COFO-2003/3
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COMIT� DE MONTES |
Tema 6 del programa provisional |
16� PER�ODO DE SESIONES |
Roma, Italia, 10-14 de marzo de 2003 |
LOS BOSQUES Y EL AGUA DULCE: CUESTIONES Y OPCIONES |
Nota de la Secretar�a |
EL PAPEL DE LOS BOSQUES Y DE LAS CUENCAS HIDROGR�FICAS BOSCOSAS
LOGROS Y CARENCIAS DE LA ORDENACI�N DE LAS CUENCAS HIDROGR�FICAS
CUESTIONES FUNDAMENTALES INCIPIENTES
INICIATIVAS DE LA FAO EN RELACI�N CON LOS BOSQUES Y�EL AGUA
OPCIONES PARA QUE LA ORDENACI�N DE LOS BOSQUES Y LA DE LAS AGUAS SE APOYEN REC�PROCAMENTE
1. La p�rdida de la cubierta forestal y la conversi�n de terrenos para otros usos pueden tener repercusiones negativas en las reservas de agua dulce, haciendo peligrar tanto los medios de subsistencia como la salud humana. Cada vez es mayor el reconocimiento de que las condiciones de las cuencas hidrogr�ficas y el aprovechamiento de las aguas pueden mejorarse si la ordenaci�n de los bosques se efect�a teniendo presentes objetivos hidrol�gicos. Aunque no sean una panacea para resolver los problemas relacionados con el agua, los bosques reportan beneficios sociales, econ�micos y ambientales palpables, que un plan hidrol�gico contribuye a precisar tanto en las zonas situadas aguas arriba como en las que se hallan aguas abajo.
2. En los �ltimos decenios, muchos pa�ses han llegado a entender que el deterioro de las cuencas hidrogr�ficas representaba una grave amenaza para el medio ambiente y el bienestar de millones de personas. Al buscarse soluciones mediante nuevos enfoques integrados, las necesidades de las comunidades se han convertido en un componente importante de la elaboraci�n de programas. As�, la ordenaci�n de las cuencas hidrogr�ficas se ha transformado en una actividad multidisciplinar que exige una coordinaci�n institucional y organizativa a fin de tomar en consideraci�n los aspectos econ�micos, sociales, pol�ticos y culturales.
3. Aunque se han realizado algunos progresos, las experiencias recientes en materia de ordenaci�n de las cuencas hidrogr�ficas han puesto de manifiesto lo siguiente: que es preciso adoptar medidas urgentes para mejorar el intercambio y la difusi�n de informaci�n sobre enfoques y m�todos; que no se sabe a ciencia cierta cu�les son los procesos de participaci�n m�s adecuados; que las tecnolog�as no siempre producen los resultados esperados; que la creaci�n de capacidad es uno de los aspectos que m�s se descuidan en los proyectos de ordenaci�n de las cuencas hidrogr�ficas; y que las deficiencias de las pol�ticas, las estrategias y los planes de acci�n nacionales limitan considerablemente la realizaci�n de una ordenaci�n sostenible de las cuencas hidrogr�ficas.
4. En este documento se examinan algunas opciones para que la ordenaci�n de los bosques y el aprovechamiento del agua se respalden mutuamente, a la vez que se recaban las opiniones de los Estados Miembros sobre las contribuciones que la FAO y otras organizaciones pueden aportar en el tratamiento de las cuestiones relacionadas con este tema.
5. Las advertencias formuladas a finales del siglo XX sobre la escasez del agua dulce han demostrado ser hasta tal punto exactas que, actualmente, la falta de agua hace peligrar la seguridad alimentaria, los medios de subsistencia y la salud humana (v�anse Naciones Unidas, 1992, e Instituto Internacional de Investigaciones sobre Pol�ticas Alimentarias (IIPA), 2001). Adem�s, hay m�s de 3 000 millones de personas que no tienen acceso a agua potable, y este problema es especialmente grave en los pa�ses en desarrollo (Johnson, Revenga y Echeverr�a, 2001). Se atribuye al agua contaminada y al deficiente saneamiento el fallecimiento de m�s de 3�millones de seres humanos al a�o, entre los que se cuentan m�s de 2 millones de ni�os de los pa�ses en desarrollo (van Damme, 2001). Adem�s, cada a�o los corrimientos de tierras provocados por las lluvias, las inundaciones y los torrentes ocasionan grandes p�rdidas de vidas humanas y reducciones de la productividad econ�mica, tanto en los pa�ses en desarrollo como en los desarrollados. El agua y su aprovechamiento constituyen, por consiguiente, factores de importancia estrat�gica para la econom�a y el bienestar de las poblaciones, y la gesti�n del agua se ha convertido en uno de los mayores desaf�os de este siglo.
6. Aunque el uso de la tierra y el agua dulce est�n �ntimamente unidos, la ordenaci�n de ambas se efect�a de manera coordinada en contadas ocasiones. El uso que se haga de la tierra y del agua en zonas aguas arriba puede afectar a las comunidades situadas aguas abajo, as� como a la utilizaci�n que �stas hacen del agua, y viceversa. Estas vinculaciones se aprecian f�cilmente adoptando una perspectiva que tenga en cuenta las cuencas hidrogr�ficas, pero no siempre se toman plenamente en consideraci�n cuando se elaboran respuestas a nivel local, nacional e internacional.
7. El A�o Internacional de las Monta�as 2002 centr� la atenci�n universal en los usos de las tierras y del agua en las cuencas hidrogr�ficas monta�osas. En su condici�n de cabeceras de todos los r�os importantes del mundo, muchas de ellas son o han sido pobladas de bosques, son elementos esenciales para el aprovechamiento del agua dulce. Para que la ordenaci�n de los bosques sea mejor a fin de mantener la productividad de las tierras altas sin afectar a los seres humanos ni al suelo o al agua de los que �stos dependen, es preciso entender la relaci�n entre los bosques y el agua dulce en las zonas templadas y tropicales. Incrementar las posibilidades de alcanzar esos objetivos supone adoptar una perspectiva que tenga en cuenta la ordenaci�n de las cuencas hidrogr�ficas a la hora de planificar, supervisar y aplicar programas relativos a los bosques, los recursos h�dricos y el desarrollo agr�cola y urbano.
8. La p�rdida de la cubierta forestal y la conversi�n de terrenos para otros usos pueden tener repercusiones negativas en las reservas de agua dulce y agravan las calamidades provocadas por los fen�menos hidrometeorol�gicos extremos. Las condiciones de las cuencas hidrogr�ficas y el aprovechamiento de las aguas pueden mejorarse si la ordenaci�n forestal se efect�a teniendo presentes objetivos hidrol�gicos. Aunque no sean una panacea para resolver los problemas relacionados con el agua, los bosques proporcionan beneficios sociales, econ�micos y ambientales palpables. Un plan hidrol�gico contribuye a precisar esos beneficios tanto en las zonas situadas aguas arriba como en las que se hallan aguas abajo.
9. Aunque es necesario seguir estudiando la cuesti�n para entender mejor los efectos de la ordenaci�n forestal sobre el clima y los flujos de agua, se admite por regla general que las cuencas hidrogr�ficas boscosas constituyen sistemas hidrol�gicos excepcionalmente estables. Si se comparan con otros usos de las tierras, los bosques sanos:
10. En los �ltimos decenios, se ha considerado que el deterioro de las cuencas hidrogr�ficas representaba una grave amenaza no s�lo para el medio ambiente, sino tambi�n para el bienestar y la supervivencia de los millones de personas que viven en ellas y en las tierras situadas aguas abajo. Al haber admitido la importancia que revisten las condiciones de las zonas altas de captaci�n, para muchos pa�ses se ha convertido en una prioridad invertir la tendencia al deterioro de las cuencas. No obstante, muchos programas de ordenaci�n de las cuencas hidrogr�ficas no han logrado sus objetivos, principalmente por:
11. Por consiguiente, se han elaborado nuevos conceptos y enfoques para invertir la tendencia al deterioro de las cuencas hidrogr�ficas y mejorar la agricultura y el desarrollo rural. A este respecto, se ha prestado una atenci�n especial a los aspectos sociales y econ�micos de la ordenaci�n de las cuencas hidrogr�ficas en la formulaci�n y ejecuci�n de programas y proyectos.
12. Al haberse reconocido que la ordenaci�n y conservaci�n de los recursos de tierras no ser�an sostenibles y no podr�an reproducirse, a no ser que se tuvieran en cuenta las preocupaciones de las poblaciones, el concepto integrado se ha afinado m�s para considerar las necesidades de las comunidades como un componente importante de la elaboraci�n de programas.
13. El enfoque participativo introducido a lo largo del �ltimo decenio comprende, adem�s de los aspectos t�cnicos, las dimensiones econ�micas, sociales, pol�ticas y culturales de la conservaci�n y ordenaci�n de los recursos naturales. La ordenaci�n de las cuencas se ha convertido en una empresa multidisciplinar que exige una coordinaci�n institucional y organizativa de las actividades.
14. El desarrollo de los conceptos y enfoques y las experiencias de ordenaci�n de cuencas hidrogr�ficas realizadas en muchos lugares del mundo exigen ahora m�s investigaciones, an�lisis y consultas entre las partes interesadas para llegar a un mayor consenso sobre lo que se ha logrado y sobre la manera en que se pueden hacer mejor las cosas. Las partes interesadas est�n recalcando la necesidad de entender m�s claramente algunas cuestiones fundamentales.
15. Como consecuencia de la atenci�n puesta y de las inversiones efectuadas en la ordenaci�n de las cuencas hidrogr�ficas, se han realizado muchos progresos. No obstante, hay varias cuestiones que exigen un an�lisis m�s a fondo y consultas entre las partes. Una visi�n general de las experiencias realizadas a lo largo de la �ltima d�cada pone de manifiesto que:
Revisi�n y evaluaci�n de los enfoques y estrategias de ordenaci�n de las cuencas hidrogr�ficas
16. Aunque hay un consenso general sobre la importancia que reviste la ordenaci�n integrada de las cuencas hidrogr�ficas para conservar los recursos naturales y mejorar la situaci�n de las poblaciones de las tierras altas, sigue habiendo controversias sobre los enfoques de esa ordenaci�n.
17. En respuesta a las preocupaciones expresadas a este respecto, la FAO inici� a principios de 2002 una revisi�n y evaluaci�n de las actividades relacionadas con la ordenaci�n de las cuencas hidrogr�ficas. La iniciativa “Preparar la nueva generaci�n de los programas de ordenaci�n de las cuencas hidrogr�ficas” tiene por objetivo brindar a las partes interesadas la posibilidad de intercambiar informaci�n sobre el estado de la ordenaci�n de las cuencas hidrogr�ficas y contribuir a un mejor conocimiento de esta cuesti�n. Asimismo, trata de estimular y apoyar la realizaci�n de una ordenaci�n eficaz de las cuencas hidrogr�ficas a nivel local, nacional y regional. Esta iniciativa comprende cinco tareas:
� determinar cu�les son los protagonistas;
� hacer un balance de las experiencias de la FAO;
� analizar estudios de casos escogidos;
� convocar talleres regionales para consultar a las partes interesadas;
� compartir informaci�n en una conferencia internacional y formular directrices y estrategias para difundirlas a escala mundial.
Nueva entidad “Bosques y Agua”
18. En el Plan a Plazo Medio para 2004-2009 de la FAO se propone la creaci�n de una nueva entidad para establecer un nexo entre los bosques y el agua, lo cual revela la importancia que la FAO concede a la conservaci�n de los recursos h�dricos. La propuesta se centra en mejorar la sensibilizaci�n de los pa�ses y el contexto de las pol�ticas para apoyar la ordenaci�n sostenible de los bosques de monta�a y las tierras altas por lo que se refiere a los recursos h�dricos. Adem�s de acrecentar los conocimientos sobre la funci�n y aplicaci�n de la hidrolog�a forestal, as� como determinar los elementos integrantes de una ordenaci�n eficaz de las cuencas hidrogr�ficas, el objetivo de la entidad es elaborar, mostrar y promover tecnolog�as y metodolog�as pr�cticas apropiadas. Esta tarea se realizar� en colaboraci�n con las partes interesadas en el contexto del seguimiento de las recomendaciones del A�o Internacional de las Monta�as y del A�o Internacional del Agua Dulce.
19. A continuaci�n se exponen algunos posibles medios para que la ordenaci�n de los bosques y de los recursos h�dricos se apoyen rec�procamente.
20. En primer lugar, las cuencas hidrogr�ficas boscosas de las monta�as exigen una atenci�n especial no s�lo por ser las �reas de producci�n de agua dulce m�s importantes del mundo, sino tambi�n porque son zonas en las que se originan corrimientos de tierras, torrentes e inundaciones. Tanto las poblaciones que habitan en las regiones de las cabeceras de los r�os como las que viven en las tierras bajas situadas aguas abajo dependen del agua dulce procedente de las tierras altas y padecen las consecuencias de los fen�menos hidrometeorol�gicos extremos. La acci�n para prevenir o atenuar las calamidades en los terrenos monta�osos debe comprender:
21. En segundo lugar, los bosques pueden ser objeto de una ordenaci�n que incremente el abastecimiento de agua dulce, pero esa ordenaci�n tiene que ser un componente de programas globales y polifac�ticos de aprovechamiento de las aguas. Se debe tener en cuenta el valor econ�mico del agua y de las zonas de las que emana. Si se reducen las subvenciones del precio del agua y se considera que �sta es una mercanc�a y no un bien gratuito, los incentivos econ�micos as� creados pueden contribuir a su mejor ordenaci�n de las siguientes maneras:
22. En tercer lugar, existe la posibilidad de atenuar el perjuicio econ�mico causado por las inundaciones y la sedimentaci�n mediante la ordenaci�n de los bosques en las tierras altas, as� como en las zonas ribere�as y las inundables. Aunque la extensi�n de la cubierta forestal no influye en las inundaciones m�s vastas y perjudiciales ocasionadas por los r�os m�s importantes, las inundaciones moderadas y localizadas pueden agravarse por la desaparici�n de los bosques. El deterioro de los bosques tiene muchas repercusiones indeseables en el volumen y la calidad del agua. La presencia de bosques sanos en las tierras altas y zonas ribere�as puede mantener un bajo nivel de sedimentaci�n en los r�os, lagos y embalses.
23. En cuarto lugar, se debe incorporar a la planificaci�n y ordenaci�n de los bosques, de las aguas y del uso de terrenos urbanos y agr�colas una perspectiva que tenga en cuenta las cuencas hidrogr�ficas. Es necesario que esa perspectiva se adopte tanto en el plano local como en las m�s altas esferas gubernamentales, a fin de promover soluciones sostenibles.
24. En quinto lugar, los incentivos y medios para lograr los objetivos respecto del agua dulce se deben obtener a trav�s de pol�ticas e instituciones de ordenaci�n de los bosques y otros usos de las tierras, desde el nivel de las cuencas hidrogr�ficas locales hasta el de las cuencas fluviales. El di�logo y la cooperaci�n intersectoriales son necesarios para alcanzar los objetivos en materia de ordenaci�n, as� como para resolver los problemas de falta de equidad planteados por el hecho de que unos tengan que pagar los cambios en la utilizaci�n de los recursos aguas arriba y aguas abajo para que otros los disfruten. Se necesita un amplio an�lisis econ�mico para comprender mejor esos problemas de falta de equidad y resolverlos. La incipiente econom�a del agua facilitar� la justificaci�n de los cambios en el uso de las tierras destinados a incrementar el abastecimiento de agua. Se debe prestar atenci�n a resarcir a los habitantes que mejoran los bosques y otros usos de las tierras, limitando as� las p�rdidas aguas abajo. El contexto de las pol�ticas y el apoyo institucional se pueden reforzar mediante:
25. Es preciso hacer hincapi� en los aspectos socioecon�micos, adem�s de en los componentes t�cnicos, a fin de que la informaci�n obtenida pueda servir de base para elaborar nuevas tecnolog�as y pol�ticas destinadas a incrementar el bienestar de las poblaciones gracias a una ordenaci�n mejorada de los bosques y del agua dulce.
26. La ordenaci�n de los bosques en relaci�n con los recursos h�dricos es una cuesti�n fundamental a la que se debe conceder una gran prioridad. Por consiguiente, quiz�s los Estados Miembros deseen formular recomendaciones a la FAO sobre la orientaci�n y las actividades posibles para el futuro, que podr�an comprender:
Referencias
Johnson, N., Revenga, C. y Echeverr�a, J. 2001. Managing water for people and nature. Science, 292: 1071-1072.
Van Damme, H. 2001. Domestic water supply, hygiene, and sanitation. 2020 Focus, Vol. 9, Brief 3. Se puede consultar en la siguiente direcci�n de Internet:
www.ifpri.cgiar.org/2020/focus/focus09/focus09_03.htm.