Muy buenos días,
Sra. María del
Rocío Sáenz, Ministra de Salud,
Sr. Rodolfo Coto, Ministro de Agricultura y Ganadería,
Sra. Doris Osterlof, Ministra de Comercio Exterior,
Sr. Kraisid Tontisirin, Director de la División de Alimentación y Nutrición de FAO con sede
en Roma,
Sr. Jorgen Schlundt, Director de la Organización Mundial de la Salud,
Sr. Alan Bojanic, Representante de FAO en Costa Rica,
Sr. Carlos Samayoa, Representante de la Organización Panamericana de la Salud, Oficina
Regional de la OMS en Costa Rica,
Señoras y
señores miembros de las delegaciones de los distintos países que hoy nos
acompañan,
Señoras y
señores representantes de las Instituciones no Gubernamentales, organizaciones
regionales e intergubernamentales,
Señoras y señores observadores de grupos del comercio internacional de alimentos, de la industria alimentaria y de grupos de consumidores,
Invitados especiales,
Señoras y señores,
Quisiera iniciar dándoles la bienvenida a nuestro país a los participantes y expositores que hoy nos acompañan, de los países de América y el Caribe y de otros lugares del mundo. Espero que su estadía en Costa Rica sea muy placentera y productiva.
Además, quiero aprovechar para expresar mi agradecimiento a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y a la Organización Mundial de la Salud, por escoger a nuestro país para llevar a cabo esta actividad.
Sé que esta fue una decisión difícil para las autoridades de FAO y OMS, porque otros países amigos con grandes cualidades de organización presentaron su candidatura para esta Conferencia, por lo que nuestra responsabilidad para atender de la mejor manera este evento, es un compromiso de país.
Deseo agregar que como parte de este compromiso y con el fin de garantizar a todos los conferencistas las mejores condiciones de su participación, el Sr. Presidente de la República firmó desde septiembre anterior, un Decreto Ejecutivo, en el que se declara de Interés Público esta Conferencia Regional.
Para Costa Rica, es motivo de gran satisfacción ser la sede de este importante evento, el cual reúne a autoridades y especialistas en materia de inocuidad de los alimentos de todo el mundo, para discutir la aplicación de medidas para promover dicha en cada uno de nuestros países.
La economía mundial viene experimentando en los últimos años un acelerado proceso de apertura comercial, mediante el cual las barreras para la introducción de nuevos productos en un mercado determinado, casi han desaparecido.
En este sentido, la creciente liberalización del comercio de alimentos y productos agrícolas beneficia tanto a los consumidores como al sector productivo, debido a la mayor variedad de alimentos y productos sanos que se tienen a disposición y a la oportunidad de obtener mayores ingresos derivados del comercio con otros mercados.
Sin embargo, este creciente flujo de comercio, también aumenta la posibilidad de que las enfermedades transmitidas por los alimentos se propaguen más fácilmente, e incluso de forma más rápida entre los países, ocasionando riesgos para la salud de los consumidores y peligros económicos para los productores de alimentos, en el caso de que se vean obligados a retirar su producto del mercado, por razones de inocuidad.
Por eso, el establecimiento de sistemas nacionales de inocuidad de alimentos se ha convertido en un tema relevante y de urgencia, ya que los países, en especial los desarrollados, han propiciado la implementación de medidas de control sanitario cada vez más estrictas, transformando sus estructuras tradicionales de control de alimentos, en un fuerte sistema integrado e intersectorial de control sanitario.
Por su parte, los países en desarrollo también están haciendo esfuerzos por establecer sistemas más estrictos de control, y ante las limitaciones de recursos, los esfuerzos se han dirigido a establecer sistemas de equivalencias, que permitan garantizar los mismos niveles de protección en materia de inocuidad de los alimentos, pero con costos menores.
Prevenir y combatir las enfermedades transmitidas por alimentos no es un tema exclusivo de salud pública, ya que afecta también los sistemas de producción, el comercio nacional e internacional, la competitividad de nuestros países, por lo que influye directamente en el crecimiento de nuestras economías y el bienestar general de la población.
Los requerimientos de inocuidad, calidad y competitividad comercial de los alimentos constituyen hoy un desafío que requiere criterios renovados, creatividad y disposición para trabajar en conjunto, tanto en las áreas oficiales como en el sector privado.
La inocuidad de los productos agroalimentarios es un requisito fundamental para competir exitosamente en el mercado global. Para atender mercados con demandas explícitas en materia de inocuidad, el sistema de control de la inocuidad de alimentos debe ser sólido y confiable, para permitir y posibilitar la presencia y permanencia de nuestros productos en los mercados más exigentes.
Para mejorar estas condiciones y favorecer en general nuestras economías, los países debemos trabajar en fortalecer las pequeñas y medianas empresas de alimentos, con programas integrados de financiamiento, planificación y gerencia empresarial, capacitación y asistencia técnica para atender con excelencia por medio de la modernización de las pyme, las Buenas Prácticas Agrícolas, las Buenas Prácticas de Manufactura, la Manipulación de los Alimentos y otras recomendaciones emanadas de los organismos internacionales.
Esta es una labor que debe integrar acciones conjuntas del gobierno, el sector privado, la academia y los consumidores.
Por otro lado, el Estado no solo debe generar reglamentaciones alimentarias que integren los conceptos de calidad e inocuidad, sino propiciar la coordinación institucional de los diferentes entes públicos con competencia, como los Ministerios de Salud, Agricultura, Economía y Comercio, para que participen activamente en su formulación y, más importante aún, en aunar esfuerzos para una estricta fiscalización de su cumplimiento, garantizándole así al consumidor, que va a disponer de alimentos seguros.
Por su parte, los consumidores tienen también un papel protagónico en esta tarea, ya que deben ser cada vez más exigentes en sus decisiones de consumo, buscando mayor información sobre los productos que adquieren y, de esta forma, cobrando mayor relevancia aspectos como la naturaleza, origen, sistemas, procesos de producción, tradiciones productivas y respaldo de las características específicas de cada producto que se coloca en el mercado.
Solo me resta desearles el mayor éxito en el desarrollo de esta conferencia. Espero que lo aprendido aquí, las recomendaciones que se generen y los acuerdos que se tomen sean muy bien aprovechados por ustedes en sus actividades diarias, para el fortalecimiento y crecimiento de nuestras economías.
Finalmente deseo agradecer el empeño y la colaboración que están prestando las autoridades y funcionarios del Ministerio de Salud, Agricultura y Ganadería, Comercio Exterior, las representaciones nacionales de FAO y OPS y sus Organismos Internacionales, el sector privado nacional y por supuesto la participación de todos ustedes, quienes son los conocedores de todo este material y al final de estos días, estará en sus manos el éxito de esta Conferencia.
En nombre del Gobierno de Costa Rica damos por inaugurada la Conferencia Regional FAO/OMS sobre Inocuidad de los Alimentos para las Américas y el Caribe, y bienvenidos a CostaRica.
A todos y todas, muchas gracias.