Los Estados que aprueben el PAI-Tiburones deberían ser capaces de evaluar la situación de las poblaciones que se encuentran dentro de su jurisdicción, y en particular los efectos debidos a cambios en el ecosistema resultantes de las actividades de pesca, la contaminación y la modificación del hábitat. Deberían tener también capacidad de investigación para evaluar los efectos del cambio climático o ambiental en las poblaciones de tiburones. Estas investigaciones deberían reunir los requisitos habituales de la investigación científica. Los datos generados mediante la investigación y el seguimiento deberían analizarse sin demora; luego, convendría publicar los resultados en forma fácilmente comprensible y someterlos al examen de otras partes interesadas con el fin de garantizar que los procedimientos y normas adoptadas sean aceptables.
Es preciso conseguir una dotación suficiente de personal, actividades de capacitación, edificios y otras instalaciones para proceder al seguimiento, investigación y ordenación de los recursos de tiburón. En la mayor parte de los casos el volumen de recursos humanos y financieros accesibles a los investigadores y administradores de estas poblaciones deberá aumentar para que pueda mejorar la conservación y la ordenación.
La capacitación es un elemento fundamental en la preparación y aplicación eficaz de programas de recopilación de datos, por lo que deberá recibir atención prioritaria. La capacitación y la supervisión del personal dedicado al seguimiento de las pesquerías son imprescindibles para que los datos recopilados sean válidos. Muchas veces, el personal debe trabajar en zonas remotas o como observadores aislados a bordo de los buques, frecuentemente sin ningún contacto con sus supervisores ni colegas durante largos períodos de tiempo. El personal de supervisión debería realizar periódicamente visitas, con inclusión de control de calidad, a los lugares de recopilación de datos, y organizar sesiones de capacitación en el servicio. Los cursos de capacitación y seminarios deberían orientarse específicamente a un número representativo de funcionarios nacionales participantes en las distintas fases de un programa de recopilación de datos de pesca y deberían constituir una actividad habitual. Entre los participantes deberían figurar pescadores, recopiladores de datos, supervisores, investigadores, operadores de computadoras y responsables de la toma de decisiones.
Convendría establecer estructuras de asociación y ordenación conjunta con las partes interesadas, de manera que los sectores pesqueros pudieran colaborar con las autoridades públicas, los científicos especializados en pesquerías, los organismos externos de financiamiento y los representantes de los intereses comunitarios. También convendría organizar actividades de capacitación para los participantes en estos procesos.
Dada la limitación de recursos técnicos y de capital y las deficiencias en la capacitación científica de muchos países en desarrollo, se necesita asistencia para el desarrollo, en particular contribuciones científicas y tecnológicas de otros países, para una aplicación generalizada del PAI-Tiburones. La cooperación internacional es una manera de fortalecer la capacidad de ordenación, información y seguimiento en los países donde la ciencia pesquera y la ordenación del ecosistema no están suficientemente desarrolladas. Ello debería hacerse en asociación entre los expertos locales y externos, para poder utilizar y organizar los conocimientos disponibles y desarrollar la capacidad.
Los Estados que aprueben el PAI-Tiburones deberían, cuando proceda, aportar recursos en apoyo de los “Planes para tiburones” regionales y participar en los acuerdos bilaterales y multilaterales ya existentes o de nueva creación y en las OROP para la conservación y ordenación de los recursos de tiburón.
