Muchos intelectuales y muchos de los que trabajan en el campo del desarrollo consideran que el tamaño de la población mundial y su crecimiento acelerado es el mayor problema y la más grave amenaza para la humanidad. Claramente, la relación del número de personas con la cantidad de alimento disponible tiene un impacto en la nutrición, pero ¿cómo interactúan estos dos factores? A finales del siglo dieciocho el economista político británico Thomas Malthus, especuló que el crecimiento de la población podría superar muy pronto la producción y suministro de alimentos. A finales del siglo veinte, esto no había ocurrido, pero la malnutrición está bastante extendida.
Muchos libros y artículos de revistas tratan sobre temas importantes de población, demografía y planificación familiar, que deberían consultar quienes deseen entender mejor los asuntos de población. Este capítulo trata brevemente sobre aspectos de fertilidad y planificación familiar en cuanto a su relación con la nutrición y señala su importancia para el mundo y sobre todo para los países en desarrollo, donde el crecimiento demográfico es mayor.
CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN
La población mundial aumenta a una tasa alarmante. Salvo que la tasa de crecimiento disminuya, el mundo enfrentará problemas sumamente serios. La Figura 1 ilustra la tasa de aumento de la población en los últimos 2000 años. La población mundial era cerca de 250 millones de personas hace 2000 años. Después de tomar 16 siglos para duplicarse a 500 millones, en dos siglos y medio se duplicó para llegar a 1 000 millones en 1850, y nuevamente se duplicó en un siglo para alcanzar 2 000 millones de personas en 1950. Ahora la población del mundo se duplica cada 35 años y en 1990 llegó a 5 000 millones.
La presión de la población es más marcada y tiene un mayor impacto en los países asiáticos, como Bangladesh, India y Pakistán. China tiene una población más grande, pero su gobierno ahora ha decidido garantizar que todos los habitantes se alimenten razonablemente. También han tomado medidas recientemente para evitar un mayor aumento de la población.
FIGURA 1
Crecimiento demográfico mundial
El continente africano puede actualmente no estar superpoblado en ciertas áreas, pero la densidad de población ejerce presión sobre la distribución de la tierra. En Kenya, la población aumenta alrededor del 3 por ciento al año. Con esta tasa - la más alta del mundo - la población se duplicará en 25 años. El país bien puede tener suficiente tierra, capacidad de producción de alimentos y otros recursos para satisfacer las demandas del doble o el triple del número actual de habitantes. Sin embargo, duplicar la producción alimentaria no es suficiente. Kenya debe además duplicar el número de colegios o lugares en los colegios, hospitales o camas de hospitales, de casas y de la totalidad de los servicios, ya que duplicar la población le llevaría 25 años. Inclusive de este modo, solamente habrá mantenido el nivel actual de desarrollo.
Cada gobierno debe tomar sus propias decisiones sobre políticas de población, pero todos los gobiernos deben ser conscientes de que si el estado nutricional de las personas debe mejorar, la disponibilidad de alimentos y de servicios debe aumentar más rápidamente que la población (Foto 3).
Claramente cuando aumenta el número de personas en un país, comunidad o familia, las necesidades alimentarias también aumentan. Sin embargo, la disponibilidad de alimentos está influida, además de por el tamaño de la población, por factores muy importantes como la economía, la política y la geografía. Hong Kong y Holanda están densamente pobladas, y sin embargo existe poca hambre y las tasas de mortalidad infantil son bajas.
En la mayoría de los países en desarrollo - inclusive los más pobres - en África, Asía y América Latina, la tasa de mortalidad de los lactantes y de los niños pequeños ha disminuido notoriamente en los últimos 30 años. Si las mujeres continúan teniendo el mismo número de hijos y pocos mueren, el tamaño de la familia aumenta.
En algunos países, el mayor tamaño de la familia es también el resultado del corto espaciamiento entre los embarazos (debido en parte a una menor duración de la lactancia materna exclusiva o casi exclusiva, como se discute en el Capítulo 7), al primer embarazo de mujeres menores de edad y a la falta de conocimientos, o a la falta de disponibilidad de servicios de planificación familiar. Generalmente se acepta que, cuando la madre o los padres tienen confianza en que la mayoría de los niños nacidos tienen posibilidades de sobrevivir y llegar a la edad adulta, están mucho más dispuestos a considerar y a practicar el control de la natalidad.
Muchos de los países más prósperos, especialmente en Europa, han llegado a la etapa de cero crecimiento de la población, excluyendo el crecimiento por concepto de inmigración. Esto significa que el número de nacimientos por año es casi igual al número de muertes. En contraste, muchos países en desarrollo tienen muchos más nacimientos que muertes y, por lo tanto, la población va en aumento con rapidez. Sin embargo, varios países pobres han reducido su tasa de aumento de la población, sobre todo a través de métodos de planificación familiar.
URBANIZACIÓN
El crecimiento general de la población no es el único control demográfico de muchos países en desarrollo. El rápido aumento del porcentaje de personas que viven en grandes ciudades es también una preocupación creciente.
La población en áreas urbanas ha aumentado en parte debido a mayores tasas de fertilidad, pero una causa importante también es la migración de las áreas rurales a las ciudades. Los residentes en las ciudades en general son consumidores, no productores de alimentos; a medida que se hacen más numerosos en relación con los habitantes rurales, la carga de producción de alimentos sobre estos últimos se vuelve mayor. En 1900 había solamente 4 ciudades en el mundo con más de 2 millones de habitantes; ahora hay más de 100 ciudades de estas características, al igual que un número de megalópolis con más de 10 millones de habitantes.
Los efectos de la urbanización sobre la nutrición son del todo positivos. La urbanización, junto con el crecimiento de la población y el aumento de los ingresos, contribuye a tremendas alzas en la demanda de alimentos y por lo tanto en el volumen de alimentos requeridos, pero además, a variados y dinámicos cambios en la estructura alimentaria. El cambio dietético más importante causado por la migración urbana ha sido la sustitución de los alimentos básicos como raíces, tubérculos y granos enteros por otras fuentes de energía, por ejemplo cereales muy refinados, azúcar, bebidas gaseosas y otros alimentos procesados. En el entorno urbano, las restricciones de tiempo, la disponibilidad de alimentos procesados y económicos, la frecuencia de alimentos procesados con subsidio y la conveniencia de la preparación son elementos importantes que influyen en los patrones de consumo de alimentos.
La dieta urbana es casi siempre más variada que la rural, sobre todo debido a los cambios en los alimentos no básicos. El pescado, las hortalizas frescas, la carne, las aves, la leche y los productos lácteos los consumen frecuentemente la gente de las ciudades. Las poblaciones urbanas por lo general tienen menor consumo de energía que las poblaciones rurales, pero su actividad física puede también ser comparativamente baja. El consumo de proteína animal, grasa y vitamina A es mayor en áreas urbanas, y el hierro consumido se utiliza mejor. En cuanto al total de las dietas de las poblaciones urbanas, son más equilibradas que las de la población rural.
Un efecto típico de la urbanización es el aumento de la cantidad de alimentos consumidos fuera de casa. Las comidas preparadas comercialmente y otros alimentos listos para comer se consumen en los puestos de alimentos y en los vendedores ambulantes. En muchos países en desarrollo, el sector informal para la venta de alimentos se ha desarrollado como una respuesta típicamente local a las necesidades alimentarias de las ciudades; este sector suministra una fuente económica de alimentos y una importante fuente de ingresos, sobre todo para las mujeres.
La nutrición urbana también se ve afectada porque en la mayoría de los hogares urbanos de bajos ingresos, las mujeres trabajan fuera del hogar; como consecuencia, ha habido una disminución casi universal de la lactancia materna en las áreas urbanas y en todas las regiones del mundo en desarrollo, con un aumento concomitante en el uso de sustitutos de leche materna más costosos y alimentos comerciales para el destete (Capítulo 7).
En promedio, los residentes urbanos disfrutan de un mejor estado nutricional que los habitantes rurales, debido a la mejor cobertura en salud y mayor diversidad en la dieta. Una dieta urbana es más variada y con mínimas fluctuaciones estacionales lo que es un importante beneficio nutricional. Los datos de la FAO demuestran que la incidencia de malnutrición infantil, sobre todo malnutrición crónica, es menor en las áreas urbanas. En Ghana, el peso corporal de la población urbana adulta era más alto que en la población rural. En general, las áreas urbanas tienen también tasas de morbilidad y mortalidad menores, una mayor expectativa de vida, menor cantidad de niños con bajo peso al nacer y menores problemas de crecimiento.
TECNOLOGÍA
A pesar del rápido crecimiento de la población, el mundo produjo en 1995 suficientes alimentos para nutrir de modo adecuado a todas las personas del globo, siempre que los alimentos hubiesen sido distribuidos equitativamente. Incluso, si la población mundial se duplica de los actuales 5 500 millones a 11 000 millones en el año 2030, la producción del mundo será capaz de alimentar a todas estas personas. Más allá de ese nivel, a menos que se estabilice el crecimiento de la población, se podrían verificar serias carencias de alimentos. El aumento ilimitado de la población en un planeta de tamaño definido es imposible; pues con el pasar del tiempo el mundo sería como una sala para estar únicamente de pie, y cada habitante podría tener un metro cuadrado de espacio.
Es un mérito para los avances agrícolas y las capacidades de los agricultores que los suministros alimentarios hayan aumentado para satisfacer las necesidades de la población. Muchos países han obtenido mayores niveles de producción sin ampliar la tierra cultivada, pero sí al aumentar los rendimientos de los cereales y otras importantes cosechas por hectárea cultivada. Esta tendencia tendrá que continuar. Además, el procesamiento y comercialización de los alimentos se debe mejorar.
REPRODUCCIÓN Y ESTADO NUTRICIONAL
En la mayoría de los países en desarrollo, la edad media de la primera menstruación es de 12 a 24 meses, o sea más tardía que en los países industrializados. La menarquia se presenta generalmente alrededor de los 12 meses después del año en que se presenta el momento máximo de crecimiento (conocido también como máxima velocidad en altura). La aparición de la menstruación señala el comienzo de la capacidad de una mujer para quedar embarazada. Es casi seguro que la desnutrición retrasa el principio de la menstruación. De esta manera una nutrición deficiente influye en la fertilidad humana.
El hambre y la desnutrición graves, como las carencias de alimentos o la hambruna resultante de sequías, guerras u otros factores, por lo general ocasionan la interrupción de la menstruación en mujeres de edad fértil. Las mujeres que han dejado de menstruar por estas razones son infértiles hasta que mejore su consumo alimenticio. De esta forma la naturaleza evita la concepción en personas malnutridas. Esto ocasiona también consecuencias psicológicas (véase el Capítulo 24).
El embarazo y la lactancia repetidos, sobre todo a intervalos cortos, agotan los nutrientes de la madre, a menos que tenga una dieta excepcionalmente buena. Por lo tanto, las mujeres con más hijos y menor espacio entre ellos tienen mayor probabilidad de sufrir un estado nutricional pobre.
El derecho a elegir La planificación de la familia es un asunto importante para ésta y no necesariamente para la nación. La gente ajena a la familia se debe comprometer, no tanto en tratar de limitar el número de niños de una pareja, sino en brindarle los medios para determinar por sí misma cuántos hijos desean y a qué intervalos han de nacer. La planificación familiar también es un derecho. Las familias, y las mujeres en particular, deben estar capacitadas para decidir si y cuándo tener hijos. Esta elección era un lujo disfrutado únicamente por quienes tenían los conocimientos para practicar la anticoncepción y los fondos para comprar métodos anticonceptivos. Ahora la educación y los servicios de planificación familiar están disponibles a más parejas, proporcionando los conocimientos y los medios para evitar los embarazos no deseados. Se ha dicho que cada nacimiento debe ser un niño deseado y ésta es efectivamente una meta que vale la pena buscar. |
Una mujer cuya dieta es deficiente durante el embarazo, sobre todo respecto al total de alimentos y energía, dará luz a un bebé más pequeño de lo que hubiera sido si estuviera adecuadamente nutrida. Como la mortalidad es más frecuente en niños de bajo peso al nacer, se considera que una dieta materna deficiente aumenta el riesgo de muerte en el bebé. Algunos estudios, por ejemplo en Guatemala, han demostrado que cuando se suplementan las dietas de las mujeres embarazadas, sus niños han nacido con un mayor peso.
Se ha demostrado que un espaciamiento breve de nacimientos puede aumentar el riesgo de malnutrición e inclusive de muerte, de modo particular a partir del quinto hijo. Los embarazos muy numerosos y poco espaciados pueden ser perjudiciales para la madre y el niño. Una madre que practica la planificación de la familia, simplemente espaciando los nacimientos, también beneficia su nutrición y salud.
La planificación familiar se relaciona íntimamente con la salud y el estado nutricional. Las familias pequeñas, los intervalos amplios entre embarazos y la terminación gradual de la lactancia, se asocian con la buena salud, con un estado nutricional positivo e incluso menores tasas de mortalidad en la madre y la familia.
Lactancia, fertilidad y planificación familiar
Durante muchos años la idea que la lactancia evitaba el embarazo se consideró como una historia de viejas. Ahora se sabe, como hecho científico, que las mujeres que lactan intensamente a sus bebés tienen un período de tiempo mayor antes que la menstruación se reinicie y, por lo tanto, tienen menos probabilidades de un nuevo embarazo respecto a las que no lactan. La lactancia probablemente alarga los intervalos de nacimientos en un promedio de cinco a ocho meses. De esta forma la prolongación de la lactancia plena en los países en desarrollo tiene un importante efecto en la reducción de la fertilidad, el control de la población y el espaciamiento de los niños. La lactancia es el método natural para ayudar a espaciar los hijos. Si la alimentación por medio de biberón reemplazara la lactancia materna, sin la disponibilidad de anticonceptivos, el resultado sería un mayor aumento del número de nacimientos.
Las píldoras anticonceptivas, especialmente píldoras con alto contenido de estrógenos, pueden reducir la capacidad de una mujer para producir leche. Por lo tanto, se debe tener cuidado en aconsejar a las mujeres a tomar píldoras anticonceptivas inmediatamente después del parto. En contraste, se ha sugerido que el dispositivo intrauterino (DIU) puede aumentar o mejorar la lactancia.
Algunos anticonceptivos pueden afectar el estado nutricional. Se cree que ciertas píldoras anticonceptivas causan anemia debido a que afectan la utilización del folato. El DIU puede causar un mayor sangrado, lo cual puede llevar a una anemia por carencia de hierro.
Es probable que una disminución en la mortalidad infantil y en niños pequeños sea un prerrequisito para la aceptación más amplia de la planificación familiar en las sociedades donde las muertes en la infancia son comunes. Los padres necesitan tener confianza en que sus niños sobrevivirán antes que se arriesguen a limitar el tamaño de su familia. Como la desnutrición contribuye o es una de las causas principales de la muerte en los niños, una mejor nutrición facilitará la aceptación de la planificación familiar.
La buena nutrición es parte de una mejor calidad de vida. Tener menos hijos en una familia significa más alimentos, más espacio y menos pobreza; esto además contribuye a una mejor calidad de vida. Un amplio intervalo de los nacimientos significa una mejora en la salud y el estado nutricional de los niños y sus madres. Este es un efecto circular.
Por lo tanto, tiene sentido relacionar la nutrición y las actividades de planificación familiar e inclusive integrarlas en un programa de salud maternoinfantil y de cuidado de salud para toda la familia. Puede ser ventajoso para el mismo personal de salud tratar los temas de nutrición, planificación familiar y salud de la madre y el niño. Algunos países, como Indonesia, donde la planificación familiar tiene un importante impacto en la reducción de la tasa de aumento de la población y donde las familias son más pequeñas de lo que eran hace 20 años, se han combinado las actividades de planificación familiar con las de nutrición y salud, en apariencia con buenos resultados.
Función del nutricionista en planificación familiar y población
Los nutricionistas deberían estar preocupados con la alarmante tasa de aumento de la población mundial. Kenya, por ejemplo, tenía una población de 26 millones en 1994, y tendrá más de 50 millones de personas en el año 2020; también deberían alarmarse por todas las implicaciones de este crecimiento de la población en términos de escasez de tierra y aumento de las poblaciones urbanas. Sin embargo, en su trabajo, los nutricionistas generalmente tratan con problemas de familias o comunidades. Es importante ayudar a las personas, sobre todo a las mujeres y a sus compañeros, a entender los beneficios de las familias más pequeñas y el hecho que más niños necesitan mayores recursos: más alimentos, más cuidados, más tiempo, más pensiones escolares, más dinero y otras cosas. La estrategia apropiada puede ser persuadirlas que los niños hoy tienen mayor oportunidad de sobrevivir de la que tenían en 1955, y que la calidad de la vida es más importante que el número de hijos.
En muchos países en desarrollo tiene particular importancia, darles poder a las mujeres para controlar su propia fertilidad y poder determinar el número de hijos que deseen, así como influir para que los hombres respeten estos derechos de sus compañeras. La carga de tener más hijos recae sobre toda la familia, pero en la mayoría de los países, generalmente, la mayor carga adicional de trabajo recae en la madre. Es ella quien debe soportar el embarazo por otros nueve meses, amamantar al niño, agotar su propia salud y quizá afectar su propio estado nutricional.
La educación de las niñas y las posibilidades que tengan las mujeres para ganar dinero, controlar los recursos y tener mayor independencia son todos logros que por lo general llevan a las mujeres a controlar su propia fertilidad y tener menor número de hijos. Los grupos de apoyo a la mujer, la educación sexual en los colegios, la participación de los varones en las discusiones, el matrimonio a una mayor edad y la lactancia más intensiva quizá reduzcan el número de niños por madre.
Los trabajadores de la nutrición, ya sean en el campo de la salud, agricultura, educación o servicios sociales, se deben familiarizar con los métodos modernos de planificación familiar. Deben estar capacitados para hablar sobre estos métodos con las personas, ya sea individualmente o en grupos, y deben saber cómo aconsejar a la gente a utilizar servicios locales de planificación familiar. Si estos servicios son inadecuados o causan problemas para las mujeres o las familias, los trabajadores de nutrición deben ser los defensores de mejores servicios de planificación familiar. Mientras más alternativas haya disponibles para las mujeres y los hombres, mayor probabilidad de que los nuevos bebés sean hijos deseados. Por supuesto, los trabajadores deben respetar las leyes nacionales y las normas culturales. Si el aborto es ilegal, la ley se deberá respetar. Las comunidades han tenido mucho éxito en limitar los nacimientos no deseados donde varios métodos de planificación familiar se encuentran disponibles: píldoras anticonceptivas, condones, DIU, esterilización quirúrgica para hombres y mujeres y, si es legal, abortos bien realizados. En algunos países, métodos más novedosos como implantes de liberación hormonal (Norplant) o la denominada píldora abortiva se espera que ayuden en la planificación familiar de los próximos cinco años. El uso de la lactancia natural como método de planificación familiar se trata en el Capítulo 7.
FOTO 3
Alimentación de niños en Lesotho: el aumento de la población
causa carencia de alimentos