LA EXPERIENCIA adquirida por la FAO en sus programas de campo le ha servido
para apreciar particularmente la importancia que tienen los aspectos organizativos
de la enseñanza y la investigación. Se consideran tres niveles
de enseñanza: la orientación profesional (guardias forestales,
capataces), la capacitación técnica (ayudantes y técnicos
forestales) y los estudios superiores y profesionales (ingenieros, oficiales
de montes y productos forestales, etc.) y estos últimos, a su vez, se
dividen en estudios para los no graduados y para postgraduados.
Las escuelas forestales de orientación profesional pueden equipararse a las escuelas técnicas y a los centros de capacitación. En el pasado la FAO ha organizado un cierto número de centros en varias partes del mundo para instructores de capacitación de trabajadores forestales, en general con la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Se piensa organizar más en el futuro.
Las escuelas técnicas forestales pueden funcionar dentro del marco del sistema de enseñanza general del país (Ministerio de Educación) o, en el caso de las escuelas de ayudantes forestales, vincularse o pasar a depender de los servicios forestales (Ministerio de Agricultura y Montes, o Ministerio de Montes). Las escuelas técnicas deben vincularse a programas de demostración.
Nunca se insistirá lo bastante sobre la importancia que tiene esta capacitación de nivel técnico para la debida ordenación y aprovechamiento de los recursos forestales. Los estudiantes deben tener garantías de que las condiciones de servicio en subsiguientes empleos, ya sean del gobierno o privados, les ofrezcan una situación y. una carrera interesantes. Es también importante que se den plena cuenta de los límites de sus futuras responsabilidades. Sólo en casos excepcionales pueden esperar terminar la educación universitaria, ya que el curso universitario de grado no se basa en capacitación técnica, sino en las más altas calificaciones de la segunda enseñanza.
La enseñanza forestal superior para los no graduados debería organizarse dentro del marco de una universidad nacional. Las facultades de montes que conceden títulos en montes deben gozar de plena autonomía dentro de la universidad. El programa de enseñanza e investigación debe ser de un nivel equiparable al de otras profesiones universitarias.
Algunas veces hay que decidir si conviene o no que una facultad forestal forme parte materialmente de una universidad, incluso aunque no existan bosques en la vecindad inmediata, o que funcione independientemente en una región forestal. Lo primero es preferible.
La enseñanza forestal debe estar estrechamente vinculada a la enseñanza de las ciencias sociales y la agricultura, así como a la de las ciencias físicas y la ingeniería, pero no estar subordinada a ninguna de ellas.
También debe impartirse instrucción forestal en las escuelas y facultades de agronomía, con el fin de dar a los agrónomos, especialmente en los trópicos y en las zonas semiáridas, una base y orientación, por ejemplo, en la ordenación de bosques situados en predios agrícolas.
El número limitado de los que después de la escuela de segunda enseñanza («high school») pueden acceder a la enseñanza universitaria y los escasos medios de enseñanza de las ciencias fundamentales para los estudios del primero y segundo años de la carrera de montes, suelen ser factores que impiden el establecimiento de nuevas escuelas y facultades forestales. Son factores que deben ser estudiados a fondo cuando se consideren propuestas de establecimiento de nuevas instituciones.
El Comité Asesor sobre Enseñanza Forestal de la FAO ha recomendado que, al planear proyectos en universidades sin facultad forestal, se disponga de un programa mínimo de ayuda internacional de cinco años y de un personal docente de por lo menos seis instructores.
Los estudios de especialización para postgraduados deben restringirse a las instituciones docentes especialmente bien desarrolladas y que sigan un programa importante de investigaciones y experiencias. Un país tiene muchas veces que renunciar a sus aspiraciones de crear sus propias instituciones nacionales cuando es posible organizar dispositivos regionales coordinados.
Los profesionales escasean en la mayor parte de los países y, por lo tanto, es ventajoso que la enseñanza y la investigación vayan a la par en una misma institución. Los instructores se dedican a la investigación para ampliar su campo de experiencia y obtener nuevos conocimientos. Debe, sin embargo, haber en dichas facultades un número suficiente de especialistas - forestales y otros - para ocuparse de los temas especializados y dejar tiempo libre suficiente tanto para la enseñanza como para la investigación. Subdividir el personal en profesores e investigadores significa ampliar las asignaturas y separar la enseñanza de la investigación.
Dentro del complejo de organismos de las Naciones Unidas, la asistencia en el planeamiento y desarrollo de una facultad forestal 0 de un instituto de investigaciones corresponde principalmente a la FAO, participando la Unesco en las cuestiones relativas a la integración de la facultad dentro de la universidad de que se trate. La FAO proporciona personal docente en ciencias aplicadas agronómicas y forestales, y la Unesco personal docente en ciencias fundamentales que utilizan en común las facultades de agronomía, montes y otras.
1. ARGENTINA |
Instituto de Ordenación de Vertientes e Ingeniería Forestal, Universidad de La Plata |
2. BRASIL: |
Escuela Forestal Nacional y Organización de Investigaciones Forestales, Universidad Federal de Paraná, Curitiba |
3. CHILE |
Instituto Forestal, Santiago |
4. COLOMBIA |
Instituto Forestal, Universidad Nacional de Colombia, Medellín |
5. COSTA RICA |
Departamento Forestal, Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas, Turrialba |
6. ECUADOR |
Centro de Capacitación Forestal, Conocoto |
7. MÉXICO |
Departamento Forestal, Escuela Nacional de Agricultura, Chapingo |
8. PERÚ |
Facultad de Ciencias Forestales, Lima; Escuela de Peritos Forestales, Iquitos; Instituto de Investigaciones Forestales |
9. LIBERIA |
Escuela de Silvicultura, Universidad de Liberia, Monrovia (1956/64 PAAT; 1964/67 FENU) |
10. NIGERIA |
Departamento Forestal, Universidad de Ibadán |
11. NIGERIA |
Estación de Investigaciones Forestales Sabaneras, Nigeria del Norte |
12. TANZANIA |
Escuela de Ordenación de la Vida Silvestre, Mweka |
13. UGANDA |
Escuela de Guardas Forestales, Nyabyeya |
14. SUDÁN |
Centro de Capacitación e Investigaciones Forestales, Jartum |
15. SIRIA |
Escuela de Guardas Forestales para el Cercano Oriente, Lattakia |
16. IRÁN |
Instituto de Silvicultura y Guardas Forestales, Karadj; y Escuela de Guardas Forestales, Gorgan |
17. PAKISTÁN |
Instituto Nacional de Capacitación e Investigaciones Forestales, Peshawar |
18. INDONESIA |
Instituto de Ingeniería Forestal, Bogor |
Los siguientes proyectos quizá se realicen también en un futuro próximo: |
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19. VENEZUELA |
Facultad de Ciencias Forestales, Universidad de los Andes, Mérida |
20. TRINIDAD Y TABAGO |
Escuela de Guardas Forestales, Puerto España |
21. GABÓN |
Escuela de Guardas Forestales, Cap Esterias |
22. UGANDA |
Facultad de Montes, Universidad del Africa Oriental, Makerere |