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De Campesinos cafeticultores y tecnologías de la información y la comunicación (TIC)

Por Carmen Pérez Camacho * y Scott S. Robinson **

El campo mexicano no está al margen de todos los cambios provocados por la globalización y las innovaciones recientes en las tecnologías de la información. Esto no significa que el sector agrícola participe en este proceso o cuente con la mejor tecnología punta, por el contrario, existen graves problemas en este rubro para lograr la competitividad, en zonas temporeras y de cultivos tradicionales. No es ninguna sorpresa que muchos productores tradicionales juzguen que hay una notable falta de apoyo por parte del estado para obtener créditos accesibles, insumos y asesoría técnica.

Pero, la crítica más enfática, se refiere a los problemas de comercialización, una cuestión que se agudiza a medida que las empresas agroalimentarias trasnacionales han comenzado a invertir en este rubro, más que en la producción, sino en la distribución y venta de productos. Es decir, los problemas ahora residen en la comercialización y, sobre todo, en la falta de información sobre oportunidades de mercado, controlado éste por "corredores" o intermediarios con acceso a la información estratégica por medio de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC).

El actual gobierno de México enfatiza la creación de pequeñas empresas dentro de un contexto de liberalismo de mercados con canto en la rentabilidad y la eficiencia, y como consecuencia, algunos proyectos siguen la "lógica cuantitativista", la cual sólo mide el impacto de las TIC dentro de estas iniciativas por el número de ordenadores que se instalen, ignorando los riesgos de no tomar en cuenta el contexto institucional y los aspectos socioculturales de la tecnología digital como lo demuestra el proyecto gubernamental en desarrollo llamado "Programa de Fomento a Empresas Comercializadoras del Sector Agropecuario del Sector Social" (PROFECA).

Dicho programa federal, iniciado en 1999, si bien se dirige al apoyo de las distintas áreas de la comercialización de empresas dedicadas a la producción de granos básicos y café, también se puede caracterizar como un proyecto centrado en el apoyo tecnológico al medio agropecuario. Entre sus objetivos se encuentran: apoyar económicamente en la capacitación de recursos humanos1, asistencia técnica2 y equipamiento3 a empresas que lo soliciten.

A pesar de que PROFECA ha tenido un papel importante en la dotación de equipamiento y apoyo técnico a fin de que las empresas que agrupa reduzcan la brecha tecnológica que en materia de herramientas de comunicación produce el proceso de globalización, también hay que señalar que estos apoyos son insuficientes. Además de que el programa sólo otorga una parte de los costos de adquisición, no contempla la capacitación cabal en su manejo ni el monitoreo y la dedicación completa y específica al empleo y la difusión de las TIC en dicho sector rural. Al realizar un breve análisis del programa visitando a diferentes organizaciones participantes de los estados de Guanajuato, Chiapas, Veracruz y Oaxaca, pudimos darnos cuenta, conviene recalcar, de que hay otros obstáculos que detienen el desarrollo e implementación de estas tecnologías entre las organizaciones del campo mexicano como son: los altos costos de equipo, la falta de servicios especializados (como proveedores locales de Internet), las altas tarifas de las llamadas telefónicas, la carencia de infraestructura mínima (cableado telefónico) y lo más importante, la falta de personal capacitado en el manejo de la información disponible. También se debe hacer notar que muchas de las organizaciones tienen otras prioridades o simplemente desconocen los alcances de dichas herramientas tecnológicas porque no hay un extensionismo que las promueve.

Caso CEPCO

La Coordinadora Estatal de Productores de Café de Oaxaca (CEPCO) es una de las comercializadoras de café más importantes de ese estado. Su reconocimiento se debe, en parte, a que en sus trece años de existencia ha logrado integrar a 45 organizaciones del sector social con cerca de 23.000 productores. Un poco más del 95 por ciento de estos productores son indígenas (Mixtecos, Mazatecos, Chinantecos, Mixes, Zapotecos, Nahuas, Chatinos y Chontales) quienes viven, la mayoría, en municipios considerados de pobreza extrema.

En la búsqueda de implementar programas para el desarrollo de las familias cafetaleras, CEPCO ha conformado áreas que apoyan en la gestión, asistencia técnica, obtención de microcréditos, grupos de mujeres con proyectos productivos (granjas, invernadero y agro-laboratorio). Además, CEPCO cuenta con dos beneficios donde se procesa el café, un restaurante y un local donde se vende el grano directo al consumidor, una finca, una maquiladora, una tienda de abasto y tres microbancos. Todo esto ha permitido que dicha coordinadora diversifique sus actividades que abarcan distintos procesos relacionados con el ámbito productivo, organizativo, comercial y financiero, sobre todo, con apoyo de las TIC.

Aunque existen varios ejemplos, aquí sólo enfatizaremos dos de los cuales pueden mostrarnos cómo las TIC proporcionan beneficios para el sector rural e indígena y cuáles son los problemas que afrontan para lograrlos. CEPCO busca crear una red de comunicación con cada grupo asociado, y dicha red pretende servir como una plataforma de interacción, comunicación y difusión de información primordial (sobre precios de café, acopio en bodegas y beneficios, programas de apoyo, tipos de financiamiento, insumos, proveedores, capacitación virtual, etcétera).

Sin embargo, ese objetivo resulta complejo por varias razones: las características geográficas locales y regionales donde se ubican las organizaciones debido a que son lugares montañosos, muy accidentados pero con condiciones óptimas e indispensables para el cultivo del café; estas sierras obstaculizan la transmisión de señales de microondas necesarias para la recepción de señales televisivas, de radio y de telefonía celular, y el costo de servicios satelitales aún es alto. A ello se suma el deficiente equipamiento de servicios públicos de comunicación evidenciado, por ejemplo, en la densidad telefónica de Oaxaca, la cual es una de las más bajas de México con un promedio de 4.1 teléfonos por cada 100 habitantes en las zonas urbanas, cifra que se reduce todavía más en el área rural donde, cuando mucho, hay una caseta telefónica por comunidad (Cofetel, 2002).

Para mejorar estas condiciones, las organizaciones de CEPCO han decidido, primero, equiparse con computadoras y todo lo necesario para emprender una capacitación sobre el manejo de las mismas. Algunas de estas organizaciones han tenido buenos resultados y avances. Por ejemplo, una de ellas localizada en la ciudad de Putla, Oaxaca, ha logrado mejorar la organización administrativa, los padrones de socios; la presentación de empaques con apoyo de programas digitales, así como, obtener acceso a Internet para buscar datos de mercado (como la demanda de café en mercados internacionales) y consultar la Bolsa de Nueva York.

Este logro le permite mantenerse como una de las organizaciones más importantes de CEPCO con una exportación anual de 5.000 sacos de café tradicional y orgánico. Hay que reconocer que no es sólo por las TIC que grupos como este se mantienen en el mercado internacional, pero sí ayudan sobremanera, como comenta uno de sus representantes: "Si no tuviéramos Internet o teléfono tendríamos que esperar a que viniera alguno de la ciudad de Oaxaca para avisarnos a cómo está el café para ponerle precio aquí, pero cuando lo lleváramos allá el precio sería otro. Así era antes o, en el peor de los casos, esperar al coyote (intermediario) y venderle porque no sabíamos qué otros clientes había".

Otro ejemplo aleccionador en el uso de las TIC lo constituyen tres microbancos de CEPCO los cuales se crearon con la finalidad de ofrecer servicios de ahorro y crédito y enlazar a los productores y sus familiares que emigran a los Estados Unidos para reducir el costo del envío de remesas de dinero. Aunque el equipamiento tecnológico ha sido lento, sus funciones empiezan a consolidarse, porque resultan importantes no sólo como empresas mediadoras en la comercialización de sus productos sino, muchas veces, porque representan la única opción para los productores de obtener un crédito o abrir una cuenta de ahorros (la banca comercial considera que estos productores, como no tienen trayectoria bancaria, no son clientes idóneos).

Si bien existen otros casos en México que se han visto favorecidos por las TIC, consideramos importante la experiencia de los cafeticultores indígenas de Oaxaca porque estamos hablando de uno de los estados con mayor pobreza en México y del actual mercado del café caracterizado por los preciso muy por debajo de sus costos de producción. Se nota en las políticas públicas que se sigue relegando las zonas rurales del país en la dotación de infraestructura comunicacional y la capacitación informativa, contribuyendo con ello a agudizar lo que se conoce como la "brecha digital" (del inglés, digital divide). Es un fenómeno que se observa en toda América Latina y acentúa la brecha tecnológica entre los que usan y usufructúan las nuevas herramientas de comunicación e información y los que por su falta de capital económico no pueden acceder a ellas.

Es un problema que urge atender.

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* Carmen Pérez Camacho, Estudiante de Postgrado en Antropología Social. Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa

** Scott S. Robinson, Profesor, Departamento de Antropología Social. Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa

1 Que incluye desarrollo empresarial, aspectos técnico-operativos, comercialización de granos y desarrollo organizativo de base.

2 Incluye contratación de personal calificado (individual o despacho) durante un año para: operación de programas de comercialización, apoyo a la gestión gerencial y enlaces comerciales a través de Internet.

3 Como son equipos de laboratorio, de bodega y de informática.

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