C.S. Encarnación
Carlos S. Encarnación ha trabajado con la Biodiversity Conservation Network (BCN-BSP); actualmente trabaja con la Foundation for a Sustainable Society, Inc. (FSSI), que promueve y financia empresas comunitarias de conservación.
Utilización de los recursos naturales en la reserva de Kalahan.
En la transferencia de la ordenación de los recursos naturales, un medio importante para incentivar a las comunidades de manera que se beneficien en forma sostenible de su tierra y sus recursos es dar oportunidades empresariales. El Proyecto de desarrollo forestal de Kalahan en Filipinas constituye un ejemplo del nexo entre una empresa comunitaria exitosa y la utilización de los recursos naturales.
La reserva de Kalahan comprende 13 894 ha en el norte de Luzón, principalmente de pinares y bosques dipterocarpáceos. Contiene una abundante flora y fauna endémica que se encuentra en peligro. Los ikalahanes («habitantes de bosques frondosos») han vivido allí durante siglos, subsistiendo principalmente gracias a la caza, los frutos silvestres y la agricultura de quema. En los años cincuenta, no obstante, el Gobierno de Filipinas empezó a llevar a la práctica la doctrina de que todos los bosques y montañas son propiedad estatal, considerando a los indígenas como ocupantes sin título de las tierras en las que siempre habían habitado. En la misma época más o menos, las poblaciones locales estaban empezando a utilizar más a fondo y con menos cuidado los recursos de la reserva. Empezaron a abandonar los métodos tradicionales de uso y protección de los recursos naturales, y se introdujeron nuevas prácticas destructivas como la cría de ganado.
En 1970, los ikalahanes trataron de organizar una cooperativa de productores para regular la desenfrenada explotación económica de los recursos. Incapaces de negociar con el Gobierno para crear la cooperativa, en 1973 optaron por constituir la Kalahan Educational Foundation para promover la educación y el desarrollo del pueblo ikalahan y para que la comunidad tuviera una representación jurídica. Desde entonces, esta fundación ha sido la principal organización con intereses en la reserva y ha tomado la iniciativa en la ejecución de actividades en materia de tenencia de la tierra, explotación de recursos, formulación de políticas, agricultura sostenible y educación.
En 1974, la fundación y el ya desaparecido Ministerio de Agricultura y Recursos Naturales negociaron un acuerdo que dio a los ikalahanes plenos derechos de administración, explotación y disfrute durante 25 años a cambio de la protección y la rehabilitación de la reserva de Kalahan. Al acercarse la expiración del acuerdo, la fundación obtuvo tres certificados de derechos de propiedad ancestral en tres provincias adyacentes que extendían los derechos y las actividades gestoras de la organización a 45 000 ha. La fundación está dirigida por una Junta compuesta de 11 miembros elegidos por las diversas comunidades de la reserva. La junta tiene dos funciones básicas: administrar la fundación y administrar la reserva. Los miembros de la junta deben consultar regularmente con sus respectivos electores y hacer rondas personales de inspección para formular y aplicar las necesarias políticas de ordenación de recursos. Miembros designados del personal, organizados en equipos, ejecutan las actividades de los proyectos. Un equipo administrativo a cuyo frente hay un director ejecutivo supervisa la ejecución de las actividades de los proyectos.
Políticas de ordenación de recursos en la reserva de Kalahan
Uso de los recursos |
Tipo de restricción |
Multa o penalidad |
Derechos de uso |
· Sólo residentes en Kalahan |
· Los no residentes son denunciados ante la autoridad para ser procesados |
Leña y madera en rollo |
· Uso en la reserva únicamente, no venta al exterior |
· 400 pesos por árbol cortado |
Agricultura de quema |
· Para todo nuevo desbroce se requiere permiso de la oficina agroforestal |
· 500 pesos en zonas exclusivas de cuenca o santuario (bosque primario) y obligación de pagar los costos de reforestación |
Fuegos o incendios forestales |
· Prohibido encender fuego, salvo para «desarrollo agrícola adecuado» (véase antes, agricultura de quema) |
· 500 pesos, más pago de daños y reforestación y remuneración del personal de extinción de incendios |
Pesca |
· Permitida sólo para residentes de buena fe |
· 200 pesos por pescar con productos químicos o corriente eléctrica |
Recolección de orquídeas |
· Directrices estrictas sobre métodos de recolección de orquídeas |
Véase infra |
Fauna y flora |
· En zonas de santuario: prohibido extraer árboles. orquídeas, rota, bambú, aves y otros animales |
· Primera infracción: 1 000 pesos y confiscación |
Fuente: Kalahan Educational Foundation, 1995. Development Plan: Ancestral Domain Kalahan Reserve Phase 2.
El Proyecto de desarrollo forestal, apoyado por la Biodiversity Conservation Network de 1994 a 1998, se inició con el fin de establecer un marco efectivo de gestión de recursos para mantener un ecosistema forestal estable y diverso en la reserva de Kalahan. El proyecto aspiraba a crear oportunidades de generación de ingresos a partir de productos forestales con miras a cubrir las necesidades de la comunidad y estimular al mismo tiempo a los ikalahanes para que conserven la biodiversidad de la reserva. El proyecto contribuyó a reforzar la producción de mermelada y gelatina «Mountain Fresh» de la Kalahan Educational Foundation y prestó ayuda a las actividades de investigación en apoyo de las iniciativas de conservación dentro de la reserva.
ACTIVIDADES EMPRESARIALES: MERMELADAS Y GELATINAS
El producto principal de la Kalahan Educational Foundation es la serie de mermeladas y gelatinas. La empresa ha abastecido los grandes supermercados de Manila desde los últimos años ochenta. Los ikalahanes venden cada año a la fundación un promedio de 15 000 kg de frutas por valor de unos 60 000 pesos (alrededor de 1 500 dólares EE.UU.), de cuya cantidad el 65 por ciento es guayaba, el producto más vendido. Aunque la ganancia media para cada recolector es sólo del 1 al 2 por ciento del ingreso anual en efectivo de los ikalahanes, la venta a la empresa elaboradora es importante como fuente inmediata de ingresos. La empresa cubre sus costos variables pero no es capaz todavía de cubrir plenamente sus costos fijos. El objetivo es «poner el centro de elaboración de alimentos en posición de que sus beneficios netos puedan apoyar las demás actividades de la fundación», dice su director ejecutivo, el Pastor Delbert Rice. Para ello, se está tratando de aumentar las ventas de «Mountain Fresh», en especial intensificando la promoción y la comercialización mediante con una nueva línea de productos.
El proyecto de la Biodiversity Conservation Network ha supervisado la producción de fruta y la regeneración de especies para asegurar un suministro suficiente para los productos «Mountain Fresh» y para mantener la biodiversidad en la reserva. Actualmente, la planta elaboradora de alimentos de la fundación da salida a no más de 5 000 kg al año, apenas el 11 por ciento de la producción total anual de fruta. El consumo interno de los ikalahanes se calcula en alrededor del 50 por ciento de la producción total.
SUPERVISIÓN DE RECURSOS Y ACTIVIDADES DE CONSERVACIÓN
Un aspecto importante de las actividades de conservación de la fundación es la supervisión de los recursos para demostrar que las actividades de la empresa son sostenibles ecológica, económica y socialmente. Para contribuir a la protección del bosque, los ikalahanes concibieron un sistema de clasificación del uso de la tierra. Reconociendo la importancia de la protección de la cuenca y el mantenimiento de la biodiversidad, clasificaron 3 159 ha de la reserva, cubiertas principalmente por bosques musgosos y algunos dipterocarpáceos primarios, como zona de santuario en la que no se permiten la extracción, la caza ni la agricultura. En 1997, la zona de santuario se amplió a 4 224 ha incluyendo algunos pinares primarios y bosques musgosos secundarios. Los ikalahanes y la fundación decidieron también clasificar partes de la reserva como bosques protegidos (en zonas accidentadas que de todas maneras no podían ser explotadas) y como bosques productivos, que quedan abiertos a la explotación regular. Las otras categorías de la clasificación son agricultura de montaña, pastizales y tierras de propiedad privada.
La fundación calcula que cuando los ikalahanes asumieron la responsabilidad de la administración de la reserva en los años sesenta, alrededor del 35 por ciento de su mitad más elevada estaba constituida por praderas y pinares ralos, mientras que varias zonas en tomo a tres de los mayores barangays (aldeas, las unidades políticas menores de Filipinas) eran praderas. Más de treinta años después estas zonas están cubiertas principalmente por pinares y bosques dipterocarpáceos secundarios. De 1994 a 1997 hubo un ligero descenso de los bosques musgosos, dipterocarpáceos y pinares, pero se mantuvo la situación en la agricultura de tierras bajas y descendieron las praderas. La agricultura de montaña aumentó por las necesidades de una población en crecimiento, pero todavía ocupa una parte pequeña de la reserva.
La fundación ha formulado y aplicado políticas y directrices para controlar la recolección de recursos, el uso del fuego y la agricultura de quema en la reserva (véase el Cuadro). De la observancia de estas políticas se encargan el personal (guardas forestales y personal agro forestal), las autoridades de los barangays y los miembros de la junta de la fundación. La Kalahan Education Foundation y los barangays han convenido un sistema en virtud del cual el 75 por ciento de toda multa impuesta queda para el órgano ejecutor. Por ejemplo, si un funcionario sorprende a un infractor, la aldea recibirá el 75 por ciento de la multa y el 25 por ciento irá a la fundación. La junta hace visitas anuales de inspección a todos los barangays de la reserva. Para incentivar la observancia rigurosa de las políticas relativas a los recursos, pueden ofrecerse recompensas a las aldeas que apliquen bien las políticas, por ejemplo cuando no haya habido fuegos ilegales durante el año.
Para explorar otras posibles maneras de obtener ingresos, el proyecto de la Biodiversity Conservation Network ha realizado una investigación sobre mejoramiento del potencial maderero con objeto de determinar los rendimientos sostenibles de la corta y la rentabilidad potencial de las actividades de extracción. El plan permite actualmente que la comunidad extraiga madera para el uso local, a condición de cumplir la reglamentación; se prohibe la venta comercial de madera. La fundación está estudiando ahora el crecimiento de la madera y la información de unos 86 terrenos de muestra del mejoramiento del potencial maderero en toda la reserva. Las tasas de corta sostenible por tipo de bosque se han fijado en el 10 por ciento del volumen anual de producción de madera. Actualmente, el equipo forestal estima que la población local extrae menos del 10 por ciento del incremento por crecimiento natural.
Esta supervisión y reglamentación puede reducir la corta ilegal. Si de los estudios se concluye que la extracción industrial es una empresa sostenible y rentable, podrá repetirse el mejoramiento del potencial maderero en otras zonas tanto dentro como fuera de la reserva.