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RESUMEN


El Director General presentó un conjunto de propuestas de reforma a la Conferencia de los Miembros de la FAO, que se reunió en noviembre de 2005. El objetivo de estas propuestas es permitir a la Organización desempeñar un papel cada vez más eficaz en la asistencia a sus Miembros en las esferas comprendidas en su mandato, así como contribuir al esfuerzo más amplio del sistema de las Naciones Unidas por alcanzar todos los objetivos de desarrollo del Milenio (ODM). En su resolución sobre las reformas en la Organización, la Conferencia acogió con agrado esta iniciativa y coincidió con la opinión del Director General de que era necesario reforzar la capacidad de la Organización para cumplir su mandato. La Conferencia expresó «su apoyo general a la justificación y los principios rectores en los que se fundan las propuestas de reforma del Director General como base para una profundización en el debate y para la aplicación de la reforma de la FAO». Asimismo señaló que esperaba con interés los resultados de la evaluación externa independiente (EEI) de la FAO como «guía para mejorar la eficacia y eficiencia de la Organización» y subrayó que la EEI y las propuestas de reforma deberían apoyarse mutuamente. Por último, la Conferencia autorizó al Director General a comenzar la aplicación progresiva de varias de sus propuestas y encargó al Consejo que decidiera sobre la ulterior aplicación de las propuestas lo antes posible y según conviniera.

Las reformas propuestas entrañarán una redefinición de los programas de la Organización a fin de reflejar mejor los tres aspectos principales de su labor, aprobados por la Conferencia:

Sistemas alimentarios y agrícolas sostenibles. Centrarse en las actividades en relación con las cuales la FAO debe lograr o conservar la capacidad de excelencia; esto entraña reforzar las actividades con prioridad más elevada de manera inmediata y a más largo plazo, y abandonar aquellas que pueden ser realizadas mejor por otras entidades, en las esferas de los cultivos y la ganadería, la bioseguridad, la nutrición y la protección del consumidor, la silvicultura, la pesca y la acuicultura, y el desarrollo sostenible de los recursos naturales.

Intercambio de conocimientos, políticas y promoción. Dedicar particular atención a estas funciones en relación con las cuales la FAO tiene una ventaja comparativa debido a su universalidad, su capacidad de convocatoria, su mandato y su función consultiva en materia de información, políticas y comercio agrícolas, así como su capacidad para movilizar a diversos grupos de interesados, públicos y de otro tipo, e interactuar con ellos con objeto de promover el desarrollo económico y social.

Descentralización, cooperación en el ámbito de las Naciones Unidas y ejecución de programas. Realizar actividades en el nivel en el que se pueden llevar a cabo con mayor eficacia y cooperar plenamente con los asociados, centrándose especialmente en el plano nacional en la consecución de los ODM, las relaciones con las organizaciones de las Naciones Unidas a todos los niveles y realzando la cooperación con los órganos regionales y subregionales.

En general, en relación con todos los programas las propuestas entrañan medidas encaminadas a:

Para poner en práctica estos cambios será preciso:

La FAO, en palabras de sus fundadores, nació «de la idea de liberarse de la privación», lo que significa «vencer en la lucha contra el hambre y satisfacer las necesidades ordinarias para llevar una vida decente y digna». Al examinar los seis decenios transcurridos desde su creación, el 16 de octubre de 1945 en Quebec (Canadá), la Organización puede afirmar legítimamente que ha tenido parte en un logro notable de la segunda mitad del siglo XX, a saber, que la producción de alimentos ha aumentado en consonancia con el crecimiento de una población mundial que se ha triplicado, y que la proporción de personas afectadas por el hambre se ha reducido del 35 por ciento en 1960 al 13 por ciento en 2000-2002.

Al mismo tiempo, la visión de los fundadores de acabar con la privación no se ha hecho aún realidad, como se reconoció en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996, en la que por primera vez se estableció el objetivo de reducir a la mitad el número de personas subnutridas para el año 2015. Al emprender ahora un proceso de reforma, la FAO hará patente su compromiso con un renovado esfuerzo a fin de alcanzar la meta, declarada en el Preámbulo de su Constitución, de «liberar del hambre a la humanidad».


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