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8. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

8.1 Observaciones generales

En la Consulta se reconoci� que las normas, las directrices y otras recomendaciones del Codex son objeto de exigencias crecientes desde el punto de vista cient�fico, jur�dico y pol�tico. Ello se debe, en parte, a los siguientes factores:

- aumento del inter�s de los consumidores por la inocuidad de los alimentos

- acuerdos SPS y TBT de la OMC

- iniciativas de armonizaci�n

- exigencia de un mayor rigor cient�fico

- necesidad de transparencia

- disminuci�n de los recursos de reglamentaci�n nacionales.

Una condici�n esencial para responder a estas exigencias crecientes es una mayor aplicaci�n de la evaluaci�n de riesgos en el proceso de adopci�n de decisiones del Codex. No obstante, el marco gen�rico aqu� descrito para la evaluaci�n de riesgos representa un objetivo estructural, que puede revelarse de utilidad s�lo parcial a la hora de adoptar un enfoque de evaluaci�n de riesgos para determinadas clases de peligros asociados a los alimentos, como por ejemplo los peligros biol�gicos. A este respecto, los asistentes a la reuni�n reconocieron que el Codex debe �forzar la tecnolog�a� para que puedan obtenerse los datos necesarios.

Un principio importante consiste en la separaci�n funcional de la evaluaci�n de riesgos y la gesti�n de riesgos. No obstante, hay algunos elementos interactivos que son indispensables para un proceso sistem�tico de evaluaci�n de riesgos. Entre esos elementos cabe incluir la clasificaci�n de peligros en el paso de identificaci�n de peligros y las cuestiones concernientes a la pol�tica de evaluaci�n de riesgos. Cuando la gesti�n de riesgos pueda interferir en la evaluaci�n de riesgos, el proceso de adopci�n de decisiones deber� ser transparente.

El amplio mandato que supone la aplicaci�n del enfoque de la evaluaci�n de riesgos al tema de la inocuidad de los alimentos abarca toda una serie de actividades adem�s de la elaboraci�n de normas, directrices y otras recomendaciones, como por ejemplo el dise�o de sistemas de inspecci�n de las importaciones y exportaciones, de criterios de aceptaci�n o rechazo de alimentos y de programas de control y vigilancia; la obtenci�n de la informaci�n necesaria para formular estrategias eficaces de gesti�n, y la asignaci�n global de recursos de reglamentaci�n en materia de inocuidad de los alimentos, de manera proporcional, a todas las clases de peligros asociados a los alimentos. En el futuro plan estrat�gico para la utilizaci�n de la evaluaci�n de riesgos, este mandato amplio deber� ser considerado cuando proceda en el sistema del Codex.

Por �ltimo, en la Consulta se reconoci� que habr�a que convocar nuevas reuniones consultivas para tratar cuestiones espec�ficas de la evaluaci�n de riesgos, as� como para abordar de manera general los temas de la gesti�n de riesgos y la comunicaci�n de riesgos. No obstante, los asistentes a la reuni�n llegaron a la conclusi�n de que la aplicaci�n de sus recomendaciones contribuir�a significativamente a capacitar al Codex para cumplir sus funciones de protecci�n de los consumidores y de facilitaci�n del comercio internacional de alimentos mediante una mayor coherencia y transparencia.

Recomendaciones

8.1.1 La evaluaci�n cient�fica de los riesgos deber�a constituir la base de las decisiones del Codex en materia de gesti�n de riesgos en relaci�n con los aspectos de las normas alimentarias que ata�en a la salud y la inocuidad. Un principio importante a este respecto es la separaci�n funcional de la evaluaci�n de riesgos y la gesti�n de riesgos, junto con el reconocimiento de los elementos interactivos esenciales para un enfoque pragm�tico del an�lisis de riesgos.

8.1.2 En lo concerniente a los peligros qu�micos, el Codex deber�a velar por que se usaran enfoques armonizados para evaluar los riesgos asociados a los aditivos alimentarios, los contaminantes de los alimentos y los residuos de plaguicidas y de medicamentos veterinarios, en particular para evaluar la exposici�n.

8.1.3 El Codex deber�a estimular el desarrollo de la evaluaci�n de riesgos para los peligros biol�gicos, reconociendo que los conocimientos cient�ficos disponibles son por el momento insuficientes en la mayor�a de los casos para evaluar cuantitativamente los riesgos.

8.1.4 Con miras a cumplir las obligaciones contra�das en el marco del Acuerdo SPS, el Codex deber�a �forzar la tecnolog�a� a fin de conseguir la informaci�n cient�fica necesaria para evaluar los riesgos asociados a los peligros qu�micos y biol�gicos.

8.2 Peligros qu�micos

La evaluaci�n de los riesgos asociados a peligros qu�micos presentes en los alimentos lleva normalmente a seleccionar opciones de gesti�n de riesgos para procurar que los riesgos transmitidos por los alimentos sean para los consumidores desde�ables (te�ricamente �cero�). Este enfoque de la inocuidad de los alimentos debe ser examinado atentamente en relaci�n con la finalidad del Acuerdo SPS y con los conceptos de �riesgo aceptable� y de equivalencia. En el caso de los peligros qu�micos no evaluados mediante un aut�ntico modelo de evaluaci�n cuantitativa de riesgos, el tema de la equivalencia puede adoptar la forma de una comparaci�n de m�rgenes de seguridad equivalentes por encima de ese nivel basal de riesgo te�rico �cero�.

Recomendaciones

8.2.1 Las evaluaciones de la exposici�n a aditivos alimentarios y a contaminantes y residuos de plaguicidas y de medicamentos veterinarios presentes en los alimentos deber�a considerarse parte integrante del procedimiento del Codex de evaluaci�n de riesgos para esas sustancias. Puesto que se trata de un trabajo fundamentalmente cient�fico, las evaluaciones de la exposici�n deber�an seguir corriendo a cargo del JECFA/JMPR. Si fuera necesario, la evaluaci�n de la exposici�n deber�a ampliarse para tener en cuenta las diferencias existentes en materia de h�bitos alimentarios tanto en los pa�ses como entre ellos, e incluir estimaciones de la ingesta por parte de grupos especialmente vulnerables.

8.2.2 La CCA deber�a pedir a todos los Estados Miembros que facilitaran datos sobre la exposici�n a trav�s de los alimentos, con inclusi�n de informaci�n sobre las concentraciones de productos qu�micos en diversos alimentos y la ingesta de tales alimentos por la poblaci�n. Cuando no se disponga de esa informaci�n, la CCA deber�a alentar a los pa�ses a desarrollar programas apropiados de vigilancia de la contaminaci�n de los alimentos que sean coherentes con las prioridades nacionales, as� como a obtener informaci�n sobre la ingesta alimentaria en la poblaci�n general y, a ser posible, en subgrupos de inter�s.

8.2.3 La metodolog�a y las directrices empleadas actualmente para predecir la ingesta alimentaria de residuos de plaguicidas deber�an revisarse a fin de obtener estimaciones m�s precisas de la exposici�n humana.

8.2.4 Por lo que se refiere a la evaluaci�n de los riesgos asociados a los residuos de medicamentos veterinarios, en los casos en que proceda deber�an aplicarse an�lisis de las condiciones de exposici�n correspondientes a los efectos adversos agudos y cr�nicos en la salud.

8.2.5 En cuanto a los contaminantes sobre los que hay datos suficientes pero no es posible establecer un umbral para los efectos adversos sobre la salud, deber�a pedirse al JECFA que facilitara una estimaci�n cuantitativa de los riesgos para la salud asociados a niveles de ingesta especificados, incluida la incertidumbre asociada.

8.2.6 El procedimiento utilizado por la JMPR para calcular los LMR deber�a ser m�s transparente.

8.2.7 A fin de fomentar la transparencia y la credibilidad del proceso de evaluaci�n de riesgos y de facilitar la revisi�n de los procedimientos seguidos cuando hubiere lugar, se recomienda documentar minuciosamente las decisiones y archivar todos los datos justificativos y dem�s informaci�n de importancia. Los Estados Miembros y las organizaciones internacionales supervisoras apropiadas deber�an poder obtener esa informaci�n.

8.2.8 A fin de imprimir mayor calidad y coherencia a los datos toxicol�gicos y de otro tipo, la FAO y la OMS deber�an fomentar el uso de los protocolos normalizados de pruebas y los requisitos m�nimos de datos que hayan sido o vayan a ser recomendados por grupos de expertos internacionales reconocidos.

8.2.9 La OMS deber�a revisar los criterios utilizados para establecer factores de seguridad, dosis de referencia y factores de correspondencia gen�ricos interespecies, teniendo en cuenta los trabajos que est�n llevando a cabo otros grupos internacionales.

8.2.10 A menudo se necesitan datos cient�ficos para poder apartarse de las hip�tesis por defecto, sobre todo en la evaluaci�n del riesgo de carcinog�nesis. El Codex deber�a estimular el desarrollo de criterios cient�ficos para ayudar a resolver las diferencias que ata�en a los requisitos establecidos para esos datos y a la interpretaci�n de los mismos.

8.3 Peligros biol�gicos

Los peligros biol�gicos presentes en los alimentos siguen entra�ando riesgos importantes y tienen gran importancia a nivel internacional. Es necesario reducir los riesgos al m�nimo t�cnica y pr�cticamente posible. Las normas y directrices internacionales elaboradas para reducir los riesgos deben ser transparentes y orientadas a los resultados. Para facilitar este proceso, es necesario utilizar las t�cnicas de evaluaci�n de riesgos para determinar la importancia de los peligros y como medio de evaluaci�n de estrategias de gesti�n de riesgos tales como el APPCC.

La utilizaci�n de t�cnicas de evaluaci�n de riesgos para estimar los posibles efectos adversos sobre la salud constituir� un componente esencial del establecimiento de pol�ticas comerciales internacionales. Debe obtenerse informaci�n adicional para desarrollar m�todos cuantitativos para la evaluaci�n de los riesgos asociados a los agentes biol�gicos. Por el momento, sin embargo, la �nica manera de llevar a cabo una evaluaci�n de riesgos de esas caracter�sticas consiste en emplear un enfoque cualitativo. La CCA, por tanto, deber�a desarrollar una estrategia y un plan de ejecuci�n globales para tener en cuenta las siguientes recomendaciones.

Recomendaciones

8.3.1 Las normas, los procesos y los procedimientos considerados en las normas y los c�digos de pr�cticas del Codex en relaci�n con los peligros biol�gicos deber�an estar basados en la mayor medida posible en criterios cient�ficos rigurosos y en evaluaciones cuantitativas de los riesgos. Eso supone analizar cada peligro biol�gico en una amplia gama de alimentos, antes que estudiar los m�ltiples riesgos asociados a un determinado alimento.

8.3.2 En los casos en que el Codex elabore normas o c�digos de pr�cticas que incluyan procesos y procedimientos, deber�an especificarse claramente los resultados deseados de esos procesos o procedimientos desde el punto de vista de la inocuidad de los alimentos.

8.3.3 Deber�a facilitarse orientaci�n que permitiera evaluar la equivalencia de distintos procesos o procedimientos acordes con los resultados deseados.

8.3.4 Deber�a estudiarse la manera de comparar los riesgos relativos de las distintas opciones consideradas para controlar un peligro. El objetivo deber�a ser la minimizaci�n global del riesgo de efectos adversos, y la CCA deber�a considerar no s�lo los riesgos relativos de origen biol�gico sino todos los riesgos potenciales.

8.3.5 Deber�a emprenderse una revisi�n de los an�lisis de riesgos que suponen los planes de muestreo de las clases 2 y 3 para las especificaciones aplicables al producto microbiol�gico terminado, sobre todo a la luz del uso m�s generalizado de los sistemas basados en el APPCC y de la consiguiente mejora de los controles de los procesos.

8.3.6 La CCA deber�a alentar la realizaci�n de investigaciones espec�ficas orientadas a la identificaci�n y caracterizaci�n de peligros biol�gicos de inter�s, para posibilitar una evaluaci�n de riesgos m�s cuantitativa.

8.3.7 Deber�an desarrollarse m�todos cuantitativos de evaluaci�n de riesgos para peligros biol�gicos a fin de facilitar y mejorar la aplicaci�n del APPCC.

8.4 Incertidumbre y variabilidad

El proceso de evaluaci�n de los riesgos asociados a los peligros para la salud humana transmitidos por los alimentos est� sujeto a la influencia de numerosas fuentes tanto de incertidumbre como de variabilidad. En el proceso de evaluaci�n de riesgos se deber�an considerar expl�citamente la incertidumbre y la variabilidad para tener en cuenta esos factores en la formulaci�n de pol�ticas de gesti�n de riesgos.

Recomendaciones

8.4.1 Las limitaciones de los m�todos de caracterizaci�n de riesgos aqu� presentados ponen de relieve que los gestores de riesgos deber�an ser conscientes de la incertidumbre inherente a las estimaciones del riesgo, e incluir esa informaci�n en sus decisiones y en los mensajes transmitidos al p�blico acerca de los riesgos.

8.4.2 Esta situaci�n plantea la necesidad de analizar atentamente la incertidumbre asociada a las hip�tesis y los datos introducidos en los modelos, a fin de orientar los esfuerzos a los componentes que m�s contribuyan a la varianza global de las predicciones basadas en esos modelos.


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