MIEMBROS DEL GRUPO DE TRABAJO
Sr. T. Kwesi Orgle (Ghana) - Presidente
Sr. Ochieng Kojwang (Namibia) - Secretario
Sr. Peter Frost (Zimbabwe)
Sr. Roger Foteu (Camerún)
Sr. Abdulaye Kane (Senegal)
Sr. Racine Kane (Senegal)
Sr. Chris Kromhout (Sudáfrica)
Sr. MacJones Shaba (Malawi)
Sr. El Hadji Sene (FAO)
Sr. Douglas Williamson (FAO)
CUESTIONES PRINCIPALES PLANTEADAS EN EL DEBATE
El debate tuvo inicio con el siguiente interrogante: ¿el fuego es realmente un problema en África? Se concordó que, si bien el fuego es una parte integrante de algunos ecosistemas africanos, puede originar y de hecho causa problemas.
Este debate condujo a otra pregunta: ¿por qué el fuego es un problema? Como respuesta, los problemas relacionados con el fuego en África se clasificaron en tres categorías principales:
1. Uso inadecuado
2. Incendios incontrolados
3. Fracasos de las políticas
A continuación se identificaron y analizaron las causas subyacentes de los incendios, a saber:
CONCLUSIONES
El grupo llegó a la conclusión de que no estaba en la condición de hacer recomendaciones específicas en materia de políticas, pero que era posible identificar los principios fundamentales que deberían regir la elaboración de políticas sobre el manejo del fuego. Éstos son los siguientes:
1) las prácticas de manejo del fuego deberían tomar en consideración las diferencias/variaciones ecológicas, lo que implica reconocer que en algunos ecosistemas, p. ej., en los herbazales anuales en el Sahel, el fuego debería ser completamente excluido, mientras que en otros, p. ej., en las sabanas húmedas, éste representa un instrumento de manejo esencial;Sobre la base de estos principios se identificaron las siguientes opciones y recomendaciones en materia de políticas:2) el manejo del fuego debe ser una parte integrante de todas las políticas y prácticas de aprovechamiento de la tierra;
3) el fuego es un instrumento legítimo de manejo en varios ecosistemas africanos;
4) una mayor cooperación regional es imprescindible por lo que respecta al intercambio de información y recursos y a la ejecución de una acción conjunta en relación con los incendios y sus efectos negativos;
5) los valores culturales y las realidades socioeconómicas deben tomarse en consideración en la formulación de políticas para las distintas áreas, especialmente en cuanto a la comunicación de informaciones e instrucciones sobre el uso y manejo del fuego;
6) los programas de ordenación de los recursos naturales basados en la comunidad requieren no sólo de la descentralización de la responsabilidad por parte del gobierno central a las comunidades locales, sino de un mayor apoyo para la toma de decisiones local, con inclusión de información técnica sobre el manejo eficaz del fuego.
1) con objeto de aumentar su influencia en todas las políticas, el sector forestal podría ser más activo en incrementar el valor de los recursos forestales (p. ej., promoción y comercialización de los productos forestales no madereros) y los beneficios procedentes de los mismos, sin comprometer su productividad a largo plazo;CONSIDERACIONES REGIONALES2) la evaluación económica de los daños originados por los incendios debería llevarse a cabo de forma rutinaria;
3) la vigilancia y la evaluación del riesgo, frecuencia, extensión e impacto de los incendios sobre los recursos y la salud humana deberían ser fomentadas;
4) los organismos forestales deberían establecer unidades para la revisión de políticas a fin de responder a las oportunidades y las amenazas emergentes, como los conflictos y la degradación ambiental que llevan a la migración;
5) los planificadores del aprovechamiento de la tierra deberían considerar el riesgo de daño de los incendios en las áreas frágiles y las necesidades asociadas de rehabilitación;
6) la formulación de políticas de manejo del fuego debe incluir las comunidades locales y tener en cuenta sus habilidades y responsabilidades.
RECOMENDACIONES
1) La FAO debería aspirar a desempeñar una función catalizadora y propiciatoria para intensificar las iniciativas de las organizaciones u órganos regionales y nacionales.2) La FAO debería intentar promover y estimular una mayor armonización de las políticas nacionales agrícolas y forestales.