Manejo de malezas en caña de azucar
Manejo de las malezas en las plantaciones de cafeto
Manejo de malezas en plantaciones de té
Manejo de malezas en el cultivo del caucho
Manejo de malezas en tabaco
J.C. Díaz y R. Labrada
La caña de azúcar es esencialmente un cultivo industrial de altos insumos y los herbicidas selectivos son el principal medio de control de malezas. En muchos países productores de azúcar, además de grandes plantaciones, existen aún muchos pequeños agricultores que cultivan la caña de azúcar en áreas de 1 ha o menos. Algunos de estos productores venden su cosecha para producción de azúcar, pero otros la utilizan como forraje o para la producción local de ciertos productos dulces, como la llamada panela en Colombia, o la raspadura en algunas islas del Caribe.
La presente revisión trata principalmente sobre el manejo de malezas y el uso reducido de herbicidas en áreas pequeñas de caña de azúcar.
Flora de malezas
Muchas especies de malezas anuales y perennes, comunes en los cultivos, se encuentran en las plantaciones cañeras, tales como las gramíneas Echinochloa colona (L.) Link, Eleusine indica (L.) Gaertn., Digitada sanguinalis (L.) Scop., D. ciliaris (Retz.) Koel., Brachiaria fasciculata (Sw.) Blake, B. platyphylla (Griseb.) Nash; y las especies de hoja ancha (dicotiledóneas) Portulaca oleracea L., Amaranthus spp., Bidens pilosa L., Ageratum conyzoides L., Euphorbia heterophylla L., Chamaecyse spp., Cleome viscosa L., Sonchus oleraceas L., Phyllanthus spp., entre otras. En cañas de retoño predominan otras especies, tales como Panicum maximum Jacq., Paspalum spp. e Ipomoea spp.
El uso de herbicidas generalmente cambia la composición de especies en estas plantaciones. Rottboellia cochinchinensis (Lour.) W.D. Clayton, Sorghum halepense (L.) Pers., Cynodon dactylon (L.) Pers., Setaria spp., Oxalis spp. y varias especies Cyperaceae como Cyperus rotundus L. y Kyllinga spp. son las malezas más comunes en áreas donde se usan herbicidas.
En el Africa sub-Sahariana las malezas hemiparásitas, Striga hermonthica (Del.) Benth. y S. asiatica (L.) Kuntze son especies predominantes en áreas cañeras.
Competencia de malezas
Como en otros cultivos, las malezas compiten con las plantas de caña de azúcar por agua, luz y nutrientes minerales, las que también pueden afectar el crecimiento de la caña de azúcar a través de exudados radicales y lixiviados foliares alelopáticos.
Los resultados de varios experimentos realizados en diferentes partes del mundo demostraron claramente que la competencia de las malezas dentro de los primeros cuatro meses después de la plantación es muy dañina para los rendimientos de caña y de azúcar (Obien y Baltazar 1978). Así, el control de malezas debe iniciarse lo antes posible después de la plantación o de la cosecha. Desde el momento de emergencia de los tallos primarios, entre 3 y 4 labores de desyerbe con intervalos entre 3 y 4 semanas como promedio, deben ser adecuadas para controlar las malezas durante el período crítico de su competencia con el cultivo (Lall 1977).
Preparación del terreno y rotación de cultivos
El programa de control de malezas debe tomar en consideración las malezas predominantes. En áreas cañeras, siempre que las especies principales sean Rottboellia cochinchinensis, Sorghum halepense, Cynodon dactylon y Cyperus spp., es recomendable un barbecho prolongado, incluyendo repetidas labranzas (Díaz y Naranjo 1978; Labrada 1990; Míllhollon 1980; Moberly 1987).
Las aradas y pases de rastra se deben realizar de forma tal que los rizomas, estolones o tubérculos de las malezas perennes sean expuestos sobre la superficie del suelo para facilitar su desecación por la radiación solar y el viento.
Otro enfoque es usar un barbecho más corto y sembrar una leguminosa capaz de suprimir el crecimiento de las malezas. En el norte de la India se han obtenido buenos resultados con el uso de Crotalaria juncea L., Sesbania aculeata Poir., Cyamopsis psoralioides DC. y Vígna catjang (Burm.f.) Walp. (Mathur 1965).
En adición a las leguminosas antes mencionadas se ha visto que el boniato es un cultivo útil para inhibir malezas problemáticas como Sorghum halepense, Rottboellia cochinchinensis, Amaranthus spp. y Parthenium hysterophorus L. (Labrada 1990).
La rotación con soya, caupí, girasol y cacahuete, en primavera-verano, antes de la plantación de la caña de azúcar en otoño, mantiene los campos relativamente libres de malezas (Pérez et al. 1992).
Cultivos asociados
Normalmente los pequeños agricultores tienden a asociar la caña de azúcar con ciertos cultivos anuales, lo cual reduce la infestación de malezas (Creach 1994). Generalmente se siembran cultivos anuales en surcos sencillos o dobles, entre surcos de la caña. Los cultivos más comunes para el asocio son frijoles, maíz, papa, soya y cacahuete. En Brasil, en caña de azúcar asociada con frijoles y con caupí, la infestación de malezas se redujo, mientras que la producción de pol y de azúcares reductores no fue afectada (Alonso Graciano y Victoria Filho 1990).
Distancia estrecha entre surcos
Una alta densidad del cultivo ayuda considerablemente a reducir las poblaciones de malezas. La disminución de las distancias entre surcos de caña de azúcar hasta 0.9-1 m de anchura reduce significativamente la infestación de malezas y el costo de las labores de control de malezas en alrededor del 50% en comparación con distancias tradicionales de 1.4-1.6 m (Díaz et al. 1989). En estas áreas de alta densidad el "cierre" del follaje del cultivo se alcanza a los 2-3 meses de la cosecha o 3-4 meses después de la plantación, con un incremento del 10-20% en el rendimiento de la caña. En regiones donde esta distancia es práctica común sólo se requiere de una labor de desyerbe durante los primeros dos meses después de la plantación (Díaz et al. 1990; Irvine y Benda 1989; Stolf et al. 1987). Además, también es esencial una buena densidad del cultivo para alcanzar un mejor control de malezas en las plantaciones cañeras.
Acolchado o cobertura de residuos
En cañas de retoño, los acolchados o cubiertas inalteradas de paja o residuos de cosecha conservan la humedad, evitan la erosión del suelo y reducen significativamente la infestación de malezas (Calcino 1989; Díaz et al. 1989 1990; Hardy 1990; Meberly 1987).
Los rendimientos son comparables o mejores que los obtenidos con prácticas de desaporque, seguido de aplicación de herbicidas o 5 escardas (Matler y Saxena 1965). En Africa del Sur, en lugares donde se practica la quema de pre-cosecha, los agricultores también conservan la paja remanente después de la quema y lo usan como cobertura (Moberly 1987). No se recomienda el acolchado de paja sobre suelos pesados, de pobre drenaje, ya que el exceso de humedad reduce el crecimiento de la caña (Díaz et al. 1989 1990).
En Brasil se ha demostrado que la paja de caña libera varias sustancias alelopáticas que son fitotóxicas a muchas especies de malezas (Lorenzi et al. 1989), pero las especies de Ipomoea sobreviven.
Variedades de caña de azúcar
Las variedades de rápida germinación y profuso ahijamiento toman menor tiempo en "cerrar" los surcos y constituyen el mejor material de plantación para uso en pequeños predios. Estas variedades son altamente competitivas con las malezas y permiten al agricultor manejarlas con un mínimo de labores de control.
Desyerbe manual
Para agricultores pequeños, de limitados recursos, el desyerbe manual es un componente importante de las prácticas de manejo de malezas. Sin embargo, su eficacia está limitada por condiciones de alta humedad del suelo, y su disponibilidad por los crecientes costos de la mano de obra, y por lo tanto, debe ejecutarse bajo condiciones de suelo seco, y siempre que sea posible, en combinación con otros métodos o prácticas de control de malezas. El descepe de malezas perennes, como Panicum maximum, durante el período seco, es una práctica complementaria util.
Control químico
Existen diversos herbicidas selectivos apropiados para su aplicación en caña de azúcar, pero su uso dependerá de los insumos disponibles a los agricultores. El herbicida de tipo hormonal 2, 4-D se ha usado enn los campos de caña de azúcar por más de 40 años. La sal amina y los ésteres de 2, 4-D a 0.5-1.0 kg i.a./ha son las formulaciones más comúnmente usadas, con las que se controla la mayoría de las malezas anuales de hoja ancha, que compiten con la caña de azúcar. Se debe tener cuidado de evitar la deriva de la aspersión y vapores del 2, 4-D, ya que estos pueden causar daños a los cultivos vecinos (tomate, tabaco, pimiento, algodón, leguminosas y otros cultivos de hoja ancha). Cuando existen cultivos sensibles cerca es mejor usar la sal amina, que es menos volatil que los ésteres. Otras medidas que se pueden tomar son: aplicar el herbicida cuando no sople viento a una baja presión, si es posible usar una campana protectora acoplada a la boquilla.
Durante la preparación del terreno, las malezas perennes, tales como Sorghum halepense y Cyperus rotundas se pueden controlar con glifosato. En la Tabla 1 se muestran los principales herbicidas que se usan en caña de azúcar.
Tabla 1. Tratamientos de herbicidas aplicados en plantaciones de caña de azúcar.
Herbicida |
Dosis kg i.a./ha |
Tratamiento |
Observaciones |
ametrina |
1.6-3.2 |
post |
Para control de malezas anuales, aplicado de forma dirigida en variedades susceptibles. |
asulam |
2.8-4.0 |
post |
Para control de gramíneas anuales y perennes (excepto Panicum maximum), sobre malezas a 20-25 cm de altura. |
atrazina |
2.4-4.0 |
pré |
Control de anuales (excepto Rottboellia cochinchinensis). |
dalapon |
7.0-10.0 |
post |
No selectivo en caña, usado dirigido contra malezas gramíneas, como Cynodon dactylon y Brachiaria mutica. |
diuron |
2.4-4.0 |
pre |
Control de anuales y en mezclas post con paraquat/MSMA |
glifosato |
2.0-3.6 |
post |
No selectivo en caña, aplicado dirigido o en presiembra, principalmente para control de perennes. |
hexazinona diuron |
0.5-1.0 |
pre |
Control de anuales en retoño, usualmente mezclado |
metribuzin |
1.5-2.5 |
pre |
Para control de larga duración de malezas anuales. |
MSMA |
2.0-3-5 |
post |
Aplicado dirigido, mezclado con diuron u otro herbicida anti-fotosintético, para control de amplio espectro, o solo, contra gramíneas y ciperaceas. |
paraquat |
0.3-0.4 |
post |
No selectivo en caña, aplicado en mezclas como el último, para control de anuales, principalmente en pre-cierre. |
pendimetalin |
0.6-1.0 |
pre |
Para control mejorado de Rottboellia y otras anuales, menudo en mezcla con diuron o atrazina. |
picloram |
0.5-2.0 |
post |
Control de hojas anchas leñosas y resistentes a 2, 4-D |
simazina |
2.4-4.0 |
pre |
Como atrazina, mejor bajo irrigación. |
tebuthiuron |
0.8-1.6 |
pre |
Control de malezas anuales. |
terbumeton |
2.4-4.0 |
pre |
Control de anuales. También en mezclas post como diuron |
trifluralin |
1.0-2.0 |
PPI |
Contra gramíneas anuales y algunas perennes (órganos deben fraccionarse). Tolerancia de caña varía con cv. |
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R.K. Nishimoto
Esta información reseña el manejo de malezas en el cafeto y pone énfasis en aquellas prácticas que pueden ser útiles para una producción de bajos insumos.
El cafeto arábigo (Coffea arabica L.) se cultiva en los regiones montañosas tropicales, mientras que el cafeto robusta (Coffea canenophora L.) se cultiva en las tierras llanas tropicales. En su estado natural, el cafeto arábigo es una planta que crece bajo la sombra de árboles. Sin embargo, la mayoría del cafeto comercial se cultiva sin sombra y requiere de altos insumos, especialmente de fertilizante y agua. El uso de la sombra para la producción de café permite menores insumos, lo cual es económicamente viable, a pesar de producir menos por unidad de área.
Las malezas y sus efectos.
Las malezas son serios problemas en el cafeto, tanto en los viveros como en las plantaciones establecidas. Las especies de malezas más serias en el cafeto, a nivel mundial, son: Cynodon dactylon (L.C. Rich) Pers., Cyperus rotundus L., Dígitaria scalarum (Schweinf.) Chiov., Imperata cylindrica (L.) Beauv. var. major (Nees) C.E. Hubb., especies de Amaranthus, Bidens pilosa L. y Galinsoga parviflora Cav.. Otras especies comunes en cafetales son: Eleusine indica (L.) Gaertn., Dactyloctenium aegyptium (L.) Richt., Digitaria sanguinalis (L.) Scop., especies de Paspalum, Pennisetum clandestinum Hochst., Portulaca oleracea L., especies de Commelina, Solanum nigrum L. y Ageratum conyzoides L.
La reducción del crecimiento y rendimiento de café a causa de las malezas varía en dependencia de las especies presentes, etapa de desarrollo del cafeto y condiciones del ambiente, tales como las precipitaciones (Friessienben et al. 1991). Aún en plantaciones establecidas, las pérdidas de producción por la falta de control de las malezas durante el período lluvioso estuvieron entre 35 y 39%, mientras que con un control parcial mediante siega, las pérdidas de rendimiento fueron de 16 y 27% (Pereira y Jones 1954a; Jones y Wallis 1963).
El efecto de las malezas en la producción de café fue más severo en el período seco (Friesslenben et al. 1991) cuando los rendimientos se redujeron hasta un 50% comparado con parcelas desyerbadas manualmente.
Además de la pérdida anual de rendimiento causada por las malezas, la producción de café declinó progresivamente con el aumento del número de ramas de cafeto que morían cuando la interferencia de las malezas se mantuvo por varios años (Pereira y Jones 1954a).
Los métodos de control de malezas incluyen la proyección de sombra, la escarda manual y otras labores de cultivo con otros aperos, corte o siega, cultivos de cobertura, acolchado y el uso de herbicidas.
Métodos culturales y físicos
Sombra. Una cantidad significativa de cafeto se cultiva bajo árboles de sombra, tales como Albizia, Inga, Erythrina, Casuarina, Leucaena y Glyricidia (Mitchell 1985). La sombra reduce la producción de café y la respuesta al fertilizante (Mitchell 1985; Snoeck 1985). Así la sombra puede reducir las necesidades de fertilizantes. Los árboles leguminosos, que proyectan sombra, aportan nitrógeno al sistema, así como también otros nutrientes liberados por sus residuos. El costo del control de malezas se redujo entre un tercio y la mitad con la sombra del follaje de Albizia o Casuarina. Aquí los beneficios aumentaron en la medida en que elevó el nivel de sombra (De Silva y Tisdell 1990).
La sombra redujo el número de especies de malezas, pero Commelina diffusa Burm. resultó abundante (Goldberg y Kigel 1986). Los residuos y extractos de las especies Commelinaceae redujeron el crecimiento de otras malezas, como la B. pilosa (Ramos et al. 1983). Además, Waller et al. (1989) sugirieron que la escasez de malezas alrededor de muchas plantas de café se debía en parte a la lixiviación de la cafeína de la copa de las plantas y de los residuos del cafeto. Una mejor compresión de este tema puede conducir a nuevas oportunidades para el manejo de las malezas.
Escarda manual y aperos mecánicos de cultivo. La azada manual y los aperos mécanicos, tales como la rastra de discos, el arado multi- surcos y el cultivador rotatorio se han usado efectivamente en el control de malezas en cafeto. Los mayores rendimientos de café se obtuvieron con el uso de la azada manual, probablemente debido a que el control de malezas fue más completo y el cultivo menos dañado. No hubo diferencia en el rendimiento de café entre los otros aperos mecánicos que se evaluaron (Pereira y Jones 1954a). Sin embargo, la labranza continuada por cualquier vía produjo efectos adversos, lo que incluyó una reducción del espacio de poros y de la velocidad de percolación del agua (Pereira y Jones 1954b). La erosión del suelo fue un problema serio donde se realizaron experimentos de labranza por periodos largos o donde los suelos quedaron expuestos con prácticas de control químico de las malezas (Pereira et al. 1964; Silveira et al. 1985). Mientras estos efectos son serios problemas a largo plazo, los beneficios por evitar la competencia de las malezas durante un periodo de cinco años compensaron bastante cualquier disminución del rendimiento causada por el efecto del desyerbe sobre la estructura del suelo (Pereira y Jones 1954b). Entre los aperos de labranza mecánica, el cultivador rotatorio aportó al suelo una mejor estructura al triturar mejor los terrones del suelo (Pereira y Jones 1954b; Pereira et al. 1964) y aportar un mejor tamaño de los agregados del suelo (Silveira y Kurachi 1985).
Corte. El corte, la siega y el pastoreo de ovejas son importantes prácticas culturales en el café. En áreas cafetaleras de Africa Oriental, las malezas fueron cortadas 0.8 veces anualmente (Roe y Whitaker 1985a), lo que modificó la composición de malezas con una mayor predominancia de gramíneas perennes, que causó más reducción de los rendimientos que el uso de leguminosas de cobertura (Bouharmont 1978) o áreas libres de malezas con el uso de la azada o mediante el cultivador rotatorio (Friessleben et al. 1991). A pesar de la reducción potencial de rendimiento, la vegetación cortada ofreció considerable protección al suelo contra la erosión y mejoró su estructura comparado con áreas desyerbadas que dejaban la superficie del suelo descubierta. Es por esta razón que esta práctica se usa durante el período lluvioso.
Cultivos de cobertura. Se han realizado relativamente pocos estudios sobre cultivos de cobertura, pero en Camerún, una cobertura del suelo con Leucaena glauca Benth. cortada, aumentó ligeramente el rendimiento de café robusta comparado con el desyerbe que dejaba la superficie del suelo descubierta. Pueraria javanica Benth. y Mimosa invisa var. inermis Mart. fueron también cultivos de cobertura prometedores (Deuss 1967). En la República Centroafricana, las leguminosas cobertoras M. invisa var. inermis y Flemingia congesta Roxb. aumentaron los rendimientos de café robusta sobre la vegetación natural (Bouharmont 1978). Entre cuatro coberturas evaluadas, F. congesta fue la que redujo menos el contenido de agua del suelo, pero una cobertura plástica negra comparada con una cobertura de F. congesta sobre- duplicó el rendimiento de café, debido principalmente a una mejor economía del agua (Snoeck 1985). En Kenya, una cubierta de Desmodium intortun (Miller) Fawc. y Rendle desyerbada regularmente mermó severamente los rendimientos de cafeto arábigo durante los primeros 4 años, pero una vez que éste se estableció los rendimientos fueron iguales a las del cafeto desyerbado y superficie descubierta (Njoroge y Mwakha 1983). En Cuba, Zebrina pendula Schnizl.se utiliza como cultivo cobertor (Labrada 1992, comunicación personal). Los problemas potenciales de los cultivos de cobertura fueron la competencia por el agua, durante el período de sequía, y por el nitrógeno, así como la dificultad en el control de malezas problemáticas, como Digitaria scalarum.
Los cultivos de cobertura se deben manejar cuidadosamente para reducir la competencia. En Brasil, las coberturas de Vigna sinensis Endl. y después de Calopogonium mucunoides Desv., mermaron los rendimientos de café arábico en 17% comparado con el desyerbe y superficie del suelo descubierta (Medcalf et al. 1955). Crotolaria juncea L. sembrada en los entre-surcos del cafeto, durante los períodos lluviosos, así como después cortada y dejada como acolchado, retrasó seriamente el crecimiento de un cafetal arábigo joven (Robinson y Mitchell 1964).
Se requiere investigar sobre las características de los cultivos de cobertura que ofrezcan una rápida reducción de las malezas, así como también una presión de competencia mínima de las malezas sobre el cafeto. Aspectos importantes son el manejo del agua, los nutrientes y la regulación del crecimiento de los cultivos de cobertura, posiblemente con reguladores del crecimiento (Akobundu 1982) y dosis subletales de herbicidas. Es probable que el manejo de los cultivos de cobertura sea específico según las localidades.
Acolchado. La mayoría de las fincas con irrigación utilizan el acolchado en alguna medida. Así, en Africa oriental se usa el acolchado en el 22% del area irrigada (Roe y Whitaker 1985a). Los principales acolchados son a base de gramíneas no cultivadas o Pennisetum purpureum Schumach, los cuales inhiben las malezas significativamente, para lo cual se necesita no menos de 10cm de cobertura para un buen control de malezas (Medcalf 1956). Sin embargo, el acolchado en el cafetal parece hacerse con la esperanza de obtener aumentos sustanciales de rendimientos y no por el beneficio del control de malezas. El acolchado de hierbas o residuos de bananos aumentó los rendimientos anuales del café hasta un 72% en Brasil (Medcalf 1956) y 26% en Tanganika (Robinson y Mitchell, 1964). Pereira y Jones (1954a) demostraron que los acolchados arrojan rendimientos de café más altos de aplicarse antes del período lluvioso y no previo al período de sequía. El acolchado tuvo un efecto acumulativo positivo en el rendimiento de café (Robinson y Mitchell 1964), pero puede afectar adversamente la calidad de la producción cuando se usa en exceso (Blore 1965a).
El acolchado aumentó el carbono orgánico, pH, K, Mg y P del suelo (Pavan et al. 1986). También aumentó sustancialmente la retención de la lluvia y el espacio poroso de libre drenaje (Robinson y Hosegood 1965) y, comparado con la labranza a superficie descubierta, elevó la producción de raíces en 60% (Bull 1963).
A pesar del uso habitual de acolchados en haciendas rentables de café (Roe y Whitaker 1985b), su economía ha sido cuestionada, porque requiere aproximadamente la mitad del área cultivada de plantas de cafeto para el desarrollo de la cobertura, así compo por el costo de la cosecha, transportación y distribución de la mísma (Deuss 1967).
Herbicidas
La importancia de los herbicidas en el control de malezas en cafeto es probable que continúe, aún con producción de bajos insumos. La situación de los herbicidas en este cultivo ha sido resumida por Akobundu (1987), Chía y Nishimoto (1987) y la Fundación de Investigaciones del Café de Kenya (1990).
Los herbicidas pos-emergentes paraquat y glifosato se usan ampliamente. Paraquat defolia virtualmente a todas las especies de malezas, pero glifosato es más útil donde las malezas perennes, especialmente gramíneas y ciperáceas, son un problema. Sin embargo, el contacto de glifosato con los tejidos verdes del café ha causado daños (Chawdhry 1975). Otros herbicidas pos-emergentes son amitrol, dalapon y 2, 4-D. Además, los graminicidas pos-emergentes fluazifop-butil y sethoxydim son especialmente útiles, donde la seguridad del cafeto es crucial, para el control de gramíneas en leguminosas de cobertura o para inhibir céspedes vivos de gramíneas.
Los herbicidas pre-emergentes pueden usarse previo al período lluvioso o con herbicidas pos-emergentes para controlar las plántulas y para alargar el período de control de malezas en el cafetal. Diuron y simazina se han usado desde 1960 (Medcalf y de Vita 1960; Medcalf et al 1961), aunque se han observado daños en el café con diuron en cultivos establecidos sobre suelos arenosos (Blore 1965b), así como con diuron y simazina en cafetales recien trasplantado (Nishimoto 1992). Sin embargo, estos herbicidas de aplicación al suelo no se utilizan ampliamente en plantaciones de café. Más recientemente, se ha demostrado el uso selectivo de oxyfluorfen para el control de malezas (Kiara 1984; Nishimoto 1992). En Hawaii, oxyfluorfen se ha usado ampliamente en cafetales jóvenes. En Cuba se encontró que ametrina más simazina era seguro en cafetales de un año de plantado (Labrada 1992 comunicación personal).
Mitchell (1968) analizó la factibilidad de las prácticas de mínima y cero labranza en el cafeto, pero sugiere que el desyerbe con herbicidas para agotar las semillas de malezas germinables cerca de la superficie del suelo, debe integrarse con el acolchado u otras prácticas de conservación del suelo.
Muchas prácticas de control de malezas son efectivas y muy usadas en el cafeto. Mientras el desyerbe, con azada manual o herbicidas, dejando la superficie del suelo descubierta, produce los mayores rendimientos de café, también provoca una estructura más pobre del suelo y su erosión. Las prácticas más prometedoras en un esquema sostenible y de bajos insumos de control de malezas son: el uso de árboles de sombra, los cultivos de leguminosas de cobertura y el acolchado. Las prácticas de control de malezas, tales como labranzas, corte o pastoreo y los herbicidas, deberían ser herramientas suplementarias en el manejo del sistema de cultivo de cobertura o de acolchado. Sin embargo, la factibilidad económica de los sistemas de control de malezas diseñados para el máximo de conservación de recursos continúa siendo un serio problema.
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P.B. Ekanayake
El efecto de las malezas sobre el té es principalmente sobre la competencia por la humedad y los nutrientes, pero también la interferencia con la cosecha y otras labores de campo. Algunas malezas sirven como hospederas de plagas y enfermedades de este cultivo.
Los efectos competitivos de las malezas son mayores sobre plantas jóvenes de té. Así, las plantas del cultivo desyerbadas cada cuatro semanas alcanzaron casi el doble del crecimiento de aquellas desyerbadas cada diez semanas (Wettasinghe 1968). La competencia redujo el rendimiento en un 30% durante el primer año de cosecha, mientras que en campos de té adulto las pérdidas se estimaron entre un 5-15'% (Wettasinghe 1971). A nivel mundial, aproximadamente 14-15% de la cosecha de té se pierde debido a las malezas (Grammer 1967). Jayanathan (1991) afirmó que las malezas extraían más nutrientes aplicados a plántulas del cultivo que de campos de té adulto, con un máximo de absorción de N, P, K y Mg por las malezas entre 3 y 6 semanas después de la aplicación del fertilizante. Entre los tipos de malezas, las gramíneas son competidoras más severas por el nitrógeno que las malezas de hoja ancha (Eden 1947;
Rahman 1975). Femando (1966) indicó que una infestación moderada de malezas no reduce el rendimiento.
El control manual de malezas ha sido una práctica convencional en todo el mundo (Onsando 1989). El control químico de malezas se ha adoptado por algunos países apenas durante la última década (Rahman 1975). Actualmente se usa una combinación de métodos manual, químico y cultural. El objetivo de este enfoque integrado de manejo de malezas es controlar todas las especies problemáticas, dejando aquellas pequeñas y no competitivas como mente de cobertura protectora del suelo contra la erosión.
Desyerbe manual
El desyerbe manual, usando azadones, ha producido severas pérdidas de suelo, con aproximadamente 30 cm de la capa superficial erosionada durante los últimos 100 años en Sri Lanka (De Alwis y Demantha 1981). Esto provoca la pérdida de la fertilidad del suelo (Basnayake 1985) y efectos adversos sobre sus propiedades físicas, como disminución de la fracción limo-arcilla, de la capacidad de intercambio catiónico, del contenido de carbono orgánico y de su agregación (Anandacoomraswamy et al. 1986). Con la extracción física de las malezas de los campos de té también se pierden nutrientes (Wettasinghe 1972; Ekanayake 1991). Actualmente el desyerbe manual se limita al arranque manual de las malezas, dejando alrededor de un 25% de estas plantas, sobre todo de especies pequeñas, como Drymaria, Centella y Oxalis spp.
Métodos culturales
La sombra juega un papel importante en el control de malezas en el cultivo del té y Wettasinghe (1981) demostró que a bajas intensidades luminosas se reducía la germinación de semillas de muchas especies de malezas y su crecimiento. Los métodos culturales de control de malezas están dirigidos a garantizar una buena cobertura del suelo, estimular una temprana formación del follaje del cultivo mediante el manejo de la sombra, el uso de cultivos de cobertura y acolchados.
Manejo del cultivo. Antes de la plantación se puede mejorar la estructura y fertilidad del suelo e inhibir las malezas plantando gramíneas como Cymbopogon confertiliflorus Stapf y Tripsacum laxum Nash. Después de la plantación, el control efectivo de las plagas y enfermedades, y el uso juicioso del fertilizante promueven el crecimiento vigoroso de las plantas. Las prácticas de cosecha y poda son factores importantes que afectan la estructura del follaje y deben dirigirse a mantener una buena cubierta del suelo.
Cultivos de cobertura y acolchados. El establecimiento de cultivos de cobertura de leguminosas, tales como Desmodium ovalífolium Wall. y Stylosanthes gracilis H.B.K. en los espacios entre hileras de té joven, ayuda a suprimir las malezas. Sin embargo, es necesario un manejo cuidadoso de tales coberturas, ya que éstas compiten por la humedad en períodos secos (Manipura 1972). Las malezas cortadas y las ramas podadas de árboles de sombra inhiben el crecimiento de las malezas, conservan la humedad del suelo y mejoran su fertilidad (Visser 1961). Los árboles de sombra contribuyen, además, al control de malezas, ya que disminuyen las intensidades de luz, y reducen su germinación y crecimiento.
El manejo de las hondonadas, valles y áreas abiertas también debe incluírse en los programas de manejo de malezas, para evitar que sus semillas se propaguen a los campos de té adyacentes.
Control químico de malezas
El control químico de malezas reduce la pérdida de nutrientes debido a la eliminación física de las malezas, mientras que el uso de herbicidas de pos-emergencia aporta un acolchado sobre la superficie del suelo que mejora sus condiciones físicas (Rahman 1975), reduce la erosión y los daños a las raíces (Venkataramani 1964; Sivapalan 1983). Sin embargo, el uso repetido de un mismo herbicida implica el riesgo de aumento de la incidencia de especies resistentes (Sharma 1977), por lo que éstos deberán usarse en mezclas y rotaciones.
En la Tabla 1 aparecen los herbicidas más usados en el manejo de malezas en plantaciones de té.
Diuron tiene adicionalmente alguna acción de contacto cuando se le incorpora un agente humectante. Glufosinato-amónico tiene una acción de contacto más lenta que paraquat, pero posee alguna actividad sistémica, valiosa sobre especies perennes.
Glifosato se usa principalmente para controlar especies de malezas dotadas de rizomas, tales como Panicum repens e Imperata cylindrica (L.) Raeuschel. Sus dosis se pueden reducir mediante el uso de caolín como coadyuvante. Se afirma que éste y otros aditivos aumentan la acción de los herbicidas (Blair 1975; Suwunnamek y Parker 1975; Rao y Rahman 1978).
Oxyfluorfen se considera un herbicida seguro para su uso en áreas de té joven (Kathiravetpillai y Punyasiri 1985). Los herbicidas de aplicación al suelo diuron y oxyfluorfen, a las dosis recomendadas, no afectan la actividad microbiana del suelo (Anandacoomaraswamy et al. 1987).
Tabla 1. Herbicidas extensamente usados en plantaciones de té.
Herbicida |
Dosis kg i.a./ha |
Tratamiento |
Comentarios |
Dalapon 2, 4-D |
4.25 1.0 |
Post Post |
sistémico sistémico |
Diuron |
1.0 |
Pre |
residual |
Glufosinato |
0.2 |
Post |
sistémico |
Glifosato |
4.4 |
Post |
sistémico |
MCPA |
0.9 |
Post |
sistémico |
Oxyfluorfen Paraquat |
0.3 0.22 |
Post Post |
residual contacto |
El costo de los productos agroquímicos se está elevando y existe una creciente preocupación en relación con la contaminación del ambiente, lo cual hace necesario reducir su uso. Por lo tanto, una estrategia efectiva para el manejo de malezas es el enfoque integrado, donde los métodos manual, cultural y químico estén unidos para reducir las malezas a un nivel que no cause daños económicos, a la vez que mantenga niveles altos de productividad en las plantaciones de té.
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L. Samarappuli
Las malezas se consideran indeseables por varias razones, principalmente a causa de los bajos ingresos económicos que se obtienen en el área afectada. Las especies de malezas nocivas en las entre-hileras, durante estadios jóvenes del cultivo, pueden competir con el caucho por la humedad del suelo, la luz y los nutrientes, para así afectar el crecimiento y rendimiento de las plantas del cultivo e interfírir con las prácticas habituales de la finca, como la irrigación, la aplicación de plaguicidas y la fertilización. Algunas malezas contienen sustancias inhibidoras que pueden inhibir el crecimiento del caucho y también actúan como hospederas de muchas plagas y enfermedades de este cultivo. Por lo tanto, el control de malezas se considera importante en las plantaciones de caucho.
La naturaleza de los problemas de control de malezas en las plantaciones de caucho se pueden categorizar de la forma siguiente:
1. Control de malezas al momento de la re-plantación previo al establecimiento de cultivos leguminosos de cobertura;2. Eliminación de malezas en áreas donde se han establecido cultivos de cobertura;
3. Mantenimiento de los surcos plantados en condiciones libres de malezas durante los primeros años después de la re-plantación.
4. Control de malezas en áreas adultas.
El caucho se cultiva a veces en terreno ondulado, rocoso y no uniforme, difícil de atravesar aún a pie.
La selección de un método específico para el manejo sistemático de malezas depende en gran medida de la edad de la población de caucho, las condiciones climáticas, tipo de maleza, su distribución y del tamaño de la finca (Yogaratnam et al. 1991).
Desyerbe manual
Este método es efectivo, pero costoso. Además, tiende a provocar severa erosión. Al arañar la tierra con azadas pesadas, se destruye la estructura del suelo, lo que deja su superficie descubierta que fácilmente es arrastrada por la lluvia. Además, esto no sólo propiciará un lecho adecuado para el crecimiento de las malezas, sino también estimulará la germinación de semillas latentes.
El desyerbe manual es muy efectivo cuando se establecen cultivos de cobertura en áreas con malezas de porte alto. Esto comprende la eliminación de malezas alrededor de las camas o de cobertura para permitirles a éstas su extensión hasta que cubran toda el area. El desyerbe manual también se realiza en franjas de alrededor de 1.2 m hasta 1.8 m de anchura a lo largo de los surcos plantados, o en círculos de aproximadamente 0.6 m hasta 0.9 m de radio alrededor de cada planta de caucho. Otra situación donde el control manual de malezas podría ser ventajosa o incluso necesaria, es la eliminación selectiva de malezas en áreas, donde se han establecido cultivos de cobertura.
Manejo de coberturas
El manejo de coberturas del suelo es muy efectivo para inhibir el desarrollo de las malezas en plantaciones jóvenes de caucho y es esencial para preservar la fertilidad y la conservación del suelo, así como para el control de enfermedades. Las plantas leguminosas son las coberturas de suelo más útiles, ya que además de otros cualidades que otras espeices también presentan, las leguminosas pueden fijar el nitrógeno atmosférico cuando crecen bajo condiciones apropiadas y en presencia de las cepas o razas correctas de bacterias para cada especie. En Sri Lanka es popular una mezcla de Pueraria y Desmodium, ya que la primera indicada crece rápidamente durante las etapas tempranas de la plantación, pero tolera una ligera sombra, mientras que Desmodium presenta un crecimiento inicial más lento, pero si tolera más sombra y persiste mejor bajo un follaje bastante denso de caucho. Los cultivos de cobertura se establecen mejor inmediatamente después del desyerbe. En áreas donde las malezas son densas, se deben formar franjas libres de éstas y se deben plantar las semillas o propágulos en estas franjas. Cuando se hayan establecido, se deben eliminar gradualmente las franjas intermedias de malezas para permitir que el cultivo de cobertura se extienda y cubra toda el área. En tales áreas se deben utilizar coberturas de plantas de hábitos rastreros, que se propagarán e inhibirán a las malezas.
Tabla 1. Efectos de las coberturas de suelo sobre el crecimiento y rendimiento del caucho joven.
Tratamiento |
Diámetro medio (cm) |
Rendimiento (kg/ha) |
Malezas |
56.1 |
1800 |
Leguminosas |
61.5* |
2506* |
Malezas+ N |
60.5* |
2578* |
* Significativamente diferente a P = 0.05
Los resultados al final de 10 años de la plantación (Tabla 1) mostraron que los árboles con coberturas de leguminosas eran superiores en el diametro del tronco como en el rendimiento inicial a aquéllos con presencia de malezas. Otros tratamientos con malezas y nitrógeno han mostrado también efectos similares al tratamiento con leguminosas, lo que sugiere que en ausencia de cobertura se tendrá que aplicar nitrógeno adicional, en algunos casos triplicando las recomendaciones de uso normal (Yogaratnam et al. 1984).
El aporte de hojas, materia verde, residuos y la relación C/N de las coberturas siempre fue mejor con las leguminosas. Otros beneficios de éstas son la producción total de materia seca y el contenido total de N en las hojas por árbol.
El menor crecimiento del caucho en las parcelas enyerbaos, principalmente por gramíneas, como Axonopus y Paspalum, y compuestas, como Mikania y Hedyotis, es debido probablemente a un menor retomo de los nutrientes esenciales al suelo por las malezas y la competencia de las gramíneas, con sus sistemas radicales más densos, por la humedad. Más aún, es conocido que Mikania exuda un compuesto fenólico que inhibe el crecimiento (Wong 1964), que además de reducir la nitrifícación, también afecta adversamente la población microbiana del suelo (Yogaratnam et al. 1977).
Acolchado
Sí se dispone de suficiente material para el acolchado, tales como cultivos de cobertura cortados, paja, etc., acolchar o cubrir el área entre-surcos puede ser un método satisfactorio de control de malezas.
La plantación de árboles leguminosos, como Flemingia, Sesbania, Tephrosia y Gliricidia, y la formación de una cobertura con los residuos de hojas entre los surcos de la plantación mediante corte y acolchado, es también un método deseable para el control de malezas en plantaciones jóvenes de caucho.
Tabla 2. Efectos del acolchado sobre la capacidad de sangría y el rendimiento del caucho.
Tratamiento |
Capacidad de sangría (%) |
Rendimiento (kg/ha/año) |
Malezas |
13.17 |
907.0 |
Acolchado inerte |
66.85*** |
1050* |
* Significativamente diferente a P = 0.05
*** idem at P = 0.001
Una posible explicación de un mejor resultado del caucho bajo acolchado (Tabla 2) es que la paja de arroz tiene una relación C/N más alta y podría servir como cobertura del suelo durante un período más largo de tiempo. Es bien conocido que los materiales con alta relación C/N se consideran como de lenta mineralización, por lo que sirven como inhibidores de las malezas. También las malezas compiten con las plantas de caucho por los nutrientes esenciales y el agua, mientras que con acolchado no existe tal competencia. Por otra parte, el aporte de nutrientes al suelo es también un factor que contribuye al aumento de los contenidos de nutrientes en las hojas y el suelo del caucho bajo sistema de acolchado.
Cultivos asociados
Este es otro excelente método de manejo de malezas en el caucho. Estudios realizados por el Instituto de Investigaciones del Caucho han revelado que el asocio con banano, pasionaria y piña, si se realiza sistemáticamente, no causará efecto adverso alguno al crecimiento y rendimiento del caucho. Este método de inhibición del desarrollo de las malezas en el caucho es apropiado, tanto para haciendas grandes como para pequeños agricultores.
Pastoreo de animales de granja
El pastoreo controlado de animales de granja, como ovejas, cabras y la cría de gallinas bajo el caucho puede controlar efectivamente las malezas.
Herbicidas
La naturaleza de los herbicidas a usar en los programas de control químico de malezas depende de varios factores:
La naturaleza de las plantas que se consideran malezas;
El objetivo del control de malezas y el grado de control necesario;
Los costos de los herbicidas y su aplicación.
El Instituto de Investigaciones del Caucho de Sri Lanka ha hecho recomendaciones con relación el uso de mezclas de herbicidas basadas en MSMA, a usar en dependencia de las principales malezas presentes, del nivel de sombra debajo de los árboles y las condiciones locales del suelo. Las mezclas son a base de amitrol, 2, 4-D amina, clorato de sodio y dalapon, que controlan las principales malezas, tales como Paspalum conjugatum, Mikania micrantha, Axonopus spp. y Borreria spp.
Glifosato controla con efectividad Panicum repens L. e Imperata cylindrica (L.) Raeuschel cuando se usa en una dosis de 4.4 kg i.a. en 600 litros de agua por ha. Paraquat es efectivo en el control de malezas anuales en las plantaciones de caucho cuando se usa en una dilución de 28 ml en 9 litros de agua. Dalapon se usa también en el control de I. cylindrica.
El aumento del costo de la fuerza de trabajo ha requerido de cambios en las prácticas de control de malezas en el caucho. Durante la fase inicial del cultivo se considera una política agrícola apropiada el plantar cultivos de leguminosas para cobertura, ya que suministran nitrógeno, aumentan la materia orgánica y mejoran las propiedades físicas del suelo, así como evitan la erosión. Sin embargo, como el método actual de establecimiento y mantenimiento de leguminosas requiere trabajo intensivo, los costos de la fuerza de trabajo se han elevado considerablemente provocado por las recientes revisiones ascendentes de salarios. La solución puede ser el uso más extensivo de herbicidas que eliminen selectivamente las malezas nocivas que crecen entre las leguminosas. Estudios preliminares en Malasia han mostrado que los costos pueden ser reducidos entre 20% y 30% al utilizar herbicidas de pre y pos-emergencia (Teoh y Chong 1976 y Tan et al. 1976).
Cuando se cierra el follaje de los árboles, el vigor de las leguminosas declina y éstas son eventualmente reemplazadas por vegetación de gramíneas, helechos y dicotiledóneas. A fin de reducir la competencia por la humedad y los nutrientes, así como facilitar las operaciones de campo se hace necesario la aplicación de herbicidas (Teoh et al. 1977).
En India, debido a la prevalencia de un período seco prolongado, de 3-5 meses en los distritos cultivadores de caucho, el problema producido por las malezas es comparativamente menos serio que el de otros países productores de caucho natural. Sin embargo, los problemas de malezas en los viveros de plántulas y en las plantaciones jóvenes de caucho son bastante serios y las medidas de control son muy costosas. Por otro lado, en áreas establecidas, donde el follaje ha cerrado, el problema es menos serio.
En el Instituto de Investigaciones del Caucho de la India se realizaron experimentos para estudiar la posibilidad del control químico de malezas en los viveros de plántulas y en plantaciones jóvenes de caucho. Mientras que en los primeros el uso de herbicidas pre-emergentes resultó prometedor, en los últimos una secuencia de herbicidas pre y pos-emergentes demostró ser ventajoso (Mathew et al 1977).
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Introducción
Almacigas o semilleros
Areas de trasplante
Referencias
R. Labrada
El tabaco es uno de los cultivos más susceptibles a la interferencia de las malezas. Las pérdidas de rendimientos no sólo se deben a los efectos de la competencia de malezas, sino también al hecho que diversas malezas, particularmente de hoja ancha, sirven de hospederas de varias plagas y enfermedades dañinas a la planta cultivable. Las malezas igualmente reducen la calidad de las hojas de tabaco cosechadas, lo que proporciona otro elemento que justifica el desarrollo de medidas efectivas de manejo de malezas.
El tabaco se cultiva de forma similar a muchas hortalizas: obtención de posturas sobre camas de semilleros, las que posteriormente se trasplantan en el campo.
Para obtener posturas de buena calidad es necesario controlar diversas plagas del suelo, que incluye las semillas de malezas. En los países desarrollados, los fumigantes del suelo como bromuro de metilo, metham-sodio o dazomet (granulado), son los más usados comúnmente para el tratamiento del suelo. Este tipo de tratamiento tiende a ser inadecuado al nivel de la pequeña finca o predio debido a los altos costos y a la necesidad de equipos especiales para la aplicación y protección del operador de la aplicación. La solarización del suelo es otra opción de control de malezas en almacigas (ver Almacigas de hortalizas para más detalles. Capítulo 14), pero aquí de nuevo será aconsejable determinar la factibilidad económica al nivel del pequeño agricultor. La preparación del terreno juega un importante papel en la reducción de la infestación de malezas, por lo que el uso regular de la rastra o grada después de la arada sirve para eliminar las plántulas de malezas y ayuda considerablemente a reducir el banco de semillas de malezas en los primeros 5-7 cm del suelo. Para la producción de posturas vigorosas se requiere de una cama libre de malezas durante su periodo de crecimiento. Para evitar la competencia de las malezas emergidas, estas deben ser arrancadas a más tardar en su fase de 2-3 hojas, lo que implica que habrá que realizar no menos de tres desyerbes durante el ciclo de crecimiento de las posturas. Otra alternativa puede ser el uso de herbicidas selectivos, tales como difenamida o napropamida, en tratamientos pre-emergentes, a las dosis ya indicadas para las almacigas de tomate y pimiento.
En el trasplante, la preparación del terreno como ya descrita para las almácigas o semilleros es importante. La rotación de cultivos con leguminosas, tales como cacahuete reducen la infestación de nemátodos en el suelo y ayuda enormemente a reducir las densidades de las malezas siempre que se practique un buen manejo de éstas en el cultivo precedente indicado.
Se debe plantar posturas vigorosas para garantizar la temprana competencia del cultivo con las malezas emergentes.
Para evitar pérdidas de rendimientos a causa de las malezas, el tabaco trasplantado debe estar libre de malezas por espacio de los primeros 35-45 días (Rivera 1979). Después de este período, cualquier maleza de hoja ancha que pueda servir de hospedera a enfermedades u otras plagas debe ser también eliminada.
La malezas que se desarrollan entre los surcos o líneas del cultivo pueden ser controladas por medio de cultivo mecánico, dos operaciones sobre suelos de textura pesada o media y tres sobre suelos ligeros (Ashton y Monaco 1991). Desyerbes manuales adicionales pueden requerirse en caso de presencia de malezas a lo largo de los surcos del cultivo.
La aplicación en banda (20 cm de ancho) de los herbicidas a lo largo de los surcos del cultivo es particularmente efectiva económicamente si se combina con labores de cultivo entre surcos. Este enfoque resulta ser un 75% menos costoso que la aplicación total del herbicida y también evita daños de las labores de cultivo a las plantas cultivables.
Difenamida, a razón de 3-4 kg i.a./ha, puede ser aplicado sobre las posturas trasplantadas antes de la emergencia de las malezas. Napropamida puede ser también utilizado de igual forma o después de la emergencia de las malezas (Labrada 1987), pero su selectividad en las variedades locales de tabaco debe ser verificada previamente.
Control de Orobanche
En muchas áreas de tabaco las parásitas radicales como Orobanche ramosa L. y O. cernua Loefl. son malezas importantes. Estas holoparásitas son un problema principal en áreas donde se practica parcialmente o no se practica ninguna rotación de cultivos. Se entiende que comúnmente las especies de Orobanche se encuentran mayormente en suelos de baja fertilidad y con bajo contenido de materia orgánica (Cézard 1984, comunicación personal). Sin embargo, en Cuba, O. ramosa es poco importante en tabaco que se desarrolla en suelos ligeros con un contenido de materia orgánica de menos de un 1%, mientras que altas infestaciones de la parásita son comunes en áreas de cultivo sobre suelos de textura pesada con un contenido de M.O. de hasta 3%.
La rotación de cultivo es un método útil para reducir las poblaciones de Orobanche. Plantas-trampas como maíz y sorgo (Krishnamurthy y Rao 1976; Labrada y Pérez 1988) y mostaza (Sinapis alba) en regiones templadas (Alexiev 1966) promueven la germinación de Orobanche y así reducen su banco de semillas en el suelo. El cultivo de tales plantas debe preferentemente desarrollarse, por lo menos, durante dos temporadas consecutivas de cultivo.
Aunque la fertilización nitrogenada reduce el nivel de la infestación de Orobanche (Abu-Irmaileh 1979), este método no es aconsejable, pues suele afectar la calidad de la hoja cosechada del tabaco.
La labranza profunda durante la preparación del terreno puede ser útil, ya que las semillas de Orobanche germinan pobremente a una profundidad mayor de 15 cm del suelo (Labrada y Pérez 1988), pero este método es inadecuado en presencia de fuertes infestaciones de Orobanche, ya que las semillas de la parásita son distribuidas indeseablemente en los primeros 20 cm del suelo.
El arranque manual en áreas poco infestadas da buenos resultados si se practica a largo plazo, ya que así se previene el aumento del banco de semillas de la parásita en el suelo.
El control químico es otra opción, pero no siempre efectiva y dependiente del sistema de cultivo adoptado. Además, este enfoque puede resultar no factible económicamente para el agricultor.
Hydrazida maleica (1.8-2.4 kg i.a./ha o 0.5-1% de la solución a asperjar) se considera efectiva para el control de Orobanche e inhibir los brotes laterales de la planta de tabaco (Alexiev 1969). Este compuesto suele aumentar el grosor de las hojas de tabaco y es inadecuado para su uso en áreas de tabaco destinadas a la producción de capa fina.
Glifosato (60-90 g i.a./ha) controla efectiva y selectivamente Orobanche cuando se aplica sobre varias plantas leguminosas (García-Torres y Fernández Quintanilla 1991), pero de acuerdo a la experiencia personal de este autor, su selectividad en las plantas de tabaco es bastante irregular, dependiente de la uniformidad del asperjado y de la tolerancia de la variedad de tabaco al herbicida.
En Cuba, una solución al 1% de ethephon se ha venido utilizando con algún éxito, la que se aplica poco antes de la floración de la parásita (Torres 1982). La desventaja de este tratamiento es que en muchos casos, el compuesto tiende a causar madurez temprana de las hojas de tabaco, por lo que se reduce su calidad final.
Algunos intentos se han realizado para controlar Orobanche con patógenos específicos, tales como Fusarium oxysporium var. orthocera (Panchenko 1981), pero este método aún requiere de mayor desarrollo.
El uso de variedades resistentes es otro medio de combate de Orobanche, pero en la actualidad no hay variedades comerciales de tabaco tolerantes o resistentes a esta maleza parásita.
El mejor enfoque es la integración de los métodos culturales y químicos descritos anteriormente. Un método sencillo de control de Orobanche en tabaco no está aún disponible.
Abu-Irmaileh B.E. 1979. Effect of various fertilizers on broomrape (Orobanche ramosa) infestation of tomatoes. En: LJ. Musselman et al. (Eds.) Proceedings 2nd Symposium on Parasitic Weeds. North Carolina State Univ., Raleigh, N.C., pp 278-284.
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