C. SIBLEY ELLIOT
Jefe Auxiliar de la Dirección de Productos Forestales1 y de la Organización de Investigaciones Científicas e Industriales de la Commonwealth, Australia
1 Cedido temporalmente a la FAO como Oficial de Asistencia Técnica
Los eucaliptos fueron introducidos en la Argentina hace poco más de 100 años, y con tanto éxito que se generalizaron las plantaciones de estas especies para abrigo en las desoladas llanuras de la Pampa. En la actualidad, estas llanuras, que sin ellos estarían totalmente desarboladas, cuentan con bosquetes y barreras de eucaliptos, algunos de hasta 80 años, con una altura de árbol de unos 50 metros y un metro de diámetro basal como máximo. Las especies principales en estas barreras vivas son E. globulus, E. viminalis y E. rostrata (camaldulensis).
Hace diez u once años el haber reconocido la posibilidad de que el eucalipto jugara un papel importante para hacer frente a la escasez de madera nacional en la Argentina condujo a que se realizaran extensas plantaciones en muy diversas partes del país de las especies de eucaliptos ya citadas y de otras varias. En algunos casos estas plantaciones han sido y están siendo creadas por organismos gubernamentales, tales como la administración de ferrocarriles y las administraciones provinciales de bosques. En otros muchos casos representan inversiones privadas que se extienden desde importantes plantaciones anuales progresivas hechas por los propios estancieros, hasta plantaciones en pequeña escala llevadas a cabo por particulares que adquirieron la tierra con este objeto. En los demás casos, se han formado compañías forestales y, a través de éstas, han invertido sus ahorros en los eucaliptos numerosas personas de medios limitados.
Como era de esperar, se han registrado algunos fracasos en las plantaciones experimentales bajo las variadas condiciones de suelo y de clima, pero tales fracasos fueron más que compensados por el fantástico crecimiento obtenido cuando las especies se adaptaron al lugar en que se plantaron. Las personas que invirtieron su dinero en eucaliptos vieron en este rápido crecimiento una promesa de prontos beneficios, que es lo que todo inversionista desea. La mayoría de ellas pensaban en los pilotes y postes, de los cuales existe una gran demanda en la Argentina, para los que sirven los árboles pequeños o relativamente pequeños, con tal de que se les someta a tratamientos antisépticos eficaces. Aunque es importante cubrir las necesidades que tiene el país de pilotes y postes con maderas nacionales, sin embargo, ésta no es necesariamente la máxima contribución que pueden hacer los eucaliptos cultivados localmente para satisfacer las exigencias madereras de la Argentina, y las administraciones nacional y provinciales de bosques se proponían un aprovechamiento mucho más amplio.
En Australia se ha probado la adaptabilidad de muchos eucaliptos a los muchos usos de alta calidad que exigen madera aserrada. Posee también el elevado grado de resistencia a la pudrición de algunas otras especies. Pese a ello, los funcionarios de las administraciones antes mencionadas se han preocupado en averiguar si el rápido crecimiento de los árboles en la Argentina no ocasionaría cambios en las propiedades de las maderas que bastarían para reducir su utilidad. Ya en abril de 1957 José C. Tinto (Oficial a cargo del Departamento de Dendrología de la Administración Nacional de Bosques, Argentina), recordaba en un artículo de El Forestal que el eucalipto se estaba empleando en la Argentina para pilotes y tirantes de cercas, suelos de parquet, cajas de fruta y muebles, así como para chapas, tableros duros y pasta de papel. Sin embargo, prescindiendo de los suelos de parquet, su aprovechamiento en forma de madera aserrada estaba y está aún limitado a casos aislados. Además, no se sabía si las dificultades con que se tropezaba en la conversión de la madera eran o no del mismo orden que las que se habían experimentado en Australia.
Debido a esto el Gobierno de la Argentina solicitó, acogiéndose al Programa Ampliado de Asistencia Técnica, los servicios de un técnico familiarizado con el aprovechamiento y tratamiento de la madera de eucalipto. La tarea consistía en evaluar la utilidad de la madera que pronto se obtendría de las plantaciones de todo el país, y aconsejar sobre el aserrío, tratamientos de conservación y secado. No se incluían las cuestiones de la fabricación de papel y tableros duros, chapas y contrachapados. Con esta misión tuve el honor de pasar cerca de tres meses (agosto-octubre, 1958) en la Argentina, trabajando en íntima colaboración con funcionarios de la Administración Nacional de Bosques.
Por indicación de dicha Administración, el trabajo y las observaciones se concentraron en la zona del Gran Buenos Aires y en las provincias de Buenos Aires, Mendoza y Entre Ríos. Todo esto abarcaba las actividades más importantes de los tratamientos de conservación de los pilotes y postes de eucaliptos y la conversión de las trozas de eucalipto en madera aserrada. Abarcaba también, en lo que se refiere a E. globulus, E. viminalis y E. rostrata, a árboles que van desde los de las plantaciones jóvenes a los viejos árboles de las barreras de abrigo de las Estancias, que se pueden comparar por su tamaño y por su forma con los eucaliptos que se emplean corrientemente en Australia para aserrío. Las observaciones sobre la otra única especie estudiada, E. saligna, fueron más limitadas y no incluyeron árboles de más de 20 años de edad.
La observación de las propiedades generales de la madera obtenido de los árboles más viejos proporciona una base valiosa con la que se puede evaluar la utilidad de la madera que se obtendrá de las numerosas plantaciones jóvenes ya establecidas, si se permite que los árboles crezcan más allá del tamaño del poste.
Densidad
Parece que no hay duda de que la madera del eucalipto que crece en la Argentina es algo menos densa que la de las mismas especies en Australia, y que las maderas rojas tienen un color un poco más claro. Sin embargo, la diferencia de densidad no es tan grande como podía esperarse. Valores obtenidos por la Administración Nacional de Bosques muestran que la densidad básica media de E. globulus, por ejemplo, está exactamente sobre el límite más bajo en el habitat de la especie en Australia. Para completar tal trabajo según se ha hecho, se necesita un estudio sistemático de las propiedades físicas y mecánicas de todos los eucaliptos que se cultivan en el país, utilizando en las investigaciones un material que abarque una gama de edades tan amplia como sea posible.
Espesor de la albura
Con pocas excepciones, el espesor de la albura en los árboles jóvenes y que han crecido rápidamente no era tan grande como se esperaba. Sin embargo, excepcionalmente se observó a veces albura ancha en trozas de hasta 80 centímetros de diámetro, y quizá sea necesario incluir la albura en la madera aserrada de tales trozas y de trozas de pequeño diámetro. Como los líctidos prevalecen en la Argentina, probablemente será necesario someter a tratamiento la madera de las especies susceptibles a estos coleópteros cuando contenga mucha albura.
Esfuerzas de crecimiento y «rebote»
Como en Australia, se observó que las trozas pequeñas «rebotan» considerablemente cuando se sierran en sentido longitudinal, debido a la presencia de esfuerzos de crecimiento. Sin embargo, fue imposible demostrar que con la adopción de un tipo de despiezo adecuado, el «rebote» puede reducirse a un mínimo. También como sucedió en Australia, las trozas de mayor tamaño no ocasionaron dificultades en este sentido.
Sólo en una pequeña proporción de las muchas trozas examinadas los esfuerzos de crecimiento bastaron para que saltaran los extremos tan pronto como se apearon o se tronzaron los árboles. La frecuencia fue más o menos como en Australia.
Resquebrajaduras y fendas de desecación
Las resquebrajaduras y fendas de los extremos de las trozas antes de serrarse, y de los pilotes y postes mientras se secan antes de sufrir el tratamiento de conservación, parece que también son del mismo orden que en Australia en los árboles de parecido tamaño, y de menos importancia de lo que se dice que lo son en la Unión Sudafricana. Se hicieron estas observaciones a últimos de invierno y en la primavera, y se esperaban más dificultades (que en efecto ocurrieron) en las trozas cortadas durante el verano.
El desperdicio a causa de las fendas y resquebrajaduras en los extremos podría reducirse adoptando las siguientes prácticas:
(a) Aplicación de un revestimiento adecuado a la coz de los árboles tan pronto como se apean, y a las testas frescas de las trozas tan pronto como se tronzan.(b) Después del apeo, aserrar las trozas tan pronto como sea posible.
(c) Conservación de las trozas bajo techado hasta que se sierren, durante el mayor tiempo posible.
La mayoría de los eucaliptos tienen una fuerte tendencia a agrietarse en las caras anchas de los tableros y tablas aserradas tangencialmente, y en este aspecto se ha observado que el comportamiento del eucalipto argentino no es peor que el de la misma especie en Australia. A causa de esta tendencia se recomienda siempre el aserrado al cuarto del eucalipto; en la Argentina se está practicando con bastante éxito.
Colapso
Por lo general, el colapso se observó en E. globulus, y aproximadamente tuvo la misma gravedad que suele tener en Australia. Experimentos realizados con unos cuantos ejemplares tomados al azar mostraron que, en la mayoría de los casos puede lograrse una buena recuperación con el simple tratamiento normal de reacondicionamiento, que sin duda alguna debería adoptarse. Aparte de que proporciona tableros de mayor tamaño, los tableros acabados «trabajan menos» con los cambios de las condicionas atmosféricas. Se observó que los ejemplares que no respondieron a este tratamiento contenían madera de tensión, la cual parecía hallarse en una gran cantidad de trozas de esta especie. En E. rostrata se observó poco colapso claro, pero hay que tener en cuenta que es caractéristico de esta madera en Australia que puede existir, sin que se note, suficiente colapso como para justificar el reacondicionamiento, y quizá se halle también que en Argentina su tratamiento produciría tableros de mayor tamaño.
Alabeo
Fue corriente una fuerte inclinación de las fibras cerca de las ramas, en especial en E. globulus y E. rostrata, y originó una importante distorsión localizada, sobre todo cuando la contracción aumentó con el colapso. Este problema será menor cuando se trate de plantaciones normales, que producen árboles con menos ramas.
Lo mismo que en Australia, una proporción considerable de árboles de E. rostrata presentó fustes ligeramente combados, incluso cuando crecieron en plantaciones. La inclinación de las fibras que acompaña a esto es la causante del alabeo, como lo es la fibra revirada muy corriente en E. globulus.
Fue preciso adaptar precauciones en el apilamiento para reducir el alabeo de los tableros que tenían fibras torcidas o reviradas.
Desgraciadamente, debido a que la fibra revirada es tan corriente en E. globulus y hace que los postes se comben lo bastante como para romper los cables telefónicos, la compañía telefónica nacional no aceptará más postes de esta especie.
Kino
Toda la madera examinada estaba mucho más libre de vetas y bolsas de kino de lo que lo está el tipo medio de madera de eucalipto en Australia.
La conclusión a que se llegó fue que la madera de las cuatro especies observadas, incluso cuando ha sido aserrada de árboles relativamente jóvenes, posee propiedades adecuadas para muchos usos, como muebles, ebanistería, suelos, construcción de casas y fabricación de cajones. Excepto para el entarimado de pisos, apenas se ha empleado en otros fines, pero los ebanistas que en varias partes del país utilizaron madera de E. rostrata y de E. saligna se mostraron entusiasmados de las magnificas condiciones que tenían estas maderas para la labra a mano.
Se están construyendo una gran cantidad de suelos de parquet de madera de buena calidad. A causa de la gran demanda actual de suelos «claros», las especies E. globulus y E. viminalis son más populares que otras que se prestan también para suelos. El desperdicio corriente de tablerío estrecho seco del que se cortaron las piezas para parquet fue del 30 al 40 por ciento. Las dos causas principales fueron la distorsión local debida a una fuerte inclinación de la fibra cerca de las ramas y el colapso, aumentando esta causa la gravedad de la primera. El método usual consistía en cortar las partes alabeadas y pequeñas y desecharlas. No hay duda de que la adopción del método de reacondicionamiento reduciría apreciablemente el desperdicio, y se podría obtener un ahorro ulterior empleando las partes cortadas con otros fines, para los cuales se pueden aprovechar longitudes cortas. Los zoquetes para parquet de madera se cortan de tablas estrechas cortas (dos metros aproximadamente), y en una fábrica todas las tablas que contenían zonas alabeadas se retiraron del stock para parquet y se destinaron a la construcción de cajones de embalaje de maquinaria, etc.
Se han visto ejemplos excelentes, aunque aislados, de] aprovechamiento de estas cuatro especies para los otros fines citados, y no hay duda de que algunas de las otras especies se podrían emplear en usos semejantes.
Se ha construido una casita de madera exclusivamente con E. rostrata sin que se haya observado en ella ningún defecto en el año que lleva en uso. Con tal de que estén bien secas las maderas del suelo, de la ebanistería y de los revestimientos y entablados, la madera de eucalipto se puede usar satisfactoriamente para casas prefabricadas como las que se están levantando en algunos lugares del país. Un buen ejemplo del uso de E. globulus para las maderas del armazón de cubierta se vio en una casa construida en 1943.
FIGURA 4. - Sierra y carro portatrozas típicos que se emplean para eucaliptos.
El constructor de la casa con E. rostrata es un fabricante de muebles, puertas, etc. y esta especie representa del 70 al 80 por ciento de la madera que él usa.
No se ha tenido éxito en la fabricación de cajas para frutos cítricos con E. saligna verde, cortada de árboles de cinco años, debido al colapso y a que se resquebrajaba al clavarla. Por otra parte, se han hecho excelentes cajas para exportar agrios con E. saligna desecada al aire, cortada de árboles de 20 años, de un diámetro de 50 centímetros aproximadamente. Se ha construido también una mesa de oficina de muy buena calidad con madera de E. saligna desecada al aire, cortada de un árbol de 10 años y de unos 20 ó 30 centímetros de diámetro.
Postes y pilotes
Se pudo observar que las especies de eucaliptos naturalmente duraderas, como E. sideroxylon, se plantaban con la esperanza de que, así como en Australia se empleaban como postes sin necesidad de tratamiento, se podían usar también sin tratar en la Argentina.
Hay fuertes pruebas de que la resistencia a la pudrición que muestra el duradero eucalipto aumenta a medida que envejece el árbol, pero no es verosímil que los árboles de crecimiento rápido de las especies que tienen reputación de durabilidad natural en Australia hayan alcanzado su plena durabilidad cuando en la Argentina lleguen al tamaño de poste. Además, el corazón central del eucalipto resiste poquísimo al ataque de hongos, y en los postes corrientes en Argentina de diámetro relativamente pequeño el corazón central de cinco a siete centímetros, más la albura, constituye una gran parte del poste. Esto significa que incluso si el resto del duramen ha llegado a una buena durabilidad, forma un anillo relativamente delgado rodeado de madera no durable.
Esto hace que en la Argentina se considere esencial el tratamiento antiséptico de postes y pilotes para cercas, cualquiera que sea la especie de eucalipto. No obstante, se recomienda que para comprobar su durabilidad natural se ensayen especies tales como E. sideroxylon instalando los postes en líneas sin servicio.
Como el tratamiento antiséptico de alta presión (aproximadamente 70 atmósferas), necesario para impregnar el duramen de los eucaliptos, resultaría antieconómico para postes de cerca y como el duramen de los árboles relativamente pequeños, cualquiera que sea la especie, no es verosímil que resista a la pudrición, no debe esperarse que tengan éxito los postes de cerca cortados a lo largo de árboles relativamente pequeños. Sin embargo, se obtendrá una satisfactoria vida útil, sin necesidad de presiones excesivamente altas, con el tratamiento de la albura de los postes de cerca rollizos y de los pilotes tal como se practica en Australia. Actualmente, la presión que se usa con los postes en Australia es de unas 13 atmósferas, y en Argentina quizás convenga para tratar los postes de eucalipto cambiar la presión de siete u ocho atmósferas que se emplea para postes de otras maderas. Para pequeños postes redondos de cerca se han recomendado instalaciones de presión más baja, como las que existen en Australia, y un tratamiento de reposición de la savia a base de antisépticos de tipo de disolvente acuoso que se fijan bien en la madera.
Madera aserrada
Respecto a las maderas aserradas duraderas, quizá la necesidad más grande que siente la Argentina es la de traviesas de ferrocarril. Aunque sin ser uno de los eucaliptos más duraderos, la administración de ferrocarriles tenía esperanzas de que se pudiera resolver esta necesidad, por lo menos en cierta medida, con E. globulus especie que existe en cantidades razonables en barreras vivas de 40 años o más en las latitudes centrales del país, que es donde hay mayores necesidades de traviesas y que se encuentran muy alejadas de las maderas indígenas septentrionales.
De una gran parcela experimental de E. globulus se cortó una gran cantidad de traviesas de árboles de más de 40 años y un examen mostró que muchas de ellas contenían una gran proporción de duramen, albura no resistente o ambas cosas y que presentaban malas acebolladuras y otros defectos. Era evidente que había que cortar árboles de mayor tamaño para obtener traviesas sanas. Ni incluso entonces, basándose en la experiencia australiana, podía esperarse que la especie produjera traviesas de primera clase sin los tratamientos antisépticos de alta presión a que nos hemos referido. En vista de que se podía disponer de un abastecimiento adecuado, aunque distante, de quebracho blanco, madera que se puede tratar con facilidad, se consideró que no estaba justificado el montar una instalación de alta presión para tratar E. globulus.
Esto no excluye la posibilidad de que E. globulus de edad adecuada constituya una valiosa fuente de madera duradera para usos un poco menos precisos, o de que otros eucaliptos naturalmente más duraderos, que crecen bien en otras partes del país, se conviertan eventualmente en una fuente importante de madera duradera para traviesas de ferrocarril y otros usos. Lo que es preciso es determinar a qué edad alcanzarán su máxima durabilidad las distintas especies.
Se observó a este respecto que los postes de E. globulus que no estaban en contacto con el suelo y que probablemente habían sido cortados de árboles de 10 a 15 años de edad, se pudrieron completamente a los ocho años, mientras que en condiciones climatológicas parecidas otro de un árbol de la misma especie de 60 a 70 años se mantenía aún perfectamente sano después de los ocho años.
Existe una gran variedad de eucaliptos con durabilidad natural hasta los 60 ó 70 años de los que se puede disponer en cantidad suficiente para fines experimentales, y se espera que en un futuro próximo se pueda comenzar una investigación sistemática de la resistencia que estas especies tienen a la pudrición en sus distintas edades. Con objeto de realizar una comparación se han ofrecido ejemplares de árboles adultos crecidos en Australia. Los ensayos de laboratorio en tierra pueden ofrecernos, dentro de poco tiempo, información de gran valor respecto a la edad mínima en que deben cortarse las especies productoras de maderas durables.
Es probable que los problemas principales que haya que afrontar para fomentar un uso más amplio y eficaz de las maderas de eucalipto en Argentina sean los de conseguir que los cultivadores, los fabricantes y el público aprecien el valor de algunas especies para efectuar usos que exigen gran calidad y para otros muchos tan distintos como cajerío y maderas de construcción. Los cultivadores tendrán que convencerse de que el creciente valor de la madera justificará el dejar que ciertos árboles lleguen a alcanzar una edad más elevada que aquélla a que ahora los cortan.
En varias plantaciones se comprobó que los aclareos tempranos pueden ser con frecuencia una ventaja. Así se vio que muchos pies sumergidos o subdominantes no sólo dejaron virtualmente de crecer sino que de no eliminarse reducían la velocidad de crecimiento de los otros árboles. Convendría mucho que se procediera a una investigación a fondo de esta posibilidad y de los medios de aprovechar ventajosamente los productos de aclareo.
Al parecer existen en la Argentina oportunidades únicas para aprovechar estos productos, y se cree que las investigaciones demostrarían a los cultivadores que por lo menos en algunos casos no deben considerar los postes como el producto último de sus plantaciones; los postes deben ser considerados como el producto de un tercer aclareo, que sigue a otros previos para usos secundarios y postes de cerca, considerando como objetivo último la madera aserrada.