Exámenes regionales

África

África del Norte

Ha comenzado la recolección de los cereales de invierno (principalmente trigo y cebada), que constituyen la mayor parte de la producción cerealera de la subregión. Las perspectivas son muy favorables para la producción de cereales de 2006, salvo en Túnez. Tras unas precipitaciones superiores a la media recibidas durante toda la campaña en la mayor parte de la subregión, la FAO pronostica la producción total de trigo de África del Norte en 18,5 millones de toneladas, un 21 por ciento más que el nivel reducido por la sequía del año anterior, mientras que la de cebada se cifra en 4,5 millones de toneladas, lo que representa un aumento de casi un 56 por ciento, volúmenes superiores en ambos casos a la media de los últimos tiempos. En Egipto, el mayor productor de la subregión, se estima oficialmente que la superficie sembrada con trigo, el cultivo de invierno más rentable, ha vuelto a aumentar en el último otoño, y la producción debería superar incluso el excelente nivel de casi 8,2 millones de toneladas ya alcanzado en 2005. En Marruecos, la producción de trigo, el cereal principal, se estima oficialmente en un volumen sin precedentes de 6,1 millones de toneladas, cerca de un 50 por ciento más que la media de los últimos cinco años y el doble de la cosecha afectada por la sequía de 2005. Ello se debe, además de las condiciones atmosféricas excepcionalmente favorables, a la política gubernamental orientada a fomentar las inversiones en la agricultura; en particular, al aumento de las subvenciones concedidas a los agricultores para incrementar la mecanización y el uso de semillas de alta calidad. En Túnez, en cambio, el nivel inferior a lo normal y la mala distribución de las precipitaciones caídas en marzo y abril afectaron gravemente a los rendimientos del trigo y la cebada.

 

África occidental

En la región del Sahel, el comienzo de la estación de las lluvias ha sido irregular, habiéndose registrado en junio lluvias inferiores a la media en algunos países. En Burkina Faso, Malí y el Níger, las plantaciones se han retrasado en algunas zonas, y si en julio las lluvias no mejoran en julio los nuevos cultivos sufrirán la falta de agua. En cambio, en la parte meridional de los países costeros del Golfo de Guinea, las lluvias han sido regulares y generalizadas desde el comienzo de la temporada principal en abril, y las perspectivas para la primera cosecha de maíz, que se recogerá a partir de agosto, son buenas en la mayoría de los países.

A pesar de una situación en general satisfactoria del suministro de alimentos en la región, debido a una fuerte recuperación de la producción de cereales en 2005 con respecto a la cosecha afectada por la sequía y las langostas del año anterior, se señala que persistirá una grave inseguridad alimentaria localizada en algunos países. En Guinea-Bissau, la pérdida de la cosecha de arroz de 2005 en las regiones meridionales de Quinara y Tombali, combinada con la perturbación del mercado en el sector del anacardo, la fuente de ingresos en efectivo de las familias rurales, dio lugar a graves dificultades alimentarias. En el Níger, las reservas tanto alimentarias como pecuniarias se han agotado en la mayoría de las familias, el consumo de alimentos se ha reducido drásticamente, y se han reanudado las ventas de ganado y de los pocos bienes que restan. A menos que la de 2006-2007 sea una campaña muy buena por segundo año consecutivo, podría registrarse una crisis alimentaria profunda y generalizada. En Mauritania, el período de hambre se adelantó este año para miles de familias debido a una insuficiente producción localizada de cereales en 2005 y a la falta de ingresos. En Guinea, el precio del arroz – el alimento básico de los guineos – se ha duplicado con creces en los dos últimos años debido a una depreciación del franco. Los precios del petróleo también subieron de forma pronunciada en los últimos meses, lo que acentuó la inflación y redujo gravemente el poder adquisitivo de las poblaciones urbanas y rurales y su acceso a los alimentos. En el Chad, la inseguridad ha limitado gravemente en las últimas semanas el acceso humanitario a los refugiados sudaneses que están viviendo en la parte oriental del país. En estos países, los grupos vulnerables necesitan un seguimiento y asistencia continuos durante el período de escasez.

África central

En el Camerún y la República Centroafricana, donde las lluvias han sido abundantes y generalizadas desde el comienzo de la campaña agrícola en abril, está a punto de comenzar la recolección de la primera cosecha de maíz de 2006. En el último país, sin embargo, la recuperación agrícola y la seguridad alimentaria siguen viéndose obstaculizadas por la persistencia de condiciones de inseguridad y una insuficiente disponibilidad de insumos agrícolas, principalmente en las partes septentrionales. En la República Democrática del Congo, las condiciones atmosféricas de junio fueron desfavorables para el desarrollo del sorgo y mijo recién plantados, y para la siembra de la cosecha principal de maíz en el norte y centro del país. Además, los problemas de seguridad continúan causando inseguridad alimentaria, especialmente en las provincias orientales y nordorientales.

Cuadro 4. Producción de cereales de África ( millones de toneladas)

África oriental

En África oriental, está a punto de comenzar la recolección de las cosechas de cereales de la temporada principal de 2006 en las partes meridionales, mientras en las partes septentrionales los cultivos se encuentran en las fases iniciales de desarrollo o todavía se están plantando. En las zonas pastorales, pese a las precipitaciones generalmente mejoradas recibidas entre febrero y mayo, las precipitaciones han sido irregulares y atenuaron la esperanza de una fuerte recuperación después de la sequía que había asolado la subregión. Además, la escalada de conflictos inveterados en algunas partes de la subregión continúa agravando la ya difícil situación alimentaria. En Eritrea, acaba de empezar la siembra de los cultivos de cereales y legumbres de 2006. Las lluvias recientes han contribuido a los preparativos de la tierra y a la conservación del agua en algunas zonas del país, pero en las zonas productoras principales se necesitan más lluvias. En las zonas pastorales, las lluvias (cortas) de primavera que van de marzo a mayo fueron en general beneficiosas para la regeneración de los pastizales, pero en algunas zonas localizadas las precipitaciones han sido insuficientes. En Etiopía, unas buenas lluvias recibidas a partir de marzo en algunas partes del país han mejorado las perspectivas para las cosechas secundarias “belg” de cereales, que se están recogiendo ahora. La cosecha belg representa aproximadamente el 10 por ciento de la producción anual de cereales de todo el país, pero en algunas zonas constituye la mayor parte de la producción anual de cereales. Las lluvias contribuyeron también a los preparativos de la tierra para las cosechas de la temporada principal “meher” y mejoraron la situación de los pastizales en algunas partes de las zonas bajas del sur y el sudeste, y en la región pastoral de Afar, que sufrió una grave sequía en 2005 y a principios de 2006. Sin embargo, constituye un motivo de preocupación la insuficiencia de las precipitaciones en las partes sudorientales del país afectadas por la sequía. En Kenya, las lluvias largas de 2006 han sido suficientes en las principales zonas productoras del valle del Rift, y las perspectivas para la cosecha de cereales son en general favorables. Los pronósticos oficiales apuntan a una buena cosecha de maíz de 2006. La situación general del suministro de alimentos ha mejorado considerablemente gracias a unas buenas cosechas de lluvias cortas y al mejoramiento de los pastizales en la mayor parte de los distritos pastorales. Sin embargo, hay zonas localizadas en las partes orientales y septentrionales que todavía tienen que recuperarse, habiendo recibido hasta ahora lluvias escasas. La situación de la seguridad alimentaria sigue siendo grave en las zonas pastorales, ya que es necesario reconstituir la cabaña después de varios meses de escasez de pastizales y agua. En Somalia, las perspectivas para las cosechas de cereales de la temporada principal "gu" de 2006, que se recogerán a partir de agosto, son malas debido a la insuficiencia de las lluvias. Ello daría lugar a una producción inferior a la media por tercer año consecutivo. A pesar de algunas lluvias intensas caídas al principio de la temporada, hay zonas extensas en Gedo, Bakol e Hiran y en algunas partes de Bay, Bajo Shabelle, Bajo y Medio Juba, Galgadud, Toghdeer, Sool, Sanaag, y Bari que recibieron lluvias inferiores a lo normal. En el Sudán, las estimaciones de la cosecha de trigo de 2006, recién recogida, indican una producción de 414 000 toneladas, alrededor de un 14 por ciento más que la media quinquenal. La producción total de cereales de 2005, estimada en torno a los 5,5 millones de toneladas, también fue superior a la media de los últimos cinco años. En Tanzanía, la recolección de la cosecha de maíz de la temporada principal de 2006/07 ha comenzado en las regiones unimodales del centro y el oeste, mientras que en la cesta de cereales de las tierras altas meridionales la recolección debería de comenzar en agosto. Las lluvias estacionales se retrasaron hasta 40 días en una gran parte de Tanzanía, limitando el ciclo de crecimiento de los cultivos y afectando negativamente a las perspectivas para los rendimientos. Anteriormente, se habían perdido las cosechas de la temporada corta “vuli” de 2005/06 en las zonas septentrionales de precipitaciones bimodales debido a una grave sequía. Normalmente, la cosecha vuli representa alrededor del 30 por ciento de la producción anual de las zonas bimodales. En las zonas pastorales las lluvias recientes han mejorado en general la situación de los pastizales, pero en las partes septentrionales y centrales las precipitaciones han sido insuficientes. En Uganda, las perspectivas para las cosechas de cereales de la temporada principal de 2006 han mejorado en general debido a unas precipitaciones bien distribuidas. En los Grandes Lagos, en Burundi y Rwanda la producción de la temporada A de principios de 2006 fue reducida, pero las proyecciones para las cosechas de cereales y otros cultivos alimentarios de la temporada principal (B de 2006) se consideran favorables y las perspectivas para la situación alimentaria en la segunda mitad del año han mejorado.

África austral

En África austral, se han terminado de recoger las cosechas de cereales secundarios de la temporada principal de 2006. Las condiciones de crecimiento fueron generalmente favorables durante toda la temporada y en la mayoría de los países la producción se recuperó de los niveles reducidos por la sequía del año pasado. En Sudáfrica, sin embargo, con mucho el mayor productor de la subregión, que no sufrió los efectos de la sequía del año pasado, la producción descendió de forma pronunciada como consecuencia de la reducción de la superficie cultivada. De ahí que, a pesar de las buenas cosechas obtenidas en otras partes, la FAO estima la producción total de la subregión en 2006 en 15,2 millones de toneladas, alrededor de un 17 por ciento menos que en 2005 (Cuadro 4). Excluido Sudáfrica, la producción total de maíz de este año para la subregión se estima en 7,5 millones de toneladas, un 41 por ciento más que el año anterior (Cuadro 5 y Figura 5). Además de las lluvias generalmente favorables recibidas durante el período vegetativo, en algunos países (por ejemplo, Malawi y Zambia) un factor importante que contribuyó a este resultado fueron las distribuciones de fertilizantes subvencionados. A partir de los resultados de la producción de cereales secundarios y a las perspectivas iniciales para las cosechas de invierno que se recogerán dentro de unos meses (principalmente trigo en Sudáfrica), la producción total de cereales de la subregión en 2006 se pronostica ahora en 21,2 millones de toneladas, un 12 por ciento menos que en 2005.

Cuadro 5. África austral, producción de maíz (miles de toneladas)

En Sudáfrica, la superficie total plantada con maíz y sorgo para la campaña agrícola 2005/06 disminuyó de forma pronunciada en alrededor de un 40 y 60 por ciento, respectivamente, debido principalmente a los precios bajos y no rentables vigentes durante el período de siembra y a los altos niveles de las existencias de cierre al final de la campaña comercial 2005/06 (mayo/abril) (cerca de 4 millones de toneladas). Por consiguiente, la producción de maíz de 2006 se estima oficialmente en 6,3 millones de toneladas, 5,4 millones de toneladas menos que en 2005. La producción de cereales decreció también en Angola, debido a las lluvias irregulares y las rachas secas prolongadas que afectaron particularmente a las provincias centrales y sudoccidentales. La producción de maíz se estima en alrededor de 579 000 toneladas, aproximadamente un 21 por ciento por debajo de la excelente cosecha del año pasado. En Lesotho, la producción total de cereales se mantuvo en el nivel reducido del año pasado debido a algunos daños causados por las heladas y a una distribución desigual de las precipitaciones. En otras partes de la subregión, se obtuvieron cosechas abundantes. En Zimbabwe, pese a una recuperación apreciable respecto del año pasado, la producción de maíz está muy por debajo de las necesidades de consumo.

Gracias a las buenas cosechas obtenidas este año en la mayoría de los países, se estima que la necesidad total de importación de cereales para la campaña comercial 2006/07 (abril/marzo en la mayoría de los casos) disminuirá en la subregión en alrededor de 1 millón de toneladas respecto del año anterior a cerca de 6,4 millones de toneladas (Figura 6). Si se excluye Sudáfrica, la reducción en las necesidades totales de importación de cereales de la subregión es más marcada, de 5,1 millones de toneladas a 3,6 millones de toneladas. Las necesidades de asistencia alimentaria en 2006/07 también decrecerán, según las proyecciones, a menos de 500 000 toneladas, muy por debajo de la media quinquenal de cerca de 800 000 toneladas.

 

En los países en los que se recuperó la producción, los precios del maíz y de otros cereales han descendido bruscamente desde el comienzo de la nueva cosecha en abril a los niveles bajos normales después de la cosecha, lo que dio lugar a un mejoramiento de la seguridad alimentaria de la mayoría de los hogares deficitarios en alimentos. En Zimbabwe, sin embargo, los precios, que han subido vertiginosamente con una inflación estimada oficialmente en un nivel sin precedentes de 1 194 por ciento en mayo de 2006, continúan impidiendo gravemente el acceso a los alimentos de la numerosa población vulnerable.

En Sudáfrica, contrariamente a la tendencia habitual posterior a la cosecha, el precio de exportación SAFEX para el maíz blanco se ha ido afirmando en los últimos meses. En julio de 2006, los precios, que habían ido aumentando constantemente desde el período de siembra en noviembre/diciembre de 2005, alcanzaron los 1 340 Rand por tonelada, lo que representa un aumento del 62 por ciento respecto del nivel de hace un año (Cuadro 6). Ello se debe a los suministros más escasos en el país después de la muy reducida producción de maíz del año pasado. Sin embargo, el nivel satisfactorio de las existencias remanentes y las cosechas mejoradas en los otros países de la subregión probablemente limitarán ulteriores alzas en los precios. Expresado en dólares, el aumento de los precios SAFEX para el maíz blanco se ha visto mitigado por la reciente depreciación del Rand frente al dólar estadounidense.

En general, las perspectivas para el suministro regional de alimentos durante la actual campaña comercial son favorables. En Sudáfrica, el mayor exportador de la subregión, a pesar de una disminución del 54 por ciento de la cosecha de maíz de este año, todavía se dispone de excedentes exportables. Los suministros de maíz blanco (para consumo humano) se estiman en 6,1 millones de toneladas, que, frente a una utilización interna de 4,3 millones de toneladas, deja un excedente de 1,8 millones de toneladas. Suponiendo un nivel de reservas estratégicas de alrededor de 600 000 toneladas, es probable que el posible excedente exportable de maíz blanco de Sudáfrica sea de alrededor de 1,2 millones de toneladas, apenas suficiente para cubrir las necesidades de los otros países deficitarios de maíz de la subregión. Además, se estima que se contará con grandes cantidades exportables de Zambia (entre 180 000 y 280 000 toneladas), Mozambique (entre 150 000 y 250 000 toneladas) y Malawi (entre 100 000 y 200 000 toneladas), aún suponiendo una reposición de las existencias en los tres países.

Cuadro 6. Precios Safex para el maíz blanco

ÁFRICA: Países en crisis que requieren asistencia exterior y causas principales (26)

Asia

Lejano Oriente

Se han terminado de recoger la cosecha principal de trigo de invierno de 2006 y la primera de arroz, y con la llegada puntual de las lluvias monzónicas han comenzado los preparativos de la tierra y la siembra de las cosechas principales de arroz y cereales secundarios. En los países situados en la zona ecuatorial, la temporada principal del arroz está muy avanzada. En China (continental), la producción de trigo de invierno de 2006 se estima en 95 millones de toneladas, unos 2,8 millones de toneladas más que la buena cosecha del año pasado y la mayor en los últimos cinco años, gracias principalmente a unas condiciones atmosféricas favorables en las principales regiones productoras. La siembra de los cultivos de cereales secundarios de 2006, principalmente maíz, ha terminado en las principales regiones productoras y se señala que la disponibilidad de humedad del suelo es en general satisfactoria para la germinación, si se exceptúan algunas zonas localizadas. Dada la continua recuperación de la producción registrada en los tres últimos años, las importaciones de cereales de China en 2006/07 deberían mantenerse en el nivel relativamente bajo del año anterior.

 

En la India, está casi terminada la recolección de la cosecha de trigo de 2006, y se estima una producción superior a la media de 71,5 millones de toneladas, pero menor de lo que se había previsto anteriormente. El Gobierno ha revisado a la baja la estimación de la producción de trigo de 2005, de 72 millones de toneladas a 68,6 millones de toneladas. Así pues, a pesar de la buena cosecha que acaba de recogerse y con objeto de reponer las existencias, las importaciones de trigo podrían alcanzar en 2006/07 los 4 millones de toneladas, debido a lo cual el país cambiará su posición comercial de gran exportador neto a gran importador neto de trigo. Últimamente el Gobierno ha permitido a los comerciantes y molineros de harina privados importar en régimen de franquicia comercial hasta la próxima cosecha de abril del 2007. Ha comenzado la siembra de las cosechas principales del kharif de cereales secundarios y arroz, semillas oleaginosas y maní. Las perspectivas iniciales son satisfactorias, pero la campaña kharif seguirá dependiendo mucho de las lluvias del monzón sudoccidental de los próximos meses. La recolección de la cosecha de trigo de 2006 ha terminado en las principales provincias productoras de trigo del Pakistán, con una producción estimada oficialmente en un nivel sin precedentes de 21, 7 millones de toneladas, gracias a una mayor disponibilidad de agua para riego y a una mayor aplicación de fertilizantes y herbicidas. El país debería importar unas 400 000 toneladas de trigo en 2006/07, en comparación con las 758 000 toneladas del año anterior. En Filipinas, la producción arrocera del primer semestre de 2006 se estima oficialmente en un volumen récord de 6 520 000 toneladas, aproximadamente un 8 por ciento más que la producción obtenida durante el mismo período en 2005 y 2004, gracias a un tiempo favorable y al aumento de las superficies (de regadío). Según pronósticos provisionales, la producción total de arroz de 2006 en Tailandia, el mayor exportador mundial de arroz, registrará un volumen sin precedentes de 30 millones de toneladas, 285 000 toneladas más que el récord anterior alcanzado el año pasado, gracias a unos precios de intervención atractivos y a las buenas condiciones atmosféricas imperantes hasta ahora. La producción de maíz alcanzaría en 2006 un volumen situado en torno a la media de 4 250 000 toneladas, que bastaría para satisfacer la demanda interna en 2006/07. En Viet Nam ha comenzado la recolección de la cosecha de arroz de invierno/primavera. La producción arrocera de 2006 debería registrar un aumento pronunciado, gracias al incremento de la superficie sembrada y de los rendimientos. Como segundo exportador mundial de arroz después de Tailandia, en 2005 Viet Nam exportó alrededor de 5,2 millones de toneladas, y en 2006 se espera un volumen semejante. En Mongolia, se está sembrando la cosecha de trigo de 2006. La recolección tendrá lugar en septiembre, y la producción se pronostica provisionalmente en 127 000 toneladas, un volumen situado en torno a la media pero que no cubrirá más que el 33 por ciento aproximadamente de la utilización interna normal de trigo. Por consiguiente, la necesidad de importación de trigo para 2006/07 se estima en alrededor de 256 000 toneladas. En Timor-Leste, la producción total de cereales podría recuperarse del nivel afectado por la sequía del año pasado y situarse, según pronósticos provisionales, en 155 000 toneladas. La necesidad de importación de cereales (principalmente arroz) para 2006/07 se estima en unas 60 000 toneladas.

Cuadro 7. Producción de cereales en Asia ( millones de toneladas)

A pesar de que en la subregión la situación general del suministro de alimentos es satisfactoria, en el ámbito nacional o subnacional persisten las escaseces y emergencias alimentarias. En el Pakistán, la sequía ha devastado las provincias de Baluchistán y Sindh, causando una grave escasez de alimentos. El nivel de agua de los principales embalses de Sindh es bajo, debido a las lluvias invernales que, según los informes, fueron un 40 por ciento inferiores a lo normal, y a las nevadas, que lo fueron en un 25 por ciento. El Gobierno está planificando la distribución de trigo subvencionado a la población afectada. Se han efectuado, además, preparativos para la evacuación de unas 11 000 personas de 30 aldeas situadas en la periferia de la ciudad de Muzaffarabad, en la región de Cachemira controlada por el Pakistán, a causa de la amenaza de aludes, pero la operación se retrasó por la llegada temprana de las lluvias monzónicas. Esta zona forma parte de la región afectada por el terremoto de gran envergadura de octubre de 2005, que se cobró más de 75 000 vidas humanas y dejó sin viviendo a más de 3,5 millones de personas. El PMA está preparando un plan de distribución de alimentos para más de 21 000 beneficiarios. En China, varias provincias de las partes occidentales y septentrionales han experimentado una sequía prolongada. Entre las provincias más afectadas figuran las de Yunnan, Gansu, Ningxia, Mongolia interior, Hebei y Helongjiang. La sequía ha tenido repercusiones negativas en la situación de la seguridad alimentaria de los grupos vulnerables, sobre todo en las zonas montañosas. En Filipinas, se ha evacuado a 450 personas de las zonas aledañas al Monte Bulusan tras la peligrosa actividad volcánica registrada el 18 de junio en la provincia de Sorsogon. Quedaron afectadas las ciudades de Casiguran y Juban. Los expertos advierten sobre la amenaza de una erupción importante que podría poner en peligro a unas 50 000 personas en seis ciudades de la provincia. Filipinas se ve afectado también por un conflicto interno que se remonta al final de los años setenta, que ha creado una situación alimentaria inestable y condiciones de vida terribles en las zonas afectadas en Mindanao. Los enfrentamientos registrados en la región meridional de Mindanao en la primera semana de julio desplazaron a 16 000 personas. La incógnita sobre las perspectivas a largo plazo ha desalentado las inversiones extranjeras, frenado el desarrollo rural, y perturbado el mercadeo agrícola y la producción de alimentos. En Mongolia, las condiciones invernales desfavorables en el invierno y las sequías en el verano de los últimos años han agotado los mecanismos de supervivencia de las familias pastorales, acentuando la inseguridad alimentaria. En Timor-Leste, la situación de la seguridad alimentaria de muchos residentes urbanos sigue viéndose muy afectada por los recientes disturbios civiles; más de 145 000 personas, o sea aproximadamente el 15 por ciento de la población total del país, están desplazadas y necesitan asistencia alimentaria y otros tipos de asistencia humanitaria. En el Nepal, el conflicto armado y la inestable situación política del país continúan perturbando la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia de miles de familias. El PMA está distribuyendo alimentos de emergencia a más de 225 000 personas en las partes centrales y occidentales del país, afectadas por una grave sequía durante el invierno de 2005/06. Continúan los esfuerzos de recuperación y rehabilitación después del tsunami en Sri Lanka, donde el PMA extenderá sus operaciones hasta 2007 para unas 347 000 personas afectadas por la catástrofe, centrando la atención en la recuperación a largo plazo más que en la distribución gratuita de alimentos. Las actividades de recuperación y rehabilitación después del tsunami continúan también en Indonesia. El 27 de mayo de 2006 el país experimentó otro terremoto de magnitud 6,3 de la escala Richter, que dejó sin vivienda a más 1 millón de personas. Según los informes, unas 100 000 familias agrícolas de los distritos de Yogyakarta y el centro de Java han perdido sus bienes y fuente de ingresos. En la República Popular Democrática de Corea, pese a las previsiones de otra producción de cereales relativamente buena en 2006, gracias a la política del Gobierno de apoyo a la producción agrícola, el país está haciendo frente a un gran déficit de alimentos y es probable que prevalga en todas partes una inseguridad alimentaria crónica. El 31 de diciembre de 2005 el Gobierno interrumpió toda la ayuda humanitaria de las Naciones Unidas y decidió que sólo aceptaría la asistencia destinada a cubrir las necesidades a mediano y largo plazo. En el marco de una operación prolongada de socorro y recuperación (OPSR), aprobada en febrero de 2006, el PMA proporcionará 150 000 toneladas de diversos productos básicos a 1,9 millones de niños durante dos años.

Cercano Oriente

Las perspectivas para las cosechas de cereales de invierno, que se están recogiendo ahora, son generalmente favorables en toda la subregión. En el Iraq, la situación general de la seguridad alimentaria continúa viéndose afectada por el conflicto y los problemas de seguridad. Según los organismos humanitarios, hay más de 1 millón de personas desplazadas en el interior del país. En el Afganistán, la falta de agua debida a las escasas precipitaciones recibidas este año, sobre todo en las zonas situadas al sur y el oeste de las montañas del Hindukush, ha afectado algunos cultivos de cereales, especialmente el trigo de secano. Las familias vulnerables afectadas por una cosecha menguada necesitarán ayuda alimentaria durante el próximo año.

La CEI asiática

La recolección de los cereales ha comenzado en la región y se pronostica una producción total de alrededor de 28,8 millones de toneladas, ligeramente superior a la cosecha ya abundante obtenida en 2005. El incremento se atribuye principalmente a unas precipitaciones superiores a la media, y especialmente a las nevadas caídas durante el invierno, que proporcionaron agua en abundancia para los sistemas de riego en gran escala que existen en la subregión. Según los pronósticos, de la producción total corresponderán unos 23,7 millones de toneladas al trigo, y 4,5 millones de toneladas a los cereales secundarios. Kazajstán es el principal productor de la subregión, y sus exportaciones totales de cereales durante 2006/07 (julio/junio) se pronostican en alrededor de 4,5 millones de toneladas, aproximadamente 400 000 toneladas más que en 2005/06. Uzbekistán también ha exportado anualmente unas 500 000 toneladas de cereales durante los últimos años y debería continuar exportando la misma cantidad en 2006/07 (julio/junio). Hasta hace pocos años el país era un importador neto de cereales.

ASIA: Países en crisis que necesitan asistencia exterior y causas principales (9)

Oferta y demanda de alimentos en la República Popular Democrática de Corea En octubre de 2005, tras cuatro años de constante recuperación en el ámbito de la producción agrícola, el Gobierno de la República Popular Democrática de Corea (RPDC) pidió a las Naciones Unidas que suspendiera toda ayuda humanitaria, declarando que sólo aceptaría asistencia para el desarrollo a mediano y largo plazo. En mayo de 2006, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Gobierno llegaron a un nuevo acuerdo por el que las operaciones del PMA continuarían hasta mediados de 2008, aunque en una escala considerablemente reducida. En el marco de este nuevo programa, el PMA proporcionará 150 000 toneladas de ayuda alimentaria para alimentar a 1,9 millones de norcoreanos, frente a volúmenes que en los últimos 10 años variaban entre 600 000 y 1,5 millones de toneladas para una población beneficiaria de 6,5 millones de personas. Los detalles de la ejecución todavía se están negociando entre las dos partes. Campaña comercial 2005/06 (noviembre/octubre) Desde 1995, la FAO y el PMA han realizado misiones de evaluación de cultivos y suministros de alimentos a la RPDC para estimar la producción anual de cereales y las necesidades de importaciones, incluida la ayuda alimentaria. En 2005, el Gobierno no pidió misiones conjuntas, pero en base a la interpretación de las imágenes de satélite, la vigilancia de las precipitaciones durante el período vegetativo principal, el suministro de fertilizantes y semillas, y la disponibilidad de mano de obra agrícola en períodos críticos, el análisis de la FAO/SMIA estimó para el año pasado una producción relativamente favorable. La producción total de cereales de 2005 se cifró en unos 3,9 millones de toneladas, con inclusión de arroz (elaborado), maíz, trigo, y otros cereales, pero excluidas las papas. Según dicha estimación, la producción de cereales aumentó un 8 por ciento respecto a la del año anterior, calculada por la misión conjunta FAO/PMA de 2004 en 3,6 millones de toneladas, la mayor desde 1995. Dado el nivel relativamente alto de la producción de 2005, el déficit de cereales para la campaña comercial 2005/06 (noviembre/octubre) se estimó en 900 000 toneladas. Frente a este déficit, a principios de julio de 2006 el país ha recibido 292 000 toneladas de ayuda alimentaria (incluidas unas 190 000 toneladas de China y 100 000 toneladas de Corea del Sur). Estimándose las importaciones comerciales en 100 000 toneladas, quedaría un déficit de cereales de aproximadamente 500 000 toneladas para 2005/2006. Según los informes, la República Popular Democrática de Corea ha pedido 500 000 toneladas de ayuda alimentaria de Corea del Sur, pero después de los últimos ensayos de misiles de Pyongyang Seúl suspendió los envíos de arroz a Corea del Norte. Aunque se colmara todo el déficit de cereales, el consumo de cereales en Corea del Norte seguiría siendo bajo, de alrededor de unos 160 kilogramos per cápita, e inferior a las necesidades nutricionales indicadas en las normas internacionales. Si de alguna manera el país no garantizara otras 600 000 toneladas en lo que resta de la campaña comercial1/, el consumo per cápita debería descender en aproximadamente 20 kilogramos en 2005/06. Campaña comercial 2006/07 (noviembre/octubre) La recolección de las cosechas de invierno de 2006 (principalmente trigo y cebada), que representa menos del 10 por ciento de la producción total anual, terminó en junio con una producción que se estima semejante a la del nivel superior a la media del año pasado. La siembra de los cultivos principales (arroz, maíz, trigo, cebada y la papa temprana) ha terminado y la cosecha será a partir de octubre. Los índices de “SPOT-Vegetation” indican un buen comienzo de la campaña en junio. Suponiendo condiciones atmosféricas normales durante los próximos dos meses, la producción total de cereales se pronostica provisionalmente en 3 950 000 toneladas. Según los niveles actuales de consumo, ello supondría un déficit de 830 000 toneladas de cereales para 2006/07. En la hipótesis muy optimista de un aumento del 5 por ciento con respecto a la excelente cosecha de 2005, la producción de cereales de 2006 podría alcanzar aproximadamente los 4,1 millones de toneladas, con un déficit reducido a 720 000 toneladas.

América Latina y el Caribe

América Central y el Caribe

La recolección de la cosecha principal de trigo de regadío de 2006 está muy avanzada en México, prácticamente el único productor de la subregión, en condiciones atmosféricas secas favorables. La producción debería superar el buen nivel del año anterior, como consecuencia de una suficiente disponibilidad de agua para riego en los principales estados productores del nordeste. La siembra de las cosechas de cereales secundarios y frijoles de la primera temporada de 2006 ha terminado en todos los países centroamericanos y caribeños. Las precipitaciones han sido abundantes desde el comienzo de la temporada. Las lluvias han sido particularmente intensas en Cuba, la República Dominicana, Guatemala, Honduras y Nicaragua, con algunos daños a las viviendas e infraestructuras rurales, pero no se señalan hasta ahora pérdidas importantes en los nuevos cultivos. La superficie total cultivada con cereales en 2006 debería alcanzar los 13,2 millones de hectáreas, casi 1 millón de hectáreas más que el año anterior, gracias principalmente a las intenciones de aumentar las siembras para las cosechas de maíz y sorgo de la primera temporada en México, favorecidas por las lluvias copiosas y generalizadas caídas desde la meseta meridional hasta la península de Yucatán. Pese al incremento previsto en la producción de maíz, las importaciones de México en 2006/07 (julio/junio) deberían mantenerse en el alto nivel del año pasado debido a la creciente demanda de la industria nacional de piensos. Suponiendo rendimientos medios, la producción total de cereales de 2006 (trigo y cereales secundarios) se pronostica provisionalmente en aproximadamente 38,2 millones de toneladas, 2,5 millones de toneladas más que la producción del año pasado y un volumen superior a la media quinquenal.

 

En Cuba, la zafra de 2006 está prácticamente terminada y la producción de azúcar crudo se estima provisionalmente en 1,2 millones de toneladas, menos todavía que el récord de nivel más bajo de 1,3 millones de toneladas del año anterior. La crisis en el sector azucarero comenzó en 2003 con una reducción progresiva de la superficie cultivada y de la capacidad de molienda, como consecuencia de unos precios internacionales nada atractivos. Sin embargo, unas perspectivas mejores para los precios, unidas a los planes orientados a la producción de etanol para el uso interno y las exportaciones, han inducido al Gobierno a revitalizar últimamente la industria azucarera. Gracias al incremento de la superficie plantada, la producción de azúcar en 2007 podría aumentar en alrededor de un 15 por ciento.

En El Salvador, Nicaragua y Honduras se sigue entregando asistencia alimentaria de la comunidad internacional a las comunidades más aquejadas de inseguridad alimentaria, y en Guatemala a las familias afectadas por el huracán durante el segundo semestre de 2005. También se sigue distribuyendo ayuda alimentaria a la población vulnerable en los departamentos del norte, oeste y nordeste de Haití, así como en la capital, donde la situación alimentaria sigue siendo difícil a pesar de que la seguridad ha mejorado desde las elecciones presidenciales celebradas en febrero pasado.

Cuadro 8. Producción de cereales en América Latina y el Caribe ( millones de toneladas)

América del Sur

La recolección de las cosechas de cereales secundarios y arroz de la temporada principal de 2006 está muy avanzada, o ya ha terminado, en las principales zonas productoras del sur. Las estimaciones provisionales cifran la producción total de la subregión en alrededor de 73 millones de toneladas, prácticamente sin modificaciones respecto al nivel medio del año pasado. Aunque en Brasil la producción se recuperó de forma pronunciada, ello se vio compensado por la merma de las cosechas en otras partes. En Brasil, la superficie plantada con los cultivos de maíz de la temporada principal aumentó alrededor de un 10 por ciento en atención a los precios nada atractivos de la soja y a la necesidad técnica de rotación de los cultivos, y los rendimientos se recuperaron respecto de los niveles reducidos por la sequía del año pasado. El pronóstico oficial más reciente relativo a la producción total de maíz de 2006 (primera y segunda campañas) apunta ahora a una producción de alrededor de 42,4 millones de toneladas, 7,2 toneladas más que en 2005, y superior a la media. La cosecha de arroz recién recogida, que representa aproximadamente el 80 por ciento de la producción total de la subregión, se estima provisionalmente en 11,6 millones de toneladas, unos 1,6 millones de toneladas menos que la producción sin precedentes de 2005, aunque todavía de nivel medio. Ello se debe a una fuerte disminución de la superficie cultivada en atención a los bajos precios internos debidos a la abundante cosecha del año anterior. En Argentina, la recolección de la cosecha de maíz está casi terminada y las estimaciones oficiales provisionales indican una producción de 14 millones de toneladas, muy por debajo de los 20,5 millones de toneladas obtenidos en 2005. La superficie cultivada se redujo en un 10 por ciento como respuesta a los precios bajos y al aumento de los costos de producción y de las tasas de exportación, mientras los rendimientos disminuyeron a causa de una sequía prolongada a mitad de la campaña. En el Uruguay, la producción de maíz de 2006 podría disminuir considerablemente con respecto al nivel del año pasado (251 000 toneladas) a 190 000 toneladas, como consecuencia del tiempo seco imperante al final de 2005 que afectó a los cultivos tempranos en la fase de floración, sobre todo en los departamentos septentrionales. En cambio, en Chile se ha recogido últimamente una buena cosecha de maíz.

En los países andinos, la recolección de la mayor parte de la cosecha de maíz de 2006 se terminó durante los meses de mayo y junio. En Colombia y Perú, los resultados de la cosecha fueron buenos, mientras en el Ecuador se obtuvo una cosecha inferior a la media, debido al exceso de lluvias recibidas al principio del año en Guayas, Los Ríos y Manab, las principales provincias productoras del litoral. La intensidad de la estación de las lluvias causó daños a la infraestructura y pérdidas localizadas de cultivos alimentarios y comerciales en el Ecuador, así como en algunas zonas de Bolivia, Colombia y Perú. En mayo, también se produjeron inundaciones localizadas en Suriname, que afectaron a los sistemas agrícolas de subsistencia de alrededor de 175 aldeas del interior, cuyos medios de vida se basan en las cosechas de arroz y yuca, y causaron pérdidas de aves de corral y animales pequeños. Pero en general las perspectivas para las cosechas de cereales de 2006 siguen siendo favorables en estos países.

La siembra de la cosecha de trigo de invierno de 2006, que se recogerá a fin de año, ha terminado hace poco en los estados centrales y meridionales del Brasil, mientras sigue todavía en curso en la Argentina, Chile y el Uruguay. La superficie total plantada en la subregión se pronostica en 8,6 millones de hectáreas, poco más que el año pasado pero todavía por debajo de la media quinquenal de 9,3 millones de hectáreas. Sin embargo, la falta de precipitaciones en algunas de las principales zonas productoras de la Argentina y el Uruguay podría impedir la realización de las intenciones de siembra de los agricultores, especialmente por lo que se refiere a las variedades a largo plazo. Se necesitan más lluvias.

AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE: Países en crisis que requieren asistencia exterior y causas principales (3)

A la espera de otra temporada muy activa de los huracanes del Atlántico La temporada de huracanes del Atlántico de 2005 fue la más agitada que se recuerde, con un récord de 27 tormentas tropicales y subtropicales con nombre, 15 de las cuales se transformaron en huracanes. Las repercusiones de dichos fenómenos han sido de vastos alcances, ya que causaron la muerte de casi 2 300 personas y un total de daños sin precedentes estimados en alrededor de 100 000 millones de dólares EE.UU. La mayor parte de la destrucción se debió a seis huracanes importantes: Dennis, Emily, Katrina, Rita, Stan y Wilma. Las zonas más afectadas fueron los estados mexicanos de Quintana Roo, Yucatán y Tamaulipas, los estados estadounidenses de Misisipí, Luisiana, Texas y Florida; Cuba, Haití, la República Dominicana, las Bahamas y algunos departamentos de Guatemala, El Salvador y Nicaragua. Además de la destrucción de viviendas e infraestructuras, las tormentas de 2005 causaron graves daños a los sectores petrolero y agrícola. La reducción temporal de la capacidad de extracción y refinería de petróleo en los Estados Unidos y el Golfo de México tuvo repercusiones económicas en todo el mundo debido a las alzas bruscas y especulativas del crudo y al consiguiente aumento de la factura de energía. Con respecto a la agricultura, los aludes causaron pérdidas de tierras cultivables en muchas de las zonas afectadas y la destrucción de aldeas enteras. Unas lluvias localizadas, extremadamente intensas, perjudicaron muchas veces los cultivos alimentarios y comerciales (maíz, plátano, sésamo, café, hortalizas), y afectaron a los sectores pesquero y ganadero, con repercusiones negativas en la disponibilidad de alimentos. Los daños causados a los cultivos de plantación (como el café, la caña de azúcar y el banano) redujeron las oportunidades de trabajo asalariado para las familias rurales, con graves consecuencias a corto y mediano plazo para los medios de subsistencia y los ingresos. En cuanto a los aspectos positivos, la temporada de intensos huracanes de 2005 mejoró las condiciones de crecimiento de los cultivos en varias zonas y permitió la reposición de los embalses de riego. La temporada de los huracanes del Atlántico de 2006 comenzó el 1de junio. En base a los análisis de algunos indicadores meteorológicos, como las temperaturas de la superficie marina más calientes de lo normal, la cizalladura del viento más baja, y una menor presión a nivel del mar, los pronósticos iniciales indican que la temporada de este año será también muy activa. Aunque no llegaría a los niveles sin precedentes de 2005, hay muchas posibilidades (80 por ciento) de que la actividad de los huracanes sea superior a la media a largo plazo. Durante la temporada actual, el número de las tormentas tropicales debería oscilar entre 13 y 16, con 8 a 10 huracanes, la mitad de los cuales aproximadamente alcanzaría una intensidad (en términos de velocidad del viento) superior a la categoría 3 de la escala Saffir-Simpson.

América del Norte, Europa y Oceanía

 

América del Norte

En las partes meridionales de los Estados Unidos la recolección de la cosecha de trigo de 2006 comenzó a principios de junio y procedió con un ritmo más rápido de lo normal a causa de las condiciones calurosas y secas imperantes. A pesar de las informaciones más recientes (actualizadas al terminarse la siembra del trigo de primavera) que indicaban un incremento de la superficie total sembrada con trigo (de invierno y primavera), se prevé que el índice excepcionalmente alto de abandono del trigo de invierno, a causa de la sequía, comportará una reducción de la superficie cultivada este año con respecto a 2005. La disminución de los rendimientos del trigo de invierno también debería influir en la producción total de trigo de este año, pronosticada actualmente en sólo 49,4 millones de toneladas, muy por debajo del nivel del año pasado y de la media de los últimos cinco años (55,4 millones de toneladas). Con respecto a los cereales secundarios, la siembra de las cosechas principales estaba prácticamente terminada a finales de junio. Se estima que la superficie cultivada con maíz ha disminuido alrededor de un 3 por ciento con respecto al año anterior, pero se señala que el cultivo se está desarrollando satisfactoriamente. En base a las indicaciones iniciales acerca de la superficie, y suponiendo condiciones atmosféricas normales durante el resto de la temporada, la producción total de cereales secundarios de 2006 en los Estados Unidos se pronostica en torno a los 284 millones de toneladas, o sea un 5 por ciento menos que el año anterior, pero cercana a la media de los últimos cinco años. Del total, corresponderían al maíz 268 millones de toneladas. Se estima que la superficie sembrada con arroz en 2006 ha disminuido cerca del 12 por ciento con respecto al año pasado. Para finales de junio ya había despuntado la mayor parte de la cosecha, en condiciones consideradas en general entre buenas y excelentes. En Canadá, las estimaciones más recientes indican un incremento del 6 por ciento de la superficie total cultivada este año con trigo, gracias a unas condiciones de humedad en general suficientes y a unas perspectivas para los precios mejorados durante el período de siembra. Suponiendo, sin embargo, como parecieran indicar actualmente las condiciones estacionales, que los rendimientos volvieran a acercarse a los niveles medios, tras dos años de niveles superiores a la media, la producción total de trigo podría disminuir ligeramente con respecto al año pasado a alrededor de 26,3 millones de toneladas, que todavía sería un volumen muy superior a la media quinquenal. Con respecto a los cereales secundarios, las indicaciones más recientes sugieren pocos cambios en la superficie total, pero sí un aumento del cultivo de avena y una reducción del de cebada en comparación con el año anterior. La producción total de cereales secundarios se pronostica en 24,2 millones de toneladas, alrededor de un 8 por ciento menos que el año pasado, pero en torno a la media.

Cuadro 9. Producción de cereales en América del Norte, Europa y Oceanía ( millones de toneladas)

Europa

La producción total de cereales en la UE en 2006 se pronostica en 269,2 millones de toneladas, 9 millones de toneladas más que el año pasado y un volumen ligeramente superior a la media de los últimos cinco años. El incremento se atribuye principalmente a un aumento de las cosechas de trigo y cebada en Francia, Alemania y España. En Francia, los rendimientos podrían ser mayores que el año pasado a pesar de las condiciones secas imperantes al comienzo de la temporada; debido a ello y a un aumento de la superficie cultivada, se pronostica un incremento de la producción del orden del 5 por ciento. En Alemania, la superficie cultivada con trigo no varió sensiblemente este año, pero a pesar de una primavera anormalmente fría que retrasó el desarrollo de los cultivos, se prevén mayores rendimientos y un aumento del 5 por ciento de la producción con respecto a 2005. En España, a causa de las condiciones secas imperantes hacia el final del período vegetativo las perspectivas para el rendimiento del trigo empeoraron algo, pero aún así se prevé una fuerte recuperación de la producción con respecto al nivel reducido por la sequía del año pasado. En cuanto a los otros principales productores de trigo, se prevén pocos cambios en la producción del Reino Unido, que se mantendría cercana a la media, pero podría volver a descender este año en Polonia a alrededor de 8,3 millones de toneladas, a causa de las crudas condiciones invernales y de un retraso considerable de la campaña de siembra del trigo de primavera. Con respecto a los cereales secundarios, la producción total de la UE se pronostica en 138,2 millones de toneladas, 4,5 millones de toneladas más que en 2005. En cuanto a la cebada, lo mismo que en el caso del trigo, la mayor parte del incremento podría registrarse en Francia, Alemania y España, debido en parte a un aumento de las superficies cultivadas, y en parte a una previsión de mejores rendimientos. Esto último se refiere más a España, donde se espera una notable recuperación en los rendimientos de todos los cereales tras los niveles reducidos por la grave sequía del año pasado. La producción de maíz no debería cambiar mucho en 2006. Es probable que el aumento de las cosechas en Francia e Italia se vea compensado por la reducción sufrida en Hungría y Alemania.

En la Península balcánica, las informaciones más recientes continúan apuntando a una disminución de las cosechas de cereales en los dos principales países productores, Rumania y Bulgaria. En otoño del año pasado la siembra de los cereales de invierno se vio obstaculizada, y posteriormente reducida, a causa del retraso de la cosecha de 2005 y de las inclemencias del tiempo otoñal, a la vez que los rendimientos pueden haberse visto comprometidos por el rigor del invierno en algunas partes, sobre todo en Rumania. En cuanto a los otros países balcánicos, pareciera que las perspectivas para la producción de cereales de este año son semejantes a la de la cosecha cercana a la media del año pasado.

En la CEI Europea (la Federación de Rusia, Ucrania, Belarús y Moldova), la recolección de los cereales está a punto de comenzar con perspectivas de una notable disminución de la producción de trigo, debida a un invierno anormalmente frío. La producción total de cereales de este año en la subregión se estima en 116,7 millones de toneladas, unos 5,8 millones de toneladas menos que la de 2005. La producción total de trigo, el cultivo más afectado por el crudo invierno, se pronostica en 57 millones de toneladas, unos 11,5 millones de toneladas menos que en 2005. Las pérdidas registradas en el trigo se deben totalmente a los dos principales países productores, la Federación de Rusia y Ucrania. Los cereales secundarios de invierno son más resistentes a las inclemencias del tiempo, y su producción total en la región se pronostica en casi 59 millones de toneladas, cerca de 5,6 millones de toneladas más que la cosecha de 2005. Las exportaciones totales de cereales de la región durante la campaña comercial 2005/06 se estiman en alrededor de 25,5 millones de toneladas. Las exportaciones totales de cereales de la región durante la campaña comercial 2006/07 se pronostican en alrededor de 17,6 millones de toneladas, incluidos 8,8 millones de toneladas de trigo y 8,8 millones de toneladas de cereales secundarios.

Oceanía

Australia prevé en 2006 una campaña agrícola de invierno más seca que los niveles medios, y se pronostica provisionalmente que la producción de cereales de invierno disminuirá un 11 por ciento con respecto a la cosecha superior a la media del año pasado. A causa de la sequía el período de siembra comenzó tarde, o la siembra se vio impedida, en la mayoría de los estados. Como consecuencia, se estima que la superficie plantada ha disminuido en todos los estados, salvo en Australia del Sur, y también se pronostica un descenso de los rendimientos en comparación con el año anterior, aunque podrían mantenerse por encima o cerca de la media quinquenal. El “Crop Report” de junio, publicado por el “Australian Bureau of Agriculture and Resource Economics” (ABARE) pronostica la producción de trigo de 2006 en 22,8 millones de toneladas, alrededor de un 9 por ciento menos que en 2005. También se prevé un descenso del 14 por ciento aproximadamente de la pequeña cosecha de cereales de verano, prácticamente terminada, que se situaría en 8,5 millones de toneladas. La pequeña cosecha de cereales de verano está prácticamente terminada. La producción de sorgo se estima en cerca de 2 millones de toneladas, en comparación con casi 2,2 millones de toneladas del año anterior. Tras un comienzo promisorio de la campaña, unas condiciones calurosas y secas registradas a principios de 2006 en las principales zonas productoras de Nueva Gales del Sur y el sur de Queensland redujeron considerablemente el potencial de rendimiento. En cambio, se estima que la producción de arroz, obtenida totalmente en Nueva Gales del Sur, se ha triplicado con creces a más de 1 millón de toneladas, gracias al aumento de las asignaciones de agua para riego y a unas condiciones de crecimiento generalmente mejores.

EUROPA: Países en crisis que requieren asistencia exterior y causas principales (1)

1.  En los últimos años, las importaciones comerciales oficiales han estado cerca de las 100 000 toneladas.