El término «programa forestal nacional» (PFN) designa una amplia gama de enfoques con respecto al proceso de planificación, programación e implementación de las actividades forestales en un país para aplicarlos a nivel nacional y subnacional, basándose en una serie común de principios rectores. Uno de los principales logros del diálogo internacional desde el decenio de 1990 ha sido el común acuerdo entre los participantes acerca de que cada país debe formular un PFN para propiciar y dirigir los procesos de formulación y aplicación de sus políticas forestales de manera intersectorial y participativa, integrándolos en programas más extensos para la reducción de la pobreza, el desarrollo socioeconómico y el aprovechamiento sostenible de la tierra.
El objetivo de los PFN es establecer un marco político y social viable para la conservación, ordenación y desarrollo sostenible de todos los tipos de bosques, que, a su vez, aumentarán la eficacia y eficiencia de las operaciones públicas y privadas y de la financiación, así como de las contribuciones de los bosques a los medios de subsistencia sostenibles. Un PFN no comprende sólo estrategias, políticas y medidas de acción, sino también mecanismos para su aplicación, seguimiento y evaluación. Una sólida base de información –procedente de inventarios forestales y estudios sectoriales, por ejemplo– desempeña una importante función en un PFN eficaz.
Este número de Unasylva brinda ejemplos sobre el modo en que algunos países han enfocado el propio proceso del PFN, con la convicción de que otros puedan aprender de los éxitos y desafíos –teniendo en cuenta que los PFN cambiarán necesariamente según las condiciones socioeconómicas, culturales, políticas y ambientales del país.
El número se abre con algunas reflexiones de J. Heino, responsable del Departamento Forestal de la FAO, sobre las razones de la importancia de los PFN, y cómo la FAO los apoya. A continuación, C. Sepp y E. Mansur brindan un panorama general de los procesos y los principios del programa forestal nacional: las fases iterativas interesadas en su formulación y los acuerdos participativos que son su distintivo. Se exponen ejemplos concretos en los artículos que siguen.
El caso de Kirguistán es un ejemplo especial, porque la transición política y económica ha posibilitado una revisión completa de la política forestal. I. Kouplevatskaya describe la creación del programa forestal nacional como componente de un proceso de reforma más amplio que ha promovido la participación y la gobernabilidad democrática.
La participación de todas las partes interesadas en los bosques es uno de los principios rectores de los PFN. Los esfuerzos de Filipinas han destacado la utilización de métodos adecuados para garantizar la participación de los pobladores de las aldeas en los procesos normativos. P. O’Hara y J. Pulhin extraen algunas enseñanzas de tales iniciativas, con particular atención en los métodos participativos.
Un medio para ampliar la participación en el proceso normativo es el uso de Internet. La consulta en línea fue un rasgo original en la formulación de la Estrategia Forestal Nacional de Canadá 2003-2008. J. Cinq-Mars extrae algunas enseñanzas de esta primera experiencia y anticipa una utilización más amplia de la misma y de otras recientes tecnologías de comunicación e información en el futuro.
El PFN de Guatemala se centra en el diálogo sobre las políticas, a nivel nacional, y a nivel subnacional. Al describir el proceso del PFN del país, E. Oliva Hurtarte, E. Sales Hernández e
I. Bustos García destacan las Mesas de concertación y política forestal realizadas en las nueve regiones forestales del país –grupos de discusión autónomos conformados por el gobierno central y las autoridades locales, las organizaciones no gubernamentales, las instituciones de la sociedad civil y las empresas privadas– que formulan observaciones al PFN.
Dos artículos estudian las iniciativas regionales a favor del fortalecimiento de los PFN como un puente tendido entre el nivel nacional y el internacional. W. Thies, J. Rodríguez y E. von Pfeil describen el proceso de Puembo, una iniciativa que está fortaleciendo el diálogo sobre la política forestal en América Latina y el Caribe. En África Central (artículo de J.P. Koyo y R. Foteu), el Plan de convergencia de la Comisión de Bosques del África Central provee un marco para la armonización de los programas y políticas forestales y también actúa como base para la formulación de los PFN.
En Senegal, las reformas radicales llevadas a cabo en el decenio de 1990 introdujeron una estructura administrativa descentralizada, trasladando las responsabilidades de la ordenación forestal a las comunidades e instituciones subnacionales. Como describe O. Diaw, el PFN pone de relieve la creación de capacidades en este marco institucional descentralizado para implementar los programas con el objeto de contener la desertificación, la deforestación, la degradación de los bosques y la pérdida de la biodiversidad, a la vez que se orienta al apoyo de la consecución de los medios de subsistencia y a la reducción de la pobreza.
Por último, S. Geller y R. McConnell analizan el modo en que los países pueden vincular sus programas forestales nacionales y las estrategias de la reducción de la pobreza para fortalecer el apoyo financiero, institucional y normativo en pro de la mitigación de la pobreza y de tal modo, potenciar la función de las actividades forestales en el logro de las metas nacionales de reducción de la pobreza.
El presente número de Unasylva celebra el quinto aniversario del Mecanismo para los programas forestales nacionales (véase la pagina 14), un acuerdo de asociación innovador que ha contribuido para que los países formulen e implementen sus respectivos programas forestales nacionales. La mayor parte de las experiencias relatadas en esta publicación se vinculaba con el Mecanismo, que actualmente emprende su segunda fase.
Esperamos que las diferentes experiencias aquí presentadas transmitan su inspiración a los más de 130 países –en desarrollo y desarrollados– que en la actualidad se encuentran en alguna etapa de la planificación o implementación de los PFN, y estimulen a muchos de ellos a realizarlos.