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COLABORACIÓN CON LA POBLACIÓN EN EL YEMEN

En abril de 1998 se inició un proyecto conjunto FAO/PMA para rehabilitar zonas degradadas en torno a las cuatro ciudades principales del Yemen. El Proyecto sobre ordenación de cuencas hidrográficas y reutilización de aguas residuales en zonas periurbanas del Yemen empezó a aplicarse en los suburbios de Sana, Dhamar, Aden y Hodeidah.

Rehabilitación de planes de riego en la República Unida de Tanzanía

Un Programa de alimentos por trabajo del PMA complementa un Programa de fomento participativo del riego del FIDA en la República Unida de Tanzanía. El PMA proporciona alimentos como pago por actividades de desarrollo tales como el desentarquinamiento, la nivelación de las parcelas agrícolas y la construcción de terraplenes y carreteras. Con el apoyo del PMA, se han rehabilitado siete sistemas de riego en los distritos de Dodoma y Manyoni, que se prevé que funcionarán para la campaña agrícola de 2001. Los sistemas rehabilitados beneficiarán a un total de 2 246 hogares agrícolas, cada uno de los cuales tiene como promedio menos de 0,5 ha, por un total de 1 765 ha, y ayudarán a los agricultores a producir como mínimo de 1 a 1,5 toneladas de arroz por hectárea.

La rápida urbanización y expansión de esas ciudades ha ejercido una enorme presión ambiental sobre las zonas que las rodean. El proyecto empezó a trabajar con la población local para mejorar la ordenación de las cuencas hidrográficas y utilizar las aguas residuales tratadas de las ciudades con objeto de rehabilitar recursos degradados de tierras y bosques.


Un vivero en el ámbito de un proyecto
en El Hodeida

- E.Sene

La participación comunitaria fue esencial para que los efectos del proyecto fueran sostenibles a largo plazo. Se utilizó un plan maestro para la ordenación de recursos comunitarios de tierras como instrumento para estructurar y facilitar la participación de la población local y asegurarse de que las mujeres desempeñaran una función activa. En total, intervinieron 8 600 personas, de las que más de 4 000 eran mujeres.

El plan maestro moviliza a la comunidad y ayuda a determinar las ventajas e inconvenientes, a diagnosticar problemas y establecer prioridades, a preparar y aprobar otros planes maestros, a preparar miniproyectos y a poner en práctica la ejecución, el seguimiento y la evaluación. Todas las fases de este proceso están a cargo de miembros de la comunidad y se realizan en función de las peticiones y prioridades de los beneficiarios. Este enfoque facilita el acceso de los grupos pobres a los recursos de tierra y agua y distribuye los beneficios derivados de las actividades que generan ingresos entre la población. En el Yemen, se establecieron también fondos comunitarios para pagar las obras de desarrollo comunitario.

Recuperación de tierras para el cultivo en Rwanda

El PMA está colaborando con el FIDA para abancalar laderas de colinas y recuperar terrenos pantanosos en las prefecturas de Gikongoro y Ruhengeri en Rwanda, logrando de ese modo que haya más tierras disponibles para el cultivo. A través de organizaciones comunitarias, el PMA proporciona apoyo en forma de alimentos por trabajo para dos proyectos de desarrollo agrícola iniciados por el FIDA.

Unas 170 000 personas se están beneficiando de los proyectos, entre ellas 35 000 mujeres. El valor estimado de las contribuciones del PMA y del FIDA es de 1 millón de dólares EE.UU.

Esta colaboración triangular entre la población yemení, la FAO y el PMA fue muy eficaz y el enfoque participativo, en particular, fue acogido de forma entusiasta por las comunidades interesadas. El PMA proporcionó alimentos por trabajo, promoviendo así la seguridad alimentaria y permitiendo a la población llevar a cabo las tareas preparatorias, antes de que comenzaran las actividades para generar ingresos. El número y la variedad de las actividades completadas son considerables.


El abancalamiento ayuda a los
agricultores a conservar la calidad
del suelo y evitar la erosión en las
tierras altas en diversas zonas
de Rwanda

- IFAD/R. Grossman

La población ha construido tres viveros, con capacidad para producir unos 600 000 plantones en total. Ha plantado unas 28 ha de tierra con plantones para diversos fines, entre ellos la creación de cortavientos y actividades agroforestales. Ha creado más de 5 km de canales de riego, de manera que los plantones puedan regarse periódicamente. Se han plantado unos 4 km de zonas verdes protectoras en torno a las aldeas y las ciudades para detener el avance de las dunas. Se han plantado más de 2,5 km de cortavientos alrededor de las explotaciones agropecuarias, lo que ha mejorado su producción.

Se han construido o reparado estanques de tratamiento de aguas residuales con una capacidad de 1 200 m3 para regar los plantones. Se han introducido prácticas sostenibles de apacentamiento y se han rehabilitado 15 ha de pastizales utilizando un sistema de captación de aguas que se renueva de forma natural.

Se realizaron actividades de evaluación de necesidades y establecimiento de prioridades específicas para las mujeres. Dado que las mujeres conceden la máxima importancia a la mejora de la seguridad alimentaria familiar, se han creado hasta ahora 40 huertos familiares, se ha establecido un centro hortícola mayor y se están construyendo otros seis.

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