En general, se acogieron de buen grado el proyecto de marco analítico y las metodologías de los estudios de casos en los países propuestos a los participantes para debate, y se aprobaron sus conceptos y enfoque general. Además, los participantes estuvieron de acuerdo en que, al destacar la necesidad de someter a consideración y valorar las externalidades positivas de la agricultura, el Proyecto complementa el concepto de ADRS. Numerosas externalidades socioeconómicas y ambientales positivas de la agricultura ya están contenidas en el Capítulo 14 y en otros capítulos del Programa 21, que proporcionan un plan para la promoción de las políticas de la ADRS. Con todo, a la fecha, la elaboración y la ejecución de las políticas y programas de ADRS se han concentrado sobre todo en reducir al mínimo las externalidades negativas de la agricultura, más que en mejorar sus externalidades positivas. En consecuencia, se consideró particularmente oportuno el estudio del Proyecto ROA merced al examen del Programa 21 que se realizará en la reunión de Río +10 en 2002.
Según las opiniones expresadas por los participantes, el debate de los roles de la agricultura puede promover una mayor consciencia entre la comunidad de donantes, y en los propios países en desarrollo, de las vigorosas funciones positivas que la agricultura ha desempeñado, desempeña y puede llevar a cabo en la conformación de las sociedades, al orientar la utilización de los recursos naturales y tratar la injusticia social. Si da buenos resultados y es convincente, el Proyecto podría contribuir a compensar la imagen negativa o disminuida de la agricultura que prevalece en algunos círculos y que ha contribuido a la disminución de la inversión en este sector. El Proyecto ROA podría ser un útil instrumento para los encargados de elaborar las políticas de los países, para la comunidad donante, para los formadores de la opinión pública y los que movilizan el apoyo político, a fin de ayudar a situar la agricultura y el desarrollo rural en un sitio más elevado del programa que se ocupa de los penetrantes problemas de la pobreza, el hambre y el medio ambiente.
Las diversos roles de la agricultura han existido desde que se practica esta actividad. No son una novedad. Lo nuevo es la consciencia cada vez mayor de la importancia de las funciones no tradicionales y de la variedad de valoraciones atribuidas a éstas por los encargados de elaborar las políticas y la sociedad. Las diversas funciones de la agricultura se han convertido en tema de debate en los círculos internacionales. Muchos defensores del libre comercio sospechan que este concepto se utiliza como pretexto para mantener las medidas de protección que distorsionan el comercio. A la fecha, el debate se ha dado sobre todo entre los países desarrollados. La escasa participación de la mayor parte de los países en desarrollo se debe, desde luego, a la prioridad que otorgan a las funciones de la agricultura relativas a la seguridad económica y alimentaria, orientadas al mercado. También se debe, en parte, a la falta de información documentada, fáctica, cuantificada y comparable referente a las numerosas externalidades positivas de la agricultura.
Como se estableció en uno de los principales documentos de la junta de expertos, el Proyecto ROA se puede percibir como parte de un esfuerzo más amplio por realizar un análisis de la relación entre los costos y los beneficios de la agricultura, que abarque tanto los valores del mercado como los no comerciales. A consecuencia de la reunión, la actual etapa del Proyecto se concentrará, en la medida de lo posible, en la generación de datos relativos a los beneficios, a la vez que recopile algunos de los costos documentados. Se considera que mediante la adopción de esta perspectiva el Proyecto puede contribuir a que los asesores y los encargados de elaborar las políticas entiendan mejor los diversos roles del sector agrícola en los países en desarrollo.