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PARTE 3
Puntos m�s salientes de los estudios especiales de la FAO

Durante los �ltimos a�os, el Departamento de Pesca de la FAO ha recopilado y analizado informaci�n sobre los pescadores y las embarcaciones de pesca. En las siguientes secciones se presentan algunos de los resultados obtenidos. Por otra parte, se ha efectuado tambi�n una evaluaci�n de los recursos de las pesquer�as continentales durante el per�odo sometido a examen.

RECURSOS DE LAS PESQUER�AS CONTINENTALES: SITUACI�N Y APROVECHAMIENTO1

SITUACI�N DE LOS RECURSOS PESQUEROS CONTINENTALES

El conocimiento de la situaci�n de los recursos pesqueros continentales es insuficiente. La raz�n principal es el gran n�mero, dispersi�n, variedad y dinamismo de las masas de agua continentales, as� como la diversidad de su fauna acu�tica. Como consecuencia de estas caracter�sticas, la recopilaci�n de datos es costosa. Unas 11 500 especies �cticas (41 por ciento de todos los peces) son exclusivamente de agua dulce y unas 300 (1 por ciento) son diadromas. Por consiguiente, los conocimientos actuales sobre los recursos est�n basados en gran parte en deducciones. Se han tomado como base los estudios de las aguas continentales y, cuando ha sido posible, las actividades de supervisi�n del esfuerzo y los rendimientos en las pesquer�as continentales.

Sistemas de aguas continentales: tipo y magnitud

Los peces y otros recursos acu�ticos se capturan en una gran variedad de sistemas continentales. Entre ellos cabe citar los lagos perennes, con una superficie agregada de aproximadamente 1,7 millones de km2, de los que casi un mill�n corresponden a grandes lagos (>100 km2). Am�rica del Norte es, con gran diferencia, el pa�s con mayor superficie ocupada por lagos. Los pantanos, marismas y otras tierras h�medas representan aproximadamente 4 millones de km2, la mayor proporci�n de los cuales corresponden a la CEI y los Estados b�lticos.

Los r�os principales suman aproximadamente 269 000 km de longitud en todo el mundo. La mayor densidad fluvial corresponde a Am�rica del Sur; la menor, a Ocean�a (Figura 20).

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La masas de agua artificiales que son objeto de pesca van desde los grandes embalses hidroel�ctricos a los estanques familiares y comunitarios con varios fines, los canales de riego, las zanjas e incluso los arrozales y las acequias situadas junto a los caminos.

Los grandes embalses (altura de la presa >15 m) son relativamente recientes, y en general se han construido despu�s de la segunda guerra mundial. La mayor parte se encuentra en China. Asia posee casi el 65 por ciento del n�mero total mundial (Figura 20). Los totales mundiales son los siguientes: 60 000 estanques, con 400 000 km2 de extensi�n y 6 500 km3 de volumen. La creaci�n de grandes presas en los Estados Unidos alcanz� su m�ximo en los a�os cincuenta y sesenta, mientras que en �frica el per�odo de mayor actividad de construcci�n fueron los a�os setenta. Los embalses de este �ltimo continente son, por lo general, m�s peque�os. Actualmente se tienden a construir embalses no demasiado grandes. Es notable que la capacidad de almacenamiento de los embalses represente un volumen siete veces superior al de las aguas de los r�os.

Adem�s de estos sistemas de gran tama�o y bien conocidos, hay millones de peque�as masas de agua utilizadas para fines diversos en todo el mundo y que podr�an efectuar una mayor aportaci�n a la producci�n de alimentos. En t�rminos generales, necesitan atenci�n individual para la introducci�n de planes de ordenaci�n adecuados, que sean compatibles con otros usos.

Sistemas de aguas continentales: el entorno acu�tico

La situaci�n de los recursos pesqueros continentales se manifiesta en buena medida en la situaci�n del entorno terrestre, en general, y del entorno acu�tico, en particular. Hay dos grandes influencias: los ciclos clim�ticos y los cambios inducidos por el hombre.

Los ciclos clim�ticos, expresados en forma de oscilaci�n de las precipitaciones, influyen en los recursos pesqueros continentales ya que contribuyen a aumentar o reducir el espacio vital, la disponibilidad de nutrientes -como consecuencia de las inundaciones y las aguas de escorrent�a- y la vulnerabilidad a la pesca -debido a la concentraci�n y dispersi�n. Por ejemplo, aproximadamente el 57 por ciento de la superficie de las grandes masas de agua continentales de �frica est� integrado por sistemas con una superficie que acusa variaciones relativamente grandes tanto entre las distintas estaciones como de un a�o a otro. En estos sistemas la disponibilidad de recursos pesqueros para la explotaci�n var�a enormemente y los efectos sobre el suministro de alimentos pueden ser muy graves en per�odos de sequ�a, o en �pocas de precipitaciones especialmente abundantes con amplias inunda-ciones.

De la misma manera, los ciclos clim�ticos, expresados en forma de variaci�n de la temperatura, influyen tambi�n en los recursos continentales. Por ejemplo, la temperatura puede ser un factor mortal. Cuando sus efectos no son tan graves, controla el metabolismo basal. Influye no s�lo en la tasa de crecimiento sino tambi�n en el comportamiento de los peces. Los cambios de temperatura desencadenan desplazamientos de los peces y cambios en su reproducci�n.

Estos efectos clim�ticos se manifiestan en el volumen de peces disponibles para la captura. Por ello, los cambios clim�ticos a largo plazo, como los provocados por el calentamiento del planeta, son motivo de preocupaci�n para el futuro de los recursos pesqueros continentales.

Los cambios inducidos por el hombre en los recursos continentales son m�ltiples. De hecho, la mayor amenaza para la sostenibilidad de los recursos pesqueros continentales no es la sobreexplotaci�n sino la degradaci�n del medio ambiente.

En lo que se refiere al conjunto de las zonas continentales, la situaci�n actual y las perspectivas inmediatas de los recursos acu�ticos continentales no son alentadoras, y se debe a la degradaci�n de las tierras y de los h�bitats, la p�rdida y deterioro de los bosques, la reducci�n de la biodiversidad, la degradaci�n de los h�bitats y la escasez y contaminaci�n de las aguas dulces.

Otra forma de medir la situaci�n del entorno acu�tico continental es la facilitada por el an�lisis del estr�s en 145 grandes cuencas hidrogr�ficas de todo el mundo. El total de su superficie terrestre representa el 55 por ciento de la superficie terrestre mundial, incluida la Ant�rtida. Se comprob� que el estr�s era especialmente grave en las cuencas hidrogr�ficas ya fuertemente modificadas o degradadas. En particular, la presi�n sobre las cuencas hidrogr�ficas se est� intensificando en la India, China y Asia sudoriental. Ello es motivo de preocupaci�n, ya que se trata de las zonas m�s importantes para la producci�n pesquera continental en todo el mundo. Otras cuencas hidrogr�ficas importantes, como las del Amazonas y el Congo, est�n menos degradadas. No obstante, est�n tambi�n comenzando a registrar r�pidos cambios.

Un estudio mundial de las cuencas hidrogr�ficas confirma la elevada biodiversidad acu�tica. En �l se concluye que 30 de las cuencas deben ordenarse con suma atenci�n, ya que tienen una gran riqueza de familias de peces pero, al mismo tiempo, son muy vulnerables a las futuras presiones. De estas cuencas fluviales, el 39 por ciento (en lo que se refiere a la superficie total) se encuentran en �frica, el 35 por ciento en Asia y el 26 por ciento en Am�rica Latina.

Las cambios inducidos por el hombre se manifiestan tambi�n en la composici�n de la fauna �ctica continental. De hecho, las especies introducidas son relativamente importantes en las capturas de peces de agua dulce. Por ejemplo, la tilapia del Nilo y otras tilapias son importantes en Asia, Am�rica Latina y Ocean�a. La carpa com�n es importante en Europa, Am�rica Latina y Am�rica del Norte. Seg�n la base de datos de la FAO sobre introducci�n de especies acu�ticas, la carpa com�n, la trucha arco iris, la tilapia de Mozambique, la carpa herb�vora y la tilapia del Nilo son las introducciones m�s frecuentemente registradas. En el sector de la pesca deportiva, las especies no aut�ctonas representaban el 38 por ciento de esta pesquer�a en los Estados Unidos10 .

En conclusi�n, es evidente que la mayor parte de las faunas �cticas de agua dulce del mundo se encuentran en situaci�n de grave declive y necesitan inmediata protecci�n. Dentro de las faunas sometidas a intensa actividad de pesca, las p�rdidas de poblaciones de peces parecen ser especialmente elevadas en los pa�ses industrializados, las regiones con climas �ridos o mediterr�neos, las regiones tropicales con numerosa poblaci�n humana y los grandes r�os11 .

EXPLOTACI�N DE LOS RECURSOS PESQUEROS CONTINENTALES

Los recursos pesqueros continentales son explotados para obtener alimentos y otros productos -en su mayor parte por pescadores que se ganan la vida con esta actividad- y para actividades de ocio, en el caso de la pesca deportiva.

Pesca deportiva

El uso de los recursos pesqueros en la pesca deportiva no se registra debidamente. De casi los 200 pa�ses y territorios con los que la FAO se ha puesto en contacto, s�lo 30 enviaron estimaciones sobre las capturas de la pesca deportiva. �stas sumaban 476 500 toneladas en 199012 . El total de estas capturas podr�a ser del orden de 2 millones de toneladas13 . Dos ejemplos recientes demuestran la importancia de esta actividad:

La pesca deportiva no se practica �nicamente en los pa�ses desarrollados. En realidad, la promoci�n de esta forma de pesca como actividad nacional e internacional generadora de ingresos est� siendo examinada o practicada en muchos pa�ses en desarrollo, entre ellos Brasil, Malasia y Zimbabwe.

Pesca con destino a la alimentaci�n humana

En 1996 la explotaci�n registrada16  -en su mayor parte comercial o artesanal- de los recursos pesqueros continentales tuvo como consecuencia el desembarque de 7,6 millones de toneladas, es decir, el 7,8 por ciento del total de las capturas en 1996. Los desembarques estuvieron integrados en su mayor parte por peces de aleta, aunque los moluscos, crust�ceos y reptiles acu�ticos pueden tener importancia local (v�ase Producci�n de la pesca de captura continental).

La contribuci�n de los recursos pesqueros continentales a la producci�n alimentaria es sin duda mayor que la registrada, debido al car�cter disperso y extraoficial de muchas pesquer�as. Por ejemplo, los informes brasile�os oficiales sobre la producci�n de las pesquer�as de captura continentales en 1991 revelan un total de 193 000 toneladas de todas sus aguas. En cambio, un estudio independiente encargado por la FAO parece indicar que, en ese mismo a�o, la producci�n fue de unas 319 000 toneladas �nicamente en la parte brasile�a de la cuenca del Amazonas17 . En el Uruguay se obtuvieron resultados semejantes. Estos estudios confirman las estimaciones ya publicadas de la FAO, seg�n las cuales las cosechas efectivas de recursos pesqueros continentales en todo el mundo pueden ser dos veces mayores que las que se comunican a la FAO18 .

Contraste con las pesquer�as marinas, en que una parte considerable de la actividad se realiza �nicamente con el fin de obtener materia prima para los alimentos destinados a consumo animal, los pescadores continentales, sean artesanales o comerciales, tratan de capturar peces destinados a la alimentaci�n humana. Los descartes son muy escasos -los artes de pesca son por lo general fijos y m�s selectivos que en las pesquer�as marinas- y casi toda la captura se destina directamente al consumo humano. Ello se ve facilitado con frecuencia por la breve distancia entre el lugar de captura y el consumidor. Por ello, prescindiendo de la indudable falta de datos sobre las pesquer�as continentales, �stas obtuvieron en 1996 cerca del 12 por ciento del pescado que el total de las pesquer�as de captura destinan al consumo humano directo.

Grupos de especies y capturas por pa�ses

Las especies var�an naturalmente seg�n la regi�n de producci�n. En la secci�n sobre Producci�n de la pesca de captura continental se presenta una lista de las especies predominantes producidas en �frica, Asia, Europa, la CEI y los Estados b�lticos, Am�rica Latina y Am�rica del Norte. Seis de los mayores pa�ses productores se encuentran en Asia, y en conjunto realizan aproximadamente el 62 por ciento de las capturas continentales mundiales (Figura 21).

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UTILIZACI�N FUTURA DE LOS RECURSOS PESQUEROS CONTINENTALES

Tendencias de la utilizaci�n

Tomando como base el total de las capturas continentales durante el per�odo 1984-1996, se deduce que est� aumentado la utilizaci�n de recursos pesqueros continentales. El crecimiento anual medio es de aproximadamente 130 000 toneladas (en torno al 2 por ciento anual).

Asia es el continente m�s importante, con gran diferencia, en lo que se refiere a las pesquer�as de captura continentales (Figura 22), y es tambi�n en ese continente donde se han registrado los mayores aumentos en la utilizaci�n de los recursos continentales, con una tasa media anual de crecimiento de m�s del 8 por ciento desde 1992 (Figura 8). En �frica, segunda regi�n por orden de importancia, la tendencia general es hacia un aumento anual muy modesto. Por el contrario, las capturas continentales est�n disminuyendo en la CEI y los Estados b�lticos y en Am�rica del Norte. En el primer grupo de pa�ses, este descenso se debe a la sobreexplotaci�n (por ejemplo, en el caso del esturi�n del mar Caspio), a la p�rdida de h�bitats (por ejemplo, en el mar de Aral), as� como a cambios pol�ticos y econ�micos ocurridos en la regi�n que obligan a replantearse la ordenaci�n de los recursos. En Am�rica del Norte, esta tendencia descendente puede ser indicativa del continuado desplazamiento de las pesquer�as comerciales por la pesca deportiva. En Europa la tendencia reciente es hacia el aumento, mientras que Am�rica del Sur y Ocean�a se han mantenido bastante estables a largo plazo.

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Seg�n resultados preliminares de un estudio de la FAO para determinar las mejoras conseguidas en la pesca continental19  en �frica, Asia y el Pac�fico y Am�rica Latina, desglosadas por tipo y especie, parece que la repoblaci�n y la introducci�n de especies son, con mucha diferencia, las principales mejoras utilizadas, normalmente con el objetivo de aumentar la producci�n de alimentos y los ingresos. Los datos presentados a la FAO, si bien incompletos, permiten observar que, durante el per�odo 1984-1994, los coreg�nidos, salm�nidos y la carpa com�n fueron las especies que se repoblaron en n�mero m�s elevado en todo el mundo.

Alcance e intensidad de la utilizaci�n

La parte de la producci�n de las capturas continentales desglosadas por continente no est� demasiado relacionada con la superficie relativa de la tierra y el agua presentes en los mismos continentes (Figura 8). Por ejemplo, Asia produce casi el 65 por ciento de las capturas continentales, pero tiene s�lo el 20 por ciento del total de la superficie continental, un 23 por ciento de los pantanos y marismas y otras tierras h�medas, un 7 por ciento de la superficie lacustre y un �ndice intermedio de densidad fluvial. En cambio, tiene un n�mero relativamente mayor de embalses (Figura 20). Los factores que explican esta situaci�n son varios. La parte desproporcionada de las capturas continentales en Asia se debe en buena medida a la intensa explotaci�n de pr�cticamente toda la superficie acu�tica disponible y a la utilizaci�n generalizada de mejoras pesqueras, en particular la repoblaci�n, para aumentar los rendimientos de la pesca con destino a la alimentaci�n humana. Gran parte de la superficie acu�tica de Am�rica del Norte y la CEI y los Estados b�ticos se encuentra en regiones m�s bien fr�as. Adem�s, a diferencia de Asia, en gran parte de Am�rica del Norte y Europa la ordenaci�n de los recursos pesqueros continentales tiene como finalidad la producci�n de especies destinadas a la pesca deportiva, no a la alimentaci�n humana. Adem�s, algunas diferencias pueden explicarse por actitudes culturales hacia el pescado procedente de aguas continentales. En Am�rica del Sur, s�lo un n�mero relativamente reducido de especies de gran talla son valoradas en los mercados urbanos.

Tendencias en la ordenaci�n de las pesquer�as continentales

Se observan algunas tendencias claras que influir�n en la explotaci�n de los recursos pesqueros continentales a medio plazo, entre las cuales cabe citar las siguientes:

PESCADORES Y FLOTAS PESQUERAS20 

EL EMPLEO EN LOS SECTORES DE LA PESCA Y LA ACUICULTURA

Desde hace al menos tres decenios, el empleo en la pesca y en la acuicultura crece en todo el mundo con mayor rapidez que el empleo agr�cola. Simult�neamente, la parte de la agricultura en el empleo ha registrado en general un descenso. El total de personas empleadas en la agricultura, expresadas en porcentaje de la poblaci�n econ�micamente activa, representaba el 67 por ciento en 1950, el 56 por ciento en 1970 y el 49 por ciento en 199021. En cambio, el empleo en la pesca y la acuicultura ha representado una parte cada vez mayor del empleo en el sector agr�cola22  en general. En 1970, la pesca y la acuicultura representaban el 1,5 por ciento del empleo en el sector agr�cola. En 1990, los 28,6 millones de personas que encontraron empleo en la pesca de captura y la acuicultura representaban aproximadamente el 2,3 por ciento de todos los que se ganaban la vida en el sector agr�cola.

En muchas partes del mundo, la pesca es una ocupaci�n estacional o a tiempo parcial que alcanza su m�ximo en los meses del a�o en que los recursos costeros y de altura son m�s abundantes o disponibles, pero que en los m�nimos estacionales deja tiempo para otras ocupaciones. Por esta raz�n, en su informaci�n sobre el empleo en el sector de la pesca, la FAO mantiene una distinci�n entre pescadores a tiempo completo y a tiempo parcial23 .

Durante los 20 a�os transcurridos entre 1970 y 1990 el n�mero de pescadores y acuicultores a tiempo completo creci� m�s r�pidamente que la poblaci�n mundial. El n�mero de pescadores a tiempo parcial creci� todav�a con mayor rapidez (Cuadro 5) que el de pescadores a tiempo completo. En consecuencia, en 1990, los pescadores a tiempo completo (11,8 millones) representaban el 42 por ciento de todos los pescadores, mientras que en 1970 eran el 51 por ciento.

CUADRO 5
N�mero de pescadores y acuicultores en todo el mundo

Categor�a de pescador/acuicultor

1970

1980

1990

 

(miles)

Pescadores a tiempo completo

6 108

7 988

11 896

�ndice

100

131

195

Pescadores a tiempo parcial

3 659

4 784

9 708

�ndice

100

131

268

Otros pescadores1

2 639

3 792

6 977

�ndice

100

143

264

Total

12 406

16 564

28 511

�ndice

100

134

230

1 Pescadores y acuicultores ocasionales y pescadores cuya ocupaci�n no se ha especificado con mayor detalle.

Conviene se�alar que en todas las categor�as de pescadores el aumento de su cifra total fue mucho m�s r�pido durante los a�os ochenta que en los setenta. Las razones de estas diferencias no son claras. Quiz� se deba a la opini�n de que los oc�anos eran uno de los pocos recursos naturales que no se hab�an explotado todav�a plenamente como fuente de alimentos y empleo. Por ello, una preocupaci�n decisiva en muchas partes del mundo durante esos a�os era aumentar la producci�n, no controlar la capacidad de pesca existente. Aunque los datos sobre el empleo durante el per�odo 1990-1995 son incompletos, la informaci�n disponible permite observar una desaceleraci�n del ritmo con que crece el n�mero de pescadores. Seg�n estimaciones de la FAO, el n�mero de pescadores y piscicultores en 1997 es de aproximadamente 30 millones. Siguiendo una pauta equivalente a la distribuci�n de la poblaci�n mundial, el 84 por ciento de los pescadores y piscicultores de todo el mundo en 1990 realizaba sus actividades en Asia (Figura 23); la inmensa mayor�a de ellos se concentraba en China. No obstante, tambi�n la India, Viet Nam e Indonesia contaban con m�s de un mill�n de pescadores a tiempo completo en 199024 .

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Si bien en la mayor parte de los pa�ses de ingreso bajo y mediano el n�mero de personas empleadas en la pesca y en la acuicultura ha crecido de forma constante, en las econom�as industrializadas el n�mero de pescadores ha descendido o se mantenido estable. En el Jap�n y Noruega el n�mero de pescadores se redujo a la mitad entre 1970 y 1990.

Aunque el empleo no puede ser tomado como �nico indicador de la importancia de la pesca para la econom�a nacional, es interesante se�alar que en 1990 los pescadores representaban m�s del 5 por ciento de la poblaci�n econ�micamente activa en el sector agr�cola en 38 pa�ses, en 15 de los cuales se superaba incluso el 10 por ciento.

Entre 1970 y 1990 el n�mero de pescadores creci� todav�a con mayor rapidez en Asia que en los dem�s lugares del mundo. En 1970 los pescadores asi�ticos representaban el 77 por ciento del total mundial, mientras que en 1990 eran ya el 83 por ciento. Durante el mismo per�odo, el n�mero de pescadores de �frica, donde predomina la pesca artesanal, creci� pero a un ritmo inferior al de Asia. Los pescadores africanos representaban aproximadamente el 6,5 por ciento del total mundial en 1990. Los de Am�rica del Sur han sido en torno al 3 por ciento del total mundial a lo largo de todo el per�odo considerado, mientras que en Europa hab�a m�s pescadores en 1970 que en 1990. En este �ltimo a�o representaban s�lo el 1,4 por ciento del total mundial. No obstante, el n�mero de pescadores europeos aument� en cifras absolutas entre 1980 y 1990, debido a la aparici�n del sector acu�cola. En Ocean�a, el n�mero de pescadores comerciales es considerablemente inferior al 1 por ciento del total mundial. Por otro lado, en las peque�as islas muchas veces representan una parte significativa de la poblaci�n econ�micamente activa.

El n�mero de pescadores a tiempo parcial ha crecido m�s r�pidamente que el de pescadores a tiempo completo en el conjunto de todas las regiones. En 1990, por cada 10 pescadores a tiempo completo hab�a en el mundo 9 pescadores a tiempo parcial. Veinte a�os antes la relaci�n hab�a sido, respectivamente, de 10 a 6.

No obstante, se trata de un fen�meno predominantemente asi�tico. En el resto del mundo, el aumento relativo de los pescadores a tiempo parcial entre 1970 y 1990 ha sido m�s bien peque�o. En Asia, estos datos sobre el empleo pueden interpretarse como confirmaci�n de que las pesquer�as han sido durante ese per�odo el empleador de �ltimo recurso.

El r�pido aumento del n�mero de pescadores en Asia y la creciente proporci�n de trabajadores a tiempo parcial explican tambi�n en parte el hecho de que la productividad media por pescador (de todas las categor�as) en lo que respecta al volumen de la producci�n total (capturas m�s cultivo) haya bajado desde un poco m�s de 2 toneladas por persona por a�o en 1970 hasta poco menos de 2 toneladas por persona por a�o en 1990 (Cuadro 6).

CUADRO 6
Producci�n pesquera media por persona empleada en las pesquer�as y en la acuicultura

Continente

1970

1980

1990

 

(toneladas/a�o)

�frica

2,71

2,72

2,76

Asia

2,23

2,28

1,90

Am�rica del Norte

11,59

12,69

11,35

Am�rica Latina

28,47

15,19

18,40

Europa

26,61

33,59

29,35

Ocean�a

4,42

1,86

5,20

Total mundial

4,97

4,36

3,47

Parece que el crecimiento econ�mico mundial durante de los a�os setenta y ochenta no tuvo como resultado un aumento de la productividad de las personas empleadas en la pesca y la acuicultura. La productividad f�sica media baj� de casi 5 toneladas por persona por a�o en 1970 a aproximadamente 3,5 toneladas por persona por a�o en 1990. Esta fluctuaci�n, relativamente considerable, se explica sobre todo por el descenso de la productividad media por pescador y acuicultor en Asia. No obstante, la situaci�n en este continente es compleja. El descenso se explica por la disminuci�n de los rendimientos conseguidos por los pescadores de captura, la parte cada vez mayor de los pescadores a tiempo parcial y una expansi�n de la producci�n y el empleo acu�cola. En el resto del mundo, la disminuci�n es menos pronunciada y se debe en buena medida al fuerte descenso de la disponibilidad y capturas de peque�as especies pel�gicas, y ello afecta a un n�mero relativamente peque�o de pescadores.

En Asia hay grandes discrepancias entre los distintos pa�ses en lo que respecta a la productividad de los trabajadores del sector pesquero, como consecuencia de las diferencias en el volumen de capital disponible para cada pescador. En esta regi�n hay pesquer�as fuertemente industrializadas y, con frecuencia, con gran concentraci�n de capital -parti-cularmente en el Jap�n y en la Rep�blica de Corea-, lo que da lugar a un alto volumen de producci�n por persona empleada. Hay tambi�n pesquer�as en que los empleados producen menos de una tonelada por persona y a�o.

El continente que ha registrado una mayor productividad es Europa. El volumen de �sta es incluso algo superior al de la productividad del Jap�n. No obstante, tambi�n en Europa las diferencias son notables. Por ejemplo, en 1995 en Islandia cada uno de sus poco m�s 5 000 pescadores produjo una media de 280 toneladas de pescado, mientras que los pescadores mediterr�neos de todos los pa�ses con aguas en ese mar, con excepci�n de Francia e Italia, produjeron 6 toneladas o menos por pescador y a�o25 . Parte de esta diferencia se explica por la importancia de las pesquer�as de peque�as especies pel�gicas, de gran volumen y escaso valor, que ofrecen la materia prima para la producci�n de harina de pescado en Islandia.

LA FLOTA PESQUERA MUNDIAL

En 1995, la flota pesquera mundial sumaba un total aproximado de 3,8 millones de embarcaciones. Un tercio de ellas ten�an cubierta26, y los dos tercios restantes eran embarcaciones sin cubierta, en general de menos de 10 metros de eslora. Las embarcaciones con cubierta est�n todas motorizadas, pero s�lo lo est� un tercio de las que no tienen cubierta.

La mayor parte de las embarcaciones de pesca del mundo realizan sus operaciones en Asia. La proporci�n de embarcaciones no motorizadas es mayor en �frica (aproximadamente el 80 por ciento) que en ning�n otro continente, mientras que Europa es el que tiene la proporci�n m�s elevada de embarcaciones con cubierta (aproximadamente el 70 por ciento en 1995). En la flota asi�tica, poco menos del 40 por ciento de las embarcaciones tienen cubierta.

El tama�o medio de las embarcaciones con cubierta en 1995 era de aproximadamente 20 TB. Las de m�s de 100 TB (o 24 m de eslora total) eran aproximadamente 37 000, es decir, poco m�s del 1 por ciento del total mundial. China tiene en torno a un 40 por ciento (15 000) de esas embarcaciones. Ning�n otro pa�s tiene m�s del 10 por ciento de esta flota, y unos 20 pa�ses suman en conjunto el 50 por ciento del total.

Es probable que la flota mundial no haya crecido tan r�pidamente como el n�mero de pescadores (Figura 24). La informaci�n disponible no permite confirmarlo con seguridad, ya que varias categor�as de empleo incluyen tanto a los pescadores de captura como a los acuicultores.

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Se ha producido una modernizaci�n de la flota en cuanto que ha aumentado la proporci�n de embarcaciones con cubierta: en 1970 �stas eran aproximadamente una de cada cuatro; en 1970, una de cada tres.

Embarcaciones sin cubierta

El n�mero de embarcaciones sin cubierta creci� en los a�os ochenta debido sobre todo al crecimiento de su n�mero en Asia. No obstante, esa subida dej� paso a un per�odo de estabilizaci�n (Figura 25) durante la primera parte de los a�os noventa.

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La inmensa mayor�a de las embarcaciones de pesca sin cubierta de Asia y �frica no tienen motor (Figura 26). Dado que las embarcaciones con cubierta son tambi�n relativamente pocas en �frica, la embarcaci�n de pesca caracter�stica de ese continente es una embarcaci�n sin cubierta ni motor. En Asia, la embarcaci�n t�pica es diferente, ya que la proporci�n de buques de pesca con cubierta es bastante elevada.

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Embarcaciones con cubierta

El crecimiento del n�mero de embarcaciones de pesca con cubierta ha sido lento desde 1990, tras dos decenios de r�pido crecimiento, sobre todo en Asia (Figura 15). De hecho, si no hubiera sido por el aumento de esa flota en China (Figura 16), el total mundial de embarcaciones con cubierta se habr�a mantenido estable desde 1980 hasta 1995.

En cambio, hay indicios de crecimiento del tonelaje medio de las embarcaciones desde 1990 (Figura 27), pero no es seguro que este aumento sea real. Ello quiz� se deba a que la informaci�n se facilita en toneladas brutas (TB) y no en toneladas de registro brutas (TRB). Este cambio en el sistema de medici�n sobrevalora el tonelaje, ya que la estimaci�n num�rica resultante es en casi todos los casos mayor cuando se expresa en TB que en TRB. Por ello, el aumento del tonelaje de la flota que resulta de esta reclasificaci�n no refleja necesariamente un aumento de la capacidad de pesca de esa misma flota (v�ase el Recuadro 3). Como consecuencia de la pol�tica china de desarrollar las pesquer�as de altura y en aguas distantes, ha aumentado el tonelaje medio de las embarcaciones con cubierta de ese pa�s. De hecho, la proporci�n de embarcaciones chinas con m�s de 24 m de eslora ha pasado de aproximadamente el 1,5 por ciento en los �ltimos a�os ochenta al 3 por ciento (en 1996), es decir, tres veces m�s que la media mundial. La flota pesquera de China, con un total aproximado de 6,0 millones de TB (1996), es ahora, con gran diferencia, la mayor del mundo. El segundo lugar corresponde a la flota de la Federaci�n de Rusia, con unos 3 millones de TB.

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Las embarcaciones con redes de enmalle y las que pescan con l�nea representan una proporci�n considerable de la flota mundial de embarcaciones con cubierta (Figura 28). Los arrastreros suelen ser mayores y m�s potentes y a ellos corresponde el primer lugar en t�rminos de tonelaje, representando aproximadamente el 40 por ciento del tonelaje bruto de la flota (Figura 29).

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BARCOS CON CUBIERTA DE M�S DE 100 TRB

La flota mundial

Las embarcaciones de m�s de 100 TRB suelen tener 24 o m�s metros de eslora total. Por lo general, son capaces de pescar en alta mar, pero se estima que en realidad al menos la mitad de esta flota nunca lo hace. La informaci�n detallada sobre cada una de estas embarcaciones proviene del Lloyd's Maritime Information Services (LMIS), el cual obtiene datos bajo licencia exclusiva del Lloyd's Register of Shipping.

En 1997, las embarcaciones de pesca del Lloyd's Register of Shipping sumaban en total 22 668. La base de datos del LMIS no contiene pr�cticamente ninguna informaci�n sobre los buques registrados en China, la Rep�blica Popular Democr�tica de Corea ni Taiw�n, provincia de China. En lo que se refiere a los dem�s pa�ses, la base de datos contiene aproximadamente el 80 por ciento del n�mero de las embarcaciones comunicadas a la FAO por los Estados Miembros. China continental registr� 15 000 embarcaciones de esta categor�a en 1996, por lo que parece probable que en 1997 sean entre 43 000 y 45 000.

La flota registrada en la base de datos de la Lloyd's

Ocho Estados ten�an 500 o m�s embarcaciones en 1997, que constitu�an el 65 por ciento de la flota. El 35 por ciento restante de la flota pertenec�a a 164 otros Estados del pabell�n (Figura 30). M�s de la mitad son arrastreros de diversos tipos, aproximadamente el 10 por ciento son cerqueros y el resto embarcaciones que pescan con l�nea y trampas (Figura 31).

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Es opini�n com�n que el tonelaje medio y la potencia media (HP) de la flota mundial de grandes embarcaciones est�n aumentando. Un an�lisis de la flota de embarcaciones de m�s de 100 toneladas, atendiendo a su fecha de construcci�n, no parece confirmar esa hip�tesis (Figuras 32 y 33). De hecho, el tonelaje medio de las embarcaciones construidas durante los tres �ltimos a�os ha sido menos que en el promedio de treinta a�os (621 TRB). En lo que se refiere a la potencia, el promedio de los tres �ltimos a�os es de 1 265 HP, mientras que hace treinta a�os era de 1 151 HP, lo que significa que el aumento ha sido de s�lo el 9 por ciento.

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La flota mundial de embarcaciones de 24 o m�s metros de eslora total, seg�n la base de datos de la Lloyd's, creci� hasta 1991, pero a partir de entonces comenz� a disminuir (Figura 34). Esta evoluci�n es probablemente representativa de la flota pesquera industrial mundial, con la notable excepci�n de China, cuya flota ha crecido de forma continuada durante el mismo per�odo.

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El descenso es consecuencia, por un lado, del envejecimiento de la flota -que ha obligado a retirar de las actividades de pesca un n�mero cada vez mayor de embarcaciones que no pod�an obtener certificados de navegabilidad- y, por el otro, de una desaceleraci�n de la construcci�n.

Construcci�n. Como se mencion� en la Parte 1, Tendencias del n�mero de pescadores y embarcaciones de pesca, se ha observado un descenso en el ritmo de construcci�n de embarcaciones de m�s de 100 TRB, que en 1997 fue el menor desde muchos a�os antes. La base de datos del LMIS contiene �nicamente 155 embarcaciones construidas en ese a�o. Aunque se trata de una cifra provisional, es probable que el n�mero final sea de aproximadamente 200.

En lo que respecta a las nuevas construcciones, m�s del 50 por ciento de las 155 nuevas embarcaciones de pesca registradas como construidas en 1997 proced�a de cuatro pa�ses: Jap�n (28), Espa�a (23), Per� (20) y Chile (10). Conviene se�alar que el Jap�n y Espa�a han reducido sus flotas durante este per�odo, lo que revela pol�ticas activas de reestructuraci�n, en las que se prev� la sustituci�n de la flota existente. Las nuevas embarcaciones construidas para el Per� y Chile fueron fundamentalmente cerqueros con jareta, y con ellas se reemplazaron las embarcaciones de una flota que comenzaba a envejecer r�pidamente. Estas embarcaciones, junto con los arrastreros de vara y los camaroneros, representaban un porcentaje desproporcionadamente elevado de las nuevas construcciones, en comparaci�n con su importancia en la flota actual. Ello parecer�a indicar que, seg�n las previsiones, estas pesquer�as continuar�n siendo o llegar�n a ser econ�micamente m�s viables que otras.

Desmantelamiento y p�rdida. Seg�n una estimaci�n aproximada, se puede decir que las embarcaciones de menos de 20 a�os de antig�edad que desaparecen del Lloyd's Register of Shipping se han perdido en el mar; en cambio, cuando tienen m�s de 20 a�os, la desaparici�n del registro se debe probablemente a que se han desguazado. En la Figura 35 puede observarse que las embarcaciones suelen retirarse de la base de datos por desguace cuando tienen poco menos de 30 a�os, aunque en la base de datos hay todav�a unas 1 266 embarcaciones que se construyeron antes de 1960. Es probable que una gran parte de �stas tengan cascos de madera, que son m�s f�ciles de mantener en funci�n de las normas de seguridad que los de acero de las embarcaciones m�s antiguas. Las embarcaciones retiradas de la base de datos -perdidas en el mar o desguazadas- representan m�s del 5 por ciento del total de la flota. Ello indica que, habida cuenta del ritmo de p�rdida, la duraci�n total prevista de una embarcaci�n es de aproximadamente 20 a�os. Los pa�ses que tratan de mantener un n�mero de embarcaciones estables deber�n sustituir una media del 5 por ciento de la flota cada a�o.

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CAMBIOS EN LAS FLOTAS DE LOS PA�SES CON MAYOR ACTIVIDAD PESQUERA

En la base de datos aparecen, en 1997, cuatro pa�ses con m�s de 1 000 embarcaciones: Jap�n, Rep�blica de Corea, Espa�a y los Estados Unidos. La CEI y los Estados b�lticos27  se incluyen tambi�n en esta categor�a, si se consideran conjuntamente (Figura 36). El aumento de la flota de la Rep�blica de Corea desde 1994 parece ser consecuencia de que las embarcaciones que anteriormente se inclu�an en registros abiertos se han registrado ahora bajo pabell�n nacional.

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En contra de lo que parece indicar la evoluci�n de estas flotas, las de algunos de los principales pa�ses pesqueros en desarrollo ha ido en aumento. As� ocurre con varios pa�ses de Am�rica Latina y en Filipinas, Indonesia, Marruecos y la India (Figura 37). En muchos casos, una parte considerable de este crecimiento se debe a la compra de embarcaciones usadas a los pa�ses desarrollados.

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Varios pa�ses europeos ten�an flotas que contaban entre 100 y 600 embarcaciones de m�s de 100 TRB en 1997. Las flotas de muchos pa�ses europeos han registrado un considerable descenso debido a las pol�ticas de desmantelamiento de la UE (Figura 38). La flota del Reino Unido aument� tambi�n debido a que algunas embarcaciones de Espa�a y los Pa�ses Bajos se registraron bajo el pabell�n del Reino Unido, en una operaci�n conocida con el nombre de �salto de contingentes�.

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Las flotas de los pa�ses pesqueros m�s importantes de Am�rica Latina continuaron aumentando, con la principal excepci�n de M�xico (Figura 39).

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El n�mero de embarcaciones inscritas en registros abiertos o bajo pabell�n de conveniencia ha continuado en aumento, aunque a un ritmo inferior al de los primeros a�os noventa. El n�mero de embarcaciones de pesca registradas en Panam� y Honduras ha disminuido. En cambio, Belice (158 en 1997), Chipre (32), San Vicente y las Granadinas (139) y Vanuatu (35) han continuado registrando un aumento en este sentido. De las embarcaciones construidas en 1997 s�lo tres se inscribieron en un registro abierto.

Posible evoluci�n de la flota mundial de embarcaciones de m�s de 100 TRB

El tama�o futuro de la flota depender� del ritmo de desmantelamiento, de las p�rdidas y de la construcci�n de nuevas embarcaciones.

Desmantelamiento y p�rdidas. En la Figura 40 puede verse la estructura por edades de la flota actual de embarcaciones de pesca de m�s de 100 toneladas en la base de datos de la Lloyd's. As�, en 1997 la base de datos conten�a 11 675 embarcaciones de m�s de 20 a�os. Es de prever que la mayor parte de ellas se desguacen en los 10 pr�ximos a�os y que cantidades adicionales pero menores de embarcaciones se pierdan en el mar (aproximadamente 200 al a�o).

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Construcci�n. Es m�s dif�cil estimar el ritmo de construcci�n en el futuro. Por un lado habr� una tendencia a sustituir las embarcaciones antiguas, tendencia que se reforzar� o debilitar� seg�n la opini�n de los inversores sobre la situaci�n y perspectivas de la pesquer�a correspondiente. La historia de la flota peruana es ilustrativa a este respecto: el m�ximo de incorporaciones a esta flota (Figura 41) est� claramente vinculado a la disponibilidad de anchoveta (Figura 42) y a la necesidad de sustituir una flota en r�pido envejecimiento durante los �ltimos a�os.

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Perspectivas futuras

No obstante, quedan todav�a varios interrogantes: �Se sustituir�n las embarcaciones grandes con otras nuevas y tambi�n de gran tama�o? �Se necesitan embarcaciones grandes? �Son las actuales un simple legado de la era anterior a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar? Es claro tambi�n que en el futuro previsible las pesquer�as de at�n en alta mar seguir�n utilizando embarcaciones de 100 o m�s TB. De la misma manera, al menos la parte de las pesquer�as de peque�as especies pel�gicas que se lleva a cabo dentro de las ZEE utilizar� tambi�n embarcaciones grandes. Las pesquer�as alejadas de los centros de elaboraci�n necesitar�n buques de gran tama�o. Algunas de las actividades de pesca que ahora se realizan frente a las costas de �frica en calidad de pesquer�as en aguas distantes se llevar�n a cabo desde �frica, lo que permitir� utilizar buques de menor tama�o. En algunas secciones del �frica occidental la ausencia de instalaciones portuarias, incluida la infraestructura para prestar servicios a las embarcaciones de pesca, limita la introducci�n de flotas semiindustriales -embarcaciones de aproximadamente 100 TRB o un poco menos-. Como la construcci�n de puertos y de infraestructuras asociadas es un proceso muy largo, es probable que contin�en utiliz�ndose durante cierto tiempo embarcaciones relativamente grandes.

En muchas pesquer�as -en particular en las de los pa�ses en desarrollo- los costos de la sustituci�n de las embarcaciones antiguas parecen indicar que habr� una tendencia a la utilizaci�n de embarcaciones menores o a continuar comprando grandes barcos de segunda mano. No obstante, dada la desaparici�n de la madera como material para la construcci�n de cascos en estos grandes buques, y la p�rdida de al menos 1 800 a 2000 buques con casco de acero por a�o debido al desguace (extrapolando de la flota registrada en la base de datos de la Lloyd's al conjunto de la flota), el suministro de barcos de segunda mano de 100 TRB o m�s ser� peque�o.

La extrapolaci�n de todas las tendencias actuales (desmantelamiento, p�rdida y construcci�n) a la flota actual de 43 000 a 45 000 embarcaciones permitir�a prever, para dentro de diez a�os, una flota pesquera con un total aproximado de 27 000 embarcaciones. Ello implica una reducci�n de aproximadamente el 40 por ciento. No es probable que se confirme esta evoluci�n, pero es igualmente poco probable que la flota se mantenga en su nivel actual. Terminar� situ�ndose en un punto intermedio.

1 Autor principal: J.M. Kapetsky, Departamento de Pesca, FAO.
2 FAO. 1998. Geography and constraints on inland fishery enhancements. Por J.M. Kapetsky. En T. Petr, ed. Inland fishery enhancements, p�gs. 37-64. FAO: Documento T�cnico de Pesca, No 374. Roma.
3 A.B. Avakyan y V.B. Lakovleva. 1998. Status of global reservoirs: the position in the late twentieth centruy. Lakes and Reservoirs: Research and Management, 3: 45-52.
4 M. Collier, R. Webb y J. Schmidt. 1996. Dams and rivers. A primer on the downstream effects of dams. United States Geological Survey. Circular No. 1 126.
5 Kapetsky, op cit., nota 2.
6 C. Vorosmarty, K.P. Sharma, B.M. Fekete, A.H. Copeland, J. Holden, J. Marble y J.A. Lough. 1997. The storage and aging of continental runoff in large reservoir systems of the world. Ambio, 26(4): 210-219.
7 C. Ravenga, S. Murray, J. Abramovitz y A. Hammond. 1998. Watersheds of the world. Ecological value and vulnerability. Publicaci�n conjunta del Instituto Mundial sobre Recursos y el Worldwatch Institute, Washington, D.C.
8 World Conservation Monitoring Centre. 1998. Freshwater biodiversity: a preliminary global assessment (borrador).
9 V�ase D.M. Bartley, L. Garibaldi y R.L. Welcomme. 1997. Introductions of aquatic organisms: a global perspective and database. Presentado en el Simposio de la Sociedad Americana de Pesca sobre los efectos, amenazas y control de las especies introducidas en aguas costeras, Monterey, California, Estados Unidos, 28 de agosto de 1997.
10 D. Horak. 1995. Native and nonnative fish species used in state fisheries management programs in the United States. American Fisheries Society Symposium, 15: 61-67.
11 R.A. Leidy y P.B. Moyle. 1998. Conservation status of the world's fish fauna: an overview. En P.L. Fiedler y P.M. Kareiva, eds. Conservation biology, 2a ed., p�gs. 187-227. Nueva York, Chapman and Hall.
12 FAO, 1992. Coordinating Working Party on Atlantic Fishery Statistics. Recreational Fisheries. CWP-15/10. 6 p�gs. Citado en el Report of the Fifteenth Session of the Coordinating Working Party on Atlantic Fishery Statistics. FAO Fisheries Report No. 473. Roma.
13 D. Coates. Inland capture fisheries and enhancement: status, constraints and prospects for food security. Documento presentado en la Government of Japan/FAO International Conference on Sustainable Contribution of Fisheries to Food Security, Kyoto, Jap�n, diciembre de 1995. C/FI/95/TECH/3. Roma, FAO. 82 p�gs.
14 P. Hickley y H. Tompkins, eds. 1998. Recreational fisheries. Social, economic and management aspects. Cuadro 1.1, Cap�tulo 1. Oxford, Reino Unido, Fishing News Books. 310 p�gs.
15 BRIEFS, 26(5): 5. Bolet�n del American Institute of Fishery Research Biologists.
16 S�lo unas 100 especies �cticas, o grupos de especies, aparecen enumeradas en las estad�sticas de la FAO en el contexto de las capturas continentales. Ello significa que la mayor parte de las especies no se identifican en las estad�sticas de producci�n de la FAO y aproximadamente el 45 por ciento de las capturas continentales se registran en el apartado de peces de agua dulce sin especificar, el 7 por ciento como moluscos de agua dulce sin especificar y el 6 por ciento como crust�ceos sin especificar.
17 FAO/Programa de Cooperaci�n del Banco Mundial, en cooperaci�n con el Departamento de Pesca. 1998. Fisheries and aquatic biodiversity management in the Amazon. Desk Study. Report No. 98/055 CP-RLC. 2 de septiembre de 1998. 55 p�gs.
18 Coates, op. cit. nota 13.
19 B. Born. An overview of inland fishery enhancements from a global perspective. FAO (en preparaci�n).
20 Autores principales: A. Crispoldi, R. Grainger y A. Smith, Departamento de Pesca, FAO.
21 Fuente: OIT. Economically active population 1950-2010, 4a ed., diciembre de 1996 (en disquete).
22 En este contexto, la �agricultura� comprende tambi�n la pesca y la silvicultura.
23 Los pescadores que obtienen al menos el 90 por ciento de su ingreso de la pesca o de la acuicultura se clasifican como pescadores a tiempo completo, mientras que los que obtienen entre el 30 y el 89 por ciento de su ingreso se clasifican como pescadores a tiempo parcial. El lector deber� tener presente que los datos suministrados a la FAO muchas veces no corresponden a las pautas prescritas. En general, las tendencias parecen ser m�s fiables que los datos absolutos.
24 V�ase FAO. 1997. Numbers of fishers. FAO: Circular de Pesca, No 929. Roma.
25 FAO. 1997. Les p�ches en M�diterran�e: �l�ments d'information sur le contexte halieutique et les enjeux �conomiques de leur am�nagement, por C. Breuil. FAO: Circular de Pesca, No 927. Roma.
26 Se entiende por embarcaciones con cubierta las que tienen una cubierta estructural fija que cubre la totalidad del casco por encima de la m�xima flotaci�n de servicio.
27 Datos agregados a fin de poder establecer comparaciones con la situaci�n de los a�os ochenta.

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