J.F. Lacaze
J.F. LACAZE es Director del Centro de Investigación Forestal de Orleáns, Francia.
En el último decenio se han puesto en ejecución numerosos proyectos, a menudo basados en una colaboración internacional. Es menester poner de relieve a este respecto la excelente labor desempeñada por diferentes organismos, tales como el Grupo de Trabajo de la IUFRO sobre obtención de semillas para las especies norteamericanas, la FAO (Comité sobre la Coordinación de las Investigaciones Forestales Mediterráneas), el Commonwealth Forestry Institute, el Centro de Semillas Forestales FAO/Danés y el Centre technique forestier tropical (Francia).
De las numerosas especies que han sido objeto de ensayos de procedencias citaremos a manera de ejemplo:
· Especies que interesan la zona templada: Abies grandis, Picea abies, P. sitchensis, Pinus contorta, Pseudotsuga menziesii, Larix europaea y Populus trichocarpa.· Especies que interesan la zona del Mediterráneo: Pinus halepensis, P. brutia, Eucalyptus camaldulensis y E. dalrympleana;
· Especies que interesan la zona tropical y subtropical: Cedrela odorata, Eucalyptus alba, E. camaldulensis, E. deglupta, E. microtheca, E. tereticornis, E. urophylla, Pinus caribaea, P. kesiya, P. oocarpa, P. pseudostrobus, Tectona grandis, Terminalia ivorensis y T. superba.
En la mayoría de los casos, los experimentos se realizan en países donde las especies estudiadas son exóticas.
En los últimos decenios se observa en todo el mundo un movimiento enorme de traslado de material forestal reproductivo. Muchos países tratan de intensificar la producción forestal introduciendo especies o procedencias nuevas.
Paralelamente se observa el desarrollo de investigaciones que tienen por objeto dar a los reforestadores información objetiva sobre la elección del material de plantación.
Un esfuerzo semejante no se puede concebir sin una cooperación internacional activa. Se ha progresado algo, pero queda aún mucho por hacer en la materia.
No repetiremos definiciones de términos clásicos tales como «especies autóctonas» o «introducidas», «procedencias», etc., porque las consultas anteriores ya han aclarado el tema.
Nos limitaremos a recordar que, en la mayoría de los casos, los programas de selección de especies y procedencias persiguen un fin económico: mejorar cuantitativa y cualitativamente la producción forestal. Se podrían citar muchos ejemplos de resultados espectaculares, pero ha habido también fracasos, a veces en gran escala, debido a una experimentación básica deficiente.
Cabe también hacer alusión a los objetivos menos relacionados con la producción de madera, como cuando la selección de las especies o procedencias se hace con el fin de diversificar la flora forestal, por ejemplo, con fines protectores o para plantar bosques de recreo. Esto es algo que ocupa más y más la atención en muchos países.
Este es el primer nivel de selección en todo programa de mejora genética. Consiste en escoger material silvestre dentro del área de distribución natural de la especie o en bosques artificiales. El seleccionador aprovecha en esta etapa la variabilidad inter e intraespecífica.
En un principio esta selección puede parecer menos avanzada que la que se basa en la variabilidad individual, pero, en la mayoría de los casos, esta primera etapa es absolutamente indispensable. A continuación estudiaremos algunos puntos que parecen confirmar esta hipótesis.
La selección de especies y de procedencias suele ser un requisito previo absoluto en todo programa de selección individual. En efecto, se puede dudar de la eficacia de un programa de mejora genética basado en genitores escogidos en una población (especie, procedencia) que sea genéticamente inferior.
Por otra parte, es imposible determinar la mejor procedencia de la mejor especie para todos los sitios del mundo, pero podemos afirmar que para varias grandes zonas de reforestación, se ha podido identificar cierto número de poblaciones de varias especies forestales de indiscutible superioridad genética (por ejemplo, poblaciones de las especies: Pseudotsuga menziesii, Picea abies, Eucalyptus camaldulensis, Cupressus lusitanica, etc.).
A veces, el programa de selección de procedencias permite ir más adelante y estimar parámetros genéticos (y su variabilidad intraespecífica), tales como la heredabilidad o la correlación genética de los caracteres principales, lo que contribuye a facilitar la labor en las etapas posteriores de la mejora genética. Para alcanzar estos objetivos, es preciso que las procedencias estén representadas, dentro de las parcelas experimentales, por cierto número de descendientes, mantenidos aparte y rotulados.
Un programa de selección de especies y de procedencias bien concebido permite adquirir conocimientos fundamentales, por ejemplo, sobre:
· Exigencias de la especie.· Leyes de variación y, en particular, explicación de la variación genética debida a la presión de selección que ejercen las variaciones de los factores ambientales.
· Interacciones genotipo-ambiente.
· Evolución de la especie, efecto de la presión de selección, etc.
Las especies forestales (silvestres, perennes, áreas extensas) constituyen material excelente para hacer estudios genecológicos.
El traslado de las especies lleva a la creación de nuevas poblaciones gracias al efecto de la presión de selección en la zona donde se introducen. Es sabido que estas razas aclimatadas (Pseudotsuga menziesii en Europa, Cupressus lusitanica en Africa, etc.) son excelentes fuentes de semilla para una región.
Algunas veces es conveniente conservar y multiplicar estos «nuevos acervos genéticos».
Sin embargo, la experiencia suele demostrar que las procedencias introducidas no siempre son las mejores. Así, la semilla de las razas aclimatadas de teca en Africa occidental se revelan inferiores a ciertas procedencias de su área de distribución natural.
No hay duda de que el objeto principal de la selección de especies y de procedencias es aumentar de manera apreciable la producción de madera.
Seria demasiado largo enumerar todos los resultados positivos obtenidos, y la ganancia potencial de la utilización de nuevas procedencias es considerable; es muy posible aumentar al doble la producción por este medio. Sin embargo, queda aún mucho que hacer para conseguirlo.
Los ensayos en el terreno, es decir el establecimiento de parcelas experimentales replicadas en varios sitios, siguen siendo un medio de experimentación verdaderamente indispensable. Como estas parcelas experimentales que se establecen en medio a las áreas reforestadas permiten comparar la variación genética con la variación ecológica, cuanto mayor es el número de sitios, más útiles son los resultados de los ensayos.
Además de los ensayos en el terreno, se pueden aplicar técnicas nuevas, por ejemplo, aplicando criterios bioquímicos para el establecimiento de ensayos de variedades, o demostrando las leyes de la variación intraespecífica.
ENSAYOS SOBRE EL TERRENO EN EL SUDESTE ASIÁTICO - buscando la variación genética
Ultimamente se han obtenido buenos resultados al respecto analizando tanto los sistemas enzimáticos como los terpenos de especies tales como Pinus sylvestris, P. nigra, P. pinaster, y Picea abies.
Por muy atrayentes e interesantes que sean estos nuevos métodos, sería una imprudencia dejar de hacer ensayos en el terreno, porque, con los conocimientos de que se dispone a la fecha, estos ensayos son los únicos que permiten determinar las exigencias de las especies forestales, dada su longevidad y las fluctuaciones de las condiciones ambientales a través de los años que son características de muchos sitios.
Los criterios aplicados se refieren principalmente al crecimiento y a la forma de los árboles de las diferentes especies o procedencias ensayadas. Es indispensable aplicar además otros criterios y, sobre todo, hacer un estudio más detallado de la calidad de la madera, así como de todas las demás características que permitan explicar el comportamiento y la adaptación del material vegetal estudiado. Incluso se podrían hacer observaciones fenológicas y análisis de plagas u hongos parásitos.
No hay que limitarse a estudiar las diferencias entre procedencias y especies, sino tratar de explicarlas (leyes de la variabilidad) para poder reducir el número de parcelas en una etapa posterior y, sobre todo, el número de procedencias en las parcelas de campo comparadas.
Cabe observar que, como algunos de los proyectos más recientes abarcan un número muy grande de procedencias (hasta 1000), en los planes experimentales es necesario usar parcelas muy pequeñas (incluso algunas de un solo árbol). Como en el manejo y análisis de estos planes suelen presentarse dificultades muy pronto, conviene estudiarlas atentamente.
Por último, conviene señalar que el concepto de procedencia, hasta la fecha, se ha aplicado sobre todo a especies sociales, pero conviene abarcar también especies que crecen aisladas en medio de otras. Se trata de muchas especies tropicales y también de algunas de la zona templada que tienen gran valor.
A continuación se enumeran las etapas principales de la selección de especies y de procedencias.
Hasta los años sesenta una de las principales dificultades con que se tropezaba en la investigación era la imposibilidad de obtener material de reproducción (semillas, estacas) de bosques naturales o artificiales suficientemente analizados por muestreo. Durante mucho tiempo, estos estudios se realizaron empleando semillas de jardines botánicos, cuyo origen era desconocido a veces.
MUJERES ÁRABES CUIDANDO UN VIVERO EXPERIMENTAL DE SECANO - mejora genética según el ambiente
En los últimos 10 años se ha progresado muchísimo, sobre todo gracias a la cooperación internacional. En algunos casos, los organismos de investigación tienen que destinar una parte muy grande de sus recursos al establecimiento de ensayos de campo, en los que emplean un gran número de lotes de semillas ya recolectadas.
No obstante, se presentan dos nuevos requisitos:
· Los primeros resultados de los ensayos permiten identificar las buenas regiones de procedencia, y así nace el deseo de obtener semillas seleccionadas con un método más intensivo en esas zonas privilegiadas.· Algunos países desean utilizar un mayor número de especies, entre las que figuran latifoliadas tropicales de interés potencial, y otras que se prestan para zonas áridas y semiáridas. En cuanto a estas últimas, el objetivo perseguido no es siempre la producción de madera, sino la de forraje y también la protección (incluso contra el viento). El Cuadro de Expertos de la FAO en Recursos Genéticos Forestales acaba de hacer una nueva lista de especies.
Conviene cooperar en el análisis de las muchas parcelas experimentales internacionales ya establecidas o por establecer y coordinar todas las etapas, lo que supone:
· Establecer diseños experimentales, si no idénticos, por lo menos comparables entre si en las diversas zonas o países.· Elaborar y utilizar procedimientos idénticos de medición y observación. Sobre todo, conviene ocuparse de la metodología de la observación de las etapas fonológicas, de los daños causados por plagas y enfermedades y de la determinación de la calidad de la madera.
· Coordinar las fechas de las mediciones y observaciones.
· Utilizar medios modernos de elaboración de datos, por lo menos a nivel regional.
Es sabido que esta manera de proceder permite elevar mucho el rendimiento de los experimentos, que suelen ser muy caros.
Además de permitir comparar los resultados de cada experimento con todos los demás, este método sirve para estimar los efectos de la interacción entre el genotipo y el ambiente e identificar las poblaciones «plásticas», o sea, las que se adaptan a una vasta gama de situaciones ecológicas.
Gracias a la coordinación, países o regiones que tienen infraestructuras o medios de investigación limitados pueden utilizar los recursos disponibles y la experiencia adquirida en otros.
Hay ejemplos recientes que demuestran la eficacia de la ayuda que se pueda dar a través de la coordinación.
En efecto, se ha demostrado (proyectos de Picea sitchensis, Eucalyptus camaldulensis, pinos tropicales, etc.) que esto es posible si se cumplen algunas condiciones, dos de las cuales son indispensables probablemente:
· Hay que encontrar personas, o grupos de personas, capaces de poner en marcha un proyecto. En algunos casos, es relativamente difícil lograrlo y se hace necesario ir al país y conversar con los encargados del proyecto a nivel nacional.· El personal nacional que coopera en los proyectos tiene que aceptar un cierto grado de disciplina y cumplir las reglas del juego, de común acuerdo con quienes dirigen el proyecto.
Es tan grande la abundancia de material de consulta en esta rama de la investigación, que los organismos nacionales desprovistos de servicios de documentación especializados suelen tropezar con dificultades al seleccionar la información que necesitan.
Se podría reducir el tiempo necesario para obtener semillas aplicando nuevas técnicas de inducción de la duración con la colaboración internacional.
Conviene que cada proyecto internacional dé a conocer los resultados de sus experimentos.
En países donde se realizan muchos ensayos de especies y de procedencias y se hacen plantaciones de conservación, se recomienda que los especialistas hagan catálogos sencillos, dando a conocer la labor realizada y los resultados obtenidos, para intercambiarlos con sus colegas de otras partes.
Finalmente, a nivel mundial, una iniciativa interesante para la difusión de los resultados más notables es la publicación de la FAO Información sobre Recursos Genéticos Forestales.
Ya recalcamos la importancia de los aspectos prácticos de los programas de selección de especies y de procedencias, pero es preciso que el silvicultor pueda encontrar en el comercio material de reproducción, seleccionado mediante experimentación. A pesar de que se ha progresado últimamente (plan OCDE), la situación no es muy satisfactoria.
En efecto, como el sistema de recolección y control es de la competencia de cada país, las autoridades se preocupan sobre todo del abastecimiento interno y, si un cliente extranjero desea obtener semilla de determinada procedencia en cantidades comerciales, tropieza con dificultades. Por definición, el plan OCDE es estrictamente voluntario y no implica ninguna obligación.
Este problema se podría resolver, por lo menos en el futuro, estableciendo redes de plantaciones para la conservación de procedencias, por regiones, con los tres fines siguientes:
· Abastecer a las regiones de material de reproducción.
· Servir de fuente de selección de individuos para programas de mejora futuros.
· Conservar acervos genéticos.
Estas medidas se podrían tomar conjuntamente con las mencionadas en la sesión 1, «Prospección, utilización y conservación de recursos genéticos», siguiendo las recomendaciones del Cuadro de Expertos de la FAO en Recursos Genéticos Forestales.
El tiempo necesario para obtener semillas se podría reducir aplicando las nuevas: técnicas de inducción de la floración, para lo cual probablemente será necesaria la colaboración internacional.
En los últimos años, se ha progresado mucho en la selección de especies y procedencias, gracias a la cooperación internacional especialmente. Esto permitirá obtener mejores resultados en la deforestación, sobre todo desde el punto de vista económico. Es de esperar que estos programas de investigación se realicen y analicen abarcando el mayor número posible de países y suministrando el máximo de información forestal utilizable.