Entre octubre de 1999 y octubre de 2000, el número de las personas que hacen frente a una grave escasez de alimentos pasó de 52 a 62 millones, habiéndose registrado el aumento mayor (45 por ciento) en el Africa subsahariana, principalmente en el Cuerno.
En el Africa oriental, las perspectivas para las cosechas de 2000 son malas debido a la persistencia de la sequía y a los desplazamientos de la población. Ya hay más de 20 millones de personas que padecen una grave escasez de alimentos, y esta cifra probablemente se mantendrá hasta bien entrado el año 2001. En Kenya, ahora se estima que 3,3 millones de personas necesitan asistencia alimentaria. En Eritrea, la situación del suministro de alimentos de más de 1,5 millones de personas desplazadas por la guerra constituye un motivo de grave preocupación. El desplazamiento masivo de los agricultores de las regiones agrícolas bien dotadas de Gash Barka y Debud, que representan más del 70 por ciento de la producción de cereales del país, ha comprometido la producción de alimentos de este año. En Etiopía, la situación general del suministro de alimentos sigue siendo muy inestable. Debido a la pérdida de la cosecha de la temporada secundaria "Belg", el número de las personas necesitadas de asistencia ha aumentado a más de 10 millones. En las partes orientales y meridionales, hay un gran número de personas que han perdido el ganado y los medios de vida debido a la sequía, y dependen exclusivamente de la asistencia alimentaria. En Somalia, a pesar de que han mejorado las perspectivas de la producción de alimentos en algunas partes, se señala una grave escasez de alimentos en algunas zonas meridionales y septentrionales debida a la sequía. También se indica la existencia de índices elevados de malnutrición. En el Sudán, 2,4 millones de personas que viven en el sur y en algunos focos de las provincias septentrionales de Kordofan, Darfur, Mar Rojo y Kessela dependen de la asistencia alimentaria debido a las pérdidas de cosechas y a los desplazamientos de la población provocados por los disturbios civiles. En Tanzanía, algunas regiones están atravesando una situación de grave escasez de alimentos debida a la sequía registrada durante las campañas agrícolas de 1999/2000. En Uganda, aunque en general la situación del suministro de alimentos es satisfactoria, persisten dificultades alimentarias en el nordeste, debido principalmente a la mala cosecha de la última campaña. Cerca de 112 000 personas del distrito de Bundibugyo, en el oeste, desplazadas a causa de los disturbios civiles, siguen necesitando asistencia alimentaria. En el Africa occidental, persiste la escasez de alimentos en Sierra Leona, donde el recrudecimiento de la actividad de los rebeldes en mayo/junio trastornó la producción agrícola en el período crítico de la siembra, mientras que en Liberia, la producción sigue viéndose limitada por los efectos de los disturbios civiles registrados en el pasado. En Guinea, los ataques de los rebeldes desde Sierra Leona están afectando a las actividades agrícolas y comerciales. En Côte d'Ivoire, se provocaron disturbios civiles en octubre y la situación se encuentra bajo una estrecha vigilancia. Es posible que se produzcan dificultades en cuanto a los suministros de alimentos en el Níger, el Chad y en algunas partes de Burkina Faso, debido a una reducción de las cosechas. En el Africa central, un gran número de personas desplazadas por la guerra en la República Democrática del Congo necesitan urgentemente asistencia alimentaria, pero la inseguridad impide el acceso a las zonas afectadas. En Burundi, se necesita ayuda alimentaria de urgencia para las personas desplazadas en el interior del país, las afectadas por la sequía y otras personas vulnerables, que se estiman en un total de 700 000. Sin embargo, la inseguridad continúa dificultando la distribución de alimentos. En Rwanda, después de tres años consecutivos de sequía, se experimentan dificultades alimentarias en las partes orientales y meridionales del país. En el Africa austral, se está proporcionando ayuda alimentaria de urgencia a unos 1,9 millones de personas desplazadas en Angola, como consecuencia de la persistencia de los conflictos civiles. En Mozambique, todavía se sigue proporcionando alimentos por trabajo a 172 000 personas afectadas por las inundaciones. También se está proporcionando asistencia de socorro en Madagascar a las familias afectadas por la sequía en el sur, y a las que han sufrido tres ciclones consecuti-vos en las partes septentrionales.
En algunos países asiáticos, se siguen sintiendo los efectos de las últimas inundaciones que causaron víctimas y el desplazamiento de miles de personas y destruyeron los cultivos. En los países más afectados, la India, Bangladesh, Camboya, Viet Nam, Laos y Tailandia, algunas zonas siguen todavía anegadas tras las peores inundaciones registradas en decenios. A medida que se acerca el período normal de las tormentas y tifones tropicales en Asia sudoriental (noviembre), aumentan las preocupaciones de que pueda deteriorarse la situación alimentaria y sanitaria. Las Naciones Unidas han formulado algunos llamamientos de urgencia para prestar asistencia a las personas más afectadas. En la República Popular Democrática de Corea, la situación alimentaria sigue siendo inestable debido a la sequía de este año que se ha conjugado con los efectos acumulativos de los problemas agrícolas y económicos. Durante el próximo año, el país continuará dependiendo en un alto grado de la asistencia alimentaria. La situación del suministro de alimentos sigue siendo también extremadamente difícil para miles de familias nómadas de Mongolia, que experimentaron su peor invierno en treinta años. Muchos países de la CEI se han visto afectados este año por la sequía. Un gran número de personas afectadas en Armenia, Georgia y Tayikistán necesitan asistencia de urgencia. En Uzbekistán, en el norte, necesitan socorro las poblaciones vulnerables de Karakalpakstan que han sufrido grandes pérdidas de cosecha debidas a la sequía.
En América Latina, se sigue proporcionando asistencia alimentaria en Honduras y Nicaragua, como consecuencia de los graves efectos producidos por las catástrofes naturales de los últimos años (El Niño, el huracán "Mitch"). También se está distribuyendo ayuda alimentaria en Belice a causa del huracán "Keith" que se hizo sentir al final de septiembre, afectando también a Honduras y Nicaragua. En Haití, se necesita ayuda alimentaria debido a los problemas económicos crónicos.
En Europa, se sigue necesitando asistencia alimentaria para las poblaciones vulnerables de los Balcanes, especialmente en la República Federativa de Yugoslavia (Serbia y Montenegro), donde la grave escasez de combustible y el índice alto de inflación (27 por ciento en octubre), están provocando dificultades. En la Federación de Rusia, las poblaciones desplazadas y las familias anfitrionas de Ingushetia, así como los repatriados de Chechenia, necesitan asistencia para sobrevivir.