ROBERT E. NELSON Y THOMAS ANNASTASROBERT E. NELSON es un forestal del Servicio Forestal de la Secretaría de Agricultura de los Estados Unidos, Honolulu (Hawaii), y THOMAS ANNASTAS es supervisor de pesca y montes, del Gobierno de Samoa Americana, Pago Pago.
Samoa occidental, que en la actualidad es independiente, recibe asistencia técnica de la FAO (véase Fig. 3).
Samoa Americana, un mundo aparte del resto de la nación, es la única reivindicación territorial de los Estados Unidos en el Pacífico meridional. En esta región del centro de la Polinesia, a 3.700 km (2.300 millas) al sudoeste de Hawaii, existen más de 20.000 samoanos americanos que tratan de utilizar las ventajas de la civilización moderna. Sus nuevas necesidades han sido estimuladas por las comunicaciones modernas y han aumentado como consecuencia de un rápido incremento de la población, pero éstas no pueden satisfacerse fácilmente, debido a que no hay muchas oportunidades económicas y los recursos son limitados. En la lista de los recursos que todavía no se han aprovechado completamente figuran en primer lugar los montes tropicales de las islas. Su desarrollo y conservación desempeñarán un papel importante en la estructuración del futuro de Samoa Americana.
Esta región, constituida por siete islas, ocupa únicamente una superficie total de 179 km2 (76 millas cuadradas). La superficie de estas islas tropicales y su población oscilan entre 135 km2 (52 millas cuadradas) para Tutuila (población, 16.814) y la isla deshabitada Rose, que tiene una extensión menor de 2,6 km2 (1 milla cuadrada). Samoa Americana comprende también las islas de Ta'u, Ofu, Olosega, Aunu'u y Swains. Unicamente la llanura del sudoeste de Tutuila rompe la topografía montañosa. La altura máxima de la isla mayor alcanza más de 640 m (2.100 pies). Un suelo rocoso, de poco espesor, cubre la mayor parte de las laderas de los montes.
La exuberante vegetación tropical de las islas es consecuencia de un clima caliente y húmedo. Las precipitaciones anuales alcanzan como promedio unos 5.000 mm (200 pulgadas). La temporada de máxima humedad se extiende de noviembre a marzo, aunque la de abril a octubre puede considerarse únicamente como menos húmeda. Los vientos alisios del sudoeste predominan durante la mayor parte del tiempo.
FIGURA 3. - Mapa de las Islas Samoa.
Los habitantes de Samoa Americana cultivan la mayoría de los alimentos y fibras que necesitan: taro, bananos, árbol del pan, cocos, ñame y pandanus. También crían algún ganado, pero su fuente principal de proteínas es el pescado. Sin embargo, en los últimos años han ido utilizando cada vez más alimentos de importación y otros artículos, abandonando poco a poco la agricultura de subsistencia. Se dice que la producción de copra para el comercio está declinando poco a poco. En conjunto, se cultivan unas 5.000 ha (12.000 acres) de terreno, entre las que se incluyen las plantaciones de cocoteros. Se dedica una extensión considerable a la agricultura nómada dentro del marco de la economía de subsistencia.
En vez de producir todo lo que necesitan para su propio consumo, los samoanos se están dedicando cada vez más a trabajar como jornaleros. Donde más se nota la influencia occidental es en la isla de Tutuila, donde el empresario de más importancia es, con mucho, el Gobierno de Samoa Americana. También son importantes las industrias de conservas de pescado como fuentes de jornales, pero otras oportunidades para encontrar trabajo asalariado son muy limitadas. (lomo consecuencia, es de máximo interés el encontrar otras fuentes de ingresos, incluidos los productos forestales.
En 1964, el Gobierno de Samoa Americana solicitó que se llevase a cabo un estudio sobre los recursos forestales de las islas. Los trabajos se concentraron en Tutuila, e incluían un reconocimiento sobre el terreno y el examen de fotografías aéreas de las otras islas.
Los recursos forestales
Las fotografías aéreas permiten apreciar que grandes áreas de la isla de Tutuila y las islas Manua están cubiertas de arbolado. Probablemente, más de la mitad de la superficie de Tutuila - unas 7.300 ha (18.000 acres) está cubierta de montes. Pero casi la mitad de esta zona forestal está constituida por pendientes de tal inclinación y suelos tan delgados que las consideraciones prácticas y la necesidad de proteger las cuencas hidrográficas harían prohibitivo o limitarían el uso de los bosques o su alteración. Con exclusión de estas cuencas hidrográficas de importancia fundamental, se calcula que en la isla de Tutuila hay aproximadamente 4.000 ha (10.000 acres) de montes de los que podría aprovecharse la madera; y, de esta cantidad, el área de montes relativamente inalterados representa unas 2.800 ha (7.000 acres).
Con ayuda de fotos aéreas, se han seleccionado parcelas de muestra en tipos forestales representativos de los montes relativamente inalterados. Se ha recorrido y medido un total de 26 parcelas en nueve sitios diferentes.
La isla de Tutuila parece disponer de recursos considerables de madera. Según la calidad de la madera o las posibilidades comerciales de las distintas especies, estos recursos que existen en los montes relativamente inalterados pueden alcanzar hasta 226.500 m3 (50 millones de pies tablares) o más, de trozas de aserrío. Los montes en regeneración y las zonas cultivadas contienen cantidades adicionales de madera.
Al reconocer los montes, se observó una sorprendente variedad de especies arbóreas. En las parcelas de muestra, se contaron 25 especies diferentes. Otros cinco tipos distintos de árboles registrados no pudieron identificarse. En las parcelas apenas estaban representadas todas las especies arbóreas de Samoa Americana.
Los rodales varían mucho en cuanto al volumen de madera para aserrío: desde menos de 35 hasta más de 240 m3 por ha (3.000 a 21.000 pies tablares por acre) en las parcelas medidas. El volumen bruto medio de trozas para aserrío, comercializables, para los nueve sitios diferentes escogidos como muestras, oscilaba entre 35 y 180 m3 por ha (3.000 a 16.000 pies tablares por acre).
Los árboles más altos en los bosques medían de 26 a 30 m (85-100 pies) y tenían copas anchas. El árbol de máxima altura que se midió en las parcelas de muestra tenía 31 m (102 pies). Pero la longitud del fuste aprovechable para madera de aserrío no excedía de 3 trozas - 14,6 m (48 pies) en ninguno de los árboles medidos. La mayoría de los árboles, incluso los de diámetro grande, daban menos de 3 trozas.
Aunque no eran raros los árboles de mayores dimensiones, en su mayoría medían menos de 76 cm (30 pulgadas) de diámetro a la altura del pecho. El árbol más alto medido tenía también el diámetro máximo - 185 cm (73 pulgadas).
El reconocimiento de los recursos forestales de Samoa abarcó también la isla de Tau, pero sólo a base del examen de fotografías aéreas. Parece que los recursos madereros en Tau equivalen aproximadamente a una cuarta parte de los de Tutuila. Probablemente, Tau dispone de una menor proporción de terreno forestal y una mayor proporción de plantación de cocoteros.
La utilidad de los bosques en Samoa
Los bosques de Samoa proporcionan ya a los habitantes de las islas ventajas importantes: protección de las cuencas hidrográficas, recreo, parajes pintorescos y productos útiles.
Para una población en crecimiento es esencial un abastecimiento continuo de agua de gran calidad. Las cuencas hidrográficas de Samoa, cubiertas de arbolado, contribuyen a asegurar agua abundante y de buena calidad. Como el escurrimiento es moderado, el suelo está a salvo de la erosión y el entarquinado es reducido. Si el suelo, en zonas extensas de pendientes empinadas, sufriera una alteración excesiva, la utilidad de las cuencas hidrográficas podría resultar amenazada. Los habitantes de Samoa cultivan pequeñas parcelas y no trabajan el suelo con mucha intensidad. Sus prácticas de cultivo, favorecidas por la rapidez con que vuelve a nacer la vegetación, reducen a un mínimo cualquier daño para las cuencas hidrográficas pobladas de árboles.
Vistos desde el aire, los bosques de Samoa parecen cubrir las islas como un tapiz verde de extremada lozanía. Esta belleza del panorama aumentará incluso de valor cuando estas islas lleguen a tener más popularidad como zona turística. Para los campesinos, las montañas arboladas proporcionan ya un panorama atractivo y un Jugar de recreo. En el habitat forestal vive una diversidad interesante de aves.
Los montes son de propiedad de las familias o de los pueblos y suministran a la población muchos productos valiosos, como postes y otros materiales de madera para la construcción de casas, troncos para hacer canoas, maderas duras de calidad fina para vasijas y otros artículos, savia de los árboles para hacer cola, leña y corteza y otros materiales fibrosos. También se recogen frutos y nueces de los árboles. Los habitantes de Samoa dependen de sus montes para muchos de estos productos, pero cada vez recubren más a los productos sustitutivos de importación
Es probable que en el futuro se utilicen cada vez más los recursos madereros de Samoa. Pero existen algunas necesidades básicas: conservar los recursos forestales actuales además de la necesidad de ordenarlos y desarrollarlos de una manera prudente. Se cree será necesario:
1. Investigar la conveniencia de conservar las áreas naturales. Al parecer, en otro tiempo existía una gran extensión de tierras bajas arboladas al oeste de Tafuna, de la que actualmente sólo queda una pequeña parte. El apartar una o más parcelas significativas de este tipo forestal y de los de tierras altas, parece ser muy conveniente para estudios científicos y de otra índole.2. Proteger y mejorar las cuencas hidrográficas en las montañas pobladas de arbolado. Se observaron pocas señales de gran abuso del terreno, de escurrimiento excesivo o de erosión. Pero las posibles consecuencias de todo amplio desmonte de zonas forestales para dedicarlas a la agricultura nómada deberían examinarse cuidadosamente antes de seguir adelante.
3. Favorecer la producción de madera como cosecha exactamente igual que cualquier otra cosecha que pueda tener buenas perspectivas para uso local o exportación. El abastecimiento actual de madera, aunque limitado, y las posibilidades de mayor desarrollo forman conjuntamente una parte importante de los moderados recursos de las jalas. Muchas zonas de terreno accesible, que se cultivaban en otras épocas, están ahora sin utilizar y parece que podrían dedicarse a cultivar árboles. Como iniciación podrían hacerse plantaciones experimentales.
4. Iniciar plantaciones de árboles de las especies nativas más convenientes y de especies introducidas cuidadosamente seleccionadas con el fin de conseguir madera de mejor calidad en el terreno más accesible. Los isleños propietarios de los bosques recogen los productos cuando los necesitan. Probablemente muchas de las materias útiles de los bosques han resultado perjudicadas en grado incalculable como consecuencia de la costumbre de aprovechar solamente los árboles mejores y dejar que se regeneren los más deficientes y las especies de calidad inferior.
5. Examinar la calidad de la madera producida por distintas especies. Se propone, como mínimo, que se determine el poso y la contracción para las especies arbóreas que se consideren localmente importantes en cuanto a calidad y volumen. Las especies que ofrezcan las máximas posibilidades deberán examinarse de un modo más amplio en cuanto a resistencia, trabajado a máquina, encolado y otras propiedades esenciales.
6. Introducir maquinaria para aserrío y métodos de elaboración modernos para estimular el aprovechamiento de la madera local. Por ejemplo, podría emplearse el tipo de serrería de cadena de Alaska. La recolección de la madera y su mayor empleo podrían estimularse estableciendo un apiladero centralizado donde los troncos y la madera bruta podrían venderse, elaborarse, secarse y someterse a otros tratamientos. Sería preciso desarrollar un sistema de carreteras que permitiera el transporte de la madera desde el interior de las regiones montañosas. La costa septentrional de Tutuila carece de carreteras.
7. Investigar la posibilidad de explotar algo que fuera típico de Samoa. Buscar las posibles soluciones a problemas tales como los siguientes: ¿Pueden utilizarse los montes para aprovechar productos particularmente atractivos para los turistas? ¿Podrían venderse pequeñas canoas con aparejos exteriores típicos, trabajados a mano? ¿Existan especies de árboles que den madera de calidad particularmente buena para artículos especiales?
Por el momento estas recomendaciones constituyen un programa forestal modesto. Su puesta en práctica requerirá el conceder a la utilización de los montes mayor atención que la que se le viene prestando hasta ahora. Muchos de los trabajos necesarios deberían realizarse bajo el asesoramiento de expertos forestales profesionales o especialistas en campos afines. Como sucede en otras partes del mundo, los problemas de los montes y de su aprovechamiento en Samoa Americana son dinámicos y es probable que cambien las circunstancias.