G. Montero e I. Cañellas
Gregorio Montero e Isabel Cañellas trabajan en el Departamento de Silvicultura del Centro de Investigación Forestal, Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (CIFOR-INIA), Madrid.
Características más importantes de los bosques mediterráneos españoles y razones que justifican la práctica de la silvicultura.
El concepto de aprovechamiento sostenible del bosque apareció con la ordenación generalizada de los bosques y al ponerse las primeras bases de la silvicultura a mediados del siglo XIX. Anteriormente, el bajo nivel de demanda de recursos y la deficiente tecnología del aprovechamiento impedían la sobreexplotación. En otros casos, la estrecha unión del hombre rural con su medio ambiente hacía que este último fuera aprovechado mediante técnicas sostenibles (rutinas) desarrolladas empíricamente a lo largo de siglos.
Pero la simple conservación de las rutinas no es ya suficiente, y la creciente presión a la que están sometidos los sistemas naturales obliga a entender las bases ecológicas de aquellas técnicas, tanto para mantenerlas como para desarrollar otras más adaptadas a las situaciones actuales. La sostenibilidad de los aprovechamientos no es solamente un problema de ecología; para conseguirla es necesario, además, saber integrar los diversos factores que confluyen en el complejo medio natural español.
PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DEL BOSQUE MEDITERRÁNEO ESPAÑOL
Los ecosistemas mediterráneos están en gran medida modelados por la larga e intensa influencia antrópica. Durante siglos, el hombre, los animales domésticos y el fuego han creado mosaicos formados por rodales de arbolado claro o arbustivos, matorrales y pastizales herbáceos-leñosos. Suele ser precisamente el aprovechamiento de los recursos forestales el incentivo que asegura la perpetuación y transformación del sistema: los pastizales se crean, perpetúan y mejoran por la acción del ganado; la regeneración de los bosques se consigue por medio de las cortas con la puesta en luz y eliminación de competencia.
Otra característica de los montes mediterráneos es la heterogeneidad, tanto a nivel de taxocenosis dentro de un mismo rodal como entre comunidades separadas, lo que se explica por la riqueza florística y la gran variedad climática, geológica, geomorfológica y edáfica.
A pesar de su relativa estabilidad, los bosques mediterráneos se suelen caracterizar por una baja resiliencia, es decir, una limitada capacidad de responder a alteraciones del sistema. La degradación y la erosión del suelo por obra de laboreos indiscriminados pueden llegar a ser prácticamente irreversibles.
PROPÓSITO DE LA SILVICULTURA MEDITERRÁNEA
En los últimos años las funciones del bosque se han diversificado, pero la gestión no consigue satisfacer los intereses de todos los grupos sociales. Unos dicen que la cultura del dominio y el control del monte y su aprovechamiento económico debe dar paso a la cultura de la complejidad, la mínima intervención y el respeto a la naturaleza; otros, que no es posible rechazarlos aspectos económicos de la gestión forestal. Los ganaderos defienden el libre pastoreo sin limitaciones de carga ganadera y espacios acotados; los cazadores exigen el mantenimiento de altas poblaciones de animales silvestres; los grupos defensores de los animales se oponen a la caza. No es posible, de hecho, optimizar todos los usos y aprovechamientos en un mismo lugar simultáneamente; por ejemplo, no se pueden optimizar la carga ganadera y la regeneración de la mayoría de las especies arbóreas al mismo tiempo. En general, cuando se favorece un uso, suelen producirse efectos que limitan otros usos.
Aunque se conviene en que hay que intentar compatibilizar, cuando sea posible, la regeneración natural de la masa y el aprovechamiento sostenible del bosque con la inducción y promoción de los procesos evolutivos y la biodiversidad, es urgente precisar el verdadero objeto de la silvicultura mediterránea. Es preciso demostrar que:
· el abandono del bosque a la sola fuerza de la naturaleza, como medio para recuperar y perpetuar su fisionomía y funcionalidad primigenias, no responde ala realidad;· la gestión del bosque y del territorio son aspectos inseparables de un mismo problema: la gestión del medio ambiente;
· es necesaria la intervención para proteger y defender el bosque de los daños posibles y probables a que está expuesto;
· hay que intervenir para garantizar la conservación y, en muchos casos, mejorar la eficacia funcional de los sistemas forestales.
MODELOS DE GESTIÓN SOSTENIBLE
En España se viene aplicando la silvicultura de forma generalizada y más o menos sistemática desde finales del siglo XIX. Para ilustrar los efectos de la silvicultura durante un período de 100 años se han elegido tres montes: uno poblado de pino laricio, otro de pino piñonero y Pinus pinaster y en fin uno de alcornoque.
CUADRO 1. Número de pies, existencias, posibilidad y aprovechamientos de Pinus nigra en el monte Los Palancares y Agregados, Cuenca1
Proyecto |
Período de vigencia |
Número de pies |
Existencias |
Posibilidad del período de vigencia |
Cortados en el período |
|
Número de árboles |
Número de árboles |
|||||
Ordenación |
1896-1905 |
- |
429 292 |
221 180 |
31 911 |
32 608 |
1a Revisión |
1905-1915 |
- |
466 776 |
226 275 |
34 286 |
34 286 |
2a Revisión |
1915-1925 |
- |
511 890 |
268 440 |
44 376 |
44 062 |
Plan anual |
1925-1928 |
- |
- |
- |
12 000 |
12 860 |
3a Revisión |
1928-1938 |
- |
462 285 |
224 906 |
40 380 |
42 697 |
Plan anual |
1938-1941 |
- |
- |
- |
5 862 |
6 867 |
4a Revisión |
1941-1951 |
- |
456 779 |
225 382 |
35 176 |
37 233 |
5a Revisión |
1951-1960 |
605 613 |
521 625 |
327 899 |
44 318 |
40 630 |
Prórroga |
1960-1965 |
- |
- |
- |
52 350 |
59 292 |
6a Revisión |
1966-1975 |
733 507 |
506 809 |
291 677 |
67 650 |
70 291 |
7a Revisión |
1976-1985 |
748 481 |
493 555 |
256 375 |
64 620 |
71 184 |
8a Revisión |
1986-1995 |
558 532 |
450 501 |
231 334 |
62 128 |
- |
TOTAL |
|
|
|
|
432 9292 |
452 010 |
1 4 561 ha pobladas de un total de 4 848 ha.
2 No se incluye la posibilidad del último decenio a efectos de comparación con el total cortado.
Los resultados, después de 100 años de aplicación de la silvicultura e interpretados a través de la evolución de las existencias (cantidad de biomasa forestal, fundamentalmente madera) acumuladas en el monte y de la posibilidad (estimación, a priori, de la cantidad de madera que debía o podía extraerse cada año), ofrecen un balance muy positivo. Tanto en los montes donde la silvicultura ha sido más intensiva, por ejemplo en Los Palancares y Agregados en Cuenca (Cuadro 1), como en aquellos en los cuales la ayuda a la regeneración ha sido menor y se ha practicado una silvicultura más extensiva, por ejemplo en Llanillos, Arenas y Hoyos (Cuadro 2) se han observado los beneficios de una gestión sostenible. En el caso del monte El Robledal de Málaga (Cuadro 3), poblado de alcornoque (Quercus suber) y quejigo (Quercus canariensis), la intensificación de la silvicultura es menos aparente porque no se extrae la madera sino el corcho. Estos resultados son similares a los que se ofrecen en otros trabajos sobre la ordenación de los montes españoles durante largos períodos (Montero, Gómez y Ortega, 1991; Montero, Benito y Torres, 1991; Montero, Rojo y Hernández Fernández de Rojas, 1993; Rojo y Manuel, 1992; Gordo, Hernández y Finat, 1998; Jiménez, 1992; Manuel, Rojo y Montero, 1993; Hernández Fernández de Rojas y Montero, 1993).
El monte Los Palancares y Agregados (Pinus nigra) se ha tratado durante los últimos 100 años por cortas por aclareos sucesivos uniformes, con turno de 120 años y un período de regeneración de 20. La incompleta regeneración natural se ha suplido con pequeñas escarificaciones y movimientos del terreno para facilitar la instalación y posterior desarrollo del material regenerado.
Los aclareos suelen realizarse cuando el bosque regenerado alcanza 10 a 15 años y una altura media de 3 a 4 m, dejándose aproximadamente 1 500 a 2 000 pies/ha. Las siguientes claras se realizan entre los 25 y los 35 años, dejándose 1 000 a 1 200 pies/ha, y a los 45-55 años, dejándose 600 a 750 pies/ha. A partir de esta edad se hacen cortas de mejora, para eliminarlos pies mal conformados, bifurcados o puntisecos. La última corta de mejora tiene lugar en torno a los 75 a 85 años, para dejar la masa con su densidad definitiva, que suele oscilar entre los 250 a 350 pies/ha, con la cual llegará a las cortas de regeneración.
El Cuadro 1 muestra que las existencias actuales (1985), tanto en número de pies mayores como en m3 con corteza, son ligeramente superiores a las iniciales (1885). La cantidad de madera producida y extraída en 100 años es dos veces superior a las existencias iniciales. La extracción intensiva no ha ido acompañada de una intensa regeneración, como lo demuestra el hecho de que el número de pies menores y las existencias se mantienen casi al nivel inicial. Las cantidades cortadas coinciden casi exactamente con lo propuesto en las ordenaciones.
Caracterizar brevemente la silvicultura aplicada a los montes Llanillos-Parrilla, Arenas y Hoyos (Pinus pinea y P. pinaster) no es tarea fácil, por tratarse de especies que ofrecen una producción muy diversificada (piñón, madera, leñas y resina). Los técnicos han orientado la gestión forestal hacia los productos más demandados y con mayor valor en el mercado, de manera que hoy se beneficia al piñonero frente a P. pinaster, por la mayor demanda social del piñón frente a la resina.
Estos bosques están ordenados por el método de tramos periódicos fijos, aplicándose generalmente cortas por aclareos sucesivos uniformes que dejan una masa residual que sigue dando fruto durante 15 a 20 años. La regeneración natural de estas especies no suele presentar problemas siempre que los tramos en regeneración sean acotados al ganado. La estructura habitual de estos pinares está formada por tres o cuatro clases de edad, que conviven generalmente bien si los pisos superiores no son demasiados densos. En estas masas la producción media de pina oscila entre 130 y 450 kg/ha/año y la producción de madera se aproxima a 1 m3/ha/año.
CUADRO 2. Número de pies, volumen y posibilidad de Pinus pinea y P. pinaster1 en el grupo de montes Llanillos-Parrilla, Arenas y Hoyos, Valladolid (1898-1996)
Proyecto |
Período de vigencia |
Número de pies |
Existencia |
Posibilidad del período de vigencia |
|
N° de árboles |
N° de árboles |
||||
Monte Llanillos-Parrilla2 |
|||||
Ordenación |
1898-1919 |
- |
58 485 |
21 369 |
- |
2a Revisión |
1920-1930 |
- |
47 412 |
17 888 |
304 |
3a Revisión |
1930-1941 |
- |
59 978 |
- |
- |
4a Revisión |
1941-1952 |
- |
67 385 |
- |
- |
5a Revisión |
1952-1965 |
- |
78 397 |
- |
- |
6a Revisión |
1966-1981 |
- |
120 741 |
- |
- |
7a Revisión |
1982-1996 |
28 960 |
137 126 |
57 664 |
1 260 |
Monte Arenas3 |
|||||
Ordenación |
1898-1919 |
- |
105 260 |
36 096 |
- |
2a Revisión |
1920-1930 |
- |
118 188 |
41 835 |
301 |
3a Revisión |
1930-1941 |
- |
139 522 |
- |
- |
4a Revisión |
1941-1952 |
- |
154 763 |
- |
- |
5a Revisión |
1952-1965 |
- |
161 742 |
- |
- |
6a Revisión |
1966-1981 |
- |
180 579 |
- |
- |
7a Revisión |
1982-1996 |
51 852 |
194 170 |
84 189 |
1 666 |
Monte Hoyos4 |
|||||
Ordenación |
1898-1919 |
- |
22 414 |
8 899 |
|
2a Revisión |
1920-1930 |
- |
26 446 |
11 638 |
301 |
3a Revisión |
1930-1941 |
- |
28 950 |
- |
|
4a Revisión |
1941-1952 |
- |
31 302 |
- |
|
5a Revisión |
1952-1965 |
- |
30 811 |
- |
|
6a Revisión |
1966-1981 |
- |
28 170 |
- |
|
7a Revisión |
1982-1996 |
8 919 |
36 768 |
18 028 |
398 |
1 2 962 ha pobladas de un total de 3 698 ha.
21 928 ha pobladas de un total de 1 391 ha.
3 1 691 ha pobladas de un total de 1905 ha.
4 343 ha pobladas de un total de 402 ha.
El Cuadro 2 presenta la evolución de estos montes según el tipo de silvicultura aplicada. Las existencias en número de pies mayores de 20 cm de diámetro para el conjunto de los tres montes se duplican, mientras que el número de pies menores ha aumentado entre el 17 y 21 por ciento. Aunque los datos de existencias no son completos se puede observar un incremento en volumen del 100 al 150 por ciento. Los datos sobre la relación entre el número de pies de Pinus pinea y P. pinaster desde la ordenación inicial (1898) hasta la última revisión (1996) señalan un incremento del piñonero y por tanto una reducción de P. pinaster. Con respecto a los pies mayores, el porcentaje de Pinus pinea se incrementa del 6 al 8 por ciento en el monte Llanillos, del 26 al 41 por ciento en el monte Arenas, y se mantiene constante en el monte Hoyos. La silvicultura extensiva en estas zonas ha buscado un compromiso entre la protección del suelo y la producción de fruto y madera.
Las actuaciones realizadas en el monte El Robledal (Quercus suber) para maximizar el aprovechamiento de los productos del alcornocal se resumen a continuación. Es fundamental acotar el ganado para asegurar la regeneración natural o recurrir a la regeneración artificial en claros o antiguas superficies de alcornocal. En las masas procedentes de regeneración natural, los clareos y la primera poda de formación se deben realizar entre los 15 y 20 años o cuando los árboles hayan alcanzado una altura de 2,5 a 3 m y un diámetro de 5 a 10 cm. Se dejan de 800 a 1 000 pies/ha y la poda de formación debe alcanzar entre 1,25 y 1,5 m.
La primera clara y segunda poda de formación se realizan unos años antes de la primera saca de corcho para dar tiempo a que la masa responda a la clara con un mayor crecimiento en diámetro (entre 25 y 30 años). Se dejan entre 450 y 500 pies/ha y la poda de formación debe alcanzar de 2,5 a 3 m de altura. Las podas de mantenimiento no deben exceder del 30 por ciento del ramaje de la copa del árbol y no deben realizarse durante los tres años anteriores y posteriores al descorche. Las cortas de regeneración se hacen por aclareos sucesivos y uniformes en las que los pies productores de corcho de buena calidad, entre 25 y 35 árboles/ha, suelen quedarse en el monte durante 20 a 30 años más, lo que permite un descorche dos o tres veces mayor y la protección del corcho regenerado natural durante los primeros años.
En el Cuadro 3 se presentan los resultados obtenidos con esta gestión en el monte El Robledal. Los pies mayores (descorchados) se han multiplicado por 5,5 entre 1894 y 1990, los pies menores (bornizos) por 2 y el número total de árboles por 9. La producción de corcho, según los actuales responsables de la gestión del monte, se ha triplicado (no se ha encontrado suficiente información para reconstruir una serie completa de producciones).
CUADRO 3. Número de pies de Quercus suber y Quercus canariensis1 en el monte El Robledal, Málaga
Proyecto |
Fecha |
Número de pies |
|||
Alcornoque Bornizos |
Alcornoque Secunderos |
Alcornoque Total |
Quejigo |
||
Ordenación |
1894 |
0 |
55874 |
55874 |
26278 |
1a Revisión |
1904 |
87721 |
117823 |
205544 |
40088 |
2a Revisión |
1914 |
135239 |
139295 |
274534 |
37298 |
3a Revisión |
- |
- |
- |
- |
- |
4a Revisión |
1936 |
184963 |
269275 |
454238 |
48642 |
5a Revisión |
1944 |
139908 |
276287 |
416195 |
40251 |
6a Revisión |
1955 |
161498 |
283222 |
444720 |
35187 |
7a Revisión |
1963 |
56357 |
309182 |
365539 |
31981 |
8a Revisión |
1971 |
69180 |
324762 |
393942 |
29768 |
9a Revisión |
1981 |
109871 |
318537 |
428408 |
27764 |
10a Revisión |
1990 |
189767 |
308426 |
498193 |
52002 |
1 5 024 ha pobladas.
Un espléndido ejemplar de Pinus nigra en la serranía de Cuenca, España
CONCLUSIÓN
En todos los casos la producción directa de los bosques (madera, pifia o corcho) ha crecido con la aplicación de la silvicultura. En ningún caso se ha observado empobrecimiento del suelo; la producción por hectárea es igual o superior a la que se obtenía en el momento en que se empezó la ordenación forestal, pues los montes tienen más árboles y éstos están repartidos más uniformemente. Se ha observado una clara relación entre los resultados obtenidos en cada bosque y la intensidad de las prácticas de silvicultura; dichas prácticas deben aplicarse en todos los lugares donde no haya limitaciones ecológicas irreversibles a su uso. Tal intensificación puede lograrse bien por un alto grado de artificialización de la masa o prodigando cuidados al bosque para elevar al máximo la producción de madera sin menoscabo de todas las demás utilidades. Pero, debido a la creciente y variada demanda social de beneficios indirectos de los bosques, no se pueden olvidar las enormes ventajas que ofrece una silvicultura extensiva desde el punto de vista del aprovechamiento sostenible (Montero y Cañellas, 1998).
Bibliografía
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