A medida que la automatización destinada a ahorrar mano de obra en las explotaciones agrícolas se expande, la fuerza de trabajo evoluciona. Esta última no solo disminuye, sino que también adquiere más destrezas y es capaz de complementar tecnologías nuevas y de creciente complejidad. Un problema importante que afrontan los países de ingresos altos, medianos y bajos es de dónde provendrá la mano de obra agrícola del mañana y cómo se facilitará su transición de actividades manuales que básicamente requieren poca cualificación a trabajos que implican tecnologías más complejas y sofisticadas, incluidas tecnologías digitales nuevas que probablemente incrementen la demanda de trabajadores especializados en las explotaciones y lleven a un aumento de los salarios63.
El temor a que los robots para la recolección de cultivos desplacen a millones de trabajadores agrícolas sin otras perspectivas de empleo carece de fundamento sólido. En general, la automatización de los trabajos agrícolas y la evolución de la fuerza de trabajo en las explotaciones suponen procesos graduales y no son iguales en todos los lugares, cultivos y tareas agrícolas. Los incentivos para adoptar métodos que permiten economizar mano de obra son mayores para tareas específicas que requieren mucha mano de obra y son fáciles de automatizar a bajo costo. Con el tiempo —pero no al mismo tiempo— la oferta de trabajadores agrícolas disminuye en diferentes lugares, lo que guarda estrecha relación con el aumento de los ingresos, la disminución de la fecundidad, el aumento de la educación y el incremento de las oportunidades de empleo fuera de las explotaciones. Así pues, aunque la disminución de la mano de obra agrícola es innegable, se produce de forma desigual en todo el mundo.
Más que expulsar de forma rápida a una gran cantidad de trabajadores, la automatización probablemente continúe realizándose de forma gradual. A medida que la oferta de mano de obra agrícola vaya disminuyendo, se automatizarán algunas tareas mientras que otras seguirán necesitando mucha mano de obra. La visión favorable es que las señales del mercado seguirán orientando el desarrollo y la adopción de técnicas que permitan ahorrar mano de obra y un proceso de automatización gradual desplazará a los trabajadores menos cualificados desde las tareas recién automatizadas hacia otras actividades que resulten más difíciles de automatizar. Con algunas actividades, como por ejemplo la preparación y arada del suelo, la automatización abrirá nuevas tierras, aumentando así la demanda de trabajadores en otras tareas (plantación, deshierbe, aclareo, cosecha) al ampliarse la producción de alimentos.
Esto no significa que en el proceso no haya fricciones; la adopción (o no adopción) de tecnologías que permiten ahorrar mano de obra creará desempleo (o escasez de mano de obra) en algunos momentos y en algunos lugares. Se puede dar una automatización excesiva en caso de haber un avance repentino que otorgue a los agricultores un acceso fácil a tecnologías que ahorran mano de obra, lo que incentivaría la adopción de estas tecnologías incluso cuando los salarios son bajos. Esta situación hipotética es poco probable que se produzca en países de ingresos altos, donde la escasez de mano de obra rural y el aumento de los salarios son ya la norma. En países de ingresos bajos y medianos, sobre todo donde la mano de obra rural es abundante y los salarios son bajos, una automatización excesiva y demasiado rápida podría tener un efecto negativo en los trabajadores de explotaciones agrícolas comerciales, en particular aquellos cuyas competencias han quedado obsoletas por las nuevas tecnologías3. En el Recuadro 20 se muestra un ejemplo de este último caso en el Brasil. De todas formas, la automatización puede todavía mejorar los medios de vida de los pequeños productores, ya que hace posible que los miembros familiares dediquen más tiempo a la educación y las oportunidades de empleo fuera de la explotación y mejora la eficiencia, la productividad y la resiliencia.
Otra situación hipotética es que se produzca muy poca automatización, sobre todo si las políticas públicas crean obstáculos que dificultan la automatización en las explotaciones por considerar que esto conservará los puestos de trabajo en el sector agrícola. En un contexto de disminución de la oferta de mano de obra agrícola y aumento de los salarios, la hipótesis de que al limitar la automatización se conserva el empleo y los ingresos agrícolas probablemente sea errónea, por dos motivos. En primer lugar, las políticas restrictivas en materia de automatización hacen que las explotaciones sean menos competitivas e incapaces de ampliar su producción para satisfacer el aumento de los mercados internos o las exportaciones. En segundo lugar, para mejorar los salarios y condiciones laborales de los trabajadores agrícolas es fundamental aumentar su productividad, acoplando su trabajo a las nuevas tecnologías. La mayoría de los trabajadores agrícolas mundiales tiene ingresos familiares por debajo del umbral de la pobreza y las perspectivas de salir de la pobreza siguen siendo poco prometedoras sin tecnologías que mejoren la productividad de los trabajadores. Limitar la adopción de tecnologías destinadas a ahorrar mano de obra (y, por tanto, a mejorar la productividad de los trabajadores) hace que persistan los salarios bajos para los trabajadores agrícolas3.
En vista de ello, la ampliación de la producción de alimentos en un tiempo de disminución de la oferta de mano de obra agrícola, mientras siguen reforzándose los sistemas educativos para preparar la fuerza de trabajo del mañana, constituye un importante desafío en materia de políticas en todo el mundo. Este desafío no se limita a la producción primaria —se aplica también a las demás partes de los sistemas agroalimentarios, incluidas la elaboración y la distribución—. Si no se dispone de trabajadores con las aptitudes necesarias para complementar las nuevas tecnologías, será difícil satisfacer el aumento de la demanda mundial de alimentos, especialmente en lugares en los que la mano de obra agrícola crece lentamente o incluso disminuye.