinado; los productos de la cesta son representativos de los gastos de los hogares y presentan una calidad constante y características semejantes. La inflación de los precios de los alimentos se mide como la tasa de crecimiento del IPC de los alimentos durante un período determinado. Cuando se agregan varios países (para elaborar, por ejemplo, estimaciones mundiales o regionales), el IPC de los alimentos y la inflación de los precios de los alimentos pueden expresarse como media ponderada* entre países. Sin embargo, los valores atípicos pueden determinar y distorsionar desproporcionadamente las estimaciones agregadas. Por lo tanto, la mediana podría ofrecer una medida más adecuada. La mediana es el percentil 50 de una distribución. Dicho de otro modo, es el número medio en una serie de datos puntuales que se han clasificado en orden ascendente o descendente.
Inflación: La inflación puede definirse como proceso de aumento continuo de los precios, o su equivalente, es decir, como proceso de disminución continua del valor del dinero. Hay varias formas de medir los precios, pero el IPC es el método más utilizado. De ese modo, la inflación se mide como tasa de crecimiento del IPC durante un período determinado. La inflación general de una economía se mide por la también denominada inflación general.
Inflación general: La tasa de inflación general, que es la medida de la inflación más utilizada, refleja las variaciones de los precios de todos los productos de consumo habitual en los hogares. Mide las variaciones de los precios de una cesta amplia de bienes y servicios e incluye la inflación subyacente, la inflación de los precios de los alimentos y la inflación de la energía.
Inflación subyacente: La inflación subyacente de los precios al consumidor se centra en las tendencias subyacentes y persistentes de la inflación; excluye los precios fijados por el gobierno y los precios más volátiles de productos como los alimentos y la energía, que son los que se ven más afectados por factores estacionales o por condiciones temporales de la oferta11.
Nivel general de los precios: El nivel medio de todos los precios de una economía en un momento dado se expresa como nivel agregado o general de los precios. Dado que una economía produce una serie de productos distintos, los niveles generales de los precios suelen medirse mediante índices. El más común es el índice de precios al consumidor.
La inflación de los precios mundiales de los alimentos viene aumentando a un ritmo considerablemente superior al de la inflación general desde 2020, lo cual se debe al aumento de la volatilidad y a la persistencia de presiones en los mercados agrícolas y de alimentos. La denominada “inflación general” (véanse las definiciones en el Recuadro 3.1) aumentó entre 2021 y 2023. Es importante determinar si la subida de los precios de los alimentos fue más rápida o más lenta para comprender mejor si los alimentos pasaban a ser más o menos asequibles que otras necesidades de los hogares. Al comienzo de la pandemia de la COVID-19, a principios de 2020, la inflación general se mantuvo relativamente baja. Aunque la inflación de los precios de los alimentos seguía siendo moderada, era notablemente superior a la inflación generali. A la par que los gobiernos comenzaron a relajar las órdenes de confinamiento domiciliario y la economía mundial inició el proceso de recuperación de la pandemia, a mediados de 2021 la inflación general iba en aumento. Posteriormente, el estallido de la guerra de Ucrania en febrero de 2022 provocó un aumento de los precios de los insumos agrícolas esenciales (como fertilizantes), afectó al suministro mundial de productos básicos agrícolas y perturbó los mercados energéticos (véase la Sección 3.2). Ello se tradujo en un aumento de los precios generales, con efectos importantes en los precios de los alimentos. En su punto máximo, registrado en enero de 2023, la inflación de los precios de los alimentos era 5,1 puntos porcentuales superior a la inflación general (13,6 % frente a 8,5 %). A lo largo de 2023 ambas tasas de inflación permanecieron a un nivel alto, si bien comenzaba a apreciarse una tendencia a la baja.
A la hora de hacer seguimiento de los precios de los alimentos y los productos agrícolas, existen diversos parámetros, cada uno de los cuales persigue una finalidad específica y recoge distintos aspectos del mercado. En el Recuadro 3.2 se destacan las diferencias fundamentales entre el índice de precios de los alimentos de la FAO y el IPC de los alimentos. En el primero se observan las tendencias de los mercados internacionales de los principales productos agrícolas básicos, como cereales, productos lácteos y aceites, a partir de los precios de exportación en dólares de los EE. UU. y de una ponderación de los productos en función de la parte del comercio mundial que les corresponde. En cambio, el segundo refleja los precios de venta al por menor a nivel de los consumidores en un país, expresados en la moneda local y ponderados en función de la proporción de los gastos de los hogares que corresponde a los productos alimentarios. Estas diferencias en cuanto a los productos abarcados, los métodos de ponderación, las fuentes de precios y las divisas ponen de relieve la atención que se presta al comercio mundial en el índice de precios de los alimentos de la FAO, en comparación con la importancia que tiene el IPC de los alimentos para medir la inflación nacional de los precios de los alimentos.
Recuadro 3.2Seguimiento de los precios de los alimentos y los productos agrícolas
Un indicador clave para medir los precios de los alimentos es el índice de precios de los alimentos de la FAO, que refleja las fluctuaciones mensuales de los precios internacionales de una cesta de productos alimentarios seleccionados, expresados en dólares de los EE. UU. El índice de precios de los alimentos de la FAO da a conocer las tendencias mundiales de los precios y dispone de datos mensuales en términos reales y nominales de 1990 en adelante e índices anuales que se remontan a 1961, lo que permite realizar comparaciones históricas a largo plazo.
Este indicador es fundamentalmente distinto del índice de precios de los alimentos al consumidor (IPC de los alimentos) que se utiliza para hacer seguimiento de la inflación de los precios de los alimentos. El índice de precios de los alimentos de la FAO refleja la situación de los mercados mundiales de productos básicos agrícolas, mientras que el IPC de los alimentos recoge el precio medio de los alimentos pagado por los consumidores a nivel nacional (Figura A). El índice de precios reales de los alimentos de la FAO no representa los precios reales en términos macroeconómicos tradicionales y no está deflactado por la inflación, sino que da cuenta de la evolución de los precios relativos entre los productos básicos agrícolas y los productos manufacturados. Diversos detalles metodológicos diferencian estos dos parámetros, a saber:
- Productos abarcados: El índice de precios de los alimentos de la FAO se centra en los principales productos agrícolas primarios, como cereales, aceites vegetales, productos lácteos, carne y azúcares, y excluye productos como el pescado y los productos alimentarios marinos. En cambio, el IPC de los alimentos abarca una mayor variedad de productos alimentarios tanto primarios como elaborados, y bebidas no alcohólicas.
- Ponderación de productos en el índice: El índice de precios de los alimentos de la FAO refleja la importancia de determinados productos en los mercados internacionales mundiales. Cada grupo de productos básicos se pondera en función del porcentaje medio que le corresponde en las exportaciones mundiales durante el período de referencia (2014-16). En el caso del IPC de los alimentos, las ponderaciones se basan en los porcentajes nacionales de gasto de los hogares a nivel de los consumidores. Los bancos centrales o las oficinas nacionales de estadística actualizan periódicamente estos porcentajes en función de las necesidades y prácticas específicas de cada país.
- Representación del tamaño relativo de los países en los agregados mundiales y regionales: El índice de precios de los alimentos de la FAO se calcula únicamente a escala mundial sin aplicar ponderaciones explícitas por países. Sin embargo, la influencia de un país aparece indicada indirectamente a través de su participación en las exportaciones mundiales. En cambio, en El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, las cifras del IPC de los alimentos a escala mundial y regional se obtienen utilizando la mediana de los países, lo que permite una representación más equilibrada que reduce al mínimo la influencia de los valores atípicos.
- Ubicación de la medición de los precios: Los precios utilizados en el índice de precios de los alimentos de la FAO son principalmente precios de exportación que reflejan los valores en el punto de comercio internacional. En cambio, el IPC de los alimentos refleja los precios al por menor pagados por los consumidores en cada país. En consecuencia, el índice de precios de los alimentos de la FAO excluye gran parte de los costos relacionados con el transporte, la manipulación y la elaboración, factores que forman parte integral de la inflación a nivel de los consumidores y de las tendencias macroeconómicas recogidas por el IPC de los alimentos.
- Moneda de medición: El índice de precios de los alimentos de la FAO se calcula utilizando precios y subíndices expresados en dólares de los EE. UU. corrientes, ya que así quedan reflejadas las cotizaciones de los principales productos básicos en los mercados internacionales. En cambio, el IPC de los alimentos es una medida nacional expresada en la unidad monetaria local. Por lo tanto, las grandes fluctuaciones del tipo de cambio, como depreciaciones de la moneda, pueden afectar considerablemente al IPC de los alimentos a escala nacional a través de la inflación importada, mientras que en el índice de precios de los alimentos de la FAO sus efectos son limitados o indirectos.
Figura A Tendencias de los precios internacionales y nacionales de los alimentos: índice de precios de los alimentos de la FAO frente a índice de precios al consumidor

FUENTES: Los datos correspondientes al IPC se basan en FAO. 2025. FAOSTAT: Índices de Precios al Consumidor. [Consultado el 20 de marzo de 2025]. https://www.fao.org/faostat/es/#data/CP. Licencia: CC BY 4.0; en relación con el índice de precios de los alimentos de la FAO, los datos se basan en FAO. 2025. Situación Alimentaria Mundial. En: FAO. [Consultado el 6 de junio de 2025]. https://www.fao.org/worldfoodsituation/foodpricesindex/es/
Los precios agrícolas internacionales, medidos por el índice de precios de los alimentos de la FAO, experimentaron un fuerte aumento desde mediados de 2020 hasta principios de 2022. Esta alza vino seguida de un aumento de la inflación mundial, impulsado inicialmente por perturbaciones externas y posteriormente por retrasos en el traspaso de las variaciones de los precios internacionales a los mercados nacionales. En la primavera de 2022, los mercados mundiales empezaron a estabilizarse a medida que mejoraban las condiciones de las cosechas, se amortizaban las repercusiones iniciales de la guerra de Ucrania y se anulaban las perturbaciones del comercio, como las restricciones a la exportación. A pesar de la estabilización de los mercados de productos básicos, la inflación interna siguió aumentando como consecuencia de los retrasos en las pautas de traspaso de los costos. Hacia finales de 2024 tuvo lugar una recuperación más amplia de la estabilidad.
Entre 2021 y 2023, los precios de los alimentos aumentaron de forma sustancial más rápidamente que los de otros bienes y servicios de consumo, lo que impuso una carga desproporcionada a los hogares que gastaban gran parte de sus ingresos en alimentos. Ello pone de manifiesto que los alimentos resultaban cada vez menos asequibles para los hogares en relación con otros bienes de la economía. Tras un período de inflación prolongado e intenso, tanto los índices generales como los de los precios de los alimentos mostraron indicios de estabilización seguidos de una disminución gradual en 2023.
La inflación de los precios de los alimentos ha sido especialmente acusada en los países de ingresos bajos (Figura 3.2). La mayoría de los hogares, incluso aquellos cuyos medios de vida se basan en la agricultura, dependen de los mercados para obtener suministros alimentariosj. El abastecimiento de alimentos a través de los mercados vuelve a los hogares vulnerables a los aumentos pronunciados de los precios, lo cual agrava la inseguridad alimentaria y limita el acceso a dietas saludables y su consumo. Los pequeños agricultores y los jornaleros agrícolas a menudo son compradores netos de alimentos, por lo que el aumento de los precios de los alimentos suele superar a cualquier incremento de los ingresos que perciben por la venta de sus productos. En consecuencia, la subida de los precios de los alimentos no solo pone a prueba los presupuestos de los hogares, sino que también hace peligrar los medios de subsistencia rurales, lo cual socava los avances hacia la reducción de la pobreza y la seguridad alimentaria y la nutrición27, 28.
Figura 3.2 La mayor inflación de los precios de los alimentos se registró en países de ingresos bajos, 2019-2024

FUENTE: Elaboración propia de los autores (FAO) basada en FAO. 2025. FAOSTAT: Índices de Precios al Consumidor. [Consultado el 18 de junio de 2025]. https://www.fao.org/faostat/es/#data/CP. Licencia: CC BY 4.0.
Los países de ingresos bajos registraron los aumentos más graves y sostenidos de la inflación de los precios de los alimentos, con un máximo pronunciado entre mediados de 2022 y mediados de 2023, cuando las tasas de inflación de los precios de los alimentos alcanzaron el 30 %. Durante este período, la inflación general también se disparó, pero se mantuvo significativamente por debajo de la inflación de los precios de los alimentos, lo que indica que los precios de los alimentos fueron el principal factor del aumento del costo de la vida. Incluso cuando las presiones inflacionarias empezaron a perder fuerza en 2024, esta disparidad generalizada puso de relieve los desafíos a los que se enfrentaban los hogares de los países de ingresos bajos, que seguían afrontando problemas de asequibilidad de los alimentos.
En los países de ingresos medianos bajos e ingresos medianos altos también se registraron aumentos sustanciales de la inflación de los precios de los alimentos, aunque fueron menos pronunciados que en los países de ingresos bajos. En los países de ingresos medianos bajos, la inflación de los precios de los alimentos alcanzó un máximo de alrededor del 16 % en septiembre de 2022 antes de descender gradualmente, y en los países de ingresos medianos altos se observó un patrón semejante, con un nivel máximo de inflación de los precios de los alimentos cercano al 20 % en octubre de 2022. A pesar de las reducciones, la inflación de los precios de los alimentos se mantuvo bastante por encima de la inflación general durante todo el período como consecuencia de las vulnerabilidades estructurales de las cadenas de suministro de alimentos y de la dinámica de los mercados en estos países.
En cambio, en los países de ingresos altos se registraron niveles relativamente bajos de inflación de los precios de los alimentos, sobre todo antes de mediados de 2022; sin embargo, esta inflación alcanzó un máximo de aproximadamente el 14 % en noviembre de 2022. Aunque la inflación de los precios de los alimentos aumentó durante las perturbaciones mundiales, se mantuvo más controlada y más próxima a las tasas de inflación general en los países de ingresos altos que en los de ingresos más bajos. La inflación media reciente de los precios de los alimentos (de enero a diciembre de 2024) se estabilizó en el 2,7 %, ligeramente por encima de la tasa media del 2,1 % registrada entre enero de 2019 y enero de 2021.
La escala de los aumentos de los precios de los alimentos locales desde 2020 es sorprendente cuando se examina a la luz de la inflación acumulativa de los precios de los alimentos en cinco años. De 203 países, 139 registraron una inflación acumulativa de los precios de los alimentos superior al 25 %. En 49 de ellos, la inflación superó el 50 %, y en 25 superó el 100 %. Estas presiones prolongadas soportadas por los precios de los alimentos pueden socavar la capacidad de supervivencia de los hogares y agravar la inseguridad alimentaria29-33