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I. INTRODUCCION

1. La iniciativa conjunta de la FAO y la OMS de convocar la Conferencia Internacional sobre Nutrición (CIN) se tomó con el reconocimiento de que, a pesar de los considerables progresos realizados en todo el mundo para aumentar la disponibilidad de alimentos y mejorar los servicios sanitarios y sociales, en casi todos los países existe alguna forma de hambre y malnutrición. Cuando se celebró la CIN, se estimaba que había 800 millones de personas que no podían obtener alimentos suficientes para cubrir las necesidades mínimas energéticas y más de 192 millones de niños que sufrían malnutrición proteínoenergética (MPE). Unos 2 000 millones estaban afectados por diversas carencias de micronutrientes y muchas personas más padecían enfermedades causadas por la contaminación de los alimentos y el agua. Además, enfermedades crónicas no transmisibles relacionadas con la alimentación, como la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, se estaban convirtiendo en problemas de salud pública en la mayoría de los países. Los principales objetivos en la celebración de la CIN fueron sensibilizar a la opinión pública sobre los problemas nutricionales en el mundo, fomentar la adopción de estrategias y medidas eficaces para hacer frente a estos problemas y favorecer el compromiso político necesario para hacerlo.

2. Cuando los Estados Miembros de la FAO y la OMS se reunieron en Roma en diciembre de 1992 para celebrar la CIN, declararon que el hambre y la malnutrición eran inaceptables en un mundo que poseía el conocimiento y los recursos necesarios para eliminar estos factores devastadores. Cada uno de los 159 países participantes y la CE reafirmaron su determinación de garantizar el bienestar nutricional continuo de toda la población y se comprometieron a intensificar sus esfuerzos para alcanzar este objetivo, adoptando unánimemente la Declaración Mundial y el Plan de Acción para la Nutrición. Los organismos de las Naciones Unidas participantes confirmaron su compromiso de apoyar a los países en estos esfuerzos y dar prioridad a sus programas y actividades relacionados con la nutrición.

3. Existen numerosas pruebas de que la CIN tuvo éxito en alcanzar estos objetivos primarios. Los países han señalado de forma contundente el renacer del interés, el compromiso y las actividades destinadas a mejorar la situación nutricional de sus poblaciones. Existen pruebas igualmente evidentes de que no está justificada una excesiva complacencia con los progresos realizados hasta la fecha; queda todavía mucho por hacer. Los progresos realizados en la mejora de los suministros de alimentos y del bienestar nutricional continúan sin afectar a muchos países y grupos de población. El acceso a los alimentos sigue siendo un grave problema en muchos países, aunque cuenten con alimentos suficientes a nivel nacional. Algunos países han experimentado incluso retrocesos en su situación, ya frágil, en lo que respecta a los alimentos y a la nutrición. En el Africa subsahariana la situación sigue deteriorándose continuamente y las perspectivas para una mejora considerable son escasas. Muchos países, especialmente en Africa, continúan teniendo que hacer frente a situaciones extremas de escasez de alimentos o de una acusada inestabilidad en la disponibilidad de los mismos. Además, se estima que hay unos 16 millones de refugiados y al menos otros 25 millones de personas desplazadas en su propio país. Evidentemente, se requieren esfuerzos concertados de todos los participantes en el desarrollo si se desean alcanzar los objetivos de la CIN.

4. Además, más del 30 por ciento de los niños menores de 5 años en todo el mundo siguen padeciendo malnutrición que se traduce en insuficiencia ponderal. Proyecciones realizadas utilizando la base de datos mundial de la OMS sobre crecimiento infantil indican que la prevalencia de la malnutrición proteínoenergética en niños menores de cinco años de países en desarrollo de todo el mundo se había reducido progresivamente del 42,6 por ciento en 1975 al 34,6 por ciento en 1995. Sin embargo, en algunas regiones esta disminución de la prevalencia porcentual no ha sido tan rápida como el crecimiento demográfico. El resultado es que en algunas regiones, como Africa y el Asia meridional, el número efectivo de niños mal nutridos ha aumentado. Por consiguiente, el número absoluto de niños con peso inferior al normal habrá aumentado de 195 millones en 1975 a unos 200 millones en 1995, lo que significa que más de un tercio de la población mundial menor de 5 años seguirá estando mal nutrida. Es evidente que, si se quieren alcanzar los objetivos de la CIN, todos los participantes en el desarrollo deberán realizar un esfuerzo constante y concertado.

5. El Plan de Acción para la Nutrición pide específicamente que los organismos organizadores supervisen y evalúen los progresos realizados en la aplicación del Plan. La FAO y la OMS, desde el comienzo de la fase preparatoria de la CIN, han presentado informes periódicos a la Conferencia de la FAO, a la Asamblea Mundial de la Salud, al Consejo de la FAO, a la reunión del Consejo Ejecutivo de la OMS, a las Conferencias Regionales de la FAO y de la OMS y a las reuniones de los comités y de otros órganos rectores de la FAO y la OMS. Para la preparación del presente informe sobre los progresos realizados, se ha invitado a todos los Estados Miembros y organismos interesados de las Naciones Unidas a que contribuyan a la consecución de los objetivos de la CIN con una revisión y evaluación de sus esfuerzos, determinando en particular los efectos que está teniendo todo el proceso de la CIN en los distintos programas, políticas y actividades encaminados a mejorar el bienestar nutricional. La respuesta de los países a esta petición ha sido contundente, y más de 140 países y territorios han presentado informes al efecto a la FAO o la OMS. El presente informe se basa en la información aportada por los países y en una revisión de los planes nacionales que han recibido hasta la fecha la FAO y la OMS.


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