Este documento ha sido producido directamente por el Programa de Apoyo a los Modos de Vida (LSP).[1]
Su tema central son los enfoques centrados en las personas o basados en los modos de vida[2] en uso dentro de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), así como los enfoques de desarrollo aplicados en regiones con diferentes entornos culturales y lingüísticos.
Su objetivo consiste en extraer algunas enseñanzas de la aplicación de los enfoques centrados en las personas en la FAO y, en cierta medida, en distintos contextos de desarrollo (culturales, lingüísticos, etc.).
Las actividades realizadas acerca de los enfoques centrados en las personas o en los modos de vida sostenibles (MVS) nos ayudarán a contestar los siguientes interrogantes:
¿Los enfoques basados en los modos de vida poseen realmente algún aspecto novedoso?; de ser así, ¿cuáles son sus repercusiones prácticas para la labor de la FAO?
¿De qué forma influye en los resultados de los proyectos y programas la interacción entre los contextos institucionales y culturales de desarrollo y esos enfoques?
¿Qué lecciones recíprocas pueden aportar los enfoques de desarrollo procedentes de distintos contextos culturales?
¿Existe de hecho una brecha insuperable entre los principios y la práctica relativos a los enfoques de desarrollo de los años noventa?
¿De qué manera puede sacarse partido de los enfoques de desarrollo en examen a fin de colmar esta brecha?
Cabe preguntarse si los enfoques de desarrollo se vuelven superfluos una vez que las ideas que encierran han quedado incorporadas en las actividades centrales. ¿El uso de los denominados "enfoques de desarrollo" añade algún valor a la labor cotidiana de los funcionarios de la FAO?
El presente estudio se basa en los siguientes enfoques de desarrollo:
Modos de vida sostenibles (MVS);
Sistemas agrícolas;
Desarrollo rural integrado;
Gestion de terroirs? y
Enfoques de América Latina[3].
Se optó por dividir los contextos culturales y lingüísticos en tres grupos amplios, a saber: anglófono, francófono y latinoamericano.
Se utilizaron cinco métodos distintos para obtener información acerca del uso de esos enfoques en la FAO y en sus diferentes ámbitos de actuación:
un breve estudio bibliográfico;
unas 70 entrevistas en la Sede;
tres seminarios; y
diversas reuniones periódicas informales.
De esta metodología se desprende que el presente documento consiste esencialmente en un examen de la experiencia acumulada en la FAO respecto de la aplicación de los enfoques centrados en las personas. Aunque también se ha analizado la documentación existente en la materia y se han aprovechado algunas de las conclusiones que aparecen en ella, este documento se centra en las experiencias prácticas adquiridas por los funcionarios de la FAO.
En la primera parte del documento se presenta un resumen de las conclusiones que, junto con una ulterior participación del personal de la FAO y algunos expertos externos, pueden ofrecer un medio para acceder a enfoques de desarrollo que sean pertinentes y aplicables, sin perder de vista las limitaciones institucionales y temporales.
Durante las entrevistas, los funcionarios de la FAO señalaron que por lo general aplicaban al diseño y la ejecución de los proyectos una serie de principios, métodos y elementos impulsores que correspondían a las prácticas más acertadas según su propia experiencia. Pronto nos dimos cuenta de que había una gran semejanza entre los elementos claves, las referencias y los diversos instrumentos en poder de los funcionarios de la FAO, que en conjunto podían considerarse la práctica habitual en el ámbito extraoficial de la Organización. En una de las entrevistas realizadas este planteamiento amplio se denominó "enfoque sin nombre":
Nuestro enfoque principal podría llamarse enfoque sin nombre, es decir, un planteamiento no sistemático que se basa en la experiencia general, en principios participativos amplios y en métodos específicos para un sector dado. Las misiones son demasiado breves para que otros métodos puedan surtir efecto.
Otro hallazgo muy interesante se refiere a la cultura institucional imperante en la Sede de la FAO, en la que se destacan dos orientaciones:
El pluralismo, es decir la coexistencia de enfoques diferentes en el seno de la FAO. El enfoque que se decide aplicar en un momento dado depende de los mandatos específicos y de la especialización técnica de los diversos departamentos y servicios de la FAO, así como de las situaciones regionales en que se realizan las actividades y de los intereses y preferencias individuales de los funcionarios de la FAO.
La segunda orientación se refiere a lo que los antropólogos denominan sincretismo, esto es la creación endógena y evolutiva de un enfoque idiosincrásico "mixto". Este tipo de enfoque incorpora elementos de otros enfoques y los combina de forma pragmática según las circunstancias de cada caso. Se trata de un fenómeno que corresponde, por así decirlo, al enfoque "sin nombre", el cual se examina en la sección 4.3.
Ambas tendencias pueden considerarse reacciones ante los enfoques de desarrollo "importados" y por ello reflejan algunas de las características básicas de la cultura institucional de la FAO, como son:
su capacidad para contener la hegemonía de proyectos de donantes más influyentes a fin de mantener la identidad básica de una organización de las Naciones Unidas en cuyo ámbito todos los países y sus culturas deben tener voz y voto;
los múltiples campos de acción y objetivos de la misión institucional, que en cada caso requieren potencialmente marcos analíticos y metodologías diferentes;
la cobertura mundial de la Organización, que hace necesario adaptar constantemente la teoría y la práctica a las circunstancias regionales, nacionales y locales;
el carácter multicultural y multilingüe de la FAO, que facilita la coexistencia (relativamente) cómoda (y en ocasiones el enriquecimiento mutuo) de enfoques enraizados en una variedad de contextos geopolíticos y culturales; y, por último, pero no por ello menos importante,
el escepticismo de muchos profesionales que trabajan en la sede de la FAO hacia el contenido de la mayor parte de los "nuevos" enfoques de desarrollo, que a menudo consiste tan sólo en una reformulación más "atractiva" de conceptos y métodos ya consabidos y aplicados.
Las entrevistas dejaron de manifiesto que el escollo más importante para los enfoques centrados en las personas es la dificultad de ponerlos en práctica. Por ejemplo, si por un lado el principio de participación es común a todos los enfoques analizados (excepto el de desarrollo rural integrado), por el otro se carece de tiempo suficiente para llevar a cabo una labor auténticamente participativa y de un número adecuado de expertos que tengan la capacidad para emprender esa labor. La participación, aun en los casos en que está claramente definida como principio u objetivo, con frecuencia no logra llevarse a la práctica satisfactoriamente. Dicho de otro modo, suele limitarse únicamente al acopio de información o a un proceso de consulta.
[1] El Programa de Apoyo a los
Modos de Vida (LSP) es una iniciativa interdepartamental financiada por el
Departamento de Desarrollo Internacional (DDI), que se propone aumentar el
impacto de las intervenciones de la FAO en los países mediante a una
aplicación eficaz de los enfoques de modos de vida sostenibles. [2] A los fines del presente estudio, los enfoques centrados en las personas y aquéllos basados en los modos de vida se utilizan indistintamente. [3] Más concretamente, el "ordenamiento territorial". |