No.1 febrero 2007 | ||
Perspectivas de Cosechas y Situación Alimentaria | ||
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Exámenes regionales
En África del Norte, las perspectivas iniciales para las cosechas de trigo y cereales secundarios de invierno de 2007, que se recogerán a partir de junio aproximadamente, son variadas. En Argelia, Marruecos y Túnez los preparativos de la tierra y las siembras se retrasaron debido a las lluvias inferiores a lo normal caídas en octubre y noviembre. Aunque en diciembre llegaron precipitaciones que mejoraron algo las condiciones de humedad del suelo, las lluvias de los próximos meses serán decisivas para asegurar una buena recuperación de los cultivos tras el mal comienzo de las campañas en esos países. En Egipto, el mayor productor de la subregión, donde la mayor parte de los cultivos es de regadío, se registraron condiciones atmosféricas generalmente favorables y se estima que han aumentado las superficies plantadas tanto con trigo como con cebada. La situación del suministro de alimentos es satisfactoria en la subregión, gracias a las buenas cosechas de 2006. Cuadro 3. Producción de cereales de África ( millones de toneladas)
Nota: Los totales se han calculado a partir de datos no redondeados.
En África occidental, actualmente hay poca actividad agrícola, con excepción de una cultivación limitada de cultivos de aluvión o fuera de estación, cuyas perspectivas son en general favorables. En el Chad, sin embargo, el resultado de la cosecha del mijo beréber (fuera de estación), cultivado mayormente en el este y recogido entre enero y febrero, corre el riesgo de verse comprometido por el empeoramiento de la situación de seguridad y el creciente desplazamiento de la población en la parte oriental del país. En un año normal, la producción beréber representa alrededor de una quinta parte de la producción total de cereales del país. Las perspectivas alimentarias para 2007 son en general favorables en la subregión, gracias a las cosechas entre superiores a la media y de nivel récord obtenidas en la mayor parte de los países sahelianos y a las cosechas satisfactorias de otras partes. En Nigeria, el mayor productor de la subregión, cuyo sector agrícola puede afectar decididamente la situación del suministro de alimentos de las naciones vecinas del Sahel, se señala que los precios siguen siendo bajos, gracias a la excelente cosecha obtenida en 2006. Además de la buena cosecha, los precios bajos se deben a los efectos devastadores que la gripe aviar ha provocado el año pasado en el sector avícola nigeriano, que absorbe una parte importante de la producción interna de maíz. La reaparición de la gripe aviar en las últimas semanas en la parte septentrional del país ha atenuado las esperanzas de una sólida recuperación del sector avícola en un futuro cercano. A pesar del plan del gobierno de comprar 150 000 toneladas de maíz en 2007 con objeto de sostener los precios al productor que están bajando, la recuperación sostenible del sector cerealero dependerá mucho de la evolución de la epidemia de la gripe aviar en Nigeria y la subregión.
Pese a las perspectivas generalmente favorables para el suministro de alimentos en la subregión en conjunto, en la mayoría de los países subsisten problemas de seguridad alimentaria. En Mauritania, unas precipitaciones irregulares volvieron a causar pérdidas de cosechas localizadas en 2006, dejando pocas esperanzas de mejoramiento de la seguridad alimentaria a corto plazo para grandes sectores de la población afectados por la disminución de sus ingresos y activos tras varios años consecutivos de malas cosechas. En Burkina Faso, Malí y el Níger, los rendimientos de la producción de 2006 se vieron reducidos de forma pronunciada en algunas zonas a causa del retraso de las lluvias o las inundaciones, y puede que algunas poblaciones corran el riesgo de una escasez de alimentos. En Guinea-Bissau y el Senegal, la persistencia de los problemas de mercadeo en los sectores del anacardo y el maní, las principales fuentes de ingreso de efectivo para las familias rurales, continúa amenazando la seguridad alimentaria en esos países. Unas misiones conjuntas CILSS/FAO/FewsNet de evaluación poscosecha visitarán el Chad, Guinea-Bissau, Mauritania y el Senegal en febrero y marzo para evaluar la situación alimentaria.
En el Camerún y la República Centroafricana se ha terminado de recoger la segunda cosecha de maíz de 2006. Las imágenes de satélite indican que las lluvias han sido abundantes durante toda la campaña agrícola y la producción total de 2006 se pronostica en torno a la media. En la República Centroafricana, sin embargo, la persistencia de la inseguridad y la insuficiente disponibilidad de insumos agrícolas, principalmente en las partes septentrionales, continúan impidiendo cualquier mejoramiento en la situación de la seguridad alimentaria. El año pasado, alrededor de 20 000 personas han huido del país hacia el Chad meridional, llevando el número de los refugiados centroafricanos presentes en ese país a más de 45 000. Otras 50 000 personas se han desplazado al interior del país.
En las partes septentrionales de la subregión ha terminado la recolección de las cosechas de cereales de la temporada principal de 2006/07, mientras que en las partes meridionales está por comenzar la de las cosechas de la temporada secundaria. La producción total de cereales de la subregión en 2006/07 (campañas agrícolas primeras y secundarias) se pronostica en 34,6 millones de toneladas, 13 por ciento más que el año anterior, debido principalmente a las excelentes cosechas obtenidas en Etiopía y el Sudán, los mayores países productores de la subregión (Figura 2). Pese a estos resultados favorables, sin embargo, las intensas lluvias e inundaciones registradas en el segundo semestre de 2006 han devastado varias partes de África oriental causando pérdidas de vidas humanas y propiedades, y daños a los cultivos y al ganado. Se estima que hasta 1,8 millones de personas se han visto afectadas por las inundaciones, sobre todo en Somalia, Kenya y Etiopía. Aunque en 2006 se obtuvo una producción de cereales sin precedente a nivel subregional, la situación varía de país a país.
En Eritrea, ha terminado la recolección de las cosechas de la temporada principal, “Kiremti”, de 2006. Todavía no se han proporcionado estimaciones oficiales, pero provisionalmente se estima que la producción es buena. Sin embargo, aún en años favorables, Eritrea no produce más que una parte de sus necesidades totales de alimentos y depende sobremanera de las importaciones. Se prevé que la producción mejorada alivie algo la difícil situación alimentaria debida a unas malas cosechas consecutivas obtenidas en los últimos años, a los efectos duraderos de la guerra con la vecina Etiopía, y a graves desequilibrios macroeconómicos. En Etiopía, los resultados provisionales de una misión FAO/PMA de evaluación de cultivos y suministros de alimentos que visitó a finales del país el año pasado indicaron una producción sin precedente de cereales de la temporada principal de 2006. Ello se debe a las copiosas lluvias caídas durante el período vegetativo, a una mayor utilización de fertilizantes y semillas mejoradas, y a una presión muy baja de plagas y enfermedades, junto con el aumento de la superficie cultivada. La producción de cereales de 2006 es la tercera cosecha abundante consecutiva. El informe de la misión FAO/PMA debería publicarse dentro de poco. A pesar de la sucesión de cosechas de cereales excelentes y de la situación en general satisfactoria del suministro de alimentos, las evaluaciones provisionales de la Oficina de Seguridad Alimentaria indica que alrededor de 7,3 millones de personas afectadas de inseguridad alimentaria crónica, o sea en torno a un 9 por ciento de la población, necesitarán asistencia en dinero o alimentos por conducto del Programa de red de seguridad productiva. Además, 2,3 millones de personas necesitarán asistencia alimentaria de urgencia a causa de malas cosechas o pérdidas de animales debidas al tiempo seco y a las inundaciones. Los resultados de la evaluación de las necesidades humanitarias durante la temporada “meher”, realizada por distintos organismos dirigidos por el Gobierno, deberían aportar una actualización del número de personas que necesitan asistencia en 2007. En particular, las lluvias intensas y grandes inundaciones registradas en la región somalí en octubre pasado, después de las inundaciones que ya se habían producido en julio y agosto, exasperaron la crisis humanitaria en las zonas pastorales. En total, se señala que han muerto por las inundaciones alrededor de 700 personas y más de medio millón han quedado afectadas. Aunque las aguas se retiraron, la recuperación de las familias nómadas que perdieron sus rebaños lleva mucho más tiempo, de suerte que a corto plazo se seguirá necesitando asistencia humanitaria. No obstante tres buenas cosechas consecutivas, los precios de los cereales se mantienen firmes o están subiendo en los mercados principales (véase el recuadro). Se supone que son varios los factores que han dado lugar a este extraño comportamiento de los últimos años, a saber: una mayor liquidez en la economía, debida a la asistencia basada en el dinero, practicada en los programas de red de seguridad; el escalonamiento de los reembolsos del crédito a lo largo del año y no inmediatamente después de la cosecha; el apoyo presupuestario suministrado en las “woredas” (distritos); el incremento de las exportaciones transfronterizas de cereales, tanto oficiales como extraoficiales, las compras locales efectuadas por cooperativas y organismos de socorro; y la mayor actividad económica global, especialmente la construcción de caminos y viviendas en las zonas urbanas. Los altos precios vigentes dificultan a las familias pobres el acceso a suministros suficientes de alimentos. En Kenya, está a punto de comenzar la cosecha de la campaña agrícola secundaria, que representa alrededor del 20 por ciento de la producción total anual de cereales. Las perspectivas son generalmente favorables gracias a un comienzo puntual de las “lluvias cortas” que resultaron, además, suficientes. Las estimaciones provisionales para la cosecha de maíz de la temporada de “lluvias cortas” indican una buena producción de alrededor de 270 000 toneladas. También fue superior a la media la cosecha de maíz de la temporada de “lluvias largas”, recogida hasta noviembre del año pasado. Como consecuencia, la situación general del suministro de alimentos es satisfactoria y en los últimos meses los precios del maíz han ido bajando. Sin embargo, en las zonas pastorales que limitan con Somalia y Etiopía, devastadas por las lluvias torrenciales y las inundaciones entre octubre y diciembre de 2006, grandes sectores de la población siguen en condiciones de inseguridad alimentaria. En total, se estima que murieron 41 personas y 300 000 resultaron afectadas por las inundaciones. Estas poblaciones sufrieron graves pérdidas de ganado y de activos, y continúan necesitando asistencia de emergencia y rehabilitación. Además, un brote reciente de la fiebre del valle del Rift (FVR), enfermedad viral aguda que causa fiebre y afecta a los animales domésticos y a los seres humanos, ha agravado los niveles ya extremos de inseguridad alimentaria en las zonas pastorales. La FVR se ha cobrado ya alrededor de 100 vidas, y las restricciones impuestas para disminuir la difusión de la enfermedad han trastornado el mercado ganadero. En Somalia, el conflicto en la frontera entre Somalia y Kenya entre el gobierno de transición somalí, respaldado por Etiopía, y la Unión de Cortes Islámicas (UIC), unido a una probable difusión de la fiebre del valle del Rift, constituye un motivo de grave preocupación por la seguridad alimentaria, en particular en las zonas pastorales y agropastorales de la región de Juba Bajo. Según los informes, en la mayor parte de los distritos, especialmente en Afmadow y Badhadhe, la situación alimentaria es alarmante como consecuencia de múltiples conmociones, entre ellas el conflicto de baja intensidad durante los últimos 16 años, la sequía de 2005-2006, la mala cosecha de mediados de 2006 y las inundaciones de octubre y noviembre que impulsaron a una gran parte de la población a trasladarse a los campamentos de refugiados en Kenya. Las estimaciones actuales indican que 450 000 personas han tenido que desplazarse por las inundaciones y que hasta 900 000 personas se han visto afectadas por la pérdida de sus viviendas, cultivos y ganado. Según las proyecciones, la cosecha de la temporada secundaria “deyr”, que se recogerá a partir de febrero, será inferior a la media, ya que una gran parte de los cultivos de cereales ribereños quedó destruida por las inundaciones. En cambio, han mejorado las condiciones de las tierras de pastoreo, incluidos los pastizales, arbustos y fuentes de agua, y, como consecuencia, mejoran las condiciones corporales del ganado, la producción y los valores. Pero en las zonas meridionales más afectadas por una grave sequía en el primer semestre de 2006 los pastores no podrán beneficiarse plenamente de estas ventajas debido a sus anteriores pérdidas de ganado. Dentro de poco debería publicarse el informe sobre la evaluación de la cosecha de la temporada “deyr” de 2006/07, realizada por la Dependencia de Evaluación de la Seguridad Alimentaria para Somalia (FSAU). También resultó menguada, debido a la falta de lluvias, la cosecha de cereales de la temporada principal “gu” de 2006, recogida en agosto del año pasado. La FSAU estimó la producción de cereales “gu”, que representa aproximadamente entre el 70 y 80 por ciento de la producción anual, en alrededor de 113 000 toneladas, mejor que la reducida cosecha del año anterior pero todavía un 29 por ciento por debajo de los niveles medios. La FSAU estimó que en todo el país enfrentarían graves dificultades alimentarias 1,8 millones de personas como consecuencia de la menguada cosecha principal de cereales. Para obtener mayor información y análisis se puede consultar el sitio webwww.fsausomali.org. En el Sudán, una misión conjunta FAO/PMA de evaluación de cultivos y suministros de alimentos apenas concluida indica una cosecha de cereales sin precedentes para 2006 de 6 640 000 toneladas, alrededor de un 19 por ciento más que la buena producción del año pasado y un 32 por ciento más que la media de los últimos cinco años. Los buenos resultados, que corresponden al sorgo en un 78 por ciento, se deben a unas lluvias favorables y a relativamente pocos brotes de plagas y enfermedades. La buena producción de cereales, junto a niveles altos de existencias remanentes, debería traducirse en cuantiosos excedentes de cereales en 2007. En vista de la amplia disponibilidad interna de cereales, la misión recomendó las compras locales de cereales por parte de la Corporación de Reservas Estratégicas del Sudán (SRC) y para programas de ayuda alimentaria. Con ello se apoya a los mercados y se garantizan variedades de cereales localmente aceptables. Además, se necesita una asistencia para la rehabilitación oportuna del sector agrícola, incluido el apoyo de emergencia a los repatriados y a otras comunidades agrícolas vulnerables. La asistencia debería prestarse antes de las próximas campañas agrícolas que comenzarán entre abril y mayo en el Sudán meridional, y entre junio y julio en el Sudán septentrional del sorgo. Debido a la excelente cosecha obtenida, los precios de mercado han comenzado a descender en las principales zonas productoras, lo cual debería mejorar el acceso a los alimentos de los grupos de bajos ingresos de la población; pero, como consecuencia de la abundancia de suministros ha surgido la preocupación acerca de la continua baja de los precios que podría redundar en dificultades financieras para los productores y en una reducción de la superficie plantada en la próxima campaña. También es buena la situación del ganado y de los pastizales en la mayor parte del país, y los niveles de agua en los pozos ( hafirs) son generalmente satisfactorios. Además, el incremento de los ingresos de las exportaciones de petróleo, que en 2005 ascendieron a 4 200 millones de dólares EE.UU., ha continuado impulsando la actividad económica global. Pese a la situación en general buena del suministro de alimentos y al fuerte crecimiento económico, los problemas de acceso material y financiero a los alimentos causados por la guerra, el desplazamiento, la infraestructura deficiente, el débil sistema de mercadeo y el aislamiento económico continúan haciendo que millones de personas vulnerables dependan de la asistencia alimentaria. Se estima que, sólo en la región de Darfur, la reciente escalada del conflicto ha provocado ingentes pérdidas de superficies cultivadas y el desplazamiento de alrededor de 1,6 millones de personas. En la República Unida de Tanzanía, está por comenzar en las zonas septentrionales bimodales la recolección de las cosechas de la estación de las lluvias cortas “vuli” de 2006/07, cuyas perspectivas son favorables. En las zonas centrales y meridionales unimodales, los cultivos de la estación de las lluvias largas “msimu” de 2007, que se cosecharán entre mayo y junio, se encuentran en diferentes etapas de desarrollo. La producción total de cereales de 2006 (campañas de lluvias largas y de lluvias cortas) se pronostica en 5,6 millones de toneladas, alrededor de un 4 por ciento más que la buena cosecha del año anterior debido a las lluvias favorables. La buena producción ha redundado en una situación en general satisfactoria del suministro de alimentos, con una disponibilidad de cereales mejorada en todos los mercados. También ha habido un incremento de la disponibilidad de otros cultivos, principalmente raíces y legumbres. En 2006, diversas partes del país recibieron lluvias intensas. Las lluvias torrenciales caídas a mediados de diciembre en el distrito de Misungwi, región septentrional de Mwanza, han dejado casi 900 personas sin vivienda y destruyeron casi 5 000 hectáreas de tierras de cultivo. Unas fuertes lluvias anteriores habían provocado graves inundaciones localizadas, especialmente en Shinyanga, la región central del país. Se distribuyeron suministros de socorro a unas 1 500 personas desarraigadas por las inundaciones. En la mayor parte de los mercados de la República Unida de Tanzanía los precios mayoristas del maíz se han mantenido considerablemente bajos debido al aumento de los suministros internos, así como a las restricciones impuestas por el Gobierno a las exportaciones de productos agropecuarios. Kenya importa normalmente unas 55 000 toneladas de maíz de Tanzanía entre junio y noviembre, pero en el mismo período de 2006 las importaciones totalizaron alrededor de 40 000 toneladas. En Uganda, han comenzado los preparativos de la tierra para las cosechas de la temporada principal de 2007 que se sembrarán en las próximas semanas. La recolección de las cosechas de la temporada secundaria de 2006/07 está casi terminada. Unas lluvias intensas habían impedido en algunas zonas la recolección y el secado de las cosechas de la temporada secundaria. Pero en total se espera una cosecha de la temporada secundaria entre media y superior a la media. Los conflictos y la inseguridad, unidos a la menguada cosecha afectada por la sequía de finales del año pasado, continúan comprometiendo la situación de la seguridad alimentaria de la población de la región nordoriental de Karamoja. Se estima que por lo menos el 40 por ciento de la población carece de reservas de alimentos, o no las tiene en cantidad suficiente, y se corre el riesgo de un aumento de la inseguridad alimentaria. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) prevé el suministro de asistencia alimentaria a aproximadamente medio millón de personas. En otras partes, como en Uganda septentrional, una mayor estabilidad de la situación de seguridad ha mejorado el acceso de numerosas PDI a los alimentos y a otros recursos productivos. Pero los progresos lentos del proceso de paz continúan impidiendo el regreso a sus hogares.
Al promediar la campaña agrícola 2006/07 en África austral, se han señalado lluvias intensas en una gran parte de la región en la tercera década de diciembre y las dos primeras de enero, que causaron inundaciones localizadas en Namibia, Botswana, Zambia, Zimbabwe, Malawi, Mozambique y Madagascar. A pesar de los daños causados a los cultivos en algunas de las zonas afectadas, las copiosas precipitaciones de diciembre y enero mejoraron en general las condiciones de crecimiento. Sin embargo, es posible que las lluvias hayan llegado demasiado tarde para evitar reducciones en las superficies plantadas y los rendimientos en las zonas afectadas por la irregularidad de las lluvias y las rachas secas desde el comienzo de la campaña al final de octubre, particularmente en el Angola nordoccidental, Mozambique central y meridional, Zambia occidental y las partes centrales de Zimbabwe. El cuadro de las precipitaciones acumulativas ha mejorado considerablemente debido a las intensas lluvias recibidas desde finales de diciembre, particularmente en las partes orientales. La diferencia de las precipitaciones acumulativas para los tres primeros meses de la campaña (desde la tercera década de octubre hasta la segunda década de enero) con respecto al nivel medio de los últimos ocho años muestra precipitaciones entre normales y superiores a lo normal en las partes orientales y centrales de la región y en la mayor parte de Madagascar, pero inferiores a lo normal en Angola septentrional y Mozambique septentrional y central (Figura 3). El crecimiento vegetativo en la segunda década de enero de 2007, como lo indica la diferencia de INDV con respecto a la media a largo plazo, refleja también el crecimiento vegetativo mejorado en toda la región, salvo en algunas zonas de Mozambique central y meridional y en Angola septentrional. A pesar de unas lluvias regionales en general satisfactorias recibidas durante la campaña, el pronóstico para la segunda mitad de la campaña indica una climatología más seca de lo normal, debida al fenómeno de El Niño, y la situación de las lluvias tiene que vigilarse de cerca en las semanas venideras.
A nivel regional, las perspectivas iniciales también son favorables gracias a un aumento de la superficie plantada con la cosecha principal de maíz. Ello se debe principalmente al incremento de la superficie en Sudáfrica, donde las estimaciones más recientes indican un aumento del 68 por ciento de la superficie cultivada con maíz comercial con respecto al nivel reducido del año pasado, a aproximadamente 2,7 millones de hectáreas, en atención a los precios altos. En general, la disponibilidad de insumos durante el período de siembra fue normal en la mayoría de los países. En Zambia y Malawi se aplicaron planes de subvenciones a los insumos de gran envergadura , que permitieron a los agricultores utilizar semillas de calidad y fertilizantes y deberían tener importantes efectos positivos en la producción total de maíz en los próximos meses. Sin embargo, en Zimbabwe, la continua escasez y altos precios de algunos insumos importantes como fertilizantes, combustible, animales de tiro y piezas de repuesto deberían traducirse en rendimientos relativamente bajos, como en años anteriores. En Lesotho y en varios distritos agrícolas de Eastern Cape y Free State en Sudáfrica, un brote de langostas marrones afectó al maíz y otros cultivos en diciembre. En ambos países se realizaron fumigaciones aéreas para combatir los grandes enjambres. En Mozambique, un brote de tripanosomiasis, enfermedad parasitaria causada por la mosca tsé tsé, ha afectado al ganado en la región central del país, incluidas las provincias de Manica, Sofala, Zambezia y Tete.
Gracias al mejoramiento de las producciones de 2006 en la mayoría de los países de la región, la necesidad total de importación de cereales para la campaña comercial 2006/07 (entre abril y marzo en la mayoría de los casos) se estimaba en 6,3 millones de toneladas, alrededor de un 13 por ciento menos que el año anterior. Si se excluyen Sudáfrica y Mauricio, la disminución de las necesidades totales de importación de cereales de la región es más pronunciada, de 5 millones de toneladas de importaciones efectivas en 2005/06 a alrededor de 3,5 millones de toneladas en 2006/07 (Cuadro 4). Las necesidades de asistencia alimentaria en 2006/07, estimadas en cerca de 547 000 toneladas, son también menores que la ayuda alimentaria media anual de los cinco años anteriores, calculada en torno a las 700 000 toneladas. Las cifras disponibles hasta finales de diciembre de 2006 o finales de enero de 2007 indican que hasta el momento se ha recibido y prometido sólo el 56 por ciento aproximadamente de las necesidades de importación de todos los cereales y más o menos el 54 por ciento del maíz. Sin embargo, las importaciones de cereales en forma de ayuda alimentaria han alcanzado casi las tres cuartas partes de las necesidades totales estimadas en 2006/07. Es probable que las importaciones repunten durante este último trimestre caracterizado como período deficitario de alimentos. Cuadro 4: Necesidades de importaciones y situación efectiva de las importaciones a los finales de enero de 2007 en África austral, excluidos Sudáfrica y Mauricio, 2006/07*
* Datos de importaciónes disponibles varían de noviembre de 2006 a los finales de enero de 2007.
Campaña comercial principalmente abril/marzo.
Fuente: FAO/SMIA estimación.
En la mayoría de los países deficitarios de la subregión los precios actuales del maíz, el alimento básico más importante, están muy por debajo de sus niveles correspondientes a un año antes, cuando escaseaban los alimentos en varios países. Por ejemplo, como se indica en la Figura 4, a mediados de enero de 2007 los precios mayoristas del maíz blanco en los mercados de las capitales de Zambia y Mozambique estaban en alrededor de 200 y 232 dólares EE.UU. por tonelada, frente a 345 dólares EE.UU. y 385 dólares EE.UU. por tonelada, respectivamente, en el mismo período de hace un año. Sin embargo, los precios han ido registrando una tendencia estacional positiva desde septiembre después de una larga y constante disminución respecto de los 354 dólares EE.UU. y 390 dólares EE.UU. por tonelada, respectivamente, registrados durante el ápice del período de hambre en febrero de 2006. En cambio, en Sudáfrica, el principal país exportador de la región, los precios actuales del maíz cotizados en dólares EE.UU. son más altos que los niveles correspondientes del año pasado, debido a la menguada cosecha de 2006 y a la disminución de los suministros de maíz. Desde septiembre de 2005 ha habido un aumento constante del precio SAFEX del maíz. Este aumento debería continuar hasta la nueva cosecha de abril de 2007. Las variaciones de los precios del maíz cotizados en la moneda local han sido un poco más pronunciadas que cotizados en dólares EE.UU., como consecuencia del debilitamiento del rand en Sudáfrica; pero menos marcadas en Zambia, debido al fortalecimiento del Kwacha frente al dólar EE.UU.. En Mozambique, las variaciones de los precios cotizados en meticales han reflejado más o menos las de los precios cotizados en dólares EE.UU., debido principalmente a la relativa estabilidad de la moneda durante este período.
En general, el suministro total de alimentos ha sido muy favorable en la región en la presente campaña comercial. En Sudáfrica, el mayor exportador de la región, los suministros de maíz blanco se estimaban en 6,3 millones de toneladas en mayo, al principio de la campaña comercial, lo cual, comparado con una utilización interna de 4,3 millones de toneladas, dejó un excedente de aproximadamente 2 millones de toneladas. Suponiendo el volumen de las reservas estratégicas en alrededor de 600 000 toneladas, el posible excedente exportable de maíz blanco de Sudáfrica se estimaba en cerca de 1,4 millones de toneladas. Se estimó, además, que también podían exportarse algunas cantidades considerables de Malawi (entre 200 000 y 350 000 toneladas), Zambia (entre 180 000 y 280 000 toneladas) y Mozambique (entre 150 000 y 250 000 toneladas), tras una reposición de las existencias en cada uno de esos tres países hasta un volumen de aproximadamente 100 000 toneladas. Por consiguiente, en total el excedente regional es más que suficiente para colmar las necesidades de importaciones comerciales de los otros países deficitarios de maíz en la región, estimadas en poco menos de 1 millón de toneladas. Sin embargo, las informaciones oficiales acerca de las exportaciones de Sudáfrica hasta finales de diciembre indican que desde mayo de 2006 se habían exportado sólo 318 000 toneladas de maíz blanco. Se dispone de cantidades considerables para las compras locales y regionales de ayuda alimentaria que se distribuye en la región.
En general, las perspectivas para las cosechas de cereales de invierno de 2007 (principalmente trigo), que se plantaron entre septiembre y diciembre de 2006, son favorables. En China, la cosecha de trigo de invierno, que representa alrededor del 95 por ciento de la producción total de trigo de China, se encuentra todavía en la fase de dormición. La superficie plantada se estima en 21,3 millones de hectáreas, aproximadamente un 2 por ciento menos que el año pasado, pero todavía por encima de la media quinquenal. En la mayoría de las zonas de trigo de invierno ha predominado un tiempo seco y benigno que ha brindado condiciones favorables para la hibernación. Sobre la base de las estimaciones de la superficie sembrada con trigo de invierno, y suponiendo condiciones normales para el resto de la campaña, los pronósticos iniciales provisionales apuntan a una producción total de trigo en 2007 de más o menos 100 millones de toneladas, aproximadamente 3 millones de toneladas menos que la buena producción del año pasado. En la India, se estima que la superficie plantada con trigo de invierno aumentó un 6,7 por ciento con respecto al año pasado, alentada por un aumento del 15 por ciento de los precios de sostenimiento del Gobierno para la cosecha de trigo de 2007. En la India septentrional, las lluvias y nevadas de diciembre aumentaron las reservas de riego para los cultivos de trigo de invierno ya sembrados. En la India central y meridional, el tiempo seco imperante al final de 2006 fue beneficioso para la recolección de la cosecha tardía de verano (kharif) así como para la siembra tardía de los cereales de invierno. En el Pakistán, las perspectivas para la cosecha de trigo de 2007 han mejorado ya que la llegada de las lluvias y nevadas en diciembre aumentaron las reservas de riego. Las indicaciones actuales sugieren que la producción de 2007 puede igualar la excelente cosecha del año pasado. En la mayoría de los países productores de arroz de la región, la cosecha principal de arroz ya se ha recogido o está casi terminada. La producción arrocera de 2006 de la subregión se estima en 563,6 millones de toneladas, volumen cercano al de la producción sin precedentes del año anterior, mientras que la producción total de cereales de 2006 se mantiene en un volumen máximo de 986 millones de toneladas, aproximadamente 7,5 millones de toneladas más que la cosecha anterior, como resultado principalmente de las excelentes cosechas de trigo y maíz. Cuadro 5. Producción de cereales en Asia ( millones de toneladas)
Nota: Los totales se han calculado a partir de datos no redondeados.
Pese a una situación en general satisfactoria del suministro de alimentos en la subregión, las poblaciones vulnerables de algunos países se ven afectadas todavía por graves dificultades al respecto. En Sri Lanka, a pesar de la cosecha récord obtenida el año pasado, la seguridad alimentaria sigue viéndose afectada por el empeoramiento de la situación política y de la seguridad en el nordeste. En los distritos centrales, meridionales y orientales, particularmente Nuwara Eliya y Hambantota, la producción agrícola resultó afectada por unas lluvias monzónicas excepcionales. Se informa que quedaron afectadas hasta 90 000 personas, incluidas 60 000 desplazadas, y se necesita ayuda alimentaria de urgencia. En Timor-Leste, aunque la situación política y de la seguridad se ha estabilizado tras el despliegue de las fuerzas internacionales al final de mayo del año pasado, la situación de la seguridad alimentaria sigue siendo un motivo de preocupación, especialmente para las personas desplazadas que no pueden volver a sus hogares. En enero, las Naciones Unidas y el Gobierno de Timor-Leste lanzaron un llamamiento por 16,6 millones de dólares EE.UU. para contribuir al reasentamiento de 100 000 PDI. En el Nepal, la producción de cereales de 2006 decreció alrededor de un 5 por ciento con respecto a los niveles medios recientes, debido a la sequía y las inundaciones durante la campaña agrícola del verano. Se ha señalado una situación difícil para el suministro de alimentos en el país, especialmente en los distritos de Terai oriental, Siraha y Saptari, en los que las pérdidas de cosechas de arroz fueron muy elevadas, y en enero el precio minorista del arroz superaba en más del 40 por ciento al del mismo período del año anterior. En Filipinas, aunque la situación del suministro de alimentos es en general satisfactoria tras la cosecha sin precedentes de 2006, cientos de miles de personas de la región de Bicol y otras regiones devastadas por cuatro tifones consecutivos siguen necesitando asistencia de urgencia, incluso alimentaria. Según los informes, unas 100 000 personas de tres provincias están recibiendo ayuda alimentaria del PMA, en conjunción con organizaciones no gubernamentales (ONG). En la República Popular Democrática de Corea, la cosecha de cereales de 2006 se estima provisionalmente en aproximadamente 3,8 millones de toneladas (arroz elaborado), unas 300 000 toneladas menos que la producción sin precedentes del año anterior, pero todavía una buena cosecha superior a la media. Gracias a la constante recuperación de la producción de cereales en los últimos años, han disminuido las importaciones de cereales (principalmente en forma de ayuda alimentaria y algunas importaciones comerciales). Sin embargo, a pesar de las mejoras en la producción interna, todavía se sitúan por debajo de las necesidades alimentarias mínimas y la necesidad de importación de cereales en 2006/07 se estima en aproximadamente 1 millón de toneladas. La rápida reducción de los envíos de ayuda alimentaria al país desde el verano pasado suscita una cierta preocupación por la cantidad que pueda obtenerse de las importaciones necesarias para el corriente año. Desde el comienzo de la actual campaña comercial en noviembre, se han importado sólo unas 8 000 toneladas de cereales (incluida la ayuda alimentaria).
En el Cercano Oriente, las nevadas caídas durante diciembre y enero en varias partes productoras importantes han beneficiado a los cereales de invierno de 2007 tras un comienzo seco de la campaña. En el Afganistán, la República Islámica del Irán y el Iraq, las condiciones agrometeorológicas imperantes durante los preparativos de la tierra y la siembra fueron desfavorables para la siembra de los cultivos de invierno debido a una humedad insuficiente. En cambio, en Turquía, las condiciones imperantes durante la siembra fueron más favorables, pero posteriormente reinó un tiempo seco por un período prolongado, lo que resultó desfavorable para el arraigo y el desarrollo inicial de los cultivos. En otras partes de la subregión, como en las zonas productoras más pequeñas, se señalaron condiciones en general favorables para la siembra, y en general la situación de los cultivos que despuntaron antes del comienzo del invierno fue mejor que el año anterior.
En general, las perspectivas para las cosechas de cereales de invierno de 2007 siguen siendo favorables tras el óptimo período de siembra del otoño del año pasado y las condiciones mayormente favorables imperantes desde entonces. Los cereales de invierno (principalmente trigo) son los cultivos más importantes en la subregión, si se exceptúa Kazajstán, donde la mayor parte de los cereales se siembra en primavera. La producción total de cereales de la subregión en 2006 se estima ahora en 30,9 millones de toneladas, volumen muy superior a la media de los últimos cinco años. Kazajstán, el mayor productor de la región, obtuvo una excelente cosecha de trigo, que debería promover un aumento de las exportaciones, que, según los pronósticos actuales, alcanzarían los 5 millones de toneladas durante la campaña comercial 2006/07. Sin embargo, mientras en la mayoría de los países las cosechas de 2006 fueron favorables, una sequía localizada afectó a Armenia y Georgia durante una parte de la campaña, con efectos negativos en los rendimientos de los cultivos. Como consecuencia, se prevé que durante la campaña comercial 2006/07 Armenia, en particular, tendrá que depender más del trigo importado (el principal cereal destinado al consumo humano), y la necesidad de ayuda alimentaria del país para el año es considerablemente mayor que las entregas estimadas en los últimos años. Cuadro 6. Producción de cereales en la CEI asiática (miles de toneladas)
Está a punto de terminar la siembra de la importante cosecha de maíz de invierno de 2007 en México, el único productor de la subregión. Las intenciones de siembra apuntaban a un nivel superior a la media de alrededor de 578 000 hectáreas y, si las condiciones atmosféricas continúan siendo favorables durante el período vegetativo, se pronostica una producción de 2,9 millones de toneladas, muy semejante a la buena producción obtenida en la misma campaña en 2006. Cuadro 7. Producción de cereales en América Latina y el Caribe ( millones de toneladas)
Nota: Los totales se han calculado a partir de datos no redondeados.
Ha terminado recientemente la recolección de las cosechas de cereales secundarios y frijoles de la segunda temporada de 2006. A pesar de algunas pérdidas localizadas debidas a una sequía durante la segunda temporada en Belice, el norte de Guatemala y algunas regiones centrales de Honduras y Nicaragua, la producción total de cereales secundarios en 2006 se estima en un buen nivel de 31 millones de toneladas. Este resultado se debe principalmente a la buena producción de maíz de la temporada del verano en México, situada en 16,2 millones de toneladas, un 19 por ciento más que la producción de la misma temporada en 2005, gravemente menguada por las lluvias insuficientes recibidas durante el período vegetativo. En otras partes de América Central, en 2006 se obtuvieron cosechas de cereales secundarios de nivel medio o superior a la media en El Salvador, Guatemala y Honduras, pero disminuyó de forma pronunciada en Nicaragua, debido al tiempo seco, y en Costa Rica, debido a una reducción de la superficie plantada tras las políticas de liberalización. En los países caribeños, la producción de cereales secundarios, arroz y frijoles de 2006 ha sido superior a la media gracias a unas lluvias moderadas y bien distribuidas durante la época de los huracanes (de junio a octubre).
La siembra de los cultivos de maíz de la temporada principal de 2007 acaba de terminar. Aunque se estima provisionalmente que la superficie sembrada es igual a la de 2006, se prevén rendimientos muy buenos ya que unas precipitaciones abundantes están beneficiando a las principales zonas productoras de la Argentina y el Brasil. En los países andinos, a pesar de algunas inundaciones localizadas en Perú y Bolivia, las perspectivas para la producción de cereales de 2007 son favorables ya que unas lluvias copiosas están mejorando la humedad del suelo para los cultivos de trigo, maíz y arroz, que se cosecharán a mediados de marzo. La recolección de la cosecha de trigo de invierno de 2006 ha terminado en las principales zonas productoras del sur. La producción total de trigo de 2006 se estima en un nivel bajo de 19 millones de toneladas, un 8 por ciento por debajo del nivel de 2005 y un 13 por ciento menos que la media de los últimos cinco años. Ello se debe principalmente a una producción muy baja obtenida en Brasil, que alcanzó sólo un 50 por ciento aproximadamente de la media quinquenal, debido a una disminución de una cuarta parte de la superficie plantada y de los rendimientos. Las mermas fueron el resultado de los precios bajos y de la sequía imperante durante la siembra, unida a las heladas caídas durante las fases de floración y maduración. En cambio, en Uruguay, la producción de trigo alcanzó un nivel sin precedentes de cerca de 570 000 toneladas debido a un aumento considerable de la superficie plantada. En la Argentina, el mayor productor de la subregión, la producción de trigo se recuperó del nivel reducido del año anterior pero se situó por debajo del nivel medio debido a unas rachas secas durante la campaña.
Según estimaciones oficiales, la superficie sembrada en los Estados Unidos con el trigo de invierno que se cosechará en 2007 ha aumentado en un 9 por ciento respecto del año anterior a aproximadamente 17,8 millones de hectáreas, la más extensa desde 2003. Los precios fuertes alentaron a los agricultores a aumentar sus plantaciones, incluso en muchas zonas de las Grandes Praderas en las que predominó el tiempo seco, corriendo riesgos pero previendo que posteriormente llegaría la humedad. Según la última publicación del Crop Progress Report de 2006, la situación del 53 por ciento de los cultivos se consideraba entre buena y excelente hasta finales de noviembre, situación semejante a la del mismo período del año anterior, y desde entonces las informaciones apuntan a un mejoramiento de las condiciones en los llanos centrales y meridionales, que en diciembre recibieron las lluvias que tanta falta les hacía. En base a la situación satisfactoria de los cultivos que están entrando en el invierno, y a falta hasta ahora de episodios importantes de destrucción invernal en las principales zonas productoras, hay buenas perspectivas para un aumento considerable de la producción de trigo del país en 2007 con respecto a la producción inferior a la media del año pasado. La recolección de la cosecha de maíz (el principal cereal secundario) de 2006 estaba terminada para fines de noviembre, con un poco de retraso respecto a lo normal. En ese momento las estimaciones ya indicaban una importante merma de la producción para el año a causa de unas condiciones calurosas y secas imperantes en algunas de las principales zonas productoras. El Annual Crop Report de enero cifra la estimación definitiva en un nivel incluso más bajo de lo previsto, 267,6 millones de toneladas, un 5 por ciento menos que la producción del año anterior. Cuadro 8. Producción de cereales en América del Norte, Europa y Oceanía ( millones de toneladas)
Nota: Los totales se han calculado a partir de datos no redondeados.
En Canadá, fuera de una pequeña cantidad de trigo de invierno que se produce en Ontario, el trigo se siembra en primavera, entre marzo y abril. En el boletín oficial Agriculture and Agri-Food Canada de enero se pronostica para 2007 una importante disminución, del 10 por ciento, de la superficie sembrada con trigo (excluido el trigo duro). Se prevé que las decisiones de siembra de los agricultores canadienses se vean influenciadas por los ingresos mejores que se esperan de otros cultivos en 2007/08, así como por la necesidad técnica de una rotación de los cultivos (la superficie sembrada con trigo blando aumentó de forma pronunciada en 2006). La superficie sembrada en Ontario con la cosecha secundaria de trigo de invierno se redujo en alrededor de un 25 por ciento en comparación con el año anterior, pero ello se debió también al otoño húmedo y a los retrasos en la cosecha de soja. En cambio, se prevé que la superficie sembrada con trigo duro, que normalmente representa alrededor del 20 por ciento del total, aumente de forma pronunciada en un 15 por ciento como consecuencia de la disminución de las existencias internas y del aumento de los ingresos previstos para el trigo blando. Asimismo, se prevé un aumento de las superficies sembradas con los cereales secundarios principales (cebada, avena y maíz), cuyo rendimiento económico sería mejor que el del trigo.
En la Unión Europea, un período de siembra generalmente favorable permitió una siembra mayor de cereales de invierno en la mayor parte de los principales países productores. Los cultivos se arraigaron bien en la mayoría de las regiones septentrionales pero la falta de humedad comprometió el desarrollo inicial en las partes meridionales de Italia y España. Debido a unas condiciones atmosféricas benignas fuera de estación imperantes hasta finales de 2006 y durante la mayor parte de enero de 2007, los cultivos se desarrollaron antes de lo normal sin su resistencia al frio ni cubiertas de nieve abundantes y se encuentran más vulnerables de lo normal a las temperaturas frías que podrían registrarse. También se señala que los niveles de las infestaciones de plagas y enfermedades son más altos de lo normal como consecuencia de las temperaturas excepcionalmente benignas. La llegada de tormentas invernales en la mayor parte de Europa occidental al final de enero, a la vez que fueron beneficiosas para las reservas de humedad del suelo, especialmente en las partes meridionales, han suscitado la preocupación de posibles daños a los cultivos si bajaran las temperaturas. La adhesión de Bulgaria y Rumania a la UE a partir del 1° de enero de 2007 (llevando a 27 el número de los países miembros) traerá aparejado un incremento considerable de la producción de cereales del grupo. En base a datos recientes, Bulgaria y Rumania añadirán alrededor de un 10 por ciento a la producción total de cereales de la UE25, en su mayor parte trigo y maíz. El cuadro 9 compara las producciones de cereales de los dos países en los tres últimos años con las de los principales productores de la UE25. Cabe señalar, sin embargo, que en los dos países que adhirieron los rendimientos de los cereales son relativamente bajos en comparación con la media de la UE25 (Figura 7). Ello deriva principalmente de la insuficiencia de riego (en el caso del maíz) y a una utilización limitada de fertilizantes y de insumos para protección de plantas. Cuadro 9. Producción de cereales de la UE, promedio 2004-2006 ( millones de toneladas)
En la CEI Europea, como en otras partes de la región, la primera parte del invierno se caracterizó también por unas condiciones atmosféricas benignas fuera de estación. Como consecuencia, en general el desarrollo de los cultivos está más avanzado de lo normal pero tienen menos resistencia al frio. La falta de una cubierta de nieve consistente constituye un motivo de gran preocupación porque si las temperaturas bajaran repentinamente podrían producirse daños importantes. Otra de las consecuencias del invierno excepcionalmente benigno y del crecimiento anticipado de las plantas podría manifestarse en la primavera, cuando una mayor frondosidad y el probable aumento de las malas hierbas podrían favorecer el incremento de las infestaciones de enfermedades y plagas. Aunque, teniendo en cuenta lo anterior, podrían producirse muchos cambios antes del final del invierno, las informaciones disponibles acerca de las plantaciones apuntan a un importante aumento de la superficie total sembrada con cereales de invierno, lo cual, al menos por el momento, da la posibilidad de un incremento considerable también de la producción. En la Federación de Rusia, se estima que el trigo de invierno ha aumentado en alrededor de un 10 por ciento, mientras que Ucrania registra un aumento del 9 por ciento.
Según estimaciones oficiales, la cosecha de cereales de invierno (principalmente trigo y cebada) de 2006 está recién terminada en Australia, que representa la mayor parte de la producción anual de cereales, ha descendido en más de un 60 por ciento a causa de una sequía extrema y de las temperaturas elevadas. Las estimaciones más recientes (Cuadro 8) son de principios de diciembre, cuando ya se había recogido una gran parte de la cosecha, y es improbable que varíen significativamente después de las revisiones definitivas que se harán en febrero. También son malas las perspectivas para los cereales secundarios de verano de 2007 (principalmente sorgo, maíz y arroz), ya que los perfiles de humedad del suelo y las reservas de agua para riego están completamente agotados en las principales zonas productoras de Queensland y de New South Wales septentrional. Australia está clasificada entre los cinco principales exportadores mundiales de cereales, exportando normalmente aproximadamente un 60 por ciento de su producción anual. Aunque las exportaciones de cereales deberían ser inferiores a la media en la campaña comercial 2006/07, el impacto de la menguada cosecha de 2006 en el volumen de los envíos se verá compensado por las grandes reservas acumuladas en los tres años anteriores.
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