Cuando acabó por fin la larga guerra civil en Tayikistán, Khavloeva Tojinisso y su familia regresaron a su hogar después de cinco años de dificultades en un campamento de refugiados en Afganistán. Sin embargo, su hogar no estaba tal como lo recordaban: el techo de su casa en la región de Bokhtar, en el sur de Tayikistán, había sido arrancado y en el interior los saqueadores se habían llevado todos los muebles.
Ayuda a familias de Tayikistán que - WFP/S.Manuel |
Tojinisso, de 44 años, y los ocho miembros de su familia recomenzaron su vida literalmente de cero. Construyeron con sus propias manos una vivienda improvisada de barro y madera en la que todavía viven. El marido de Tojinisso, que sufre de epilepsia y paludismo crónico, prácticamente no puede levantarse de la cama. Por eso Tojinisso tuvo que asegurarse su sustento y el de su familia. Afortunadamente, fue capaz de producir sus propios alimentos en una pequeña parcela que cultiva sin pagar arrendamiento en virtud de un acuerdo entre el PMA y el Gobierno. A cambio, entrega a éste una pequeña parte de su cosecha. Tojinisso, que actualmente cultiva 0,25 ha, recibió también ayuda alimentaria y semillas de trigo. Las semillas, junto con los fertilizantes y las herramientas agrícolas, son suministradas por la FAO. «Mis hijos y yo preparamos la tierra y sembramos el trigo», dice Tojinisso. «Esperamos tener una buena cosecha». Hasta que llegue, tiene 225 kg de harina de trigo del PMA para llegar hasta el final del verano.
Tojinisso es una de las muchas mujeres tayik que tienen que enfrentarse a las consecuencias de la desintegración de la Unión Soviética, la desaparición de los servicios sociales proporcionados por el Estado y una guerra civil de cinco años que diezmó el país. Aproximadamente el 85 por ciento de la población vive por debajo del umbral de pobreza. Para sobrevivir, muchos se han visto obligados a realizar prácticas ilegales como el tráfico de drogas (que lleva consigo graves penas de cárcel para quienes son detenidos) y la prostitución.
Aunque las mujeres tayik se han beneficiado de la legislación contra la discriminación recientemente promulgada, necesitan ayuda para recuperar la posición de que disfrutaban durante la época soviética, cuando tenían acceso en igualdad de condiciones a la educación y el empleo. Por fortuna, cuentan también con el apoyo de cientos de ONG locales.
Teniendo en cuenta los problemas económicos de Tayikistán, el PMA ha emprendido una gran variedad de proyectos destinados a ayudar a los más de 20 000 viudas, repatriados y jefes de hogar. Además del plan de explotaciones agrícolas, el PMA apoya programas de capacitación y generación de ingresos y planes de alimentación en las escuelas, y presta asistencia al sector sanitario. Incluso en lo que respecta a su propio personal, el PMA trata de ayudar más a las mujeres. En la provincia meridional de Khatlon, donde se desarrolla una gran parte de las actividades del PMA en el país, la mayoría de los supervisores de la ayuda alimentaria del PMA son mujeres.