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PARTE 3
Puntos más salientes de los estudios especiales de la FAO

Durante los últimos años, el Departamento de Pesca de la FAO ha recopilado y analizado información sobre los pescadores y las embarcaciones de pesca. En las siguientes secciones se presentan algunos de los resultados obtenidos. Por otra parte, se ha efectuado también una evaluación de los recursos de las pesquerías continentales durante el período sometido a examen.

RECURSOS DE LAS PESQUERÍAS CONTINENTALES: SITUACIÓN Y APROVECHAMIENTO1

SITUACIÓN DE LOS RECURSOS PESQUEROS CONTINENTALES

El conocimiento de la situación de los recursos pesqueros continentales es insuficiente. La razón principal es el gran número, dispersión, variedad y dinamismo de las masas de agua continentales, así como la diversidad de su fauna acuática. Como consecuencia de estas características, la recopilación de datos es costosa. Unas 11 500 especies ícticas (41 por ciento de todos los peces) son exclusivamente de agua dulce y unas 300 (1 por ciento) son diadromas. Por consiguiente, los conocimientos actuales sobre los recursos están basados en gran parte en deducciones. Se han tomado como base los estudios de las aguas continentales y, cuando ha sido posible, las actividades de supervisión del esfuerzo y los rendimientos en las pesquerías continentales.

Sistemas de aguas continentales: tipo y magnitud

Los peces y otros recursos acuáticos se capturan en una gran variedad de sistemas continentales. Entre ellos cabe citar los lagos perennes, con una superficie agregada de aproximadamente 1,7 millones de km2, de los que casi un millón corresponden a grandes lagos (>100 km2). América del Norte es, con gran diferencia, el país con mayor superficie ocupada por lagos. Los pantanos, marismas y otras tierras húmedas representan aproximadamente 4 millones de km2, la mayor proporción de los cuales corresponden a la CEI y los Estados bálticos.

Los ríos principales suman aproximadamente 269 000 km de longitud en todo el mundo. La mayor densidad fluvial corresponde a América del Sur; la menor, a Oceanía (Figura 20).

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La masas de agua artificiales que son objeto de pesca van desde los grandes embalses hidroeléctricos a los estanques familiares y comunitarios con varios fines, los canales de riego, las zanjas e incluso los arrozales y las acequias situadas junto a los caminos.

Los grandes embalses (altura de la presa >15 m) son relativamente recientes, y en general se han construido después de la segunda guerra mundial. La mayor parte se encuentra en China. Asia posee casi el 65 por ciento del número total mundial (Figura 20). Los totales mundiales son los siguientes: 60 000 estanques, con 400 000 km2 de extensión y 6 500 km3 de volumen. La creación de grandes presas en los Estados Unidos alcanzó su máximo en los años cincuenta y sesenta, mientras que en África el período de mayor actividad de construcción fueron los años setenta. Los embalses de este último continente son, por lo general, más pequeños. Actualmente se tienden a construir embalses no demasiado grandes. Es notable que la capacidad de almacenamiento de los embalses represente un volumen siete veces superior al de las aguas de los ríos.

Además de estos sistemas de gran tamaño y bien conocidos, hay millones de pequeñas masas de agua utilizadas para fines diversos en todo el mundo y que podrían efectuar una mayor aportación a la producción de alimentos. En términos generales, necesitan atención individual para la introducción de planes de ordenación adecuados, que sean compatibles con otros usos.

Sistemas de aguas continentales: el entorno acuático

La situación de los recursos pesqueros continentales se manifiesta en buena medida en la situación del entorno terrestre, en general, y del entorno acuático, en particular. Hay dos grandes influencias: los ciclos climáticos y los cambios inducidos por el hombre.

Los ciclos climáticos, expresados en forma de oscilación de las precipitaciones, influyen en los recursos pesqueros continentales ya que contribuyen a aumentar o reducir el espacio vital, la disponibilidad de nutrientes -como consecuencia de las inundaciones y las aguas de escorrentía- y la vulnerabilidad a la pesca -debido a la concentración y dispersión. Por ejemplo, aproximadamente el 57 por ciento de la superficie de las grandes masas de agua continentales de África está integrado por sistemas con una superficie que acusa variaciones relativamente grandes tanto entre las distintas estaciones como de un año a otro. En estos sistemas la disponibilidad de recursos pesqueros para la explotación varía enormemente y los efectos sobre el suministro de alimentos pueden ser muy graves en períodos de sequía, o en épocas de precipitaciones especialmente abundantes con amplias inunda-ciones.

De la misma manera, los ciclos climáticos, expresados en forma de variación de la temperatura, influyen también en los recursos continentales. Por ejemplo, la temperatura puede ser un factor mortal. Cuando sus efectos no son tan graves, controla el metabolismo basal. Influye no sólo en la tasa de crecimiento sino también en el comportamiento de los peces. Los cambios de temperatura desencadenan desplazamientos de los peces y cambios en su reproducción.

Estos efectos climáticos se manifiestan en el volumen de peces disponibles para la captura. Por ello, los cambios climáticos a largo plazo, como los provocados por el calentamiento del planeta, son motivo de preocupación para el futuro de los recursos pesqueros continentales.

Los cambios inducidos por el hombre en los recursos continentales son múltiples. De hecho, la mayor amenaza para la sostenibilidad de los recursos pesqueros continentales no es la sobreexplotación sino la degradación del medio ambiente.

En lo que se refiere al conjunto de las zonas continentales, la situación actual y las perspectivas inmediatas de los recursos acuáticos continentales no son alentadoras, y se debe a la degradación de las tierras y de los hábitats, la pérdida y deterioro de los bosques, la reducción de la biodiversidad, la degradación de los hábitats y la escasez y contaminación de las aguas dulces.

Otra forma de medir la situación del entorno acuático continental es la facilitada por el análisis del estrés en 145 grandes cuencas hidrográficas de todo el mundo. El total de su superficie terrestre representa el 55 por ciento de la superficie terrestre mundial, incluida la Antártida. Se comprobó que el estrés era especialmente grave en las cuencas hidrográficas ya fuertemente modificadas o degradadas. En particular, la presión sobre las cuencas hidrográficas se está intensificando en la India, China y Asia sudoriental. Ello es motivo de preocupación, ya que se trata de las zonas más importantes para la producción pesquera continental en todo el mundo. Otras cuencas hidrográficas importantes, como las del Amazonas y el Congo, están menos degradadas. No obstante, están también comenzando a registrar rápidos cambios.

Un estudio mundial de las cuencas hidrográficas confirma la elevada biodiversidad acuática. En él se concluye que 30 de las cuencas deben ordenarse con suma atención, ya que tienen una gran riqueza de familias de peces pero, al mismo tiempo, son muy vulnerables a las futuras presiones. De estas cuencas fluviales, el 39 por ciento (en lo que se refiere a la superficie total) se encuentran en África, el 35 por ciento en Asia y el 26 por ciento en América Latina.

Las cambios inducidos por el hombre se manifiestan también en la composición de la fauna íctica continental. De hecho, las especies introducidas son relativamente importantes en las capturas de peces de agua dulce. Por ejemplo, la tilapia del Nilo y otras tilapias son importantes en Asia, América Latina y Oceanía. La carpa común es importante en Europa, América Latina y América del Norte. Según la base de datos de la FAO sobre introducción de especies acuáticas, la carpa común, la trucha arco iris, la tilapia de Mozambique, la carpa herbívora y la tilapia del Nilo son las introducciones más frecuentemente registradas. En el sector de la pesca deportiva, las especies no autóctonas representaban el 38 por ciento de esta pesquería en los Estados Unidos10 .

En conclusión, es evidente que la mayor parte de las faunas ícticas de agua dulce del mundo se encuentran en situación de grave declive y necesitan inmediata protección. Dentro de las faunas sometidas a intensa actividad de pesca, las pérdidas de poblaciones de peces parecen ser especialmente elevadas en los países industrializados, las regiones con climas áridos o mediterráneos, las regiones tropicales con numerosa población humana y los grandes ríos11 .

EXPLOTACIÓN DE LOS RECURSOS PESQUEROS CONTINENTALES

Los recursos pesqueros continentales son explotados para obtener alimentos y otros productos -en su mayor parte por pescadores que se ganan la vida con esta actividad- y para actividades de ocio, en el caso de la pesca deportiva.

Pesca deportiva

El uso de los recursos pesqueros en la pesca deportiva no se registra debidamente. De casi los 200 países y territorios con los que la FAO se ha puesto en contacto, sólo 30 enviaron estimaciones sobre las capturas de la pesca deportiva. Éstas sumaban 476 500 toneladas en 199012 . El total de estas capturas podría ser del orden de 2 millones de toneladas13 . Dos ejemplos recientes demuestran la importancia de esta actividad:

La pesca deportiva no se practica únicamente en los países desarrollados. En realidad, la promoción de esta forma de pesca como actividad nacional e internacional generadora de ingresos está siendo examinada o practicada en muchos países en desarrollo, entre ellos Brasil, Malasia y Zimbabwe.

Pesca con destino a la alimentación humana

En 1996 la explotación registrada16  -en su mayor parte comercial o artesanal- de los recursos pesqueros continentales tuvo como consecuencia el desembarque de 7,6 millones de toneladas, es decir, el 7,8 por ciento del total de las capturas en 1996. Los desembarques estuvieron integrados en su mayor parte por peces de aleta, aunque los moluscos, crustáceos y reptiles acuáticos pueden tener importancia local (véase Producción de la pesca de captura continental).

La contribución de los recursos pesqueros continentales a la producción alimentaria es sin duda mayor que la registrada, debido al carácter disperso y extraoficial de muchas pesquerías. Por ejemplo, los informes brasileños oficiales sobre la producción de las pesquerías de captura continentales en 1991 revelan un total de 193 000 toneladas de todas sus aguas. En cambio, un estudio independiente encargado por la FAO parece indicar que, en ese mismo año, la producción fue de unas 319 000 toneladas únicamente en la parte brasileña de la cuenca del Amazonas17 . En el Uruguay se obtuvieron resultados semejantes. Estos estudios confirman las estimaciones ya publicadas de la FAO, según las cuales las cosechas efectivas de recursos pesqueros continentales en todo el mundo pueden ser dos veces mayores que las que se comunican a la FAO18 .

Contraste con las pesquerías marinas, en que una parte considerable de la actividad se realiza únicamente con el fin de obtener materia prima para los alimentos destinados a consumo animal, los pescadores continentales, sean artesanales o comerciales, tratan de capturar peces destinados a la alimentación humana. Los descartes son muy escasos -los artes de pesca son por lo general fijos y más selectivos que en las pesquerías marinas- y casi toda la captura se destina directamente al consumo humano. Ello se ve facilitado con frecuencia por la breve distancia entre el lugar de captura y el consumidor. Por ello, prescindiendo de la indudable falta de datos sobre las pesquerías continentales, éstas obtuvieron en 1996 cerca del 12 por ciento del pescado que el total de las pesquerías de captura destinan al consumo humano directo.

Grupos de especies y capturas por países

Las especies varían naturalmente según la región de producción. En la sección sobre Producción de la pesca de captura continental se presenta una lista de las especies predominantes producidas en África, Asia, Europa, la CEI y los Estados bálticos, América Latina y América del Norte. Seis de los mayores países productores se encuentran en Asia, y en conjunto realizan aproximadamente el 62 por ciento de las capturas continentales mundiales (Figura 21).

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UTILIZACIÓN FUTURA DE LOS RECURSOS PESQUEROS CONTINENTALES

Tendencias de la utilización

Tomando como base el total de las capturas continentales durante el período 1984-1996, se deduce que está aumentado la utilización de recursos pesqueros continentales. El crecimiento anual medio es de aproximadamente 130 000 toneladas (en torno al 2 por ciento anual).

Asia es el continente más importante, con gran diferencia, en lo que se refiere a las pesquerías de captura continentales (Figura 22), y es también en ese continente donde se han registrado los mayores aumentos en la utilización de los recursos continentales, con una tasa media anual de crecimiento de más del 8 por ciento desde 1992 (Figura 8). En África, segunda región por orden de importancia, la tendencia general es hacia un aumento anual muy modesto. Por el contrario, las capturas continentales están disminuyendo en la CEI y los Estados bálticos y en América del Norte. En el primer grupo de países, este descenso se debe a la sobreexplotación (por ejemplo, en el caso del esturión del mar Caspio), a la pérdida de hábitats (por ejemplo, en el mar de Aral), así como a cambios políticos y económicos ocurridos en la región que obligan a replantearse la ordenación de los recursos. En América del Norte, esta tendencia descendente puede ser indicativa del continuado desplazamiento de las pesquerías comerciales por la pesca deportiva. En Europa la tendencia reciente es hacia el aumento, mientras que América del Sur y Oceanía se han mantenido bastante estables a largo plazo.

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Según resultados preliminares de un estudio de la FAO para determinar las mejoras conseguidas en la pesca continental19  en África, Asia y el Pacífico y América Latina, desglosadas por tipo y especie, parece que la repoblación y la introducción de especies son, con mucha diferencia, las principales mejoras utilizadas, normalmente con el objetivo de aumentar la producción de alimentos y los ingresos. Los datos presentados a la FAO, si bien incompletos, permiten observar que, durante el período 1984-1994, los coregónidos, salmónidos y la carpa común fueron las especies que se repoblaron en número más elevado en todo el mundo.

Alcance e intensidad de la utilización

La parte de la producción de las capturas continentales desglosadas por continente no está demasiado relacionada con la superficie relativa de la tierra y el agua presentes en los mismos continentes (Figura 8). Por ejemplo, Asia produce casi el 65 por ciento de las capturas continentales, pero tiene sólo el 20 por ciento del total de la superficie continental, un 23 por ciento de los pantanos y marismas y otras tierras húmedas, un 7 por ciento de la superficie lacustre y un índice intermedio de densidad fluvial. En cambio, tiene un número relativamente mayor de embalses (Figura 20). Los factores que explican esta situación son varios. La parte desproporcionada de las capturas continentales en Asia se debe en buena medida a la intensa explotación de prácticamente toda la superficie acuática disponible y a la utilización generalizada de mejoras pesqueras, en particular la repoblación, para aumentar los rendimientos de la pesca con destino a la alimentación humana. Gran parte de la superficie acuática de América del Norte y la CEI y los Estados báticos se encuentra en regiones más bien frías. Además, a diferencia de Asia, en gran parte de América del Norte y Europa la ordenación de los recursos pesqueros continentales tiene como finalidad la producción de especies destinadas a la pesca deportiva, no a la alimentación humana. Además, algunas diferencias pueden explicarse por actitudes culturales hacia el pescado procedente de aguas continentales. En América del Sur, sólo un número relativamente reducido de especies de gran talla son valoradas en los mercados urbanos.

Tendencias en la ordenación de las pesquerías continentales

Se observan algunas tendencias claras que influirán en la explotación de los recursos pesqueros continentales a medio plazo, entre las cuales cabe citar las siguientes:

PESCADORES Y FLOTAS PESQUERAS20 

EL EMPLEO EN LOS SECTORES DE LA PESCA Y LA ACUICULTURA

Desde hace al menos tres decenios, el empleo en la pesca y en la acuicultura crece en todo el mundo con mayor rapidez que el empleo agrícola. Simultáneamente, la parte de la agricultura en el empleo ha registrado en general un descenso. El total de personas empleadas en la agricultura, expresadas en porcentaje de la población económicamente activa, representaba el 67 por ciento en 1950, el 56 por ciento en 1970 y el 49 por ciento en 199021. En cambio, el empleo en la pesca y la acuicultura ha representado una parte cada vez mayor del empleo en el sector agrícola22  en general. En 1970, la pesca y la acuicultura representaban el 1,5 por ciento del empleo en el sector agrícola. En 1990, los 28,6 millones de personas que encontraron empleo en la pesca de captura y la acuicultura representaban aproximadamente el 2,3 por ciento de todos los que se ganaban la vida en el sector agrícola.

En muchas partes del mundo, la pesca es una ocupación estacional o a tiempo parcial que alcanza su máximo en los meses del año en que los recursos costeros y de altura son más abundantes o disponibles, pero que en los mínimos estacionales deja tiempo para otras ocupaciones. Por esta razón, en su información sobre el empleo en el sector de la pesca, la FAO mantiene una distinción entre pescadores a tiempo completo y a tiempo parcial23 .

Durante los 20 años transcurridos entre 1970 y 1990 el número de pescadores y acuicultores a tiempo completo creció más rápidamente que la población mundial. El número de pescadores a tiempo parcial creció todavía con mayor rapidez (Cuadro 5) que el de pescadores a tiempo completo. En consecuencia, en 1990, los pescadores a tiempo completo (11,8 millones) representaban el 42 por ciento de todos los pescadores, mientras que en 1970 eran el 51 por ciento.

CUADRO 5
Número de pescadores y acuicultores en todo el mundo

Categoría de pescador/acuicultor

1970

1980

1990

 

(miles)

Pescadores a tiempo completo

6 108

7 988

11 896

Índice

100

131

195

Pescadores a tiempo parcial

3 659

4 784

9 708

Índice

100

131

268

Otros pescadores1

2 639

3 792

6 977

Índice

100

143

264

Total

12 406

16 564

28 511

Índice

100

134

230

1 Pescadores y acuicultores ocasionales y pescadores cuya ocupación no se ha especificado con mayor detalle.

Conviene señalar que en todas las categorías de pescadores el aumento de su cifra total fue mucho más rápido durante los años ochenta que en los setenta. Las razones de estas diferencias no son claras. Quizá se deba a la opinión de que los océanos eran uno de los pocos recursos naturales que no se habían explotado todavía plenamente como fuente de alimentos y empleo. Por ello, una preocupación decisiva en muchas partes del mundo durante esos años era aumentar la producción, no controlar la capacidad de pesca existente. Aunque los datos sobre el empleo durante el período 1990-1995 son incompletos, la información disponible permite observar una desaceleración del ritmo con que crece el número de pescadores. Según estimaciones de la FAO, el número de pescadores y piscicultores en 1997 es de aproximadamente 30 millones. Siguiendo una pauta equivalente a la distribución de la población mundial, el 84 por ciento de los pescadores y piscicultores de todo el mundo en 1990 realizaba sus actividades en Asia (Figura 23); la inmensa mayoría de ellos se concentraba en China. No obstante, también la India, Viet Nam e Indonesia contaban con más de un millón de pescadores a tiempo completo en 199024 .

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Si bien en la mayor parte de los países de ingreso bajo y mediano el número de personas empleadas en la pesca y en la acuicultura ha crecido de forma constante, en las economías industrializadas el número de pescadores ha descendido o se mantenido estable. En el Japón y Noruega el número de pescadores se redujo a la mitad entre 1970 y 1990.

Aunque el empleo no puede ser tomado como único indicador de la importancia de la pesca para la economía nacional, es interesante señalar que en 1990 los pescadores representaban más del 5 por ciento de la población económicamente activa en el sector agrícola en 38 países, en 15 de los cuales se superaba incluso el 10 por ciento.

Entre 1970 y 1990 el número de pescadores creció todavía con mayor rapidez en Asia que en los demás lugares del mundo. En 1970 los pescadores asiáticos representaban el 77 por ciento del total mundial, mientras que en 1990 eran ya el 83 por ciento. Durante el mismo período, el número de pescadores de África, donde predomina la pesca artesanal, creció pero a un ritmo inferior al de Asia. Los pescadores africanos representaban aproximadamente el 6,5 por ciento del total mundial en 1990. Los de América del Sur han sido en torno al 3 por ciento del total mundial a lo largo de todo el período considerado, mientras que en Europa había más pescadores en 1970 que en 1990. En este último año representaban sólo el 1,4 por ciento del total mundial. No obstante, el número de pescadores europeos aumentó en cifras absolutas entre 1980 y 1990, debido a la aparición del sector acuícola. En Oceanía, el número de pescadores comerciales es considerablemente inferior al 1 por ciento del total mundial. Por otro lado, en las pequeñas islas muchas veces representan una parte significativa de la población económicamente activa.

El número de pescadores a tiempo parcial ha crecido más rápidamente que el de pescadores a tiempo completo en el conjunto de todas las regiones. En 1990, por cada 10 pescadores a tiempo completo había en el mundo 9 pescadores a tiempo parcial. Veinte años antes la relación había sido, respectivamente, de 10 a 6.

No obstante, se trata de un fenómeno predominantemente asiático. En el resto del mundo, el aumento relativo de los pescadores a tiempo parcial entre 1970 y 1990 ha sido más bien pequeño. En Asia, estos datos sobre el empleo pueden interpretarse como confirmación de que las pesquerías han sido durante ese período el empleador de último recurso.

El rápido aumento del número de pescadores en Asia y la creciente proporción de trabajadores a tiempo parcial explican también en parte el hecho de que la productividad media por pescador (de todas las categorías) en lo que respecta al volumen de la producción total (capturas más cultivo) haya bajado desde un poco más de 2 toneladas por persona por año en 1970 hasta poco menos de 2 toneladas por persona por año en 1990 (Cuadro 6).

CUADRO 6
Producción pesquera media por persona empleada en las pesquerías y en la acuicultura

Continente

1970

1980

1990

 

(toneladas/año)

África

2,71

2,72

2,76

Asia

2,23

2,28

1,90

América del Norte

11,59

12,69

11,35

América Latina

28,47

15,19

18,40

Europa

26,61

33,59

29,35

Oceanía

4,42

1,86

5,20

Total mundial

4,97

4,36

3,47

Parece que el crecimiento económico mundial durante de los años setenta y ochenta no tuvo como resultado un aumento de la productividad de las personas empleadas en la pesca y la acuicultura. La productividad física media bajó de casi 5 toneladas por persona por año en 1970 a aproximadamente 3,5 toneladas por persona por año en 1990. Esta fluctuación, relativamente considerable, se explica sobre todo por el descenso de la productividad media por pescador y acuicultor en Asia. No obstante, la situación en este continente es compleja. El descenso se explica por la disminución de los rendimientos conseguidos por los pescadores de captura, la parte cada vez mayor de los pescadores a tiempo parcial y una expansión de la producción y el empleo acuícola. En el resto del mundo, la disminución es menos pronunciada y se debe en buena medida al fuerte descenso de la disponibilidad y capturas de pequeñas especies pelágicas, y ello afecta a un número relativamente pequeño de pescadores.

En Asia hay grandes discrepancias entre los distintos países en lo que respecta a la productividad de los trabajadores del sector pesquero, como consecuencia de las diferencias en el volumen de capital disponible para cada pescador. En esta región hay pesquerías fuertemente industrializadas y, con frecuencia, con gran concentración de capital -parti-cularmente en el Japón y en la República de Corea-, lo que da lugar a un alto volumen de producción por persona empleada. Hay también pesquerías en que los empleados producen menos de una tonelada por persona y año.

El continente que ha registrado una mayor productividad es Europa. El volumen de ésta es incluso algo superior al de la productividad del Japón. No obstante, también en Europa las diferencias son notables. Por ejemplo, en 1995 en Islandia cada uno de sus poco más 5 000 pescadores produjo una media de 280 toneladas de pescado, mientras que los pescadores mediterráneos de todos los países con aguas en ese mar, con excepción de Francia e Italia, produjeron 6 toneladas o menos por pescador y año25 . Parte de esta diferencia se explica por la importancia de las pesquerías de pequeñas especies pelágicas, de gran volumen y escaso valor, que ofrecen la materia prima para la producción de harina de pescado en Islandia.

LA FLOTA PESQUERA MUNDIAL

En 1995, la flota pesquera mundial sumaba un total aproximado de 3,8 millones de embarcaciones. Un tercio de ellas tenían cubierta26, y los dos tercios restantes eran embarcaciones sin cubierta, en general de menos de 10 metros de eslora. Las embarcaciones con cubierta están todas motorizadas, pero sólo lo está un tercio de las que no tienen cubierta.

La mayor parte de las embarcaciones de pesca del mundo realizan sus operaciones en Asia. La proporción de embarcaciones no motorizadas es mayor en África (aproximadamente el 80 por ciento) que en ningún otro continente, mientras que Europa es el que tiene la proporción más elevada de embarcaciones con cubierta (aproximadamente el 70 por ciento en 1995). En la flota asiática, poco menos del 40 por ciento de las embarcaciones tienen cubierta.

El tamaño medio de las embarcaciones con cubierta en 1995 era de aproximadamente 20 TB. Las de más de 100 TB (o 24 m de eslora total) eran aproximadamente 37 000, es decir, poco más del 1 por ciento del total mundial. China tiene en torno a un 40 por ciento (15 000) de esas embarcaciones. Ningún otro país tiene más del 10 por ciento de esta flota, y unos 20 países suman en conjunto el 50 por ciento del total.

Es probable que la flota mundial no haya crecido tan rápidamente como el número de pescadores (Figura 24). La información disponible no permite confirmarlo con seguridad, ya que varias categorías de empleo incluyen tanto a los pescadores de captura como a los acuicultores.

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Se ha producido una modernización de la flota en cuanto que ha aumentado la proporción de embarcaciones con cubierta: en 1970 éstas eran aproximadamente una de cada cuatro; en 1970, una de cada tres.

Embarcaciones sin cubierta

El número de embarcaciones sin cubierta creció en los años ochenta debido sobre todo al crecimiento de su número en Asia. No obstante, esa subida dejó paso a un período de estabilización (Figura 25) durante la primera parte de los años noventa.

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La inmensa mayoría de las embarcaciones de pesca sin cubierta de Asia y África no tienen motor (Figura 26). Dado que las embarcaciones con cubierta son también relativamente pocas en África, la embarcación de pesca característica de ese continente es una embarcación sin cubierta ni motor. En Asia, la embarcación típica es diferente, ya que la proporción de buques de pesca con cubierta es bastante elevada.

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Embarcaciones con cubierta

El crecimiento del número de embarcaciones de pesca con cubierta ha sido lento desde 1990, tras dos decenios de rápido crecimiento, sobre todo en Asia (Figura 15). De hecho, si no hubiera sido por el aumento de esa flota en China (Figura 16), el total mundial de embarcaciones con cubierta se habría mantenido estable desde 1980 hasta 1995.

En cambio, hay indicios de crecimiento del tonelaje medio de las embarcaciones desde 1990 (Figura 27), pero no es seguro que este aumento sea real. Ello quizá se deba a que la información se facilita en toneladas brutas (TB) y no en toneladas de registro brutas (TRB). Este cambio en el sistema de medición sobrevalora el tonelaje, ya que la estimación numérica resultante es en casi todos los casos mayor cuando se expresa en TB que en TRB. Por ello, el aumento del tonelaje de la flota que resulta de esta reclasificación no refleja necesariamente un aumento de la capacidad de pesca de esa misma flota (véase el Recuadro 3). Como consecuencia de la política china de desarrollar las pesquerías de altura y en aguas distantes, ha aumentado el tonelaje medio de las embarcaciones con cubierta de ese país. De hecho, la proporción de embarcaciones chinas con más de 24 m de eslora ha pasado de aproximadamente el 1,5 por ciento en los últimos años ochenta al 3 por ciento (en 1996), es decir, tres veces más que la media mundial. La flota pesquera de China, con un total aproximado de 6,0 millones de TB (1996), es ahora, con gran diferencia, la mayor del mundo. El segundo lugar corresponde a la flota de la Federación de Rusia, con unos 3 millones de TB.

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Las embarcaciones con redes de enmalle y las que pescan con línea representan una proporción considerable de la flota mundial de embarcaciones con cubierta (Figura 28). Los arrastreros suelen ser mayores y más potentes y a ellos corresponde el primer lugar en términos de tonelaje, representando aproximadamente el 40 por ciento del tonelaje bruto de la flota (Figura 29).

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BARCOS CON CUBIERTA DE MÁS DE 100 TRB

La flota mundial

Las embarcaciones de más de 100 TRB suelen tener 24 o más metros de eslora total. Por lo general, son capaces de pescar en alta mar, pero se estima que en realidad al menos la mitad de esta flota nunca lo hace. La información detallada sobre cada una de estas embarcaciones proviene del Lloyd's Maritime Information Services (LMIS), el cual obtiene datos bajo licencia exclusiva del Lloyd's Register of Shipping.

En 1997, las embarcaciones de pesca del Lloyd's Register of Shipping sumaban en total 22 668. La base de datos del LMIS no contiene prácticamente ninguna información sobre los buques registrados en China, la República Popular Democrática de Corea ni Taiwán, provincia de China. En lo que se refiere a los demás países, la base de datos contiene aproximadamente el 80 por ciento del número de las embarcaciones comunicadas a la FAO por los Estados Miembros. China continental registró 15 000 embarcaciones de esta categoría en 1996, por lo que parece probable que en 1997 sean entre 43 000 y 45 000.

La flota registrada en la base de datos de la Lloyd's

Ocho Estados tenían 500 o más embarcaciones en 1997, que constituían el 65 por ciento de la flota. El 35 por ciento restante de la flota pertenecía a 164 otros Estados del pabellón (Figura 30). Más de la mitad son arrastreros de diversos tipos, aproximadamente el 10 por ciento son cerqueros y el resto embarcaciones que pescan con línea y trampas (Figura 31).

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Es opinión común que el tonelaje medio y la potencia media (HP) de la flota mundial de grandes embarcaciones están aumentando. Un análisis de la flota de embarcaciones de más de 100 toneladas, atendiendo a su fecha de construcción, no parece confirmar esa hipótesis (Figuras 32 y 33). De hecho, el tonelaje medio de las embarcaciones construidas durante los tres últimos años ha sido menos que en el promedio de treinta años (621 TRB). En lo que se refiere a la potencia, el promedio de los tres últimos años es de 1 265 HP, mientras que hace treinta años era de 1 151 HP, lo que significa que el aumento ha sido de sólo el 9 por ciento.

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La flota mundial de embarcaciones de 24 o más metros de eslora total, según la base de datos de la Lloyd's, creció hasta 1991, pero a partir de entonces comenzó a disminuir (Figura 34). Esta evolución es probablemente representativa de la flota pesquera industrial mundial, con la notable excepción de China, cuya flota ha crecido de forma continuada durante el mismo período.

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El descenso es consecuencia, por un lado, del envejecimiento de la flota -que ha obligado a retirar de las actividades de pesca un número cada vez mayor de embarcaciones que no podían obtener certificados de navegabilidad- y, por el otro, de una desaceleración de la construcción.

Construcción. Como se mencionó en la Parte 1, Tendencias del número de pescadores y embarcaciones de pesca, se ha observado un descenso en el ritmo de construcción de embarcaciones de más de 100 TRB, que en 1997 fue el menor desde muchos años antes. La base de datos del LMIS contiene únicamente 155 embarcaciones construidas en ese año. Aunque se trata de una cifra provisional, es probable que el número final sea de aproximadamente 200.

En lo que respecta a las nuevas construcciones, más del 50 por ciento de las 155 nuevas embarcaciones de pesca registradas como construidas en 1997 procedía de cuatro países: Japón (28), España (23), Perú (20) y Chile (10). Conviene señalar que el Japón y España han reducido sus flotas durante este período, lo que revela políticas activas de reestructuración, en las que se prevé la sustitución de la flota existente. Las nuevas embarcaciones construidas para el Perú y Chile fueron fundamentalmente cerqueros con jareta, y con ellas se reemplazaron las embarcaciones de una flota que comenzaba a envejecer rápidamente. Estas embarcaciones, junto con los arrastreros de vara y los camaroneros, representaban un porcentaje desproporcionadamente elevado de las nuevas construcciones, en comparación con su importancia en la flota actual. Ello parecería indicar que, según las previsiones, estas pesquerías continuarán siendo o llegarán a ser económicamente más viables que otras.

Desmantelamiento y pérdida. Según una estimación aproximada, se puede decir que las embarcaciones de menos de 20 años de antigüedad que desaparecen del Lloyd's Register of Shipping se han perdido en el mar; en cambio, cuando tienen más de 20 años, la desaparición del registro se debe probablemente a que se han desguazado. En la Figura 35 puede observarse que las embarcaciones suelen retirarse de la base de datos por desguace cuando tienen poco menos de 30 años, aunque en la base de datos hay todavía unas 1 266 embarcaciones que se construyeron antes de 1960. Es probable que una gran parte de éstas tengan cascos de madera, que son más fáciles de mantener en función de las normas de seguridad que los de acero de las embarcaciones más antiguas. Las embarcaciones retiradas de la base de datos -perdidas en el mar o desguazadas- representan más del 5 por ciento del total de la flota. Ello indica que, habida cuenta del ritmo de pérdida, la duración total prevista de una embarcación es de aproximadamente 20 años. Los países que tratan de mantener un número de embarcaciones estables deberán sustituir una media del 5 por ciento de la flota cada año.

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CAMBIOS EN LAS FLOTAS DE LOS PAÍSES CON MAYOR ACTIVIDAD PESQUERA

En la base de datos aparecen, en 1997, cuatro países con más de 1 000 embarcaciones: Japón, República de Corea, España y los Estados Unidos. La CEI y los Estados bálticos27  se incluyen también en esta categoría, si se consideran conjuntamente (Figura 36). El aumento de la flota de la República de Corea desde 1994 parece ser consecuencia de que las embarcaciones que anteriormente se incluían en registros abiertos se han registrado ahora bajo pabellón nacional.

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En contra de lo que parece indicar la evolución de estas flotas, las de algunos de los principales países pesqueros en desarrollo ha ido en aumento. Así ocurre con varios países de América Latina y en Filipinas, Indonesia, Marruecos y la India (Figura 37). En muchos casos, una parte considerable de este crecimiento se debe a la compra de embarcaciones usadas a los países desarrollados.

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Varios países europeos tenían flotas que contaban entre 100 y 600 embarcaciones de más de 100 TRB en 1997. Las flotas de muchos países europeos han registrado un considerable descenso debido a las políticas de desmantelamiento de la UE (Figura 38). La flota del Reino Unido aumentó también debido a que algunas embarcaciones de España y los Países Bajos se registraron bajo el pabellón del Reino Unido, en una operación conocida con el nombre de «salto de contingentes».

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Las flotas de los países pesqueros más importantes de América Latina continuaron aumentando, con la principal excepción de México (Figura 39).

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El número de embarcaciones inscritas en registros abiertos o bajo pabellón de conveniencia ha continuado en aumento, aunque a un ritmo inferior al de los primeros años noventa. El número de embarcaciones de pesca registradas en Panamá y Honduras ha disminuido. En cambio, Belice (158 en 1997), Chipre (32), San Vicente y las Granadinas (139) y Vanuatu (35) han continuado registrando un aumento en este sentido. De las embarcaciones construidas en 1997 sólo tres se inscribieron en un registro abierto.

Posible evolución de la flota mundial de embarcaciones de más de 100 TRB

El tamaño futuro de la flota dependerá del ritmo de desmantelamiento, de las pérdidas y de la construcción de nuevas embarcaciones.

Desmantelamiento y pérdidas. En la Figura 40 puede verse la estructura por edades de la flota actual de embarcaciones de pesca de más de 100 toneladas en la base de datos de la Lloyd's. Así, en 1997 la base de datos contenía 11 675 embarcaciones de más de 20 años. Es de prever que la mayor parte de ellas se desguacen en los 10 próximos años y que cantidades adicionales pero menores de embarcaciones se pierdan en el mar (aproximadamente 200 al año).

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Construcción. Es más difícil estimar el ritmo de construcción en el futuro. Por un lado habrá una tendencia a sustituir las embarcaciones antiguas, tendencia que se reforzará o debilitará según la opinión de los inversores sobre la situación y perspectivas de la pesquería correspondiente. La historia de la flota peruana es ilustrativa a este respecto: el máximo de incorporaciones a esta flota (Figura 41) está claramente vinculado a la disponibilidad de anchoveta (Figura 42) y a la necesidad de sustituir una flota en rápido envejecimiento durante los últimos años.

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Perspectivas futuras

No obstante, quedan todavía varios interrogantes: ¿Se sustituirán las embarcaciones grandes con otras nuevas y también de gran tamaño? ¿Se necesitan embarcaciones grandes? ¿Son las actuales un simple legado de la era anterior a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar? Es claro también que en el futuro previsible las pesquerías de atún en alta mar seguirán utilizando embarcaciones de 100 o más TB. De la misma manera, al menos la parte de las pesquerías de pequeñas especies pelágicas que se lleva a cabo dentro de las ZEE utilizará también embarcaciones grandes. Las pesquerías alejadas de los centros de elaboración necesitarán buques de gran tamaño. Algunas de las actividades de pesca que ahora se realizan frente a las costas de África en calidad de pesquerías en aguas distantes se llevarán a cabo desde África, lo que permitirá utilizar buques de menor tamaño. En algunas secciones del África occidental la ausencia de instalaciones portuarias, incluida la infraestructura para prestar servicios a las embarcaciones de pesca, limita la introducción de flotas semiindustriales -embarcaciones de aproximadamente 100 TRB o un poco menos-. Como la construcción de puertos y de infraestructuras asociadas es un proceso muy largo, es probable que continúen utilizándose durante cierto tiempo embarcaciones relativamente grandes.

En muchas pesquerías -en particular en las de los países en desarrollo- los costos de la sustitución de las embarcaciones antiguas parecen indicar que habrá una tendencia a la utilización de embarcaciones menores o a continuar comprando grandes barcos de segunda mano. No obstante, dada la desaparición de la madera como material para la construcción de cascos en estos grandes buques, y la pérdida de al menos 1 800 a 2000 buques con casco de acero por año debido al desguace (extrapolando de la flota registrada en la base de datos de la Lloyd's al conjunto de la flota), el suministro de barcos de segunda mano de 100 TRB o más será pequeño.

La extrapolación de todas las tendencias actuales (desmantelamiento, pérdida y construcción) a la flota actual de 43 000 a 45 000 embarcaciones permitiría prever, para dentro de diez años, una flota pesquera con un total aproximado de 27 000 embarcaciones. Ello implica una reducción de aproximadamente el 40 por ciento. No es probable que se confirme esta evolución, pero es igualmente poco probable que la flota se mantenga en su nivel actual. Terminará situándose en un punto intermedio.

1 Autor principal: J.M. Kapetsky, Departamento de Pesca, FAO.
2 FAO. 1998. Geography and constraints on inland fishery enhancements. Por J.M. Kapetsky. En T. Petr, ed. Inland fishery enhancements, págs. 37-64. FAO: Documento Técnico de Pesca, No 374. Roma.
3 A.B. Avakyan y V.B. Lakovleva. 1998. Status of global reservoirs: the position in the late twentieth centruy. Lakes and Reservoirs: Research and Management, 3: 45-52.
4 M. Collier, R. Webb y J. Schmidt. 1996. Dams and rivers. A primer on the downstream effects of dams. United States Geological Survey. Circular No. 1 126.
5 Kapetsky, op cit., nota 2.
6 C. Vorosmarty, K.P. Sharma, B.M. Fekete, A.H. Copeland, J. Holden, J. Marble y J.A. Lough. 1997. The storage and aging of continental runoff in large reservoir systems of the world. Ambio, 26(4): 210-219.
7 C. Ravenga, S. Murray, J. Abramovitz y A. Hammond. 1998. Watersheds of the world. Ecological value and vulnerability. Publicación conjunta del Instituto Mundial sobre Recursos y el Worldwatch Institute, Washington, D.C.
8 World Conservation Monitoring Centre. 1998. Freshwater biodiversity: a preliminary global assessment (borrador).
9 Véase D.M. Bartley, L. Garibaldi y R.L. Welcomme. 1997. Introductions of aquatic organisms: a global perspective and database. Presentado en el Simposio de la Sociedad Americana de Pesca sobre los efectos, amenazas y control de las especies introducidas en aguas costeras, Monterey, California, Estados Unidos, 28 de agosto de 1997.
10 D. Horak. 1995. Native and nonnative fish species used in state fisheries management programs in the United States. American Fisheries Society Symposium, 15: 61-67.
11 R.A. Leidy y P.B. Moyle. 1998. Conservation status of the world's fish fauna: an overview. En P.L. Fiedler y P.M. Kareiva, eds. Conservation biology, 2a ed., págs. 187-227. Nueva York, Chapman and Hall.
12 FAO, 1992. Coordinating Working Party on Atlantic Fishery Statistics. Recreational Fisheries. CWP-15/10. 6 págs. Citado en el Report of the Fifteenth Session of the Coordinating Working Party on Atlantic Fishery Statistics. FAO Fisheries Report No. 473. Roma.
13 D. Coates. Inland capture fisheries and enhancement: status, constraints and prospects for food security. Documento presentado en la Government of Japan/FAO International Conference on Sustainable Contribution of Fisheries to Food Security, Kyoto, Japón, diciembre de 1995. C/FI/95/TECH/3. Roma, FAO. 82 págs.
14 P. Hickley y H. Tompkins, eds. 1998. Recreational fisheries. Social, economic and management aspects. Cuadro 1.1, Capítulo 1. Oxford, Reino Unido, Fishing News Books. 310 págs.
15 BRIEFS, 26(5): 5. Boletín del American Institute of Fishery Research Biologists.
16 Sólo unas 100 especies ícticas, o grupos de especies, aparecen enumeradas en las estadísticas de la FAO en el contexto de las capturas continentales. Ello significa que la mayor parte de las especies no se identifican en las estadísticas de producción de la FAO y aproximadamente el 45 por ciento de las capturas continentales se registran en el apartado de peces de agua dulce sin especificar, el 7 por ciento como moluscos de agua dulce sin especificar y el 6 por ciento como crustáceos sin especificar.
17 FAO/Programa de Cooperación del Banco Mundial, en cooperación con el Departamento de Pesca. 1998. Fisheries and aquatic biodiversity management in the Amazon. Desk Study. Report No. 98/055 CP-RLC. 2 de septiembre de 1998. 55 págs.
18 Coates, op. cit. nota 13.
19 B. Born. An overview of inland fishery enhancements from a global perspective. FAO (en preparación).
20 Autores principales: A. Crispoldi, R. Grainger y A. Smith, Departamento de Pesca, FAO.
21 Fuente: OIT. Economically active population 1950-2010, 4a ed., diciembre de 1996 (en disquete).
22 En este contexto, la «agricultura» comprende también la pesca y la silvicultura.
23 Los pescadores que obtienen al menos el 90 por ciento de su ingreso de la pesca o de la acuicultura se clasifican como pescadores a tiempo completo, mientras que los que obtienen entre el 30 y el 89 por ciento de su ingreso se clasifican como pescadores a tiempo parcial. El lector deberá tener presente que los datos suministrados a la FAO muchas veces no corresponden a las pautas prescritas. En general, las tendencias parecen ser más fiables que los datos absolutos.
24 Véase FAO. 1997. Numbers of fishers. FAO: Circular de Pesca, No 929. Roma.
25 FAO. 1997. Les pêches en Méditerranée: éléments d'information sur le contexte halieutique et les enjeux économiques de leur aménagement, por C. Breuil. FAO: Circular de Pesca, No 927. Roma.
26 Se entiende por embarcaciones con cubierta las que tienen una cubierta estructural fija que cubre la totalidad del casco por encima de la máxima flotación de servicio.
27 Datos agregados a fin de poder establecer comparaciones con la situación de los años ochenta.

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