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3. IDENTIFICACIÓN DEL PELIGRO


Los microorganismos o las toxinas microbianas motivo de preocupación en relación con los preparados en polvo para lactantes y el valor demostrativo de una relación causal entre su presencia en los preparados en polvo y la enfermedad en los lactantes se clasifican como sigue:

3.1 MICROORGANISMOS DE CATEGORÍA ¨A¨ - PRUEBAS CLARAS DE CAUSALIDAD

Enterobacter sakazakii y Salmonella enterica pertenecen a la categoría ¨A¨ porque ambos son causa bien conocida de enfermedades en los lactantes (por ejemplo, infecciones sistémicas, enterocolitis necrotizante [NEC] y diarrea grave) y se han encontrado en preparaciones en polvo para lactantes. Se ha demostrado de manera convincente que los preparados en polvo contaminados son, tanto desde el punto de vista epidemiológico como microbiológico, el vehículo y la fuente de infecciones en los lactantes.

Es más probable detectar la presencia de E. sakazakii en los preparados en polvo para lactantes (y su asociación con la enfermedad) que la de otras enterobacteriáceas u otras especies de Enterobacter, debido a la escasez de otros vehículos o modos de transmisión para E. sakazakii en este grupo de edad y porque lo facilita el uso de técnicas de detección mediante identificación molecular. En otras palabras, los preparados en polvo para lactantes tal vez transmitan en realidad con mayor frecuencia infecciones por enterobacteriáceas que por E. sakazakii, pero las primeras son más difíciles de detectar. Aunque hay algunas diferencias claras en la ecología microbiana de S. enterica y E. sakazakii, es probable que muchas de las estrategias de reducción del riesgo orientadas a la lucha contra E. sakazakii sirvan también para combatir otras enterobacteriáceas, en particular otras especies de Enterobacter.

3.2 MICROORGANISMOS DE CATEGORÍA ¨B¨ - CAUSALIDAD ADMISIBLE, PERO TODAVÍA NO DEMOSTRADA

Otras enterobacteriáceas pertenecen a la categoría ¨B¨ porque son causa bien conocida de enfermedades en los lactantes (por ejemplo, infecciones sistémicas, NEC y diarrea grave) y se han encontrado en preparados en polvo para lactantes, pero no se ha demostrado de manera convincente que los preparados contaminados sean, desde un punto de vista epidemiológico o microbiológico, el vehículo y la fuente de la infección. Estos microorganismos son, por ejemplo, Pantoea agglomerans y Escherichia vulneris (ambos conocidos antes como Enterobacter agglomerans), Hafnia alvei, Klebsiella pneumoniae, Citrobacter koseri, C. freundii, Klebsiella oxytoca y Enterobacter cloacae.

Estos microorganismos tienen cada vez más importancia como patógenos neonatales y, siendo enterobacteriáceas (cuya presencia en concentraciones bajas en los preparados en polvo para lactantes es conocida) son posibles patógenos que se podrían transmitir mediante los preparados. Por ejemplo, se ha atribuido a los preparados para lactantes la función de vehículo de la infección en un brote de C. freundii (Thurm y Gericke, 1994). Sin embargo, en este caso no se demostró cómo se habían contaminado los alimentos.

3.3 MICROORGANISMOS DE LA CATEGORÍA ¨C¨ - CAUSALIDAD MENOS ADMISIBLE O TODAVÍA NO DEMOSTRADA

Otros microorganismos pertenecen a la categoría ¨C¨ bien porque, a pesar de que causan enfermedades en los lactantes (por ejemplo, infecciones sistémicas, NEC y diarrea grave), no se han encontrado en los preparados en polvo, o bien, aunque se hayan identificado en ellos, no se ha demostrado que sean la causa de tal enfermedad. Estos microorganismos son Bacillus cereus, Clostridium difficile, C. perfringens, C. botulinum, Staphylococcus aureus y Listeria monocytogenes.

Bacillus cereus, bacilo gram-positivo formador de esporas que normalmente se encuentra en el medio ambiente, es un enteropatógeno bien conocido. Se ha aislado B. cereus enterotoxígeno en preparados a base de leche reconstituidos (Rowan y Anderson, 1998). Aunque en Chile se ha notificado una fuente común confirmada de un brote asociado con preparados para lactantes (Cohen et al., 1984), no se proporcionaron pruebas de contaminación intrínseca de los productos por B. cereus. Así pues, no se demostró una asociación causal entre los preparados en polvo para lactantes y la infección por B. cereus.

Clostridium difficile es un colonizador frecuente de los recién nacidos, normalmente sin manifestaciones clínicas. En un estudio, inducido por el hallazgo de heces positivas para C. difficile en dos lactantes fallecidos a causa del síndrome de muerte súbita del lactante, se observó en recién nacidos alimentados con preparados una colonización significativamente mayor que en los amamantados (Cooperstock et al., 1982). Sin embargo, no se estableció una vinculación directa con los preparados en polvo para lactantes.


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