Mantener una buena salud de los animales de la granja no consiste en curarlos sino en prevenir sus enfermedades. Normas preventivas de salud ovina y caprina son las más aconsejables para reducir los riesgos debidos a enfermedades. A este respecto se recomienda:
Todo animal extraño que ingrese al rebaño debe ser aislado por al menos tres semanas (cuarentena) y observado, para determinar si manifiesta alguna enfermedad. La manera más fácil de transmitir enfermedades es por contagio con animales enfermos ajenos al rebaño.
Es importante mantener a los animales con una buena condición corporal. Una adecuada alimentación resulta el mejor tratamiento preventivo de enfermedades.
Existen enfermedades causadas por parásitos externos (sarnas y piojos) e internos (gusanos intestinales y fasciola hepática). Muchos de estos parásitos pueden ser transmitidos al hombre y comprometer seriamente su salud.
La brucelosis y la fiebre aftosa son enfermedades de consideración en cabras por sus efectos negativos. Se debe consultar con el veterinario local para su control.
Tratamiento
Se pueden combatir parásitos externos con baños antiparasitarios (particularmente antisárnicos y antipiojos) que pueden ser aplicados en un barril que contenga el producto químico de acuerdo con las instrucciones de fábrica. Si la mayoría de los animales presenta características de infestación refregándose en las paredes y rascándose permanentemente, se debe bañar a todos los animales. Se aconseja un segundo baño, un mes después del primero, para romper el ciclo de infestación y evitar una posible reinfección. En ovinos es recomendable bañarlos inmediatamente después de la esquila. Para combatir parásitos internos se debe utilizar antiparasitarios.
El uso de Ivermectina en inyección subcutánea permite controlar tanto a los parásitos internos como a los externos. Este producto es igualmente efectivo en casos de Oestrus ovis (moquillo), que causa secreciones de moco de la nariz de los animales, muy común en los valles y zonas cálidas.
En zonas húmedas, el Pietín (mal de las pezuñas) puede afectar seriamente a la salud del rebaño/hato. Se debe recortar las pezuñas de todos los animales y quemarlas. Una solución conteniendo formol al 5% (una parte de formol por 19 partes de agua) puede ser utilizada a la salida del corral para que los animales remojen sus pezuñas por cinco a diez minutos durante cinco a diez tratamientos consecutivos de cinco días cada uno. También se puede usar una solución saturada (20%) de sulfato de cobre (disolver 16 litros de sulfato de cobre en 80 litros de agua hirviendo), aunque ésta debe ser cambiada constantemente porque la materia orgánica neutraliza su acción.
En la elección de un reproductor macho, se debe elegir aquél que tenga los testículos sueltos y con libre movimiento en su funda escrotal. Los animales no deben denotar dolor al manipuleo. En caso contrario, los animales deben ser descartados.
La brucelosis es una enfermedad muy común en las cabras. Esta induce abortos en hembras preñadas y es transmitible al hombre. La fiebre aftosa produce serias pérdidas al hato. Animales con brucelosis y fiebre aftosa deberían ser eliminados del hato para evitar problemas ulteriores. Su tratamiento requiere un control con el veterinario local. Se recomienda adquirir animales sin brucelosis y vacunarlos contra brucelosis y fiebre aftosa, para evitar serias pérdidas.
La tricomoniasis causa problemas de fertilidad, abortos en el último tercio de la gestación o nacimiento de crías débiles o muertas.
El ectima contagioso puede provocar pérdida de peso e incluso producir la muerte de los animales.
Recomendaciones para reducir los costos de tratamientos:
Aislar en cuarentena todo animal ajeno que se quiera introducir.
Cuando se presenten animales enfermos, aislarlos en un pequeño corral improvisado y tratarlos adecuadamente. Si se encuentran muy flacos y tardan en recuperarse, será conveniente sacrificarlos y quemarlos para evitar contagiar al resto de los animales. Es preferible el sacrificio de uno o dos animales antes que de todo el rebaño.
Limpiar el primer corral regularmente, depositando el estiércol en un estercolero donde irá descomponiéndose para ser luego utilizado como fertilizante. En el segundo corral los animales pernoctan de tres a cuatro meses para luego pasar, en forma rotacional, al primer corral que durante ese tiempo permaneció libre de estiércol y ventilado, esta práctica permitirá bajos niveles de infestación. El sol es un poderoso desinfectante y germicida que destruirá larvas, huevos de parásitos y otros agentes de enfermedad en los corrales no ocupados.
Mantener los alimentos tapados y separados de los corrales.
Identificar, dentro del rebaño, las hembras con mayor resistencia a las enfermedades y con buena productividad para ser utilizadas como madres y garantizar una descendencia más sana y menos dependiente. Esta medida puede significar una reducción de la utilización de medicamentos, productos químicos y antiparasitarios costosos.
Recolectar y eliminar continuamente basura y desperdicios de comida, así como controlar insectos y roedores porque son agentes transmisores permanentes de enfermedades.