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Posibilidades económicas de las artesanías para el desarrollo rural, en particular en Indonesia


K. Kerr

Hay muchas razones por las cuales un pueblo debe conservar sus tradiciones históricas, culturales, económicas, ecológicas, etc. Este artículo, basado particularmente en la experiencia de la autora en Indonesia, trata específicamente de la riqueza potencial que poseen las artesanías tradicionales oportunidades de empleo, pequeñas industrias, comercio, turismo - así como de la posibilidad de desarrollarlas para que la población alcance una mayor prosperidad sin agotar los recursos naturales renovables.

Kate Kerr es especialista en el fomento de artesanías; enseña en la División de Artes y Humanidades de la Shawnee State University. Reside en Wheelersburg, Ohio, Estados Unidos.

Los moradores de bosques enfrentan problemas complejos para adaptar su modo de vida a las nuevas condiciones del «desarrollo». Todo lo relacionado con la explotación forestal - desarrollo sostenible y ordenación del recurso; conservación y protección del medio ambiente; creación de industrias forestales - repercute directamente en la población rural. La tenencia de la tierra, los métodos de cultivo, el empleo, el acceso a los servicios, la participación en la formulación de normas, son asuntos de interés común.

El fomento de las artesanías es una manera constructiva de evitar la destrucción de recursos que implican muchos de los métodos agrícolas modernos y de crear al mismo tiempo puestos de trabajo. A pesar de que la investigación es limitada, los datos a disposición indican claramente que las artesanías representan un capital, efectivo y potencial, para la economía de las naciones en desarrollo.

Escudos de madera tallada de Java

Las investigaciones más amplias que se han llevado a cabo hasta la fecha sobre artesanías asiáticas son las patrocinadas por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Desarrollo, de Ottawa, Canadá. A petición de siete países de la región (India, Indonesia, Malasia, Nepal, Filipinas, Sri Lanka y Tailandia), varios grupos de expertos, integrados por economistas, antropólogos y especialistas en comercialización, realizaron un estudio detallado sobre este tema durante los años 1983-86.

Entre las artesanías examinadas figuraban las que usaban la madera, el retén y otros productos forestales no madereros, tejidos, metales, alfarería y piedra. El estudio abarcó a los artesanos propiamente dichos, así como los problemas de elaboración de proyectos y de producción, entre ellos el abastecimiento de materia prima, comercialización y política económica.

El estudio canadiense revela la importante contribución del sector artesanal en las posibilidades de empleo en toda Asia. Por ejemplo, en la India, más de 2,18 millones de personas trabajan sólo en artesanías (Pye, 1988). También es significativa la cantidad de divisas extranjeras que se obtiene exportando mercancías producidas por artesanos; no menos del 16 por ciento del total del comercio exterior de la India y el 13 por ciento del de Nepal (Pye, 1988).

Las artesanías basadas en productos del bosque tienen aún más posibilidades que otros tipos de artesanía. En la región central de Java, donde la talla de la madera representa en términos generales el 75 por ciento de las artesanías exportadas, estudios llevados a cabo por el Gobierno indican que el ingreso anual medio de un entallador en el período comprendido entre 1979 y 1984 fue de poco superior (846 000 rupias) al de otros artesanos (830 000 rupias). Un estudio llevado a cabo por Aid to Artisans, organización sin fines de lucro que abarca la misma zona del anterior en el período 1987-1990, encontró que el ingreso anual de los alfareros es de 300 000 rupias (Gearheart y Kerr, 1987).

Hasta hace poco, los mayores esfuerzos orientados a impulsar la producción de artesanías se basaban en la creación de pequeñas industriales urbanas, con resultado muy variable. Por ejemplo, en la región central de Java, cierto programa instaló una fábrica para la producción de muebles de muy buena calidad, en estilo europeo o inglés, para el mercado de exportación. Gracias a la abundancia de recursos disponen de un moderno horno para el secado de la madera y de maquinaria de último modelo - el programa emplea varios centenares de obreros de ambos sexos. Se trajeron entalladores experimentados de la región de Jepara, cuyos artesanos tienen merecido renombre, para que tallaran a mano partes de los muebles construidos. Actualmente, los directores del proyecto se enfrentan con un problema crónico de ausentismo. Los entalladores, a pesar de que ganan bien, no se sienten felices, alejados como están de su tierra natal; apenas acumulan ahorros suficientes muchos regresan a su pueblo (Tenbrink, 1987 comunicación personal).

Es probable que sean mayores las posibilidades de éxito si se toma el tiempo necesario para formar artesanos sobre el terreno. Una serie de microproyectos formulados expresamente teniendo en cuenta las condiciones de agrupaciones locales tiene más probabilidades de radicarse y desarrollarse (Kerr, 1990). Por ejemplo, gracias a la iniciativa de Aid to Artisans, a la aldea de Kasongan, en la región central de Java, donde la alfarería es tradicional, se llevaron hornos calentados con quemadores de petróleo de tecnología apropiada y se enseñó a los alfareros a cocer sus artículos a temperaturas más elevadas haciéndolos más sólidos. Con este producto, que es más apropiado para la exportación, los artesanos ganan actualmente mucho más que antes. Además, se han creado numerosas pequeñas empresas que también contribuyen a activar la economía aldeana (ATA, 1990).

Cuando se trata de introducir técnicas nuevas, hay que proceder con cuidado. Métodos que son aceptables en un ambiente industrial, podrían asfixiar las artesanías hogareñas, sobre todo aquellas a cargo de mujeres. La maquinaria que «ahorra trabajo» podría privar a la artesanía de su carácter «manual». Y, como demuestran numerosos ejemplos, a medida que se adaptan «técnicas modernas» se prescinde de las mujeres, dejándolas sin acceso a la nueva maquinaria (FAO, 1990a; Campbell, 1990). Para evitar este inconveniente, todo programa de capacitación debe preocuparse de este aspecto e idear iniciativas que tomen en cuenta las necesidades particulares de las mujeres.

Artesanías indígenas

Las artesanías pueden clasificarse en dos grandes grupos: herramientas y enseres del hogar (cestería, alfarería, textiles, mobiliario, etc.) y objetos ceremoniales. En la mayoría de los casos la materia prima para la producción de artesanías tenía su origen en zonas forestales. En los pueblos indígenas quedaba tiempo de sobra para embellecer las herramientas y otros utensilios. El valor de una espada aumentaba considerablemente si la empuñadura era entallada. Las mujeres dayak, de Borneo, tejen ropa para sus niños y la adornan con cuentas, amuletos o viejas monedas chinas; así hacen alarde de la riqueza de la familia y a la vez protegen la salud del bebé.

Sin embargo, las máximas posibilidades artísticas de cada cultura se plasman más bien en objetos ceremoniales producidos por los artesanos más hábiles con fines rituales. El jefe espiritual de cada grupo suele tener bien escondidos unos cuantos objetos - obra de talla, casi siempre - a los que sólo él mismo tiene acceso, para usarlos por el bien de sus devotos. Otras veces son los individuos más valerosos, los que se

distinguen en la guerra o en la caza, los facultados para ostentar su vestuario y sus máscaras en las danzas ceremoniales (Sellato, 1989). Los tejidos de las islas de Indonesia siempre tienen algún significado histórico o místico en relación con nacimientos, matrimonios, estado de salad. etc. (Gittinger, 1979).

Al entrar en contacto con el mundo exterior es inevitable que esas culturas tradicionales cambien. Se introducen nuevas ideas y creencias; se altera el acceso a los recursos naturales; aparecen nuevas mercancías y desaparecen las viejas; autoridades extrañas suplantan a los dirigentes históricos. Pero no porque se ideen o se adopten nuevos motivos artesanales, hay que descartar los tradicionales. Es posible mantener y conservar todo el patrimonio cultural. mm a en museos y colecciones, sino impulsándolo como fenómeno vital, social y económicamente dinámico.

OBSTACULOS PARA EL DESARROLLO DE ARTESANIAS RURALES

En el campo se plantean problemas que no afectan a los artesanos de la ciudad. Mientras que las industrias artesanales urbanas emplean un buen número de hombres y mujeres a jornada completa, los artesanos del campo suelen trabajar en su propia casa sólo durante una parte del tiempo. Esto presenta ventajas e inconvenientes. Entre las ventajas, el trabajo en artesanías sirve para completar la ocupación de la mano de obra agrícola, que así no necesita emigrar. En Tailandia, por ejemplo, donde los campesinos producen artículos de mimbre, su venta representa el 35 por ciento del ingreso familiar. No menos del 75 por ciento de los tejedores de Tailandia trabajan durante parte del año en la agricultura; el 74 por ciento de los entalladores de madera son cultivadores, como también lo es el 66 por ciento de los que trabajan el bambú (Pye, 1988). El inconveniente de esta situación es que obliga a los artesanos/campesinos a dividir su tiempo entre la producción de alimentos y el trabajo artesanal.

En las zonas rurales, los productos artesanales se fabrican generalmente en las propias casas

Acceso a los recursos

Particularmente delicados son los problemas que se plantean en torno al recurso natural usado como materia prima: quién tiene derecho al mismo, con qué fines y en qué medida. La mayor parte de la producción artesanal tiene lugar en el campo y esto podría afectar a la política forestal. Los complejos problemas de tenencia de la tierra y el acceso a la materia prima como la madera o el retén, exigen soluciones equilibradas, si se deben considerar las necesidades de los artesanos. La perspectiva de los campesinos, que creen tener bien definidos sus derechos de acceso a la materia prima por complicados precedentes históricos, se opone, muchas veces, a la legislación reciente promulgada para la protección de los recursos. Por si fuera poco, algunas de las leyes nuevas son antagónicas entre sí, para mayor confusión de los campesinos (Weinstock y Sunito, 1989). Aunque hay leyes que permiten a los aldeanos de Kalimantan cortar memecilo, los reglamentos tienden a favorecer a los grandes productores de materia prima, principales beneficiarios de las concesiones y permisos oficiales (Pelusa, 1989).

Estudios recientes de las repercusiones en las selvas tropicales del modo tradicional de vida de pueblos indígenas indican que el fomento de las artesanías constituyen una alternativa constructiva a los métodos destructivos de uso de la tierra. Una vida sedentaria en que se practiquen artesanías tradicionales puede reportar prosperidad de manera sostenida a los aldeanos sin recurrir a la agricultura (Kerr, 1990). A medida que nuevos estudios revelen cómo los moradores de la selva se relacionan con su ambiente muchas voces de manera más consciente de lo que se solía creer - será posible formular normas que conserven constructivamente las tradiciones útiles (Peluso, 1989).

El apoyo de las instituciones en la adquisición de materia prima puede ser de gran ayuda para los artesanos (FAO, 1987). Sin embargo, es necesaria una advertencia: cuando se puede utilizar un pequeño proveedor es mejor recurrir a él en vez de correr el riesgo de que la intervención oficial se convierta en una burocracia monopolística (Pye, 1988).

Concepción de un producto

El enfoque es sumamente importante. Hay que idear modelos que combinen equilibradamente motivos y productos tradicionales con un conocimiento específico del mercado. Son poquísimos los empresarios y artesanos que están implicados en la concepción y comercialización de los productos (Pye, 1988); a pesar de esto algunos de los programas de capacitación incluyen ya elementos de diseño.

Por ejemplo, en 1989, se celebró en Indonesia un seminario regional patrocinado conjuntamente por el PNUD y la FAO sobre diseño y fabricación de mobiliario de bambú y retén. Un proyectista italiano de muebles tenía a su cargo el elemento de creación de modelos que completaba la enseñanza sobre técnicas de fabricación y estrategias de comercialización internacional. Las actas del seminario se han publicado para orientación de inversionistas y empresarios (FAO, 1990b). Aunque el seminario haya tenido como objetivo la producción industrial en pequeña escala, en cambio de las artesanías familiares, es alentador el hecho de que se pensara en el diseño.

Comercialización

Dado que la exportación es la fuente potencial más importante de ganancias para los artesanos, estos deberían conocer bien los mercados occidentales que puedan comprar sus productos. Es esencial que conozcan las oportunidades existentes, así como los programas subsidiados de comercialización, si los hubiera. Son muy útiles las cooperativas de artesanos, a las que muchos pequeños productores entregan sus mercancías para poder satisfacer grandes pedidos.

Por ejemplo, en la región central de Java, en el decenio de 1970, como parte del programa de desarrollo rural, el gobierno creó cooperativas de batik; en el Kalimantan oriental, una lejana aldea llamada Tanjung Isuy, situada a orillas del río Mahakam, tiene una muy activa cooperativa artesanal a la que acuden campesinos de poblados aún más distantes.

No es suficiente que un grupo de artesanos gane acceso a un mercado de exportación. El éxito completo significa que centenares de personas dependen ya para su subsistencia de la venta de las artesanías en cuestión. Su medio de vida desaparecería rápidamente si dichas artesanías dejaran de tener demanda, lo cual no es raro en el caprichoso mercado internacional. Para evitarlo, hay que buscar continuamente nuevas aplicaciones y adaptaciones del producto y nuevas formas de llegar al mercado.

LAS ARTESANIAS Y EL TURISMO

En muchos países en desarrollo la política gubernamental empieza a reflejar las posibilidades que en el contexto de la conservación puede tener un ecoturismo bien manejado. Una manera particularmente prometedora es el «turismo cultural» (Weir y Manan, 1989). Aprovecha las culturas indígenas como atracción para los turistas: se organizan ceremonias típicas, danzas exóticas y música, también exposiciones de artesanías y otros objetos locales.

Ayuda a los artesanos (ATA)

Organizada en los EE.UU. sin fines de lucro, la ATA ofrece ayuda a artesanos de países en desarrollo y de zonas pobres de los propios Estados Unidos. Tiene su base en Farmington, en el estado de Connecticut y, desde su creación en 1976, ha prestado ayuda a 30 países de Africa, Asia y América Latina. La ATA hace especial hincapié en la comercialización; ayuda a los artesanos de países en desarrollo a colocar sus productos en el mercado de países desarrollados, en particular, los EE.UU. Dice Ciare Smith, Presidente y Gerente de ATA: «Proporcionamos todo lo que hace falta materia prima, asistencia técnica, diseño de modelos, administración, etc. - para poner en contacto a los artesanos del Tercer Mundo con el mercado mundial.»

He aquí, a modo de ejemplo, un caso en Honduras. En el quinquenio 1985-90, la ATA enseñó a más de 500 campesinos, en su mayoría mujeres, a hacer objetos sencillos con el material que tuvieran más a mano: flores secas, olotes, barro cocido, etc. Para empezar, la ATA proyectó los modelos y se encargó de la capacitación, administración y comercialización. La meta era crear posibilidades de trabajo para artesanos y una pequeña empresa productora de artesanías. Esta se llama Amano y ya trabaja con éxito.

En agosto de 1987, en la Feria Internacional de Artesanías de Nueva York se vendieron productos de Amano por valor de 40 000 dólares. En enero de 1988, las ventas subieron a más de 54 000 dólares. En la fecha en que se escribe este artículo' los artesanos hondureños llevan adelante su empresa, por sí solos, con todo éxito. (ATA, 1987, 1988, 1989).

La diversidad de culturas étnicas de Indonesia facilita el desarrollo del turismo cultural. Por ejemplo, se ha declarado 1990-1991 Año para Visitar Indonesia. Entre los atractivos figuran, por ejemplo, las serranías de Toraja en Sulawesi, cuyas aldeas tienen una arquitectura extraordinaria. Se pueden comprar objetos hechos por artesanos a la vista del público.

Este creciente interés por el turismo es favorable para el desarrollo de las artesanías, a pesar de que el volumen de los objetos que se venden a los turistas es muy inferior al de los artículos que se exportan (Pye, 1988). En realidad, las artesanías desempeñan un papel complementario de los espectáculos típicos, que son el principal atractivo para el turismo. Las artesanías catalizan el orgullo étnico y reactivan prácticas culturales que de otro modo se perderían.

El turismo cultural puede crear un mercado para las artesanías

OTRAS POSIBILIDADES: FAO Y UNESCO COLABORAN CON AID TO ARTISANS

En el verano de 1990, el Departamento de Montes de la FAO y el Fondo Internacional para la Promoción de la Cultura, de la Unesco, emprendieron conjuntamente un estudio para determinar qué posibilidades tiene el desarrollo de artesanías en la zona forestal de las islas de Indonesia. Enviaron un equipo de tres especialistas en artesanía la autora de este artículo, P. Gearheart y Z. Siregar - para trabajar en estrecho contacto con el Proyecto de Estudios Forestales de la FAO y el Gobierno de Indonesia.

Por primera vez ingenieros forestales, ecólogos y sociólogos trabajaban con expertos especializados en el campo del desarrollo de artesanías. Fue una experiencia memorable. Un verdadero cursillo de temas forestales para los últimos, mientras que los silvicultores se hacían una idea de lo complejo que es el fomento de las artesanías.

Por lo que se refiere al lado práctico, el equipo elaboró un modelo flexible para el impulso a tres niveles de artesanías apropiadas al medio de Indonesia y toda una serie de anteproyectos. El modelo ha sido concebido de modo que su primer nivel tenga aplicación principalmente entre gente del campo con tradición artesana. Se han hecho anteproyectos para el Dayak del Kalimantan oriental y para los artesanos de Tanah Toraja. El segundo nivel es aplicable en zonas donde se considera conveniente fomentar artesanías como un elemento del desarrollo integral, pero en que los campesinos tienen antecedentes poco sedentarios que no incluyen trabajo en artesanías. Se ha preparado un anteproyecto como componente de un más amplio programa de ordenación de cuencas hidrográficas. En el tercer nivel, el modelo servirá para satisfacer las necesidades de la producción industrial de artesanías. Se ha preparado un anteproyecto destinado a dar nuevo impulso a las industrias artesanales de madera y retén del Kalimantan oriental.

CONCLUSION

Hay que pensar en el fomento de las artesanías como un elemento más de las actividades generales de desarrollo de la región de que se trate, y no como panacea para la economía que proporcione enseguida nuevas posibilidades de trabajo e ingresos. No obstante, considerada como simple componente de un programa general de desarrollo forestal, la artesanía puede contribuir eficazmente a activar una economía local basada en sólidos principios ambientales y sociales.

No hay que esperar demasiado del fomento de las artesanías. No se piense que basta con poner en marcha una producción artesanal económica para mantener las tradiciones culturales. En realidad, como se ha visto, para evolucionar al paso que exigen los cambios de la demanda internacional puede ser indispensable modificar los modelos tradicionales. De todos modos, no cabe duda de que todo lo que se haga para crear nuevas oportunidades de trabajo e ingreso aprovechando conocimientos tradicionales de artesanía
(tejidos, alfarería, entallado de madera, etc.) contribuirá a conservar los conocimientos tradicionales que atesoran los propios artesanos.

Bibliografía

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