En 2007, Unasylva cumple 60 años. Este número doble especial conmemora la rica historia de la publicación periódica más longeva de la FAO.
Los contenidos, formato y apariencia de Unasylva han cambiado en el transcurso de los años, pero la revista ha ofrecido siempre una crónica vivaz de los problemas y preocupaciones mundiales del sector forestal. Su objetivo se ha mantenido inalterado: entregar las noticias más recientes sobre ciencia forestal y política a una amplia gama de lectores: encargados del diseño de políticas, gestores forestales, especialistas, investigadores, estudiantes y docentes. Entre los autores de los más de 1 000 artículos publicados se cuentan presidentes de Estados, directores de servicios forestales nacionales, trabajadores de campo y profesores universitarios.
La publicación documenta también la historia de las actividades de la FAO en el sector de la silvicultura. Todos los Directores Generales de la FAO y los Directores de la Dirección de Montes, que más tarde se convirtió en el Departamento Forestal, escribieron para Unasylva. En las páginas de la revista se han consignado los resultados de centenares de proyectos de campo.
Unasylva se ha publicado con una frecuencia de tres a seis números anuales, pero durante la mayor parte de su vida, la revista se ha publicado trimestralmente. Unasylva ha sido durante años una revista de pago. Conforme aumentaba la popularidad de Internet, la FAO decidió hacer de Unasylva una publicación gratuita de acceso en línea; más recientemente, la gratuidad fue extendida también a los ejemplares impresos. Desde la adopción de esta decisión, los pedidos de Unasylva –especialmente los provenientes de países en desarrollo donde el acceso en línea puede no ser fácil– se han incrementado rápidamente.
A medida que aumentaba el número de Estados Miembros de la FAO, que pasaron de 48 países, en su mayor parte del mundo industrializado, a 190 (incluyendo una organización miembro, la Comunidad Europea), han cambiado también los asuntos en que se ha ido haciendo hincapié: otrora la producción y la tecnología madereras (en números más antiguos había por ejemplo una sección dedicada a «Noticias sobre equipos»), y en la actualidad los conceptos y la concienciación relativos a la sostenibilidad en el contexto de la función social de los bosques. Durante las primeras décadas se subrayó la asistencia a la reconstrucción europea tras la Segunda Guerra Mundial. En años tempranos, los autores eran en su mayoría europeos y norteamericanos de sexo masculino. En el decenio de 1980, la proporción empezó a cambiar conforme un mayor número de mujeres comenzaba a desempeñarse en el campo de la silvicultura, y las aportaciones procedentes de los países en desarrollo fueron acogidas con entusiasmo. Hoy en día, Unasylva encomia la diversidad y su visión es genuinamente mundial. En la medida de lo posible, cada número da voz a autores de ambos sexos, procedentes de cada una de las regiones del mundo y de un variado espectro de instituciones académicas y de investigación, de otros organismos de las Naciones Unidas, de organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil.
En el 18o período de sesiones del Comité Forestal de la FAO, celebrado en marzo de 2007, se presentó el lema de las actividades forestales de la FAO: «Entretejiendo conocimientos en pro del desarrollo». Este lema no solo define los objetivos de la FAO sino que describe la labor llevada a cabo por Unasylva durante sesenta años. En este número de su sexagésimo aniversario, hemos decidido reimprimir artículos o extractos de artículos de números anteriores que ilustran cómo los conocimientos se entretejen con el desarrollo en el sector forestal.
Las ideas que se abordan aquí han evolucionado a lo largo de las décadas. Pero quizá más digno de ser destacado es que los conceptos que en ciertas décadas se consideraban emblemáticos ya habían sido objeto de debate mucho antes. El concepto de sostenibilidad, codificado en el decenio de 1990, tras la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), ya era un asunto que despertaba preocupación en el decenio de 1940. La dimensión humana, idea puesta de relieve en los decenios de 1980 y 1990, ya había sido tomada en consideración en los artículos más tempranos.
Este número de aniversario se abre con una introducción del Sr. Jacques Diouf, Director General de la FAO, quien expone la creciente función de la FAO como organización poseedora de conocimiento y los cambios que para reforzar dicha función él está introduciendo en la Organización, amén de algunas anotaciones acerca de la contribución de Unasylva.
Comenzamos nuestro recorrido a través del pasado con la reimpresión del primer artículo del primer número de Unasylva (1947), escrito por Sir John Boyd Orr, entonces Director General de la FAO, quien introdujo el concepto de un mundo, un bosque. Escribió que la nueva revista «trataría todos los problemas del sector silvícola y de los productos forestales desde un nuevo punto de vista, comparando los métodos utilizados en diferentes países y presentando opiniones y propuestas de expertos de varios campos».
El artículo «¿Qué es la asistencia técnica?», publicado en el decenio de 1950, describe la forma en que la Organización utiliza su conocimiento para ayudar a los países en desarrollo. Las políticas mundiales de aquella época eran distintas de las de hoy, pero un editorial sobre la difusión del saber indica que el pensamiento que sustenta la actual «organización poseedora de saberes» ya había sido conceptuado más de medio siglo atrás.
En el decenio de 1960 hacemos hincapié en dos temas. Uno es que se toma cada vez mayor conciencia de la función de la silvicultura en el desarrollo de la economía mundial; las ideas expresadas al respecto en Unasylva por Egon Glesinger (Director del Departamento de Montes y Productos Forestales) y Sir Henry Beresford-Peirse siguen teniendo validez en el presente. El otro es la creencia siempre más arraigada de que la tecnología es un medio innovador con el que es posible prestar asistencia al desarrollo. Los artículos sobre «Las calculadoras electrónicas digitales y la investigación forestal» y «La promesa de la tecnología» son reflejo de un período optimista de la historia.
A mediados del decenio de 1970, un artículo de K.F.S. King, Subdirector General encargado del Departamento de Montes de la FAO y ex Ministro del Desarrollo Económico de la República de Guyana, expresa el interés creciente de la FAO por las políticas forestales favorables al desarrollo nacional.
Los artículos firmados por mujeres no figuran en las páginas de Unasylva antes del decenio de 1980 (véase el recuadro, pág. 42). Destacamos un artículo sobre el papel de la mujer en la silvicultura comunitaria publicado ese año. En ese mismo decenio, Unasylva comienza a publicar un mayor número de artículos de autores de países en desarrollo, que a menudo exponen experiencias prácticas obtenidas sobre el terreno. Un buen ejemplo de ello es un artículo sobre prácticas de ordenación forestal, escrito por un administrador de bosques de Indonesia.
Los años 1990 fueron un decenio fundamental para la silvicultura. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) de 1992 dio origen al concepto de ordenación forestal sostenible; también tuvo su origen en ese decenio el Acuerdo Internacional sobre los Bosques, del que derivan el Grupo intergubernamental sobre los bosques (GIB) y el Foro intergubernamental sobre los bosques (FIB), que más tarde condujeron al establecimiento del Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques (FNUB). Tomamos de un número publicado justo antes de la celebración de la CNUMAD un artículo de Jag Maini, uno de los principales mediadores del diálogo internacional, sobre el desarrollo sostenible de los bosques; y un artículo sobre el alcance social de dicho desarrollo sostenible.
De los cambios políticos de los años 1990 nacieron también nuevas necesidades, como queda demostrado en un artículo sobre la salvaguardia de los recursos forestales durante la transición a una economía de mercado. Las soluciones unívocas en materia de efectividad de la extensión forestal iban siendo abandonadas. El mundo forestal comenzaba a reconocer la necesidad de los planteamientos pluralistas, es decir la existencia de posiciones inevitablemente diferentes y a menudo opuestas entre muchos grupos con intereses en la ordenación forestal. Además, Internet era una herramienta nueva mediante la cual era posible difundir la información. Todos estos temas están presentes en este número.
Llegado el año 2000, la FAO había ampliado su preocupación por la seguridad alimentaria haciendo hincapié en los medios de vida sostenibles. El artículo de cabecera del número de Unasylva sobre «Bosques, seguridad alimentaria y medios de vida sostenibles» sintetiza los temas principales acerca de la dependencia de las personas de los bosques para la obtención de alimentos, empleo, ingreso y medios de subsistencia, y las consecuencias que ello entraña para la ordenación forestal sostenible. Gracias a estos conceptos quedó preparado el terreno para afirmar más adelante el papel de los bosques en la mitigación de la pobreza dentro del marco de los objetivos de desarrollo del Milenio.
¿Qué influencia puede ejercer el intercambio de conocimientos? En otro artículo publicado el año 2000 se examina la influencia que algunas publicaciones fundamentales pueden tener en las políticas forestales internacionales o nacionales al modificar los patrones de la sabiduría convencional. Creemos que, en su afán de diseminar experiencias y mejores prácticas que confluyen en el cauce del conocimiento aceptado, Unasylva pueda ejercer una influencia análoga.
Este número de aniversario se cierra con un artículo que describe cómo se entreteje literalmente el conocimiento en pro del desarrollo: la reseña ilustrada de un proyecto que ha ayudado a desarrollar el sector del sauce-mimbre en Chile con objeto de mejorar los medios de vida de la población rural.
La educación es uno de los cauces más directos del que se vale Unasylva para entretejer el conocimiento con el desarrollo: los profesores y capacitadores usan la revista en el aula, los estudiantes la emplean para sus investigaciones, y el personal de proyectos y extensionistas recurren a ella en el campo. Si no llegara usted a encontrar un ejemplar de Unasylva en la biblioteca más cercana, le rogamos hacérnoslo saber.