G. Olsson
En la mayor parte de la literatura referente a Vanuatu, el lector queda bajo la impresión de que los bosques, a pesar de su extensión, son de poca o ninguna utilidad. Este artículo afirma que, por el contrario, a pesar de que los bosques de Vanuatu no poseen mucho valor por su madera, los productos no madereros siempre tuvieron y siguen teniendo considerable importancia; además examina las posibilidades de desarrollo.
Gunilla Olsson trabaja actualmente en la Agencia Sueca para el Desarrollo Internacional, en Estocolmo. Este artículo se basa en información recogida con ocasión de una visita al proyecto PNUD/FAO Programa de Desarrollo Forestal del Pacífico Meridional RAS/86/036.
El 75 por ciento de las 80 islas que constituyen la República de Vanuatu está cubierto de vegetación natural (Barrance, 1988). Esta situación es contraria a la predominante en el resto del Pacífico meridional, cuyos países tienen muy poco bosque. Los objetivos del sector forestal, dentro del Segundo Plan Nacional de Desarrollo 1987-1991, incluyen mejorar el rendimiento de los bosques. Un proyecto regional, que recibe la asistencia de la FAO y del PNUD, ayuda a 14 países del Pacífico, entre ellos Vanuatu, a fomentar los bosques para la prosperidad de los pobladores. Al concebir el proyecto se estipuló claramente que, al determinar las prioridades, es necesario definir el sector forestal en términos muy amplios, de modo que abarque la agrosilvicultura y la explotación de productos no madereros. En ese contexto se redactó el estudio que sirve de base a este artículo.
TENENCIA DE LA TIERRA
Es indispensable conocer el valor que se atribuye a la tierra para comprender la función que desempeña el recurso forestal en la vida de los pobladores de Vanuatu. La relación del hombre con la tierra es un aspecto fundamental y permanente de la cultura de Vanuatu. La tierra representa la vida misma, tanto material como espiritualmente. Una persona que no tiene tierra, no tiene raíces, ni condición social, ni poder alguno (Arutangai, 1987; Bonnemaison, 1984).
En el pasado, existía una distinción muy clara entre la tierra que pertenecía colectivamente a un clan y las plantas existentes en dicha tierra, que pertenecían a la persona que las había plantado. Cuando las plantas eran perennes, por ejemplo el cocotero, plantarlas equivalía a apropiarse de la tierra para siempre. Las plantas y los árboles eran propiedad de la persona que las había plantado y de sus herederos. Sin embargo, la muy difundida costumbre de talar todas las plantas permanentes al morir su propietario, ha permitido evitar la concentración de tierra en manos de pocas familias (Weightman, 1989).
En la Constitución de Vanuatu, que entró en vigor en 1980 al proclamarse la independencia, se especifica claramente que toda la tierra, excepto la que adquiera el Gobierno en el interés general (una pequeñísima proporción del total), pertenece a los indígenas que históricamente eran sus propietarios y a sus descendientes; el derecho consuetudinario determina la propiedad y el uso de la tierra (Hakwa, 1984). La custodia de la tierra corresponde a los jefes de cada clan y a ellos incumbe la responsabilidad de asignarla a miembros de su grupo social.
En teoría, todos los miembros del clan deberían tener acceso a un pedazo de tierra. Sin embargo, la situación actual es bastante problemática. La extensión que poseen los clanes es desigual. Esa desigualdad no era importante mientras la tierra servía principalmente para cultivos de subsistencia; pero, al extenderse el cultivo comercial y al aumentar el número de inversionistas extranjeros que aspiran a concesiones para la explotación maderera, la situación está cambiando, provocando disputas sobre tenencia que constituyen actualmente el mayor obstáculo con que tropieza el desarrollo rural de Vanuatu.
RECURSOS FORESTALES NO MADEREROS
Antiguamente los recursos forestales no madereros desempeñaban un papel esencial en la vida de los Ni-Vanuatu (habitantes de Vanuatu), no sólo por lo que se refiere a la subsistencia, sino también en un sentido sociocultural y económico más amplio. Por ejemplo, una parte muy importante de la estructura socioeconómica era el comercio entre las islas, que hoy día es insignificante (Weightman, 1989). Las islas del sur cambiaban cerdos por arcos, flechas y mazas de casuarina de la isla de Erromanga. La gente de las Molucas iba a Santo en busca de un tinte especial para sus esteras, etc.
En la actualidad el cambio de los valores y los problemas de tenencia y uso de las tierras, causan la reducción de la dependencia de los productos no madereros para la subsistencia de los Ni-Vanuatu. A pesar de esto los habitantes de Vanuatu siguen apreciando los bosques y los productos que les proporcionan. Las secciones subsiguientes describen algunas aplicaciones de los productos no madereros y examinan los problemas de desarrollo conexos.
RECURSOS FORESTALES ALIMENTARIOS
Al realizar este estudio se llegó a la conclusión que progresivamente se extraen menos productos alimentarios del bosque, pero que su aportación a la dieta diaria sigue siendo significativa. Efectivamente, muchas de las personas entrevistadas se asombraban de la medida en que su alimento provenía del monte.
El régimen alimentario básico es prácticamente el mismo desde hace siglos: en primer lugar ñame y taro y, como productos secundarios no menos importantes, plátano y el fruto del árbol del pan. Como suplemento, varios comestibles que se obtienen sobre todo en el bosque, pero también algunos cultivos tradicionales, entre los que se destacan la caña de azúcar y su «pariente cercano», el Naviso (Saccharum adule). Con el fin de preparar salsas, condimentos y aromatizantes, e incluso para comerlas como verduras, se recogen helechos, hierbas semejantes al berro y al amaranto, y hojas de arbustos, árboles y palmeras. Hay tres especies de higuera (Ficus) y «coles silvestres» (Cycas y Caryota spp.). En una caminata de dos horas para ir de un poblado a otro, las mujeres de Paama identificaron cinco especies de esas coles, que con frecuencia solían recogery consumir. Para las fiestas y otras ocasiones importantes se aprecian más estas coles silvestres que las cultivadas.
Los brotes de un gran número de plantas se comen crudos o cocinados. Las flores de Gnetum gnemon y ocasionalmente otras, se comen cocinadas. También se comen hongos, aunque esto es relativamente poco frecuente.
Algunas de esas plantas tienen valor comercial. Los palmitos, corazón de las palmeras de Veitchia spp. son particularmente apreciados y se sirven en los restaurantes con el nombre popular de «ensalada de millonarios». En los mercados de la capital, Port Vila, se venden brotes tiernos de bambú.
También solían formar parte del régimen alimentario popular aves como las palomas, patos y algunos pájaros, así como «zorros voladores», cerdos salvajes, cangrejos, langostinos y anguilas. En la actualidad ya no se come la mayoría de esos animales silvestres, pero hay excepciones. Por ejemplo, en Dillon's Bay se cazan vacas y cabras salvajes. En Port Vila se comen, incluso en los restaurantes, dos murciélagos nativos: Pteropus anetianus y Notepteris macdonaldi. Los huevos y los pechos de dos insectos «palo», uno marrón y otro verde, se comen tostados.
Otros productos alimenticios del bosque sólo se consumían en tiempos de escasez debido al trabajo que significaba recogerlos y prepararlos. Esta categoría incluye el taro (Alocasia macrorrhiza), la taca de Oceanía (Tacca leontopetaloides), varios ñames, entre ellos Amorphophallus campanulatus, y el sagú (Metroxylon)
Por lo que se refiere a los alimentos consumidos sólo en épocas de escasez, la situación cambió con la aclimatación del boniato, que se puede plantar en todas las estaciones del año y produce un fruto comestible tres meses más tarde, y de la mandioca, que puede dejarse sin recoger durante un par de años. El cultivo de ambas plantas representa un seguro prácticamente total contra el hambre y la escasez, y transforma en obsoletas y desusadas las plantas que tradicionalmente desempeñaban ese papel. A pesar de todo, algunos rizomas, tubérculos y bulbos se siguen recogiendo ocasionalmente por su almidón. Los más apreciados son las batatas silvestres (Dioscorea spp.) consideradas preferibles a las variedades cultivadas.
Arbol del pan (Artocarpos altilis) El árbol del pan es una de las plantas que más aplicaciones tiene. Hay diversas variedades cultivadas, y en algunos sitios se aprovechan incluso las semillas de algunas de ellas, comiéndolas tostadas. Además de la parte comestible, el tronco sirve de materia prima para hacer caneas, remos, etc. El látex se solía usar para calafatear y para cazar pájaros; los curanderos todavía siguen utilizándolo para el tratamiento de fracturas, distensiones y reumatismos. Las raíces también parecen tener algún valor medicinal, y los estambres se queman como repelente de mosquitos. |
La kava - una bebida tradicional - se prepara con la pulpa de la raíz de Piper methysticum. Esta bebida posee un significado social y se bebe en una especie de ceremonia o culto a los antepasados; su valor trasciende del alimentario. Algunos otros productos forestales se usan en la actualidad para preparar bebidas. Entre ellos, los tallos de una enredadera (Entada) que, al ser cortados, desprenden una savia buena como refresco: También se hace una bebida con las flores de Hibiscus.
En Vanuatu se consumen frecuentemente frutos de árboles naturales e introducidos. Además del plátano (Musa troglodytarum), el mango (Magnifera indica) y la guayaba (Psidium guajava), tiene importancia en la dieta de la gente del campo la fruta de plantas cultivadas como la granadilla (Passiflora edulis), la manzana malaya (Syzygium malaccense), Barringtonia edulis, Burckella obvata y Canarium indicum. Aunque todavía no se ha cuantificado la importancia relativa de esos alimentos en la dieta local, es significativo el hecho de que al desbrozar terrenos en los alrededores de los pueblos para dedicarlos a huertas y jardines, se respetan los árboles y arbustos que dan frutas o nueces comestibles. La mayor parte de esos árboles tiene, además, otros usos, (véanse los recuadros sobre árbol del pan, cocotero, pandán y cica).
A pesar de que el presente estudio identificó los usos de varios productos no madereros, es preciso reunir mucha más información acerca de los recursos forestales usados como alimento. Otras áreas que se deben investigar incluyen la importancia y el uso de los alimentos forestales en comparación con los de otro tipo, tanto en volumen como en valor nutritivo, así como la relación existente entre su consumo y la situación económica de la familia, el nivel de sus ingresos, etc. Se necesita información sobre las especies que se usan y en qué concentración se usan; quiénes las recogen y por qué motivo; tendencias del consumo por edades, género y condición social; métodos usados para cocinarlos, etc.
La tarea de investigar todos esos aspectos es compleja, pero esencial, para que los planes futuros de desarrollo tomen en cuenta las necesidades de la población local en materia de productos no madereros. Digno de especial mención es un proyecto de investigación aprobado recientemente por el Instituto Francés de Investigaciones Científicas sobre Cooperación en el Desarrollo que estudiará la importancia alimentaria de los árboles productores de frutas y nueces.
USOS NO ALIMENTARIOS
La leña
La leña es todavía una importante fuente de energía en las zonas rurales de Vanuatu. Siempre abunda, y casi nunca se vende en los mercados rurales. No obstante, empieza a escasear en algunas de las islas más pequeñas, en las zonas más densamente pobladas o más intensamente cultivadas. A veces se observan haces de leña a la venta en la carretera de Port Vila, e incluso dentro de la ciudad.
Cocotero (Cocos nucifera) Merece especial mención el cocotero, del cual hay extensas plantaciones en Vanuatu, y que tiene múltiples aplicaciones. Además de la copra, el principal producto exportable, el cocotero proporciona alimento y bebida. A los niños les gustan en particular los brotes tiernos. La pulpa del coco es buena como alimento para el ser humano y para algunos animales: perros, cerdos, gallinas, etc. Con el casco se hacen toda clase de adornos y utensilios; se hace incluso carbón. Las fibras de la cáscara sirven para cordaje y las hojas para esteras, cestos, escobas y, por supuesto, para techado de viviendas. Las nervaduras secundarias de las hojas se usan como brochetas y también para hacer escobas. El aceite de coco tiene muchísimas aplicaciones. |
Incluso donde la oferta es suficiente, empiezan a olvidarse las antiguas preferencias. No se seleccionan las especies como se hacía en el pasado. Algunas mujeres y hombres ancianos afirmaron que en la actualidad se utiliza como combustible leña que en el pasado se despreciaba porque sus características no eran óptimas. Por el contrario, en Erromango, donde abunda la leña, todos los interrogados afirmaron preferir Leucaena leucocephala.
A pesar de los mencionados cambios de preferencia, la gente del campo en Vanuatu no considera que haya escasez de leña. Este hecho es un argumento en contra del propósito de programar, entre los proyectos de desarrollo, el establecimiento de plantaciones que surtan de leña a una aldea. Semejantes proyectos nunca recibirían apoyo de la población local. Por otra parte, no cabe duda que es preciso prever la ordenación integral de los recursos forestales. De otro modo, sucedería con ellos lo que con otros recursos no madereros: son muy echados de menos después de agotados.
Productos medicinales
A pesar de que las clínicas, hospitales y dispensarios desempeñan en Vanuatu un papel cada día más importante, se sigue confiando mucho en la medicina «kastom» (tradicional). La fuente principal de los correspondientes medicamentos es el bosque. Al realizar este estudio se observó que muchas veces se recurre a los viejos remedios simplemente por razones de proximidad; si una enfermedad puede ser tratada, con una hierba difícil de conseguir y de difícil elaboración o sino comprando un medicamento en el dispensario más cercano, se opta por este último. Sin embargo, hay enfermedades que casi siempre se tratan con la medicina tradicional, como los dolores musculares y los calambres, la fiebre, las enfermedades venéreas o urinarias, la hepatitis, el veneno (ciguatoxin) de peces. Para este último no hay alternativa en la medicina moderna.
Cycas Este helecho, grande como un árbol, del género Cycas, es una de las plantas sagradas de Vanuatu. Su importancia es tal que incluso figura en el emblema nacional. De la médula se obtiene una harina semejante a la de sagú. Con otras partes se hacen preparaciones medicinales usadas como antídoto para el veneno de picaduras. El tronco, debidamente tallado y decorado, se utiliza en ceremonias religiosas y para delimitar áreas sagradas. |
En conversaciones con los nutriólogos del Gobierno de Vanuatu y con los de la Comisión del Pacífico Meridional, se llegó a la conclusión que, desde el punto de vista de la nutrición y de la medicina preventiva, interesa hacer investigaciones en este sector. Se convino en examinar las prácticas de la medicina tradicional para determinar la medida en que el agotamiento del recurso forestal pueda afectar el bienestar de la población. Estos recursos, así como los recursos forestales alimentarios, merecen un estudio especial.
Elementos químicos, extractos y exudados
Algunas resinas se usan todavía para calafatear barcos y canastos, o bien como cola, fumigante o incienso. Por ejemplo, el jugo pegajoso del fruto de Cordia dichotoma se utiliza como cola. La resina de las especies Evodia se aprovecha como repelente de mosquitos, para lo que también sirven algunas especies de Canarium, usadas más generalmente para impermeabilizar canoas. Los ancianos de Vanuatu y Tonga recuerdan tiempos en que se usaba la savia del árbol del pan como cola y como goma para atrapar pájaros. En Vanuatu y en las Islas Salomón se utilizaba también para atrapar pájaros la fruta pegajosa de Pisonia umbellifera y de Pisonia grandis.
Ya casi no se produce aceite en Vanuatu; sólo las mujeres más ancianas recuerdan nostálgicamente los tiempos en que raspaban madera de sándalo para cocerla con el aceite de coco. También se usaban Gardenia, Cananga odorata y otras especies para aromatizar el aceite. Esa costumbre tiende a desaparecer.
Desde la antigüedad había en Vanuatu naranja amarga (Citrus macroptera) y lima (Citrus aurantiifolia). Ahora se prefieren variedades mejoradas. Las silvestres no se comen, por su sabor amargo, pero se usan a modo de jabón para lavar ropa o para el cuerpo.
Tintes
Algunas plantas del bosque proporcionan colores para pintura o para tintes de uso doméstico, pero hoy todos esos géneros se compran en la tienda. Las ancianas recuerdan haber preparado personalmente los tintes para decorar sus esteras.
Venenos
Son muchas las plantas que producen venenos eficaces para matar peces e insectos nocivos. Un ejemplo es Derris elliptica, cuyas raíces dan una substancia que se usa como veneno para peces y como insecticida Los árboles de tres especies (Barringtonia asiatica, Acacia simplex y Harpullia spp.) se usan para envenenar peces; ciertas partes de las plantas o de las raíces, bien molidas, se arrojan al mar 0 se colocan entre las rocas, en la bajamar. Los peces que se acercan quedan atontados; capturados, se comen sin que los seres humanos experimenten ningún mal efecto.
Pandán (Pandanus tectorius) El pandán es una de las plantas históricamente más importantes de Polinesia y Melanesia. De aspecto sarmentoso, da una fruta muy coloreada que se come cruda o guisada y que tiene multitud de aplicaciones. Las hojas sirven para techar cabañas y para hacer cestos y esteras. En Vanuatu las esteras de pandán son las de más lujo y se usan en ceremonias, mientras que las esteras que cubren diariamente el piso de las casas, son de hoja de cocotero. Con pedazos de la fruta se hacen collares. Con la flor se aromatiza el aceite de coco. Es frecuente colocar flores y frutas de pandán en una habitación por el buen olor que dan al ambiente. Tiempo atrás se hacían faldas con hojas de pandán. |
Artesanías
La producción artesanal de objetos de uso doméstico ha disminuido enormemente. Por ejemplo, casi no se produce la tradicional tapa, tela de corteza de ciertos árboles, que todavía se encuentra en otras islas del Pacífico (véase el recuadro).
Otro tanto ocurre con las mazas - que se solían hacer con palos de Casuarina o de otras especies de madera dura artísticamente tallads - usadas en ceremonias que cayeron en desuso.
En otras islas, como en Ambrym y Tanna, se conserva la costumbre de producir algunos objetos utilizados en ceremonias o ritos. Entre otros se conocen los tambores tallados del norte de Ambrym y las pértigas de yeremanu que se usan en las danzas rituales de Tanna. Los pobladores de los bosques de las Molucas del sud tallan la madera representando el sol y la luna; placas especiales para las ceremonias de circuncisión; máscaras, lanzas y esculturas para cada clase social (nimanki); marionetas, y hasta esculturas de temario natural, llamadas rambaramp, de palma y coco, que representan personas recién muertas. En Vanuatu, las esculturas se hacen casi siempre con madera de cica (véase el recuadro).
Morera (Broussonetia papyrifera) Una de las plantas más importantes en el sistema sociocultural de la Polinesia y de la Melanesia es la morera, llamada «del Japón», materia prima de la tapa, una especie de tela hecha con la corteza de esa planta. Aunque producida sobre todo para taparse, tuvo tradicionalmente la distinción de servir para vestido de los dioses, por lo que figura en toda clase de rituales de nacimiento, pubertad, matrimonio, hospitalidad, guerra, tributación, adoración, cuidado de los enfermos y fallecimiento (Scott Troxler 1971). La tapa se usa también para decorar interiores y para fabricar tabiques de separación, etc. También se decoran con tapa las canoas, las cuales enarbolan banderas de tapa si llevan a bordo algún jefe. La tapa es objeto de toda clase de intercambios comerciales y trueques. La tapa se produce cortando en tiras la corteza, después de separarla de los tallos; las tiras se remojan en agua y sobre un yunque de madera se machacan varias capas de tiras húmedas, las cuales se pegan entre sí gracias a la savia de la corteza, que actúa como adhesivo. Después se tiñe con los dibujos típicos. En Vanuatu se suspendió la producción de tapa cuando, a mediados del siglo XIX, se empezaron a importar calicós de algodón. No obstante, en Tonga y en muchos otros países, conserva toda su importancia religiosa y es símbolo de riqueza. Figura siempre en los intercambios de regalos. Finalmente, es una artesanía con buenas perspectivas comerciales. |
A pesar de que las artesanías de Vanuatu no resultan, para el gusto occidental, estéticamente tan atractivas como las de otras islas del Pacífico, organizando debidamente su producción y comercialización (venta a turistas y exportación) podrían representar un potencial económico. En otros países del Pacífico se han desarrollado «industrias» que pueden servir de ejemplo. En la cercana Tonga se producen artesanías que reportan considerables ingresos y que incluso se exportan (véase el recuadro sobre el papel de la morera en la producción de tapa). En realidad, según Slatter (1984) sólo la exportación de copra y el turismo reportan más divisas que la venta de artesanías, que en dicho año ascendieron a 1,9 millones de dólares de Tonga. (NdR: véase el artículo sobre artesanías en Indonesia, pág. 31).
CONCLUSIONES
En Vanuatu, el bosque es una parte esencial del modo de vida tradicional. A pesar de ello, la relación de los pobladores con el recurso está experimentando cambios muy significativos. En muchos casos, el cambio se caracteriza por el uso cada vez menor de productos forestales no madereros. Esto no significa una disminución paralela del valor socioeconómico atribuido a dichos productos, o su falta de perspectivas para el futuro.
Muchos productos ya no se encuentran porque ha cambiado la manera de explotar los recursos. Por ejemplo, los habitantes del país afirman que la fauna forestal, y en particular los pájaros, desaparecieron al iniciarse la explotación maderera. En otros casos, al adquirir importancia la economía comercial, algunos productos tradicionales desaparecieron debido a su escaso valor monetario, pero siguen siendo buscados. Sin embargo, costaría mucho comprar con dinero en efectivo muchos de los productos que se siguen obteniendo del bosque si hubiera que cultivarlos y comprarlos en el mercado. Además, esto afectaría desproporcionadamente a los pobres, a los ancianos y a las mujeres, que son las clases que más directamente dependen de los productos forestales.
Existen, por consiguiente, sólidas razones para atribuir la preferencia a los productos no madereros en los planes generales de desarrollo. Para que los bosques de Vanuatu puedan seguir satisfaciendo las necesidades básicas y para que contribuyan a hacer frente a las nuevas necesidades, habría que pensar, antes que nada, en conocer a fondo los recursos forestales no madereros y en saber mejor cuáles son verdaderamente las necesidades de los pobladores. Después, habría que estudiar la manera de vincular la tecnología y los insumos modernos con los sistemas tradicionales, de modo que se obtengan sostenidamente productos de un valor monetario más elevado que en la actualidad.
En el plano nacional, los funcionarios públicos deberán adoptar un procedimiento que tome en cuenta lo siguiente: sistemas indígenas de administración; problemas de tenencia de la tierra; instituciones que ayuden a la gente del campo a manejar sus recursos forestales; el problema de relacionar los valores tradicionales con una gestión moderna; la posibilidad de crear reservas forestales, etc. Todos esos aspectos son muy complejos, y se podrían solicitar informaciones sobre experiencias en otros países de la región al Programa de Desarrollo Forestal en el Pacífico Meridional.
A nivel local urge un servicio de extensión que ayude a los campesinos a tomar decisiones sobre cómo organizar la explotación sostenida de sus recursos forestales. La falta de dicho servicio podría provocar que la gente del lugar se deje deslumbrar por ofertas en efectivo, hechas por extranjeros, para la explotación inmediata del recurso forestal.
Vanuatu está en una encrucijada; todavía no es demasiado tarde para incorporar los valores tradicionales en una moderna ordenación forestal y para ayudar a la población local a explotar su recurso de forma sostenible.
Bibliografía
Aruntagai, S. 1987. Vanuatu: overcoming the colonial legacy. En R. Crocombe, ed. Land tenure in the Pacific. Suva, Fiji, University of the South Pacific.
Barrance, A.J. 1988. The nativa forests of Vanuatu: influences and opportunities. Forest Research Report 2/88. Port Vila, Vanuatu Forest Service.
Bonnemaison, J. 1984. Social and cultural aspects of land tenure. En P. Larmour, ed. Land tenure in Vanuatu. Port Vila, Vanuatu, Institute of Pacific Studies, University of the South Pacific.
Hakwa. 1984. The land provisions of the independence constitution. En P. Larmour, ed. Land tenure in Vanuatu. Port Vila, Vanuatu, Institute of Pacific Studies, University of the South Pacific.
Scott Troxler, G. 1987. Fijian masi: a traditional art form. North Carolina, Charles-Frederick Publishers.
Slatter, C. 1984. Traditional, transitional and modero roles of women in South Pacific agricultura with specific focus on Papua New Guinea, Fiji, Western Samoa and Tonga. Honolulú, Hawaii, Institute of Culture and Communication, Centro Este-Oeste.
Wightman, B. 1989. Agriculture in Vanuatu: a historical review. Portsmouth, Reino Unido, Grosvenor Press.