¿Se podrían ordenar los bosques tropicales
para obtener una producción de
¿Ordenación de la selva tropical?
No timber without trees: sustainable management in the tropical forest. D. Poore et al. 1989. Londres, Earthscan Publications.
Este es uno de los libros políticamente más importantes que se publicaron en el pasado decenio. Todo especialista en conservación, ordenación y reglamentación de bosques tropicales debería poseer un ejemplar en su biblioteca.
Basado en un estudio que se llevó a cabo en 1989 para la Organización Internacional de la Madera Tropical (OIMT), este libro presenta una interrogación: «¿Es posible ordenar las selvas tropicales para obtener una producción sostenida de manera que resulte aceptable desde un punto de vista económico, social y ambiental?» Los autores llegan a la conclusión de que si es posible, si se cumplen determinadas condiciones y si los gobiernos de los países tropicales adoptan urgentes medidas con apoyo de la comunidad internacional.
Aunque el estudio en cuestión abarca solamente los países productores de la OIMT, en ellos se encuentran por lo menos el 70 por ciento de los bosques tropicales.
Vale la pena citar textualmente algunas de las principales conclusiones del estudio:
· En el mundo es insignificante la extensión de selva tropical húmeda que se ordena en forma programática de modo que produzca sostenidamente madera.· Parece ser que finalmente los países productores, y en particular sus expertos forestales, están tomando consciencia de la necesidad de pasar a la acción. Con la ayuda de la FAO y en el contexto del Plan de Acción Forestal en los Trópicos, muchos países están actualmente tomando medidas indispensables para llegar a la ordenación sostenida. No obstante, los efectos son apenas perceptibles en la general decadencia - en cantidad y calidad - del bosque, debido a la lentitud con que se siguen estableciendo los sistemas de ordenación sostenida.
· La supervivencia futura de extensas zonas de selva tropical - tal vez de la mayor parte de ella - y de los correspondientes productos y servicios depende igualmente del establecimiento de sistemas de ordenación estables, muchos de los cuales deberán basarse en la producción de madera.
Los autores del informe encontraron que los gobiernos subestiman los recursos madereros del bosque y los servicios ambientales que prestan y, en cambio, sobrevaloran la conversión de bosques a otros usos.
La condición más importante para poder sostener la producción del recurso forestal sin poner en peligro su futuro, es el control de todas las actividades de cosecha. Teóricamente es suficiente con el control para lograr una producción estable. El tratamiento silvícola subsiguiente es conveniente pero no esencial.
Los autores han determinado claramente las siguientes condiciones como indispensables para la ordenación estable de los bosques tropicales:
· decisión, por parte del gobierno, de dedicar una porción de bosque a la producción de madera, ordenándola de modo que sea posible sostener la producción indefinidamente;· fuerte respaldo político de las normas nacionales de uso de la tierra que reserven parte de ella como bosque industrial permanente;
· una vez designada esa parte, se garantice su seguridad;
· un mercado seguro y estable para los productos del bosque;
· información suficiente para seleccionar, planear y controlar la ordenación del bosque industrial permanente;
· un sistema flexible de previsión basado sobre una información exacta del crecimiento y del rendimiento;
· los recursos y condiciones necesarias para el control;
· la voluntad de ejercer un control eficaz a todos los niveles.
Pocas de esas conclusiones y recomendaciones sorprenderán a los lectores de Unasylva. Sin embargo, son significativas porque un grupo de representantes de los intereses madereros mundiales productores y consumidores confirma lo que otros, entre ellos la FAO, dicen desde hace tiempo, a saber, que en gran parte de los bosques tropicales pueden coexistir el aprovechamiento económico y la protección del ambiente, pero sólo si se implantan programas de ordenación sostenida y que, para los gobiernos, los bosques y el mundo en general, urge hacerlo.
R. Pardo
Agua y árboles
To the hands of the poor: water and trees. R. Chambers, N.C. Saxena y T. Shah. 1989. Nueva Delhi y Oxford, IBH Publishing.
También esta vez presenta Robert Chambers temas relacionados con el desarrollo de manera nueva e interesante. En colaboración con dos reputados investigadores, N.C. Saxena y Tushaar Shah, examina cómo la gente pobre de la India podría sacar mejor partido de los recursos naturales disponibles. Su conclusión es que el agua subterránea, el riego por elevación y los árboles, serían grandes posibilidades para la gente pobre del campo si se ordenaran en un marco político apropiado.
Una clave para entender el procedimiento propuesto por los autores es lo que dicen en el prefacio:
Hemos llegado a la conclusión de que la errónea percepción en los medios oficiales y profesionales de las prioridades de la gente pobre ha impedido ver la mejor manera de ayudarles; de que los esfuerzos de las organizaciones no gubernamentales muchas veces se pasan de buenos...; de que un conjunto de programas de ayuda a plazo medio ofrece perspectivas prometedoras pero que, por el contrario, decenas de millones de pobres ganarían mucho más e inmediatamente si se abolieran restricciones, se cambiaran reglamentos y se aclararan derechos, y se utilizaran además todos los medios de comunicación para informar a los pobres de sus derechos.
Con respecto a las aguas, los autores proponen cambios administrativos en las tarifas eléctricas, reglamentos sobre dónde perforar pozos y la creación de mercados competitivos. Insisten en que esos cambios permitirían a los pequeños terratenientes en cuyo subsuelo hay agua, vender una parte, y darían a los que no la tienen más posibilidades de comprarla.
Con respecto a los árboles, los autores afirman:
Para que resulte posible aprovechar el aporte de los bosques y las tierras para subsistencia de los pobres, es preciso anteponer a todo sus prioridades, posponiendo la obtención de mercancías como madera y postes a la de cierta variedad de productos que requieran uso intensivo de mano de obra, vendiéndolos a compradores oficiales y privados en competencia abierta, con abundante información acerca de lo que todos ellos ofrecen pagar.
Los autores revelan un enfoque verdaderamente singular cuando proponen el orden de las prioridades en la administración de las tierras del gobierno y las privadas. Proponen que, en vez de explotar los bosques públicos como monocultivos, se ordenen como bosques mixtos en que se cosechen los múltiples productos que necesiten los pobladores. Los autores reconocen que no será fácil poner de manera inmediata la ordenación de los bosques públicos en manos de los campesinos, y recomiendan como medida interina que se les aseguren derechos al usufructo individual o comunal de bosques ordenados, de forma que extraigan productos variados.
Para las tierras de propiedad privada, Chambers, Saxena y Shah proponen la agrosilvicultura, siempre que sea posible. Pretenden que si los campesinos no tuvieran que competir con una producción de madera y pasta subsidiado por el gobierno, podrían cosechar dichos productos de manera sostenible y a precio competitivo, en las tierras de su propiedad. No obstante, para que puedan hacerlo, habría que derogar las disposiciones que actualmente regulan las especies que se han de plantar, cuándo cortarlas y cómo mover las trozas. Como ejemplo de los efectos potencialmente negativos de esos bien intencionados reglamentos, los autores hacen notar que, a pesar de su valor, los árboles de madera de sándalo ya empiezan a escasear, en gran parte debido a que las restricciones vigentes privan de incentivos a su plantación.
Algunas de las conclusiones de los autores son casi revolucionarias y tal vez no sean aplicables en ciertas circunstancias. No obstante, todas sus afirmaciones están cuidadosamente documentadas, en algunos casos incluso con ejemplos.
Aunque este libro se refiere a la India y es de lectura obligada para quienes trabajan en la ordenación de recursos naturales en el Asia meridional, los nuevos puntos de vista acerca de los reglamentos y acerca del acceso al agua y a los árboles serán sin duda de interés también para quienes trabajan en otras regiones.
M. Hoskins
Estudios de casos sobre pequeñas explotaciones forestales
Small-scale harvesting operations of wood and nao -wood forest producís involving rural people. Estudio FAO Montes N° 87. V. de la Cruz. 1989.
Roma, FAO. Los sistemas silvícolas muy mecanizados representan fuertes inversiones de capital y apenas permiten emplear una mínima parte de la gente del campo que habita en las proximidades del bosque. Por ese motivo es importante mejorar o adaptar sistemas para la explotación de los bosques a menor escala, extrayendo productos madereros y no madereros por técnicas básicas o intermedias.
El objetivo concreto de esta publicación es investigar las operaciones de recolección forestal en pequeña escala, determinando normas y tiempos y recomendando mejoras en todas las fases y en las herramientas de trabajo. Se espera que los casos estudiados sean aplicables a países donde reinen condiciones análogas.
La primera parte examina la extracción de bambú en una plantación y en un rodal natural en las Filipinas. Investiga las técnicas usadas para el corte y el transporte, haciendo resaltar las más apropiadas, y llega a recomendaciones sobre las herramientas más convenientes para el corte y sobre los medios de transporte.
La segunda parte de la publicación contiene los resultados de un estudio de la producción de leña con la corteza de troncos de dipterocarpo (gurjún) en Tagum, en la isla filipina de Mindanao. El estudio hace notar que la producción y venta de combustible a base de corteza de árboles es una importante fuente de trabajo e ingreso para las familias y para los transportistas. En efecto, los choferes permiten que se descortecen las trozas que trasladan. También contiene una descripción de los métodos y de las herramientas usadas en cada fase de la producción del combustible, así como recomendaciones sobre la producción y sobre cómo proceder a la venta en las mejores condiciones.
La tercera sección de este estudio examina la explotación de un manglar en la costa occidental de la península de Malacca. Aporta detalles sobre el plan de trabajo, rendimiento, especies y sistemas silvícolas, así como sobre el material y las herramientas usadas para la recolección y el transporte a corta distancia. También expone las normas de tiempo y producción referentes a varios métodos de producción a base de uso intensivo de mano de obra. También resume sistemas de ordenación y cosecha de manglares en Tailandia, Venezuela, Filipinas, Viet Nam, Bangladesh e Indonesia.
R. Heinrich
Aspectos económicos de los bosques
The theory and application of forest economics. C. Price. 1989. Oxford, Basil Blackwell.
La deforestación, la agricultura migratoria y el crecimiento demográfico están transformando espectacularmente la manera de hacer uso de la tierra en todo el mundo. Se suelen atribuir esos cambios, con frecuencia muy discutidos, al encuentro del desarrollo económico con toda clase de consideraciones sociales y ambientales. Esta obra demuestra que la economía debe desempeñar un papel más céntrico y sutil para tomar en cuenta ya sea los costos y beneficios financieros, que los sociales, reconciliando las necesidades de la sociedad a largo plazo con los objetivos inmediatos de las familias y las empresas comerciales.
El libro se divide en cuatro partes y contiene, además, un glosario, bibliografía y un índice. La primera parte consta de 12 capítulos dedicados a la teoría del capital y de la utilidad máxima, con ejemplos derivados de operaciones forestales. Los nueve capítulos de la segunda sección se concentran en la economía de la silvicultura y son de particular interés para los administradores forestales que tengan que tomar decisiones sobre tratamientos silvícolas concretos o decidir cuál es la mejor rotación forestal posible. La tercera sección del libro evalúa los costos sociales de las actividades forestales y reseña un análisis de costos y beneficios. La última sección examina aspectos más amplios relacionados con la política forestal, incluida la intervención del gobierno y el ingreso y empleo regionales.
Las dos primeras partes corresponden aproximadamente a los temas que suelen tratar los libros de economía forestal y exigen conocimientos básicos acerca de cómo se construyen las curvas de la demanda y oferta (costos) y de la teoría de maximización de las utilidades (costos marginales/utilidades marginales). En cambio, la tercera y cuarta partes tratan temas que actualmente tienen repercusiones de Política de gran alcance temas sociales y ambientales e intervención del gobierno particularmente a nivel de la proyectación y ejecución.
Uno de los méritos particulares de este libro es que examina la capacidad de las actividades forestales para rendir beneficios, no sólo desde el punto de vista financiero, sino también desde los puntos de vista económico y social. En efecto, muchas de las empresas forestales de los países desarrollados y en desarrollo no tienen justificación desde un punto de vista puramente financiero, por lo que las oportunidades para invertir deben ser analizadas con una perspectiva mas amplia.
Esta obra está bien escrita e ilustrada con numerosos cuadros, gráficos y figuras. Resultará de utilidad sobre todo para los administradores, planificadores y analistas, así como para los estudiantes que ya conozcan bien la economía de los recursos naturales. Dado que gran parte de los ejemplos están tomados de países en desarrollo, debería ser de particular interés para quienes trabajen en los bosques de esos países o, más generalmente, en materia de asistencia al desarrollo.
Y.C. Dubé