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III. Los recursos forestales


Los bosques del mundo
Extracciones de madera rolliza
Factores que influyen en el potencial de producción de madera de los bosques
Perspectivas para el periodo comprendido hasta 1975


En términos generales, se puede decir que los bosques de uno u otro tipo cubren cerca de la tercera parte de la superficie de la tierra, por lo que constituyen la principal forma de aprovechamiento de la tierra, y en cuanto tales desempeñan varias funciones sumamente importantes, además de la de producción de madera, como la de protección. Este estudio considera únicamente el aspecto productivo del bosque, y trata de sus otras funciones sólo en la medida en que influyen en su capacidad de producción de madera. Por tanto, hay que tener en cuenta que aquí se tratará sólo de una parte de la función y valor de los bosques.

La mayor parte del capítulo se dedica a reunir y examinar los datos cuantitativos referentes a la magnitud y distribución de las masas naturales y artificiales; al volumen, naturaleza y evolución de la producción maderera en el pasado reciente; y a otros factores pertinentes, tales como las pérdidas ocasionadas por agentes destructores como el fuego, y la intrusión de otros aprovechamientos competitivos en las tierras forestales, como; la agricultura. Dada la finalidad y los límites del estudio en su conjunto, la atención se concentra más en los volúmenes y clases de madera que es probable que se obtengan de los bosques, y menos en las políticas, técnicas y marco institucional que las sustentan. Esto no quiere decir que se haya pasado por alto la importancia de estos factores, sino que se pueden estudiar mejor en otra parte, en lugar de hacerlo en este análisis de la producción, el comercio y el consumo de madera.

Desde el punto de vista cuantitativo, es muy poco lo que se sabe acerca de los bosques del mundo. En vastas extensiones del globo los bosques están sin inventariar y los datos que se pueden dar, en un plano nacional o regional, se limitan tan sólo a la superficie de los bosques y de las principales formaciones forestales. En términos generales, sólo para los bosques de la zona templada se pueden hacer estimaciones del volumen total de existencias en formación y del incremento volumétrico total por año. Por ello, en este capítulo la cobertura es forzosamente desigual, desigualdad que refleja, entre otras cosas, las diferentes intensidades de aprovechamiento actuales de los distintos tipos y áreas de bosque, pero no necesariamente las diferencias de su potencial definitivo como productores de madera.

Los bosques del mundo


Masas artificiales


Las diferencias de suelo, clima, situación e historia se acusan en la diversidad de tipos de bosque que hay. En el Cuadro III-1 se clasifican los bosques de todo el mundo en seis tipos principales, con una breve reseña de los caracteres más importantes de cada uno y de las principales maderas comerciales que producen. En el mapa que figura más adelante en este estudio se muestra la distribución geográfica aproximada de estos tipos de bosque. Esta clasificación ofrece inevitablemente, como es natural, una idea demasiado simplificada de los bosques. Cada uno de los seis tipos abarca una amplia variedad de formaciones forestales. Además, existen otras formaciones forestales, tales como los manglares o cañaverales (bambúes), demasiado pequeñas para que justifiquen una consideración a escala global y que por eso se omiten del cuadro, pero que son muy importantes localmente. Sin embargo, tal clasificación simplificada sirve para poner de relieve, entre una casi sorprendente variedad, algunas de las características más notables para una consideración de la producción maderera efectiva y potencial de los distintos bosques que crecen en diferentes partes del mundo.

En primer lugar, convendrá relacionar la distribución, magnitud y características de las formaciones forestales con el cuadro del consumo expresado en el capítulo anterior. En Europa, la U.R.S.S., América del Norte y Japón, regiones donde se consume más madera, los bosques son predominantemente de coníferas. A lo largo de toda la parte septentrional de estas regiones se extiende un amplio cinturón de tierras densamente pobladas de coníferas. En Canadá, Europa septentrional, provincias siberianas de la U.R.S.S. y norte del Japón, tales bosques cubren la mayor parte de la superficie de la tierra. La proximidad de estos grandes recursos de coníferas a las regiones densamente pobladas y económicamente avanzadas que se hallan inmediatamente al sur, ha sido sin duda de fundamental importancia para configurar el tipo y naturaleza del empleo de la madera y de las industrias que la utilizan.

Además, estas regiones más populosas se hallan a su vez cubiertas de grandes bosques. Europa continental, la región europea de la U.R.S.S., los Estados Unidos y el Japón poseen, por lo menos, una cuarta parte de su superficie cubierta de bosques. Las masas mixtas de estas regiones comprenden también una gran cantidad de coníferas. Pero aparte de su situación, los bosques de coníferas ofrecen otras ventajas. Contienen sólo un número limitado de especies, y producen una madera que es relativamente uniforme en carácter, propiedades y tamaño de las trozas. Por esto, son relativamente fáciles de cortar, manipular y elaborar. Además, los bosques de frondosas de las zonas templadas también contienen relativamente pocas especies en cualquier zona determinada, lo que aumenta su utilidad comercial.

La mayor parte de los bosques de la zona templada se hallan ahora en explotación en mayor o menor grado. Una amplia infraestructura de carreteras, ferrocarriles o vías fluviales ha dado acceso a gran parte de las zonas, y por esto la estructura, el volumen de existencias en formación y el ritmo de crecimiento de gran parte de los bosques reflejan de algún modo el impacto del aprovechamiento y de la ordenación a que han estado sujetos.

CUADRO III-1 - Los montes del mundo

Tipo de monte

Caracteres principales

Principales especies comerciales

Montes de coníferas de clima frío

Se encuentran sólo en el hemisferio norte formando un ancho cinturón boscoso, la «taiga», que circunda el globo. El número de especies de cualquier zona particular es pequeño. Los árboles tienen un tamaño bastante uniforme. Producen una madera bruta relativamente homogénea y de fibra larga. A posar de su intensa explotación en la parte meridional y de los vastos incendios sufridos, se ha conservado el aspecto primitivo de este tipo de monte, en grandes extensiones, a causa de su inaccesibilidad y escasa población.

Estos montes contienen maderas blandas de coníferas septentrionales, como los abetos blanco, negro y balsámico, en América del Norte, el abeto silvestre y el pino rojo, en Europa y región noroccidental de la U.R.S.S., y el alerce en la parte nororiental de la U.R.S.S.

Montes mixtos de clima templado

Se encuentran casi exclusivamente en las latitudes medias del hemisferio norte. El número de especies es considerablemente más alto que en el tipo anterior. Comprende una gran cantidad de subtipos que varían desde las masas predominantemente de coníferas a las de frondosas prácticamente puras. El contenido de maderas blandas de este tipo es importante como fuente de madera bruta industrial, especialmente si se tiene en cuenta que muchas especies frondosas son pobres de calidad y forma. Entre las zonas en que predominan las coníferas ocupan un lugar destacado las partes septentrionales de los montes mixtos de la U.R.S.S. y los situados en la costa occidental de Norteamérica. Otras zonas importantes se encuentran en regiones montañosas de Europa y México y en el Himalaya. Estos montes se encuentran por lo general en las partes más pobladas del mundo y han estado sometidos a la acción del hombre durante mucho tiempo. El desbosque con fines de asentamiento agrícola ha sido una práctica muy extendida. Las necesidades de leña han dado lugar a la conversión en monte bajo de superficies. La estructura de los montes ha cambiado en muchas regiones como resultado de una ordenación intensiva.

Estos montes proporcionan la mayor parte de las maderas de haya, roble y alerce del mundo, así como maderas de calidad como la del castaño, y especialmente los de la U.R.S.S. y los de abeto Douglas y pinabete de la costa occidental de Norteamérica, contienen gran abundancia de coníferas.

Montes de clima húmedo templado-cálido

Se encuentran en zonas de clima templado-cálido de ambos hemisferios. Aunque contienen un gran número de especies frondosas, han sido y continúan siendo explotados en las zonas más accesibles por su contenido en especies coníferas. Las masas naturales se van sustituyendo, en medida creciente, por plantaciones de coníferas indígenas o exóticas.

Los pinos son las coníferas más importantes de este tipo, y de ellas hay una gran variedad de especies. Entre las frondosas más conocidas figuran el roble y los eucaliptos de Australia.

Montes higrofíticos ecuatoriales

Todos ellos se encuentran en las regiones tropicales, donde la pluviosidad es abundante todo el año, y se componen predominantemente de frondosas. El número de especies que se encuentran en unas pocas hectáreas puede ser nada menos que de 100 o más, dando lugar a una variedad amplia de características de la madera. Esta heterogeneidad plantea muchos problemas en la elaboración industrial. Los montes higrofíticos, salvo en sus zonas marginales, apenas han sido tocados por la mano del hombre en América Latina. En Africa y Asia, la explotación se ha llevado mucho más lejos. Los montes de estas regiones proporcionan en la actualidad una gran parte de las frondosas de calidad y de tamaño grande que se utilizan en el mundo. El área de estos montes mengua sin cesar a causa de las talas para destinar las tierras a agricultura permanente. En muchas regiones, los montes se explotan en régimen de cultivo nómada con transformación posterior en monte de segunda generación. Las zonas marginales de estos montes sufren con frecuencia destrucciones por incendios.

Comprende especies muy conocidas comercialmente, como la caoba, el cedro y el laurel, en América Latina, el okumé, samba, sipo, limbo y las caobas africanas, en Africa, y especies pertenecientes a la familia de las dipterocarpáceas, en Asia.

Montes caducifolios de clima tropical húmedo

Se encuentran en zonas donde la estructura climática se caracteriza por una estación seca más larga, lo que la diferencia de la estructura típica de la faja de montes higrofíticos. Según la duración de la temporada seca, los subtipos varían desde el de montes de estructura semejante a la de los higrofíticos hasta formaciones de tipo casi sabanero. Las condiciones edáficas y climáticas en que se producen estos montes son también favorables para la agricultura. Grandes zonas han sido taladas, para la agricultura con carácter permanente, o degradadas por los cultivos y el pastoreo nómadas.

Sólo los montes de Asia contienen especies muy conocidas comercialmente como el sal y la teca.

Montos xerofíticos

Se encuentran en todas las partes del mundo con estaciones secas muy rigurosas. Este tipo es especialmente extenso en las regiones tropicales. Los árboles son, por lo general, de fuste corto y mala conformación y comprenden un gran número de especies. El volumen de existencias en formación es escaso. El monte xerofítico se ha extendido, con el tiempo, a causa del pastoreo y de la destrucción de las masas por obra del hombre, especialmente en la región mediterránea. En Africa, el aumento de la extensión del monte xerofítico a expensas del higrofítico ha durado un siglo, y se ha debido en gran parte a los incendios, al pastoreo y al cultivo nómada.

Estos montes producen poca o ninguna madera comercial, pero proporcionan cantidades importantes de postes y leña para uso local.

Debido al clima, más bien inclemente, y a la pobreza o mediocridad de las estaciones, que en general caracterizan a gran parte de la superficie forestal de la zona templada, no suelen ser muy elevados ni los volúmenes de las existencias en formación ni los porcentajes de crecimiento. Como se indica en el Cuadro III-2, los montes europeos contienen un promedio de 75 m3 por ha aproximadamente, y su incremento neto anual es de 2,3 m3 por ha. Los niveles más elevados de existencias en formación en la U.R.S.S. y América del Norte reflejan las considerables superficies de bosque de edad madura en ambas regiones.1 El cuadro da también una idea de la variación dentro de estas zonas. Se observará que las zonas de bosque de edad madura se hallan principalmente al norte y este de la U.R.S.S., y al oeste de América del Norte. Estas siguen todavía siendo las grandes reservas de coníferas del mundo.

1 En la U.R.S.S., la inmensa superficie de masas maduras y decadentes influye también en el bajo incremento anual medio por hectárea. El incremento medio neto anual en la más reducida superficie de bosques en explotación del país fue de 2,5 m3 por ha en 1961.

Los montes del mundo

Si bien los bosques de coníferas predominan en la zona templada septentrional, fuera de esa zona son pocas las masas naturales de coníferas (aunque las que existen, principalmente en altitudes elevadas de Africa, Asia y América Latina, son de gran importancia local). Casi todos los bosques tropicales son exclusivamente de especies frondosas. El grueso del volumen de madera de los trópicos se halla concentrado en los bosques higrofíticos, que contienen la mayor parte de la madera de frondosas del mundo. Pero tales bosques se han explotado u ordenado poco para la producción de madera, principalmente porque se concentran en regiones relativamente poco pobladas y en una etapa inicial de desarrollo. Como se indica en el mapa, los bosques higrofíticos tropicales concentran en la cuenca del Amazonas y alrededor de ella, en América Latina, Africa: centro-occidental, y sudeste de Asia, en especial en el Asia sudoriental insular.

CUADRO III-2. - Algunas características de dos montes de la zona templada norte



Area de monte1

Existencias en formación

Promedio del incremento medio anual

Total

Por ha

Total

Por ha

EUROPA

Millones ha

Millones m3

m3

Millones m3

m3

Europa septentrional

52,0

3472

67

117

2,3

CEE

25,6

1965

77

75

2,9

Reino Unido e Irlanda

1,9

116

61

4

2,1

Europa central

13,2

1627

123

35

2,7

Europa meridional

32,6

1218

37

37

1,1

Europa oriental

26,5

3006

113

76

2,9

Total

2151,8

711404

775

7344

72,3

U.R.S.S.

Región sudoccidental

69,6

6176

89.



Región noroccidental

72,6

7641

105



Siberia occidental

105,0

12747

121



Siberia oriental

458,7

51391

112



Total

3705,9

877955

8110

8874

81,2

ESTADOS UNIDOS

Zona norte

69,5

3865

56

137

2,0

Zona sur

81,4

3797

47

212

2,6

Montañas Rocosas

26,5

2796

106

26

1,0

Costa del Pacífico

28,5

7324

257

86

3,0

Total

4205,9

917782

986

9461

92,2

CANADÁ

Zona atlántica

19,0

1037

55

19


Zona central

99,7

5772

58

90


Zona de praderas

73,4

2807

38

37


Columbia Británica

53,8

10357

193

65


Total

5245,9

919973

981

9, 10211


Japón

623,4

81891

881



FUENTES: Naciones Unidas/FAO. European timber trends and prospects: a new appraisal 1950-1975. Nueva York 1964. - Anuario soviético de estadísticas. 1961 Servicio Forestal de los E.U.A. Timber trends in the United States. Wáshington, D.C., 1965. Forest Resource Report N° 17. - Timber trends and prospects in Canada. - Inventario Forestal Mundial 1963, de la FAO.
1 A la que se refieren los datos sobre existencias en formación e incremento anual.
2 Total de tierras forestales 1960.
3 Tierras forestales arboladas en montes de ordenación centralizada, 1961. Hay otros 204,1 millones de ha de tierras forestales en la U.R.S.S., el 84% desarbolado.
4 Tierras forestales con maderas comerciales, 1962.
5 Tierras forestales productivas, 1962, excluidas las reservas de protección en que está prohibida la aorta de madera industrial.
6 Total de tierras forestales excluidas las reservas de protección en que está prohibida la aorta de madera industrial, como se indica en el Inventario forestal mundial 1963, de la FAO.
7 Volumen total sin corteza.
8 Volumen total con corteza.
9 Volumen total sin corteza, menos la deducción de la podredumbre y otros defectos que afectan al aprovechamiento de la madera. Se excluyen las ramas y raberones de menos de 10 cm.
10 Posibilidad anual total en zonas que actualmente son económicamente accesibles, partiendo de la existencia de turnos mixtos de madera para pasta y de madera aserrada.

Además, los bosques higrofíticos tropicales contienen una amplia variedad de especies que presentan muchas y diferentes características. No es raro encontrar, dentro de una superficie limitada de bosque, cien especies distintas que varían en cuanto a sus propiedades, desde especies de madera sumamente dura y pesada y de lento crecimiento, a especies de madera muy blanda, ligera y de crecimiento rápido. Esta heterogeneidad ha "o uno de los factores que ha obstaculizado hasta ahora su corta y empleo.

Como hasta ahora este tipo de bosque no se ha sometido casi a ordenación, es muy poco lo que se puede decir acerca de su magnitud. En total, existen quizás unos 850 millones de ha de bosque higrofítico tropical con un vuelo de aproximadamente 125.000 millones de m3 (volumen total) de madera, lo que representa más o menos igual volumen que el del vuelo que crece en la zona mucho más vasta del bosque de clima templado septentrional. De hecho, los volúmenes de las existencias en formación, incluidas las ramas, tienden a ser altos en los bosques higrofíticos tropicales. Sin embargo, de este volumen es poco el que corresponde a tamaños aprovechables, y mucho menos si se trata de las especies comercialmente aceptadas. En América Latina parece ser que la densidad de masa es por término medio de 200 a 300 m3 por ha en los bosques de edad madura, pero con una extraordinaria mezcla de especies, y con menos especies comerciales y trozas de dimensiones más pequeñas que en Africa o Asia sudoriental. En los bosques de edad madura del Africa occidental se sabe ¡que el volumen de madera es del orden de los 300 m3 por ha; pero solamente hasta unos 80 m3 por ha en tamaños de troza comerciales, y como promedio sólo unos 20 m3 por ha de esta cifra es de especies hoy día comercialmente aceptables. Los bosques de edad madura de Asia sudoriental parecen también obtener estos niveles totales de densidad de masa, pero con una proporción más elevada de volumen comerciable, que por lo general llega a situarse entre 100 y 150 m3 por ha. Pero los volúmenes medios por hectárea en los bosques tropicales tienden a ser mucho más bajos, debido a que gran parte de la zona se ha explotado en régimen de agricultura nómada, por lo cual ya se ha extraído madera en grandes extensiones de Africa y a sudoriental.

Aparte de los bosques tropicales caducifolios de clima húmedo que, excepto en Asia, son de poca extensión, casi todos los montes de los trópicos y subtrópicos son formaciones xerofíticas abiertas de tipo sabanero. El volumen por hectárea de estos montes es muy bajo y principalmente en dimensiones pequeñas, y sólo unas cuantas de las especies que contienen poseen valor comercial.

Es importante percatarse de qué proporción de la superficie forestal pertenece a este tipo de bajo rendimiento. En Africa, por ejemplo, sólo una cuarta parte, aproximadamente, de la superficie boscosa total es bosque higrofítico tropical denso. Como el 90 por ciento de este tipo de bosque se halla en el Africa occidental, la mayoría de las masas naturales del resto de Africa son de tipo abierto y de bajo rendimiento. Las cifras de la superficie forestal que aparecen en el Cuadro III-A del Anexo deben interpretarse así, teniendo en cuenta la distribución de los tipos de bosque que figuran en el mapa. Como se ve, el tipo de bosque que predomina en vastas extensiones de América Latina y Asia meridional, así como de Africa, es el de sabana.

El mapa y el Cuadro III-A del Anexo indican también la insuficiencia del área forestal en las zonas más densamente pobladas del mundo. Prescindiendo del escaso y mediocre contenido de la mayoría de las zonas de monte xerofítico, en grandes extensiones hay muy pocos bosques o ninguno. Esto es lo que ocurre en la mayor parte de Africa del Norte y Cercano Oriente, así como en Asia meridional y gran parte de China continental. En estas regiones, en conjunto, vive una tercera parte aproximadamente de la población mundial, cuyo consumo de madera es, por tanto, extraordinariamente restringido. En estas zonas, las masas artificiales adquieren una importancia especial. Dado que esta importancia de las plantaciones como fuente de madera es cada vez mayor, en la sección siguiente nos ocuparemos de ellas más detalladamente.

Masas artificiales

La plantación de especies forestales es práctica que remonta a mucho tiempo y a la que se ha recurrido para complementar o sustituir a la regeneración natural, y para ampliar o crear bosques de producción o protectores. Las plantaciones también se han empleado para el mejoramiento de las masas existentes pobres en cuanto a estructura o contenido, sustituyéndolas con diferentes especies.

Hasta la fecha, la mayor parte de las actividades de plantación han consistido en lo que podría llamarse repoblación convencional, con especies y sistemas de ordenación determinados por las características y limitaciones del medio ambiente. Más recientemente, se ha prestado atención a una forestación más intensiva, en la cual intervienen operaciones tales como laboreo, abonado y riego, para adaptar el medio ambiente a especies de mayor rendimiento. A esto se ha añadido la introducción de métodos de cultivo acelerado, tales como el empleo de material selecto de grandes dimensiones y el mejoramiento genético para enriquecer el vuelo. Los rendimientos que se obtienen con estas formas más intensivas de tratamiento de las plantaciones pueden ser muy altos. En condiciones propicias, el rendimiento medio anual de los latizales de eucaliptos es de 20 a 30 m3 por ha en América Latina, y de 15 a 25 m3 en Africa tropical. En cuanto a los pinos, que son de crecimiento más rápido y alcanzan antes el tamaño maderable, la cifra representativa se situaría entre 12 y 17 m3 por ha anuales. Por consiguiente, se puede producir leña y postes antes de los 10 años, madera para pasta en unos 10 años y trozas para aserrío de tamaño aceptable a partir de 15 años.

Cuantitativamente, la mayor parte de las plantaciones registradas en el pasado que se indican en el Cuadro III-3 lo han sido en los países de la zona templada septentrional y gran parte, o la mayoría de ellas, eran repoblaciones convencionales. Sin embargo, aunque se ha tratado de regenerar o ampliar esencialmente el tipo de bosque indígena de las regiones en cuestión, dentro de este marco se ha tendido marcadamente a sustituir las especies frondosas por coníferas, acrecentando así la utilidad comercial. De esta manera, la proporción de coníferas en las existencias en formación de la República Federal de Alemania ha aumentado de un 30 por ciento a principios de siglo a un 70 por ciento en 1960. La mayoría de las plantaciones del Reino Unido, que ha creado así un verdadero patrimonio forestal, ha sido de coníferas, principalmente exóticas.

CUADRO III-3. - Plantaciones forestales por regiones o países



Superficie plantada1 hasta 1963

Proyectos de plantación2 1963 a 1967

Principales especies plantadas

Miles de ha

EUROPA

35700

2028


Europa septentrional


190

Picea excelsa, Pinus silvestris.

Reino Unido e Irlanda


164

Picea sitchensis, Pinus silvestris, Picea excelsa.

CEE


408

Picea excelsa, Pinus pinaster, Populus x euramericana.

Europa meridional


635

Eucalyptus spp., Pinus spp., Populus spp.

Europa central


13

Pinus spp., Picea excelsa, Populus x euramericana.

Europa oriental


618

Picea excelsa, Pinus silvestris, Populus spp.

U.R.S.S

411100

 

Pinus spp., Picea spp., Larix spp., Abies spp., Betula verrucosa, Quercus spp., Acer spp., Populus spp., Salix spp., Alnus spp.

ESTADOS UNIDOS

59000

62000

Pinus spp., Pseudotsuga menziesii, Chamaecyparis lawsoniana, Juniperus spp., Populus spp., Acer negundo.

JAPÓN

7000

250

Cryptomeria japonica, Chamaecyparis obtusa, Larix leptolepis, Pinus densiflora.

CERCANO ORIENTE

150

50

Populus spp., Eucalyptus spp., Pinus spp.

AFRICA



Eucalyptus spp., Pinus spp., Acacia mollissima, Cupressus spp.

Sudáfrica

1274

192

Madagascar

165

237

Swazilandia

153


Marruecos

150

85

Africa Ecuatorial Oriental7

137

6

Rhodesia del Sur, Zambia y Malawi

120

30

Rwanda y Burundi

67


Otros países


827

AMÉRICA LATINA



Eucalyptus spp., Pinus spp, Populus spp., Salix spp., Araucaria angustifolia.









Brasil

700


Chile

350

100

Argentina

260

50

Uruguay

140

20

Cuba

106

182

México

50


Guatemala

22

94

Otros países

22

9146

LEJANO ORIENTE (excl. Japón)



Tectona grandis, Acacia mollissima, Pinus merkusii.





Indonesia

900

250

Birmania

450


Filipinas

200

60

Otros países

100

10106

PACÍFICO



Pinus radiata, Pseudotsuga menziesii, Araucaria spp.



Nueva Zelandia

665

36

Australia

200

60

CHINA CONTINENTAL

1130 - 60000


Pinus spp., Larix spp., Populus spp., Eucalyptus spp., Cunninghamia lanceolata.

1 Se refiere principalmente a las áreas plantadas fuera de los limites del monte natural, salvo indicación en contrario.
2 Los mejores datos disponibles sobre los incrementos proyectados en el área de monte mediante la repoblación forestal, según el Inventario forestal mundial 1963, de la FAO o los informes nacionales.
3 Superficie plantada, 1947-63. No todos los países están incluidos. Se excluyen de esta cifra las considerables extensiones plantadas dentro de los limites del monte natural de esta región.
4 Total de superficie que se proyecta este plantada para fines de 1966.
5 Superficie plantada hasta fines de 1964.
6 Plantación que se espera realizar eventualmente en tierras agrícolas seleccionables según el Federal Conservation Reserve Program.
7 Kenia, Uganda y Tanzania.
8 Comprende 10.000 ha del Senegal, 13.000 de Nigeria, 2.000 de Togo y 2.000 de Mauricio.
9 Los planes de plantación para 1967, respecto a otros países latinoamericanos, comprenden 4.000 ha en Honduras Británico, 10.000 en Honduras, 32.000 en Ecuador, 6.000 en Surinam, 70.000 en Bolivia y 25.000 en Perú.
10 Los planes de plantación para 1967, correspondientes a otros países del Lejano Oriente, comprenden 10,000 ha en Tailandia 65.000 en Sabah, 4.000 en Papua y Nueva Guinea, 1.000 en Ceilán, 2.000 en Nepal, 20.000 en Pakistán y 4.000 en Hong Kong.
11 Cifras máxima y mínima registradas de la superficie plantada entre 1950 y 1962.

Más recientemente, la plantación en la zona templada se ha orientado al parecer más concretamente hacia la obtención de altos rendimientos. En Europa, la mayoría de las plantaciones se efectúan hoy día en la parte meridional más cálida de la región, principalmente con álamos de crecimiento rápido. En Italia, por ejemplo aunque no representa más del 6 por ciento de la superficie forestal del país, el álamo proporciona ya el 40 por ciento de la producción de madera industrial de la nación. En los Estados Unidos, la mayor parte de las plantaciones se realizan en el sur húmedo y cálido, empleando pinos de crecimiento rápido. Recientemente, se ha dado un nuevo impulso a la plantación de árboles en los Estados Unidos y en Europa occidental, reduciéndose el área de las tierras de cultivo a medida que aumenta la productividad agrícola. Esto no sólo ha permitido que las tierras se dediquen ahora a la producción forestal, sino que en gran parte dichas tierras tienen una productividad potencial más elevada que la de la mayor parte de las tierras de que antes se disponía para el cultivo de árboles. En Japón, las plantaciones tienden sobre todo a reemplazar a las masas decrépitas y al monte bajo con especies de alto rendimiento, principalmente coníferas. Existen planes para ampliar las plantaciones desde el 30 por ciento de la superficie forestal, que representan hoy día, hasta el 40 por ciento en 1975.

Como se observó anteriormente, las plantaciones asumen una importancia decisiva en las zonas situadas al sur de la zona templada septentrional que son muy pobres en bosques comercialmente aprovechables. En la mayoría de los países del Cercano Oriente, por ejemplo, las plantaciones proporcionan casi toda la poca madera industrial que en ellos se produce. Sin duda alguna, el mayor esfuerzo de plantación en una zona pobre en madera - o en cualquier otra zona del mundo - se ha hecho en China continental. Los planes del país exigen que se planten 100 millones de ha en 1956-67. Los informes obtenidos acerca de la superficie plantada realmente durante el decenio de 1950 oscilan de 30 a 60 millones de ha. Pero se sabe también que la supervivencia tiende a ser muy baja. Por ello, no se puede precisar qué área abarcan las plantaciones que existen en dicho país. Sin embargo, es evidente que, si se logra una mayor eficacia en la plantación y si se mantiene el ritmo previsto, se llegará a transformar la situación del suministro maderero del país.

La plantación ha sido también importante en los países más templados del sur de los trópicos. En Nueva Zelandia, Africa meridional y Chile, las plantaciones aportan ya la mayor parte de la producción nacional de madera industrial y sirven de base a importantes industrias de aserrío y de pasta y papel. Estas zonas no carecían de masas naturales, pero éstas o se hallaban desfavorablemente situadas o estaban compuestas de especies o de pies de tamaño poco aprovechable comercialmente. En los tres países citados, las plantaciones industriales consisten principalmente en pinos de crecimiento rápido, cosa que ocurre también en las plantaciones que se ven en latitudes y altitudes apropiadas de Australasia, Africa oriental y parte meridional de América Latina. Los eucaliptos se emplean aún más ampliamente. Hoy día hay establecidos en el mundo unos 2 millones de ha de plantaciones de eucaliptos, principalmente en América Latina (900.000 ha aproximadamente) y Africa (cerca de 600.000 ha).

De las especies tropicales, la más importante que se ha establecido en plantación hasta la fecha es la teca. En la actualidad hay 1 millón de ha de plantaciones de teca, principalmente en Indonesia y Birmania, así como en extensiones más pequeñas de otros varios países tropicales. Mientras que los pinos de crecimiento rápido, los eucaliptos y los álamos se plantan por lo general para obtener leña, postes, madera para pasta y madera aserrada para carpintería de armar, la teca se planta para obtener madera de gran calidad. Se empiezan también a establecer plantaciones de otras especies frondosas tropicales de las que existe demanda para chapas y aserrío, con objeto de garantizar el futuro suministro.

Por consiguiente, las masas artificiales constituyen una parte importante de los recursos forestales productivos del mundo, y su aporte es proporcionalmente muchísimo mayor en este sentido que la parte que representan de la superficie forestal mundial. Además, su importancia va más allá de la simple magnitud del volumen de madera que proporcionan. Los altísimos rendimientos obtenidos significan que la producción maderera puede concentrarse, reduciéndose de este modo los gastos de aorta y transporte. También el tamaño uniforme y las propiedades homogéneas de la madera de plantación contribuyen a economizar gastos. Además, el grado de control que puede ejercerse sobre las formas más intensivas de la silvicultura de plantación permite frecuentemente seleccionar el material que mejor responda a las características que desea el usuario. Por añadidura, la cuantía del volumen de negocios mejora las perspectivas de que el capital invertido rinda una buena utilidad, y las plantaciones de elevado rendimiento como cultivo comercialmente competitivo, incluso en terrenos predominantemente agrícolas, permiten una mayor flexibilidad en cuanto a su emplazamiento, en relación con los mercados madereros, de la que es posible tratándose de masas naturales.

Existen, sin embargo, limitaciones. Las vastas extensiones de una sola especie son especialmente propensas a los ataques epidémicos de insectos y enfermedades, y cuanto más se aparte la especie de las condiciones naturales de crecimiento, más expuesta estará a sufrir daños, no sólo por obra de agentes bióticos, sino también como consecuencia del clima y otros factores ambientales. La repoblación intensiva exige buena tierra, material de plantación de alta calidad y cuidados, no sólo durante su establecimiento, sino también antes y después. Si cede un eslabón de esta cadena, puede fracasar todo el sistema, o por lo menos reducirse considerablemente la posibilidad de altos rendimientos. Pero para justificar los elevados gastos que entrañan las plantaciones, es esencial que los rendimientos sean elevados. A esto hay que añadir que, hasta ahora por lo menos, los éxitos han sido muy escasos en la obtención de especies apropiadas y comercialmente útiles para aquellas zonas más necesitadas de suministros adicionales de madera, por ejemplo, las zonas áridas sabaneras (tampoco se ha logrado mucho éxito todavía en el cultivo de coníferas en los trópicos húmedos). Igualmente, algunas de las especies de mejor crecimiento han demostrado ser poco útiles para usos industriales. Sin embargo, dentro de estas limitaciones, aumenta claramente la importancia de las masas artificiales. Los planes de plantación que figuran en el Cuadro indican que casi todos los países tratan en este aspecto de contribuir aún más en el futuro.

Extracciones de madera rolliza


Tipo dé extracciones
Tendencias de las extracciones


Se estima que en 1960-62 se extrajeron anualmente en el mundo unos 2.130 millones de m3 de madera rolliza.2 No todo este volumen procede de los bosques. En algunos países, los árboles fuera del bosque proporcionaron importantes cantidades, pero globalmente, y de hecho dentro de cada región, la mayor parte de las extracciones procedió, sin duda alguna, de los bosques. Debe tenerse en cuenta que las estadísticas se refieren a las extracciones, que difieren de las de los apeos (que constituyen la merma efectiva del vuelo debido a las cortas) por la cantidad de pérdidas y desperdicios en las operaciones de explotación y transporte.

2 Como se observó a principios del Capítulo II, en algunas partes del mundo existe cierta producción no registrada de madera. En este estudio se ha tratado de estimar la producción no registrada de 1960-62, con objeto de mostrar las extracciones totales y su tipo con respecto a dicho período. Pero la serie de estadísticas registradas ha tenido que constituir la base de análisis de las tendencias de la producción. El Cuadro III-B del Anexo indica que, al parecer, existe poca producción sin registrar de madera industrial, pero grandes cantidades sin registrar de extracciones de leña en varias partes de Asia y, en menor extensión, de Africa.

Tipo dé extracciones

De la cantidad estimada de 2.130 millones de m3 de madera en rollo extraída en 1961,3 la mitad aproximadamente se clasificó como leña (1.090 millones de m3) y la mitad como trozas para usos industriales (1.040 millones de m3). El desglose en madera de coníferas y de frondosas dio cifras aproximadamente similares: 1.200 millones de m3 de frondosas y 930 millones de m3 de coníferas. Pero más de las cuatro quintas partes de la madera de coníferas se obtuvo para usos industriales, mientras que más de las tres cuartas partes de la de frondosas se cortó para leña.

3 En todo este estudio los datos que se dan para 1951, 1956 y 1961 son promedios anuales correspondientes a los períodos 1950-52, 1955-57 y 1960-62, a menos que se especifique lo contrario.

Esta fuerte divergencia en cuanto al uso que se da a los dos grupos de especies se explica en gran parte por el diferente régimen de utilización y la diversa riqueza forestal en las distintas partes del mundo. En 1960-62, el 85 por ciento de las extracciones mundiales de madera industrial tuvo lugar en los países de las regiones templadas septentrionales ricas en coníferas, y el 75 por ciento de las extracciones de leña en América Latina, Africa y Asia (excluido el Japón), zona principalmente tropical y subtropical donde predominan los bosques de frondosas. En otras palabras, la mayor parte de la madera cortada en los países más desarrollados es de tipo industrial, pero casi toda la madera extraída en los países en desarrollo es leña (véanse Cuadro III-4 y Cuadro III-B del Anexo).

Pero esta diferencia en el uso de las especies refleja también las propiedades más favorables de la madera de coníferas, dado el estado actual de las tecnologías usuarias de madera citadas anteriormente. Se advierte, por ejemplo, que alrededor del 40 por ciento de la madera industrial que se aorta en América Latina es de coníferas, ano cuando las especies coníferas representan tan sólo una fracción muy pequeña del total de existencias en formación de la región. Análogamente, en 1961, las maderas de frondosas sólo representaron el 17 por ciento de las extracciones de madera industrial en América del Norte, proporción muy inferior a la que este grupo de especies ocupa en el volumen de existencias en crecimiento de la región. Incluso en Europa, donde el aprovechamiento de los bosques es más intensivo, se hace relativamente mucho menos uso industrial del componente frondosas del vuelo que de las maderas de coníferas (aunque las grandes cortas de leña de coníferas tienden a rectificar este desequilibrio en las extracciones totales).

CUADRO III-4. - Estimación de las extracciones totales anuales de madera rolliza en 1960-621




Trozas2

Madera para pasta y puntales para minas

 

Otras maderas industriales

 

Total de maderas industriales

Leña

Extracciones totales

Total

Coníferas

Total

Coníferas

Total

Coníferas

Millones de m3

Porcentaje

Millones m3

Porcentaje

Millones m3

Porcentaje

EUROPA

123,88

77,64

22,83

224,35

77

107,59

19

331,94

58

U.R.S.S.

172,90

38,08

45,85

256,83

88

100,90

65

357,73

82

América del Norte

220,80

109,35

16,72

346,87

82

45,69

25

392,56

75

América Latina

27,44

3,47

7,59

38,50

40

192,36

12

230,86

17

Africa

11,49

2,69

11,41

25,59

10

182,69

1

208,28

2

Asia-Pacífico

92,20

23,84

33,57

149,61

44

457,09

9

606,70

18

TOTAL MUNDIAL

648,71

255,07

137,97

1041,75

73

1086,32

15

2128,07

44

1 Véase también el Cuadro III-B del Anexo.
2 Trozas de aserrío, rollos para chapas y trozas para durmientes.

Tendencias de las extracciones

Las extracciones anuales registradas de madera rolliza de todo el mundo aumentaron desde 1.670 millones de m3 en 1950-52 a 1.820 millones en 1955-57 y a 1.900 millones en 1960-62; en 1963 alcanzaron 1.920 millones de m3.

En este nivel global todo el incremento se debió virtualmente al aumento de las extracciones de madera industrial, que pasó de 810 millones de m3 en 1951 a 1.020 millones en 1961, aumento que representa el 26 por ciento en el período citado. Por el contrario, las extracciones de leña registradas apenas cambiaron de la cantidad de 900 millones de m3 al año. Pero, como se indica en el Cuadro III-5 y en el Cuadro III-B del Anexo, hubo marcadas disminuciones en las extracciones de leña de las regiones desarrolladas y aumentos en otras partes. Como hemos visto en el Capítulo II, las estadísticas sobre producción de leña se hallan sujetas a amplios márgenes de error, y la magnitud de las disminuciones y aumentos respectivos no puede ser exacta. No obstante, la orientación de las tendencias de la producción de leña en las diferentes regiones es, sin duda alguna, la que revela el Cuadro III-5, reflejando el abandono de la leña como combustible de que se ha tratado en el Capítulo II.

Como se muestra en los Cuadros III-5 y III-6, la mayor parte del aumento de las extracciones de madera industrial en el período 1951-61 tuvo lugar en las regiones de la zona templada septentrional. Además, las extracciones tendieron a aumentar con más rapidez en aquellas zonas que en otras partes del mundo. Este rápido aumento se debió, en parte, a la velocidad con que creció la producción de madera para pasta (al interpretar el Cuadro III-6 hay que tener en cuenta que la producción de puntales para minas disminuyó en Europa y en los Estados Unidos, de modo que la producción de madera para pasta aumentó en un margen todavía mayor de lo que indica el cuadro). Aunque en todas partes las trozas (de aserrío, para chapas y durmientes) representan todavía la mayor parte de la madera industrial que se corta, tanto en Europa como en América del Norte a la madera para pasta corresponde casi la mitad del aumento de las extracciones entre 1951 y 1961.

El aumento en esta categoría significa que una proporción mayor de las extracciones se refiere a dimensiones más pequeñas de madera (aunque esto se compensa parcialmente con la menor proporción de postes, postes cortos y leña en la producción). Esto no sólo se ha debido a una utilización más intensiva del producto de los bosques, sino que ha contribuido a ello y ha revestido importancia especial allí donde, como ocurre en la mayoría de los países de Europa, toda producción adicional procede necesariamente, por lo menos en gran parte, de un aprovechamiento más intensivo. En este sentido, también ha sido importante la proporción creciente que corresponde a las especies frondosas en la corta de madera industrial en las zonas de bosque mixto donde, como ya se dijo anteriormente, estas especies tienden a usarse menos intensivamente que las de coníferas. Este cambio en el uso de las especies fue especialmente marcado en Europa y el Japón, donde gran parte de la corta adicional de dimensiones aptas para trozas y pasta se obtuvo de frondosas. También se cortó más madera para pasta en América del Norte y la U.R.S.S., lo que refleja las presiones ejercidas para un aprovechamiento más intensivo de las zonas forestales mejor situadas, aun cuando en dichas regiones sea todavía posible aumentar la producción poniendo en explotación nuevas superficies forestales.4

4 En el Capítulo VI se trata de esta cuestión más detalladamente.

CUADRO III-5. - Aumento de las extracciones de madera rolliza registradas, 1950-52 a 19631




1950-52


1955-57


1960-62


1963

Cambios, 1955-57 a 1960-62

Total

Total

Coníferas

Frondosas

TOTAL DE EXTRACCIONES

Millones de m3

Millones m3

1956 = 100

Europa

298,17

314,28

331,94

324,25

17,66

106

103

109

U.R.S.S.

284,70

345,87

357,73

359,49

+ 11,86

103

106

92

América del Norte

378,43

407,96

393,86

391,07

- 14,10

97

99

90

América Latina

205,66

210,94

224,50

241,94

+ 13,56

106

93

110

Africa

162,56

174,39

194,34

204,81

+ 19,95

111

136

105

Asia-Pacífico

344,32

363,27

394,3

397,03

+ 31,06

109

109

108

TOTAL MUNDIAL

1673,85

1816,71

1896,70

1918,59

+ 79,99

104

103

106

EXTRACCIONES DE MADERA INDUSTRIAL

Europa

180,57

203,56

224,35

221,14

+ 20,79

110

107

125

U.R.S.S.

176,70

224,00

256,83

262,79

+ 32,83

115

116

105

América del Norte

311,70

347,92

348,17

354,17

+ 0,25

100

100

98

América Latina

31,49

35,64

33,52

31,24

- 2,12

94

106

87

Africa

14,57

17,69

22,39

24,40

+ 4,70

126

144

125

Asia-Pacífico

93,20

111,80

134,97

138,33

+ 23,17

121

113

129

TOTAL MUNDIAL

808,23

940,61

1020,23

1032,07

+ 79,62

108

107

112

EXTRACCIONES DE LEÑA

Europa

117,60

110,72

107,59

103,11

- 3,13

97

82

102

U.R.S.S.

108,00

121,87

100,90

96,70

- 20,97

83

83

83

América del Norte

66,73

60,04

45,69

36,90

- 14,35

76

75

76

América Latina

174,17

175,30

190,98

210,69

+ 15,68

109

87

113

Africa

147,99

156,70

171,95

180,41

+ 15,25

110

124

110

Asia-Pacífico

251,12

251,47

259,36

258,71

+ 7,89

103

103

103

TOTAL MUNDIAL

865,62

876,10

876,47

886,52

+ 0,37

100

87

104

1 Véase también el Cuadro III-B del Anexo.

CUADRO III-6. - Aumento de las extracciones de madera industrial registradas en las principales zonas productoras, 1950-52 a 1960-62




Trozas1

Madera para pasta y puntales para minas

Otras maderas industriales

Total madera industrial

1961

Cambio 1951-61

1961

Cambio 1951-61

1961

Cambio 1951-61

1961

Cambio 1951-61


Coníferas


Coníferas

Millones de m3

Porcentaje

Millones m3

Porcentaje

Europa

123,9

+ 24,1

77,6

+ 22,0

22,8

- 2,3

224,3

77

+ 43,8

61

U.R.S.S.

172,9

+ 76,9

38,1

+ 15,5

45,8

- 12,3

256,8

88

+ 80,1

91

América del Norte

220,8

+ 19,1

110,7

+ 18,7

16,7

- 1,3

348,2

81

+ 36,5

85

Japón

31,3

+ 28,2

12,0

2-

2,8

- 20,2

46,1

75

+ 28,0

24

Subtotal

548,9

+ 128,3

238,4

+ 56,2

88,1

- 16,1

875,4

82

+ 168,4

19

Subtotal como % del total mundial

85


93


76


86

94

79


1 Trozas para aserrío, rollos para chapas y trozas para traviesas.
2 Cambios de 1953 a 1961.

En las zonas boscosas tropicales y subtropicales la mayor parte del aumento de las extracciones de madera industrial tuvo lugar en Africa occidental y en Asia sudoriental insular. En ambas zonas, el aumento de la producción sirvió de base a un creciente comercio de exportación, que supuso grandes cantidades, como lo indican las cifras siguientes:



Producción de trozas (Miles de m3)

Porcentaje exportado

1955-57

1963

1963

Africa occidental

5817

8447

61

Asia sudoriental insular

9862

17373

61

América Latina no participó en el crecimiento de la producción, basada en la exportación, de maderas duras tropicales.

La producción de maderas industriales para consumo interno no aumentó mucho en América Latina5 o en Africa o Asia. Sin embargo, la producción de leña parece haber aumentado en casi todas estas tres regiones tropicales.

5 De hecho, las estadísticas registradas indican una gran disminución de la producción en el Brasil; pero existen razones para creer que hubo diferencias en cuanto a lo que abarcaban las cifras correspondientes a 1955-57 y las de 1963. No se considera probable que la disminución real de la producción haya sido tan grande como se indica.

La producción de madera industrial, principalmente de coníferas, aumentó constantemente en algunas partes de las regiones templadas del sur de los trópicos, especialmente en Africa meridional y Nueva Zelandia.

Estos aumentos de la producción revistieron importancia especial, ya que en gran parte se basaron en la producción de las masas artificiales. Al llegar 1961, aproximadamente, casi toda la producción de Africa meridional y unas tres cuartas partes de la de Nueva Zelandia se extraía de las plantaciones. Ya hemos dado en este capítulo una cierta idea de la importancia creciente de las plantaciones como fuente de madera en otras partes del mundo.

Factores que influyen en el potencial de producción de madera de los bosques


Formas no productivas en que disminuye la madera
Aprovechamientos competitivos de las tierras forestales
Estado jurídico de los bosques y de las tierras forestales
El marco institucional


La capacidad de los bosques para producir madera útil se ve afectada por una amplia variedad de factores, además de los referentes al terreno, existencias en formación y aspectos de su emplazamiento ya analizados, siendo los principales:

a) el empobrecimiento de la masa por causas que no sean la producción: el fuego, los insectos, las enfermedades y condiciones meteorológicas adversas;

b) la demanda competitiva de otras clases de aprovechamiento de la tierra y otros usos de las tierras forestales, especialmente la agricultura permanente, cultivo nómada, pastoreo, uso de los bosques como lugares de esparcimiento y conservación de suelos y aguas;

c) la condición jurídica de las tierras forestales, esto es, si están o no reservadas o protegidas de otro modo o bien en ordenación y en qué medida son económicamente accesibles;

d) factores institucionales, tales como el régimen de propiedad, que influyen en el grado de control que puede ejercitarse sobre la explotación de los bosques.

A continuación analizamos someramente el grado de magnitud general en que estos factores repercuten en la producción de madera actual o en perspectiva de las distintas partes del mundo, y evaluamos la evolución probable.

Formas no productivas en que disminuye la madera

Las pérdidas ocasionadas por el fuego, el ataque de insectos y enfermedades, así como por las tormentas, sequías, heladas y nieve son inmensas. Pero debe reconocerse que una gran proporción de las pérdidas forma parte del ciclo normal de pudrición y muerte de la madera decadente, si no se corta. Las pérdidas de potencial de producción de madera sólo son importantes cuando ocurren en bosques que se han destinado o que se van a destinar al aprovechamiento maderero, o si contribuyen a la degradación o destrucción permanentes de la cubierta forestal.

De hecho, a medida que se ha extendido e intensificado la explotación de los montes de la zona templada, han mejorado mucho la prevención y control de las pérdidas ajenas a las condiciones meteorológicas adversas. En Europa, los daños ocasionados en los bosques por toda clase de causas se estimaron en unos 10 millones de m3 en 1963, y sólo una pequeña proporción de esta cifra se debía a incendios, insectos o enfermedades. En los Estados Unidos, las pérdidas debidas a toda clase de causas durante estos años ascendieron a unos 160 millones de m3 anuales, equivalentes a un tercio aproximadamente del incremento neto total. Las mayores pérdidas fueron las causadas por el mal tiempo, siguiendo a continuación el ataque de insectos, las enfermedades y causas desconocidas. Debido a que la protección contra los incendios forestales ha mejorado satisfactoriamente, las pérdidas debidas al fuego representaron únicamente el 6 por ciento de las pérdidas totales. No obstante, gran parte de estas pérdidas ocurrió en bosques que siguen siendo todavía económicamente inaccesibles y, como en la mayor: parte del área afectada el bosque se ha regenerado, el potencial de producción no ha mermado en proporción equivalente a los volúmenes que indican las citadas cifras efectivamente, el fuego muchas voces ayuda a reemplazar bosques decrépitos por otros jóvenes y vigorosos. Además, cuando se trata de zonas accesibles o en explotación, se suele aprovechar una gran proporción de la madera de dimensiones y calidades comerciables de los árboles muertos.

En las zonas más áridas del mundo, el fuego resulta un factor mucho más destructivo. Así, en Africa las repetidas quemas practicadas, ya para estimular el crecimiento de formas de vegetación más apetitosas para el ganado pastante o para el desbosque de tierras con fines agrícolas, han sido uno de los factores importantes que han determinado la indeseable conversión del monte alto de Africa occidental en sabana, y la invasión de la sabana por el desierto en los territorios situados al sur del Sáhara, invasión que avanza al ritmo de 1,5 a 30 km aproximadamente, cada 10 años. Efectos similares se pueden observar en América Latina y algunas partes de Asia. Como todavía están creciendo las poblaciones que dependen de estos sistemas de agricultura, no existen probabilidades de que tales procedimientos y formas de empobrecimiento de los bosques vayan a cesar.

La importancia de los insectos y enfermedades tiende a ser muy intensa en las masas compuestas total o parcialmente por una sola especie, condición favorable para que un brote adquiera proporciones epidémicas. Como ya se ha dicho, es éste un peligro inherente al establecimiento de plantaciones puras.

Aprovechamientos competitivos de las tierras forestales

Se puede hacer una distinción entre los aprovechamientos de las tierras forestales que, como la protección, regulación de aguas, recreo y turismo, hacen uso de la cubierta forestal, y aquellos otros que entrañan la eliminación de los árboles, como sucede en el caso de la mayoría de los cultivos agrícolas. Si los primeros constituyen funciones propias del bosque, los segundos implican una reducción de la cubierta forestal.

CUBIERTA PROTECTORA DE LA TIERRA

Los bosques han desempeñado desde los tiempos más remotos una función importante como cubierta protectora de la tierra, no sólo porque defienden directamente al suelo de la erosión, sino porque contienen el escurrimiento de las aguas. Esta importante función no excluye necesariamente la producción maderera, pero sí la limita - dada la necesidad de mantener en todo momento la cubierta vegetal y las características del tipo de monte que suele ser apropiado para la protección Así, en las zonas semiáridas, cuando se trata de aumentar al máximo el suministro de agua, la cubierta más apropiada son las masas abiertas, en asociación con una vegetación herbácea, ya que este tipo de cubierta protege al suelo a la vez que asegura una menor evapotranspiración. Es evidente que estos tipos de masa producen poca madera. Igualmente, la preocupación de ciertos países, especialmente en Europa central, de volver a tipos más estables de formaciones forestales, que agotan menos el suelo y que son menos susceptibles al ataque de las plagas y del fuego, puede ocasionar una reducción apreciable de la producción de madera de coníferas ya que requieren una gran mezcla de frondosas.

Es difícil una medida cuantitativa para las restricciones de producción que se originan de este modo. Como se indica en el Cuadro III-A del Anexo, se reservan para fines protectores grandes extensiones de montes. Pero, en cambio, el objetivo de casi todas las repoblaciones que se han emprendido en el mundo es en parte, o exclusivamente, el de conservar el suelo y el agua, pero las masas así creadas contribuirán también a su debido tiempo a la producción de madera. Este es el caso, por ejemplo, de las zonas críticas plantadas en el siglo XIX en los Alpes, para la corrección de torrentes, y en Francia, para la fijación de dunas.

La necesidad de bosques protectores es todavía mayor en las regiones más áridas del mundo y en las zonas monzónicas. Por: ejemplo, para detener el avance hacia el sur del desierto del Sáhara en Africa, hace falta una cubierta arbórea, que también es imprescindible para evitar las inundaciones en beneficio del riego, la producción de energía eléctrica y la navegación fluvial, en las zonas de clima monzónico de Asia. La creciente comprensión de esta necesidad podría llevar a una repoblación protectora en tal escala que contribuyera de un modo importante, a su debido tiempo, al abastecimiento maderero de zonas que en la actualidad cuentan con muy pocos suministros internos de madera.

RECREO Y TURISMO

Aumenta también rápidamente el empleo de los bosques como zonas de recreo y turismo. En años recientes ha habido un rápido aumento de la demanda de lugares de esparcimiento al aire libre en los países de grandes centros urbanos y de elevados ingresos. En los Estados Unidos, por ejemplo, el número de visitantes a los bosques nacionales ha aumentado en un 10 por ciento anual. Tan sólo en las regiones intermontana y septentrional, el número de visitas a los bosques nacionales pasó de 3 millones en 1940 a 20 millones en 1959; y se prevé que se llegará a los 60 millones hacia 1976.

Los bosques gozan del favor del público como zonas de recreo. Por esto, se espera que esta rápida preferencia hará que se dediquen a parques extensiones mucho mayores, dentro de las cuales se aplicarán restricciones de corta para preservar su belleza natural. Resulta también difícil en este caso pronosticar lo que esto puede representar en términos de producción de madera. Un reciente estudio efectuado en California indicó que el aprovechamiento para recreo de varios bosques nacionales podría decuplicarse con una reducción de tan sólo el 13 por ciento en la producción de madera. Pero en las zonas más densamente visitadas y en las que se adentra más el público, es seguro que al reservarlas para recreo se impondrán restricciones de aorta más severas.

En los países más urbanizados y de elevada renta, el empleo de las tierras forestales para recreo es hoy día de la mayor importancia en cuanto a superficie de bosque afectada. Pero este tipo de aprovechamiento se está generalizando también en otras partes del mundo que actual o potencialmente atraen al turismo. En Kenia por ejemplo, el turismo que se basa principalmente en la fauna silvestre que vive en un habitat forestal, ocupa el segundo lugar, después de la agricultura, como actividad rentable, y se espera que su potencial de desarrollo ha de ser muy grande si se protegen y conservan la fauna silvestre y su habitat.

AGRICULTURA

Como factores que actúan para reducir la superficie de tierras forestales productoras de madera, el recreo y el turismo mundiales, y las funciones protectoras del bosque, tienen ciertamente mucha menos importancia que la expansión de la superficie dedicada a la agricultura. Pero la situación con respecto a la interacción de la agricultura y la forestería es muy diferente en las zonas templadas y en las tropicales.

En los países de América del Norte y Europa occidental, más avanzados desde el punto de vista agrícola, la productividad de la agricultura ha aumentado tanto y con tanta rapidez, que exige una reducción de la superficie cultivada. Vastas extensiones de tierras sustraídas al monte han vuelto naturalmente a ser bosque o han sido plantadas de árboles. En los Estados Unidos, el aumento neto de la superficie forestal ha sido de unos 3,2 millones de ha en el decenio que precedió a 1963, y de 10 millones de ha en el anterior. En los Estados Unidos se espera que hacia 1980 se habrán sustraído a la agricultura unos 20 millones de ha y que una parte considerable de esta superficie se plantará de árboles. En Europa, es probable que para 1975 se hayan sustraído a la agricultura unos 10 millones de ha de tierras labrantías. Se estima que, incluso en 1961, se disponía para la plantación de árboles de unos 2 millones de ha en Europa noroccidental y de 1,5 millones de ha en Europa meridional.

El panorama que ofrecen estas regiones es, por consiguiente, el de una contracción de la superficie agrícola y una ampliación de la superficie boscosa. En cambio en casi toda Africa, Asia y América Latina, los aumentos de la producción agrícola en estos años se han conseguido más por una extensión de las superficies cultivadas que por una elevación de la productividad en el área que ya estaba bajo cultivo. Aunque gracias al riego y otras técnicas se han ganado para la agricultura vastas extensiones que anteriormente no se cultivaban, gran parte de la expansión se ha logrado a costa del bosque. Además, en la mayor parte de los trópicos húmedos, así como en grandes extensiones de los trópicos semi-húmedos y semiáridos, una parte relativamente importante de la población rural obtiene sus medios de vida de la agricultura nómada en tierras forestales.

Se estima que en Africa al sur del Sáhara, donde el cultivo nómada es sin duda alguna el tipo más corriente de agricultura, la superficie de monte alto tropical denso ha disminuido por lo menos 100 millones de ha de su extensión original, principalmente debido a la difusión de esta forma de cultivo. Como el crecimiento de las poblaciones implicadas es rápido, la agricultura nómada todavía se está difundiendo con bastante rapidez. En la Costa de Marfil, por ejemplo, se ha estimado que cada agricultor desbosca por término medio 4 ha durante su vida activa, destruyendo en el proceso un volumen de madera varias veces mayor que la cantidad que él y su familia probablemente consumirían en toda su vida.

Observando el Cuadro III-7, se puede tener una idea de la importancia del cultivo nómada en el Lejano Oriente. También allí está aumentando todavía la superficie forestal cultivada de este modo, o la que se ha sustraído para la agricultura permanente. Por ejemplo, en Filipinas, se espera que en los 10 años comprendidos hasta 1975 pasarán a la agricultura unos 3,5 millones de ha de tierras forestales (de ellas, 2 millones de ha de bosque comercial). En Indonesia se proyecta que en los 7 años que median hasta 1972 pasarán a la agricultura permanente 780.000 ha de bosque, y serán objeto de cultivo nómada otras 480.000 ha entre 1962 y 1967.

En América Latina se estima que en la actualidad se desboscan anualmente para la agricultura de 5 a 10 millones de ha de tierras forestales.

CUADRO III-7. - La agricultura nómada en el Lejano Oriente (estimada)



Población de cultivadores nómadas

Monte talado anualmente

Superficie total de bajo cultivo nómada

Millones

Millones de ha

Asia sudoriental continental

7

2

26

Asia sudoriental insular

6

2

20

Asia meridional

10

4

52

Asia oriental

1,6

0,5

5

TOTAL

24,5

8,5

103

FUENTE: Naciones Unidas/FAO, Timber trends and prospects in the Asia-Pacific region.

Cultivo nómada

El cultivo nómada entraña la corta y quema de un área reducida de bosque virgen, o del matorral, o de las masas de segunda generación que lo hayan reemplazado a lo largo de los siglos en que se ha seguido este sistema. La zona talada se cultiva seguidamente uno o dos años, aprovechando la fertilidad que se ha acumulado en el suelo durante el período de «barbecho forestal». Luego se abandona la tierra, que vuelve a convertirse en bosque o matorral, y así permanece hasta que se pueda cultivar de nuevo.

En su forma tradicional, y siempre que los turnos sean lo suficientemente largos, el cultivo nómada puede mantener bastante bien la estabilidad y fertilidad del suelo. Pero, por lo general, esta clase de cultivo ocupa mucha más tierra de la que exigen los cultivos en régimen de agricultura permanente y, como es natural de la zona en cuestión sólo cabe esperar una producción de madera industrial muy escasa, o nula.

De hecho, las tierras sometidas a este tipo de agricultura no deberían clasificarse como forestales, ya que son realmente tierras agrícolas. Además, dada la naturaleza de los suelos tropicales y las condiciones climáticas, este sistema parece ser la única forma económica de conservar la productividad de la tierra en la fase actual de desarrollo de las colectividades empeñadas en este sistema tradicional de agricultura. Es de esperar que, a su debido tiempo, se introduzcan sistemas apropiados de agricultura permanente, pero el cultivo nómada debe seguir siendo durante mucho tiempo la forma de agricultura que predomine en estas zonas.

Efectivamente, con los rápidos incrementos de las poblaciones rurales, el cultivo nómada abarcará sin duda alguna cada vez mayor extensión, como ya lo está haciendo en la actualidad. Las personas que practican esta forma de agricultura no pueden hacer frente a sus crecientes necesidades más que extendiendo el cultivo a nuevas zonas de bosque, o disminuyendo el período del barbecho forestal; lo que probablemente perjudicaría a la estabilidad del suelo. En cualquiera de los casos, sufrirá el potencial presente y futuro de producción de madera del bosque.

Agricultura permanente

En gran parte, la sustracción de tierras forestales para la agricultura permanente constituye un cambio racional en el régimen de aprovechamiento de las tierras orientado a un aprovechamiento más productivo de las mismas, en consonancia con el crecimiento demográfico y la mayor demanda de alimentos. Además, la puesta en cultivo agrícola de una determinada zona contribuye a que haya más tierras forestales circundantes accesibles para la corta de madera. Gran parte de la madera que hay en las tierras que se dedican a la agricultura más bien se aprovecha que se destruye, pero la colonización necesaria para una agricultura permanente suele ser indiscriminada, destructora para los bosques que desplaza, o desacertada en cuanto al mejor aprovechamiento de la tierra. De hecho, con frecuencia no es más que un proceso de tanteo. Con harta frecuencia la tierra forestal escogida no puede soportar la agricultura permanente. Una vez que se pierde la fertilidad del suelo, se abandona el cultivo y la tierra suele dedicarse al pastoreo. El suelo denudado vuelve generalmente a emboscarse, a menos que, como ocurre a menudo, quede antes destruido por la erosión. Este proceso es, efectivamente, una forma nociva de cultivo nómada, y es así porque no prevé un período de barbecho y se aprovecha cada zona sin cesar hasta que el suelo se agota. Esta intrusión indiscriminada en el bosque por el aprovechamiento inadecuado de la tierra es una pérdida de tiempo si se tiene en cuenta el problema del hambre de tierras, que debe resolverse más bien mediante la reforma agraria o una adecuada política de aprovechamiento de la tierra. En muchos casos, se presenta difícil dar este paso lógico, pero hasta que no se haga, seguirán roturándose grandes extensiones de tierra forestal.

La consecuencia más grave de estas formas primitivas de agricultura es la degradación de la tierra que ocasionan, que menoscaba su capacidad para la producción de madera, o de cualquier otro producto, en el futuro. Pero, además, las pérdidas inmediatas en términos de madera son también considerables. En el Senegal, las pérdidas debidas al fuego y al cultivo nómada se han estimado en 4 millones de m3 por año, cantidad muy superior a la corta anual del país para leña y otros usos productivos. En Filipinas, se halló en una gran extensión forestal que las rozas y otras formas no reguladas de empobrecimiento de las masas representaban una merma anual de más de 15 millones de m3 de madera o sea, tres voces la madera extraída con la corta anual. En general, es evidente que dentro de un futuro previsible la agricultura continuará posando gravemente sobre los bosques tropicales y subtropicales.

Pastoreo

Otra de las actividades que dentro de las formas tradicionales de la agricultura pueden ser muy perjudiciales, si es que no destructoras para los bosques, es el pastoreo. En realidad, el pastoreo es perfectamente compatible con una silvicultura de producción, pero cuando es excesivo menoscaba el estado y la capacidad de regeneración del monte. Sus efectos perjudiciales suelen ser más bien en términos de pérdida de incremento y calidad que de destrucción directa de los árboles. El pastoreo ejerce una mayor presión sobre los tipos tropicales de monte higrofítico caducifolio y de monte xerofítico, que es donde la vegetación rasante y herbácea proporciona pastos y forrajes más abundantes. Sólo en la India, una gran proporción de los 280 millones de cabezas de bovinos del país pasta en 35 millones de ha de tierras forestales. La presión del pastoreo es mayor, como es natural, cerca de las aldeas, donde el bosque puede quedar completamente destruido. En muchas zonas, las cabras han sido el agente principal en las fases finales de destrucción del monte.

A posar del dono que el pastoreo produce al monte, dados los actuales sistemas agrícolas, su práctica resulta probablemente inevitable; en las temporadas secas en ciertas partes del mundo, el ganado moriría fácilmente de hambre si no fuera por los pastos forestales y otra clase de vegetación. También en este caso hay que admitir que durante mucho tiempo será difícil someter a ordenación las zonas densamente pobladas, ya que ello entraña encontrar un equilibrio entre las necesidades de pastoreo de los animales y las de madera. Por desgracia, donde más prevalece el pastoreo es precisamente en las partes más secas del mundo, que son también las que padecen más la falta de madera.

Es inevitable que habrá que dedicar principalmente al pastoreo grandes extensiones de tierras forestales. Sin embargo, debe notarse que en ciertos países de la región mediterránea, donde en el pasado el pastoreo ha limitado gravemente la silvicultura de producción, la mejora de las prácticas agrícolas en estos últimos años ha ido acompañada por una tajante reducción o la eliminación del pastoreo en los montes.

En resumen, cabe afirmar, refiriéndose a la repercusión de los aprovechamientos competitivos de las tierras forestales en la capacidad de producción de madera, que, en los países más avanzados de la zona templada septentrional, el área del bosque aumenta efectivamente a medida que la agricultura se va concentrando más, pero que hay otros aprovechamientos de las tierras boscosas que están cobrando cada vez más importancia. Si bien sean estos usos en gran parte complementarios de la producción maderera, su aumento de importancia tiene efectos cada vez más restrictivos sobre esta última. La extensión de las zonas urbanas, construcción de carreteras, embalses, servidumbres de paso de líneas de energía eléctrica y otros usos de menos importancia de la tierra que entraña el desarrollo de los países avanzados y urbanizados, revisten también importancia en éstos, ya que tienden a insertarse en las tierras forestales, productivas y de fácil acceso.

Por otra parte, en las zonas de los bosques tropicales y xerofíticos, el aprovechamiento agrícola de las tierras forestales está desplazando al bosque productivo en una enorme escala y suele ser causa de que la merma de madera exceda a la que resulta del aprovechamiento del monte. El rápido crecimiento de las poblaciones que se ocupan y dependen de estas formas de agricultura hará que en el futuro quepa prever nuevas intrusiones en el bosque en una escala todavía mayor.

Estado jurídico de los bosques y de las tierras forestales

La magnitud de la repercusión de los diferentes factores examinados anteriormente dependerá en gran parte del grado de control ejercido sobre el monte. Por ello, en esta sección se tratará brevemente de la amplitud y eficacia de la reserva de tierras para montes, de la amplitud y eficacia de la ordenación a que se hallan sujetos, y de la medida en que se les ha hecho económicamente accesibles.

RESERVACIÓN

En la mayor parte de Africa, Asia y América Latina, la preocupación principal reside todavía en reservar eficazmente la tierra que debe dedicarse a aprovechamiento forestal, frente a las pretensiones y presiones de la expansión agrícola y de los obstáculos legales o políticos que implican derechos de propiedad o de explotación. En aquellos países donde por lo general existe escasez de personal, el problema no consiste sólo en que haya en vigor una legislación sobre reservación de tierras - es decir, deslindar y regular eficazmente los aprovechamientos en las zonas reservadas -, sino en conseguir su aplicación efectiva.

Por lo general, la reservación implica la transferencia de la tierra al patrimonio del Estado. Pero no siempre es éste el caso. En Africa, por ejemplo, se ha visto que frecuentemente resulta más conveniente para lograr una extensión de la reserva limitarse a restringir en cierto grado los derechos de uso. Igualmente, en Africa y Asia se destinan algunas porciones de las reservas forestales como monte de aldea, zonas de monte comunal y montes de jurisdicción indígena, con objeto de hacer frente a las necesidades de las comunidades locales, que se encargan de su administración bajo la supervisión del Estado.

El Cuadro III-A del Anexo da una idea de la medida en que se reservan los montes de las distintas regiones. Aunque en muchos países se han reservado en estos últimos años grandes extensiones para el aprovechamiento forestal, el área reservada en Africa, Asia y América Latina sigue todavía representando una ínfima proporción de la superficie total de tierras forestales de las tres regiones. La mayoría de los países tampoco tienen mucha menos intención de reservar permanentemente para dicho fin una extensión ni siquiera aproximada a la superficie boscosa. Como se ha observado anteriormente, es inevitable y necesario que transcurran muchos años antes de que cese de ampliarse la superficie destinada a la agricultura, y ello hará que la superficie dedicada permanentemente a montes en gran parte de los trópicos haya de ser mucho más reducida que hoy día. Las cifras del Cuadro III-8 indican los planes recientes de varios países para aumentar eventualmente su patrimonio forestal permanente. Pese a todo, las actuales intrusiones incluso hasta en las zonas reservadas, no sólo mediante la corta y el cultivo abusivo sino también porque se levanta en muchos casos la reserva, suscitan dudas en cuanto al potencial de producción de madera a largo plazo de gran parte de las zonas de monte alto tropical, a la vez que hacen más evidente el hecho de que el problema actual consiste en asegurar eficazmente la existencia de un adecuado patrimonio forestal.

En cambio, casi todos los países desarrollados han pasado hace ya tiempo la fase de la reservación. Aunque, como se ha visto, el área de bosque puede menguar o crecer, estas expansiones o contracciones son relativamente de pequeña importancia y, esencialmente, la superficie forestal permanece estable y está eficazmente reservada para fines productivos, protectores y recreativos. En estos países hoy día la atención se orienta a un aprovechamiento más cabal y a una ordenación más completa de su superficie forestal.

CUADRO - III-8. Progresos registrados en cuanto a reserva, ordenación y aprovechamiento forestales en países determinados

País

Area reservada

Area sometida a planes de ordenación

Aria abierta a la explotación

Chile

Entre 1960 y 1964 fueron reservadas 600.000 ha. Se proyecta la reserva de 1,4 millones de ha.


Entre 1960 y 1964, se abrieron 30.000 ha a la explotación como resultado del mejoramiento de la red de carreteras forestales.

Colombia

52 millones de ha fueron declaradas como reservas forestales, por disposición legal, en 1959.

Se concedieron permisos de explotación para una superficie de más de 100.000 ha a empresas industriales en 1963 Y 1964, elevando a 600.000 ha aproximadamente, la extensión de tierras sometidas a planes de ordenación.


Perú

En 1962, se reservaron 5.800.000 ha como montes permanentes.

En un futuro próximo van a someterse a ordenación 250.000 ha como proyecto experimental para colocar en definitiva, todos los montes nacionales bajo una ordenación planificada.

La zona de bosque accesible aumentó en casi 800.000 ha desde. 1960 a 1964 como consecuencia del mejoramiento de la red de transportes. Existen planes para construir 2.500 km de carreteras en la cuenca del Amazonas para permita el acceso a bosques que cubren una extensión superior a 5 millones de ha.

Gabón

Las áreas reservadas (principalmente para la protección de masas jóvenes y prometedoras de okumé) aumentaron en 550.000 ha entre 1957 y 1962.


Las carreteras que van a construirse en la segunda zona forestal darán acceso a masas capaces de soportar una producción anual adicional de 200.000 toneladas de madera de especies y tamaños comerciales durante 20 años.

Ghana

Entre 1957 y 1962, se demarcaron 180.000 ha como bosque permanente.

Entre 1957 y 1962, fueron sometidas a planes de ordenación 360.000 ha.

Se espera que 400.000 ha de bosque sean puestas en explotación desde 1960 a 1970.

Nigeria

Entre 1959 y 1964, se demarcaron 900;000 ha como bosque permanente.

Desde 1959 a 1964, fueron sometidas a planes de ordenación 700.000 ha.

Se espera que 3,5 millones de ha de bosque sean puestos en explotación desde 1960 a 1970.

India

Entre 1960 y 1962, fueron demarcadas como bosque permanente 125.000 ha. Se proyecta la reserva de otros 2 millones de ha.

En 1959, el 50 por ciento de los montes accesibles de la India fueron objeto de planes de explotación. Entre 1959 Y 1964, se sometió a ordenación otro 25 por ciento y se espera que el resto lo sea igualmente en otros 8-10 años.

Durante los últimos años, el mejoramiento de la red de transportes ha dado accesibilidad a 800.000 ha. Existen planes para que en 1975 quede duplicada con creces la actual extensión de la red de carreteras forestales.

Indonesia

Entre 1962 y 1964, fueron reservadas 550.000 ha. Existen planes para reservar nada menos que 25 millones de ha más.

Entre 1962 y 1964 se sometieron a ordenación planificada 360.000 ha.

La mejora de la red de transportes dio acceso a 350.000 ha de bosque entre 1962 y 1964. Se espera que, en un futuro próximo, queden abiertas a la explotación otras 390.000 ha.

Filipinas

Entre 1962 y 1964, se demarcaron 900.000 ha como bosque permanente.

Entre 1962 y 1964 fueron sometidos a ordenación 3 millones de ha. Se piensa someter a ordenación otros 2,5 millones de ha en el futuro.

Zonas que anteriormente eran económicamente inaccesibles se están poniendo rápidamente en explotación, a causa del creciente aumento de los precios de la madera y de la disponibilidad de equipo moderno de explotación forestal.

FUENTES: Informes nacionales.

ACCESIBILIDAD ECONÓMICA

Casi toda la superficie forestal de Europa y gran parte de la de América del Norte, la U.R.S.S. y el Japón, es ya económicamente accesible. Pero el concepto de accesibilidad económica es siempre relativo. Una elevación de los precios de los productos forestales o una disminución de los gastos de corta y extracción, transporte o utilización pueden abrir acceso a bosques que anteriormente se hallaban fuera de alcance. Por el contrario, una caída de los precios del producto o costos más elevados pueden reducir la accesibilidad económica. En años recientes, un factor importante en muchos países europeos ha sido el éxodo de las poblaciones rurales, que ha reducido la oferta de mano de obra forestal. Esto ha agravado las presiones del alza de los jornales, que ha posado gravemente en las operaciones forestales y de explotación - con tendencias a mantenerse intensivas en cuanto a mano de obra - en la mayoría de los países de renta elevada. En estos países, la cuestión de la accesibilidad económica ha dependido en gran parte, por consiguiente, de la capacidad de mejorar la productividad en las operaciones de corta, extracción y transporte.

Pero en tales países quedan vastas extensiones en las que la accesibilidad depende, ante todo, de que se las dote de una red de transportes. En la U.R.S.S. se están haciendo grandes inversiones con objeto de crear la infraestructura precisa para abrir a la explotación inmensos bosques del norte y este del país. Como consecuencia, para 1975 una parte mucho mayor de la producción del país procederá de dicha zona. El período comprendido hasta 1975 presenciará también la puesta en explotación de una gran extensión adicional de bosques en el norte y oeste del Canadá.

En Africa, Asia y América Latina, la necesidad de ampliar la accesibilidad física adquiere todavía mayor importancia. El fracaso en el aprovechamiento de la inmensa riqueza forestal de la América Latina se explica en gran parte por la falta de acceso, tanto al mundo exterior como a los mercados intrarregionales. En los últimos años se ha extendido la red de carreteras permanentes a un ritmo de unos 20.000 km anuales, de modo que la situación mejora lentamente. En Africa donde el fácil acceso a gran parte de los bosques explica la rápida expansión comercial de la producción en estos años, existe ahora la necesidad de ampliar la red de transportes a medida que avanza la explotación de estos bosques. En este sentido, es probable que el fomento de los ricos recursos forestales de Gabón y Camerún se vea facilitado por las grandes carreteras de norte a sur que se planean en ambos países. En el Cuadro III-8 se resumen para determinados países los planes recientes de extensión del área de bosque accesible.

ORDENACIÓN

Como es natural, el acceso a los bosques constituye sólo un paso para someterlos a una ordenación efectiva. En el Cuadro III-A del Anexo se consignan los datos comunicados sobre las superficies de bosque sometidas a ordenación planificada. La ordenación forestal planificada es de lento desarrollo, e incluso en Europa sólo la mitad aproximadamente del área forestal se halla bajo ordenación. En muchos de los países desarrollados, el tipo de propiedad que se caracteriza por la existencia de muchos propietarios forestales que poseen predios pequeños ha obstaculizado la generalización de una ordenación más intensiva. En América del Norte y la U.R.S.S., la ordenación forestal sigue todavía orientada tanto a la puesta en explotación de las grandes extensiones vírgenes o de los bosques poco explotados que aún se encuentran, como a la introducción de sistemas de ordenación forestal más intensivos en las zonas en aprovechamiento.

Esto se aplica igualmente a las vastas extensiones de bosque tropical de edad madura. Las crecientes actividades de inventariación que se llevan a cabo en el Lejano Oriente, en casi todos los países de América Latina y en ciertas partes de Africa, están preparando el terreno para extender el área sometida a ordenación. Pero hasta ahora, en América Latina y Africa la planificación de la ordenación ha adelantado relativamente poco. Por el contrario, en Asia se está progresando más. En el Cuadro III-8 se reseñan los recientes planes de algunos países para ordenar nuevas zonas. Pero para que surtan efecto, los planes de ordenación tienen que ser aplicados y sus resultados dependerán de las medidas que prescriben. Este estudio no es el lugar adecuado para examinar las técnicas silvícolas y de ordenación. Bastará aquí con citar dos rasgos generales.

El primero es mencionar una vez más que en gran parte del mundo, incluyendo casi todos los trópicos y subtrópicos, el objetivo primordial de la ordenación sigue siendo esencialmente la adopción de las medidas necesarias para procurarse las tierras que deben dedicarse al aprovechamiento forestal y con este fin incluirlas en el marco de la planificación. El principal factor Imitador es la insuficiencia de nuestros conocimientos en cuanto a la extensión, contenido y rendimiento de los bosques existentes, de la adecuación relativa del bosque y de la agricultura a los diferentes suelos; del modo apropiado de ordenar los complejos bosques tropicales, tanto para conservar la fertilidad de los suelos frágiles de las zonas en cuestión, como para mejorar la producción de las especies y tamaños que se quieren obtener. Mientras no se sepa más de todo esto, lo único que se podrá hacer será conjeturar en qué medida podrán o deberán contribuir los bosques tropicales al suministro mundial de madera.

El otro hecho que hay que citar es que, en el extremo opuesto, las presiones cada vez mayores y aceleradas que pesan sobre el bosque en algunos de los principales países usuarios de la madera plantean a las autoridades forestales situaciones nuevas que ponen a prueba algunos de los primitivos principios de la ordenación tradicional de los bosques. Por ejemplo, se reconoce principalmente que los bosques pueden y deben aprovecharse más cabalmente. Gracias a las mejores técnicas de inventariación forestal, y al mayor esfuerzo realizado en esta labor, se ha logrado en los últimos años un mayor conocimiento de los bosques y de su capacidad. Uno de los resultados ha sido la revelación de que, en la mayoría de los países, las existencias en formación y el incremento neto son más elevados de lo que se creía. En Europa, durante el decenio de 1950-60, se corrigieron las estimaciones del incremento anual neto en 30-40 millones de m3 más, basándose al parecer en los nuevos y mejores datos obtenidos. Hato también una importante revisión positiva como consecuencia de la nueva serie de operaciones de inventariación forestal en los Estados Unidos. Al mismo tiempo, se comprende cada vez más que las estimaciones de la posibilidad de cortas deben aproximarse más a las del incremento neto anual. En efecto, dado el control mucho más estrecho que se puede ahora ejercer sobre el bosque, no existe ya la necesidad de mantener una «reserva» de existencias en formación para hacer frente a la eventualidad de las desastrosas pérdidas que padecía el bosque en otros tiempos.

Además, la ordenación se enfrenta con el cambio ocurrido en el tipo de la demanda. Esto suscita, entre otras, las cuestiones de si, cuando convenga, se deben acortar los turnos y de si hay que hacer mayor hincapié en la producción de las maderas de dimensiones más pequeñas que se necesitan para la fabricación de pasta.

Además, se presta creciente atención, principalmente en la fosé de investigación, al cultivo de las maderas que mejor se adaptan a los usos a que han de destinarse. Se ha llamado ya anteriormente la atención en este capítulo respecto al importante adelanto que se ha hecho en el campo de la genética forestal, en la elección de especies, variedades y estirpes para plantación, y en el desarrollo de técnicas de plantación y cuidado de las plantaciones. También se han logrado progresos en el tratamiento de las masas naturales. Ejemplo de ello han sido los experimentos en gran escala realizados en Escandinavia, que han demostrado que el abonado puede estimular el crecimiento durante un cierto período, aumentando los rendimientos entre el 20 y 40 por ciento. Por último, en ciertos países se está prestando más atención a lograr de todos los aprovechamientos mayores beneficios totales, en un área forestal determinada, gracias a la planificación del aprovechamiento coordinado.

Pero todas estas medidas sólo representan la situación que existe en los países más avanzados. Además, incluso en dichos países media un gran margen entre el desarrollo de nuevos métodos y técnicas y su aplicación en la práctica. En parte, esto se debe a que todavía no se ve claro si el costo adicional que entrañan algunas de las medidas referentes específicamente a una ordenación más intensiva ha de traducirse en beneficios sustancialmente mayores. Pero lo probable es que, en el período comprendido hasta 1975, y después, existirá una tendencia más generalizada y rápida de ajustar la ordenación al ritmo, tipo y magnitud cambiantes de la demanda que pesa sobre el bosque.

El marco institucional

En muchos países, gran parte de las tierras forestales, si no la mayoría, son propiedad del Estado o se encuentran bajo su control directo. En este caso, un gobierno puede aplicar directamente su política forestal, bien sea mediante su personal administrativo o a través del control de los concesionarios a los que adjudica la corta de la madera de los bosques. Pero donde, como en los Estados Unidos, Europa occidental y el Japón, una gran proporción de las tierras forestales es de propiedad privada, el control tiene que ejercerse principalmente en forma indirecta.

Además, la forma de propiedad influye directamente en el tipo e intensidad de la ordenación que se desea y se practica. Constituye una característica del sector forestal el hecho de que gran parte de la superficie forestal de propiedad privada es en forma de pequeñas fincas. Como se ha dicho anteriormente, este régimen de pequeña propiedad suele tender a obstaculizar la generalización de la ordenación planificada de los bosques. El pequeño propietario forestal está mal equipado para competir en los países avanzados donde los jornales son altos y las operaciones forestales se están mecanizando cada vez más. La pequeña extensión en que tiene que operar resulta por lo general insuficiente para mantener la maquinaria que hace falta, y rara vez estará en situación de invertir capital apreciable en su propiedad, dado lo que tarda en rendir utilidades que suelen ser bajas. Por consiguiente, al pequeño propietario le ha sido cada vez más difícil participar en el progreso de la ordenación forestal, o incluso ni siquiera conseguir dedicarse con provecho a la producción de madera.

Con objeto de superar las desventajas de las propiedades de pequeño tamaño, se ha generalizado el desarrollo de cooperativas y otras formas de asociación entre pequeños propietarios. Estas organizaciones cuentan generalmente con apoyo del Estado, el cual les facilita asistencia técnica y financiera, y frecuentemente impone a los propietarios como condición de su asistencia el formar parte de una de tales organizaciones. Por ejemplo, en América del Norte y Europa occidental, la ayuda puede adoptar la forma de subsidios, préstamos, exenciones de impuestos y asesoramiento técnico. También se está intentando contener la fragmentación predial del bosque que se origina como resultado de las leyes y costumbres sucesorias existentes, y fomentar las fusiones con objeto de crear unidades mayores. La puesta en práctica de la política forestal en los países donde predomina la gran propiedad privada puede requerir cierta restricción en el ejercicio de los derechos del propietario. En estos casos se intenta llegar a los resultados deseados principalmente gracias a la persuasión y educación de los propietarios forestales.

En los países en desarrollo, especialmente en Asia y América Latina, se está también recurriendo cada vez más al empleo de cooperativas y de asistencia técnica y financiera, para fomentar la creación de arboledas en las granjas y terrenos comunales, estimular las plantaciones y repoblaciones y, en general, lograr que el público se dé cuenta más cabal de todos los beneficios que reporta el bosque. En Africa, como ya se ha dicho, el fomento de las actividades forestales se hace al nivel de la comunidad, facilitando supervisión y asistencia oficiales para los bosques de dominio comunitario.

En las tierras forestales controladas por el Estado la aplicación de la política forestal es mucho más directa. Sin embargo, esto no deja de tener sus dificultades. En muchos países con extensos montes estatales, una práctica corriente ha consistido en confiar la corta y elaboración de la madera a concesionarios, bajo la supervisión de la administración estatal. Sin embargo, no se ha encontrado un sistema que permita un equilibrio ideal entre la preocupación del Estado por lograr buenas prácticas de ordenación y de explotación, y la de los concesionarios que quieren garantías, en cuanto a la seguridad de tenencia y abastecimiento de materia prima necesarias para justificar las inversiones de capital en la instalación requerida, así como condiciones que les permitan obtener utilidades aceptables del capital invertido. Por ejemplo, en el Canadá, que es el país de economía de mercado que posee la mayor superficie de bosques propiedad del Estado, se ha desarrollado una amplia variedad de formas de adjudicación forestal, pero últimamente la tendencia se ha orientado hacia cláusulas por las que el concesionario se compromete en la fase de ordenación y se ve estimulado a realizar las operaciones de corta y extracción, ajustándose a las normas deseadas si quiere disfrutar de condiciones más favorables.

En los países de planificación económica centralizada, todas las actividades, incluyendo la elaboración industrial, tienden a estar controladas por el Estado, pero las distintas fases de ordenación y aprovechamiento forestales suelen estar a cargo de distintas empresas estatales.

En casi todos los países existe la tendencia hacia un mayor grado de participación estatal en el sector forestal. En apoyo de esta tendencia, vemos, inter alia, la creciente importancia que han adquirido las funciones protectoras y de recreo del bosque, aspecto que incumbe más al sector público que al privado, y la dificultad, dado el largo período de espera que entraña la producción de madera, de lograr que el sector privado invierta en los bosques el capital suficiente para atender a las necesidades futuras. Es de esperar que esta tendencia continúe. Como hemos visto antes, esto no significa necesariamente que el Estado extienda su patrimonio o ejerza un control directo sobre el aprovechamiento del bosque por parte del propietario, sino más bien un mayor empleo de toda forma de subsidio, préstamo y exención de impuestos, así como la prestación de la asistencia técnica necesaria para estimular las prácticas forestales deseables.

Perspectivas para el periodo comprendido hasta 1975


Posibilidades de aumentar las extracciones de madera
Extracciones de madera rolliza en 1975


El objeto de esta sección es reunir los rasgos salientes de lo anteriormente dicho acerca de los recursos forestales mundiales, y evaluar las perspectivas de aumento de la producción de madera rolliza en el período comprendido hasta 1975. El último capítulo de este estudio se ocupará de la cuestión de si estos incrementos en perspectiva bastarán o no para satisfacer las necesidades de madera que se cree han de surgir hacia 1975.

Es posible discutir el potencial de producción de los bosques de algunas partes del mundo con mayor confianza que respecto a otras. Es mucho más lo que se sabe sobre el potencial de los bosques más explotados del hemisferio septentrional, y sobre algunas de las zonas boscosas del sur de los trópicos, que acerca de las vastas zonas de bosque tropical. Pero es evidente que la mayor parte de toda la madera adicional que ha de recogerse en el período comprendido hasta 1975, procederá de estos bosques de clima templado mejor conocidos. Estos no sólo se hallan bajo un más firme control del hombre, sino que es más fácil disponer del capital de inversión, de la capacidad profesional y del conocimiento indispensables para mejorar la accesibilidad de los bosques todavía sin explotar, y aumentar la producción de los que están ya en explotación para movilizar el potencial en los países boscosos del hemisferio septentrional. El aprovechamiento más cabal de los bosques tropicales está todavía pendiente de que se resuelvan antes los problemas de definir y afirmar efectivamente el concepto de predio forestal en aquellas zonas donde los tipos de aprovechamiento de la tierra siguen siendo inestables y donde el uso de los recursos se halla en gran parte sin controlar; de abrir acceso a los bosques; de formular y aplicar sistemas de ordenación apropiados a las peculiares condiciones de los trópicos, y de encontrar mercados para los productos de estos bosques.

Esto no quiere decir que tales problemas sean privativos de las regiones tropicales y subtropicales. Considerando de un modo general los recursos forestales mundiales, se puede ver cómo ciertos problemas se les plantean en menor o mayor grado a todos los países. En primer lugar, el volumen de existencias en formación y, lo que es más importante, el porcentaje de crecimiento, son casi en todas partes inferiores a lo que podrían y deberían ser. En segundo lugar, los procedimientos de utilización son todavía mediocres y antieconómicos: gran parte de las existencias en formación se deja sin cortar, y una buena proporción de la que se corta no se utiliza. En tercer lugar, grandes extensiones de bosque se explotan, principal o exclusivamente, para hacer frente a las necesidades inmediatas, sin la debida o ninguna consideración a las necesidades futuras que habrá que atender.

La falta general que existe en muchos países de datos estadísticos forestales fidedignos encubre estos importantes problemas y se añade a las dificultades que esperan una solución definitiva. La falta de datos inventariales, en especial, limita inmediatamente la claridad con que se pueden apreciar los problemas dentro de un país o región, problemas que, mientras no se puedan definir, es imposible resolver.

Posibilidades de aumentar las extracciones de madera

Antes de volver a analizar zona por zona los futuros aumentos que podría haber, será conveniente examinar brevemente las distintas medidas que se pueden adoptar para elevar la producción de madera en rollo. En general, son dos: aumentar las extracciones en las zonas de bosque que están ya en explotación, y extender las cortas a zonas de bosque todavía sin explotar.

Incluso en los bosques de la zona templada septentrional, se pueden aumentar las cortas recurriendo más a las especies hasta ahora desdeñadas y a dimensiones de madera más pequeñas. En este sentido, en los heterogéneos bosques higrofíticos tropicales, el campo potencial es aún mayor, pero también son mayores los problemas que se plantean. Estos son esencialmente de dos clases: crear mercados para las especies y calidades que se rechazan actualmente, y poder recolectar y elaborar de un modo económico las maderas de baja calidad y de pequeñas dimensiones. También se puede obtener un aprovechamiento más completo reduciendo las pérdidas en las operaciones de corta y transporte, así como los daños y los desperdicios. En gran parte del mundo una proporción sustancial del volumen apeado se sigue perdiendo de este modo.

A lo largo de un período mayor se podría elevar el incremento de los bosques, lo que permitiría una mayor extracción. Esto es posible lograrlo mediante un tratamiento más intensivo del vuelo básico - claras, preparación del terreno, fomento de una mayor proporción de las especies más valiosas, etc. -, o sustituyendo el vuelo original con masas artificiales que contengan otras especies. Sin embargo, el proceso es caro e impone limitaciones económicas a lo que cabe hacer. Exige tiempo igualmente, y puede ser o bien demasiado lento teniendo en cuenta las necesidades de madera que aumentan rápidamente, o demasiado inflexible. Dado el mucho tiempo que se necesita para producir madera en la mayoría de las zonas boscosas del mundo, es difícil estar seguros de que las masas que inician ahora su desarrollo puedan producir la madera que haya de necesitarse en el momento en que lleguen a la madurez. Una de las principales ventajas que ofrecen la plantación de especies de crecimiento rápido y las técnicas surgidas en estos años, es la mayor flexibilidad para hacer frente a tales cambios en las necesidades.

Extracciones de madera rolliza en 1975

En la sección siguiente se examina, con respecto a cada región, la evolución probable de estos posibles incrementos de la producción, y se dan las estimaciones de la producción de madera rolliza en 1975 para aquellas zonas de las cuales se dispone de datos.

Europa cuenta con escasa madera adicional de coníferas, cortable o decrépita, de dimensiones adecuadas para trozas de aserrío aprovechable industrialmente, y tampoco dispone de mucha madera adicional de coníferas de dimensiones adecuadas para la conversión a pasta. Cuenta con buenas reservas de maderas de frondosas de buen tamaño para trozas de aserrío, pero pocas de ellas son de buena calidad, y dispone de suministros abundantes de maderas de frondosas de pequeñas dimensiones.

Se prevé que el aumento de las extracciones lo aportarán, en gran parte, las especies frondosas y los tamaños más pequeños de madera rolliza, como reflejo de la creciente proporción de madera para pasta que habrá que obtener en las cortas, y del mayor uso de las maderas de frondosas para la fabricación de pasta. Debido a que el producto de las claras y otros subproductos de las masas destinadas a trozas de aserrío no bastarán para suministrar toda la madera para pasta que hace falta, es probable que la ordenación en Europa de muchos más bosques exija turnos más cortos en busca de madera rolliza de pequeñas dimensiones como producto principal. Como consecuencia, es muy probable que haya un incremento en la proporción de clases de edad más jóvenes. Se espera también que parte del incremento proyectado en las extracciones de madera industrial se deba a que la madera en rollo de pequeñas dimensiones, que antes se usaba como combustible, pase a utilizarse industrialmente.

Se estima que las extracciones de madera rolliza en la región aumentarán de 332 millones de m3 ® en 1961 a 365 millones en 1975; y que al disminuir la corta de leña, las extracciones anuales de madera industrial aumentarán en un margen mayor, de 48 millones de m3 ® hasta 272 millones en 1975.

El que este incremento proyectado de las extracciones se pueda conseguir sin aumentar los precios del producto, dependerá fundamentalmente de los costos y disponibilidades de mano de obra; esta última es cada vez más cara y difícil de conseguir y retener. Además, cada día es más difícil reemplazar la mano de obra por equipo mecánico, ya que se trabaja con madera más pobre y pequeña.

La amplitud y el ritmo de crecimiento de las extracciones de los bosques de la U.R.S.S. dependerán muchísimo del ritmo con que se abran a la explotación las vastas extensiones de bosque virgen del norte y este del país. En 1961, las extracciones totales fueron de unos 358 millones de m3 ®. Sin embargo, la posibilidad en dicho año era de cerca de 605 millones de m3 ®. Así pues, hoy día se extrae realmente el 60 por ciento de toda la madera que podría obtenerse si se contara con los servicios necesarios.

De la cifra de 79.000 millones de m3 en que se estimó el vuelo en 1963, se cree que casi el 75 por ciento será de pies adultos o decrépitos, y cerca del 85 por ciento estará en bosques fuera de la zona boscosa de la U.R.S.S. europea, que en la actualidad aportan más de la mitad de la producción maderera del país. De hecho, el desequilibrio entre la extracción y los recursos forestales es hoy día muy grande. En 1963, las regiones centrales densamente pobladas e industrializadas y que disponen del 5 por ciento de los recursos, aportaron el 20 por ciento de la extracción total de madera industrial. En cambio, la región del extremo oriente, que posee el 16 por ciento de la superficie boscosa, sólo aportó el 6 por ciento del total de extracciones, y la Siberia oriental, con casi la mitad de la superficie forestal total de la U.R.S.S., aportó sólo el 16 por ciento aproximadamente. Precisamente con objeto de remediar este desequilibrio, se están ahora haciendo inversiones masivas para abrir a la explotación los bosques del norte y del este. Al parecer, se proyecta que entre 1965 y 1970 aumenten las extracciones en 1,4 por ciento aproximadamente en la U.R.S.S. europea, y en el 17,2 por ciento en la parte asiática del país. Si se cumplen estos planes, las extracciones ascenderán en 1970 a unos 190 millones de m3 ® en la parte europea de la U.R.S.S. y a unos 200 millones de m3 ® en la asiática; y de un total de 390 millones de m3 ® aproximadamente, unos 310 millones serán madera industrial.

Aunque hasta la fecha los adelantos logrados en la puesta en explotación de estas masas de edad madura han sido lentos, es evidente que en la U.R.S.S. la producción ha de proceder cada vez más en el futuro de las masas adultas que se consideran explotables y que necesitan cortarse para mejorar la distribución de las clases de edad y elevar el incremento. El hecho de que existan al parecer unos 318 millones de ha de tales bosques, que producen 27.000 millones de m3 ® de madera, pone de relieve el inmenso potencial que posee el país. Pero la producción que se obtenga en 1975 estará determinada, en gran parte, por el grado de accesibilidad económica de tales bosques en dicho año.

En los Estados Unidos se pronostica un constante crecimiento de las extracciones de madera rolliza, siendo verosímil que este aumento vaya acompañado de cambios considerables en el tipo y estructura de las extracciones. En primer lugar, parece que habrá un abandono gradual de las masas de edad madura en favor de las de segundo crecimiento que vuelven ahora a tener pies comerciables, tendencia que, a la larga, hará que geográficamente el peso de la producción recaiga otra vez en localidades que ya han sido explotadas en otros tiempos. Según sea la futura demanda en cuanto al tamaño, pueden surgir algunos problemas relativos a la calidad, a medida que van disminuyendo las reservas de pies adultos. La proporción de la corta correspondiente a tamaños mayores de madera en rollo disminuirá, según se cree, constantemente en los bosques del este del país, así como en las tierras forestales de propiedad privada del oeste (aunque no en los bosques nacionales del oeste).

De hecho, producto recolectable asume cada vez más, como en Europa, la forma de tamaños más pequeños y, por lo general, de especies menos apreciadas. Por consiguiente, las perspectivas de la producción de rollizos para pasta son más favorables que las de la producción de trozas.

Se espera que las extracciones aumenten desde 297 millones de m3 ® en 1961 a 352 millones en 1975 (de esta cantidad, 327 millones de m3 ® son maderas industriales); y a unos 612 millones de m3 ® en el año 2000. Pero, al parecer, si se quiere que las extracciones aumenten hasta alcanzar este nivel a últimos de siglo, sin que se agoten las existencias en formación, habrá que promover mucho los programas de ordenación forestal.6 Lo probable es que los aumentos de las extracciones de la magnitud prevista exijan también un aprovechamiento más cabal de la madera de las zonas explotadas, tanto en términos de especies como de tamaños.

6 El cuadro siguiente, referente a los Estados Unidos indica cómo se proyecta desarrollar el suministro (definido como crecimiento en el este, extracciones permisibles en las tierras públicas del oeste, y aortas en perspectiva en los predios particulares del oeste) según los niveles recientes de ordenación, y su relación con el incremento y aorta proyectados.

Se espera que la mayor extracción de los bosques del Canadá proceda tanto de la puesta en explotación de nuevos bosques, especialmente los de Columbia Británica, como de un aprovechamiento más completo de la madera en las grandes extensiones boscosas que ya están en explotación extensiva. Como los Estados Unidos, el Canadá cuenta con un buen sistema de carreteras que se adentra en las zonas boscosas que ya han sido explotadas anteriormente, lo que permite en ellas la corta económica de maderas residuales y de segundo crecimiento.

Se estima que existen unos 243 millones de ha, con más de 15.000 millones de m3 de madera en pie que son explotables a los costos y precios de 1960. La posibilidad anual estimada para esta zona, suponiendo un turno que permita una conveniente mezcla de trozas de aserrío y madera para pasta, asciende a unos 211 millones de m3 ®. Si los precios aumentaran un 10 por ciento, podría obtenerse de las actuales tierras forestales marginales una posibilidad de corta adicional de unos 26 millones de m3 al año; y si todas la tierras explotables, a los costos y precios de 1960, se ordenaran en turnos más cortos para la producción de madera para pasta, la posibilidad anual se elevaría probablemente hasta 315 millones de m3. En 1961, las extracciones de madera industrial en Canadá no sumaron más que 89 millones de m3 ® [y las extracciones de leña 7 millones de m3 ®]. Por consiguiente, el país posee una inmensa reserva sin aprovechar de madera que es ya económicamente accesible. Por esto, lo probable es que la corta real en 1975 esté más bien determinada por la magnitud de la demanda de madera canadiense en el mundo que por las restricciones sobre las cantidades económicamente disponibles en dicho año. Por lo tanto, se dejará para el último capítulo el estudio de lo que podrá ser la producción canadiense en 1975.



1970

1980

2000

Millones de m3 ®

Corta

326

388

612

Crecimiento

493

516

487

Suministro

516

533

510

FUENTE: Timber trends in the United States, Cuadro 87, pág. 132.

Las esperanzas que se tienen de que aumenten las extracciones de madera en el Japón se basan en una continua intensificación de la ordenación forestal en los montes del Estado y privados, y especialmente en un programa en gran escala para la conversión de las actuales masas decadentes y de bajo rendimiento y los montes bajos de leña en plantaciones de coníferas de crecimiento rápido. Las masas artificiales, que actualmente ocupan el 30 por ciento aproximadamente de toda la superficie forestal, se cree que abarcarán el 40 por ciento del total, tanto de la superficie como del vuelo, en 1975. Si se mantiene este ritmo de plantación y de conversión, las masas artificiales podrán representar el 50 por ciento de toda la superficie forestal y el 70 por ciento del volumen de existencias en formación hacia el año 2000. Se cree que las extracciones aumentarán de 64 millones de m3 ® en 1961 a 81 millones en 1975, de los cuales 72 millones serían de madera industrial. Como en cualquiera de los países industrialmente avanzados, grandes consumidores de madera, el aumento de las extracciones es probable que exija que una proporción creciente de la corta recaiga en especies hasta ahora desdeñadas y en los tamaños más pequeños de madera rolliza.

Si consideramos a los países desarrollados de la zona templada septentrional en conjunto, vemos claramente que lo probable es que las extracciones aumenten en cantidades muy sustanciales, sin que este aumento llegue a agotar la capacidad de rendimiento constante de los bosques de dicha zona. Pero el potencial se halla lejos de estar igualmente distribuido. Muchos países y zonas se ven actualmente muy limitados en lo referente a incrementos de corta en relación con lo que pueden obtener con una ordenación, recolección y aprovechamiento más intensivos y eficaces.

Como se desprende claramente de la primera parte del capítulo, el potencial inmediato, en el período comprendido hasta 1975, de casi todas las demás partes del mundo, es de una magnitud y complejidad muy diferentes. Se han explicado ya algunas de las múltiples dificultades relacionadas con la valorización de la riqueza forestal de los trópicos. Todavía son pocos los datos que se tienen sobre las existencias en formación, incrementos, pérdidas y extracciones para sustentar estimaciones de las extracciones futuras de los bosques tropicales. Pero se sabe lo bastante para poder deducir algunas conclusiones. Sin embargo, hay que reconocer también que el bajo nivel de extracción y elaboración es una consecuencia tanto de los bajos niveles de la demanda efectiva de productos forestales, como de los problemas que se refieren a la oferta.

Dada su inaccesibilidad y composición, no es probable que la zona de bosque higrofítico tropical de la cuenca del Amazonas pueda contribuir hacia 1975 con mucha más madera que en la actualidad. Los bosques de coníferas y los de frondosas no higrofíticos situados al norte y sur dentro de América Latina, seguirán siendo probablemente las fuentes más importantes del suministro de madera. Además, la gran extensión que suman las plantaciones de América Latina ha de aportar cantidades siempre crecientes de madera rolliza. Sólo las plantaciones de eucaliptos de la región, según datos de 1961, contienen 97 millones de m3 ® con un incremento medio anual de 19 millones de m3. La importancia que tales plantaciones han obtenido en la región es en sí misma una clara indicación de las dificultades encontradas para movilizar los inmensos recursos forestales naturales de la región.

Por otra parte, existen razones para creer que los bosques higrofíticos tropicales de Africa occidental producirán muchísimo más en 1975. Probablemente disminuirá la producción en algunas de las zonas en que la explotación maderera ha sido más intensa, y pueden escasear algunas de las especies hoy día preferidas. Pero las reservas en otras partes de la región son ingentes y se están haciendo accesibles. Sin embargo, no es posible asegurar que estas zonas más remotas sean explotables sin que aumenten los costos y los precios. Tampoco se puede calcular a cuánto ascenderá el volumen adicional futuro, ya que esto dependerá en gran parte de la demanda exterior de maderas duras tropicales y de los progresos conseguidos en mejorar la comerciabilidad de las muchas especies que contienen esos bosques. Pero cualquiera que sea la magnitud de dicho volumen, debe constituir un motivo de preocupación el hecho de que la continua expansión de la producción en la región tenga lugar antes de que se conozcan bien la extensión actual de los recursos, la eventual presión de la agricultura sobre las tierras forestales, o el potencial de los recursos para mantener la producción a un determinado nivel. Existen pruebas de que en algunas de las zonas más explotadas, los recursos se están agotando demasiado y con rapidez. Hasta ahora, las medidas adoptadas en estas zonas para asegurar su repoblación, bien por regeneración natural o por plantaciones, son totalmente insuficientes dado lo que se necesitaría para mantener incluso los actuales niveles de producción.

En otras partes de Africa, las plantaciones recobrarán una importancia cada vez mayor, en especial para el suministro de madera industrial. En Africa oriental hay grandes extensiones plantadas donde las masas en formación alcanzarán hacia 1975 su edad de cortabilidad, y la producción de las plantaciones de Africa meridional se cree que pasará de los 6,8 millones de m3 ®, que se cortaron anualmente durante 1960-65, a 11,8 millones en 1975.

Existen indicaciones de que las extracciones en los ricos y extensísimos bosques tropicales de Asia sudoriental, especialmente los de Indonesia, Malasia y Nueva Guinea, probablemente podrían aumentar mucho más fácilmente que en Africa o América Latina. Las operaciones de corta son allí más interesantes, ya que es mayor el número de especies comercialmente valiosas que contienen los bosques tanto continentales como insulares, y que gran parte de la zona es de fácil acceso para el transporte por aguas profundas. Se espera que la actual y rápida expansión de la explotación maderera de esta zona pueda elevar la producción hacia 1975, y probablemente la elevará, a un nivel muy por encima del volumen actual, que ya es alto. Pero los productores establecidos desde hace tiempo no pueden esperar que continúe aumentando la producción en la misma proporción que últimamente. En realidad, cabe nuevamente la preocupación de si se podrá o no mantener mucho tiempo el rendimiento actual. En este sentido, las vastas extensiones plantadas de teca son una prueba convincente de una continuidad en el suministro de tan valiosa madera.

El resto de Asia - Cercano Oriente, Asia meridional y China continental - ofrece menores perspectivas de que aumenten las extracciones en cantidades suficientes. Ya hemos mencionado la gravedad del déficit de madera en esta zona inmensa y densamente poblada. Incluso el importantísimo programa de plantaciones de China continental no es de esperar que produzca mucha madera hacia 1975.

Sin embargo, en la subregión del Pacífico, que es la última que queda por estudiar, la influencia de las masas artificiales en el suministro de madera será mucho mayor. En Nueva Zelandia, las extracciones de las plantaciones se cree que pasarán de los 3,5 millones de m3 ® obtenidos en 1961, a 7,4 millones en 1975. Las extracciones de madera industrial en toda Australasia se estima que serán de unos 21 millones de m3 ® en 1975, en comparación con 15,4 millones en 1961.

La cuestión que ahora surge es saber hasta qué punto bastarán estos incrementos esperados de la producción de madera para satisfacer en 1975 las necesidades calculadas en el capítulo anterior. Como no se han podido hacer estimaciones de la producción futura de todas las subregiones, no es posible una comparación completa, pero están comprendidas las principales zonas productoras y consumidoras. Sin embargo, como la madera se consume principalmente en forma elaborada, el emplazamiento y evolución de las industrias usuarias se convierte en un importante elemento del equilibrio entre el suministro y el consumo de madera. Como es natural, el comercio de madera y productos madereros constituye otro elemento esencial de este equilibrio. Por esto, se deja el estudio de la relación entre las extracciones y las necesidades hasta después de tratar de ambas cosas en los dos capítulos siguientes.

CUADRO III-A DEL ANEXO. - Algunas características de los bosques del mundo, según informes correspondientes a 1963

CUADRO III-B DEL ANEXO. - Extracciones de madera rolliza, 1955-57 a 1960-62


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