Theo Erfurth
THEO ERFURTH, Oficial de mercadeo de productos forestales en el Departamento de Montes de la FAO.
Como las propiedades de las maderas tropicales varían ampliamente, las modalidades de uso de estas maderas son completamente diferentes de las de las maderas duras de la zona templada, y más distintas aún que las de coníferas. En el curso del tiempo, no sólo han aparecido muchas formas de utilización, sino también un número apreciable de usos específicos de cada especie forestal. Por consiguiente, la relación entre los usos y las propiedades de la madera ha sido bastante estrecha, hecho que ha adquirido particular evidencia en las múltiples actividades de promoción realizadas hasta ahora en favor de las maderas tropicales. El término «propiedades para el uso», por ejemplo, es expresión de esta estrecha relación, que comprende una serie de descripciones de propiedades que se refieren muy de cerca a las aplicaciones efectivas y a otras aplicaciones posibles de la madera.
Hay un alto grado de flexibilidad en el uso de la mayoría de las especies madereras y las listas indicativas de los posibles usos de cada especie podrían resultar ilimitadamente reiterativas, en particular respecto a las dotadas por término medio de buenas propiedades. La posible especialización en usos concretos ofrece notables ventajas económicas. Si una especie maderera se vende a precios altos o subvencionados, esto se debe normalmente a sus buenas propiedades, por término medio, y por lo menos a una señalada característica, relacionada a menudo con fines decorativos. Además, otras características, como la combinación de buenas propiedades de resistencia y durabilidad, por ejemplo, duramen verde, encuentran apreciación en el mercado. Hay, desde luego, muchos ejemplos del excelente resultado que dan algunas especies madereras tropicales en usos finales específicos, que no pueden alcanzarse con las especies coníferas y frondosas de la zona templada, porque no hay en ella ninguna especie que tenga propiedades equivalentes. En cambio, se han dado casos extremos en los que los valores de la madera no han dado fruto a causa de ignorancia o negligencia, por ejemplo, el uso de maderas de ebanistería para durmientes de ferrocarril, pero también se conocen otros casos en los que las diferencias entre la calidad y el valor de la madera son mucho más pequeñas, como cuando se utilizan trozas para chapas como madera de construcción. Naturalmente, las cualidades de la madera pueden variar considerablemente dentro de cada especie maderera, influyendo en la determinación de su valor. No debe olvidarse este importante aspecto en el contexto del presente documento, aunque sus repercusiones practicas influyan únicamente en la formulación y aplicación de normas de clasificación.
Fundadas razones y la experiencia mundial aconsejan la continuación de prácticas de mercadeo que den a la madera su valor máximo. Por otra parte, la creciente demanda de maderas de uso general, no sólo en los mercados nacionales, sino también, cada día más, en los internacionales, requiere que, en la promoción de maderas tropicales, se adopte un punto de vista diferente. Esto es así porque es inconcebible, por razones técnicas y económicas, que un gran numero de especies madereras pueda manipularse separadamente en las diversas etapas de recolección, elaboración y comercio. Por el contrario, los principales destinos de las maderas de uso general y sus requisitos técnicos pueden determinarse y especificarse con relativa facilidad.
De lo antedicho, se deduce que debe prestarse mayor atención a la agrupación de especies madereras, y a la creación, en esta esfera, de sistemas de clasificación de propiedades de la madera en cuanto a usos finales, con especial especificación de los requisitos que exigen éstos. Se hace particular mención de un sistema que esta preparando la Building Research Establishment del Laboratorio Princes Risborough, del Reino Unido. Este sistema define las propiedades que tienen importancia para la selección de cada uso y propone la calidad que debe poseer cada propiedad para dar un resultado satisfactorio en la producción y el uso. Enfoques como éste son extremadamente útiles para evitar los problemas técnicos y comerciales que pueden surgir al agrupar las especies madereras de una manera casual.
El éxito o el fracaso de la agrupación de especies madereras para fines de promoción depende, en gran parte, del grado de similitud que haya en las propiedades de cada una para la utilización. Si las propiedades son idénticas, pueden comercializarse conjuntamente especies diferentes, quizá incluso para usos muy complejos. Sin embargo, unas pocas desviaciones de las propiedades medias, por ejemplo, en el color o en el acabado de la superficie, pueden ocasionar graves perturbaciones en la cadena que enlaza a productores, comerciantes y usuarios. Diferencias mayores afectan sería y desfavorablemente a los precios y provocan con frecuencia ruptura de la agrupación, con la consecuencia de que las especies que presenten propiedades diversas tienen que ser separadas del grupo. Hasta cierto punto, las clasificaciones por la utilidad y otras semejantes podrían tolerar desviaciones de una calidad media determinada, pero a expensas del precio. No cabe duda que la agrupación de especies madereras ha tenido un gran éxito comercial, aunque este éxito se haya limitado hasta ahora a una sola de las principales regiones productoras de madera tropical, a saber, el sudeste de Asia. En esta región, casi toda la madera comercial se concentra en unos cuantos grandes grupos, el más importante de los cuales pertenece a la familia Dipterocarpaceae.
Al abordar el problema de las especies madereras menos utilizadas con las dos posibilidades mencionadas de (1) lograr el valor óptimo de cocía especie y (2) agrupar las especies madereras es preciso tener en cuenta otro enfoque posible, a saber. (3) la promoción de especies frondosas tropicales mixtas para un uso industrial integrado, lo que implica que la acción conjunta de (1) y (2) es posible y, a menudo, necesaria.
La necesidad de promover un uso industrial integrado se relaciona con el hecho de que algunas especies madereras tropicales no se usarán en el futuro en forma sólida, o lo serán sólo insuficientemente, es decir, se destinarán a madera aserrada, chapas o tableros contrachapados. Las perspectivas son crecientemente favorables a la utilización de tales especies en su forma desintegrada, como astillas y fibras, y debe esperarse que en el futuro las fábricas de tableros o de pasta competirán en determinadas localidades con los aserraderos y con las fábricas de chapas y de tableros contrachapados en cuanto a materiales de madera de poca calidad y de madera para uso general. En determinadas zonas del sudeste de Asia se está ya muy cerca de tal situación.
El conocimiento del uso y mercadeo de las especies madereras es una base esencial para las diversas actividades de planificación y explotación del monte tropical y del sector de las industrias forestales mecánicas por las razones siguientes:
Para los inventarios de recursos y los estudios de determinación y previabilidad de especies para usos industriales en zonas forestales tropicales específicas es necesario que proporcionen un modelo de selección de propiedades desde el punto de vista del uso para la evaluación de especies madereras desconocidas o insuficientemente conocidas. En esta etapa, los requisitos básicos son que el modelo de ensayo sea relativamente sencillo y que el número de pruebas se reduzca a las esenciales. Es preciso disponer en ella sólo en forma sumaria de los resultados ya conocidos de ensayos e investigaciones respecto a propiedades de especies determinadas para la evaluación de las posibilidades comerciales del recurso en cuestión y para definir la clase y profundidad de ulteriores investigaciones técnicas.
Para los estudios de viabilidad industria/ y para la fase posterior de explotación industrial es esencial contar con una información técnica, así como de recursos y mercados específicos, para decidir acerca de la mezcla del producto que ha de fabricarse y comercializarse. La experiencia adquirida respecto a las propiedades de especies ya comercializadas y la documentación existente sobre ellas es normalmente abundante y es necesario concentrar las actividades en las especies menos utilizadas. Por el contrario, frecuentemente incluso muchas de las especies comerciales no son conocidas, o lo son sólo poco, en los países vecinos, y es preciso que los técnicos forestales, investigadores y especialistas de la industria y el comercio intercambien su experiencia y conocimientos.
En apoyo de las actividades mencionadas, el Departamento de Montes de la FAO, en colaboración con servicios forestales, institutos de investigación y asociaciones de la industria y el comercio, está evaluando sistemáticamente la magnitud y los efectos del problema que plantean las especies menos utilizadas sobre la base de la información cuantitativa y cualitativa disponible, incluyendo también especies madereras comerciales con fines comparativos. Los estudios realizados al respecto constituyen una ampliación, en contenido y alcance geográfico, del documento La comercialización de las maderas tropicales: Especies madereras de la selva húmeda tropical africana presentado al tercer período de sesiones del Comité de Desarrollo Forestal en los Trópicos. La serie actual comprende una versión aumentada de las especies madereras del Africa occidental y central y nuevos estudios de especies madereras tropicales de América del Sur y el sudeste de Asia.
Estos estudios definen arbitrariamente todas las especies producidas en cantidades superiores a I 000 m3 anuales como «comerciales» y todas las demás como especies «menos utilizadas», que se producen en cantidades inferiores a 1 000 m3 o, si no se emplean comercialmente han sido determinadas como potencialmente utilizables en forma de madera aserrada, chapas y tableros contrachapados. Se supone que el número de especies madereras realmente desconocidas es relativamente pequeño. Las listas que se dan en los apéndices de los estudios establecen, para Africa occidental y central, 105 especies comerciales y 112 menos utilizadas; para Asia sudoriental, 634 especies comerciales y 465 menos utilizadas, y para Sudamérica tropical, 210 especies comerciales y 263 menos utilizadas.
Esta lista es flexible o «activa»porque los cambios que se experimenten en las dos categorías se tendrán en cuenta para una actualización periódica, que conviene hacer cada dos años. La evaluación de las especies menos utilizadas se basa en una clasificación relativamente sencilla de propiedades para el uso: A = buena; B = media; C = mula. Presta atención especial a la densidad, que se agrupa en L = ligera; M = media; U= superior, y H = alta. Mediante el uso de este sencillo sistema de clasificación, pueden hacerse comparables entre sí, en líneas generales, los resultados de la investigación y de los ensayos. Este punto de vista supone, y así se ha hecho, que la literatura especializada necesita ser examinada y analizada cuidadosamente, presentando los resultados de modo resumido.
En el momento de preparar el presente documento no se disponía de conclusiones detalladas de los tres estudios regionales, pero hasta ahora han surgido varias características comunes a todos ellos:
Se han podido determinar las especies comerciales que existen en uno o varios países, pero que no se utilizan en absoluto, o se usan insuficientemente en los países vecinos.
Se han determinado las lagunas existentes en los conocimientos y la experiencia de la utilización de algunas especies madereras respecto a las cuales hacen falta investigaciones y ensayos futuros.
Las propiedades para el uso de las especies comerciales y de las especies menos utilizadas, hablando en términos generales, no difieren sustancialmente y, desde un punto de vista técnico, estas últimas son utilizables. Sin embargo, debe prestarse mayor atención, según proceda, a la desecación y conservación.
Los estudios mencionados no constituyen un fin en sí mismos, sino que con ellos se pretende estimular actividades ulteriores en la promoción de especies menos utilizadas, en apoyo de inversiones industriales y en la diversificación y desarrollo de productos de madera tropical. Al respecto, es sumamente conveniente que se insista en la labor de evaluación de las propiedades para el uso de las especies menos conocidas. El sistema de evaluación creado específicamente para los estudios indicados, aunque algo rudimentario, sirve al fin de la comparabilidad mundial de los datos.
Sin embargo, todas las actividades que se realicen en esta dirección se enfrentan inmediatamente, de nuevo, con el problema de la comparabilidad. Este problema no puede resolverse, a menos que se llegue a una inteligencia mundial respecto a la comparabilidad de los diversos elementos de un sistema detallado de evaluación. En esta fase, dada la vasta cantidad de datos que hay, debe atenderse más a mejorar la comparabilidad internacional de los resultados de la investigación existentes que a normalizar los métodos de investigación y ensayo.
El Comité de Desarrollo Forestal en los Trópicos, en su tercer período de sesiones, examinó este asunto y recomendó que la FAO, junto con la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (IUFRO) y en colaboración con otras instituciones especializadas, estableciese normas internacionalmente comparables para las propiedades de las especies menos conocidas en cuanto a su utilización. En consecuencia, se hacen preparativos para convocar una reunión extraordinaria FAO/IUFRO de expertos con el fin de atender esta recomendación.
En apoyo inicial de las actividades realizables en esta dirección, la Secretaría de la FAO preparó una «Lista de propiedades y características para la evaluación de las especies madereras menos conocidas» (páginas F.31 y F.32 del informe sobre el tercer período de sesiones del Comité de Desarrollo Forestal en los Trópicos, y Apéndice VII de los mencionados estudios regionales).
Las actividades indicadas para estimular la normalización de la evaluación de propiedades en una forma resumida no excluyen, sino más bien recalcan, la necesidad del suministro periódico de fuentes de información detallada, de monografías o descripciones semejantes actualizadas de especies madereras determinadas, como la Ligna orbis series internacionalis sugerida por el Real Instituto Tropical de Amsterdam, de una forma normalizada. El Grupo de Proyectos de la IUFRO sobre Propiedades y Utilización de las Maderas Tropicales ha tomado valiosas iniciativas al respecto y se hace especial referencia a la publicación del Centre tecnique forestier tropical, de Nogent-sur-Marne, denominada Investigaciones y ensayos realizados respecto a la madera tropical por varios laboratorios de investigación.
Las maderas tropicales entran en el comercio nacional e internacional en diversas formas y condiciones. Sin embargo, las necesidades, en cuanto a tipos y calidades del producto, cambian a medida que mejoran con el tiempo el nivel de vida y las tecnologías. Las normas de clasificación como instrumento eficaz de desarrollo de productos proporcionan la base para la utilización óptima de éstos en los usos finales respectivos y para facilitar el comercio nacional e internacional.
A primera vista parece que hay un conflicto entre la labor de «facilitar el comercio nacional e internacional» y, al mismo tiempo, la de alcanzar «el resultado óptimo de los productos en los usos finales respectivos». Teniendo también en cuenta el hecho de que las necesidades, en cuanto a tipos y calidades del producto, varían, a medida que cambian con el tiempo las actitudes del consumidor, se tiene realmente la impresión de que el establecimiento de normas de clasificación ha de ser una tarea larga y pesada.
Esto es cierto, hasta cierto punto, en cuanto a normas internacionales, en particular en cuanto a los productos que están proyectados para un empleo próximo al LISO final. De hecho, no existen más que algunas normas internacionales para productos madereros secundarios elaborados o remanufacturados, e incluso menos para aquellos que se derivan de maderas tropicales. Por ello, en varias reuniones técnicas de la FAO, se ha sugerido que sería útil que productores y consumidores colaborasen con el fin de hacer una lista de productos elaborados que reúnan condiciones para una normalización internacional, frente a aquellos que también en el futuro será preciso especificar al hacer el pedido.
Durante varios decenios ha habido normas de clasificación para la madera tropical aserrada. Muchas de las normas vigentes hoy día se basan o derivan de las dictadas por la National Hardwood Lumber Association (NHLA), de los Estados Unidos. Hoy día, las normas de la NHLA representan una serie de preceptos específicos para diversas clases y tipos de madera aserrada de frondosas, incluidas también las tropicales, por ejemplo, la caoba filipina.
En el presente documento no se pretende examinar las prácticas efectivas ni analizar el contenido técnico de las normas de clasificación y disposiciones afines. Una labor más detallada de esta clase ha sido llevada a cabo, en nombre de la FAO por Jean Collardet en La normalization dimensionelle et qualitative des sciages avivés de bois tropicaux importés en Europe, y por la Wood Technological Association de Japón, en Grading System and Rules of Tropical Hardwood Sawnkwood Timbers in Japan. Esta labor comprende exposiciones de la aplicación práctica de las normas, incluyendo también los métodos de inspección y capacitación para clasificadores de maderas, y tiene en cuenta todas las propuestas conocidas de modificación de las normas de clasificación existentes o del establecimiento de otras nuevas y, por último, pero no menos importante, determina los puntos y las cuestiones que requieren apoyo técnico y de otra naturaleza, a nivel nacional e internacional, con el fin de armonizar las normas con las necesidades de los países productores, y de aplicarlas con mayor eficacia.
En los países productores, las normas más conocidas para la madera aserrada son las Normas malayas de clasificación de la madera aserrada de frondosas. En realidad, durante 1973, se han exportado más de 3 millones de m3 de madera de construcción, de acuerdo con las especificaciones de las Normas malayas de clasificación, por lo que parece apropiado examinarlas con algún mayor detenimiento. Las Normas malayas de clasificación se introdujeron por primera vez en 1949 y se utilizaron posteriormente como base para redactar las Normas Regionales de la FAO para la clasificación de la madera de frondosas tropicales (excepto la de teca). Las Normas malayas de clasificación han sufrido varias revisiones a la luz de la experiencia adquirida en su aplicación, del mayor conocimiento de las maderas malayas, de la mejora de las normas de producción y de las necesidades del mercado. En dichas normas se emplean dos sistemas básicos, a saber, el de clasificación por los defectos y el de clasificación por el despiece, cuyas características principales se exponen a continuación.
El sistema de clasificación por el despiece se emplea para la madera que suele reaserrarse para reducirla a tamaños más pequeños antes de usarla. Se clasifica la cara «mala», salvo indicación en contrario. El porcentaje de la superficie total de la cara clasificada que puede incluirse en un numero limitado de piezas de cara limpia o sana determina la calidad. Las calidades mejores rinden los porcentajes más altos de piezas de cara limpia.
El sistema de clasificación por los defectos se emplea para clasificar la madera destinada a fines especiales, por ejemplo, traviesas de ferrocarril, tablones para vagones y travesaños. La madera clasificada por este sistema se usa normalmente en los tamaños exactos en los que las suministra el aserradero. Si una pieza de madera contiene más defectos de los tolerados por las normas para un uso especifico, se la rechaza.
Puede añadirse un tercer sistema de clasificación a las Normas malayas, a saber, el de resistencia al esfuerzo, que actualmente constituye sólo una modificación del sistema de clasificación por los defectos, ya que se trata prácticamente de cualidades «visuales» de resistencia al esfuerzo. Según el Departamento de Montes de Kuala Lumpur, Malasia, este sistema se utilizará quizá mas comúnmente cuando se disponga de un procedimiento sencillo de ensayo para comprobar la resistencia de cada pieza hasta una carga de trabajo determinada.
La clasificación por el esfuerzo admisible adquiere creciente importancia en el comercio de madera y se está intentando activamente introducir sistemas eficaces de clasificación mecanizada, particularmente para la clasificación de maderas de especies coníferas en las grandes zonas consumidoras de madera. En la mayoría de los países, la clasificación por el esfuerzo admisible de las especies frondosas no ha encontrado aceptación con una rapidez semejante, por el simple hecho de que las frondosas no se aplican normalmente en construcciones que soporten cargas. La clasificación de las frondosas por el esfuerzo admisible ha recibido un pronto impulso y apoyo en Australia. Como el eucalipto constituye la mayoría de los suministros de trozas de aserrío, es evidente que una gran parte de estas maderas encuentran aplicación en usos estructurales. No cabe duda que puede conseguirse un consumo considerable de frondosas tropicales con fines estructurales, siempre que las posibilidades y la economía de la utilización de frondosas pueda divulgarse ampliamente y suministrarse lotes a medida, en longitudes apropiadas y debidamente clasificados. La Timber Research and Development Association (TRADA) del Reino Unido insiste en que el USO de las frondosas tropicales de este modo ofrece muchas perspectivas. El problema principal es de mercadeo y una de sus facetas se halla en la inexistencia de maderas tropicales idóneas clasificadas sobre una base estructural.
CLASIFICACIÓN DE MADERA ASERRADA EN KUALA LUMPUR los malasios estipulan las normas
Aunque parece haber unanimidad en la conveniencia de difundir extensamente la aplicación internacional de la clasificación por el esfuerzo admisible también para las especies frondosas, se expresan reservas en reuniones técnicas en cuanto a la rapidez con la que puede introducirse prácticamente este sistema de clasificación. Los representantes europeos del comercio de importación fueron del parecer de que la clasificación a ojo por el esfuerzo admisible es difícil de aplicar, ya que requiere una habilidad especial y es demasiado cara; también el equipo para la clasificación mecánica por el esfuerzo admisible es demasiado costoso para los importadores y comerciantes individuales. Por consiguiente, se insiste en la necesidad de concentrar la clasificación por el esfuerzo admisible en las zonas de producción. Ahora bien, en éstas todos los interesados tropiezan con el hecho de que la legislación sobre la construcción en los diversos países que son consumidores potenciales no es la misma y hace falta una cantidad considerable de trabajo para armonizar los sistemas legales hasta un punto que permita el uso más extenso de las frondosas clasificadas por el esfuerzo admisible.
La normalización de las dimensiones ha recibido en los últimos años mucha atención. Las ventajas que ofrecen las normas internacionales sobre dimensiones se entienden más claramente, ya que el comercio de frondosas tropicales ha adquirido también mayor importancia internacional; una norma única reduciría la diversidad de los tamaños de madera y permitiría a la industria economizar en los costos de producción y racionalizar las disposiciones de mercadeo. Además, simplificaría y racionalizaría el almacena miento de existencias y, por último, pero no menos importante, facilitaría la aplicación más inmediata y económica. Dada la tendencia hacia una mayor uniformidad comercial, la multiplicidad y diversidad de tamaños nominales y de prácticas de medición para la madera aserrada en general es ilógica e inconvenientes
Durante unos 10 años, se ha sentido en creciente medida la presencia de dos factores como fuerza impulsora de la normalización de las dimensiones de la madera; a saber, el envasado y la aplicación del sistema métrico. La tendencia a envasar la madera aserrada para su expedición ha exigido reducir la variedad. El gran avance hecho en el envasado ha sido influido fuertemente por los cambios bastante rápidos sobrevenidos en la manipulación y el almacenamiento del cargamento en el sector de la expedición.
El sistema métrico no se aplica todavía en todas partes, pero la mayoría de los países tropicales productores de madera, con la probable excepción de uno o dos, están haciendo esfuerzos notables al respecto. En general, los factores que obstaculizan la aplicación inmediata de tal sistema son que algunos de los principales mercados de importación especifican todavía con el sistema de pulgadas y pies y que los instrumentos del equipo de elaboración se ajustan aún a este sistema. En los países importadores que están adoptando el sistema métrico han surgido también problemas. En el Reino Unido, el comercio se encuentra aún con que una gran proporción de sus ventas se dirigen a industrias y a otros consumidores que todavía no han aceptado el metro. En varios países, podría surgir algún tipo de círculo vicioso si no se toma una medida rápida para poner a otros sectores de la economía en condiciones de poder adaptar el sistema más rápidamente. Las fuentes informativas de Ghana indican que de septiembre de 1975 en adelante podrá aplicarse plenamente el sistema métrico. En los Estados Unidos de América, el Comité de normas de la NHLA ha creado un grupo de trabajo para convertir el libro de normas al sistema métrico. También la Association technique internationale des bois tropicaux (ATIBT) se ha dedicado activamente a promover el sistema métrico en el comercio de madera tropical. Las organizaciones normativas respectivas han prestado la debida atención a la formulación de normas nacionales e internacionales afines y se ha puesto en marcha el pro cedimiento para llegar a un acuerdo o aceptación de todas las partes interesadas. I a FAO mantiene constante contacto con la Organización Internacional de Unificación de Normas (ISO) y, con su ayuda, puede seguir y apoyar las actividades de normalización y estar informada de la situación efectiva de las normas en preparación.
Es interesante notar al respecto que, como ejemplo de la colaboración de la FAO en la labor de normalización, la Consulta Mundial sobre Paneles a Base de Madera, celebrada en Nueva Delhi, en 1975, reconoció la urgente necesidad de racionalizar la serie de normas vigentes para diferentes tipos de materiales para tableros, de tal modo que la creciente producción de productos derivados de tableros puede emplearse confiadamente por especificadores y diseñadores en los países en desarrollo y en los desarrollados. Se instó a la FAO a promover estas realizaciones con las organizaciones nacionales e internacionales interesadas y en particular a:
· Acopiar y comparar la información sobre normas y reglas de clasificación vigentes respecto a paneles a base de madera para su difusión entre los organismos gubernamentales especializados, asociaciones de comercio e instituciones normativas que hayan aportado datos pertinentes.· Continuar celebrando reuniones, seminarios y simposios internacionales en materia de propiedades y usos, investigación y mercadeo de productos, con atención especial a apoyar la formulación y aceleración del establecimiento de normas sobre paneles a base de madera.
De lo antedicho, surge claramente la tendencia a la clasificación y normalización, orientadas hacia los usos finales, como el factor más importante para todos los productos derivados de la madera y, en particular, para los obtenidos con frondosas tropicales, en los que esa tendencia tiene claras repercusiones.
La mayor parte de la madera aserrada de frondosas tropicales se clasifica actualmente, como en el pasado, de acuerdo con el sistema del despiece, que supone que la madera suele reaserrarse para reducirla a tamaños mas pequeños antes de ser utilizada. El cambio de la madera al mercadeo de otra más elaborada, significa inevitablemente la aplicación de prácticas diferentes de comercialización. El problema realmente es determinar cómo puede integrarse más fácilmente el producto semielaborado en las etapas respectivas de los ramos de producción de los clientes o el producto acabado en la aplicación final. Es evidente que la normalización desempeña una función importante en la labor de vencer obstáculos técnicos de esta clase. En un contexto más amplio, es preciso tener en cuenta algunos otros puntos, ya que los productos forestales tropicales suelen tener que transportarse a grandes distancias y normalmente en condiciones atmosféricas adversas antes de llegar al país consumidor. Aunque hay que prestar atención especial a la época de la entrega, en general dominan los problemas relativos a la especificación y normalización del producto, a la precisión de sus dimensiones, tolerancias, contenido de humedad e inspección de la calidad, y al tipo de calidad y envasado. La experiencia obtenido en el comercio internacional, todavía bastante limitado, de productos elaborados de madera aserrada parece indicar que las prácticas tendrían que ser mucho más exigentes, en particular en lo que a normas internacionales se refiere.
La inspección eficaz de la calidad en todas las etapas de la elaboración y el mercadeo de productos derivados de la madera tropical es un requisito previo esencial para la aplicación fidedigna y segura de normas de clasificación. El grado de elaboración es indicativo de la complejidad que presenta la inspección de la calidad industrial. En Filipinas, por ejemplo, se ha introducido en la industria un sistema integrado de inspección de la calidad, inicialmente en las fábricas de tableros contrachapados, desde 1970. La ayuda de la Forest Products Research and Industries Development Commission (FORPRIDECOM) de Los Baños, ha servido para aplicar, mediante seminarios prácticos, técnicas de inspección de la calidad y realizar actividades complementarias, fábrica por fábrica, respecto a la forma en que tales técnicas se aplican.
Un sistema integrado requiere la asignación de materias primas de calidades y volumen correspondientes, la vigilancia de las diferentes fases de fabricación para conseguir una calidad elevada en cada etapa, la inspección de los productos finales al acabar el proceso de fabricación, teniendo en cuenta el tipo y la frecuencia de los defectos del producto y seleccionándolo por calidades, el muestreo para averiguar las cualidades de resistencia y otras propiedades, la firmeza del envasado, el etiquetado y el almacenamiento. El análisis de los datos técnicos obtenidos con la adopción de las medidas indicadas proporcionaría a las actividades de explotación y mercadeo la información necesaria para asegurarse de que el proceso de fabricación se halla sometido a inspección y que los productos reúnen las condiciones exigidas en las normas o por los compradores. La existencia de inspección de la calidad está más o menos limitada a las mayores empresas, por lo que es esencial incrementar las actividades de promoción para las industrias en pequeña escala que se prevé acogerán con satisfacción un sistema modificado o más sencillo, que considere el volumen de sus operaciones y su capacidad financiera.
En varios países la inspección de la calidad de la madera destinada a la exportación la realizan los órganos estatales, como ocurre en Malasia, donde se encarga de esta tarea el Departamento de Montes, incluida la capacitación de los clasificadores. Los candidatos admitidos reciben certificados de competencia con una validez de seis meses solamente, que se renueva cuando el titular del certificado pruebe que trabaja activamente en la labor de clasificación. La madera clasificada por los clasificadores se halla sometida a una comprobación porcentual (generalmente del 10%) por los inspectores de maderas contratados por los órganos oficiales de clasificación.
La autoridad de clasificación garantiza que se cumplan los requisitos exigidos y que se respeten las normas malayas de clasificación, así como que toda la madera clasificada tenga marcas de identificación apropiadas. El órgano oficial de clasificación emite certificados de clasificación o inspección cobrando unos honorarios nominales por sus servicios.
Como el problema de las especies madereras menos utilizadas ha preocupado mucho, y todavía preocupa, a los países forestales tropicales las actividades de promoción se han concentrado en la introducción de esas especies en el mercado. En los últimos tiempos, se presta también una creciente atención al fomento y la diversificación de productos, a menudo en unión de la promoción de las especies menos utilizadas. Es de esperar que estos aspectos unidos reciban aún mayor impulso en el futuro, ya que en muchos países productores la proporción de exportaciones de trozas es todavía muy alta y habrá que elaborar localmente mayor cantidad de madera rolliza con el fin de obtener el máximo beneficio del valor añadido que se obtiene con el mercadeo de una serie más amplia de productos elaborados.
No se pretende aquí examinar las instituciones de mercadeo y asociaciones comerciales existentes ni describir sus funciones y métodos de trabajo. La FAO está tratando especialmente de estudiar las instituciones existentes, comenzando con una Guía de instituciones de mercadeo y asociaciones de comercio relacionadas con los productos derivados de la madera tropical. Las funciones y los métodos de trabajo de estas instituciones pueden variar considerablemente en cada caso. Hay muchas razones que justifican tales variaciones, siendo las más importantes las diferencias en la disponibilidad de madera, importancia del mercado, orientación del comercio hacia el mercado nacional o al de exportación, o diversidad en las prácticas y canales de mercadeo en cuanto a determinados productos y, como es básico en el mercadeo de la madera tropical, la gran variedad de especies madereras que tienen propiedades diferentes. No se propone examinar aquí el importante aspecto de los incentivos del comercio y los obstáculos que se oponen a él, como las normas sobre cuarentenas e impuestos, por tratarse de temas que deben investigarse y tomarse en consideración a la luz de las circunstancias particulares que rigen cada uno de los requisitos de promoción.
Las actividades de promoción, emprendidas por empresas particulares, asociaciones, juntas de mercado, organismos regionales u organizaciones internacionales, se han realizado tradicionalmente en estrecha colaboración con centros técnicos e institutos de investigación y a veces directamente por éstos. Han aparecido publicaciones y folletos interesantes que proporcionan información técnica y comercial sobre especies madereras disponibles para la exportación. Como ejemplo de tales publicaciones puede citarse Ghana Hardwoods, de la Junta de Mercadeo de la Madera de Ghana, Accra; Bois de Côte d'Ivoire del Syndicat des producteurs forestiers de Cote d'Ivoire, Abidján: General Nomenclature for Tropical Timber, de la Association technique internationale de bois tropicaux (ATIBT), Nogent-sur-Marne: Maderas Colombianas del Fondo de Promoción de Exportaciones, Bogotá, y Timbers of the Solomon Islands, de la United Africa Co. (Madera) Ltd. (UACO). Londres.
Un paso más en la labor de ofrecer asesoramiento y orientación específicos sobre la aplicación de las maderas son publicaciones como la Guide to the use of West African hardwoods for structural purposes, preparada por la UACO, en asociación con la Timber Research and Development Association (TRADA) del Reino Unido. Publicaciones de esta categoría, que se dirigen a usuarios específicos, son relativamente escasas. Es evidente que hace falta una orientación más práctica, en forma de literatura técnica específica, cursos técnicos, demostraciones, etc., y la creación o el reforzamiento de instituciones apropiadas con servicios de extensión.
En esta es era, se llama la atención acerca del hecho de que la densidad media de la madera en los montes tropicales es sustancialmente mayor que en los de la zona templada, donde prevalecen las coníferas, que suministran la mayor parte de la madera de uso general y de construcción Por tanto, deben incrementarse las actividades en los países forestales tropicales para crear nuevas técnicas o adaptar las existentes en la aplicación de maderas de especies frondosas de mayor densidad a los usos tradicionales de la madera de coníferas.
Cinco países latinoamericanos, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, como miembros de la Comisión del Pacto Andino, aúnan sus esfuerzos para hacer en la industria nacional de construcción un uso más eficaz de los grandes recursos de montes higrofíticos tropicales de la región de los Andes. La propuesta investigación cooperativa, apoyada por el Canadian International Development Research Centre, comprende la investigación de las propiedades técnicas de unas 100 especies madereras. Esta actividad forma parte de una estrategia regional para la formulación de un programa de ciencia y tecnología que estimularía el desarrollo económico y social.
A causa de la gran variedad de especies madereras (por ejemplo, más de 100 Shorea spp.), los países de Asia sudoriental han centrado tradicionalmente su interés común en la agrupación comercial, la nomenclatura y la normalización de terminología, etc., y el intercambio de los resultados de la experiencia y la investigación. Estas actividades culminaron en el Simposio internacional sobre investigación y mercadeo de madera y productos madereros en el sudeste de Asia, que se celebró en Manila y Los Baños, Filipinas, en noviembre de 1974. La última empresa fue la preparación de una Master List of Asian Timbers realizada por el Instituto de Investigaciones Forestales de Malasia, siguiendo una recomendación de la primera reunión técnica de la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental (ASEAN) y basada en los datos proporcionados por los servicios forestales de Indonesia, Filipinas, Tailandia y Malasia. Esta lista no sólo constituye una base esencial para actividades de promoción directa, sino que tiene una significación general en los intentos de mejorar los sistemas actuales de agrupación dirigidos a perfeccionar al máximo las prácticas comerciales. End-Use Survey of Wood Products, publicada por ASEAN, es otra publicación útil y reciente.
Todo examen de actividades de promoción en favor de las maderas tropicales sería incompleto si no se mencionasen las múltiples realizaciones de empresas particulares en la esfera de la producción y en la del consumo. Estas realizaciones han contribuido sustancialmente a la introducción de maderas tropicales en el mercado, e indudablemente constituirán en el futuro una fuerza impulsora esencial, no sólo de las transacciones comerciales, sino también de la aplicación mejorada de productos derivados de la madera tropical. Es recuente que la experiencia, sumamente valiosa, adquirida por las distintas empresas no sea fácilmente asequible a otras partes interesadas en la promoción de los productos de la madera tropical. Las asociaciones de comercio, juntas de mercadeo y organismos semejantes podrían desempeñar una función más importante en la divulgación de métodos de promoción que hayan dado buenos resultados entre SUS miembros y comunicarse lo más activamente posible con organizaciones homólogas del extranjero.
Los intereses comunes en el ámbito de la promoción han sido, entre otras cosas, la razón de establecer actividades regionales conjuntas, como la African Timber Organization (ATO) y la Southeast Asían Lamber Producers Association (SEALPA). Excedería de los límites de este documento el hacer comentarios sobre las agrupaciones regionales de esta clase. No cabe duda, sin embargo, que en el futuro darán un gran impulso a las actividades de promoción.
A nivel internacional, es de esperar que la FAO y el Centro Internacional de Comercio de la UNCTAD/GATT, en colaboración con otras organizaciones e instituciones especializadas, refuercen más su apoyo a las actividades e iniciativas nacionales, regionales, e internacionales en favor de la expansión del comercio y del perfeccionamiento del uso y mercadeo de los productos derivados de maderas tropicales.
Resumiendo lo antedicho, ha de decirse que la promoción de las maderas tropicales, que hasta ahora se ha centrado esencialmente en especies concretas o grupos de especies madereras, se relacionará en el futuro cada día más con los productos elaborados de la madera. Cuanto más se utilicen las maderas tropicales en forma de astillas y de fibras, o en combinación con ellas, o como productos madereros compuestos y de uso general, perdiendo así en creciente medida su carácter original de madera «tropical», mas se orientará el concepto tradicional de la promoción de la madera tropical a la aceptación comercial de los productos elaborados y a sus resultados en los diversos usos que de éstos se haga. Esta orientación, que se enlaza estrechamente con el proceso de desarrollo industrial y de los recursos, no significa que deba abandonarse la idea de valorizar al máximo la madera y utilizar las maderas tropicales del mejor modo posible. Por el contrario, las propiedades específicas y sobresalientes y la belleza y el valor decorativo de tantas maderas tropicales constituirán indudablemente también en el futuro una fuerza impulsora significativa para la popularización de los productos elaborados con ellas, que debe tenerse en cuenta al crear conceptos y programas para las actividades de promoción.