perspectivas alimentarias | No.4, enero 2005 | |
sistema mundial de información y alerta sobre la agricultura y la alimentación(SMIA) | ||
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Notas especiales
A medida que los brotes de la gripe aviar en Asia y otros países van avanzando hacia el occidente aumentan las prohibiciones a la importación de productos avícolas procedentes de los países afectados por la enfermedad. Los efectos de dichas prohibiciones experimentados en el mercado mundial durante el último año y medio son, entre otros, los siguientes: una gradual escasez de suministros de carne de ave, una escalada de sus precios mundiales, una fuerte disminución en el comercio mundial, y una desviación del comercio ya que los países pujan por comprar productos procedentes de los países exentos de la enfermedad. Los efectos globales en los precios de la carne de ave registrados en 2004 y 2005 se han agravado ulteriormente por la escasez de otros tipos de carne, sobre todo la carne vacuna de América del Norte, una región que muchos países descartan debido a las preocupaciones por la EEB, aunque suele aportar una cuarta parte del comercio mundial de carne vacuna. Las restricciones impuestas a las exportaciones procedentes de los países asiáticos afectados por los brotes de la gripe aviar en 2004 y hasta mediados de 2005 contribuyeron a un aumento del 30 por ciento de los precios internacionales de la carne de ave durante ese período (véase la figura). Esta evolución alcista de los precios mundiales contrasta espectacularmente con su disminución en los países afectados a medida que los suministros exportables volvían a los mercados internos y la demanda disminuía debido a las preocupaciones de los consumidores por la inocuidad de los alimentos y la salud humana. De hecho, los aumentos del consumo en Asia, que en el último decenio superaron los promedios mundiales, se frenaron ya que en 2004 los consumidores prefirieron otras fuentes de proteínas, lo cual intensificó el sacrificio de rebaños y dio lugar a una disminución de la producción avícola asiática.
En los mercados internacionales, la escasez de exportaciones debida a la gripe aviar y al aumento de los precios dio lugar a una disminución sin precedentes del 8 por ciento del comercio mundial de carne de ave en 2004. Las limitaciones a las exportaciones de productos frescos/refrigerados de los exportadores asiáticos, sobre todo Tailandia y China, causaron una disminución de las exportaciones asiáticas (que en 2003 habían superado los 1,8 millones de toneladas) a menos de 1 millón de toneladas en 2004/05, o sea aproximadamente un 12 por ciento de los envíos mundiales.
A medida que los brotes de la gripe aviar continúan desplazándose hacia el occidente, el mercado mundial se está preparando para nuevas conmociones. Mientas la mayoría de los mercados están preocupados por la amenaza que representan las migraciones de aves silvestres para las industrias locales, los recientes brotes registrados en la región europea cercana a los estados miembros de la UE ha concitado considerables preocupaciones acerca de las repercusiones de posibles brotes en la industria. Esta preocupación, dada sobre todo la importante posición de la UE en los mercados mundiales, ha inducido a la FAO a evaluar las repercusiones que un brote generalizado de gripe aviar entre los principales países productores de la UE1/ tendría en los mercados mundiales de la carne de ave a medida que los países de todo el mundo vayan prohibiendo las importaciones procedentes de la UE. Como la UE representa aproximadamente el 13 por ciento de la producción y exportación mundiales de carne de ave, los precios internacionales de este tipo de carne deberían subir de forma pronunciada. Entre tanto, los precios internos de la UE bajarían, lo mismo que las perspectivas para la producción y los precios de los forrajes, a medida que los productos avícolas previstos para las exportaciones, aproximadamente el 10 por ciento de la producción, vayan inundando los mercados locales. La UE exporta aproximadamente 1 millón de toneladas de productos avícolas frescos/refrigerados/congelados, por un valor de más de mil millones de dólares EE.UU., a más de 150 mercados en todo el mundo, destinando tres cuartas partes de esas exportaciones a Rusia (23 por ciento), a los mercados del Medio Oriente (27 por ciento), y a los países en desarrollo de África (26 por ciento). Entre tanto, también importa aproximadamente 500 000 toneladas de filetes congelados y otros productos de pollo. Cabría esperar una disminución de estas importaciones al disminuir los precios internos de la UE en relación con unos precios mundiales en crecimiento.
Para evaluar los efectos globales de una epizootia tanto en los mercados mundiales de la carne como en otros sectores (en la industria de piensos, por ejemplo) se impone la utilización de un marco en el que se establezcan enlaces entre los mercados, tanto a nivel espacial como de productos. En la evaluación de las repercusiones globales a corto plazo de un posible brote de gripe aviar en la UE, se utilizó el modelo de la FAO para productos básicos a corto plazo para determinar las repercusiones de las crisis de exportaciones impuestas por factores exógenos en las proyecciones de base que no incluyen los efectos de dichos escenarios. Ahora bien, cualquier evaluación sencilla de la posible repercusión global de la gripe aviar en Europa se complica por los recientes brotes de fiebre aftosa en Brasil, el principal exportador mundial de carne tanto de vacuno como de ave, que también influirán en los mercados mundiales de carne a corto plazo. Los efectos de la escasez de carne de ave en los mercados internacionales, sobre todo en relación con la evolución de los precios, se intensificarían con la reducción de los suministros exportables de carne de vacuno del Brasil que en 2005 debía representar más de una cuarta parte de las exportaciones mundiales. La conjunción de estos dos fenómenos debería ejercer una considerable presión al alza sobre los precios de todas las carnes, como ocurrió en 2004 cuando la ausencia de la carne de vacuno norteamericana debida a las preocupaciones acerca de la EEB hizo aumentar los precios de todas las carnes. Además, la posición de la UE como importador neto de carne de vaca, con un gran porcentaje de sus importaciones procedentes del Brasil, induciría a un aumento de los precios internos de la carne vacuna al prohibirse la importación de productos brasileños. Lo que condiciona la evaluación de las repercusiones son las diversas suposiciones que subyacen al análisis. Este escenario supone que los brotes de gripe aviar en la UE se difunden en las principales zonas productoras de manera que toda la región prohíba la importación de productos avícolas. Se prevé que en atención a la disminución de los precios los productores de la UE bajen los niveles de producción en proporción a las pérdidas comerciales. Aunque la gripe aviar debería producir cambios en el consumo de la carne de ave ya que los consumidores preferirán otras fuentes de proteína, se supone que ello durará poco ya que las estrategias de la comunicación de los riesgos aseguran que los consumidores son conscientes de los riesgos mínimos que representa la transmisión de la gripe aviar a través del consumo de la carne de ave. Por consiguiente, se presume que el consumo de la carne de ave se mantendrá relativamente estable durante el período de la crisis. Este escenario evalúa las repercusiones de dos importantes crisis exógenas impuestas a los mercados mundiales de la carne: 1) las exportaciones de carne de ave de la UE descienden a 0 desde 1 millón de toneladas, y, al mismo tiempo; 2) las exportaciones brasileñas de carne vacuna disminuyen en 800 000 toneladas2/ (o sea un 45 por ciento menos que las exportaciones previstas en 1,8 millones de toneladas).
Cualquier brote generalizado de gripe aviar en la UE tendría repercusiones inmediatas en los mercados mundiales de carne de ave y de piensos. Los resultados provisionales de este análisis indican que las posibles repercusiones a corto plazo serían un aumento de los precios de todas las carnes en los mercados mundiales (entre un 7-8 por ciento para la carne de ave y de vacuno y un 3 por ciento para la carne de cerdo), una disminución del consumo mundial de carne, y una variación de las pautas comerciales ya que algunos mercados tratarán de colmar el vacío dejado por Europa (en cuanto al pollo) y Brasil (en cuanto a la carne vacuna). Además, se manifestarían efectos secundarios en la industria de piensos ya que la disminución de la producción de carne reduce el consumo de cereales y proteínas y hace bajar los precios en un 1-2 por ciento, respectivamente. Los países que dependen mucho de las importaciones de la UE para la estabilidad de los precios son particularmente vulnerables a cualquier disminución que se produzca en el acceso a las importaciones de la carne de ave. En el África, actualmente también en riesgo de brotes de gripe aviar debidas a las aves migratorias, las importaciones de carne de ave representan el 20 por ciento del consumo regional estimado en 4,2 millones de toneladas. Las prohibiciones impuestas a las importaciones de carne de ave de la UE, que aporta cerca del 50 por ciento de las importaciones africanas, podría, si se registrara un importante brote en la UE, tener grandes repercusiones en los precios para los consumidores africanos de determinados países dependientes de las importaciones. Los resultados de este análisis a corto plazo se han obtenido sobre la base de supuestos más bien extremos en los que se incluye la pérdida total del mercado de exportaciones de la UE en el caso de que se produzcan brotes de gripe aviar y se supone que los consumidores europeos y otros no reducirán su consumo de productos avícolas. En efecto, el consumo de carne de ave se ha visto también afectado en la UE independientemente de algún brote. En muchos países europeos las ventas de carne de ave han disminuido al reducirse los precios, la producción, y el uso de piensos. Además, las corrientes comerciales dentro de Europa se han visto afectadas ya que mercados como los Países Bajos, que dependen mucho del comercio dentro de Europa, registran disminuciones de los precios de la carne de ave de hasta un 25 por ciento y un descenso de las exportaciones de piensos. El escenario descrito, basado en la posibilidad de brotes y en la incertidumbre acerca de las respuestas de los consumidores, constituye sólo una de las posibles evaluaciones de las repercusiones. Es muy difícil prever las respuestas del consumo lo mismo que la capacidad de otros importantes países exportadores, sobre todo los Estados Unidos y el Brasil que suministran cerca del 70 por ciento del comercio mundial de la carne de ave, para aumentar la producción y las exportaciones de dicha carne a corto plazo. La capacidad de dichos países para responder a las conmociones del mercado y al aumento de los precios mitigaría obviamente las crisis de los precios alcistas. Suponiendo, desde luego, que no haya problemas de oferta en esos países y que ellos mismos no experimenten brotes de gripe aviar. 1. Cinco países representan dos terceras partes de la producción avícola de la UE: Francia, el Reino Unido, España, Alemania e Italia. 2. Este supuesto es el caso hipotético peor, que refleja la situación de Mato Grosso do Sul (el estado afectado de fiebre aftosa), proveedor de casi la mitad de las exportaciones de carne vacuna del Brasil. |