Este manual se ocupa del cuidado de la alimentación y nutrición en el hogar de los enfermos de VIH/SIDA. Las necesidades nutricionales habrán de contemplarse en el contexto de otras necesidades. Según se explicó en la introducción, debe impartirse educación nutricional junto con otros aspectos que contribuyen al bienestar, en particular la asistencia sanitaria, el apoyo económico y social, y sobre todo una actitud positiva frente a la vida. En este capítulo se resumen algunos mensajes clave del apoyo social en general que son importantes para conseguir que la educación nutricional sea eficaz tanto para los enfermos de VIH/SIDA como para las personas que cuidan de ellos.
La educación nutricional ocupa un lugar junto con otros consejos y apoyos destinados a fomentar el bienestar y una actitud positiva frente a la vida. A continuación se formulan algunas recomendaciones generales para que el enfermo cuide de sí mismo.
El organismo necesita un descanso más prolongado. Trate de dormir ocho horas cada noche. Descanse siempre que se sienta fatigado.
Procure no preocuparse demasiado. El estrés puede perjudicar el sistema inmunitario. Relájese más a menudo. Relájese en compañía de las personas a las que quiere, su familia, sus hijos y sus amigos. Realice actividades de las que disfruta, por ejemplo escuchar música o leer un periódico o un libro.
Sea amable consigo mismo. Trate de mantener una actitud positiva. Sentirse bien forma parte de un estado saludable.
Realice ejercicios suaves. Escoja una forma de ejercicio que le sea agradable.
Busque apoyo y reciba consejos oportunos. Pida consejo a los agentes de salud. Muchos problemas médicos pueden ser tratados.
Pida ayuda y acéptela cuando se la ofrezcan.
Deje de fumar. Fumar es perjudicial para los pulmones y para muchas otras partes del organismo, y facilita el ataque del organismo por las infecciones.
El alcohol es dañino para el organismo, especialmente para el hígado. Aumenta la vulnerabilidad a la infección y destruye las vitaminas presentes en el organismo; bajo los efectos del alcohol puede olvidarse de practicar el sexo seguro.
Evite tomar medicamentos que son innecesarios. Muchas veces tienen efectos secundarios indeseados y pueden interferir con los alimentos y la nutrición. Si toma medicamentos, lea atentamente las indicaciones.
La persona que cuida de un enfermo que padece de VIH/SIDA puede ser un familiar o, si el enfermo vive solo, un vecino, pariente o amigo. No es fácil cuidar a un enfermo de VIH/SIDA, y quien cultive, prepare, cocine o sirva alimentos al enfermo necesita apoyo. Es una tarea que entraña satisfacer las necesidades del enfermo y mantener un equilibrio entre esas necesidades y las de otros miembros de la familia. Prodigar demasiada ayuda puede traducirse en una protección excesiva y en la pérdida de la dignidad, independencia y autorrespeto del enfermo, mientras que una ayuda demasiado limitada tal vez no ofrezca el apoyo que asegura que el enfermo come adecuadamente y tiene las energías suficientes para resistir a la infección.
Dedique tiempo a asistir al enfermo de VIH/SIDA. Hable con él de los alimentos que necesita para mantener su peso corporal y engordar y manejar su enfermedad. Logre conocer qué alimentos le gustan o no le gustan. Hágale participar en la planificación de sus comidas.
Vigile el peso corporal del enfermo. En lo posible, pese al enfermo con regularidad y lleve un registro de su peso. Esté atento al observar que el enfermo adelgaza improvisamente, y en tal caso tome las medidas pertinentes.
Compruebe cuáles son los medicamentos que está tomando el enfermo. Lea las indicaciones para averiguar cuándo tiene que tomarlos, qué alimentos tiene que evitar y los posibles efectos secundarios.
Sea alentador y amable. Si el enfermo desea comer los alimentos que prefiere en cualquier momento del día, procúreselos. Puede de pronto dejar de gustarle un alimento, rechazar lo que se le ha preparado y desear un alimento diferente. No se trata de caprichos. Estos cambios de preferencias repentinos son una consecuencia de la enfermedad.
Manténgase firme acerca de la importancia de comer y estimule al enfermo a comer frecuentemente, pero no le fuerce. Ofrecerle demasiado alimento a la vez puede provocarle rechazo.
Si la persona está demasiado enferma para levantarse de la cama, asegúrese de que tenga de beber y un refrigerio al alcance de la mano.
Manténgase vigilante. Eche una ojeada por la casa para ver si está limpia, que no haya carencias de higiene y que haya suficientes alimentos.
Si el enfermo vive solo, usted puede invitarlo a comer con su familia. Anime a otras personas de la comunidad a que visiten al enfermo, y propóngales salir en conjunto.
Las personas que se encargan del cuidado del enfermo tienen sus propias preocupaciones y problemas, sus temores por el futuro, por sus familias y por su propia salud. Es importante que se ocupen de sí mismos, descansen lo suficiente y tengan la debida información y apoyo para desempeñar su difícil tarea. Nunca se insistirá bastante en los mensajes fundamentales que se dan a continuación.
El VIH/SIDA no se propaga a través de los alimentos o el agua.
El VIH/SIDA no se propaga compartiendo alimentos, vajilla o utensilios de cocina como vasos, platos, cuchillos y tenedores con una persona que es sieropositiva.
El VIH/SIDA no se propaga tocando a otra persona, abrazándola, dándole la mano o tocándola normalmente. No es necesario evitar el contacto corporal con una persona que padece de VIH/SIDA.
Hoja de resumen 9
El cuidado de uno mismo
Una actitud positiva frente a la vida
El organismo necesita un descanso más prolongado. Trate de dormir ocho horas cada noche. Descanse siempre que se sienta fatigado.
Procure no preocuparse demasiado. El estrés puede perjudicar el sistema inmunitario. Relájese más a menudo. Relájese en compañía de las personas a las que quiere, su familia, sus hijos y sus amigos. Realice actividades de las que disfruta, por ejemplo escuchar música o leer un periódico o un libro.
Sea amable consigo mismo. Trate de mantener una actitud positiva. Sentirse bien forma parte de un estado saludable.
Realice ejercicios suaves. Escoja una forma de ejercicio que le sea agradable.
Busque apoyo y reciba consejos oportunos. Pida consejo a los agentes de salud. Muchos problemas médicos pueden ser tratados.
Pida ayuda y acéptela cuando se la ofrezcan.
Deje de fumar. Fumar es perjudicial para los pulmones, y facilita el ataque del organismo por las infecciones.
El alcohol es dañino para el organismo. Bajo los efectos del alcohol puede olvidarse de practicar el sexo seguro.
Evite tomar medicamentos que son innecesarios. Muchas veces tienen efectos secundarios indeseados y pueden interferir con los alimentos y la nutrición. Si toma medicamentos, lea atentamente las indicaciones.
Hoja de resumen 10
El cuidado de un enfermo de VIH/SIDA
No es fácil cuidar a un enfermo de VIH/SIDA. Trate usted mismo de descansar bastante. Tómese algún tiempo libre. Pida a un amigo o familiar que le ayude.
Dedique tiempo a asistir al enfermo de VIH/SIDA. Hable con él de los alimentos que necesita para mantener su peso corporal y engordar y manejar su enfermedad. Logre conocer qué alimentos le gustan o no le gustan. Hágale participar en la planificación de sus comidas.
Vigile el peso corporal del enfermo. En lo posible, pese al enfermo con regularidad y lleve un registro de su peso. Esté atento al observar que el enfermo adelgaza improvisamente, y en tal caso tome las medidas pertinentes.
Compruebe cuáles son los medicamentos que está tomando el enfermo. Lea las indicaciones para averiguar cuándo tiene que tomarlos, qué alimentos tiene que evitar y los posibles efectos secundarios.
Sea alentador y amable. Si el enfermo desea comer los alimentos que prefiere en cualquier momento del día, procúreselos.
Manténgase firme acerca de la importancia de comer, pero no fuerce al enfermo a comer. Ofrecerle demasiado alimento a la vez puede provocarle rechazo.
Si la persona está demasiado enferma para levantarse de la cama, asegúrese de que tenga de beber y un refrigerio al alcance de la mano.
Manténgase vigilante. Eche una ojeada por la casa para ver si está limpia, que no haya carencias de higiene y que haya suficientes alimentos.
Si el enfermo vive solo, usted puede invitarlo a comer con su familia. Anime a otras personas de la comunidad a que visiten al enfermo, y propóngales salir en conjunto.