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EXTRACCIÓN DE AGUA EN ÁFRICA OCCIDENTAL

El FIDA ha financiado un estudio del Programa internacional de investigaciones tecnológicas sobre riego y avenamiento (IPTRID) -programa de varios donantes auspiciado por la FAO- sobre modos de mejorar la disponibilidad y la eficacia de tecnologías para elevar agua en África occidental.


Mujeres de Malí sacando agua de
un pozo

- IFAD/H. Wagner

Las tecnologías de elevación de agua comprenden todos los dispositivos para extraer agua, desde los cangilones tradicionales de bajo costo, pasando por las bombas manuales accionadas por pedal, hasta las complejas bombas diesel y eléctricas. El agua elevada con estos dispositivos se utiliza sobre todo para riego.

El FIDA pidió al IPTRID, que depende de la Dirección de Fomento de Tierras y Aguas de la FAO, que llevara a cabo un estudio preliminar de las tecnologías para elevar agua utilizadas en una muestra de países de África occidental. Los resultados del estudio permitirán al FIDA orientar con precisión las inversiones y las intervenciones sobre el terreno y mejorar el acceso de los agricultores con pocos recursos a tecnologías de riego asequibles.


Agricultores riegan campos de
arroz con agua de la presa de
Buswahili, en la República Unida
de Tanzanía

- IFAD/R. Grossman

El IPTRID estima que, en los países en desarrollo, el riego aumenta el rendimiento de casi todos los cultivos entre un 100 y un 400 por ciento. Estudios realizados en Kenya y Zimbabwe indican que, en las parcelas comprendidas entre 0,5 y 1 ha, el riego aporta entre el 25 y el 80 por ciento de los ingresos de los hogares, lo que permite a las familias hacer frente a los gastos de salud y educación e inyectar capital suplementario en las economías locales. Pero los efectos del riego van más allá de las familias de agricultores y sus comunidades. La FAO estima que la agricultura de regadío produce en la actualidad el 40 por ciento aproximadamente de los alimentos mundiales, y tendrá que producir el 60 por ciento de los alimentos suplementarios que se necesitarán para alimentar a una población mundial de unos 8 000 millones de personas para el año 2025. Se prevé que la mayor parte del aumento del suministro alimentario derivado de la agricultura de regadío procederá de los pequeños productores.

El proyecto de investigación empezó por examinar dispositivos para elevar el agua que ya existían y se utilizaban en Nigeria, Ghana, Malí, Senegal y Chad. La tarea siguiente consistió en idear medios prácticos para mejorar la eficacia en el aprovechamiento del agua, reducir los gastos de funcionamiento y aumentar en la mayor medida posible la aceptación social.

Las investigaciones y el acopio de información sobre el terreno fueron seguidos de una reunión de reflexión para examinar las diferentes tecnologías. También se propusieron indicadores para el seguimiento a largo plazo de su adopción por los agricultores con pocos recursos, así como sus efectos sobre la producción de alimentos, la reducción de la pobreza y el desarrollo rural. La tarea final del proyecto de investigación fue preparar una propuesta de donación para asistencia técnica a fin de seguir realizando ensayos de intervenciones y adaptaciones tecnológicas.

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