En este capítulo se resumen algunas cuestiones esenciales que deben permanecer abiertas para futuros debates y exámenes, relacionadas con:
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En la fase inicial de nuestro trabajo, se tenía la impresión general (teniendo en cuenta los debates informales, las observaciones formuladas y la cultura extraoficial de la institución) de que una brecha considerable separaba el ámbito oficial de la Organización de la práctica. Nuestro deseo era comprender más a fondo su índole, en el contexto de diversas divisiones técnicas, cada una de las cuales posee un mandato específico y sus propias ideas, además de diferentes entornos lingüísticos y regionales, a fin de elaborar un mapa exhaustivo de la situación.
El objetivo final de esta actividad era distinguir entre los obstáculos para el desarrollo institucionales y los estructurales, mediante el análisis de las críticas formuladas acerca de los hechos reales y los ciclos vitales institucionales de las intervenciones de desarrollo. Era opinión difusa que la mayoría de esas intervenciones no estaban alcanzando, en absoluto o en parte, sus objetivos primarios de reducir la pobreza y mejorar la vida y los derechos del mundo en desarrollo. Nos propusimos entender hasta qué punto esto se debía a problemas estructurales externos que hasta la fecha la comunidad de desarrollo no ha sabido afrontar como es debido y en qué medida los obstáculos y fracasos eran inherentes a las propias intervenciones. Es obvio que ambos factores son relevantes. En este sentido, el presente análisis representa un primer intento, de alcance limitado, de distinguir los obstáculos estructurales de los institucionales y organizativos de manera que puedan abordarse por separado y con instrumentos diferenciados.
Hasta ahora hemos analizado los problemas estructurales y organizativos considerando el desarrollo, más específicamente el desarrollo rural, como ámbito de actividades, según las prácticas seguidas por la FAO. Se han examinado algunos enfoques oficiales, con sus virtudes y deficiencias, así como los éxitos o fracasos parciales registrados por los profesionales a la hora de su aplicación a situaciones concretas. También hemos estudiado las relaciones entre las disfunciones organizativas y estructurales para tratar de determinar las esferas en que pueden centrarse los esfuerzos en el futuro. Esta exploración de la cultura extraoficial de la FAO en materia de desarrollo puede sintetizarse en unos cuantos puntos, que siguen abiertos para ulteriores debates.
Todos los enfoques de desarrollo que se elaboraron a partir de los años noventa y se aplican en la actualidad se basan en principios, instrumentos y metodología a grandes rasgos semejantes. Sin embargo, se destaca el predominio de enfoques anglófonos y la escasez de intercambios entre los diferentes grupos culturales y lingüísticos. Cada enfoque posee sus propias fortalezas y ventajas; por ello, es imprescindible seguir elaborando el análisis comparativo que se esboza en este informe, a fin de destacar y abordar las esferas más problemáticas comunes a todos los enfoques.
No son los enfoques en sí que determinan los resultados de los proyectos y programas, sino el contexto organizativo, institucional y cultural de desarrollo. El éxito de los proyectos en última instancia depende de que existan determinadas condiciones organizativas fundamentales (tiempo suficiente, dedicación de la Organización y ausencia de obstáculos internos), de un sólido impulso institucional y de la capacidad de dirección y organización de sus principales interesados.
Una brecha considerable separa los principios y la práctica de los enfoques de desarrollo de los años noventa basados en los modos de vida. Gran parte de las actividades está determinada por los requisitos y planes que se establecen a nivel oficial y que están incrustados en todas las fases del ciclo de desarrollo (diagnóstico, ejecución, evaluación). Por este motivo, las actividades de desarrollo son impermeables a las cuestiones de la vida real, como las políticas, los derechos y el cambio estructural, y su efectividad disminuye a causa de simples limitaciones prácticas. ¿En qué medida es posible abordar y modificar esta situación en el marco organizativo actual?
Los enfoques de desarrollo se vuelven superfluos una vez que las ideas que encierran se han incorporado a las actividades centrales. Los nuevos enfoques son fundamentales para iniciar ideas innovadoras y difundirlas en las instituciones, y se asimilan e incorporan a las actividades en función de las experiencias más satisfactorias y los estudios de casos más exitosos. Un factor decisivo para establecer su efectivo valor añadido es su capacidad para captar el "espíritu" y las inquietudes dominantes del mundo real, en el Norte y en el Sur por igual.