AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Panorama regional de la seguridad alimentaria y la nutrición 2024: Estadísticas y tendencias

1.2 PREVALENCIA DE LA INSEGURIDAD ALIMENTARIA SEGÚN LA ESCALA DE EXPERIENCIA DE INSEGURIDAD ALIMENTARIA

La prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave, basada en la escala de experiencia de inseguridad alimentaria (FIES), es una estimación de la proporción de la población que se enfrenta a limitaciones moderadas o graves en su capacidad para obtener alimentos suficientes en el transcurso de un año. La inseguridad alimentaria moderada se presenta cuando las personas enfrentan incertidumbre respecto a su capacidad de obtener alimentos y, en ocasiones, se han visto obligadas a reducir la calidad y cantidad de los alimentos que consumen debido a la falta de recursos económicos o de otro tipo. La inseguridad alimentaria grave implica que las personas probablemente se han quedado sin alimentos, han pasado hambre y, en el caso más extremo, han estado días sin comer, poniendo en grave riesgo su salud y bienestar.

En 2023, el 28,9 % de la población mundial enfrentaba inseguridad alimentaria moderada o grave, mientras que la prevalencia de la inseguridad alimentaria grave se estimó en 10,7 % (FIGURA 5). Tras un aumento significativo entre 2019 y 2020 en el contexto de la pandemia, los niveles se han mantenido relativamente sin cambios en los últimos años. En total, 2 330 millones de personas se vieron afectadas por inseguridad alimentaria moderada o grave, de las cuales 864,1 millones se enfrentan a inseguridad alimentaria grave. Aunque la prevalencia de ambos indicadores se ha mantenido relativamente estable desde 2020, el número total de personas afectadas aumentó en 66 millones y 36 millones, respectivamente, debido al crecimiento poblacional.

En América Latina y el Caribe, se han logrado avances considerables hacia la reducción de la inseguridad alimentaria. Tras un aumento entre 2019 y 2020 a raíz de la pandemia, y un estancamiento entre 2020 y 2021, la prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave disminuyó por segundo año consecutivo, afectando al 28,2 % de la población en 2023, lo que equivale a 187,6 millones de personas. Es la primera vez en los últimos años que la estimación regional se sitúa por debajo de la media mundial (en 0,7 puntos porcentuales). En cuanto a la inseguridad alimentaria grave, la estimación regional del 8,7 % también fue inferior a la media mundial en 2 puntos porcentuales, equivalente a 58,1 millones de personas.

En comparación con 2022, la prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave disminuyó en 3,2 puntos porcentuales, lo que equivale a 19,7 millones de personas menos afectadas. La inseguridad alimentaria grave también e redujo en este periodo en 2,3 puntos porcentuales, afectando 14,4 millones de personas menos que en el año anterior.

A pesar de este significativo progreso a nivel regional, la mejora oculta diferencias notables entre las tres subregiones que conforman América Latina y el Caribe. Sudamérica como Mesoamérica presentan una prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave inferior al promedio mundial, estimada en 25,1 % y 28,2 %, respectivamente, lo que equivale a 110,4 y 51 millones de personas (CUADRO 4). El Caribe tiene una prevalencia del 58,8 %, equivalente a 26,3 millones de personas. Un aspecto positivo es que, en las tres subregiones, la inseguridad alimentaria moderada o grave disminuyó con respecto a 2022.

En Sudamérica, le disminución fue de 4,5 puntos porcentuales, en el Caribe de 1,7 puntos porcentuales y en Mesoamérica de 0,4 puntos porcentuales.

La inseguridad alimentaria grave presenta una tendencia similar. En Sudamérica y Mesoamérica la prevalencia es inferior a la estimada a nivel mundial, con un 7,2 y 7,6 %, respectivamente, equivalente a 31,6 y 13,8 millones de personas afectadas. En el Caribe, la prevalencia alcanzó un 28,6 %, lo que representa a 12,8 millones de personas.

En comparación con 2022, la prevalencia de la inseguridad alimentaria grave disminuyó en Sudamérica y Mesoamérica en 3,2 y 0,5 puntos porcentuales, respectivamente. En contraste, el Caribe la prevalencia aumentó 0,5 puntos porcentuales.

La FIGURA 8 muestra la prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave a nivel nacional y subregional como promedios trienales para el último período de la serie (2021-2023), en comparación con el período 2014-2016.

En el Caribe, durante el trienio 2021-2023, Haití registró una prevalencia del 82,8 %, mientras que en Jamaica y la República Dominicana la prevalencia fue del 55,1 % y 46,1 %, respectivamente. En Antigua y Barbuda, así como en Barbados, alrededor de un tercio de la población estuvo afectada por este tipo de inseguridad alimentaria. Los países de la subregión con menor prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave fueron las Bahamas y Granada, con el 17,2 % y el 19,9 %, respectivamente.

En Mesoamérica, más del 50 % de la población de Guatemala y Honduras enfrentó inseguridad alimentaria moderada o grave durante el trienio 2021-2023. Por otra parte, en Belice y El Salvador, más del 40 % de la población se vio afectada por la inseguridad alimentaria, mientras que México y Costa Rica fueron los países con la menor proporción de población afectada, estimada en un 20,7 % y 16,2 %, respectivamente.

En Sudamérica, más de la mitad de la población del Perú sufrió inseguridad alimentaria moderada o grave. Además, en la Argentina, el Ecuador y Suriname, el 36,1 %, el 36,9 % y el 35,8 %, respectivamente, de la población sufría inseguridad alimentaria moderada o grave. En el otro extremo del espectro, el Uruguay, Chile y el Brasil reportaron las prevalencias más baja, con un 15,7 %, 17,6 % y 18,4 %, respectivamente.

Al comparar el trienio 2021-2023 con el trienio 2014-2016, el Paraguay, Guatemala y la Argentina registraron aumentos en la prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave de 17,9, 17,1 y 16,9 puntos porcentuales, respectivamente. En la República Dominicana y México, la prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave disminuyó en estos períodos en 8,1 y 4,2 puntos porcentuales, respectivamente.

En comparación con el periodo más reciente de 2019-2021 (véase ANEXO I), la República Dominicana y México lograron las mayores reducciones de la prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave, con 7 y 4,8 puntos porcentuales, respectivamente. Por otro lado, Honduras y Jamaica registraron los mayores incrementos durante ese mismo periodo, con 6,1 y 4,8 puntos porcentuales, respectivamente.

La inseguridad alimentaria, en ambos niveles de gravedad, sigue afectando de forma desproporcionada a algunos subgrupos de población (FIGURA 9). La prevalencia de la inseguridad alimentaria entre las mujeres es superior a la de los hombres. Este patrón se observa tanto a nivel global como a nivel de cada región del mundo. A nivel mundial, la prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave fue de 1,3 puntos porcentuales mayor entre las mujeres en 2023, mientras que para para la inseguridad alimentaria grave fue de 0,8 puntos porcentuales mayor. Es importante destacar que la brecha de género para la inseguridad alimentaria moderada o grave disminuyó en 1 punto porcentual respecto a 2022, mientras que la brecha para la inseguridad alimentaria grave permaneció prácticamente igual.

En América Latina y el Caribe, la brecha de género en la prevalencia de la inseguridad alimentaria fue superior a la media mundial para ambos niveles de gravedad (CUADRO 6). Para la inseguridad alimentaria moderada o grave en 2023, la brecha de género en la región fue de 5,2 puntos porcentuales, mientras que para la inseguridad alimentaria grave fue de 1,4 puntos porcentuales, un valor que se acerca más a la estimación global.

A nivel de las subregiones, Mesoamérica registró la mayor brecha de género: 5,8 puntos porcentuales para la inseguridad alimentaria moderada o grave, y 1,3 puntos porcentuales para la inseguridad alimentaria grave. En Sudamérica, la brecha de género para la primera fue de 5,3 puntos porcentuales, mientras que la brecha para la segunda fue de 1,2 puntos porcentuales. En el Caribe, la brecha de género en la inseguridad alimentaria moderada o grave fue de 3,9 puntos porcentuales, mientras que para la inseguridad alimentaria grave alcanzó 3,3 puntos porcentuales, superior a la de las otras dos subregiones.