Jamaica es un pequeño productor y exportador de una variedad limitada de productos agropecuarios en el hemisferio y en el plano internacional. Sin embargo, el sector agropecuario contribuye de manera importante a la economía en lo que se refiere a empleo, ingresos en divisas, seguridad alimentaria, desarrollo rural y cohesión social, además de tener importantes vinculaciones con el sector de servicios, por ejemplo con el turismo y los transportes. El sector contribuye con alrededor del 8 por ciento al PIB, pero este porcentaje se duplica (16 por ciento) si se incluye la elaboración de alimentos, las bebidas y el tabaco. Las exportaciones de los productos agrícolas primarios representaron alrededor del 16 por ciento del total de las exportaciones en 1996 y las de los productos agrícolas elaborados otro 14 por ciento.
El sector mantiene a un número estimado de 150 000 familias rurales y es la segunda fuente de empleo de mano de obra más importante del país. En 1997, alrededor del 22 por ciento de la mano de obra trabajaba en la agricultura y casi el 50 por ciento de la población vivía en zonas rurales. Se reconoce que la productividad de la mano de obra es baja y que necesita potenciarse mediante el empleo de tecnologías mejoradas.
Uno de los muchos problemas a que hace frente el sector es reducir los costos de producción y mantener las normas de calidad para poder competir eficazmente en el mercado mundial. Durante muchos años, el sector estuvo dominado por la producción de una variedad reducida de productos, principalmente azúcar, bananos, café, cítricos, cacao y pimienta. En los últimos años, la producción y exportación de cultivos no tradicionales, como hortalizas, tubérculos, frutas, horticultura ornamental y pescados, ha aumentado considerablemente. Además, se está atribuyendo importancia al aumento de la producción de leche, productos lácteos, corderos y aves de corral.
Jamaica es un importador neto de productos agropecuarios, principalmente de productos alimentarios básicos. En 1996, las importaciones agropecuarias superaron de casi un tercio a las exportaciones. El país hace frente a muchas dificultades características de las pequeñas economías abiertas con un sector agrícola débil y vulnerable y un gran número de pequeños agricultores. Jamaica ha adoptado un régimen comercial liberal como política, pero no debe dejar de tener en cuenta las contribuciones del sector agrícola al empleo y la estabilidad social, no sólo en las zonas rurales sino también en las urbanas, y por tanto ha de garantizar que la liberalización del comercio no perjudique la situación social y económica de la población.
Cuando terminó la Ronda Uruguay, Jamaica ya había emprendido una serie de reformas económicas estructurales semejantes a las previstas en el Acuerdo sobre la Agricultura. Entre las principales reformas figuraban la eliminación de todas las restricciones cuantitativas de las importaciones; la eliminación de la utilización de precios de referencia como política; la arancelización de los obstáculos no arancelarios de modo tal que ningún arancel superara el 100 por ciento; la reducción de derechos, de 200 por ciento a 40 por ciento en muchos casos; y un programa de reducción arancelaria durante un período de 3 a 7 años con arreglo al Arancel Externo Común de la Comunidad y el Mercado Común del Caribe (CARICOM).
En la Ronda Uruguay, Jamaica consolidó todos los aranceles agrícolas al tipo máximo de 100 por ciento. Otros derechos o gravámenes se consolidaron en 15 por ciento para todos los productos agrícolas, con excepción de 52 líneas arancelarias y tres capítulos del SA (consolidados en 80 por ciento), y de otras tres líneas arancelarias consolidadas en 200 por ciento (Cuadro 1). La selección de algunos productos para tipos consolidados más elevados en la aplicación de otros derechos o gravámenes es interesante en cuanto revela la "sensibilidad" de los productos. Por ejemplo, casi todas las hortalizas son objeto de tipos consolidados más elevados. Del mismo modo, aunque se incluye solamente una fruta (uva) en la categoría consolidada elevada, hay nueve productos elaborados de frutas en este grupo.
En el pasado, Jamaica tuvo problemas particulares para hacer frente a los bruscos aumentos de las importaciones de productos cárnicos, lo que se refleja en los elevados niveles de consolidación aplicados a nueve productos cárnicos. También algunos productos del azúcar pertenecen a la categoría sensible, sobre todo los tipos de azúcar distintos del azúcar en bruto.
Cuadro 1: Consolidaciones arancelarias de Jamaica en la OMC relativas a los productos agropecuarios
Producto |
Derecho de aduana consolidado (porcentaje) |
|||
Todos los productos agropecuarios, con las siguientes excepciones: 52 líneas arancelarias 1 Carne - SA 02 (9) Productos lácteos - SA 04 (2) Hortalizas - SA 07 (16) Frutas - SA 08 (1) Cereales - SA 10 (1) Preparaciones de cereales - SA 11 (2) Semillas oleaginosas - SA 12 (8) Preparaciones de carne - SA 16 (1) Frutas elaboradas - SA 20 (9) Productos industriales - SA 23 (3) 3 Capítulos SA Capítulo SA 15(aceites veg.) Capítulo SA 22 (licores) Capítulo SA 24 (tabaco) Azúcar Azúcar distinto del azúcar en crudo (1701.9); Azúcar que contiene aromatizantes o sustancias colorantes (1701.91); y azúcar en polvo (1701.991) |
100 100 100 100 |
15 80 80 200 |
1 Las cifras entre paréntesis representan el número de líneas arancelarias.
Fuente: Lista de aranceles de Jamaica en la OMC.
Para todos los efectos prácticos, las consolidaciones de la OMC de los "aranceles de aduanas básicos" (los tipos de 100 por ciento) tienen poca importancia para los tipos aplicados, dada la adopción del Arancel Externo Común de la CARICOM, que entró en vigor en 1991. En virtud del Arancel Externo Común, las importaciones de productos agropecuarios procedentes de los países de la CARICOM están exentas de derechos de aduanas, mientras que a las procedentes de otros países se les aplican aranceles de hasta 40 por ciento. También hay listas de productos sujetos a excepciones del Arancel Externo Común en el ámbito nacional.
Como consecuencia de la serie de reformas unilaterales emprendidas desde 1986 y de la participación en la CARICOM, no subsisten muchas restricciones al comercio; además, los tipos aplicados han disminuido considerablemente. Por lo general, los aranceles se clasifican con arreglo a criterios tales como tipos de bienes (por ejemplo, insumos primarios, bienes de consumo), utilización (por ejemplo, si son materias primas o no), y si compiten o no compiten con la producción nacional. Los aranceles aplicados también reflejan esta estructura. Alrededor de 55 líneas arancelarias de productos agrícolas están clasificadas como bienes que influyen en el "costo de vida" con aranceles bajos; de éstos, 18 están exentos de derechos de aduanas, entre ellos el trigo y algunos cereales y varios productos alimentarios para niños; otros 15 son objeto de un derecho de 5 por ciento y el resto de un arancel de 10 por ciento.
A diferencia de estos productos que influyen en el costo de vida, hay muchos otros a los que se les aplican "derechos de timbre adicionales", además de los aranceles normales. Dado que los derechos adicionales se imponen sobre el valor CIF más el arancel, el total de los tipos arancelarios aplicados a estos productos supera los tipos del Arancel Externo Común y puede alcanzar hasta el 90 por ciento.2
Debido en gran parte a los derechos de timbre adicionales, hay una amplia dispersión de aranceles aplicados (por ejemplo, el derecho global). De los 24 capítulos del SA en agricultura, el promedio aritmético de los aranceles aplicados superaba el promedio general de 20 por ciento (para todos los productos agrícolas) en 10 capítulos, era inferior al promedio en otros diez y se acercaba al nivel medio en los cuatro restantes.3 El arancel medio aplicado más elevado (35,2 por ciento) correspondía a la fruta (capítulo 8 del SA), con una cresta arancelaria de 40 por ciento. A las hortalizas y plantas también se les aplicaban aranceles relativamente elevados (26,5 por ciento y 26,7 por ciento, respectivamente), así como al azúcar y los artículos de confitería (26,5 por ciento por término medio, con una cresta de 40 por ciento). En el extremo opuesto, los cereales eran objeto de un arancel de 14,3 por ciento, mientras que las importaciones de productos de origen animal y materiales de siembra vegetales estaban exentos de derechos de aduanas.
Aunque en general Jamaica no parece haber tenido dificultad alguna para "convivir con" sus compromisos de la OMC relativos al acceso a los mercados, la experiencia en términos de ajuste de aranceles para tener en cuenta los factores internos y externos no siempre se ha realizado sin tropiezos, en especial en el caso de los productos nacionales que compiten con las importaciones. Como ejemplo se puede citar el de la carne de aves de corral, cuyas importaciones a menudo aumentaron vertiginosamente en el decenio anterior, a expensas del sector de aves de corral nacional. La industria ha hecho varios llamamientos para la adopción de medidas antidumping. En respuesta, se establecieron precios de referencia para las importaciones con fines de valoración en aduana - en 1993-94, los aranceles a los cuarto de pierna se impusieron basándose en el precio medio CIF de 0,52 dólares EE.UU. por libra. Se encontraron dificultades semejantes para regular la importación del azúcar, cuando en 1995 los precios de referencias para las importaciones se tuvieron que fijar, basándose en el promedio móvil de cinco años de los precios del mercado mundial, en alrededor de 0,20 dólares EE.UU. por libra, y en un nivel ligeramente superior en los años posteriores.
También se han producido contratiempos con las importaciones de carne vacuna: en 1998 la Asociación de productores de carne vacuna de Jamaica protestó porque, no obstante el arancel de 40 por ciento que se les aplicaba, las importaciones de carne molida para las hamburguesas de McDonald perjudicaban la producción local. Los productores denunciaron que las exportaciones de carne vacuna eran objeto de subvención y pidieron la aplicación de derechos más elevados. Los aranceles más elevados aplicados a la fruta y las hortalizas, que variaban de 86 a 90 por ciento, se estimaron a veces insuficientes para detener las importaciones en su conjunto, aunque limitaron las cantidades que entraban. Jamaica también tuvo dificultades para racionalizar los aranceles aplicados a las semillas oleaginosas y sus productos derivados debido a la incompatibilidad de objetivos; por ejemplo, establecer una industria de extracción de aceite de soja y mantener bajo el precio del aceite.
Estos ejemplos, bastante frecuentes en muchos países en desarrollo, ilustran la índole de los problemas prácticos con que se tropieza al hacer frente al nuevo entorno comercial. Tales dificultades tienen sus causas tanto en factores internos como externos, por ejemplo, la falta de competitividad de las importaciones cuando las fronteras se abren repentinamente, las esperanzas de que a la postre el sector se vuelva competitivo gracias a la adopción de alguna que otra medida de protección y de apoyo (el argumento de la industria naciente), las dificultades para descubrir e impedir la subfacturación de las importaciones, las dificultades para aplicar las salvaguardias generales de la OMC, y la creencia de que las exportaciones son objeto de subvenciones y dumping.
Cuando el Acuerdo sobre la OMC entró en vigor, Jamaica había emprendido varias reformas estructurales que habían eliminado o reducido al mínimo los tipos de medidas de ayuda interna con efectos de distorsión del comercio examinados en el Acuerdo sobre la Agricultura. Estas medidas consistían en la supresión de la mayoría de las subvenciones mediante créditos de la agricultura; la supresión de otras formas de subvenciones y controles anteriormente asociados con la regulación por parte de las Juntas de comercialización de productos; la eliminación de las subvenciones alimentarias; y la venta de tierras y empresas públicas.
En la Ronda Uruguay, Jamaica no presentó compromisos detallados en materia de medidas de ayuda interna, alegando fundamentalmente que tales medidas pertenecían a las categorías exentas y/o entraban en los niveles de minimis en el caso de las medidas de ayuda que distorsionan el comercio. Las notificaciones a la OMC de los últimos años facilitan información sobre las medidas del compartimento verde, que muestran que los desembolsos totales han totalizado alrededor de 8 millones por año, aproximadamente (Cuadro 2). Esta cifra es bastante pequeña en comparación con un PIB agropecuario de alrededor de 480 millones de dólares EE.UU.
Cuadro 2: Desembolsos con cargo a las medidas del compartimento verde (en millones de dólares EE.UU.)
Tipo de medida |
Medida específica |
Desembolso total | |||
1996/97 |
1997/98 |
1998/99 | |||
Servicios generales |
Investigación y desarrollo relacionados con algunos productos: investigación y mejora ganaderas, investigación de cultivos y protección de plantas |
1,6 |
2,0 |
2,3 | |
Servicios de extensión y asesoramiento: principalmente a los agricultores rurales |
5,5 |
6,0 |
5,8 |
No se dispone de otros estudios, ya sean oficiales o de otras fuentes, que hayan medido el alcance total de la ayuda en favor de los productores. Esta carencia hace difícil examinar la situación de Jamaica con respecto a las normas generales del Acuerdo sobre la Agricultura y sus propios compromisos. Tal vez, como consecuencia de la limitada información facilitada en estas notificaciones, en el Comité de Agricultura de la OMC no se ha debatido acerca de las medidas de ayuda de Jamaica. Por consiguiente, a continuación se examinarán algunas cuestiones de esta esfera de carácter más general basadas en otras fuentes.
Con respecto a las medidas de distorsión del comercio (las medidas del compartimento ámbar), los países en desarrollo están autorizando a conceder subvenciones a los agricultores de hasta el 10 por ciento del valor de la producción de un cultivo particular y hasta el 10 por ciento del total del valor de la producción agropecuaria en su conjunto en el caso de medidas de la ayuda no referida a productos específicos, por ejemplo fertilizantes. Los cálculos para otros países muestran que las sumas implicadas son en general mayores, lo que indica un margen considerable para las subvenciones. En el caso de Jamaica, por ejemplo, el límite para las subvenciones a los productores de bananos será elevado debido a que el valor de la producción de bananos es muy alto, pero puede que éste no sea el caso del cacao. Para el Gobierno, el cálculo de estos niveles de umbrales debería ser una esfera prioritaria de análisis a fin de poder evaluar si las disciplinas del Acuerdo sobre la Agricultura limitarán en cualquier sentido la aplicación de las medidas de ayuda, en el caso que fueran necesarias. Lo mismo vale para las medidas de la ayuda no referida a productos específicos.
En el caso que estas limitaciones resultasen vinculantes, Jamaica todavía puede traspasar una cantidad considerable de subvenciones concedidas a productos no específicos a la categoría del trato especial y diferenciado, en la medida en que éstas se dirigen a agricultores de bajos ingresos y escasos recursos. Como en el caso anterior, el primer paso importante consiste en calcular todas estas medidas de ayuda, clasificarlas en los diferentes "compartimentos" y notificar a la OMC, con lo que se evitará preguntas innecesarias en el Comité de Agricultura.
En general, el cumplimiento de las normas del Acuerdo sobre la Agricultura (y de los propios compromisos contraídos por Jamaica) en materia de medidas de ayuda interna no ha representado ningún problema hasta el momento. Por tanto, las observaciones formuladas se aplican principalmente al futuro, más que a los últimos cinco años.
Algunos observadores expresaron reservas con respecto a si algunos de los programas de desarrollo agropecuario en curso implican la subvención de los agricultores en una medida que infrinja los compromisos contraídos por Jamaica. Sin embargo, esto parece muy improbable. Por ejemplo, uno de los componentes del programa de ayuda al banano implica la concesión de subvenciones de intereses (los demás corresponden al compartimento verde), pero es poco probable que la cantidad concedida sea superior a una fracción del valor total de la producción de bananos de Jamaica. Del mismo modo, es muy difícil que algunos de los actuales mecanismos en virtud de los cuales se fijan los precios al productor supongan subvenciones. Por ejemplo, los precios al productor de los bananos se determinan sobre la base de los precios de exportación, por lo que los precios en la finca pueden aumentar considerablemente en un determinado año, pero como no hay transferencia del Gobierno, no se infringen las normas del Acuerdo sobre la Agricultura.
En la Ronda Uruguay, Jamaica no notificó ninguna subvención de productos agropecuarios objeto de exportación. Por consiguiente, no tiene compromisos para reducir las subvenciones de las exportaciones ni la posibilidad de conceder tales subvenciones en el futuro. Para todos los efectos prácticos, la cuestión carece casi de importancia, porque Jamaica no puede sufragar esta práctica ni tendría interés en hacerlo. En el marco del Acuerdo sobre la Agricultura nada impide otorgar subvenciones para reducir los costos de la comercialización interna y el flete internacional, y Jamaica, de ser necesario, podría recurrir a esta medida en una escala limitada para algunos productos.
Al igual que muchos otros países, el Gobierno aplica algunas de las medidas enumeradas en el Acuerdo sobre Subvenciones y Medidas Compensatorias con la finalidad de promover las exportaciones. La cantidad total implicada es reducida y no se sabe muy bien si estos planes son compatibles con las normas relativas a la concesión de subvenciones del Acuerdo sobre la Agricultura.
Contingentes arancelarios
Al haber ofrecido aranceles consolidados máximos, Jamaica no tuvo que abrir contingentes arancelarios como parte de los compromisos de acceso mínimo a los mercados, por lo que carece de experiencia en administrarlos. Por otro lado, se beneficia de los contingentes arancelarios abiertos por otros, sobre todo para el azúcar y los bananos. Por lo menos en estos dos casos, Jamaica tienen sus contingentes reservados y no ha tenido experiencias negativas, aunque no siempre ha podido utilizarlos plenamente debido a sus propios problemas de oferta. En lo que se refiere a otros productos, no se dispone de información para examinar la experiencia en lo que concierne a los contingentes arancelarios globales, es decir para determinar si podía o no tener acceso a los contingentes globales en competencia con otros miembros de la OMC. Cotejar y examinar esta experiencia debería ser parte de la preparación para nuevas negociaciones.
Jamaica no puede recurrir a la disposición de salvaguardia especial del Acuerdo sobre la Agricultura porque no emprendió la arancelización. La impresión más o menos general es que la Ronda Uruguay fue injusta al no conceder tales salvaguardias a países como Jamaica que, poco tiempo antes, había de hecho "arancelizado" todas las barreras no arancelarias en el marco de reformas emprendidas unilateralmente.
Con respecto a las salvaguardias generales de la OMC, Jamaica nunca ha tenido que recurrir a medidas antidumping y compensatorias. Se iniciaron algunas investigaciones sobre productos agropecuarios, concretamente sobre los productos lácteos y el arroz. La investigación sobre productos lácteos, emprendida por el aumento vertiginoso de las importaciones de leche en polvo que perjudicó a la industria lechera nacional, culminó en la recomendación de imponer un derecho antidumping (de 136 por ciento) a la leche en polvo, pero este derecho no llegó a imponerse nunca porque se consideró que la legislación que regía tales procedimientos no era compatible con las normas antidumping de la OMC. La investigación sobre las importaciones de arroz se hallaba en curso en el momento en que se escribía el presente estudio. Por lo que se refiere a la salvaguardia urgente prevista en el artículo XIX, ésta nunca se ha utilizado.
La enseñanza dejada por esta experiencia fue que los procedimientos eran complejos y costosos de seguir. Además, las pequeñas economías se hallan en una situación desventajosa cuando recurren a medidas de recurso comercial contra las grandes economías, que son la fuente principal de dumping y subvenciones de las exportaciones, pues dependen de éstas para el acceso preferencial a los mercados. Jamaica ha afrontado y sigue afrontando este dilema. Las medidas compensatorias son una respuesta a la subvención de las exportaciones por parte de otros países, por tanto la eliminación de esta práctica eliminará también la necesidad de recurrir a tales medidas.
Por este motivo, y en aras de la lealtad en los acuerdos comerciales, se debe permitir que los países pequeños como Jamaica utilicen los instrumentos que se ajusten a su realidad, en este caso las salvaguardias especiales del Acuerdo sobre la Agricultura. Su empleo también puede justificarse en términos de la vulnerabilidad particular del sector y de las personas que dependen de él. Tener acceso a instrumentos sencillos como las salvaguardias especiales es uno de los puntos incluidos en el programa de Jamaica para las nuevas negociaciones en la OMC, al menos para una pequeña gama de productos agrícolas sensibles.
La imposición de derechos de timbre adicionales fue una respuesta al problema del aumento vertiginoso de las importaciones y los bajos precios de importación de los alimentos básicos. Un estudio sobre este asunto reconoció tales problemas pero recomendó que sería más eficaz reemplazar los derechos de timbre con un sistema de derechos variables basado en los precios de referencia de las importaciones. 4 Dados las denuncias anteriores de dumping, también recomendó utilizar los precios internos al por mayor de los Estados Unidos como precios de referencia. En el caso de la leche en polvo, la recomendación consistió en utilizar como precios de referencia los precios de exportación de Nueva Zelandia (más los costos de transporte) a fin de tener en cuenta la posible subvención de las exportaciones por los Estados Unidos y la Unión Europea. En todo caso, se aplicarán derechos más elevados, además del 40 por ciento del Arancel Externo Común, en el caso en que los precios de importación disminuyan situándose por debajo de los precios de referencia. Al mismo tiempo, se deben elaborar medidas internas para poner a estos sectores en condiciones de competir.
En comparación con muchos otros países en desarrollo, Jamaica ha realizado adelantos considerables en lo que se refiere al fortalecimiento de las posibilidades de utilizar las salvaguardias generales de la OMC. Recientemente se ha promulgado una legislación a este respecto y se han establecido los acuerdos institucionales necesarios para facilitar la aplicación de medidas antidumping y compensatorias, al mismo tiempo que se están realizando esfuerzos semejantes para las salvaguardias especiales.
Decisión Ministerial de Marrakesh
En el contexto de esta Decisión, Jamaica está clasificado como un país en desarrollo importador neto de productos alimenticios. Por otro lado, el volumen de ayuda alimentaria recibido ha disminuido, pasando de 65 por ciento del total de las importaciones de cereales en 1985-87 a 45 por ciento en 1990-94 y 6 por ciento en 1995-98, aunque también el costo total de las importaciones de alimentos han aumentado considerablemente.
Acuerdos MSF y OTC
Jamaica reconoce la importancia del Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF) de la OMC, tanto para las exportaciones como para las importaciones de productos agropecuarios. Pero a semejanza de muchos otros países en desarrollo, sus normas, leyes e instituciones sanitarias y fitosanitarias deben modernizarse para cumplir con los requisitos del Acuerdo. Se ha adquirido algunas experiencias con los Acuerdos MSF y OTC. Entre algunos de los principales productos que han resultado afectados por las nuevas reglamentaciones figuran las exportaciones de pescado y caracoles marinos a la Unión Europea, además de las exportaciones de queso, mientras que las exportaciones de pollo a los Estados Unidos se prohibieron totalmente. Por lo que se refiere a las importaciones, Jamaica ha intensificado la observancia de las leyes nacionales sobre la inocuidad de los alimentos en lo que concierne a la carne, los productos cárnicos y las aves de corral.
El Gobierno ha adoptado varias medidas como parte de una estrategia más amplia para mejorar las reglamentaciones de las exportaciones relacionadas con las medidas sanitarias y fitosanitarias. Estas iniciativas consisten:
Hubiera sido conveniente contar con una mayor asistencia técnica por parte de la comunidad internacional para la aplicación de estas y otras medidas, sobre todo para la mejora de la legislación, el desarrollo de los recursos humanos, el suministro de equipo para los laboratorios, y la reorganización y el fortalecimiento institucionales. Sin embargo, el historial de asistencia a este respecto ha sido deficiente.
Solución de diferencias
En virtud de su papel de tercero en la diferencia entre la Unión Europea y los Estados Unidos sobre los bananos, Jamaica pudo observar de cerca el modo en que funciona el mecanismo de solución de diferencias de la OMC. Al tiempo que reconoció el valor del sistema, pudo descubrir varias deficiencias desde la perspectiva de un país en desarrollo, a saber:
Los productos alimentarios representan un porcentaje elevado de las importaciones agropecuarias (82 por ciento en 1995-98), así como de las exportaciones (71 por ciento). En 1995-98, Jamaica tenía un déficit en el comercio de productos alimentarios de 107 millones de dólares EE.UU., pero un excedente en artículos no alimentarios de 17 millones de dólares EE.UU., lo que arroja un déficit total de 90 millones de dólares EE.UU. para todos los productos agropecuarios. El azúcar, los bananos, el ron, el café y el cacao son los principales productos de exportación, mientras que los cereales, los aceites vegetales, la carne y los productos lácteos constituyen las principales importaciones.
La Figura 1 muestra la evolución del comercio de productos agropecuarios durante 1985-98 y la tendencia hasta 1994, extrapolada a 1998. Las importaciones totales aumentaron rápidamente durante 1985-94, a la tasa lineal de 10 millones de dólares por año. En lo que se refiere al período posterior a 1994, tales importaciones aumentaron considerablemente (36 por ciento) en 1995, y siguieron incrementándose en los años sucesivos, a razón de 3-12 por ciento. Como consecuencia, el valor medio de las importaciones en 1995-98 fue 50 por ciento mayor que el de 1990-94 y 26 por ciento mayor que el valor de la tendencia extrapolada, a pesar del hecho de que la tendencia era acusadamente positiva (Cuadro 3).
Cuadro 3. Comercio agropecuario en 1990-94 y 1995-98 (valor medio anual, en millones de dólares EE.UU., y variación porcentual)
Período |
Importaciones |
Exportaciones |
Importaciones netas | ||
Real (a) de 1990-94 Real (b)1995-98 extrapolado (c)11995-98 (b) - (a) 2 (b) - (c) 2 |
258 389 309 130 (50%) 80 (26%) |
242 299 294 57 (24%) 5 (2%) |
17 90 15 73 (436%) 75 (514%) | ||
1 Valor extrapolado basado en la tendencia de 1985-94. 2 Los números entre paréntesis representan las variaciones porcentuales con respecto a (a) y (c), respectivamente. Fuente: Cálculo basado en los datos de FAOSTAT. El sector agropecuario no incluye los productos pesqueros y forestales. |
Las exportaciones agropecuarias totales también aumentaron acusadamente en 1985-94, a la tasa lineal de 12 millones de dólares EE.UU. por año. En 1995, aumentaron de 19 por ciento y, tras pequeños incrementos en 1996 y 1997, disminuyeron en 1998. Como consecuencia, el valor medio de las exportaciones en 1995-98, con 299 millones de dólares EE.UU., no fue sino 24 por ciento superior a la media de 1990-94 y aproximadamente igual al valor extrapolado, es decir no hubo variación desde la perspectiva de la tendencia de diez años. Si se combinan estas experiencias individuales, se tiene que el resultado total en términos de comercio neto de productos agropecuarios fue ligeramente negativo para Jamaica. Las importaciones netas de productos agropecuarios en 1995-98 fueron cinco veces superiores tanto al nivel de 1990-94 como al valor de la tendencia extrapolada. En otras palabras, en el período 1995-98, la situación también empeoró en relación con la tendencia.
Figura 1: Comercio agropecuario, 1985-98 (en millones de dólares EE.UU., las líneas gruesas representan los valores reales; las finas, las tendencias para 1985-94 extrapoladas a 1998)
Fuente: FAOSTAT
En la parte restante de la presente sección se examinan la evolución del comercio de algunos importantes productos agrícolas (Cuadro 4).
Jamaica exporta la mayor parte de su azúcar a los mercados de la Unión Europea y los Estados Unidos, con arreglo a planes de contingentes preferenciales a precios de exportación más elevados que los precios de los mercados mundiales. La Unión Europea absorbe el 70-80 por ciento de todas las exportaciones de azúcar dentro de un contingente anual ordinario de 126 000 toneladas, más un contingente suplementario de 30 000 toneladas. En los últimos tiempos, el contingente ordinario no ha dejado de utilizarse plenamente en ningún año, mientras que a menudo no ha sucedido lo mismo con el otro contingente (dos tercios en 1995, un cuarto en 1997, pero 100 por ciento en 1996). Así, teniendo en cuenta además algunas exportaciones a mercados libres, los volúmenes de exportación pueden oscilar de un año a otro. La experiencia posterior a 1994 fue positiva: el volumen medio de exportaciones en 1995-98 fue 16 por ciento superior al de 1990-94, con un resultado semejante en lo que se refiere a los ingresos de exportación. Desde el punto de vista de la tendencia de 10 años (1985-94), la experiencia ha sido ambigua: mientras los volúmenes aumentaron en 22 por ciento, los precios de exportación disminuyeron y los ingresos de exportación aumentaron muy poco.
Al igual que el azúcar, los bananos se exportan casi exclusivamente a la UE (principalmente al Reino Unido) en condiciones de acceso preferencial. Jamaica tiene un contingente libre de derechos de aduanas de 105 000 toneladas por año en este mercado, que al parecer no se ha utilizado plenamente en los últimos años. Desde 1994, la evolución de las exportaciones no ha variado mayormente: el volumen medio de exportaciones en 1995-98 fue 8 por ciento superior al de 1990-94, pero, debido a la disminución de los precios de exportación, los ingresos de exportación no fueron sino 3 por ciento superiores a los de este período. En comparación con la tendencia extrapolada, los resultados fueron negativos, y los volúmenes como los valores de exportación fueron inferiores en 25-30 por ciento al nivel de la tendencia.
Las bebidas alcohólicas destiladas, principalmente el ron, también son importantes productos de exportación, con un valor de exportación anual que en 1990-94 se cifró en 23 millones de dólares EE.UU. En 1995-98, los ingresos de exportación aumentaron en 19 por ciento con respecto a los de 1990-94, debido exclusivamente al incremento de los precios de exportación, dado que los volúmenes disminuyeron de 6 por ciento. En comparación con las cifras de la tendencia extrapolada, los resultados posteriores a 1994 fueron negativos en los tres rubros, es decir, en los volúmenes de exportación, en los precios de exportación y también, por consiguiente, en los valores de exportación.
Jamaica produce y exporta un tipo especial de café que se vende con sobreprecio en los mercados mundiales. Las exportaciones de café han tenido una evolución extraordinaria y, de entre las exportaciones de todos los productos que figuran en el Cuadro 4, han sido las que han crecido más deprisa en los últimos años. En 1995-98, el valor de las exportaciones fue superior en 83 por ciento al de 1990-94, y los precios y los volúmenes contribuyeron casi por igual a este resultado. Otra evolución sorprendente fue el notable mejoramiento de las exportaciones de café tostado (cuyo volumen aumentó en 32 por ciento en 1990-94, y su valor en 52 por ciento). Por el contrario, la experiencia de los extractos de café fue negativa. Pero no se registraron mayores novedades en lo que se refiere a la diversificación de las exportaciones, dado que el café crudo representó el 98 por ciento de todas las exportaciones de café en 1995-98.
Jamaica es un pequeño productor y exportador de cacao. La producción y el comercio de este producto tienden a fluctuar acusadamente debido a los cambios de las condiciones climáticas y los precios del mercado mundial. La experiencia posterior a 1994 en lo referente a las exportaciones de granos y productos del cacao (polvo, pasta y chocolate) ha sido negativa: en 1995-98 el valor de las exportaciones fue 34 por ciento inferior al de 1990-94, con una disminución de 28 por ciento de los volúmenes y de 8 por ciento de los precios. Resultados semejantes se observan en relación con la tendencia extrapolada, habida cuenta que sólo los precios de las exportaciones mostraron una evolución positiva. La parte combinada de estos tres productos elaborados disminuyó en valor, pasando de 54 por ciento en 1990-94 a 47 por ciento en 1995-98, lo que indica que efectivamente las exportaciones de productos elaborados disminuyeron en este período.
El ñame (amarillo y negro) también es un importante producto de exportación. En 1995-98, los ingresos medios de exportación de este producto ascendieron a 11 millones de dólares EE.UU., es decir, un nivel superior en 15 por ciento al de 1990-94. Estos resultados se explican enteramente por el acusado aumento de los precios de exportación, mientras que el volumen exportado se redujo en 4 por ciento. Desde el punto de vista de la tendencia extrapolada, la experiencia fue negativa tanto en lo que se refiere a los volúmenes como a los ingresos de exportación.
Cuadro 4: Valores unitarios de las exportaciones e importaciones de los principales productos agrícolas, 1990-94 y 1995-98 (promedio anual)
Valor real |
Valor de la tendencia1 |
Variación porcentual | ||||||||
1990-94 |
1995-98 |
1995-98 |
(b/a) |
(b/c) | ||||||
Producto |
Unidad |
(a) |
(b) |
(c) |
(d) |
(e) | ||||
Azúcar |
millones $EE.UU. |
85 |
101 |
97 |
19,0 |
3,8 | ||||
miles toneladas |
143 |
166 |
137 |
16,2 |
21,6 | |||||
$EE.UU./t |
593 |
609 |
700 |
2,8 |
-13,0 | |||||
Bananos |
millones $EE.UU. |
42 |
43 |
61 |
2,5 |
-29,8 | ||||
miles toneladas |
71 |
77 |
104 |
7,9 |
-26,2 | |||||
$EE.UU./t |
587 |
559 |
660 |
-4,7 |
-15,3 | |||||
Bebidas |
millones $EE.UU. |
23 |
27 |
29 |
19,2 |
-4,8 | ||||
alcohólicas |
miles toneladas |
14 |
13 |
15 |
-5,6 |
-13,6 | ||||
$EE.UU./t |
1 839 |
2 109 |
2 146 |
14,7 |
-1,7 | |||||
Café |
millones $EE.UU. |
15 |
28 |
21 |
83,0 |
31,1 | ||||
miles toneladas |
1.1 |
1.5 |
1.3 |
35,9 |
15,3 | |||||
$EE.UU./t |
13 826 |
18 515 |
17 562 |
33,9 |
5,4 | |||||
Cacao |
millones $EE.UU. |
5.6 |
3.7 |
4.7 |
-33,9 |
-21,5 | ||||
miles toneladas |
2.5 |
1.8 |
2.7 |
-28,4 |
-32,6 | |||||
$EE.UU./t |
2 267 |
2 078 |
1 798 |
-8,3 |
15,6 | |||||
Ñames |
millones $EE.UU. |
9.5 |
11.0 |
12.7 |
15,3 |
-13,7 | ||||
miles toneladas |
10.5 |
10.1 |
12.5 |
-3,8 |
-19,6 | |||||
$EE.UU./t |
914 |
1 166 |
1 083 |
27,6 |
7,7 | |||||
Batatas |
millones $EE.UU. |
0.8 |
1.3 |
1.1 |
56,3 |
18,4 | ||||
miles toneladas |
1.1 |
1.3 |
1.2 |
22,6 |
3,8 | |||||
$EE.UU./t |
794 |
996 |
909 |
25,4 |
9,5 | |||||
Frutas y |
millones $EE.UU. |
15.6 |
17.3 |
15.3 |
10,6 |
12,9 | ||||
hortalizas |
||||||||||
1 Véase nota 1 del Cuadro 3. Fuente: Cálculo basado en datos FAOSTAT. |
Jamaica exporta e importa una amplia variedad de frutas y hortalizas. De entre las frutas, el producto más importante es la naranja, seguida del mango y el aguacate. Los productos cítricos y varias otras frutas elaboradas representan una parte importante del valor de las exportaciones de frutas. En la categoría de hortalizas, la batata y las calabazas dominan la cesta de exportaciones, seguidas de las hortalizas preparadas, los pimientos, la pimienta y el jengibre. En 1995-98, el valor anual de las exportaciones, estimado en alrededor de 17 millones de dólares EE.UU., superó en 11 por ciento al de 1990-94 y de 13 por ciento al de la tendencia extrapolada. Por consiguiente, hubo una mejora neta.
Se necesitarán realizar nuevos análisis para determinar los factores particulares que contribuyeron a modificar las importaciones y exportaciones desde 1994. Estos análisis podrían servir para articular las negociaciones relativas al acceso a los mercados en la próxima ronda.
Como se mencionó poco antes, los productos alimentarios dominan el comercio agropecuario de Jamaica (70 por ciento del total). Por tanto, la experiencia en materia de importaciones y exportaciones alimentarias ha sido en gran parte semejante a la del comercio de productos agropecuarios. En 1985-94, las importaciones de alimentos mostraron una tendencia positiva, pues aumentaron a la tasa lineal de 8 millones de dólares EE.UU. por año (Figura 2). A partir de entonces, las importaciones de alimentos crecieron considerablemente, en 37 por ciento en 1995 y en 4-7 por ciento en los tres años siguientes. Como consecuencia de ello, en 1995-98 las importaciones se situaron en un nivel superior en 44 por ciento a las de 1990-94 y superaron en 22 por ciento el valor de la tendencia extrapolada (Cuadro 5). Las exportaciones de alimentos también aumentaron durante el período de diez años, a la tasa lineal de 10 millones de dólares por año. A partir de ese momento, se incrementaron en 21 por ciento en 1995 y, tras pequeñas variaciones en los dos años sucesivos, disminuyeron en 9 por ciento en 1998. Como consecuencia, en 1995-98 las exportaciones no superaron más que en 16 por ciento el nivel de 1990-94 y fueron inferiores en 5 por ciento al valor de la tendencia extrapolada.
Por tanto, el resultado general, en lo que se refiere al comercio neto de alimentos, fue ligeramente negativo, con un valor de las importaciones netas en 1985-98 superior en 185 por ciento al nivel de 1990-94 y también, en un porcentaje similar, al valor de la tendencia extrapolada.
Cuadro 5: Comercio alimentario en 1990-94 y 1995-98 (valor medio anual, en millones de dólares EE.UU., y variación porcentual)
Período |
Importaciones |
Exportaciones |
Importaciones netas | |||
Real (a) de 1990-94 Real (b) de 1995-98 Extrapolado (c)11995-98 (b) - (a) 2 (b) - (c) 2 |
222 320 262 98 (44%) 58 (22%) |
184 213 224 29 (16%) -11 (-5%) |
37 107 38 69 (185%) 69 (182%) | |||
1 Véase la nota 1 del Cuadro 3. 2 Los números entre paréntesis representan las variaciones porcentuales con respecto a (a) y (c), respectivamente. Fuente: Cálculo basado en los datos de FAOSTAT. Los alimentos no incluyen los productos pesqueros. |
En lo que queda de esta sección se examinará la experiencia posterior a 1994 en materia de importación de los principales productos alimentarios (Cuadro 6). Seis grupos de productos representaron el 81 por ciento del valor total de las importaciones de alimentos en 1985-87: cereales (39 por ciento), carne (16 por ciento), productos lácteos (12 por ciento), aceites vegetales y azúcar (6 por ciento cada uno), y frutas y hortalizas (2 por ciento). La parte combinada ha disminuido ligeramente, situándose en 73 por ciento en 1995-98.
La facturación total de las importaciones de cereales en 1995-98 superó en 37 por ciento (25 millones de dólares anuales) a la de 1990-94, debido casi exclusivamente al aumento de los precios. De entre los cereales, el trigo y la harina de trigo representaron el 44 por ciento del aumento (debido exclusivamente al precio); el arroz, el 36 por ciento (debido tanto al volumen como al precio); y el maíz, el 20 por ciento (debido exclusivamente al precio). El valor de las importaciones de cereales en 1995-98 también superó en 32 por ciento al valor de la tendencia extrapolada, debido exclusivamente a los precios.
Figura 2: Comercio alimentario, 1985-98 (en millones de dólares EE.UU.; las líneas gruesas representan los valores reales; las finas, las tendencias para 1985-94 y la tendencia extrapolada a 1998)
Fuente: FAOSTAT
Cuadro 6: Importaciones y valores unitarios de las importaciones de los principales productos alimentarios, 1990-94 y 1995-98 (media anual)
Valor real |
Valor de la tendencia1 |
Variación porcentual | |||||||||
1990-94 |
1995-98 |
1995-98 |
(b/a) |
(b/c) | |||||||
Producto |
Unidad |
(a) |
(b) |
(c) |
(d) |
(e) | |||||
Total cereales |
millones $EE.UU. |
67 |
92 |
70 |
36,9 |
31,8 | |||||
miles toneladas |
393 |
412 |
405 |
4,9 |
1,7 | ||||||
$EE.UU./t |
172 |
226 |
173 |
32,0 |
30,8 | ||||||
Aceites |
millones $EE.UU. |
8 |
18 |
6 |
128,9 |
184,1 | |||||
vegetales |
miles toneladas |
9 |
21 |
7 |
120,3 |
216,3 | |||||
$EE.UU./t |
846 |
908 |
904 |
7,3 |
0,4 | ||||||
Productos |
millones $EE.UU. |
27 |
30 |
31 |
12,9 |
-3,3 | |||||
lácteos |
miles toneladas |
94 |
82 |
72 |
-12,7 |
14,3 | |||||
$EE.UU./t |
287 |
373 |
366 |
29,9 |
2,0 | ||||||
Total carne |
millones $EE.UU. |
31 |
42 |
35 |
37,2 |
20,3 | |||||
miles toneladas |
34 |
43 |
37 |
26,6 |
16,3 | ||||||
$EE.UU./t |
900 |
1011 |
958 |
12,3 |
5,5 | ||||||
Fruta y |
millones $EE.UU. |
10 |
23 |
16 |
117,6 |
44,5 | |||||
hortalizas |
miles toneladas |
9 |
26 |
14 |
189,8 |
89,6 | |||||
$EE.UU./t |
1203 |
888 |
1239 |
-26,2 |
-28,3 | ||||||
Azúcar |
millones $EE.UU. |
15 |
28 |
17 |
88,1 |
63,7 | |||||
miles toneladas |
45 |
76 |
39 |
68,8 |
95,5 | ||||||
$EE.UU./t |
323 |
370 |
403 |
14,4 |
-8,4 | ||||||
1 Véase la nota 1 del Cuadro 3. Fuente: Cálculo basado en datos de FAOSTAT. |
La facturación total de las importaciones de carne en 1995-98 superó en 37 por ciento (11 millones de dólares anuales) a la de 1990-94; dos tercios de este aumento se deben al incremento de los volúmenes y la parte restante a los precios. El 36 por ciento del aumento corresponde a la carne de vacuno, el 18 por ciento a las de aves de corral y el 46 por ciento restante a otros tipos de carne. Las importaciones de otros tipos de carne aumentaron considerablemente, sobre todo en 1995-98, en comparación con el período de 1990-94 (124 por ciento más). Por lo que se refiere a la tendencia extrapolada, la facturación total de las importaciones de carne en 1990-94 fue superior en 20 por ciento, con una desviación relativamente pronunciada con respecto a los valores de la tendencia en el caso de la carne de vacuno y de otros tipos de carne.
Los productos lácteos representan el 12 por ciento del total de las importaciones de alimentos, pero el aumento de las importaciones no fue tan acusado como en el caso de los cereales y la carne. La facturación total de las importaciones en 1995-98 fue superior solamente en 13 por ciento a la de 1990-94, y este aumento ha de atribuirse exclusivamente a los precios más elevados. El tonelaje de las importaciones disminuyó en 13 por ciento. Por el contrario, el aumento fue considerable en comparación con la medida del valor de la tendencia extrapolada, es decir, hubo una aceleración de las importaciones con respecto a la tendencia.
El aumento de las importaciones a partir de 1994 fue más acusado en el caso de los aceites vegetales, cuyas importaciones en 1995-98 se duplicaron ampliamente con respecto al valor de 1990-94. La mayor parte del aumento ha de atribuirse al incremento de los volúmenes, pues el precio subió muy poco. El aumento fue incluso más acusado si se le compara con la tendencia extrapolada (184 por ciento más), debido también exclusivamente al incremento de los volúmenes.
Aunque el azúcar es el principal producto de exportación de Jamaica, normalmente se importa azúcar refinado para el consumo. Las importaciones de azúcar aumentaron en 1995-98 hasta situarse en un nivel superior en casi 90 por ciento al de 1990-94, debido principalmente al incremento de los volúmenes, y en 64 por ciento al valor de la tendencia extrapolada, lo que indica una aceleración de los volúmenes de importación en los últimos años.
Por último, las importaciones de frutas y hortalizas han aumentado rápidamente, aunque tienen poca importancia en el costo total de las importaciones de alimentos. El valor de las importaciones en 1995-98 superó en más de dos veces al de 1990-94, debido exclusivamente al incremento de los volúmenes. Además, fue superior en 45 por ciento al nivel de la tendencia.
La Figura 3 muestra el modo en que las importaciones de alimentos han variado de un año a otro con respecto al total de las exportaciones agropecuarias. En 1985-87, la relación era de 1,02, es decir que las importaciones de alimentos eran casi iguales a las exportaciones de productos agrícolas. Salvo el año 1989, cuando la relación aumentó a 1,41, la tendencia de la relación fue negativa en el período comprendido entre 1985 y 1994. Su valor medio en 1995-98 fue 1,07, es decir un 17 por ciento más elevado que en 1990-94 (0,92), pero inferior en 25 por ciento si se le compara con la tendencia. En otras palabras, en comparación con los cuatro años anteriores, el equilibrio entre las importaciones totales de alimentos y las exportaciones totales de productos agropecuarios se deterioró de manera clara y pronunciada en 1995-98, y el deterioro es aún mayor si se le compara con la tendencia extrapolada.
Figura 3: Relación entre el valor de las importaciones totales de alimentos y el de las exportaciones agropecuarias totales, 1985-98
Fuente: FAOSTAT.
Jamaica se prepara a participar en las siguientes negociaciones sobre la agricultura mediante una serie de actividades que incluyen estudios y análisis, y consultas internas entre las diferentes partes interesadas y a nivel de la CARICOM. Estas consultas preparatorias tienen en cuenta los siguientes objetivos a largo plazo que se han fijado para el sector agropecuario:
La cuestión consiste en garantizar que el marco normativo internacional por el que se rige el comercio agropecuario no dificulte el logro de tales metas. Desde un punto de vista positivo y práctico, se trata de determinar las mejoras que pueden introducirse en el marco normativo para que éste contribuya al logro de dichas metas. En los siguientes párrafos se resumen algunas de las cuestiones y problemas específicos que han de abordarse en las nuevas negociaciones.
Los compromisos del Acuerdo sobre la Agricultura
En general, Jamaica no ha tropezado con mayores escollos en el cumplimiento de las disposiciones del Acuerdo sobre la Agricultura, debido en gran parte a las importantes reformas del sector agropecuario emprendidas antes de 1995. En efecto, se tiene la impresión de que al adoptar medidas de reformas más profundas que las solicitadas por el Acuerdo sobre la Agricultura, Jamaica ha perdido en cierto sentido flexibilidad política en sus compromisos. En la Ronda Uruguay, Jamaica no recibió ningún "reconocimiento" por sus reformas unilaterales, y esta es una cuestión que hay que plantear en las nuevas negociaciones.
En cuanto a las experiencias en materia de políticas, el examen de la sección II mostró que éstas habían sido bastante limitadas en el caso de las medidas de ayuda interna y las subvenciones de las exportaciones. Por el contrario, había mucho que aprender en la esfera de las medidas en la frontera. Tal como se resumió en dicha sección, no hubo dificultad alguna en cumplir con los aranceles consolidados de la OMC - los aranceles aplicados se situaron siempre por debajo de los tipos arancelarios consolidados - debido principalmente a que los tipos del Arancel Externo Común de la CARICOM, que son de hecho los tipos aplicados al comercio, eran más bajos (generalmente 40 por ciento). Sin embargo, se tropezó con varias dificultades al ajustar/adaptar los aranceles al nuevo entorno y a los impactos externos. Una de las enseñanzas de esta experiencia es que Jamaica necesita casi toda la gama de tipos consolidados de la OMC para los productos que actualmente son objeto de derechos de timbre adicionales. Esta experiencia ha de tenerse en cuenta al examinar una ulterior reducción arancelaria en las nuevas negociaciones.
Otras cuestiones que surgieron y sobre las cuales Jamaica ha de reflexionar fueron la necesidad de contar con mecanismos adecuados para administrar la oferta de una lista seleccionada de productos alimentarios básicos (es decir, los productos que influyen en el costo de vida), y la necesidad de disponer de un sistema apropiado de valoración en aduana que impida la subfacturación de las importaciones. Por último, Jamaica y muchos otros países en desarrollo que se encuentran en la misma situación necesitan evitar a toda costa la presión para prometer consolidaciones, por ejemplo aranceles, a tipos corrientes, porque los tipos corrientes se aplican por motivos particulares y a corto plazo, mientras que los aranceles consolidados de la OMC tienen consecuencias a largo plazo.
Por lo que se refiere a las medidas de ayuda interna, la situación exacta de Jamaica con respecto al cumplimiento de las normas del Acuerdo sobre la Agricultura no pudo examinarse porque no se dispuso de información sobre las medidas de ayuda con efectos de distorsión en el comercio sujetas a reducción. Aunque los niveles actuales de ayuda parecen ser considerablemente inferiores al umbral autorizado para los países en desarrollo, su estimación para el período de base y los últimos años debe constituir una esfera prioritaria de trabajo. Ello contribuirá a la transparencia de las medidas de ayuda en el contexto de las actuales notificaciones a la OMC y ayudará a elaborar una posición de negociación para la nueva ronda.
Medidas de contingencia para salvaguardar los mercados internos
Jamaica opina que la transformación económica necesaria para afrontar la liberalización del comercio sin costos sociales demasiado elevados no puede lograrse en el corto plazo. Por consiguiente, los instrumentos comerciales, entre ellos las salvaguardias, han de tener en cuenta esta realidad.
El Gobierno atribuye gran importancia a las medidas de contingencia contra las prácticas comerciales desleales, en vista del régimen liberal de importaciones, en especial en el sector agropecuario. Aunque se están realizando esfuerzos por poner en práctica acuerdos legislativos y de otro tipo para la adopción de medidas de recurso comercial, la experiencia de los últimos cinco años en hacer frente a los aumentos de las importaciones pone de manifiesto que las medidas generales de la OMC son complejas y que, por consiguiente, se requieren instituciones bien desarrolladas en el caso en que se tenga que recurrir a ellas. Por tanto, el acceso a una simple medida de salvaguardia, como las disposiciones de salvaguardia especial para la agricultura, es una cuestión sumamente importante para Jamaica, al menos para un determinado número de productos agropecuarios sensibles, que se ha de tratar de conseguir en la nueva ronda.
El Convenio de Lomé y el multilateralismo de la OMC
El futuro de los arreglos comerciales preferenciales es una cuestión que suscita una preocupación considerable dado que algunos de los elementos de tales arreglos contradicen los principios generales del GATT/OMC, como la no-discriminación y la reciprocidad en el comercio. Además, como los aranceles NMF son reducidos, peligran las posibles ventajas de los aranceles preferenciales. En este contexto, Jamaica, junto con otros siete miembros de la OMC, presentó una propuesta a la OMC en 1999, como parte de las sugerencias para la nueva ronda. En dicha propuesta se especifica que: i) cuando en febrero de 2000 termine el actual período de exención, se autorice a proseguir con la exención de los acuerdos de Lomé por un período de 10 años; y ii) una vez concedida la exención, ningún estado Miembro pueda impugnarla durante su período de validez. Estas propuestas indican que Jamaica y otros signatarios del Convenio han aceptado implícita o explícitamente el hecho de que estos acuerdos comerciales no pueden prolongarse indefinidamente; la cuestión principal abordada es la necesidad de disponer de un cierto período de transición, dado que el precio que estos países tendrían que pagar por la supresión inmediata de las preferencias sería muy elevado. Se tiene buenas razones para esperar que la concesión de un período de transición de 10 años sea una propuesta aceptable para los demás miembros de la OMC. Para Jamaica, en especial, la supresión o reducción de tales preferencias tendría enormes repercusiones en dos productos, a saber, el azúcar y los bananos (véase más abajo).
Probable reducción del acceso preferencial a los mercados en el caso del azúcar y los bananos
La importancia de este acceso es evidente cuando se tiene en cuenta que Jamaica recibe alrededor de 650 dólares EE.UU. por toneladas de azúcar en el mercado de la Unión Europea, frente a unos 220 dólares EE.UU. del mercado mundial. En el contexto del Convenio de Lomé, los analistas del azúcar concuerdan en que el contingente de azúcar puede mantenerse en el futuro previsible, pero que el precio preferencial descenderá gradualmente. Esta apreciación se basa en varias consideraciones, a saber: que en el plan de reforma Programa 2000 de la Unión Europea no se menciona el azúcar; que tanto la Unión Europea como los Estados Unidos tienen regímenes azucareros semejantes y por tanto es improbable que se enfrente en la OMC (a diferencia de lo que sucede con los bananos), aunque la amenaza puede proceder de los exportadores, como Brasil, Tailandia y Australia; y que la ampliación hacia el este de la Unión Europea puede tardar más de lo que se pensaba anteriormente.
En el caso de los bananos, la prolongada diferencia en la OMC todavía no ha terminado completamente, pero ha removido algunos de los cimientos en que se basa el régimen comercial no recíproco y preferencial que por muchos años ha dominado la mayor parte del comercio de exportación de Jamaica. La diferencia ha enviado un mensaje muy claro: en adelante, el comercio de los bananos ha de ser no discriminatorio y recíproco. Por consiguiente, la industria del banano jamaicana se está preparando para hacer frente a una creciente competencia en el mercado de la Unión Europea. No queda más que reestructurar la industria para hacerla más competitiva, aunque el reto es enorme dado que los costos de producción se cifran actualmente en 10,50 dólares EE.UU. por caja, frente a la mitad de este importe en otros importantes productores de América Latina. Entretanto, no queda mas que esperar que los miembros de la OMC tengan en cuenta las dificultades especiales a que hacen frente países como Jamaica al determinar la velocidad con que se liberalizará el comercio de los bananos.
Promoción de las oportunidades de exportación
Históricamente, los acuerdos comerciales preferenciales han sido el conducto principal para las exportaciones agropecuarias de Jamaica y siguen siéndolo, especialmente para los productos tradicionales como el azúcar y los bananos. Pero la situación ha comenzado a cambiar y el Gobierno reconoce la necesidad de conducir cada vez más el comercio de exportación sobre la base del trato NMF y al mismo tiempo de diversificarlo para promover las exportaciones no tradicionales. En este contexto, Jamaica comparte la preocupación de muchos otros países con respecto a las crestas y la progresividad arancelarias, en especial porque afectan a las exportaciones de productos con valor añadido. Estas cuestiones se abordarán en las nuevas negociaciones sobre la agricultura.
Trato especial para los pequeños estados insulares en desarrollo
Jamaica y otros países presentaron una propuesta a la OMC para la concesión de una condición especial a los pequeños estados insulares en desarrollo, en el marco de las disposiciones relativas al trato especial y diferenciado de los diferentes Acuerdos sobre la OMC, en particular el Acuerdo sobre la Agricultura. En un documento oficioso presentado al Comité de Agricultura por Mauricio, se explicaron de manera pormenorizada las dificultades particulares a que hacen frente estos países en diferentes esferas, por ejemplo las reducidas dimensiones de sus mercados internos y, por ende, la profunda dependencia de las exportaciones; el número limitado de productos exportados; los elevados costos de transacción debidos a los pequeños volúmenes exportados; y la vulnerabilidad a las catástrofes naturales. Una propuesta consiste en definir a tales países en función de la población (que no supere los 5 millones de personas) y del ingreso per cápita (que no supere los 2 000 dólares EE.UU.). La presentación de manera clara y elocuente de argumentos para el reconocimiento de estos problemas y la petición de una condición especial para estos países son temas que figuran en el programa para las nuevas negociaciones sobre la agricultura.
Asistencia técnica
El sentir general de los países en desarrollo es que varias promesas de asistencia técnica que figuran en los Acuerdos sobre la OMC no se han cumplido realmente. Son tres las esferas a las que vale la pena prestar particular atención en las futuras negociaciones. En primer lugar, se necesita una considerable asistencia para el mejoramiento de las normas sanitarias y fitosanitarias. En segundo lugar, se necesita asistencia para la formulación y administración de las políticas agropecuarias, sobre todo para la adaptación/ajuste de las medidas en la frontera en el nuevo entorno comercial. Esto supone también medidas de salvaguardia eficaces y un mecanismo para el seguimiento de los aumentos de las importaciones para Jamaica sobre todo a nivel de la CARICOM. Por último, se necesita aplicar debidamente la Decisión Ministerial de Marrakesh sobre las dificultades relacionadas con los alimentos. Jamaica desearía que se contrajeran compromisos firmes en materia de asistencia técnica y financiera en la nueva ronda y que se creara un mecanismo para el seguimiento de la aplicación de tales compromisos.
1 Basado en un estudio preparado para la Dirección de Productos Básicos y Comercio, de la FAO, por Mavis Campbell, Kingston
2 Por ejemplo, si el derecho de aduana corriente aplicado a todos los pollos para asar es 40 por ciento, y el derecho de timbre adicional 33 por ciento, el derecho global pasa a ser 86 por ciento (1,33 veces 1,4 = 1,86).
3 Examen de las políticas comerciales, Jamaica, 1978, OMC.
4 T. Josling, Assesment of the effects of structural adjustment on the Jamaican agricultural sector: international trade policy component. Informe consultivo preparado por la FAO, 1995.
5 Cabe recordar que los datos de FAOSTAT sobre el comercio alimentario no incluyen los productos pesqueros.