Una mejor producción significa:
- incremento de la productividad, con el resultado de unos ingresos más elevados para los productores y una mayor abundancia de productos en la comunidad;
- sostenibilidad de la agricultura, lo que lleva a una mayor productividad y seguridad alimentaria, al tiempo que fomenta unos ecosistemas saludables y favorece la gestión sostenible de los recursos naturales;
- eficiencia en el uso de agua dulce para satisfacer las necesidades de riego y de consumo de las comunidades, lo que las hace más resilientes;
- incremento de las extracciones de agua dulce para dotar a las comunidades de suficiencia hídrica y mejorar la salud y el bienestar públicos;
- lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada para asegurar los medios de vida de las comunidades pesqueras; y
- gestión forestal sostenible con el objetivo de crear un doble dividendo en relación con los ingresos locales y la conservación de los recursos.